Está en la página 1de 5

Ciclo Introductorio – Escuela Universitaria de Artes – UNQ (2021)

Comprensión y Producción de Textos en Artes


Aula 26
Segundo Parcial Domiciliario
Docente: Bárbara Bilbao
Autora: Fernández Agustina Sofía 44.419.804
Partiendo de la lectura detallada de la novela Cometierra, escrita por Dolores Reyes, me he
percatado de un aspecto importante que influye a lo largo de la historia. Esta característica ya
me es conocida y seguramente ustedes sabrán reconocerla, ya que no solo en esta presente en
esta novela sino también en otros campos artísticos, como películas, series u otros textos. Me
gustaría, a partir de ahora, referirme ha este aspecto como un “recurso”, el cual será el amor. El
cariño y contención, las palabras de apoyo en un momento necesario como también un abrazo o
beso ayudan, no solo a una lectura más fluida de una obra, sino que además le brindarán un
apoyo emocional al personaje en quien se base la historia. Considero que el amor es necesario
en todas las historias, pero sobre todo en aquellas que se centrarán en abordar temas de carácter
fuerte y dolorosos.
En este trabajo se propone observar cómo los personajes cercanos al protagonista funcionan
como un “salvavidas” en todo aspecto, como también resolveremos la duda de si estos seres son
culpables de darle menor relevancia al tema principal de la narración que se esté llevando a
cabo.
Para empezar, me gustaría realizar una breve introducción sobre el libro que usaremos como
foco para responder a nuestras dudas en cuestión al amor y sus funciones en los textos. Como ya
hemos hecho mención, la novela se llama Cometierra y la misma nos cuenta la historia de una
joven que posee “dones” capaces de enseñarle la situación y lugar en el que se halla la persona
que desea encontrar, pero para mantener este contacto debe masticar la tierra por donde estos
individuos transitaban. Este poder nos llevará a un largo viaje, donde se enfocará en enseñarnos
sobre todo los secuestros y femicidios que ocurren en una sociedad consumida por el
patriarcado. La joven, de la cual nunca sabremos su nombre y llamaremos por su apodo
(Cometierra), será testigo de todas las violencias y actos inhumanos perpetuados en su zona o,
tal vez, los pocos acontecimientos violentos de los que tiene conocimiento en su barrio.
La historia, a medida que la leamos, nos transmitirá una fuerte carga feminista generada por su
escritora. El enojo, la tristeza y la esperanza de encontrar a aquellas chicas desaparecidas,
arrancadas de sus casas, de sus familias, todo es transmitido a nosotros los lectores gracias a la
escritura detallada de la mano de Dolores Reyes. Teniendo en visto los temas que serán tocados
durante la novela podríamos cuestionar si sería o no correcto referirnos a ella como “ficción”,
pero para ello debemos comprender que no siempre la invención de un relato debe ser vista de
forma negativa, como algo falso, puesto que la ficción carga con aspectos verídicos de nuestra
realidad. Teniendo en mente esto podríamos cuestionarnos por qué, si la verdad y la ficción no
son tan diferentes, no escribir desde la realidad, una historia verídica de una mujer que busca
chicas raptadas o hace justicia por aquellas que son violentamente abusadas. Al pensar esto
tenemos un punto, pero debemos tener en cuenta que al hacerlo contamos con un campo más
limitado para explayarnos, no gozaríamos de la libertad de crear una “multiplicidad de
posibilidades de tratamiento” para nuestra historia, además debemos pensar en cuál es la
finalidad que busca la escritora al realizar su novela, una finalidad que podría verse modificada
si lo hiciera desde una posición donde se ve limitada por los acontecimientos reales que vivió la
persona de la cual hablará. La ficción no trata de crear hechos “falsos”, sino que se basa en un
terreno verídico del cual extrae elementos que le servirán para trabajar sobre situaciones
sociales, pero de una forma distinta. Además, en este mundo ficticio es fácil brindarle al
personaje principal las herramientas que requerirá para seguir avanzando, como la contención
de seres queridos. ¿Es el afecto un recurso fácil de obtener en la realidad? Esta es una pregunta
difícil de responder, puesto que juega la confianza o cercanía que cada uno mantiene con sus
conocidos, pero algo que si podemos manifestar es que, en la magia de crear una historia, a
medida que algún personaje amerite de un cuerpo que le brinde contención o palabras sabias
que lo hagan recuperarse y seguir, las va a obtener gracias a quien arma la novela. En el caso de
nosotros, tal vez la única forma de recibir esa ayuda sea acercándonos a quien nos brinde la
confianza para expresarle nuestros pesares.
Habiendo comprendido que la ficción ayuda a expandir la creación de un escritor, pensemos en
cómo este espacio ayuda a una liberación del mismo autor. Gran parte de nosotros leemos con el
fin de escapar de la realidad, sabemos que en este universo ficticio encontraremos nuevas
formas y maneras en las que se trabajarán con ciertas temáticas, algunos somos conscientes de
que se mantendrá una relación con aspectos de la realidad, pero apostamos a otra forma en que
serán tratadas en este mundo donde todo puede ser probable. Por otro lado, no creo que el o la
escritor/a se aleje mucho de este mismo fin, escribir para separarse de lo cotidiano y crear un
mundo a su manera y con sus reglas. El o la autor/a ser descubrirá en las palabras, unidas de una
forma precisa y con un detalle específico, la forma de trabajar con sus sentimientos y ser capaz
de desarrollarlos en el papel. ¿Podría ser la escritura una forma de autosanación? Es posible,
artistas de todo tipo, desde cantantes hasta escritores, han hallado en las letras otra forma de
liberar las emociones más profundas de su ser. El papel, blanco, sin posibilidades de atacarnos,
se convierte en un blanco para crear desde cero una infinidad de escenarios posibles que surgen
de nuestra mente. Dolores Reyes ve aquí un mundo donde ella puede crear una especie de
salvadora, nos da un mundo con la posibilidad de dar un cierre rápido a meses o años de agonía
buscando un cuerpo, que, quizás, yace inerte en algún basural, pero por lo menos nos da la
amarga tranquilidad de encontrarlo. Aquí, como ya hemos dicho, “[…] no se trata de informar
(como en el discurso periodístico) o de transmitir conocimiento (como en el académico). Lo
principal es conmover al lector. […] La obra literaria propone una situación comunicativa
distinta de la situación real: la imaginaria […]”. Claro que este seguimiento va acompañado de
una ideología preexistente y por el cuál entendemos las intenciones del texto, y no es más que el
espíritu luchador y feminista que carga la autora, que, muy por el contrario de lo que propone
Rolando Barthes, vemos su presencia en cada párrafo. Resultaría muy contradictorio que la
autora fuese alguien con una mentalidad machista y se preocupara por escribir hoja tras hoja
sobre la maldad que existe en un mundo donde se le ha enseñado al hombre que el único
culpable de su actuar desmedido es la mujer por el único hecho de ser mujer. Leyendo podemos
descubrir a la escritora. Si bien Reyes no es parte de la historia como un sujeto más, si se hace
presente a través de su protagonista.
Finalmente, ya interpretando la ficción en la que se darán lo hechos, comprendiendo la
presencia contante de los pensamientos de la escritora y considerando el contexto al que se
enfrentará la joven vidente, podemos empezar a ver a mayor profundidad como estos
sentimientos de amor lograrán que todo lo anteriormente comentado se unifique y logre una
lectura fluida y profunda de la obra. Para dar inició, ¿Quién soportaría vivir constantemente
observando cualquier acto de violencia, desde asesinatos hasta maltratos? ¿Quién podría aceptar
tener este poder sabiendo que en el momento no es capaz de poder realizar ninguna acción para
detener al atacante? Como sabemos, Cometierra era capaz de observar el paradero de quienes se
habían ido, podía saber en qué condiciones se hallaban. Es decir, sabe el estado en el que están,
pero requiere de ayuda para poder descubrir con exactitud su paradero. Por lo tanto, mientras
intenta descifrar por medio de pequeños elementos donde se encuentra la persona tiene que
tolerar ver las agresiones que esta sufre, en el caso que el individuo siga con vida, si esta muerto
solo verá su cuerpo frio. Ahora, imaginemos un universo donde la joven nunca tuvo un hermano
como Walter que la contuviera ante el dolor que le proporcionaban sus poderes, donde estuviera
ella sola, criada y luego abandonada por una tía y padre abusivos, que solo la veían como una
loca. Pensemos a una Cometierra que logra captar la atención de las personas, pero estas solo la
ven como una herramienta para encontrar a sus familiares, sin importarles el trabajo y
sufrimiento que le produce a ella ver tales escenarios. También podemos pensar otro universo
donde esta pobre chica encuentra la paz acabada con su vida. Es interesante notar como en cada
realidad que diseñemos pensado en ella como una persona solitaria, sin ninguna fuerte por
donde obtenga amor, su personaje va perdiendo vitalidad, se marchita o se convierte en un robot
al servicio de otros. Y ante esto uno puede cuestionar si ella misma sería capaz de consolarse,
como también podemos auto reflexionar si nosotros mismos, viéndonos con sus dones y sin
nadie a quien confiar nuestros sentimientos, seríamos capaces de poder llevar una vida
medianamente feliz. Creo que todos necesitamos de ese “alguien” a quien poder hablarle de
cómo nos sentimos, desde un familiar hasta alguna persona que nos genere este tipo de
confianza. La autora logra sacar a Cometierra de caer en un pozo oscuro al entregarle personajes
que la ayudarían desarrollar los sentimientos que genera el amor, es aquí donde surgen nuestros
personajes “salvavidas”. Walter o Ezequiel, su interés amoroso, actúan de forma que ella nunca
se vea sola, si bien ellos no poseen sus mismos poderes como a forma de entender su malestar,
no dudan en intentar comprenderla y protegerla. El recurso del amor es valioso y permite ver un
desarrollo más profundo en la protagonista, sabemos sus decesos y emociones, sabemos sus
temores y pasiones, además de humanizarla y lograr empatizar con ella, el personaje no queda
vacío pues se constituye con una carga emocional que nuestra escritora lograr crear.
Por último, podríamos cuestionar si este amor no nublaría el contenido básico que Reyes quiere
hacer visible, si estos momentos de romance o de cariño fraternal no afecta a la historia que se
quiere develar a los lectores. Ante esto lo veo poco probable, visto que no dejan de ser tratados
como situaciones catastróficas y deshumanas los homicidios o abusos, el foco sigue apuntando a
que notemos por medio de descripciones gráficas, como “pintura realista con palabras”, el
horror que provocan y desprecio que emanan los monstruos capaces de llevar a cabo delitos tan
graves, donde hasta el actuar de un animal salvaje no tiene el mismo impacto que el suyo. Tal
vez, de lo único que podemos “culpar” a estos seres a quienes les recaer el trabajo de ser los
soportes emocionales del protagonista es ser pequeños momentos de distención para, tanto el
personaje principal como para el fiel lector.
En conclusión, el amor funciona en los textos para alimentarlos de forma que la historia pueda
avanzar, siendo no solo el relato el que continúe sino también la atención de sus lectores, como
también influye en el desarrollo creciente del o la protagonista, ayudando a que no caiga en
personajes carentes de alma y puedan seguir manteniendo humanidad. Igualmente, podemos ver
al amor como no solo un elemento fundamental en la ficción sino también necesario en la
realidad, todos necesitamos una persona de confianza, como dijo Christopher McCandless “La
felicidad sólo es real cuando se comparte.”

También podría gustarte