Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Raúl Reyes:
“Si la Montaña Hablara”
El texto, las afirmaciones del libro, las fotos son responsabilidad exclusiva de
la autora. Ni el editor, ni el impresor, ni los distribuidores y libreros tienen
ninguna responsabilidad por lo escrito en el libro. En caso de presentarse
alguna reclamación o demanda, la autora es quien debe responder, por tanto,
quedan exonerados de toda responsabilidad el editor y las demás entidades
y personas relacionadas con la producción y/o comercialización del libro.
ISBN: 978-958-06-1128-8
A mi Ángel Guardián
quien asegura que un caballero no tiene memoria
por su trabajo y manual operacional
Prólogo .............................................................................................13
PRIMERA PARTE
EL NEGOCIADOR
Capítulo I
El estratega de las Farc y su cara oculta ................................... 19
Capítulo II
La llamada a RCN .................................................................... 51
Capítulo III
Frente a frente........................................................................... 63
Capítulo IV
Raúl Reyes: La verdadera historia ............................................ 75
Capítulo V
Cumpleaños de Raúl Reyes....................................................... 87
SEGUNDA PARTE
LA SOMBRA DEL PROCESO
Estructura orgánica de las Farc ...................................................... 101
Capítulo VI
Negociaciones del Caguán ........................................................ 103
TERCERA PARTE
EN LA CUERDA FLOJA
Capítulo VII
Objetivo militar ........................................................................ 129
Capítulo VIII
El secuestro ............................................................................... 149
CUARTA PARTE
EN BUSCA DE UNA MEDIACIÓN
Capítulo XI
Contacto CIA y FBI.................................................................. 207
Capítulo XII
Simón Trinidad ......................................................................... 225
Capítulo XIII
Proceso de mediación ............................................................... 235
Capítulo XIV
Una exiliada más ....................................................................... 283
QUINTA PARTE
COMUNES INTERESES
Capítulo XV
La estrategia política de Piedad Córdoba ................................. 297
Capítulo XVI
Operación Jaque ....................................................................... 313
Capítulo XVII
Ingrid Betancourt “La Princesa de la Selva”............................. 327
Capítulo XVIII
El final de Raúl Reyes ............................................................... 345
14
15
16
Ahora, escucho sus pisadas con más firmeza, parece que ya calzó
sus botas militares, pues la noche anterior, luego de ingresar en el
campamento procedente del caserío La Machaca, un paraje rural de
la zona desmilitarizada de 42.000 kilómetros cuadrados al sur de
Colombia y ocupado por las Farc, observé que cambió su calzado
por unas chanclas en caucho color azul oscuro y lo mismo hizo
con su uniforme militar color verde oliva camuflado que mudó por
un pantalón de sudadera negro y camiseta blanca, con la estampa
del rostro de Manuel Marulanda por un lado y por el otro, el de
Jacobo Arenas.
Aprecié que esa indumentaria lo hace sentir bien, cómodo y a gusto.
Sí… se siente en casa, en su inmensa casa verde como el mismo
denomina el campamento. También se muestra amable en su trato.
Lo mismo hace Olga Marín su mujer, quien de igual forma, la noche
anterior mudó su ropa militar por una sudadera negra y luego me
invitó a pasar a un comedor improvisado, elaborado en tablones de
rústica madera, construido bajo un toldo en plástico negro, atado
con cuerdas a delgados palos enclavados en la tierra.
La conversación, para mi punto de vista periodístico, resultó fruc-
tífera porque me permitió conocer el pensamiento de esta pareja
guerrillera, quienes además de resultar buenos anfitriones, mues-
tran un gran conocimiento de la historia de mi país. Sus palabras
denotan el porqué de su lucha armada. La actitud de ambos cambia
cuando se apasionan con ciertos temas de la política colombiana.
Anoche, me enteré, que ella próximamente se va de viaje; trabaja
en el exterior en nombre de las Farc.
Lastimosamente no resulté muy buena receptora porque me sentía
enferma, hasta se me quitó el deseo de probar la ligera comida de
arroz y arveja verde-seca, guisada con pequeños trozos de carne
fresca, con que modestamente me pretendieron dar la bienvenida
a su privado y transitorio hogar.
Noté que estaban preocupados por mí, esa actitud me sorprendió, pues
hasta me ofrecieron dos tabletas medicinales que no supe su nombre
21
América Latina tenia que estar unida porque, más temprano que
tarde, enfrentaría una invasión castrense yanqui que desataría una
larga guerra repercutiendo en países como Ecuador y Bolivia
Estas afirmaciones no me sorprendieron, puesto que a un buen
número de combatientes extranjeros, les conocí cuando acudí a los
campamentos de Raúl Reyes para realizar informes periodísticos
durante el Proceso de Paz en el Caguán. Pese a querer esconder
su jerga y nacionalidad por orden del mismo mando, asegurando
haber nacido en Pasto Nariño, cuando les preguntaba por su su-
puesta tierra de origen, algunos se confundían y hasta soltaban la
risa, después confesaban su verdadera nacionalidad.
La extorsión y la vacuna (pago obligatorio extorsivo) formaban
parte de su estrategia financiera en beneficio a la organización,
motivo por el cual, creó la ley 002 de carácter tributario, consis-
tente en el pago a la guerrilla de un impuesto de 10% a todas aque-
llas empresas o personas, nacionales o extranjeras, que tengan en
Colombia más de un millón de dólares de patrimonio, quien no
cumpla con el pago de este gravamen revolucionario, sería secues-
trado o declarado objetivo militar de las Farc.
La ejecución de estas ideas puso precio a su cabeza, hasta el punto de
señalarlo objetivo principal de Washington por encima de Manuel
Marulanda y señalado por el Gobierno de los Estados Unidos, como
el “Cerebro financiero y relacionista internacional de las Farc”.
El Gobierno norteamericano sabía, por tanto, que aniquilando al
estratega de las Farc la guerrilla se descompensaría en sus rela-
ciones internacionales y accionar socio económico-político. Es-
trategia similar a la registrada el 11 de septiembre de 2001 en los
Estados Unidos tras el ataque terrorista atribuido a integristas islá-
micos y que originó la posterior descompensación de la economía
internacional.
Luego de registrado el atentado a las torres gemelas en la ciudad
de Nueva York conocido como el 9-11 que cobró la vida de cientos
de seres humanos, el Gobierno de Bush estableció una nueva pauta
26
30
dos, ofertó secretamente por más de dos años una negociación que
beneficiaba a Trinidad sin ser repatriado a cambio de, por lo menos,
una prueba de vida de los tres norteamericanos secuestrados antes de
realizarse el juicio final contra el guerrillero y en muchísimas opor-
tunidades, aplazaron sus audiencias a la espera de una respuesta del
mismo Reyes en nombre de las Farc que nunca llegó.
Como fiel testigo de esta calamitosa situación, puedo asegurar que
a Raúl Reyes solo le interesaba el protagonismo político con el
tema de los secuestrados lo cual lo hacía dilatorio y no, la libertad
pronta de los rehenes y menos la de Simón Trinidad, pese a co-
nocer de primera mano, el verdadero estado en que se encontraba
el guerrillero en los Estados Unidos, puesto que le entregué una
serie de documentos privados que el Gobierno norteamericano le
envío y los cuales me entregaron los oficiales del FBI. Allí revela-
ba apartes principales de su prontuario.
Reyes conocía perfectamente que, como caso excepcional, yo, era
la única persona que había logrado ver a Simón Trinidad en Was-
hington, sin que se nos permitiera hablar, porque prácticamente
nadie hasta ese momento logró verlo desde que fue extraditado a
los Estados Unidos, excepto su madre quien lo vio por diez minu-
tos el día de su extradición. La solución inmediata para evitar esa
larguísima condena a Simón, estaba en manos de Raúl Reyes con
una mínima prueba de vida de los tres norteamericanos secuestra-
dos, así fuera una simple fotografía, pero Reyes se hizo el de la
vista gorda y prefirió, que a Trinidad lo condenaran y se envejecie-
ra en un presidio extranjero traicionando su lealtad.
Ante la cúpula de las Farc, Raúl Reyes desdibujó la realidad de los
informes que enviaba el FBI. Luego, no objetó para que el aboga-
do de Trinidad en Colombia, Óscar Emilio Silva Duque viajara
hasta Washington a sabiendas que las leyes de ese Gobierno no
le permitían verlo, tal como se lo había advertido en más de una
oportunidad durante mi proceso de mediación para la liberación
de secuestrados.
32
La CIA y el FBI acordaron que una vez existiera una minima prue-
ba de vida de los tres norteamericanos secuestrados, permitirían
que su abogado lo viera. Por ese motivo, cuando el jurista viajo a
los Estados Unidos le informaron que primero debía reunirse con
los agentes federales, situación que de antemano conocía Reyes.
Aún así, él tenía que demostrar ante la organización subversiva
que como Jefe de la Comisión Internacional, sí estaba gestionan-
do por el extraditado, pero la verdad era otra. No le convenía que
Simón Trinidad regresara a las filas.
Lastimosamente todos los seres cometemos errores, pero el peor
de Simón Trinidad, es creer hasta el día de hoy, que su amigo y
camarada Raúl Reyes no le abandonó. Todo por lograr sus propios
intereses mezquinos, políticos y publicitarios.
Tampoco imagina que, un día presente en el campamento de Raúl
Reyes, logré ver y hablar con Lucero, compañera sentimental de
Trinidad y madre de su hija, a quien le escuché su total preocu-
pación. En esa oportunidad, Lucero se veía bastante delgada, no
era, la misma mujer bien arreglada y corpulenta que conocí en
El Caguán. Estaba deprimida, llena de rabia y resentimiento por
lo sucedido con Simón, se sentía sola y angustiada por su pareja,
pese a estar rodeada de mucha gente que le demostraba afecto.
Luego, en una segunda visita al campamento de Reyes durante
mi proceso de mediación para la libertad de los norteamericanos
secuestrados, quise hablar nuevamente con Lucero y comentarle
que vi a Simón, pero no pude verme con ella, porque Reyes la
había enviado a otro campamento. Aún así, me advirtió, que abso-
lutamente nadie debía conocer la situación real de Trinidad en los
Estados Unidos, puesto que era un tema, que solo a él le compe-
tía comentar y manejar con la guerrilla y además, porque Lucero
debía seguir cumpliendo sus tareas y obligaciones en la organiza-
ción, sin que le afectara la extradición de su pareja a los Estados
Unidos, antes todo lo contrario, ¡ese odio y rabia que ella estaba
sintiendo, debía mantenerse vivo para la lucha revolucionaria!
33
35
37
42
45
49
51
58
59
60
61
66
67
68
70
hacerlo, pero este hombre aseguraba una y otra vez que resultaría
muy positivo para mi trabajo.
Finalmente, logré combinar mi viaje para ese sábado. Debía despla-
zarme hasta la ciudad de Florencia Caquetá e ir vestida de manera
que fuera reconocida. Al arribar al aeropuerto, fui abordada por una
pareja quienes se identificaron con un santo y seña que yo misma
exigí. Luego, durante casi seis horas viajamos a bordo de una ca-
mioneta doble cabina. La mitad del trayecto se realizó por carretera
pavimentada y luego por una polvorienta y estrecha trocha.
Preguntaba insistentemente quién aguardaba por mí, pero lastimo-
samente ni la misma pareja tenía idea quiénes se encontraban en el
punto de encuentro. Solo acataban la orden de alguien de las Farc
para que me recibieran en el terminal aéreo de Florencia y luego,
me trasladaran al sitio de reunión. Era obvio que estas personas
pertenecían a la organización guerrillera y, quizá, realizaban labores
urbanas.
Durante el largo y agotador viaje fui muy bien tratada, la mujer
portaba un pequeño maletín negro de lona, el cual contenía enlata-
dos, galletas, cigarrillos y dulces. También llevaban varias botellas
de agua cristal y algunas cervezas que se calentaron con el motor
de la camioneta.
En este segundo viaje, paradójicamente me sentía más nerviosa que
en el primero. En esta oportunidad, me estaba alejando demasiado
de mi sitio de residencia y de nuevo me encontraba con gente
desconocida.
En mi primer encuentro con los representantes de las Farc me sentía
bastante alterada, pero era más fuerte mi curiosidad y ambición de
obtener noticias que cualquier otra cosa. Sabía que exponiendo mi
vida, lograría un nuevo y valioso informe periodístico.
Personalmente considero que estos contactos con la guerrilla
significaban un triunfo periodístico, porque de esta manera, lo-
graría informar antes que otros periodistas todo lo referente a los
71
74
E
“ res pequeña pero tienes la fortaleza de un varón” Así, Raúl
Reyes se refería a mí cuando le controvertía mil cosas de su ideo-
logía y accionar militar. Situación que me permitió conocer un
poco más aquel rebelde hombre, que un día cambió su estilo de
vida para formar parte de un ejército del pueblo y morir por su
propia causa en la inmensa casa verde como el mismo denomina-
ba la selva.
En 1948, año que las masas populares sufrían la violencia bipartidis-
ta en Colombia consecuencia del asesinato del caudillo liberal Jorge
Eliécer Gaitán, un significativo número de ciudadanos capitalinos
intentaban despejar su atención política hacia el lado deportivo,
celebrando el primer torneo de fútbol profesional colombiano.
Entre tanto, el 30 de septiembre del mismo año, en una pequeña
población conocida como la Plata, Huila, al Sur de Colombia, en
una vieja casona un matrimonio de clase media, conformado por el
trabajador agrícola Luis Antonio Devia y la docente escolar Aura
María Silva, recibían su tercer hijo el cual llamaron Luis Edgar
Devia Silva.
El año del nacimiento de ese pequeño parecía predestinar sus agi-
tados 59 de vida. En ese tiempo, Colombia atravesaba el periodo
75
ción del Partido. Allí, durante más de dos meses recibió adiestra-
miento político.
Luego de entregarse enteramente a la causa social, como miembro
activo del partido comunista, Luis Édgar Devia en busca de la
apertura democrática y en compañía de Luciano Marín Arango, alias
“Iván Márquez”, trabajó en el desenvolvimiento del llamado Frente
Democrático que incluía a los comunistas y al Nuevo Liberalismo
que conducían Luis Carlos Galán Sarmiento y Rodrigo Lara Bonilla.
En su intento por encontrar opciones de cambio favorables al pue-
blo, Devia Silva, alcanzó un escaño en la política de Colombia como
Concejal del municipio El Doncello, Departamento del Caquetá, en
donde trabajó durante dos años en la corporación edilicia.
A finales de la década de 1970 ante el acoso de la dictadura del
entonces presidente Turbay Ayala, siendo asediado continuamente
por miembros del Ejército colombiano, sumado la represión, gue-
rra sucia y la hostilidad del Estado, no le dejó otra alternativa que
la de la lucha armada, no tuvo otro camino que el de ingresar a las
filas guerrilleras donde había colaborado anteriormente en el área
urbana y de forma clandestina, realizando trabajos de expansión
política revolucionaria mientras trabajaba en Cicolac.
La rápida decisión, lo obligó a abandonar su vida de hombre civil,
casa en El Doncello y lo más importante… a sus dos pequeños
hijos Ariel Robespierre y Lida Carmenza y su esposa María Hilda
Collazos quien tuvo que enfrentar la soledad y sacrificarse como
mujer para lograr sacar sus hijos adelante prácticamente sola.
Luis Édgar Devia Silva, emprendió un nuevo rumbo con nombre
diferente…“Raúl Reyes”. Transitando las trochas de la selva, con
una filosofía marxista-leninista y un inesperado y profundo adoc-
trinamiento militar, basado en un estatuto, reglamento de régimen
interno militar y normas internas disciplinarias y de comando.
Su paso a la lucha armada en la que esta inmersa las Farc-EP des-
de el 27 de mayo 1964, desarrollando su guerra de resistencia,
78
82
84
85
90
91
En esa fecha tan especial para la vida de Reyes, recibió libros, bo-
tellas de licor fino, tortas que preparaban en otros campamentos y
las enviaban al suyo. Estilógrafos, artículos personales útiles para
la selva, entre otros.
Durante este inesperado encuentro pude realizar un amplio reportaje
que publiqué en edición especial del periódico Nuevo Herald de
Miami. El artículo fue apoyado con elementos gráficos como una
de las fotografías de su aniversario.
Posted on Sun, Oct. 23, 2005
Cara a cara con el segundo jefe de las FARC en Colombia
OLGA LUCIA VEGA
Especial para El Nuevo Herald
92
95
96
97
COMANDANTE EN JEFE
Máximo líder de la Organización
EL SECRETARIADO
Lo conforma doce (12) miembros del Estado Mayor Central
Tienen la responsabilidad de comandar los Bloques.
BLOQUE DE FRENTES
Consta de cinco (5) o más Frentes. Coordina y unifica la actividad de
los Frentes en una zona específica del país.
Los Estados Mayores de Bloque son designados por el Estado Mayor
Central o su Secretariado. Coordinan las áreas de los respectivos Blo-
ques.
FRENTE
Consta de más de una Columna.
Los Estados Mayores de Frente son designados por el Estado Mayor
Central
COLUMNA
Consta de dos (2) Compañías o más.
COMPAÑÍA
Consta de dos (2) Guerrillas
GUERRILLA
Consta de dos (2) Escuadras.
ESCUADRA
Es la unidad básica y consta de doce (12) hombres.
104
105
106
107
108
116
117
119
121
125
133
del Ejército, Erika hizo su presentación e insinuó que era del Huila
y que había llegado procedente de Neiva.
Cuando Jorge escuchó que Erika había llegado de la ciudad de
Neiva, preguntó si me conocía. Su respuesta de inmediato fue…
“esa es una guerrillera”… La mujer no imaginaba que el nuevo
comandante, era amigo personal y su prometida, gran amiga mía.
Después de casi tres años de haber permanecido en el exilio, la su-
puesta periodista regresó al país, tal vez en esta oportunidad, intentan-
do buscar una nueva víctima para su vulgar trabajo de desinformación
y de esta manera, poder sobrevivir en la ciudad de Bogotá porque en
la región del Huila poca aceptación profesional tiene.
A inicios de Agosto de 2001, me encontraba atravesando una semana
emocionalmente difícil, continuaba recibiendo amenazas contra mi
vida. Era una noche calurosa y exhausta. Acaba de regresar de mi
trabajo y me alistaba para tomar baño, de repente timbró el teléfono
del apartamento, al atender la llamada, noté que del otro lado de la
línea alguien escuchaba pero no hablaba. Esa situación se registró
en tres oportunidades, llamaban y no hablaban; aun así, notaba que
la persona si me escuchaba y de paso yo escuchaba algunos sonidos
del otro lado de la línea.
Cuando el teléfono timbro en la cuarta oportunidad, por fin hablaron
“Hola, hola, hola” “Hola me escucha” de inmediato respondí, Sí.
¿Quién es por favor? La voz respondió ¿No recuerda quien soy?
En seguida reconocí que era la voz de Raúl Reyes, comandante de
las Farc. Me sorprendió mucho su llamado, más que lo hiciera a mi
apartamento y a esa hora de la noche. Respondí “Caray comandante
Reyes, ¿a que debo tal sorpresa casi no se logra comunicar? ¿De
dónde está llamando porque es muy tarde, aún se encuentra en
Los Pozos? El reloj marcaba las 7:20 de la noche en Colombia…
“Necesito que por favor venga cuanto antes a este sitio tenemos
que hablar” Extrañada le respondí “Comandante Reyes se le olvi-
da que ya no trabajo para RCN y por tanto no me compete cubrir
informaciones de ustedes, ahora soy funcionaria casi pública”.
135
142
143
pensar que estaba paranoica, pero Óscar David, fue fiel testigo de
esta pesadilla.
Durante las tres horas que duró el recorrido, la mujer no paró de
observarnos. Cuando llegamos a cierto punto de la ciudad de Floren-
cia, solicitamos al conductor detenerse. Luego con Óscar haciendo
un gesto de haber llegado al destino final, logramos que la mujer
también bajara del auto. Enseguida nos subimos nuevamente y el
conductor aceleró, sin dar tiempo para que la mujer abordara de
nuevo y menos pagara su viaje.
El conductor dijo “Disculpen lo que voy a decir, pero esa vieja
me tenia las huevas de corbatín” Agradecimos al conductor por
el noble gesto y de paso confesamos que no era el único nervioso,
nosotros estábamos que reventábamos. Le solicitamos se dirigiera
a la terminal de buses. Allí, compramos rápidamente los tiquetes
para viajar rumbo a Neiva, con tan buena suerte que el automotor
estaba próximo a salir y abordamos de inmediato.
Al instante subieron dos hombres y se sentaron justo al frente de las
sillas donde nos encontrábamos. Algo extraño estaba sucediendo,
todo parecía un complot de seguimientos y esto no era solo casua-
lidad porque Óscar también estaba vigilante a todo lo ocurrido.
En el camino los hombres no paraban de prestar atención, antes
de llegar a un retén del ejército en la población de Altamira, no-
tamos que estaban rompiendo la silla como por debajo, luego se
sacaron dos armas y las escondieron justo en ese sitio. Esa noche,
todo parecía una terrible coincidencia. Cuando llegamos al retén y
descendimos del bus para una requisa, uno de los hombres se paró
al lado de Óscar y puso su mano sobre su hombro, como señal de
advertencia para que no hablara.
Yo observaba la situación y no paraba de temblar no solo por el
terrible frío que calaba mis huesos, sino por el temor de ser victi-
mas de estos dos hombres que no pronunciaban palabra, pero con
la mirada amenazante nos obligaban a silenciarnos.
144
Sentía que moría del pánico, pero no podíamos avisar a los unifor-
mados lo que estaba sucediendo y lo mas extraño, los soldados cuan-
do requisaron el bus, no hallaron las armas porque todo continuó
su rumbo normal. No cesaba de orar y clamar a Dios su protección
pues el viaje de una noche, se convirtió en una eternidad. Óscar no
hablaba, tan solo rozaba su mano contra la mía y luego presionaba
muy fuerte como señal de angustia.
Antes de las seis de la mañana, arribamos a la terminal de buses en
la ciudad de Neiva, de inmediato aprovechamos que otras personas
se pararon y se interpusieron en medio de los dos hombres y no-
sotros. De esta manera, aprovechamos para bajar del bus y correr
tan rápido como pudimos, hasta alcanzar un taxi que nos condujo
a mi apartamento.
Como si presintiera algo terrible, mi esposo, a esas horas de la ma-
drugada aguardaba por nosotros parado en la esquina del edificio,
al lado de la panadería Neiva Pan. Lo extraño, él no tenía idea, del
día y la hora que llegábamos. Comentó que no pudo dormir en toda
la noche y antes de las 6 de la mañana se levantó y decidió bajar y
esperar si llegaba algún auto con nosotros.
Al decender del taxi, observé a William y de inmediato me tiré en
sus brazos, no paraba de llorar. Luego ingresamos en el apartamento
y despertamos a mis hijos. William enseguida se comunicó con
mis suegros y les informó que nos dirigíamos para el apartamento
de ellos.
Esa mañana, sin importar nuestro agotamiento físico por la falta
de sueño y el alto grado de estrés, decidimos realizar una reunión
familiar e informar en detalle todo lo ocurrido. De esta manera,
tomaríamos las medidas pertinentes.
Desde el apartamento de mis suegros llamé a mi familia en los
Estados Unidos e informé lo que estaba sucediendo con las Farc.
La primera advertencia que me hicieron fue no acudir a las auto-
ridades colombianas, porque mi hermano Baruch había realizado
una serie de denuncias contra comandantes de la Policía entre ellos,
145
146
147
148
150
151
152
155
156
157
159
Pese a que Martha se exponía con sus camaradas como ellos llaman
a los comandantes, intentaba solidarizarse conmigo. Por primera
vez durante mi secuestro, notaba un gesto amable de alguien de las
Farc. Actitud que originó mi llanto de felicidad por sus amables
acciones.
Un día, mientras tomaba baño, por alguna razón el otro guerrillero
se regresó al campamento dejándome sola con Martha. En ese ins-
tante aproveché para indagar sobre la joven guerrillera que habían
ajusticiado en el campamento, la cual yo conocía pero no recordaba
donde. Martha muy nerviosa me hizo prometer no decirle a nadie.
Empezó a comentarme toda la historia de la joven víctima, pero fue
narrada como en cuatro etapas, debido a que casi nunca estábamos
solas. La historia la empezó contando de la siguiente manera…La
muchacha era socia de un mando de confianza del Cucho, (apelativo
refiriéndose a un hombre de edad).
… Claro está, que la china también era de mucha confianza del
Cucho, pero el hombre la cachonió (traicionó) acostándose con
otra guerrillera… Cuando la china se dio cuenta de eso, se hizo la
huevona y no dijo nada. Al otro día, la muchacha le tocaba cocinar
en la rancha (lugar donde la guerrilla prepara sus alimentos).
Prosigue narrando….Entonces furiosa por la traición, mandó
llamar a su socio (novio) para que fuera a la rancha. Cuando el
hombre llegó, ella le ofreció un café y mientras Harvey tomaba el
café, la muchacha cogió un cuchillo y luego le mandó el lance a la
vena yugular. El hombre sangró muchísimo, pero se salvó. Martha
continúo narrando… Después la muchacha se internó en el monte
porque sabía que la guerrilla la castigaba por matar a su compa-
ñero, ella pensó que lo había asesinado, por ese motivo huyó y así
duró casi una semana internada en la selva…
… Lo extraño: la muchacha regresaba al campamento en horas
de la noche y se robaba los alimentos y nadie de la guardia se
daba cuenta. Solo notaban al día siguiente que faltaba comida del
economato.
161
cigarro de marihuana, hierba que escondía con tanto recelo para que
mis padres no se dieran cuenta que estaba con la moda colombiana.
Fernando jamás conjeturó que cuando no la hallaba, era porque mi
curiosidad de chica me permitía encontrarla y luego fumarla.
Esos recuerdos, carcomían mi alma tras el dolor de no poder decirles
cuanto les amaba y necesitaba en esos momentos. Pensaba en mi
hermanito Omar y recordaba cuando él, añoraba ser el mejor policía
del mundo. Pero, su inquieta y peculiar actitud marcaba otro destino,
pese al poco esfuerzo en el estudio y alto grado de indisciplina. Con
todo, lograba atraer la atención de la gente, especialmente cuando
empujaba por las escaleras a los maestros del colegio, arrojaba
tizas en sus rostros y taponaba la tubería del plantel educativo.
Como imaginar que ese adolescente travieso, quien golpeaba fuerte
la batería a fin de entorpecer los instantes de oración en el culto
cristiano en compañía del primo Ernesto, con el pasar de los años,
se convertiría en un reconocido empresario.
Algunos recuerdos me hacían sonreír e incrementar mi llanto. Revi-
ví aquella época escolar, cuando en compañía de Omar y Armando
ejecutaba el plan adolescente: tomar el pan de una panadería sin
pagarlo, mientras uno de los tres entretenía al proveedor, con una
supuesta compra y luego huíamos corriendo. Empuñaba mis manos,
como cuando era chica y me aferraba a las manos de Armando.
Recordé aquella tarde lluviosa en que resbalé y caí en un charco
de agua y barro. La suela de mis zapatos nuevos de charol negro,
estaban tan lisos como el jabón. El flaco como cariñosamente le
llamo, no sabía si reír o llorar junto a mí. Tenía la responsabilidad
de acompañarme hasta la academia de ballet.
Retrocedí el tiempo y reviví mi adolescencia, en los instantes cuando
me reunía durante las vacaciones de mitad de año con Amparito,
la quinta de mis hermanos. Mis padres, acostumbraban premiarme
con un corto viaje a su casa en Santander, región donde vivía con
su esposo Rafael, a quien considero como un padre. Mi respeto y
admiración por él, es el resultado de su infinita bondad y honestidad.
171
175
medias que llevaba puestas en mis pies, tan solo vestía la ropa
interior. Rápidamente intenté limpiar mi cuerpo porque estaba he-
diondo por la fetidez que originó la materia fecal. Pese a la fuerte
lluvia, abordamos una larga y angosta chalupa con remos, pero
antes preguntaron si me habían suministrado algo. Rápidamente
entregué al hombre la pequeña bolsita de plástico que me había
entregado Isabel poco antes de despedirnos, la cual sujetaba en mi
mano. Contenía un reloj de mujer, un pedazo de papel doblado y
un rollo de billetes atado con una liga elástica.
El muchacho la abrió y saco el reloj, luego la volvió atar y me la
entregó de nuevo. El agua correntosa del río, nos permitía avanzar
sin adentrarnos en el mismo, pero si evitando navegar por la ori-
lla. Apretaba mis botas y la bolsita de plástico. Nadie hablaba, se
apoderaba un tenso silencio, acompañado del helado aire que se
filtraba hasta mis huesos. Tanto las mujeres como los hombres, se
encontraban atentos y portaban una pistola y dos granadas de frag-
mentación. Preguntaron si sabía disparar, pero respondí que nunca
en mi vida había usado un arma, pero si era necesario lo haría. No sé
que tanto avanzamos, tan solo recuerdo que cada vez que podíamos
nos orillábamos, descendíamos del bote y lo ponían boca abajo,
mientras el hombre más joven cronometraba en el reloj.
Después de cortos descansos y de recibir consejos sobre el cuidado
con las pirañas y la palizada cuando pisara las aguas, abordába-
mos nuevamente la chalupa y continuábamos el trayecto por las
oscuras aguas. Mis ganas de vivir y ansias de regresar a la libertad,
me fortalecían y daban pujanza a tal punto que estaba dispuesta a
enfrentar lo que fuera. Ya no estaba sola, me sentía respaldada pese
a que no conocía las otras personas. Cuando estaba amaneciendo,
silenciosamente nos detuvimos en un lugar y desembarcamos.
Al rato, escuchamos las voces de varios hombres quienes se aproxi-
maban hablando fuerte, todos nos miramos y me hicieron señas que
permanecieran callada. Quedé estática sin poder moverme, mientras
ellos se desplazaban lentamente hacia un lado. Mi corazón palpitaba
177
187
188
192
195
una situación poco normal, puesto que el hombre vestía una chaqueta
de cuero a una temperatura de 35 a 40 grados centígrados.
Esta clase de situaciones en Colombia se registran comúnmente con
personas que ejercen el sicariato. Gente pagada para asesinar quienes por
lo general esconden sus armas entre las chaquetas a fin de pasar desaper-
cibidos. Estos nuevos acontecimientos una vez más alertaba mi vida y la
de mi familia. Lo más sorprendente, fue poder establecer la identidad de
las personas que me seguían, lo cual se logró gracias a una acción de la
policía colombiana, que permitió la captura de dos hombres.
Estos hechos se registraron a mediados de marzo de 2005, momentos
que me encontraba trabajando en la Secretaría de Salud. Esa mañana,
uno de los vigilantes de carros, dio aviso al personal de seguridad
de la Secretaría que los hombres que siempre preguntaban por mí se
encontraban en una esquina del edificio.
El personal de vigilancia, inmediatamente llamó a la policía que se
desplazó rápidamente al lugar. Mientras se realizaba el operativo
policial, yo seguía laborando normalmente, puesto que no conocía lo
que estaba sucediendo, debido a que el mismo personal de vigilancia
consideraba prudente no preocuparme hasta tanto, se capturaran los
hombres. Luego, la celadora subió hasta mi oficina y en presencia del
periodista de RCN Televisión César Velandia, quien por cierto me
acompañaba, informó de la captura de los sujetos. Esa noticia me hizo
temblar de miedo, ahora podía conocer las personas que me venían
siguiendo desde meses atrás.
Acompañada de César, ingresamos en el despacho del Secretario de
Salud, Jorge Correa Perdomo, para ponerlo al tanto de lo que estaba
aconteciendo. Desde las ventanas de su oficina pudimos presenciar
con mayor claridad la captura de los individuos, los cuales fueron
trasladados a las instalaciones de la unidad Sijín de la Policía, con
sede en Neiva.
Me desplacé hasta ese lugar en compañía de César Velandia y de mi
hermano Carlos. Al arribar a las instalaciones de la Policía, lo primero
200
203
José Gonzalez
209
211
214
Para:
Olga,
Te respondo a tus preguntas abajo. No había vuelos el domingo así que
será uno que sale a las 11:50 el lunes de Florencia a Bogota. El resto
del itinerario es así:
Your Itinerary
Passenger Name(s)
OLGACECILIA VEGA
Flight 1
AMERICAN AIRLINES #916
Depart : Bogota (BOG) at 03:02 PM - 12/07/2005
Arrive : Miami (MIA) at 06:40 PM - 12/07/2005
Class : Business Seat(s): 6H Meal(s): Dinner
Flight 2
AMERICAN AIRLINES #1290
Depart : Miami (MIA) at 08:05 PM - 12/07/2005
Arrive : Washington (DCA) at 10:28 PM - 12/07/2005
Class : First Seat(s): 5E Meal(s): None
Flight 3
AMERICAN AIRLINES #1965
Depart : Washington (DCA) at 10:17 AM - 12/10/2005
Arrive : Miami (MIA) at 12:47 PM - 12/10/2005
Class : First Seat(s): 6B Meal(s): Lunch
Flight 4
221
223
228
233
238
Por favor necesito su total honestidad sobre que tanto trabajan ustedes
de la mano con los organismos de inteligencia colombiana.
Acontece que no me permiten avanzar. Constantemente estos se-
ñores están vigilándome. Las únicas personas que sabían que a
última hora cambiaria mis tiquetes de Florencia para viajar a Nei-
239
Para:
Olga,
Bueno. Quiero ser claro en una cosa, y es que no hay nadie más in-
teresado en que Ud. tiene éxito en sus proyectos que James y yo. Así
que ni el, ni yo, tenemos motivo alguno para montarla una vigilancia que
entorpece sus movimientos. Al contrario, la demora de ahora, nos tiene
240
a los dos con los pelos parados esperando que Ud. pueda viajar a su
entrevista. El individuo que va a ver no nos interesa para nada como
objetivo mientras sus tres hijitos si.
Lo único que puedo pensar en cuanto a la vigilancia es que Ud. tuvo
el viejo teléfono interceptado o tal vez el viaje que hizo al norte alertó
a alguien en el aeropuerto que reviso el pasaporte. También puede ser
que es algo no relacionado. Vuelvo y repito, a nosotros mas que a
nadie nos conviene que Ud. este solita y rápida en sus movimientos.
Aparte como el caso es uno JUDICIAL como Ud vio en la audiencia, los
organismos de INTELIGENCIA no figuran en nuestro sistema. O sea,
no podemos trabajar con ellos en esto.
Hoy, la escuché más tranquila cuando hablamos por teléfono. Lo malo
es que la señal esta malísima y es difícil entendernos. Por favor escrí-
beme con una idea de su viaje. Acuérdese que en este momento no se
nada, ni dónde está ni lo que está pensando en cuanto a la fecha para
la entrevista con mi padre. Por favor ponme al tanto de sus planes.
Un abrazo, José
241
moral, como el más valioso tesoro que cuidar, porque era el único
medio para que los norteamericanos secuestrados tuvieran en la
selva un pequeño aliciente de vida. Motivo por el cual, cuando
llegué de Estados Unidos a la ciudad de Neiva, escaneé, toda la
correspondencia y la guardé en una memoria USB. En caso de
perder la correspondencia en algún retén militar o que quedaran
en manos de grupos ilegales, sabía que esas cartas y fotos estaban
bien archivadas. De esta forma, me aseguraba que los secuestrados
recibieran noticias de sus familias y Raúl Reyes se había compro-
metido en hacernos el favor de entregarlas.
Acatando las indicaciones de Reyes, me desplacé hasta el munici-
pio de Lago Agrio en Ecuador, allí esperé otro mensaje con nuevas
indicaciones a seguir. Luego viajé hasta Pueblo Nuevo, caserío de
la provincia de Sucumbíos, ubicado al otro lado del río San Miguel
frente a la población petrolera colombiana Teteyé, en el Putumayo.
Zona que ya conocía y en donde los emisarios del líder guerrillero
me habían recogido anteriormente.
Esa nueva población ecuatoriana, con un gran número de inmigran-
tes colombianos, víctimas del conflicto armado, no prestaba servicio
hotelero para el alojamiento de turistas. Motivo por el cual, pagaba
200 dólares por una noche de estadía en un pequeño espacio de una
casa construida en madera; el exorbitante costo, más caro que un
hotel cinco estrellas pero con una gran diferencia: no muy limpio y
con algunas ratas alrededor procedentes del río, permitía refugiarme
hasta que los emisarios de Reyes llegaban por mí.
El trato de los civiles en territorio ecuatoriano era amable y cortés.
¡Pero a ese precio!... Me merecía hasta el lavado de pies. Otros
habitantes de la región, eran personas muy humildes y honestas
hasta el punto de no querer cobrar un céntimo de dólar y ofrecer
comida gratuita de acuerdo con sus posibilidades. Mi estadía en el
caserío ecuatoriano, me permitió presenciar una situación similar
a la zona desmilitarizada del Caguán en territorio colombiano.
Mandos de la guerrilla de las Farc vestidos de civil y en camionetas
242
243
Feliz Navidad
Hola papá, este es Kyle, te extraño mucho y pienso en ti todos los
días. Te quiero muchísimo y no pierdo las esperanzas. Estoy ju-
gando football y fuimos los campeones. Estoy jugando de esquina
de atrás el hombre que cubre al recibidor abierto. En seis meses
cumplo 14 años, mido 5’-11” y peso 152 libras Estoy haciendo
bien en la escuela y tú estás en mis oraciones. Tengo una novia y
estamos saliendo hace dos meses, su nombre es Jannessa! Buck
esta bien. Papá te quiero muchísimo y por favor no te rindas allá.
Te quiero.
Kyle
244
12-1-05
Querido Keith,
Como empezar a decirte todas las cosas – Tú estás con nosotros
todos los días en nuestros corazones y nuestras mentes. Tú y yo
hemos pasado a través de tantas cosas, pero aún estamos allá el
uno para el otro, no importa lo que pase. Yo solo quiero que sepas,
que eres realmente amado, tú eres muy especial en todas las ma-
neras – aún cuando discutíamos, todavía te querría, como todavía
te quiero. Aún cuando han pasado tantas cosas, tu todavía eres mi
“Keifa Mustafa”. Nuestros hijos son muy orgullosos de quien eres
tú y todas las cosas que tú haces. Ellos te extrañan muchísimo.
Ellos mantienen su fe y rezan todos los días que tu estés seguro.
No te preocupes nosotros estamos bien. No pasa un solo día, que
no hablemos de ti, así sea con mis amigos o pacientes en mi traba-
245
jo, que preguntan por ti, o los niños preguntándome historias ton-
tas de cosas que pasaron cuando ellos estaban pequeños, o cuan-
do estábamos saliendo o cualquier cosa. Keith, hay gente que
he conocido que Kyle tiene sus actividades (football, basketball)
con sus hijos y ellos saben de tus circunstancias y su iglesias han
estado rezando por tu regreso seguro. Espero que puedas recibir
esta carta. Hemos escrito muchísimas cartas y nosotros nunca sa-
bemos si tu las recibes, solo esperamos que tu las recibas
246
247
Tom
Todos estamos pensando en ti. Esperando y rezando que tengas un
regreso a casa rápido y seguro.
Nelly Young
248
250
251
255
256
258
Re: Hola
De: José gonzalez
Para:
Olga,
Decimos las cosas claras. Obviamente los planes nuestros no han re-
sultado. Eso, a pesar del hecho que nosotros cumplimos en todo lo que
habíamos acordado, visa, viaje, acceso a la audiencia, equipo, viáticos,
impedir el acceso de otros a su prima en el norte, etc.
La parte que le correspondía a Ud, y esto fue clarísimo desde el co-
mienzo, era el manejo de estas personas. Aunque en algún momento
me escribe y me dice que Ud. tiene todos los miembros de la empresa
convencidos, parece que esto no fue cierto y esta muy claro que la in-
fluencia que Ud. decía tener con estos señores no era de tanto peso.
Ni siquiera esta claro aun si se han entregado las cartas de mis primos
o no. Supongo que no. Realmente lo único que hemos sacado de
esta aventura hasta ahora es lo que nos mostró en el televisor. Bien,
si no se puede más, no se puede más. Definitivamente ahora estamos
considerando una situación de largo plazo y no de corto plazo como
habíamos esperado.
Los problemas que Ud. está experimentando ahora no tienen nada que
ver con nosotros (me sorprende que Ud. en uno de sus correos quiso
creer la información del mentiroso barbudo que le había informado que
éramos nosotros acechándola) lo que es mas, esta constante molestia
nos ha dejado igual de perjudicados.
Le vuelvo a decir lo mismo. Con resultados como la prueba tan desea-
da hay un mundo de posibilidades. Sin embargo, hasta que tengamos
algo concreto nuestras posibilidades de colaborarla mas son pocas. Es-
críbame sus comentarios,
José
Para:
Olga,
Entiendo de sobremanera sus preocupaciones. Si su vida corre peligro
hay que tomar las medidas necesarias.
Si en algún momento en el futuro nos podemos colaborar mutuamente,
Ud. siempre tiene la puerta abierta. Mucha suerte y un abrazo,
José
262
Re: JOSEPH
De: José gonzalez
Enviado: martes, 31 de enero de 2006 09:16:45 a.m.
Para:
Olga,
Espero que encuentre el apoyo que necesita en Bogotá. Seguiremos
en lo nuestro y veremos, una vez que se calman las cosas, si podemos
salir adelante con nuestro proyecto. Mucha suerte y un fuerte abrazo,
José
264
Para:
Olga,
266
José.
Para:
Olga,
Le repito que todo cambia con las pruebas. Yo se que no le interesa
plata. Bien, pero su situación actual de seguridad también pudiera ser
mejorado mucho si Ud puede producir las pruebas.
267
Muy respetuosamente,
Baruch Vega
cc: Nelson Rodríguez-Varela, Abogado
FBI Miami
Entre tanto, los agentes del FBI continuaban con su fija posición,
para que yo lograra las pruebas de vida de los secuestrados, sin
importarles la situación que estaba enfrentando. Su actitud displi-
cente e inhumana mostraba el poco valor que le daban a mi inte-
gridad humana; aún así, no paraban en retomar el tema de como
podía lograr las pruebas de vida, como si esto fuese mi obligación
o un compromiso legal con el gobierno norteamericano.
Se olvidaron que por hacerles un favor, mi vida me la habían con-
vertido en un completo caos. La posición intransigente del los
agentes federales, se percibía a través de sus continuos mail.
Re: Joseph
De: José González
Para:
Olga,
Cuando tú me hablas el número tuyo sale como una llamada no identi-
ficada así que no siempre contesto.
He vuelto a leer la carta de Baruch y la verdad es que veo que el pro-
yecto se ha complicado muchísimo. Te digo que esta gente suelta una
prueba de vida cuando les da la gana y no antes.
Aunque parece que nadie de esa empresa le importa, te digo que la
cuestión jurídica para el extraditado que tú viste le está empeorando
cada día. Ve El Tiempo de hoy que por fin reportaron la verdad.
Por ahora estamos quietos porque no hay otra opción.
Joseph
Raúl
275
276
278
281
285
Para: Olga
Olga,
Me parece bien la comunicación. Para no desgastarnos, yo sugiero
que definamos los términos y el horario de un posible viaje. Como me
parece a mí que ellos están solicitando la presencia tuya, suponemos
que ellos van a respaldar el viaje económicamente. Eso hay que de-
finirlo para no acabar como la vez pasada. La postura por aquí no ha
cambiado, o sea cualquier tipo de apoyo económico viene al final, no al
principio. Baruch me dijo que pudiera tener algo de ayuda.
No sé como lo ves tú.
Joseph
288
las Farc. Las veces que me desplacé, a los campamentos de los seño-
res para cubrir noticias, fui respaldada en todo aspecto por algún medio
de comunicación o con recursos propios que posterior a la entrevista,
generaban para mí, un recurso financiero importante tras la venta de la
noticia. Excepto, los dos últimos ingresos al campamento de Raúl, en
donde acepté el financiamiento de tu Gobierno para gastos de pasajes
y viáticos, a fín de colaborar como un gesto humanitario.
Con respeto les recuerdo… Soy Periodista, no emisaria de absoluta-
mente nadie, el requerimiento que Raúl hace, es posterior a un trabajo
previo que “favorece” las partes Gobierno USA y Farc. En el cual se ha
utilizado el nombre de BARUCH VEGA, posterior de algunos acuerdos
en reuniones con ustedes y de mi viaje a Washington. No olvides, la
guerrilla de las Farc EP. Consideran a mi hermano, parte del gobierno
USA. Por ese motivo, me atreví a enviarte los correos que Raúl me ha
escrito.
Las actuales condiciones de exilio y experiencias propias, me ense-
ñan…Si estoy respaldada por un Gobierno y un destacado medio
de comunicación que garanticen mi Vida, Dignidad Humana y pro-
fesión, vuelvo a entrevistar a la guerrilla de las Farc. De lo contra-
rio, prefiero vivir con el recuerdo que las Farc siempre generó noticias
y contribuyó de la misma manera, para mi sustento de vida por sus
informaciones periodísticas. Mientras, esta organización subversiva y
sea el grupo que sea, generen noticias y contribuyan con mi profesión
de periodista, trataré de mantener viva la fuente de información con
un trato profesional, serio y respetuoso y amable, como siempre lo he
hecho.. Olga Vega
290
292
Así quedara todo lo que tenga que ver con esos delincuentes
De:martín Caballero López (limpiezasocial)
Es posible que no conozcas a este remitente.Marcar como seguro|Marcar
como no segur
Enviado:miércoles, 05 de marzo de 2008 06:12:05 p.m.
Para:
1 datos adjuntos
limpiezas...jpg (25,7 KB)
QUE VIVA EL EJERCITO DE COLOMBIA VIVA LA LIBERTAD, CO-
RREA ES UN VIL PEAN DE EL MARICON GAY DE CHAVEZ FARAN-
DULERO TERRORISTA ASI SE DA CUENTA QUE CHEVEZ ES UN
GUERRILLERO ASI QUE VIVA COLOMBIA VIVA URIBE Y VIVA LA
LIBERTAD ABAJO LA FARC ABAJO CHAVEZ ABAJO HP PERRAS
TERRORISTAS COMO USTED NI LAS FRONTERAS LA SALVAN EN
DONDE ESTE SE LIMPIARAN
293
ASI TERMINARAN
De:Leonor Buenavida (justiciaabsoluta@live.cl)
Enviado:jueves, 20 de marzo de 2008 02:55:42 a.m.
Para:
7 datos adjuntos
QUE EL MUNDO NO SE ALARME POR EL TERRORISMO, NI POR
LAS PERRADAS DE LAS FARC, CADA DIA QUE PASA SE ACER-
CA MAS Y MAS SU FINAL. LAS RATAS NO SALDRAN DE SUS
ALCANTARILLAS Y MORIRAN AHOGADAS EN SU PROPIO EX-
CREMENTO. AUNQUE HUYAN Y SEAN PROTEGIDAS POR LAS
FRONTERAS Y POR GOBIERNOS VECINOS. SEGUIRAN MATAN-
DOSE UNAS A OTRAS Y TRAICIONANDOSE POR UNOS DOLARES.
PERO NO SE PREOCUPEN POR HUIR PERROS DE MIER-
DA, ASI SUS CULOS ESTEN ESCONDIDOS Y RESGUARDA-
DOS POR OTRAS RATAS COBARDES, SUS CAPULLITOS
ESTAN INDEFENSOS Y AL ALCANCE DE CUALQUIER SA-
MARITANO QUE LOS QUIERA DESPACHAR AL OTRO MUN-
DO Y ASI PODER EXTERMINAR ESTA PUTA PLAGA DE RAIZ.
PACIENCIA, A USTEDES TAMBIEN LES TOCARA.
300
con las Farc temas de secuestros, como fue el caso de los hijos
de la ex rehén Gloria Polanco de Lozada y algunos secuestra-
dos del Edificio Miraflores de la ciudad de Neiva. Pregunté cuál
grupo del gobierno de los Estados Unidos trabajaría con Piedad
Córdoba y los arreglos que habían acordado, pero en ese instante
el oficial de elevada jerarquía se limitó a responder que directa-
mente el Departamento de Justicia de los Estados Unidos, estaría
atento a cada uno de sus pasos de la Senadora y por lo consi-
guiente, Piedad Córdoba realizaría un trabajo coordinado con los
oficiales de la CIA y FBI presentes en Colombia y encargados
de la operación de rescate y del aniquilamiento de los cabecillas
de las Farc.
Para el Gobierno de Bush la participación de la Senadora se con-
vertía en la oportunidad perfecta que estaba esperando: buscar
otro contacto con las Farc que les permitiera penetrar a los campa-
mentos de los miembros del Secretariado y desde luego, hasta el
sitio donde estaban los secuestrados.
Esta operación se estaba analizando desde el momento del secues-
tro de los agentes de la CIA Keith Stansell, Marc Gonçalves, y
Tom Howes, secuestrados desde el 13 de febrero de 2003 pero el
trabajo realizado con las fuerzas militares colombianas no habían
arrojado un resultado positivo, antes todo lo contrario, Estados
Unidos estaban realizando una fuerte inversión económica con
pérdida de tiempo.
De esta forma, el gobierno norteamericano ejecutaría su plan de
acción: aniquilar dos pájaros de un solo tiro: el rescate de secues-
trados y la cabeza de los mandos guerrilleros. Situación que pude
descubrir con mi mediación y que no compartí, puesto que mi
vida no sería utilizada como carne de cañón a cambio de la vida
de otros. Para este propósito, el gobierno norteamericano estaba
dispuesto en apoyar cada uno de los pasos de Piedad Córdoba,
quien luego de presentarse ante la embajada de Estados Unidos,
intensificó su búsqueda para contactar a las Farc.
302
Córdoba con las Farc. Aseguraba que era la persona indicada para
una interlocución directa con el presidente de Venezuela.
Agradecía nuestra participación con Baruch en el tema de media-
ción, pero dejaba claro, que la organización insurgente, requería
en ese instante de una negociación política abierta con el apoyo in-
ternacional. En la misiva, también indicaba que su comunicación
se estaba dificultando, recomendó personalmente, tener mucho
cuidado de lo que hablaba y con quien lo hablaba; aseguraba que
un periodista, sin decir su nombre, le preguntó muchas cosas sobre
mí y de paso averiguó si él continuaba su comunicación conmigo.
Situación que no le pareció muy confiable a Reyes y por ese moti-
vo, me informó que utilizaría un tercero para que me retransmitie-
ra sus mensajes en caso que precisara de nuestra participación.
Dejaba entrever la posibilidad de continuar la mediación con el
Gobierno de Venezuela y de hacer llegar las pruebas de supervi-
vencia de los secuestrados. Pero todo dependía del avance de las
negociaciones políticas. De esta forma, me aseguraba que cumpli-
ría con mi gran deseo al que tanto le insistí. “Una prueba de vida
de los secuestrados”.
Desde su encuentro con Raúl Reyes, Piedad Córdoba le insistió
a las Farc en una prueba de vida de los tres norteamericanos se-
cuestrados e incluso, le insinúo a Reyes que sería bueno dejar li-
bre aunque fuese uno solo de estos rehenes a sabiendas, que si
se lograba este objetivo, alcanzaría el total respaldo del Gobierno
norteamericano al igual que un beneficio si no económico sin duda
político. Tema que Piedad Córdoba había intercambiando con el
gobierno de Estados Unidos y en menos de treinta días realizó dos
viajes a ese país, durante los meses de septiembre y octubre de
2007.
Allí, luego de sostener una reunión con el congresista demócrata,
James McGovern, los oficiales norteamericanos, para sus planes
de penetración, permitieron que Piedad Córdoba realizara una en-
trevista personal con la guerrillera Sonia quien se encuentra pa-
305
310
311
312
Baruch
316
323
325
326
E
“ ntre menos estemos enterados de las cosas menos nos expo-
nemos y arriesgamos” Frase preferida con la que Raúl Reyes eva-
día algunos interrogantes ciertos, pero que por acuerdos en el Se-
cretariado de las Farc no podían ser revelados y menos divulgados
entre la población civil. De esta manera, se afianzaba los secretos
del monte que solo serian públicos “Si la montaña hablara”.
Desde el lugar de mi exilio aprecié las primeras imágenes que mos-
traban el rescate de Ingrid Betancourt, los tres agentes del gobierno
estadounidense y varios policías y militares.
Al igual que millones de colombianos y personas en el mundo ente-
ro, con mi hermano Baruch celebramos tras el entusiasmo de saber
que estas personas que habían estado privadas de su libertad como
en mi caso, por fin estaban libres como si volvieran a nacer.
Analizaba el rostro empalidecido de Ingrid, como es obvio por su
permanencia en la selva, pero aun así, mostraba la imagen de una
mujer completamente sana y de extrema fortaleza como recién
salida de un Spa, diferente en sumo grado de aquella efigie cono-
cida días antes, cuando los medios de comunicación internacional
mostraron una Betancourt consumida por el dolor y aparentemente
maniatada de su muñeca derecha lo que resultó ser una liga elástica
con la que recogía su cabello extremadamente largo, como símbolo
de su larga trayectoria en la manigua.
327
332
339
340
343
346
348
351
353
354
356
357
359