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Los proyectos de inversión son aquellos que requieren recursos para su ejecución y
que son evaluados financieramente para ver su factibilidad económica,
contrastados con la viabilidad técnica, ambiental, social y jurídica. Un proyecto de
inversión es aquel que necesita de una inyección de recursos para concretarse. Por
lo tanto, antes de llevarse a cabo es pertinente evaluarlo, estableciendo tres
posibles escenarios; hacerlo, no hacerlo, o postergarlo
2. ¿CÓMO SE RECONOCE SI EL PROYECTO ES DE INVERSIÓN O SOCIAL?
Los proyectos sociales son aquellos que van enfocados a la mejora de las
condiciones de vida de un entorno específico. Lo más habitual, es que apunten a
satisfacer necesidades de la población en temas como la salud, la educación, la
vivienda, el empleo y todo lo relacionado con el cuidado del medioambiente.
Un proyecto de inversión se inicia con la identificación de una necesidad
insatisfecha y para constatar que efectivamente no existe en el mercado el
producto que se necesita, se hacen estudios de mercado con mayor profundidad,
después se estudia la viabilidad de producción del producto y su rentabilidad
financiera.
Esta evaluación permite no sólo conocer los montos de inversión del proyecto, sino
también sus costos asociados, para identificar unos niveles de precios que permitan definir
metas de ingresos o ventas. Y lo más importante: permite estimar la capacidad de éste de
generar riqueza o valor a los inversionistas.
De este modo, en una evaluación financiera de proyectos, se han podido identificar nueve
etapas, las cuales se sintetizan a continuación:
1. Estudio de mercado
Para conocer el entorno en que se desempeñará el proyecto, es necesario conocer la
situación actual del mercado. Entre los aspectos que se deben analizar, se encuentran
los competidores, perfiles de clientes, aspectos estratégicos del proyecto (fortalezas y
debilidades) y del mercado (oportunidades y amenazas), identificar productos
sustitutos, entre otros.
En este primer estudio, se debe obtener información acerca de los precios del
producto a ofrecer, así como de sus sustitutos.
2. Identificación de las variables a considerar
En la primera etapa de la evaluación financiera de proyectos, se identifican todas las
variables que se deben considerar para su evaluación financiera; es decir, todas
aquellas que generen un impacto financiero. En primer lugar, se identifica el detalle de
los montos de inversión inicial (compra de maquinaria, equipos, adquisición de bienes
muebles e inmuebles, entre otros).
Así mismo, se identifican las variables que estarán presentes en el proyecto durante su
etapa de ejecución. Por ejemplo, suponiendo que el proyecto a evaluar es la apertura
de una nueva planta de producción, entonces se debe considerar que ésta permitirá
producir más unidades de un producto, por lo que se espera un incremento en las
ventas. Así mismo, las máquinas requerirán de personal para su operación y
mantenimiento, una mayor cantidad de materias primas e insumos, gastos de
arrendamiento, servicios públicos, infraestructura tecnológica, entre otros.
En este punto, es importante identificar los costos fijos (es decir, aquellos que se
generan con independencia de los niveles de producción), así como los costos
variables (los que están directamente asociados con la producción del bien).
Cabe aclarar que, para identificar las unidades de producto, se debe unificar las
variables fijas en un período de tiempo; es decir, si se va a evaluar la cantidad de
unidades mensuales a producir, los costos fijos y la depreciación deben estar
expresados en un período mensual.
Una vez identificado el punto de equilibrio, se pueden definir las metas de ventas en el
marco del proyecto. En este punto, se debe identificar si, a partir de los resultados del
punto de equilibrio, las metas corresponden a una participación razonable en el
mercado, si los precios a ser utilizados permiten alcanzar los niveles de ventas
esperados, si la capacidad de producción permite generar dicha cantidad de productos,
entre otros.
El Punto de Partida debe ser consistente con los montos de recursos que se
encuentran disponibles para que el proyecto inicie sus operaciones; es decir, se debe
evaluar la cantidad de recursos disponibles para iniciar el proyecto, en comparación
con el Punto de Partida, teniendo en cuenta que se debe mantener la siguiente
relación:
Con base en lo anterior, se pueden hacer ajustes a las metas de ventas, inversiones o
egresos del capital de trabajo mensual, para garantizar la relación anterior. Así mismo,
en este punto se pueden definir escenarios sobre el comportamiento de estas
variables, en donde se sugiere que sean al menos tres, en las que se proyecte un
escenario conservador (el mínimo de ventas o de egresos), uno optimista (el nivel más
alto) o uno probable (un escenario intermedio entre el conservador y el optimista).
La tasa de interés o costo de oportunidad es aquella tasa a la cual son descontados los
flujos de efectivo del proyecto; es decir, es la tasa mínima a la que el inversionista de
un proyecto está dispuesto a ganar al invertir en éste.
El Valor Presente Neto (VPN) es la suma de todos los flujos de caja futuros,
descontados a su equivalente en valor presente utilizando la Tasa de Interés de
Oportunidad. Matemáticamente, el VPN puede ser descrito como:
Valor Presente Neto = FEN0 + [FEN1 / (1 + rTIO)] + [FEN2 / (1 + rTIO)2]+ [FEN3 / (1 + rTIO)3] + …
+ [FENn / (1 + rTIO)n]
Donde FENi es el Flujo de Caja Neto del período i, rTIO es la Tasa de Interés de
Oportunidad y n es el horizonte de tiempo bajo el cual se proyecta el Flujo de Efectivo.
Si el VPN es mayor a cero, el proyecto genera valor y crea ganancias para sus
inversionistas y es viable financieramente; de lo contrario, si el VPN es menor a cero,
destruye valor y genera pérdidas a sus inversionistas.
La Tasa Interna de Retorno (TIR) es aquella tasa de interés de oportunidad bajo la cual
el VPN es igual a cero. Es decir, es la tasa de interés de oportunidad máxima que puede
alcanzar un proyecto de inversión para que al menos no genere pérdidas.
Para que un proyecto de inversión sea viable financieramente, su TIR debe ser
mayores a la Tasa de Interés de Oportunidad.
Así, si la Relación Beneficio – Costo es superior a 1, los ingresos del proyecto cubren los
egresos, por lo que es viable financieramente y genera ganancias para sus
inversionistas; si ésta es menor a 1, los ingresos del proyecto no alcanzan a cubrir los
egresos, por los que no es viable financieramente y causa pérdidas a sus inversionistas.
Es el valor anualizado del valor presente de los costos netos del proyecto. Este
indicador es utilizado particularmente cuando se evalúan proyectos que no generan
ningún tipo de ingresos, y en donde el criterio de selección es el menor costo.
https://www.profima.co/blog/finanzas-corporativas/39-evaluacion-financiera-de-proyectos
https://blog.ganttpro.com/es/introduccion-para-un-proyecto-conclusiones-para-un-proyecto/