Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
—Entendido, gracias por tu trabajo, rezaré por ti para que tengas buena
fortuna.
—Bueno, en marcha.
1
El Día En Que Conocí a Mi Guardiana.
—¿Qué sucede?
—Tiene sentido…
—Sí, la veo.
—¿En serio?
Gabriel estaba de rodillas y con el rostro agachado frente a una gran luz
resplandeciente y misteriosa.
El suelo estaba compuesto de nubes, mientras gigantescos pilares de
mármol se alineaban uno frente a otro.
2
El Día En Que Conocí a Mi Guardiana.
—Gabriel…
—Hay algo… Algo que podría causar la inestabilidad en los tres reinos.
—Te equivocas, Gabriel, pero esto podría ser su oportunidad para llegar a
la tierra.
—Dígame, dios padre, ¿qué puede ser más peligroso que ellos?
—Un humano…
3
El Día En Que Conocí a Mi Guardiana.
Al llegar al Edén, Gabriel tomó una gran trompeta dorada, al tocarla, esta
causó un fuerte estruendo por todos lados.
—Espero que sea importante, cariño, estaba muy ocupado con mis
hermosos rizos.
4
El Día En Que Conocí a Mi Guardiana.
Todos comenzaron a discutir entre sí, ninguno podía entender lo que decía
el otro.
—¡Guarden silencio!
Una grave voz gritó por detrás de los demás. El causante caminó
lentamente hacia Gabriel, mientras todos guardaron silencio y observaban
atentamente.
—Ustedes son el alto mando del ejército celestial, deberían ser el ejemplo y
poder mantener la cordura.
5
El Día En Que Conocí a Mi Guardiana.
—Y, ¿por qué mejor no nos deshacemos de él? ¿Tú qué dices, hermano
Uriel? —preguntó Jofiel
—Si fuera tan fácil, hubieran mandado a los de bajo rango —exclamó
Chamuel.
—Fue una orden de nuestro señor dios padre, así que no quiero oír ni una
queja más —respondió Gabriel seriamente.
Uriel y Zadkiel, ustedes irán a buscar al humano. Necesitamos inspirarle
confianza, ambos son perfectos para eso.
6
El Día En Que Conocí a Mi Guardiana.
—Yo iré al árbol de la vida, tengo que informarle al dios guardián sobre la
situación.
Buena suerte, queridos hermanos, bienaventurados sean los guerreros de
dios.
7
El Día En Que Conocí a Mi Guardiana.
8
El Día En Que Conocí a Mi Guardiana.
—Bueno, pensé que todo sería muy diferente, a excepción del árbol de la
vida. Ni siquiera siento que estoy en otro mundo.
—Supongo…
9
El Día En Que Conocí a Mi Guardiana.
—Sí que estaba lejos. Desde que llegamos el sol so se ha movido de ahí.
—Es porque aquí no hay ciclo del día. Nosotros no necesitamos dormir, así
que es innecesario.
—Sí, andando.
—¡¿Qué cosa?!
10
El Día En Que Conocí a Mi Guardiana.
—¿Cómo se supone que voy a pasar? ¿No hay un puente o algo así?
—Si, ya lo suponía…
—Iré con el guardián que nos puede ayudar, él sabrá qué hacer.
Caminé hacia aquel árbol cerca del río, me tumbé en el pasto y puse mi
mochila como almohada.
Cerré los ojos por un momento, sin darme cuenta, me quedé
profundamente dormido.
11
El Día En Que Conocí a Mi Guardiana.
—Sí, aquel día fue devastador. Y pensar que un humano puede hacer que
lo que pasó hace miles de años sea simplemente un juego de niños —respondió
Miguel seriamente.
—Puede que no, pero, la maldad ha aumentado mucho, y eso hace que
ellos se fortalezcan.
12
El Día En Que Conocí a Mi Guardiana.
—Me temo que no es para ninguna cosa positiva. Mi señor dios padre nos
ha mandado a mí y a mis hermanos a detener una posible catástrofe.
—Un humano…
—Un humano logró llegar aquí, al mundo espiritual. Aún desconocemos las
intenciones, o por qué es que vino.
—Los mismos que fueron exiliados del paraíso a causa del pecado original.
Pero este no tiene nada que ver con ellos.
—Cuente con ello, dios guardián. Nosotros, los siete arcángeles, nos
encargaremos de todo.
13
El Día En Que Conocí a Mi Guardiana.
Gabriel hizo una pequeña reverencia, se dio la vuelta y salió del árbol de la
vida.
—Si sabe sobre magia, lo más lógico es que sea un humano anciano.
14
El Día En Que Conocí a Mi Guardiana.
Después de volar por un rato, Minda llegó a una pequeña choza en medio
de la pradera, cerca de un hermoso lago azulado.
—¿Señor Balcar?
—Minda, estás tan hermosa como siempre. ¿Qué es lo que haces aquí?
15
El Día En Que Conocí a Mi Guardiana.
—¿Es él?
Escuchaba una voz de chica hablando, mientras continuaba con los ojos
cerrados.
—Oh, ya se despertó.
—¿Qué…?
16
El Día En Que Conocí a Mi Guardiana.
—Al parecer eres un problema para los tres reinos. No lo digo yo, lo dijo
nuestro querido señor dios padre.
17
El Día En Que Conocí a Mi Guardiana.
—Nirio, como la flor, que bonito nombre —Zadkiel colocó sus manos en sus
mejillas mientras estas estaban enrojecidas.
—Déjame en paz —por más rápido que corría, no podía alejarme de ella.
Di un gran salto para entrar al río, cerré los ojos para prepararme para caer,
pero en ningún momento sentí el agua.
Al abrir los ojos, estaba entre los brazos de Zadkiel. Volando y alejándome
del suelo.
—¡¡¡Minda!!! ¡¡¡Ayúdame!!!
Perdón, Minda…
19