El deseo: ángel y demonio

El cuento titulado “felicidad clandestina” de la autora Clarice Lispector publicado en el año

de 1971 está enmarcado con una estructura clásica conocida como inicio, nudo y desenlace.
Se trata de un cuento con un elemento autobiográfico relevante pues la descripción de la
niña protagonista coincide con las características físicas de la autora. Se trata de un relato
que presenta en la protagonista un sinnúmero de emociones que surgen a partir del deseo
por un libro en concreto y por otra parte el deseo de la niña antagonista de infligir
sufrimiento moral a su compañera gracias a la posesión de un libro ansiado por la
protagonista. Igualmente, es relevante el deseo de la madre para dar una lección a su hija
agresora. Finalmente, aparece de nuevo el deseo ya no como anhelo sino como
gratificación por la posesión del libro como objeto. En síntesis, el deseo aparece en el ser
humano como fuerza inherente y causante de sentimientos benévolos o malévolos que
modifican la naturaleza moral de cualquier acción humana.
El relato permite observar una etapa de la vida denominada la infancia con sus facetas de
exploración y descubrimiento en la cual inexorablemente el sentimiento del deseo es la
causa por antonomasia de las emociones que reflejan los personajes principales de la obra.
En este sentido, Chelle (2017) en cuanto al argumento de esta historia sostiene “el sadismo
que se va a ejercer a partir del deseo de la niña de disfrutar de un libro en particular” (parr.
11).
Podemos observar en la obra que la niña protagonista recibe toda clase de humillaciones y
desplantes con tal de alcanzar el tan deseado libro las travesuras de naricita de Monteiro
Lobato. El deseo por el libro es tan significativo que lo describe materialmente y le connota
un sentido existencial para su vida “Era un libro gordo, dios mío, era un libro para quedarse
viviendo en él, comiéndolo, durmiéndolo. Y completamente por encima de mis
posibilidades”. En este orden de ideas, Pérez (2016) afirma “La protagonista tiene pasión
por los libros, pero no tiene dinero para comprarlos: la otra tiene un padre librero, pero odia
leer” (p.35).
El deseo de la madre de la niña antagonista la da un giro moral a la actuación de la misma
siendo consciente del juego perverso que se estaba perpetuando entonces decide castigar a
su hija premiando a la niña protagonista entregando el libro y permitiendo que lo tenga el
tiempo que quiera.
Por lo tanto, se puede inferir que la autora a través de un evento tan cotidiano, como el
amor por un libro, nos permite reflexionar sobre la naturaleza moral de las acciones
humanas que se ven intrincadas por la fuerza del deseo a punto de que aquello que
anhelamos de forma tan profunda puede someternos a atropellos y crueldades
significativas. Por otra parte, el deseo se puede constituir en la causa por excelencia de la
aparición de sentimientos y emociones que modifican las conductas humanas reflejando la
bondad o maldad de nuestros comportamientos.
Referencias bibliográficas
Chelle, F. (2017). Clarice Lispector y el cuento. El no-estilo del mundo interior.
Recuperado de https://letralia.com/articulos-y-reportajes/2017/01/22/clarice-lispector-y-el-
cuento-el-no-estilo-del-mundo-interior/#:~:text=El%20no%2Destilo%20del%20mundo
%20interior&text=Clarice%20Lispector%20alguna%20vez%20defini%C3%B3,y%20carec
%C3%ADan%20de%20acci%C3%B3n%20narrativa.
Pérez V. (2016). Felicidad clandestina: sujeto, objeto y goce en la obra de Clarice
Lispector. Recuperado de
https://www.apuruguay.org/apurevista/2010/16887247201612204.pdf