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Senescencia
Una forma de evitar la senescencia de las células humanas en cultivo es obtener una línea celular
con un fenotipo estable y una capacidad de proliferación ilimitada mediante la inmortalización de
las células por transfección de genes virales, como el antígeno T del virus SV40 (SV40 LT).
Comportamiento modificado
Una conclusión general a la que se puede arribar es que sólo algunas, si las hay, de estas técnicas
permiten retener las funciones totalmente diferenciadas del tipo celular parental.
El adjetivo canceroso tal vez cause algún tipo de aprensión, pero las células cancerosas tienen
como característica principal el crecimiento descontrolado y desorganizado, característica que les
permite reproducirse constantemente, evitando su muerte, volviéndolas “inmortales”.
Genes virales
La mayoría de estos genes probablemente actúan bloqueando la progresión del ciclo celular
mediante la inhibición de la actividad de genes como CIP-1/WAF-1/p21, Rb, p53 y p16, dando así
una mayor esperanza de vida, reduciendo la vigilancia del ADN y dando una mayor oportunidad
para futuras mutaciones.
Los antígenos T del SV40 son oncoproteínas dominantes que llevan a cabo su acción al asociarse
con ciertas proteínas celulares y alterar las rutas de señalización que regulan; el SV40 LT se une a
la familia de supresores de tumores Rb (pRb, p107 y p130), al supresor de tumores p53 y a la
chaperona de choque térmico Hsc70, mientras que el SV40 sT interacciona con la fosfatasa PP2A.
En la inmortalización mediada por el SV40 LT intervienen dos mecanismos principales: (1) la
activación de la transcripción mediada por E2F mediante la disgregación de los complejos Rb-E2F y
(2) la inhibición de p53. Estos mecanismos permiten superar el arresto del crecimiento, evitar la
apoptosis a través de la inhibición de la función de p53 e inducir la proliferación por eliminación
del efecto represivo de Rb sobre E2F