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Análisis de caso simulado: contrato de seguros

Presentado por:

Araceli Barragán Vargas

Aníbal Alvarado Jiménez

Fundación Universitaria Área Andina

Administración de Empresas virtual

Derecho Comercial y Laboral

Yennyfer Carolina Medina Méndez

07 de junio de 2021
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Introducción

El Derecho Comercial es el directamente responsable de hacer cumplir el conjunto

de leyes o normas coercibles que regulan la intermediación entre bienes, servicios y

quienes los consumen y que se encuentran estipuladas en el Código de Comercio de la

República de Colombia, rigiendo a todos los establecimientos donde se efectúen acciones

comerciales a lo largo el territorio.

En este documento daremos respuestas a las preguntas expuesta,

frente al caso del señor Bruno Torres, quien adquirió una póliza con la

aseguradora Protección Seguros S.A, pero 2 años después se presentó un

accidente que lo llevo a realizar solicitud de indemnización, con el

desarrollo del documento el estudiante lograra ampliar el conocimiento

frente a los contratos de seguros de vida y a los artículos del código de

comercio que los rige.

Palabras claves: Contrato de seguro, código de comercio.


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Desarrollo

Caso práctico: Demandante: Señor Bruno Torres

1. Manifiesta que tiene cincuenta y seis (56) años de edad y se

desempeña como funcionario del INPEC, con un salario de $1.088.393.

Agrega que a la edad de cincuenta y dos (52) años adquirió una póliza

de seguro de vida colectiva con Protección Seguros S.A., de referencia

KM-0662 - ramo grupo contributivo -, con fecha de perfeccionamiento

del contrato el día 1º de abril de 2012.

2. La póliza amparaba los siguientes riesgos: a.- muerte, cualquiera

fuera su causa; b.-incapacidad total y permanente, cualquiera fuera la causa; c.- muerte

accidental; y d.- enfermedades graves, como infarto del miocardio, cáncer, accidente cerebro

vascular, insuficiencia renal y esclerosis múltiple.

3. Declara que el día doce (12) de febrero de dos mil catorce (2014), mientras estaba en su casa,

sufrió una fuerte picada en la cabeza que le dejó inmediatamente descompuesto. Por esta razón,

fue llevado a la clínica Sanitas, donde le operaron el cerebro por derrame, pero le quedaron

secuelas como: pérdida de la periferia izquierda de ambos ojos, sordera, problemas de locomo-

ción, propenso a convulsionar (epilepsia) y problemas mentales.

4. Expone que el día 9 de abril de dos mil catorce (2014), solicitó ante Protección Seguros S.A.

la indemnización por el 50% del valor asegurado por enfermedad profesional; sin embargo, me-

diante escrito del veintisiete (27) de mayo de dos mil catorce (2014) le fue negada la petición,

bajo el argumento que tenía hipertensión arterial antes de adquirir la póliza. Arguye que no le
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fueron practicados ni exigidos exámenes médicos al momento de perfeccionar el contrato y,

además, en el oficio dirigido por la entidad demandada a todos los funcionarios del INPEC, die-

ron a entender que el amparo incluía todas las formas de enfermedad grave, sin importar el pa-

decimiento previo de alguna de ellas.

5. Sostiene que la EPS Sanitas lo remitió a COLPENSIONES por llevar más de ciento ochenta

(180) días incapacitado, donde fue calificado con un 53.11% de pérdida de la capacidad laboral,

con fecha de estructuración el día veinticinco (25) de agosto de dos mil catorce (2014). Expresa

que luego de esta valoración, el día cuatro (04) de diciembre de ese mismo año solicitó nueva-

mente la indemnización ante Liberty Seguros, pero esta vez por incapacidad total y permanente,

aunque otra vez le fue negada por la misma causa.

6. Afirma que consultó a sus médicos tratantes, especialistas en neurocirugía, quienes le expli-

caron que el derrame que sufrido no fue causado por hipertensión arterial, sino por una lesión

llamada “angiopatía amiloidea patología”, la cual no se asocia con la primera debido a que re-

presentan expresiones clínicas distintas y producen hemorragias en una zona distinta.

7. Narra que el doce (12) de febrero de dos mil quince (2015), con las

certificaciones de sus médicos tratantes, solicitó nuevamente ante Protección

Seguros la ejecución de la póliza adquirida; sin embargo, le informaron que

reconsiderarían su petición y le darían respuesta dentro del término legal del

artículo 1080 del Código de Comercio. Agrega que luego de transcurrido un

mes no recibió respuesta alguna.

8. Señala que en los días dieciséis (16), diecisiete (17) y dieciocho (18) de

marzo de dos mil quince (2015) llamó a la entidad accionada para averiguar por su reclamación,
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pero el último día le dieron respuesta negativa a su petición, bajo el argumento que sufría

hipertensión arterial antes de adquirir el seguro y que en su historia clínica no aparecía el

diagnostico de angiopatía amiloide cerebral.

Pruebas

1. Se tiene que el señor Bruno Torres sufrió el accidente cerebrovascular el día doce (12) de

febrero de dos mil catorce (2014), dos años después de haber adquirido la póliza de seguro de

vida.

2. De su historia clínica se desprende que sufría de hipertensión antes de

haber perfeccionado el contrato con Protección Seguros S.A.

3. Según concepto emitido por el médico tratante, la causa del accidente

cerebrovascular del paciente Bruno Torres radicó en la angiopatía

amiloidea cerebral.

“El paciente sufrió un infarto hemorrágico temporopariental derecho y un

infarto occipital isquémico como complicación adicional. En mi

experiencia clínica esta lesión se corresponde generalmente con una

angiopatía amiloide –patología no asociada con HTA.

De acuerdo con el anterior caso, resuelva las siguientes preguntas:

1. ¿Cuál es el objeto del contrato de seguro de vida?

Según la ley 50 de 1980 El contrato de seguro es aquel por el que el asegurador se obliga,

mediante el cobro de una prima y para el caso de que se produzca el evento cuyo riesgo es objeto
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de cobertura a indemnizar, dentro de los límites pactados, el daño producido al asegurado o a

satisfacer un capital, una renta u otras prestaciones convenidas.

Según la ley 50 de 1980 define el Seguro de vida el asegurador se obliga, mediante el

cobro de la prima estipulada y dentro de los límites establecidos en la Ley y en el contrato, a

satisfacer al beneficiario un capital, una renta u otras prestaciones convenidas, en el caso de

muerte o bien de supervivencia del asegurado, o de ambos eventos conjuntamente.

El seguro sobre la vida puede estipularse sobre la vida propia o la de un tercero, tanto

para caso de muerte como para caso de supervivencia o ambos conjuntamente, así como sobre

una o varias cabezas, en los seguros para caso de muerte, si son distintas las personas del

tomador del seguro y del asegurado, será preciso el consentimiento de éste, dado por escrito,

salvo que pueda presumirse de otra forma su interés por la existencia del seguro.

En otras palabras, el objeto del contrato de seguro de vida, se basa

en un acuerdo de voluntades por el cual una persona natural se obliga

al pago de una mensualidad a favor de una aseguradora, con el objeto

que esta (aseguradora) cubra los daños causados por la ocurrencia de

riesgo o siniestro que llegue afectar la integridad física o el patrimonio

del primero (persona natural).

2. ¿El señor Bruno Torres tiene derecho hacer efectiva la

póliza de seguro de vida suscrita con Protección Seguros S.A.?

Si tiene derecho, porque cuando el tomo, La póliza Gozaba de buena salud, además la

póliza amparaba

a.-incapacidad total y permanente, cualquiera fuera la causa;


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b.- enfermedades graves, como infarto del miocardio, cáncer, accidente cerebro vascular,

insuficiencia renal y esclerosis múltiple.

c- Muerte accidental

d- Muerte cual fuera la causa.

Arguye que no le fueron practicados ni exigidos exámenes médicos al momento de

perfeccionar el contrato y, además, en el oficio dirigido por la entidad demandada a todos los

funcionarios del INPEC, dieron a entender que el amparo incluía todas las formas de enfermedad

grave, sin importar el padecimiento previo de alguna de ellas. Esto quiere decir que la entidad

Protección Seguros S.A no contaba con historia clínica del estado de salud del paciente.

Según la corte constitucional en la sentencia T-024 del 2016, De acuerdo con las normas

que rigen el contrato de seguros, las obligaciones de las partes deben

entenderse de manera armónica con los elementos y características

esenciales del contrato. En ese marco, el artículo 1058 del Código de

Comercio establece la obligación de declarar de forma abierta y

sincera los hechos o circunstancias que determinan el estado del

riesgo, obligación que se deriva del carácter bilateral, oneroso y

aleatorio del contrato. Pero no se trata de una deber que se lee

aislado de la responsabilidad que asume la aseguradora, pues en la

medida en que la compañía asume el riesgo, debe conocer las

condiciones en que lo hace, como requisito previo para ampararlo y

para determinar la contraprestación que exigirá al tomador a manera de prima.


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Además atribuye que contaba con dictamen de la EPS Sanitas lo remitió a

COLPENSIONES por llevar más de ciento ochenta (180) días incapacitado, donde fue calificado

con un 53.11% de pérdida de la capacidad laboral.

Y contaba con un concepto de Especialistas en neurocirugía, quienes le explicaron que el

derrame que sufrido no fue causado por hipertensión arterial, sino por una lesión llamada

“angiopatía amiloidea patología”, la cual no se asocia con la primera debido a que representan

expresiones clínicas distintas y producen hemorragias en una zona distinta.

"Articulo 1058. Declaración del tomador sobre el estado de riesgo: El tomador está

obligado a declarar sinceramente los hechos o circunstancias que determinan el estado del riesgo,

según el cuestionario que le sea propuesto por el asegurador. La reticencia o la inexactitud sobre

hechos o circunstancias que, conocidos por el asegurador, lo hubieren retraido de celebrar el

contrato, o inducido a estipular condiciones más onerosas, producen la nulidad relativa del

seguro.

Si la declaración no se hace con sujeción a un cuestionario

determinado, la reticencia o la inexactitud producen igual efecto si el

tomador ha encubierto por culpa, hechos o circunstancias que impliquen

agravación objetiva del estado del riesgo.

Si la inexactitud o la reticencia provienen de error inculpable del

tomador, el contrato no será nulo, pero el asegurador sólo estará obligado, en

caso de siniestro, a pagar un porcentaje de la prestación asegurada

equivalente al que la tarifa o la prima estipulada en el contrato represente

respecto de la tarifa o la prima adecuada al verdadero estado del riesgo,


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excepto lo previsto en el artículo 1160.

Las sanciones consagradas en este artículo no se aplican si el asegurador, antes de

celebrarse el contrato, ha conocido o debido conocer los hechos o circunstancias sobre que

versan los vicios de la declaración, o si, ya celebrado el contrato, se allana a subsanarlos o los

acepta expresa o tácitamente" (Negrilla fuera del texto original)

Artículo que necesario resulta citar, ya que hemos de partir la respuesta en la que el Señor

Bruno si tiene Derecho ya que, el texto comercial refiere que la declaración está sometida a un

cuestionario propuesto por el asegurador, debiendo ser determinado, aunado a ello, que si hay

inexactitud o reticencia por error inculpable, es decir, no atribuible, al tomador o beneficiario,

debe el asegurador, es decir la entidad, en este caso Protección, pagar en porcentaje según la

póliza adquirida, el riesgo ante la incapacidad sufrida. Es decir, no hay nulidad, a mayor

consideración, se trata de una modificación en el porcentaje mas no en la negativa de no otorgar

y cumplir el objeto del contrato. Para el caso en comento, la hipertensión es una pregunta que,

para el común, en citas médicas, de rutina, control y similares, es necesaria como básica, es decir

que con muy poca frecuencia se omite esta pregunta, siendo carga del asegurador preguntar todo

lo que incumba en lo relativo a asuntos médicos, siendo una omisión, que no puede cargar sobre

el tomador.

Ratificación de lo expuesto con anterioridad resulta lo dicho en Sentencia 4923 de 1999,

en donde la Corte Suprema de Justicia expone que5:

5 "Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil y Agraria. Expediente 4923 (1999) Tomado de Ayala, Santamaria

(2016) Reticencia e Inexactitud en el Contrato de Seguros. Pág. 31. Párr. 3)


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El conocimiento presuntivo del riesgo al tenor del inciso último del artículo 1058 del

Código de Comercio, no puede entenderse total, porque como ya se dijo, la inspección directa

del riesgo no supone el conocimiento cabal del mismo. Supone sí, el conocimiento de todas

aquellas circunstancias que un asegurador diligente habría percibido con las inspecciones, o

reconocimientos hechos en el caso concreto. Así, un examen médico efectuado por el asegurador

durante el trámite de una solicitud de

seguro de vida, con lleva el conocimiento de toda la información que razonablemente se

obtiene con ese tipo de examen, no con otros. De ahí que el asegurador, libremente, determina

el alcance de su conocimiento del riesgo por vía de inspección o percepción directa, y sólo en

relación con ese alcance se aplica el conocimiento presuntivo que

impide las sanciones por reticencia o inexactitud del tomador en la

declaración de asegurabilidad, pues de conformidad con el art. 1058

del C. de Comercio, las sanciones por las circunstancias

mencionadas no proceden si la aseguradora conocía o debía

conocer los hechos sobre los cuales versan los vicios de la

declaración." (Negrilla fuera del texto original)

Dejando así, con suficiente asidero, la postura sobre la cual

el señor bruno no falto a la verdad, no omitió ni similar en la

información que debía brindar, atañéndole total derecho sobre la

reclamación de la póliza tomada en el contrato de seguro colectivo

celebrado.
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3. ¿Considera que en la declaración del señor Bruno Torres sobre el estado del riesgo,

como tomador del seguro, existía reticencia o inexactitud en el suministro de la

información?

Antes de brindar la consideración, debemos exponer que se entiende como

inexactitud y reticencia, en donde la primera de estas se da cuando (Ayala,

Santamaría (2016) Pág. 23. Párr.4 y 5) una declaración tiene una

disconformidad o discordancia entre lo que se presenta de manera objetiva o

la versión que se da sobre los mismos hechos relevantes para el contrato de

seguro y la segunda, es decir la reticencia, cuando voluntaria y

deliberadamente la parte guarda silencio, oculta u omite información relevante

al exteriorizar su voluntad para conocer el estado real de riesgo por parte de la

aseguradora.

Siguiendo lo expuesto con anterioridad, al tratarse la solicitud de interrogante de una

consideración personal, se tiene que, visto lo expuesto en el Código de Comercio y la

jurisprudencia citada como aplicable al caso, al no cumplir la aseguradora con lo dispuesto al

tenor del artículo 1058, no hay lugar a la nulidad, ni a la negativa del pago en fundamento como

lo realizó la entidad, pues la información, ante el tipo de contrato de seguro tomado, debía ser

recolectada por parte de la demandada, ya que no realizo el cuestionario en debida forma y

además, reprocha un dictamen médico cuya respuesta brinda después del término legal que se

otorga para las respuestas.


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No existe reticencia o inexactitud, pues para la fecha que el señor Bruno tomo el

seguro, gozaba de buena salud, y no estaba diagnosticado con enfermedad alguna, además según

atribuye el Departamento Médico de Protección Seguros S.A. encontró que la hipertensión

arterial sufrida por el accionante con anterioridad al perfeccionamiento del contrato de seguro de

vida, pero el asegurado cuenta con documento emitido por el médico tratante, donde indica que

la causa del accidente cerebrovascular del paciente Bruno Torres radicó en la Angiopatía

Amiloidea Cerebral, el cual no era conocida por el sr. Bruno al momento de contratar la póliza,

Por las razones anteriores no se puede tomar por reticencia o inexactitud.

4. Explique las consecuencias de la reticencia o inexactitud sobre los hechos o

circunstancias del riesgo?

Las consecuencias están expuestas en el artículo 1058 del código de

comercio donde indica, ARTÍCULO 1058. DECLARACIÓN DEL

ESTADO DEL RIESGO Y SANCIONES POR INEXACTITUD O

RETICENCIA. El tomador está obligado a declarar sinceramente los

hechos o circunstancias que determinan el estado del riesgo, según el

cuestionario que le sea propuesto por el asegurador. La reticencia o la

inexactitud sobre hechos o circunstancias que, conocidos por el asegurador,

lo hubieren retraído de celebrar el contrato, o inducido a estipular

condiciones más onerosas, producen la nulidad relativa del seguro.

Si la declaración no se hace con sujeción a un cuestionario determinado, la reticencia o la

inexactitud producen igual efecto si el tomador ha encubierto por culpa, hechos o circunstancias

que impliquen agravación objetiva del estado del riesgo.


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Si la inexactitud o la reticencia provienen de error inculpable del tomador, el contrato no

será nulo, pero el asegurador sólo estará obligado, en caso de siniestro, a pagar un porcentaje de

la prestación asegurada equivalente al que la tarifa o la prima estipulada en el contrato represente

respecto de la tarifa o la prima adecuada al verdadero estado del riesgo, excepto lo previsto en el

artículo 1160.

Las sanciones consagradas en este artículo no se aplican si el asegurador, antes de

celebrarse el contrato, ha conocido o debido conocer los hechos o circunstancias sobre que

versan los vicios de la declaración, o si, ya celebrado el contrato, se allana a subsanarlos o los

acepta expresa o tácitamente.

5. ¿En qué consiste el principio de buena fe en el contrato de seguro?

Tomado de la Sentencia 745 de 2012 Corte Constitucional, El

principio de buena fe se desprende, específicamente, del artículo 83 de

la Constitución, al establecer que las actuaciones de los particulares y de

las autoridades públicas deberán ceñirse a los postulados de la buena fe,

la cual se presumirá en todas las gestiones que aquellos adelanten ante

éstas

La jurisprudencia ha señalado que dicho principio constituye un

verdadero postulado constitucional, y que debe entenderse como una

exigencia de honestidad y rectitud en las relaciones entre los ciudadanos

y la Administración. Además ha definido el principio de buena fe como

aquel que exige a los particulares y a las autoridades públicas ajustar sus comportamientos a una
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conducta honesta, leal y conforme con las actuaciones que podrían esperarse de una persona

correcta. En este contexto, la buena fe presupone la existencia de relaciones reciprocas con

trascendencia jurídica, y se refiere a la confianza, seguridad y credibilidad que otorga la palabra

dada.

De acuerdo con el pronunciamiento, el principio de la buena fe en el contrato de seguros

se predica con mayor exigencia de las dos partes, es decir, tanto del tomador como del

asegurador, teniendo en cuenta que se trata de un contrato de adhesión, lo que significa que al

momento de la suscripción la aseguradora tiene la carga de consignar en el texto de la póliza, de

manera clara y expresa, las exclusiones o preexistencias.

ARTÍCULO 871 PRINCIPIO DE BUENA FE. Los contratos deberán celebrarse y

ejecutarse de buena fe y, en consecuencia, obligarán no sólo a lo pactado expresamente en ellos,

sino a todo lo que corresponda a la naturaleza de los mismos, según la ley, la costumbre o la

equidad natural.

6. ¿La aseguradora puede en este caso alegar preexistencia?

Para este caso la aseguradora Protección Seguros S.A no puede alegar preexistencia pues

debió a haber dejado una constancia de preexistencias o exclusión de alguna cobertura, al inicio

del contrato, para evitar ambigüedades en el texto que ellas mismas han elaborado

La Corte Constitucional publicó el texto de la Sentencia T-024 del 2016, en la cual

reafirma la importancia del deber de confirmación que debe existir por parte de la aseguradora y

del tomador en el momento de la suscripción de la póliza


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Deberes de claridad, información, confirmación y lealtad por parte de la aseguradora y

del tomador en el momento de la suscripción de pólizas. Por lo anterior la asegurado no puede

alegar preexistencia.

Conclusiones

Con el desarrollo de este trabajo podemos tener claridad que se debe tener presente a la

hora de adquirir una póliza de seguro de vida, se puede notar el caso que la entidad no tenía la

mínima intención de pagar la indemnización, lo que hacen es negar el pago para que el cliente

desista del cobro de la misma pensando que no cuenta con el derecho.

Los Contratos de seguros, suelen ser convenios de gran discusión y complejidad por lo

que los mismos refieren, en cuanto al seguro de vida colectivo, si bien

no se tiene una definición concreta y única a lo que el objeto y fin del

mismo refiere, la jurisprudencia y el cuerpo normativo comercial

permite brindar un entendimiento de su funcionamiento, es común

escuchar cláusulas abusivas o arbitrarias ante las cuales las altas

colegiaturas han propendido por el respeto de los Derechos, garantías e

incluso las expectativas que se generan sobre los tomadores.

La Buena fe, en los contratos de seguros es base del mismo al

requerir de las partes total transparencia y completa seguridad en la

información y demás requeridos para la celebración del mismo, que

una parte cause o falte a su deber para de manera posterior alegar la mala fe y como tal la

negativa a responder por el pago o cumplimiento de la obligación adquirida, queda sin sustento

por aplicación de este principio constitucional. De allí, que la preexistencia se tenga cuando
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opera la mala fe, mas no cuando no se tiene un actuar diligente de la parte que requiere y debe

disponer los medios para obtener la información más clara y veraz posible. así mismo, la

reticencia al callar, de manera fraudulenta, digámoslo, a fin de adquirir un beneficio engañando a

la entidad.

La voluntad contractual entonces, se encuentra sometida al deber evitando negligencias

que quebrante la buena fe, los contratos al ser ley para las partes adquieren mayor relevancia en

cuanto a derechos y obligaciones se adquieren respecto de los mismos, que pese a tratarse en los

seguros, de personas jurídicas en ambos extremos, no decrece el equilibrio ante el cual la parte

tomadora puede verse sometida, es decir, en un estado inferior al ser quien se adhiere a lo que la

aseguradora ofrece, pues sebe ser justa, transparente y siempre en pro de los derechos en juego

contractualmente.
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Referencias

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https://espanol.myfloridacfo.com/Division/Consumers/UnderstandingCoverage/LifeInsur

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https://www.alcaldiabogota.gov.co/sisjur/normas/Norma1.jsp?i=50376&dt=S

Compilación de la Legislación Aplicable al Distrito Capital :: Régimen Legal de Bogotá. (1971).

Alcaldía de Bogotá.

https://www.alcaldiabogota.gov.co/sisjur/normas/Norma1.jsp?i=41102

La preexistencia no siempre es sinónimo de reticencia: Corte Constitucional. (2017). Según la

Sala Sexta de Revisión, la primera implica mala fe en la conducta del tomador del seguro

y la segunda, en cambio, constituye un hecho objetivo.

https://www.ambitojuridico.com/noticias/mercantil/financiero-cambiario-y-seguros/la-

preexistencia-no-siempre-es-sinonimo-de

REPÚBLICA DE COLOMBIA. (2016). Corte Constitucional.

https://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2016/T-024-16.htm

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Consumo 2015, https://www.consumoresponde.es/sites/default/files/fichero-adjunto-

normativa/Ley%2050-1980%2021-8-15.p
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REPÚBLICA DE COLOMBIA. (2017). Corte Constitucional.

https://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2017/T-251-17.htm

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Escruceria Mayolo. Expedientes T5921539 y T596613. De 26 de abril de 2017.

Disponible en: https://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2017/t-251 17.htm

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Lizarazo Ocampo. Expedientes T6059890, T 6021578, T6017645 y T6063467. De

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https://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2017/T-591-17.htm

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