Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Tesis Doctoral
DOCTOR EN FILOSOFÍA
Octubre 2021
equivoca al interpretar la dualidad en términos excluyentes144. Sin embargo, Nietzsche
no plantea, como sostienen los autores, una separación tajante y radical entre ambos
órdenes, porque en todo momento se encarga de advertir sobre las consecuencias
negativas que se producen cuando el alma domina al cuerpo, como, por ejemplo, en el
caso de los ideales ascéticos. De este modo, no existe separación tajante, sino una relación
donde el alma enferma al cuerpo.
Sobre el segundo aspecto, Modenutti y Diel sostienen que la interpretación que
Nietzsche hace de Platón enfatiza sesgadamente la supremacía de la razón por sobre lo
corporal, cuando en realidad "a la razón le cabe la tarea de armonizar, lograr que la
totalidad funcione correctamente cumpliendo cada una sus funciones, pero no la negación
de las tendencias apetitiva e irascible".145 De este modo, los autores pretenden no solo
matizar el dualismo platónico sino también evadir la función censora que la razón tiene
sobre los sentidos y los afectos, por eso plantean que la razón no reprime sino que
"armoniza" o "equilibra". Sin embargo, esto es muy discutible porque la razón no tiene la
capacidad de producir un afecto voluntariamente porque los sentimientos y pasiones
brotan directamente del cuerpo. Por lo tanto, si la razón no puede producir o potenciar
afectos la única manera de intervenir sobre ellos es regulándolos, o sea, canalizándolos a
través de una censura que disminuye su fuerza. Para poder "equilibrar" la razón debería
tener la facultad de aumentar o disminuir la intensidad, sin embargo, solo funciona
mediante la disminución, por eso la única manera en que la razón interactúa con el cuerpo
es para domesticarlo. Considero que la acusación de que la interpretación que Nietzsche
hace de Platón es sesgada no es correcta, sino todo lo contrario, que la lectura que estos
dos autores hacen de la obra nietzscheana se encuentra sesgada por el intento de matizar
el dualismo platónico y la tentativa de menguar el desprecio que el griego tenía por el
cuerpo.
2.1.2.- El yo (Descartes)
146 Cfr., Sambrailo, P. La subjetividad en Nietzsche a partir de la crítica al cogito cartesiano , Lima, PUCP,
2017.
147 Cfr., Paschoal, A. "Da crítica de N ietzsche ao sujeito ao sujeito de sua crítica", en Cadernos Nietzsche,
Vol. 39, N° 1, 2018, pp. 93-119.
148 Cfr., Santos M elo, D. "Subjetividade e perspectivismo: a dissolugao do sujeito m etafísico a partir de
uma lógica das relagoes em Nietzsche", en Revista Trágica: estudos sobre Nietzsche, Vol. 4, N° 1, 2011,
pp. 25-36.
149 Cfr., Itaparica, A. "Crítica á modernidade e conceito de subjetividade em Nietzsche", en Estudos
Nietzsche, ob. cit. pp. 93-119.
Descartes lleva la duda a su extremo para afirmar que no podemos estar completamente
seguros de que toda la realidad no sea un sueño. De este modo, Descartes muestra que
hasta ese momento el conocimiento estaba construido sobre bases poco firmes, porque
carecen de evidencias indubitables. Ante esta situación Descartes se propone “rechazar
como absolutamente falso todo aquello en que pudiera imaginar la menor duda, con el fin
de ver si, después de hecho esto, no quedaría en mi creencia algo que fuera enteramente
indudable” .150
Descartes intentaba hallar así una verdad indubitable mediante el ejercicio crítico
de dudar de todo para encontrar aquel elemento residual que se resiste y que se presenta
entonces como una certeza. Continuemos con el razonamiento cartesiano
152 N ietzsche, F. Más allá del bien y del mal , ob., cit., p. 307.
153 N ietzsche, F. Fragmentos postumos IV (1885-1889), ob. cit., p. 303.
creencia en un substrato separado de lo material que paradójicamente puede intervenir
sobre la materia. Esta creencia es luego proyectada sobre el mundo y, de este modo,
comienza a interpretar la realidad bajo el esquema metafísico de la substancia. Dice
Nietzsche “se piensa: por consiguiente, hay un ser pensante: en esto desemb oca la
argumentatio de Descartes. Pero esto significa poner ya como «verdadera a priori»
nuestra creencia en el concepto de substancia” .154 La idea de substancia le permite a
Descartes concebir al “yo” como un elemento delimitado respecto al constante fluir que
significa toda experiencia humana. De este modo, hace de esta substancia el punto de
soporte sobre el cual gravitan todas las experiencias posibles. Nietzsche afirma que “a la
cosidad la hemos inventado simplemente según el modelo del sujeto y la hemos
introducido con la interpretación en el desorden de las sensaciones” .155 Por lo tanto, las
sensaciones, afectos y pasiones se encuentran de algún modo anudadas a la idea de una
substancia denominada “yo” que tiene la facultad de afectar y ser afectada.
Lo que aparece en el razonamiento de Descartes es un giro bastante complejo si
tenemos en cuenta el origen prehistórico de la idea de substancia: primero, el animal
humano se percibe a sí mismo como algo separado del devenir o sea como substancia,
luego, esta idea de substancia es proyectada sobre la realidad para introducir una
segmentación que permite interpretar el mundo en términos de “cosas” u “objetos” .
Finalmente, esta ficción de la substancia es proyectada por Descartes sobre la “realidad
interna” para interpretarla como una “cosa pensante” . Por lo tanto, la creencia prehistórica
en el sujeto deviene en la idea de substancia que Descartes utiliza para interpretar al sujeto
mismo. Se produce así una especie de rulo reflexivo que hace volver el pensamiento sobre
su propio origen para aplicar sobre sí las categorías que él mismo produjo, es la metáfora
de Nietzsche cuando dice que el hombre se maravilla de haber encontrado aquello que se
olvidó que lo había escondido.
La idea de substancia es uno de los primeros fundamentos de la lógica. Para
Nietzsche el razonamiento lógico opera mediante un falseamiento de la realidad porque
gracias a la idea de substancia logra proyectar sobre el mundo la idea de que existen cosas
iguales. En este sentido, “la lógica se basa en presupuestos a los que no corresponde nada
en el mundo real, por ejemplo, el presupuesto de que hay cosas iguales, de la identidad
de la cosa en distintos puntos del tiempo”.156 Por lo tanto, el proceder lógico se vincula
157 Ibíd.
incondicionado, de lo igual a sí mismo, sin un constante falseamiento del mundo” .158
El tercer supuesto que Descartes no tiene en cuenta y sobre el cual se dirige la
crítica nietzscheana es la noción causalidad. Este elemento se vincula directamente con
la idea de substancia y con la lógica. A su vez, es indispensable para comprender las
críticas de Nietzsche a la libertad de la voluntad. El principio de causalidad supone la
existencia de una relación directa entre la causa y el efecto, esto quiere decir que todo lo
que acontece (efecto) debe necesariamente haber sido producido por algo (causa). Esto
supone una concepción lineal del tiempo donde la sucesión lógica obliga a interpretar la
causa en el pasado y a los efectos en el presente o futuro. Cuando Descartes duda de todo
conocimiento se encuentra con algo que resiste a esa duda, esto es el hecho de que hay
pensamiento. En este sentido, y siguiendo la lógica de la causalidad, el acto de pensar es
un efecto que requiere necesariamente de una causa para producirse, de allí que Descartes
inventa al sujeto como causa del efecto de pensar. De este modo, el “yo” es puesto como
soporte ficcional del pensamiento.
Nietzsche es un fervoroso crítico de la causalidad, sus planteos más desarrollados
al respecto se condensan en el aforismo titulado "Los cuatro grandes errores" donde
expone con claridad sus críticas a esta forma de entender la relación entre hechos. Allí el
filósofo afirma que “la concepción de una conciencia («espíritu») como causa y,
posteriormente, también la del yo (la del «sujeto») como causa han nacido meramente a
continuación, después de estar establecida por la voluntad la causalidad como dada, como
empina [experiencia]” .159 Por lo tanto, la noción de causa y efecto no es algo que se
encuentre “en el mundo” sino que es una proyección cuyo origen se remonta al momento
en que brotó la razón en el animal humano. La idea de causalidad aparece porque el
hombre se asume a sí mismo como generador de determinadas acciones, se interpreta
como causa de efectos a partir de la noción de voluntad. En este sentido, el “m undo
interno” es proyectado sobre el “mundo externo” generando así la falsa ilusión de una
sucesión causal entre diferentes substancias. Aquí sucede lo mismo que con el concepto
de substancia: el origen de la causalidad como principio regulador de la sucesión es
producido a partir del surgimiento prehistórico del sujeto, luego esta creencia es
proyectada sobre el mundo y, finalmente, Descartes la aplica nuevamente sobre el sujeto.
Nietzsche ilustra esta situación cuando advierte que el ser humano crea ficciones para
158 N ietzsche, F. Más allá del bien y del mal, ob. cit., p. 229.
159 N ietzsche, F. Crepúsculo de los ídolos, ob. cit., p. 641.
poder vivir, luego olvida que las ha creado y finalmente las descubre como si fueran una
novedad. Dice Nietzsche que “la creencia en la causalidad se remonta a la creencia de
que soy yo el que actúa, a la separación del «alma» de su actividad. O sea, ¡una
antiquísima superstición!” .160 La causalidad es un mecanismo de respuesta ante el miedo
a lo desconocido, porque intenta explicar el funcionamiento de un hecho para poder
dominarlo y predecirlo. Nietzsche afirma que “el pretendido instinto de causalidad no es
sino el miedo ante lo inhabitual y la tentativa de descubrir en él algo ya conocido”.161 Por
lo tanto, detrás de una cuestión aparentemente lógica y formal se esconde el miedo, o sea
que su condición de posibilidad no es la razón sino un afecto.
Por otro lado, Nietzsche también muestra que existe una confusión respecto a la
causalidad, porque en ella aparece una duplicación innecesaria del fenómeno. Por
ejemplo, cuando vemos un rayo y luego escuchamos el trueno, nuestro modo causal de
razonar nos hace interpretar que el sonido (trueno) es causado por la luz (rayo). De este
modo, la noción de causa y efecto duplica artificialmente un fenómeno separando en
hechos diferentes algo que se da de manera unificada. Coloca el mismo hecho primero
como causa y luego como efecto. A pesar de estas críticas a la causalidad, Nietzsche
invierte la relación establecida por Descartes porque para el francés el “yo” es la causa
del "pensar", mientras que para el alemán el "pensar" es la causa del "yo". Esto quiere
decir que el “yo” es una ficción metafísica generada por el pensamiento, una ilusión que
puede ser favorable para la vida, pero no por eso ser verdadera.
Otro de los supuestos cartesianos que se vincula directamente con la lógica es la
gramática. La gramática es una parte de la lingüística que se encarga de las estructuras de
las palabras y la forma en que se combinan para formar proposiciones. El sistema
gramatical del lenguaje coincide en muchos aspectos con la lógica y con la idea de
causalidad. Esto se evidencia en el binomio sujeto y predicado, donde el primero indica
quién realiza la acción o de quien se enuncia algo, mientras que el segundo describe la
acción que realiza el sujeto o lo que se dice del mismo. Según Nietzsche, Descartes “creía
en «el alma» igual que se creía en la gramática y en el sujeto gramatical: se decía, «yo»
es la condición, «pienso» el predicado y condicionado” .162 De este modo, las normas
gramaticales que estructuran el lenguaje también determinan el pensamiento. En este
sentido, Nietzsche advierte que el lenguaje no es un medio para transmitir ideas, sino que
Por lo tanto, el lenguaje no solo es una forma ilusoria de conocer el mundo, sino
que también es inadecuado para describir los procesos internos, porque todo aquello que
168 Laguna, R. "Descartes y Nietzsche: una conciliación posible a partir de la corporalidad". En Logos, N°
133, 2019, p. 67.
169 Cfr., Ibíd., 71.
170 Cfr., Calvo, E. "La crítica de la Moral Kantiana desde Nietzsche", en Revista Espiga, N° 22, 2011, p. 2.