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CORTE SUPREMA DE JUSTICIA

SALA DE CASACIÓN LABORAL

MAGISTRADO PONENTE EDUARDO LÓPEZ VILLEGAS

Referencia: Expediente No. 35043

Acta No. 45

Bogotá D.C., veinticuatro (24) de noviembre de dos mil


nueve (2009).

Resuelve la Corte el recurso de casación interpuesto


por el apoderado judicial de ROSALBA RESTREPO
GONZÁLEZ contra la sentencia de 25 de octubre de 2007,
proferida por la Sala Laboral del Tribunal Superior del
Distrito Judicial de Medellín, en el proceso ordinario
promovido por la recurrente contra el INSTITUTO DE
SEGUROS SOCIALES y LA PREVISORA S.A. COMPAÑÍA
DE SEGUROS.
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I.- ANTECEDENTES.-

1.- La citada demandante convocó a proceso al


Instituto y a la Previsora con el fin en lo que interesa a la
casación, de que sean condenadas en forma solidaria,
conjunta o separada al pago de la pensión de vejez, a
partir del 25 de febrero de 2004 y a los intereses de mora.

Como apoyo de su pedimento indicó que el Instituto


celebró con La Previsora un contrato de seguros
denominado Póliza de Seguro de Aporte Pensional por
Desempleo. Ella cumplió con los requisitos exigidos en la
póliza y fue aceptada, pues probó su vinculación laboral
mediante contrato a término indefinido y que fue despedida
sin justa causa. De la misma manera cumplió la condición
para el pago de la indemnización, pues envió una
comunicación a La Previsora el 20 de junio de 2000, sobre
su aceptación en el Consorcio Prosperar, esto es, el
régimen subsidiado de pensiones del I.S.S..

2.- El I.S.S. admitió la mayoría de los hechos y frente


a otros dijo no constarle su existencia. Rechazó las
pretensiones y manifestó que la actora no acreditó los
requisitos para acceder a la pensión que depreca. Esgrimió
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como medios defensivos, falta de causa para demandar,


buena fe e improcedencia de intereses moratorios.

La Previsora contestó el libelo, se opuso a las


pretensiones y adujo en su defensa que no tuvo vínculo
jurídico de carácter laboral con la demandante, que el
único compromiso se derivaría de un acuerdo de otra
naturaleza que debe ser ventilado ante la respectiva
competencia. De todas maneras se debe tener en cuenta la
prescripción propia del contrato de seguros, pues la actora
no presentó reclamación dentro de los términos que señala
el Código de Comercio. Según la póliza el siniestro se
entiende ocurrido en la fecha del despido, para el caso, el
17 de febrero de 1999. La reclamación se presentó sólo el
5 de mayo de 2006, luego operó la prescripción. Propuso
las excepciones de prescripción, falta de legitimación en la
causa por pasiva, inexistencia de la obligación
indemnizatoria.

3.- Mediante fallo de 30 de abril de 2007, el Juzgado


Primero Laboral del Circuito de Medellín, absolvió al
Instituto y a La Previsora de todos los cargos.
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II.- SENTENCIA DEL TRIBUNAL.-

En virtud de la apelación interpuesta por la parte


demandante, conoció el Tribunal Superior de Medellín, que
mediante fallo de 25 de octubre de 2007, confirmó el del
Juzgado en su integridad.

En lo que interesa a la casación, sostuvo el Juzgador


de segundo grado que previo a estudir el tema de la
prescripción era menester dilucidar si el derecho reclamado
estaba plenamente establecido.

Luego de transcribir las pretensiones tal como fueron


redactadas en la reforma a la demanda, aseveró que eran
la pensión de vejez por cumplir más de 500 semanas en los
20 años anteriores al cumplimiento de la edad mínima e
intereses moratorios.

Pero en el mismo texto del libelo se acepta que la


actora no cumple el requisito de las 500 semanas, porque
no se han contabilizado las que se podrían derivar de la
póliza de seguro de desempleo suscrita entre el Instituto y
la Previsora Compañía de Seguros.

Agregó el juzgador que: “es apenas obvio que tales


súplicas no pueden prosperar, ni frente al ISS, que es el
administrador del régimen de prima media, ni mucho
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menos frente a la Previsora S.A., que solamente tiene una


hipotética y discutida responsabilidad frente a un número
limitado de semanas de cotización. Súmese a esto dicho
que el contrato de seguro que genera el pago de aportes
de afiliados desempleados, fue suscrito no solo con La
Previsora S.A. sino también con LA COMPAÑÍA CENTRAL
DE SEGUROS S.A. (fl. 79), y esta empresa aquí no fue
vinculada al proceso.

“Es posible que La Previsora S.A. Compañía de


Seguros tenga una obligación de pagar el monto de unas
cotizaciones a favor de la actora con ocasión de la póliza
de seguros ya mencionada, pero no lo es menos que por
parte alguna en las pretensiones se solicitó que se
condenara a ésta al pago de las mismas.

“Es más si así se hubiere hecho y la pretensión se


hubiere reconocido, a la pensión de vejez aquí pedida
tampoco se podría acceder, en tanto la contabilización de
las semanas solo se haría cuando esta compañía de
seguros deposite o cancele su valor al Instituto de Seguros
Sociales. Mientras tanto es claro que la demandante no
tiene las 500 semanas de cotización que son soporte de lo
pedido”.

III.- RECURSO DE CASACIÓN.-


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Inconforme con la anterior decisión, la parte actora


interpuso recurso extraordinario, el cual concedido por el
Tribunal y admitido por la Corte se procede a resolver,
previo estudio de la demanda de casación y la réplica del
Instituto.

Pretende el impugnante que la Corte case la sentencia


acusada, y en sede de instancia, revoque la del Juzgado y
en su lugar, condene al Instituto de Seguros Sociales y/o a
La Previsora S.A. a pagar la pensión de vejez, los intereses
de mora y las costas.

Con tal propósito formula cinco cargos, así:

CARGO SEGUNDO.- Acusa la sentencia por vía


directa porque “aplicó indebidamente los artículos 51 y 83
del C. de P. C. … e incurrió en falta de aplicación de los
artículos 50, 54 y 57 ibídem, en relación con los artículos
825 y 1037 del C. de Comercio; 12 del Acuerdo 049 de
1990 (aprobado por el Decreto 0758 de 1990); 13, 31, 36
y 141 de la Ley 100 de 1993”.

En la demostración asevera el impugnante que de


conformidad con el artículo 1037 del Código de Comercio,
en el contrato comercial de seguro, la relación sustancial
en caso de conflicto se da entre el tomador y asegurador,
de tal forma que si la demanda hubiera sido interpuesta
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por el tomador esto es, el Instituto, ahí si tendría que


conformarse un litis consorcio necesario por pasiva con
ambas empresas (arts. 51 y 83 del C. de P. C.).

Sin embargo dice, no es aquí el caso, pues “la


relación sustancial en conflicto no es de derecho comercial,
sino del derecho de la seguridad social integral, y está
dada entre el trabajador o afiliado, de una parte, y el fondo
de pensiones (ISS), de la otra, que es la entidad llamada a
asumir la prestación de seguridad social que se demanda,
o sea la pensión de vejez, por pasiva”.

En el sub judice no resulta menester integrar un


litisconsorcio necesario por activa como lo entendió el
Tribunal, porque a lo sumo se estaría frente a un
litisconsorcio meramente facultativo por pasiva, “pues era
el INSTITUTO DE SEGUROS SOCIALES como parte
demandada, y como deudor de la prestación de seguridad
social que se reclama, el llamado a provocarlo, y no lo
hizo”.

CARGO CUARTO.- Por vía directa acusa la sentencia


porque “infringió directamente los artículos 48 y 53 de la
Constitución Nacional; los artículos 19 y 20 del C. S. del T.;
los artículos 50, 54 y 57 del C. de P. C. … en relación con
los artículos 1568 y 1571 del C. Civil; con los artículos 822,
825, 1037, 1041, 1072 del C. de Comercio; con los
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artículos 12 del Acuerdo 049 de 1990 (aprobado por el


Decreto 0758 de 1990); y con los artículos 1, 2, 3, 13, 31,
36 y 141 de la Ley 100 de 1993”.

En la sustentación afirma el censor que el contrato


de aporte pensional por desempleo es mucho más que un
simple convenio de derecho privado. Ese contrato es un
medio para hacer efectivo el servicio público de la
seguridad social, y por ello el intérprete al establecer su
sentido y alcance, debe trascender las normas de derecho
comercial en aras de salvaguardar los principios
constitucionales y legales que rigen esa rama del
ordenamiento jurídico.

Añade que “Por ello, no resulta descabellado afirmar


que el beneficio otorgado por un contrato de seguro de
desempleo, en el campo de la seguridad social integral, y
específicamente en materia de la pensión de vejez, se
torna de orden público, irrenunciable e imprescriptible.
Como tampoco es atinado argüir que el asegurador en
casos como este, asume más que la simple obligación de
pagar el monto de unas cotizaciones, porque de lo que
realmente se trata es de que, por ese medio, el derecho a
la pensión de vejez se materialice en cabeza del trabajador
afiliado”.

Manifiesta más adelante que la actora por no ser


parte de la relación sustancial surgida del eventual
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incumplimiento del contrato que vincula al tomador y


asegurador, no tenía la carga de integrar un litisonsorcio
necesario, llamando al proceso a las personas jurídicas que
conforman el asegurador. La relación en este caso es de
seguridad social entre el afiliado y el fondo de pensiones
(ISS), que es la entidad llamada a asumir por pasiva la
prestación de seguridad social. El Instituto entonces, bien
pudo en su condición de parte en el contrato comercial de
seguro, denunciar el pleito a las aseguradoras o llamarlas
en garantía y no lo hizo. En este caso se trata de un
litisconsorcio facultativo y no necesario.

CARGO QUINTO.- Por vía directa acusa la sentencia


porque “interpretó erróneamente los artículos 1036, 1037,
1039, 1040, 1041, 1054, 1072, 1077, 1079 y 1080 del C.
de C., en relación con los artículos 48 y 53 de la
Constitución Nacional, 12 del Acuerdo 049 de 1990
(aprobado por el Decreto 0758 de 1990), y 13, 31, 36 y
141 de la Ley 100 de 1993; aplicó indebidamente los
artículos 51 y 83 del C. de P. C. (art. 145 del C. P. del T. y
de la S.S.), y se abstuvo de aplicar los artículos 50, 54 y
57 del C. de P. C. (C.P. del T. y de la S.S. art. 145), en
relación con el artículo 1037 del C. de C.”.

En el desarrollo aduce el impugnante que exigir que


la demandante integre un litisconsorcio necesario, se
convertiría en una carga que en derecho el afiliado a la
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seguridad social no está obligado a soportar, por resultar


de incumbencia del tomador del seguro. Si así se
admitiera, el seguro de aporte pensional por desempleo, a
más de un escollo para el afiliado, dilataría en el tiempo el
disfrute real y efectivo de la pensión de vejez.

El replicante en relación con estas acusaciones


expresa en esencia que al no existir prueba de las
cotizaciones realizadas por La Previsora y no solicitar el
actor como pretensión el pago de las mismas, es claro que
el Instituto no podría otorgar la pensión de vejez, toda vez
que no alcanzó a cotizar las 500 semanas exigidas.

IV. CONSIDERACIONES DE LA CORTE.-

La Corte procederá al estudio conjunto de estas tres


acusaciones en cuanto se encaminan por el sendero
jurídico, citan similar elenco normativo y persiguen el
mismo objetivo.

Fue pilar esencial de la sentencia de segundo grado


para confirmar la decisión absolutoria del Juzgado, que
dentro de las pretensiones de la demanda no se solicitó
que La Previsora fuera condenada al pago de cotizaciones
al Instituto a favor de la demandante, para ser
contabilizadas a efectos de completar el número mínimo
necesario para acceder a la pensión de vejez.
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Este argumento básico no fue atacado, siendo


obligación del recurrente en casación para la eventual
prosperidad del recurso extraordinario, controvertir todos
los fundamentos de la sentencia gravada, porque uno de
ellos que permanezca en firme se convierte en soporte de
su legalidad, pues no hay que olvidar que el fallo de
segundo grado viene amparado por las presunciones de
acierto y conformidad con el ordenamiento legal.

Por lo demás se ha de advertir, que el Tribunal


entendió que en el sub lite, debía integrarse litisconsorcio
con la Compañía Central de Seguros S.A., esto, porque en
la póliza de seguro de aporte pensional por desempleo,
contratada por el Instituto de Seguros Sociales, fungieron
como aseguradoras La Previsora S.A. Compañía de Seguros
y la Compañía Central de Seguros S.A. quienes
constituyeron una unión temporal para el efecto.

En nuestro régimen legal, artículo 7° de la Ley 80 de


1993, la unión temporal no constituye una persona jurídica
distinta de las que la integran, y no obstante que tienen
responsabilidad solidaria, ha entendido la jurisprudencia
que en la medida en que la norma que las regula ha
previsto las sanciones por incumplimiento de las
obligaciones derivadas de la propuesta y del objeto
contratado, las cuales “se impondrán de acuerdo con la
participación en la ejecución de cada uno de los miembros
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de la unión temporal”, cuando concurren al proceso como


demandantes ora como demandados, se debe integrar
litisconsorcio necesario por activa o por pasiva según
corresponda con todos y cada uno de los unidos
temporalmente.

El Consejo de Estado, Sección Tercera, en providencia


de 7 de diciembre de 2005, rad. N° 27651, sostuvo sobre
el tema lo siguiente:

“En principio dirá la Sala que las uniones temporales,


figuras admitidas en el artículo séptimo de la ley 80 de 1993
para efectos de contratación estatal, no configuran una
persona jurídica nueva e independiente de los miembros que
conforman dichas asociaciones. Al no poseer tal naturaleza
jurídica, carecen de capacidad para comparecer en proceso
ante autoridades judiciales, conforme a lo prescrito en el
artículo 44 del Código de Procedimiento Civil.

“Al respecto, la Corte Constitucional ha afirmado que


dichas asociaciones no son personas jurídicas y que la
representación conjunta solo funciona para efectos de
adjudicación, celebración y ejecución de los contratos; en
sentencia de 22 de septiembre de 1994 manifestó:

‘El artículo 6o. autoriza para contratar con las


entidades estatales a ‘..las personas consideradas
legalmente capaces en las disposiciones vigentes’. De
igual modo señala que, ‘también podrán celebrar
contratos con las entidades estatales, los consorcios y
uniones temporales’.

“En estos eventos el Estatuto no se refiere a una


persona y sin embargo permite que los consorcios y las
uniones temporales puedan contratar con el Estado, lo
cual, en resumen significa que la ley les reconoce su
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capacidad jurídica a pesar de que no les exige como


condición de su ejercicio, la de ser personas morales.

“El consorcio es una figura propia del derecho


privado, utilizado ordinariamente como un instrumento
de cooperación entre empresas, cuando requieren
asumir una tarea económica particularmente importante,
que les permita distribuirse de algún modo los riesgos
que pueda implicar la actividad que se acomete, aunar
recursos financieros y tecnológicos, y mejorar la
disponibilidad de equipos, según el caso, pero
conservando los consorciados su independencia jurídica.

“Se tiene de lo anterior [artículo 7° de la ley 80 de


1993] que según la ley, el consorcio es un convenio de
asociación, o mejor, un sistema de mediación que
permite a sus miembros organizarse
mancomunadamente para la celebración y ejecución de
un contrato con el Estado, sin que por ello pierdan su
individualidad jurídica, pero asumiendo un grado de
responsabilidad solidaria en el cumplimiento de las
obligaciones contractuales.

“Lo que se ha expresado para el consorcio puede


aplicarse del mismo modo para la "unión temporal", si se
tiene en cuenta el texto del numeral segundo del mismo
artículo 7°’.

“Al no constituir la unión temporal, ni el consorcio, una


persona jurídica diferente de los miembros que la conforman,
la capacidad para comparecer en proceso reposa en cabeza
de las personas naturales o jurídicas que los integran.

“Por ello, la Sala sostuvo en diversas oportunidades


que si un consorcio, lo cual es igualmente válido para la unión
temporal, comparecía a un proceso como demandante o
demandado, cada uno de los integrantes debía hacerlo de
manera individual integrando un litisconsorcio necesario, es
decir que la parte solo se conformaría con la vinculación de
todos sus miembros al proceso”.
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Es de advertir que las normas que sirvieron de apoyo


al Tribunal aunque no las mencionó expresamente, son las
que regulan la contratación estatal, las cuales no fueron
mencionadas en las proposiciones jurídicas de estas tres
acusaciones. Por estas razones, y por cuanto como arriba
se indicó, el impugnante no atacó todos los soportes de la
sentencia, los cargos se desestiman.

CARGO PRIMERO.- Acusa la sentencia por la vía


indirecta, por aplicación indebida del artículo 194 del C. de
P. C., “y se abstuvo de aplicar el artículo 200 del mismo
código, en relación con los artículos 12 del Acuerdo 049 de
1990 (aprobado por el Decreto 0758 de 1990); 13, 31, 36
y 141 de la Ley 100 de 1993”.

Cita como errores manifiestos de hecho:

“1. Dar por demostrado, sin estarlo, que la actora


aceptó (o confesó) en la demanda, que no tiene 500
semanas cotizadas en los 20 años anteriores al
cumplimiento de la edad mínima.
“2. No dar por demostrado, estándolo, que la actora
no hizo esa confesión.
“3. No dar por demostrado, estándolo, que la actora
cotizó más de 500 semanas en los 20 años anteriores al
cumplimiento de la edad mínima”.
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Señala como apreciados erróneamente la demanda


inicial (fls. 2 a 4 cdno. 1); escrito de folios 43 a 54; escrito
de reforma a la demanda (fls. 90 a 94); documento de folio
78 y el documento de folios 79 a 83. Como no apreciados
están los documentos de folios 11, 12, 15A, 15B, 17 a 27,
57 y 61 del cdno. 1.

En el desarrollo sostiene el impugnante que en la


demanda ni en los documentos que se denuncian como
erróneamente apreciados, la actora aceptó o confesó que
no tiene 500 semanas cotizadas en los 20 años anteriores
al cumplimiento de la edad mínima. Por el contrario, lo que
allí se asegura es que sí las tiene: “Si el Tribunal hubiese
apreciado rectamente las citadas piezas procesales, no
hubiera absuelto de las pretensiones de la demanda, de
entrada, con el argumento de la confesión, que no existió,
sin avanzar en el alcance del contrato de seguro de
desempleo y en el examen de la restante prueba
recaudada en el expediente”.

En cuanto a la prueba no apreciada, “muestra que la


actora, en los 20 años anteriores al cumplimiento de la
edad mínima, incluido el periodo de protección por el
seguro de desempleo que adquirió el ISS, tiene 520,3282
semanas, suficientes para adquirir el derecho a la pensión
de vejez”.
Casación Rad. N° 35043 16

CARGO TERCERO.- Por vía indirecta acusa la


sentencia porque “aplicó indebidamente los artículos 194,
51 y 83 del C. de P. C. … y se abstuvo de aplicar los
artículos 200, 50, 54 y 57 del mismo Código, el artículo
1568 del C. C., los artículos 825 y 1037 del C. de C., el
artículo 12 del Acuerdo 049 de 1990 (aprobado por el
Decreto 0758 de 1990), y los artículos 13, 31, 36 y 141 de
la Ley 100 de 1993).

Refiere como errores fácticos manifiestos:

“1. Dar por demostrado, sin estarlo, que la actora no


tiene 500 semanas cotizadas en los 20 años anteriores al
cumplimiento de la edad mínima.

“2. No dar por demostrado, estándolo, que la actora


tiene más de 500 semanas de cotización en los 20 años
anteriores al cumplimiento de la edad mínima”.

“3.- Dar por demostrado, sin estarlo, que en razón


del contrato de seguro ha debido demandarse, también, a
la COMPAÑÍA CENTRAL DE SEGUROS S.A.

“4. No dar por demostrado, estándolo, que la actora


no fue parte en el dicho contrato de seguro, razón por la
cual no hay litisconsorcio necesario”.
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Señala como apreciados erróneamente los


documentos de folios 78 a 86; y como no estimados los
folios 11, 12, 15 A, 15B, 17 a 27, 57, 61 y 119.

Argumenta el recurrente en el desarrollo de la


acusación que la prueba apreciada erróneamente enseña
que la actora no fue parte en el contrato de seguro por
desempleo. Además, por tratarse de un negocio mercantil,
en el que intervienen varios deudores, la solidaridad se
presume.

La demandante podía dirigir su demandada contra el


Instituto, o contra éste y la Unión Temporal conformada
por la Previsora y la Compañía Central de Seguros, o
contra el Instituto y alguna de estas compañías, en razón
de la solidaridad de los artículos 825 y 1037 del Código de
Comercio, y porque no se está frente a un caso de
litisconsorcio necesario sino de uno meramente facultativo
(art. 1037 del C. de C. en concordancia con los artículos
50, 54 y 57 del C. de P. C.).

Sobre la prueba que se denuncia como no apreciada


dice que pone de manifiesto que la actora continuó
desempleada, por lo menos hasta el mes de mayo de 2000,
y que en relación con ella se cumplió la cláusula del
contrato de seguros conforme a la cual el pago de la
indemnización quedaba sujeto al cumplimiento de la
condición suspensiva, consistente en que el afiliado vuelva
Casación Rad. N° 35043 18

a ser cotizante del tomador, hecho ocurrido a partir del 1°


de junio de 2000 cuando se vinculó al Fondo de Solidaridad
Pensional como independiente urbano.

Esa documental también muestra las cotizaciones al


Instituto y que reúne las 520,3282 semanas de aportes en
los 20 años anteriores al cumplimiento de la edad mínima,
incluido el periodo de protección por desempleo.

El Instituto opositor esgrimió frente a estas


acusaciones que el Tribunal sí examinó las pruebas
allegadas al proceso y ellas indican que la demandante no
cumplió el requisito de las 500 semanas exigidas por la
norma aplicada. Además el contrato de seguro fue suscrito
con La Previsora y la Compañía Central de Seguros por lo
que le asiste razón al juzgador respecto a que esta última
no fue vinculada al proceso.

V.- CONSIDERACIONES DE LA CORTE.-

Estas acusaciones se estudiarán también en forma


conjunta, toda vez que se orientan por la vía fáctica y
persiguen el mismo objetivo.

En estos dos cargos al igual que ocurrió con los


anteriores, quedó incólume la conclusión esencial del
Tribunal de no haber sido formulada la pretensión a la
Casación Rad. N° 35043 19

aseguradora de pago al Instituto de las cotizaciones a


pensión en virtud de la póliza de seguro de aportes por
desempleo, por ocurrencia del evento protegido. En efecto,
no se señala como error manifiesto de apreciación y no se
establecen los medios de prueba o piezas procesales con
ese específico fin, por lo que ese aspecto de la decisión
quedó libre de ataque y se constituye en soporte de la
legalidad del fallo gravado.

Por lo demás, el que el Tribunal no diera por


cumplido el requisito de las 500 semanas en los 20 años
anteriores al cumplimiento de la edad mínima, no proviene
de una equivocada contabilización de las semanas que
aparecen en la Historia Laboral como para que se hubiera
incurrido en un yerro de valoración probatoria de esa
documental, sino que entendió que no se podían hacer
efectivas las cotizaciones provenientes del seguro de
aportes por desempleo reclamadas, por las razones que se
explicaron y que no logró derruir el censor, y sin esos
aportes no se ajustaría eventualmente el número mínimo
requerido para la pensión de vejez.

En esa medida los yerros fácticos que se le atribuyen


a la sentencia resultan intrascendentes, con la advertencia
que el tema del litisconsorcio que se aborda en estas
acusaciones fue tratado al resolver los cargos jurídicos.
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Finalmente, advierte la Corte, que de todas maneras


en el sub lite, no se tiene por establecido el cumplimiento
de una condición propia para los seguros de aportes por
desempleo, cual es la reanudación de la actividad
productiva bien como dependiente ora como
independiente, para volver a cotizar a Instituto por cuenta
del empleador o del trabajador independiente.

Esta condición no se cumpliría con las cotizaciones


subsidiadas, provenientes del fondo de solidaridad
pensional, puesto que si la póliza de aseguramiento
excluye como potencial beneficiario a los “asegurados que
gozan de subsidios pensionales”, se ha de derivar que esta
limitación opera no solo cuando se trata de tiempos que
pudieran ser concomitantes para la cotización, sino
también para el efecto de cumplir la condición del evento
protegido de que “vuelva a ser cotizante del tomador”.

Por las razones anteriores, se desestiman los cargos.

Costas en casación a cargo de la recurrente.

En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de


Justicia, Sala de Casación Laboral, administrando Justicia
en nombre de la República y por autoridad de la Ley, NO
CASA la sentencia de 25 de octubre de 2007, proferida por
la Sala Laboral del Tribunal Superior del Distrito Judicial de
Casación Rad. N° 35043 21

Medellín, en el proceso promovido por ROSALBA


RESTREPO GONZÁLEZ contra el INSTITUTO DE
SEGUROS SOCIALES y LA PREVISORA S.A. COMPAÑÍA
DE SEGUROS.

Costas como se indicó en la parte motiva.

Cópiese, notifíquese, publíquese y devuélvase el


expediente al Tribunal.

EDUARDO LÓPEZ VILLEGAS

ELSY DEL PILAR CUELLO CALDERÓN GUSTAVO JOSÉ GNECCO MENDOZA

LUIS JAVIER OSORIO LÓPEZ FRANCISCO JAVIER RICAURTE


GÓMEZ
Casación Rad. N° 35043 22

CAMILO TARQUINO GALLEGO

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