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Rubinzal on-line

Ficha de fallo Caratula: Tomchinsky, Eliana Noemí vs. Cigna Argentina Compañía de
Seguros y otro s. Ordinario

Fecha: 11/07/2007

Tribunal: Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial Sala C

Fuente: Rubinzal OnlineCita: RC J 6973/07

Sumarios del fallo (10) Civ. y Com. / Seguro > Contrato de seguro > Caracteres.
Elementos. Objeto: interés asegurable Civ. y Com. / Buena fe > Buena fe y contratos

En materia de contratos de seguro, la naturaleza del contrato y la posición especial de las


partes llevan a una aplicación más frecuente y rigurosa del principio de buena fe.
Respecto del asegurador, el tomador se debe conducir con la mayor lealtad posible en lo
que se refiere a la descripción y mantenimiento del estado de riesgo. Respecto del
tomador, el asegurador también debe conducirse con lealtad en lo que se refiere a la
ejecución de sus obligaciones y a la interpretación de la póliza, cuya comprensión
generalmente escapa a la capacidad del tomador.

Civ. y Com. / Seguro > Seguro de vida. Existe contrato de seguro sobre la vida cuando el
capital o la renta que el asegurador se obliga a pagar y la prima que recibe del estipulante
están calculados sobre la duración de la vida humana.

Civ. y Com. / Hipoteca > Constitución > Seguro de vida Civ. y Com. / Seguro > Seguro de
vida. Civ. y Com. / Estipulación a favor de tercero > Derechos del tercero beneficiario. En
el caso del contrato de seguro celebrado sobre la vida del mutuario, entre el banco
prestamista y la aseguradora, se configura una estipulación a favor de terceros -siendo el
estipulante el banco, el promitente la compañía aseguradora y los beneficiarios los
derechohabientes del suscriptor-. De conformidad con ello, estos últimos tienen
legitimación para accionar directamente contra el promitente (asegurador), en la medida
de las obligaciones contraídas (conforme art. 504, Código Civil).

Civ. y Com. / Seguro > Seguro de vida. Civ. y Com. / Defensa del consumidor >
Información al consumidor y protección de su salud (arts. 4, 5 y 6, Ley 24240) Resultando
la Ley de Defensa del Consumidor aplicable al contrato de seguro de vida -por ser un
contrato que se instrumenta mediante contratos de adhesión- rige para estos casos la
obligación de información establecida en el art. 4, Ley 24240.

Civ. y Com. / Hipoteca > Constitución > Seguro de vida Civ. y Com. / Seguro > Seguro de
vida. Civ. y Com. / Defensa del consumidor > Información al consumidor y protección de
su salud (arts. 4, 5 y 6, Ley 24240) En el caso del contrato de seguro celebrado sobre la
vida del mutuario entre el banco prestamista y la aseguradora, el deber de información
(art. 4, Ley 24240) recae sobre el banco, toda vez que de acuerdo a las particularidades
de este tipo de contratación resulta ser el banco prestamista el encargado de obtener el
consentimiento del adherente a los fines de formalizar el contrato -ello en su carácter de
proponente y principal interesado en obtener ese consentimiento- más allá del interés
propio que persiguiera el adherente.

Civ. y Com. / Seguro > Seguro de vida. Resulta innecesario determinar si existió o no
enfermedad con anterioridad a la suscripción de un contrato de seguro de vida si se
acreditó que no se pusieron en conocimiento del asegurado las condiciones y/o
exclusiones que regían a la póliza.

Civ. y Com. / Seguro > Seguro de vida. La aseguradora no puede esgrimir como
justificativo para no hacerse cargo de la cobertura en un seguro de vida la cláusula por la
que se estableció que el contrato no cubre el fallecimiento derivado de una enfermedad
preexistente, si no requirió al asegurado examen médico ni declaración alguna respecto
de su estado de salud al momento de adherirse al seguro. Ello así, la conducta de la
aseguradora no aparece ajustada al standard de buena fe exigido por el art. 1198, Código
Civil, máxime si se negó a pagar habiendo recibido las primas sin decir nada al respecto
hasta el momento de cumplir, lo que implicaría un enriquecimiento sin causa, ocasionando
ello un ejercicio abusivo del derecho (art. 1071, Código Civil).

Civ. y Com. / Daños y perjuicios > Daño moral. > Concepto. El agravio moral importa una
lesión a las afecciones legítimas; entre otras, la paz, la tranquilidad de espíritu, la libertad
individual, el honor, la integridad psíquica, los afectos familiares, etc. No se reduce al
pretium doloris, pues involucra todo daño a intereses jurídicos extrapatrimoniales.

Civ. y Com. / Daños y perjuicios > Daño moral. > Responsabilidad contractual: >
Interpretación estricta. El resarcimiento por daño moral en función de incumplimientos en
el plano contractual debe discernirse con criterio restrictivo.

Civ. y Com. / Seguro > Seguro de vida. El contrato de seguro de vida se encuentra
comprendido dentro del género de los seguros de personas (art. 128 y ss., Ley 17418),
que son aquellos que garantizan el pago de un capital o una renta cuando se produce un
hecho que afecta la existencia, salud o vigor del asegurado: generalmente terminan en un
pago de dinero, pero las prestaciones están subordinadas a hechos atinentes
directamente a la persona del asegurado.

Texto del fallo

En Buenos Aires a los 11 días del mes de Julio de dos mil siete, reunidos los Señores
Jueces de Cámara en la Sala de Acuerdos fueron traídos para conocer los autos
TOMCHINSKY ELIANA NOEMÍ C/ CIGNA ARGENTINA COMPAÑÍA DE SEGUROS Y
OTRO S/ORDINARIO (expediente Página 2/35 N° 79.330/2001) en los que al practicarse
la desinsaculación que ordena el art. 268 del Código Procesal Civil y Comercial de la
Nación resultó que la votación debía tener lugar en el siguiente orden: Doctores Ojea
Quintana, Caviglione Fraga y Monti. Estudiados los autos la Cámara plantea la siguiente
cuestión a resolver: ¿Es arreglada a derecho la sentencia apelada de fs. 842/852? El Dr.
Juan Manuel Ojea Quintana dice:

I.- La causa
i. En fs. 125/141 se presentó Eliana Noemí Tomchinsky promoviendo formal demanda
contra Cigna Argentina Compañía de Seguros S.A. y Banco Itaú Buen Ayre. Reclamó por
el cumplimiento del contrato de seguro de vida y por la restitución de los importes
abonados indebidamente, la suma agregarse los montos que surjan de la prueba a
rendirse. Manifestó que el 28.1.1999 suscribió junto con su cónyuge - Gustavo
Mileikovsky- un mutuo hipotecario con el banco codemandado, acto en el cual firmó un
formulario de inclusión al seguro de vida celebrado entre las accionadas. Relató que el
15.9.00 su esposo falleció como consecuencia de una insuficiencia renal. Frente a ello el
Banco Itaú Buen Aires S.A. informó que la aseguradora no amparaba el siniestro debido a
que el fallecimiento se produjo a raíz de una enfermedad preexistente, razón por la cual
no procedería a la cancelación del crédito hipotecario. Aseguró que no existió
preexistencia de la enfermedad y que al momento de adherirse al seguro de vida no se le
exigió previa declaración o examen de salud alguno, ni tampoco se puso en su
conocimiento los límites y Página 4/35 alcances de la cobertura. Reclamó también la
suma de $ 6.000 en concepto de daño moral. ii. Corrido el traslado de la demanda se
presentó en fs. 238/242 Cigna Argentina Compañía de Seguros S.A. solicitando el
rechazo de la misma con costas. Manifestó que el Sr. Mileikovsky en ningún momento
suscribió contrato alguno con su parte, sino que fue el Banco quien lo hizo, razón por la
cual sus herederos no se encontraban legitimados para demandar. Aseguró que en virtud
de lo prescripto por la cláusula 8, inciso b de las condiciones generales de la póliza,
procedió a rechazar el siniestro por cuanto el deceso del Sr. Mileikovsky se produjo como
consecuencia de una enfermedad preexistente. iii. En fs. 341/348 se presentó Banco Itau
Buen Ayre S.A. Manifestó que el Sr. Mileikovsky conocía las condiciones generales
Página 5/35 y particulares de la póliza en cuestión y que su parte actuó con diligencia y
responsabilidad. Indicó que las cuotas de seguro de vida son debitadas ya que es la
propia actora la que se encuentra asegurada en el préstamo desde el fallecimiento de su
marido; en virtud de ello aclaró que la accionante se encuentra al día con el pago del
préstamo. Aseguró que habiendo fallecido el Sr. Mileikovsky a causa de una enfermedad
preexistente, siniestro no cubierto por la póliza en cuestión, no corresponde que su parte
de por cancelado el préstamo hipotecario. Finalmente cuestionó el daño moral reclamado
por la accionante y solicitó el rechazo de la demanda con costas.

II.- La sentencia de primera instancia

El pronunciamiento de fs. 842/852 hizo lugar a la demanda y condenó a Banco Itau Buen
Ayre S.A. y a Página 6/35 Cigna Argentina Compañía de Seguros S.A. a pagar: (a) la
suma de $ 13.392 -equivalente al saldo deudor del mutuo- con más sus intereses, (b) $
162 en concepto de prima indebidamente cobrada y (c) $ 6.000 por daño moral. Impuso
las costas a las vencidas. Para resolver en ese sentido, el a quo consideró que la defensa
de falta de legitimación activa interpuesta por la aseguradora careció de fundamento ya
que, si bien los servicios fueron contratados entre la aseguradora y el banco, el seguro se
haría efectivo en caso de fallecimiento de Mileikovsky y producido el deceso la falta de
pago del saldo de deuda al banco acreedor por parte de la aseguradora, recae el perjuicio
en la cónyuge supérstite, y ello la legitima a efectuar el reclamo. Consideró que el Sr.
Mileikovsky no pudo conocer el contenido de la póliza ni las causales de eximición
invocadas luego por la Página 7/35 aseguradora, ello por cuanto no le brindaron una
adecuada información al causante desde el inicio de la relación crediticia. Finalmente,
consideró ocioso expedirse respecto a la preexistencia de la enfermedad por cuanto el
difunto nunca conoció el contenido de la póliza.

III.- Los Recursos

Contra dicho pronunciamiento se alzaron las codemandadas. i. En fs. 870/872 Cigna


Compañía de Seguros S.A. cuestionó el rechazo de la defensa de falta de legitimación
activa, toda vez que entendió que el a quo hizo una aplicación errónea del derecho en lo
que al seguro se refiere por cuanto según su criterio que Mileikovsky no era parte,
tomador ni beneficiario del seguro de vida, y que, en virtud de ello, la accionante carece
de legitimación para demandar. Asimismo, cuestionó la aplicación de la Ley 24.240, en
cuanto se le Página 8/35 imputó la violación del deber de información. Destacó que el
actor no es un consumidor en relación a su parte y manifestó que, su deber el contrato de
seguro en contradicción con lo resuelto por el a quo. Indicó que la prueba sobre la cual el
magistrado fundó dicha decisión -pericia contable y testimonio de López- era inidónea
para demostrar la falta de entrega oportuna del contrato. Asimismo, protestó por cuanto el
Sr. Mileikovsky, al momento de firmar el contrato de seguro, violó el deber de buena fe
contractual al omitir informar que padecía una enfermedad -cáncer- que luego le ocasionó
la muerte. En ese sentido, aseguró haber acreditado la existencia de la enfermedad
preexistente que padecía el causante. iii. Frente a ello, la accionante en fs. 883/885
sostuvo en relación con la alegada falta de legitimación activa, que el pago del seguro de
vida en favor del prestamista -Banco Itaú- estaba en cabeza del asegurado - Mileikovsky-,
por lo que considerar que el negocio era ajeno a su Página 10/35 esposo carece de
justificación. Aseguró que el Banco no le brindó a su marido una adecuada información
sobre el seguro de vida que estaba contratando, razón por la cual no puede ahora alegar
que el Sr. Mileikovsky conocía las cláusulas en él fijadas.

IV.- La Solución

(a) Marco Teórico. Previo a analizar los agravios planteados por la accionada, es preciso
traer aquí algunas consideraciones conceptuales concernientes al contrato en cuestión.
No se encuentra controvertida en autos la celebración del contrato de seguro de vida, en
virtud de la cual se emitió la póliza N° 50.077, situación que fue admitida por Cigna
Argentina Compañía de Seguros S.A. (v. fs. 238) y por el Banco Itau Buen Ayre S.A. (v.
fs. 341/342). La Ley 17.418 en su artículo primero define: "Hay contrato de Página 11/35
seguro cuando el asegurador se obliga, mediante una prima o cotización, a resarcir un
daño o cumplir la prestación convenida si ocurre el evento previsto". Sus caracteres son:
a) consensual; b) bilateral; c) condicional; d) oneroso; y e) aleatorio. Asimismo la
naturaleza del contrato y la posición especial de las partes llevan a una aplicación más
frecuente y rigurosa del principio de buena fe. Respecto del asegurador, el tomador se
debe conducir con la mayor lealtad posible en lo que se refiere a la descripción y
mantenimiento del estado de riesgo. Respecto del tomador, el asegurador también debe
conducirse con lealtad en lo que se refiere a la ejecución de sus obligaciones y a la
interpretación de la póliza, por el carácter del contrato, cuya comprensión generalmente
escapa a la capacidad del tomador y, por su naturaleza de contrato de masa, de Página
12/35 condiciones generales uniformes (en principio) e impuestas al asegurado (v. ISAAC
HALPERIN, "El Juez y la aplicación del contrato de seguro", pág. 1, RDCO, año 3, 1970,
Buenos Aires). Preciso es conceptualizarlo como comprendido dentro del género de los
seguros de personas regulados desde el artículo 128 y hasta el 156 de la Ley de Seguros.
Los seguros de personas son los que garantizan el pago de un capital o una renta cuando
se produce un hecho que afecta la existencia, salud o vigor del asegurado: generalmente
terminan en un pago de dinero, pero las prestaciones están subordinadas a hechos
atinentes directamente a la persona del asegurado. Existe contrato de seguro sobre la
vida cuando el capital o la renta que el asegurador se obliga a pagar y la prima que recibe
del estipulante están calculados sobre la duración de la vida humana (v. ISAAC P
HALPERIN, "Seguros", pág. 83/5, 3° edición actualizada por NICOLÁS A. BARBATO, Ed.
Depalma, año 2001). Puntualmente aquí resulta de aquél contratado para el caso de
muerte del tomador. De modo, pues, que acaecido el siniestro se torna más gravosa la
obligación del asegurador, quien dejará de percibir las primas y deberá dar cumplimiento
al pago del premio en los términos acordados. En el sub lite, si bien se discuten
cuestiones concernientes al contrato de seguro de vida, es preciso puntualizar que
estamos ante un tipo de contratación frecuente en los últimos tiempos, en la que un banco
para asegurar el cobro de su crédito con miras al eventual fallecimiento del deudor, lo
incorpora a un seguro de vida anexo. (b) Legitimación activa de la accionante respecto de
la aseguradora Página 14/35 Corresponde primeramente abocarme al tratamiento del
agravio vertido por la aseguradora referente al rechazo de la falta de legitimación activa.
Para ello he de analizar la relación jurídica que vinculara a las partes. i. La aseguradora
insiste, con los mismos argumentos expuestos en su contestación de demanda, en la
ausencia de derecho de la actora para reclamar el cumplimiento del contrato de seguro de
vida, fundado en la inexistencia de la calidad de parte del cónyuge de la actora en tal
relación. En ese sentido, manifestó que en el mutuo, el prestamista ofrece la posibilidad
de un contrato de seguro, donde aparecen como contratantes, la aseguradora y el Banco,
sobre la vida del mutuario. En este caso, el banco mutuante, es el beneficiario por el saldo
de la deuda de la persona asegurada, a quien sólo se le requiere su conformidad para
legitimar el objeto Página 15/35 del contrato. ii. Como mencioné precedentemente,
estamos frente a un tipo contractual muy utilizado en los últimos tiempos, mediante el cual
un banco -en el caso el Banco Itau Buen Ayre S.A.- para asegurarse el cobro de un
crédito a su favor -en la especie originado a raíz de un mutuo con garantía hipotecaria
celebrado con el Sr. Mileikovsky con miras al eventual fallecimiento de su deudor lo
incorpora a un seguro de vida anexo, en el cual el banco actúa como tomador y
beneficiario, siendo el deudor un tercero ajeno al contrato. Tal como sostuvo mi
distinguido colega Dr. José Luis Monti en reiterados fallos, entre ellos "Olguín de Pereyra,
Inés c/ Autolatina Argentina Sociedad Anónima de Ahorro para fines determinados y otro
s/ sumario", se trata de una modalidad peculiar del contrato de seguro de vida, celebrado
entre la aseguradora y el Banco Itaú Buen Página 16/35 Ayre, donde el evento previsto es
el fallecimiento del adherente - Mileikovsky-, siendo la vida de éste el riesgo asegurado. El
mutuario aparece como titular de ese interés asegurable y como beneficiario del seguro,
por lo que el verdadero propósito parece recaer sobre el crédito pendiente que el banco
tuviese respecto del adherente. En ese contexto, el adherente es un tercero en esta
relación contractual en los términos del art. 128 de la Ley de Seguros (conf. esta Sala, in
re "Martínez Dorr de Sile Liliana Inés c/Círculo de Inversores S.A. de ahorro para fines
determinados s/ordinario", del 24.2.2000). Sin embargo, en un segundo plano, si se
focaliza la relación en lo que atañe a éste y sus herederos, se perfila la función
característica del seguro de vida. La realidad subyacente se demuestra así bifronte y es
allí donde radica el interés de la actora Página 17/35 en el cumplimiento del contrato
(conf. esta Sala, in re "Verdini, Silvana Inés y otros c/Compañía Argentina de Seguros
Providencia Sociedad Anónima y otro", del 11.12.1997). Bajo esta otra óptica, dentro de la
atipicidad propia de esa compleja trama de relaciones contractuales, se insinúa un
segmento donde es posible percibir la configuración de una estipulación a favor de
terceros: el estipulante sería aquí el Banco Itaú Buen Ayre y el promitente la compañía
aseguradora, en tanto los derechohabientes del suscriptor resultarían los beneficiarios. Al
respecto, el art. 504 del Cód. Civ. prescribe que "Si en la obligación se hubiere estipulado
alguna ventaja a favor de un tercero, éste podrá exigir el cumplimiento de la obligación, si
la hubiese aceptado y hécholo saber al obligado antes de ser revocada". De conformidad
con ello, los derechohabientes tienen Página 18/35 legitimación para accionar
directamente contra el promitente (asegurador), en la medida de las obligaciones
contraídas por éste. Tal como se sostuvo en el caso "Olguín de Pereyra, Inés c/ Autolatina
Argentina Sociedad Anónima de Ahorro para fines determinados y otro s/ sumario", "?
Julio Dassen, en su memorable ensayo acerca de esta "forma de contratar", llama la
atención sobre una configuración posible de la relación entre el estipulante y el tercero.
Dice así: "Nada se opone a que el contrato a favor de terceros sea un medio de pago.
Supongamos que el tercero beneficiario sea acreedor estipulante. Este conviene -y el
tercero acreedor acepta- que en lugar de pagarle la suma que le debe, le constituirá un
seguro de vida. En este caso no hay liberalidad sino acto oneroso" (v. "Contratos a favor
de terceros", pág. 77, Ed. Abeledo Perrot, Bs As, Página 19/35 1960). El ejemplo de
Dassen exhibe notable semejanza con el tramo que examinamos de la relación sub lite,
pues aún cuando la prestación de la compañía aseguradora esté formalmente dirigida al
banco (cancelación del saldo pendiente de pago), lo cierto es que asume una función
instrumental si se la considera en relación con el fin último de satisfacer la deuda que
dicho banco mantiene respecto de los herederos del suscriptor". En síntesis, un examen
detenido de la operación en su conjunto permite percibir una realidad con diversas
facetas. De un lado, la relación básica entre el deudor y la entidad bancaria. Unido a ella,
el contrato de seguro que simultáneamente concluye dicha entidad con la aseguradora,
cuyo costo traslada, a su vez, al deudor. En tal contexto, éste, o sus derechohabientes
llegado el caso, pueden accionar a fin de obtener la prestación que le es debida, contra la
entidad Página 20/35 bancaria y, eventualmente, con el alcance antes señalado, contra la
compañía aseguradora (sea por vía de subrogación o directamente con base en el art.
504, Cód. Civil, según la modalidad de la operación), máxime considerando que las
condiciones que rigen el contrato de seguro entre éstas no son oponibles ni pueden
perjudicar a quienes no fueron estrictamente parte en esa relación (conf. arts. 1195, in
fine, y 1199, Cód. Civil.). iii. Por lo expuesto, cabe sostener que la acción dirigida contra la
compañía aseguradora, encuentra su fundamento en el marco del art. 504 del Código
Civil, por lo que corresponde desestimar este agravio planteado por la aseguradora. (c)
Información al consumidor i. Se agravió Cigna Argentina Compañía de Seguros S.A. por
cuanto el magistrado de grado adjudicó a su parte un obrar malicioso con violación de los
Página 21/35 derechos de información del consumidor. Al respecto sostuvo la recurrente
que Mileikovsky no resultó consumidor respecto de su parte y manifestó que el deber de
entregar la póliza lo es respecto del Banco Itaú y no de Mileikovsky (v. fs. 870/871). De su
lado, Banco Itau Buen Ayre expresó al respecto que el Sr. Mileikovsky conocía las
exclusiones insertas en el contrato de seguro, el cual le habría sido entregado. ii. La ley
de defensa del consumidor es aplicable habida cuenta que estos supuestos -como el de
autos son instrumentados mediante contratos de adhesión (en similar sentido: CNCom,
Sala A, in re "Piatigorsky, Martha c/ Banco Mercantil Arg. S.A. s ordinario", del
20.12.2000). La nota tipificante de dichos contratos esta dada por la desigualdad de
posición de los contratantes, en razón de que el Página 22/35 cliente se limita a firmar un
contrato preimpreso, sin oportunidad de negociar el contenido de sus cláusulas. En el sub
lite, se encuentra acreditado que Mileikovsky no fue debidamente informado de los
términos del contrato al que adhirió. Ello por cuanto, la actora indicó que su cónyuge
suscribió la solicitud de adhesión al seguro colectivo de vida de deudores y que se trataba
solo de "un papel donde decía que la compañía era Cigna y que si el préstamo era menos
de cincuenta mil dólares no requería ningún chequeo previo ni declaración de salud".
Agregó que "?a la póliza no se la mostraban. No le daban la póliza" (v. absolución de
posiciones de la actora en fs. 784). Asimismo, de la pericia contable se desprende que no
se le entregó a Mileikovsky la póliza aludida y que no se le requirió la suscripción de un
formulario de salud (v. fs. 593). Ratifica tales consideraciones el Página 23/35 testimonio
vertido por Guillermo Pablo López, quien manifestó en relación con la entrega de algún
tipo de instructivo por parte del banco que "la información es formalizada verbalmente" y
que se pone a disposición de los clientes las pólizas solo "?a pedido del cliente" (v. fs.
786). Advierto al respecto que si bien el banco codemandado cuestionó la decisión del a
quo por cuanto fundó la misma en prueba que consideró ineficiente (testimonio de López
y pericia contable), lo cierto es que la misma no fue rebatida en la instancia oportuna y
que la encuentro suficientemente idónea para inferir que no le fue entregada la póliza N°
50.077 al Sr. Mileikovsky (art. 386 CPR). Por ello, cabe considerar que se incumplió
respecto del Sr. Mileikovsky el derecho de información previsto por el art. 4 de la Ley
24.240 que establece que "? Quienes produzcan, importen, Página 24/35 distribuyan o
comercialicen cosas o presten servicios, deben suministrar a los consumidores o
usuarios, en forma cierta y objetiva, información veraz, detallada y suficiente sobre las
características esenciales?". iii. Ahora bien, sentado ello, corresponde aquí determinar
sobre quién recaía la obligación de informar adecuadamente al Sr. Mileikovsky, las
condiciones y exclusiones del contrato de seguro al momento de formalizarse la
cobertura. De acuerdo a las particularidades de este tipo de contratación, era en rigor el
banco prestamista el encargado de obtener el consentimiento del adherente a los fines de
formalizar el contrato de seguro de vida (v. fs. 18), ello en su carácter de proponente y
principal interesado en obtener ese consentimiento, más allá del interés propio que
persiguiera el adherente. Por ello, corresponde sostener que fue el banco quien debió
Página 25/35 proporcionar la información clara, veraz, detallada, eficaz y suficiente sobre
las características esenciales del contrato que pretendía que suscriba el deudor (art. 4,
Ley 24.240), circunstancia que no se encuentra acreditada en el sub lite, máxime cuando,
tal como quedó acreditado supra (v. acap. c.ii), de las constancias de autos se desprende
que no le fue entregada al Sr. Mileikovsky la póliza al momento de suscribir el contrato.
Por lo expuesto, le asiste razón a la aseguradora en cuanto aduce que no incumplió el
deber de información que le imputa el a quo, habida cuenta que su obligación lo era con
respecto al banco y que se encuentra acreditado en autos que a éste si le entregó la
póliza por su carácter de tomador (v. fs. 593 vta.). Mas ello no proyectará influencia en el
plano de la responsabilidad de ambas coaccionadas con respecto a la actora, como se
verá infra. Página 26/35 (d) Enfermedad preexistente i. Comparto lo resuelto por el a quo
respecto de que resulta innecesario determinar si existió o no enfermedad con
anterioridad a la suscripción del contrato, por cuanto conforme lo resuelto
precedentemente, se ha acreditado que no se puso en conocimiento del difunto las
condiciones y/o exclusiones que regían a la póliza N° 50.077. Asimismo, y aún si se
conjeturase por vía hipotética el conocimiento del Sr. Mileikovsky de las condiciones de la
póliza aludida, es dable sostener que la cláusula 8 de las condiciones particulares de la
póliza en cuestión (v. fs 193) según la cual el seguro no cubre el fallecimiento derivado de
una enfermedad preexistente, no puede ser esgrimida por la aseguradora cuando como
en el caso, de las constancias de autos se desprende que no se le requirió al Sr.
Mileikovsky examen médico ni una Página 27/35 declaración de su estado de salud al
momento de adherirse al seguro, por cuanto el monto del crédito no superaba la suma de
$50.000 (v. fs. 18). Vale decir que tal conducta de la aseguradora pretendiendo eludir la
prestación de la cobertura por factores que no habían sido previamente determinados con
claridad, no aparece ajustada al standard de buena fe exigido por el art. 1198 del Cód.
Civ., máxime cuando su negativa a pagar la indemnización acordada cuando recibió las
primas sin decir nada al respecto hasta el momento de tener que cumplir, conduciría a un
enriquecimiento sin causa, ocasionando ello un ejercicio abusivo del derecho -art. 1071
del Cód. Civ.- (conf. en caso similiar, Sala D -integrada-, in re "Martínez, Mirta c/ Diners
Club Argentina S.A.C. y de T. s/ ordinario", del 2.09.05). Por lo expuesto, no puede para
Página 28/35 liberarse de su obligación de cumplir con el contrato de seguros en cuestión,
invocar tal estipulación - enfermedad preexistente- luego de producido el fallecimiento del
Sr. Mileikovsky, ya que ese comportamiento creó ante el difunto la apariencia de que el
riesgo de fallecimiento, más allá de la preexistencia o no de su causa, se encontraba
cubierto. (e) Daño moral i. Cigna Argentina Compañía de Seguros S.A. indicó que no
existiendo incumplimiento contractual alguno, no corresponde hacer lugar a la pretensión
de la accionante, quien por este concepto reclamó la suma de $6.000. ii. Al respecto,
participo sin duda de la doctrina mayoritaria que ha sostenido el carácter reparador de la
indemnización (conf. PLANIOL RIPERT, "Traite Elementaire de Droit Civil", T II, pág. 328;
BUSSO, "Código Civil Anotado", T. III, pág. Página 29/35 414; BORDA, "Tratado de
Derecho Civil-Obligaciones", T. I, pág. 190; ORGAZ, "El Daño resarcitorio", pág. 220 y ss.
MOSSET ITURRASPE, "Reparación del daño moral", J.A. 20-295). El agravio moral
importa una lesión a las afecciones legítimas; entre otras, la paz, la tranquilidad de
espíritu, la libertad individual, el honor, la integridad psíquica, los afectos familiares, etc.
(conf. CNCom., Sala B, in re: "Katsikaris A. C/ La Inmobiliaria Cía. De Seguros s/
ordinario", del 12.08.86). No se reduce al pretium doloris, pues involucra todo daño a
intereses jurídicos extrapatrimoniales (conf. CNCom., Sala B, in re: "Galán, Teresa c/
Transportes Automotores Riachuelo S.0A. s/ sumario", del 16.03.99). Se trata de una
lesión susceptible de causar lo que una aguda fórmula ha llamado "modificaciones
disvaliosas del espíritu" (v. PIZZARRO DANIEL, "Reflexiones en torno al Página 30/35
daño moral y su reparación", JA del 17.09.86, especialmente pág. 6 y doctrina allí citada).
Sentado ello, diré que encontrándose decidida su procedencia, en el caso concreto la
determinación del quantum puede quedar librada al prudente arbitrio judicial (conf., entre
otros, CNCom., Sala B, in re: "Albrecht c/ Estímulo", del 06.07.90; ídem. in re "Muzaber c/
Automotores y Servicios", del 23.11.90; ídem. In re "Kofler c/ David Escandarami", del
26.02.91; ídem. In re "Villacorta de Varela c/ Plan Rombo S.A. de Ahorro" del 15.11.91;
ídem. in re "Greco c/ Círculo de Inversores S.A." del 10.02.92). Es temperamento
pacíficamente aceptado en la jurisprudencia, que el resarcimiento por daño moral en
función de incumplimientos en el plano contractual debe discernirse con criterio restrictivo
(conf. ésta Sala, in re "Severino c/ Banco Intercambio Regional", del Página 31/35
08.05.81; ídem. in re "Antonio Roberto Pablo c/ Seguros Bernardino Rivadavia Coop. Ltda
s/ ordinario", del 08.02.05, ídem. in re "Iagupsky, Perla Lila c/ Ediciones Colihue S.R.L. s/
sumario", del 05.04.05). iii. Resulta claramente inferible el agravio moral que debió
soportar la actora por el incumplimiento de las accionadas. En consecuencia, y en virtud
de que la obligación de resarcir el daño causado por actos comprende también la
reparación del agravio moral ocasionado (art. 1078 Cód. Civ.), cuanto menos en la órbita
patrimonial, corresponde desestimar los agravios proferidos en este aspecto y confirmar lo
dispuesto por el a quo que consideró adecuado en su cuantía, en atención a los
antecedentes de autos y con sustento en las previsiones de los arts. 165 Cód. Proc. y
1083 del Cód. Civ. Considero que lo hasta aquí expresado basta para dirimir el Página
32/35 conflicto de autos. Recuérdese que los jueces no están obligados a seguir a las
partes en todas sus argumentaciones, sino tan sólo pronunciarse acerca de aquéllas que
se estimen conducentes para fundar sus conclusiones y resulten decisivas para la
solución de la controversia (conf. CSJN, fallos 307:2216 y precedentes allí citados). (f)
Costas En virtud de la solución que se propicia corresponderá imponer las costas a las
demandadas vencidas, ello en virtud del principio objetivo de la derrota (art. 68 Cód.
Proc.).

V.- Conclusión

Por lo expuesto, si mi criterio fuera compartido por mis distinguidos colegas


corresponderá: confirmar la sentencia recurrida por las accionadas en lo principal que
decide, modificándola respecto de lo establecido en el considerando IV.c. Las costas se
imponen conforme lo establecido en el Página 33/35 considerando precedente (acápite f).
Así voto. Por análogas razones los Señores Jueces de Cámara doctores Caviglione Fraga
y Monti adhieren al voto que antecede. Con lo que terminó este acuerdo que firmaron los
Señores Jueces de Cámara doctores: Bindo B. Caviglione Fraga - José Luis Monti - Juan
Manuel Ojea Quintana Ante mi. Jorge A. Juárez Buenos Aires, 11 de julio de 2007. Y
VISTOS: Por los fundamentos del acuerdo que antecede, se confirma la sentencia de fs.
842/852 en lo principal que decide, modificándola conforme lo establecido en el
considerando IV.c. Las costas se imponen conforme lo establecido en el considerando
precedente (acápite f). El Dr. Juan Manuel Ojea Quintana Página 34/35 actúa conforme
los dispuesto en la Resolución N° 542/06 del Consejo de la Magistratura y Acuerdo del
15.11.06 de esta Cámara de Apelaciones

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