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Clínica Psicopatológica 2021

Desgrabación del audio “Freud: Perversiones en Tres ensayos de teoría sexual 1905. (1)”

Vamos a comenzar con Perversión desde la perspectiva Freudiana. Empezando por Tres ensayos
pero antes haciendo algunas aclaraciones. En el cuadro de nosologías freudianas van a ver que no
aparece “perversión” o “perversiones” como cuadros clínicos independientes descriptos por
Freud. ¿Por qué no estaría incluido? ¿No es un cuadro clínico? ¿No se lo puede tener en cuenta en
ninguna de esas entidades clínicas? Una posible respuesta puede tener que ver con que Freud a lo
largo de su obra ubica a la Perversión en otro sentido, bastante novedoso y original. Empieza a
utilizarlo para caracterizar a la sexualidad humana, más específicamente a la sexualidad infantil. Y
eso justamente lo hace en el texto “tres ensayos…”. A medida que empieza a caracterizar a la
pulsión sexual se va separando cada vez más de la noción de instinto, empieza a construir su
concepto de pulsión como pulsión parcial, etc; y llega a la conclusión de que en el ser humano hay
una disposición sexual perversa polimorfa, con lo cual la noción de perversión se extendería a
todos los seres humanos, En este sentido podríamos pensar que sería esa una razón por lo cual no
está incluida en nuestro cuadro. Sin embargo, si bien Freud le da este sentido novedoso al
término, que la hace extenderse por todas las entidades clínicas en este nuevo sentido, el también
habla de perversiones en un sentido más tradicional del termino siguiendo autores que lo
precedieron, entonces hay momentos en los cuales el habla de lo que llama “Perversiones
positivas”. Cuando habla de las perversiones positivas, y por ejemplo incluye al masoquismo,
fetichismo, voyerismo, etc. Está hablando lo que se consideraba perversión en su época, que tiene
que ver con desviaciones en las conductas sexuales. Positivas sería cuando eso llegaba a lo
manifiesto, cuando realmente estas personas tenían conductas sexuales desviadas y lo llevaban al
acto, eran conscientes de fantasías de estas características sin ninguna desfiguración, sin ningún
reparo. Entonces podemos pensar que en Freud coexisten como 2 sentidos del término
perversión. Uno que hereda de autores que lo anteceden y otro sentido novedoso que el produce
que es el de la sexualidad humana como perversa polimorfa.

En un neurótico por ejemplo, esa sexualidad perversa polimorfa podría verse desfigurada en los
síntomas. Con lo cual, acá tenemos otros elementos, que son ciertos intentos de Freud de
distinguir entre Neurosis y Perversión. Hay ciertos intentos pero que obviamente no nos alcanzan
si queremos hacer una distinción estructural. Para distinguir estructura neurótica y perversa no
nos alcanzan los elementos que Freud fue ubicando. Por ejemplo, que en la neurosis habría
represión de esa sexualidad perversa polimorfa y en la perversión no. Entonces aquello reprimido
en la Neurosis en la Perversión no lo está. Está más manifiesto, consciente en la perversión. Este
intento de Freud para la obra de Lacan queda corto.

También Freud habla de perversiones negativas. Está hablando en realidad de las Neurosis. Habla
de que en las neurosis hay componentes perversos pero negativizados, es decir reprimidos.
Recuerden entonces que toma lo heredado de sus antecesores y de a poco va a ir incluyendo sus
elementos novedosos a esa teoría que toma en primera instancia para luego arribar a su teoría de
la sexualidad perversa polimorfa característica de todos los seres humanos.
Primer ensayo. Aberraciones sexuales: el término lo toma de los autores que lo precedían. Si
buscamos en el diccionario la aberración es una acción, comportamiento o producto que se aparta
claramente de lo que se considera normal, natural, correcto o licito. Fíjense que ya está la idea de
que hay algo que se aparta de lo normal, y donde la norma se confunde con lo natural y con lo que
se considera que esta bien o que es correcto, y con ciertos valores de una sociedad, con cierta
legalidad que hay en una sociedad. Vamos pudiendo pensar que las aberraciones son desvíos con
respecto a esta supuesta normalidad. Si ustedes buscan perversión en el diccionario tienen 3
acepciones. Una es acción de pervertir o pervertirse en los vicios o costumbres. Otra es inclinación
antinatural en los instintos o comportamientos. Sinónimo es depravación. Y tercero perturbación
del orden o estado de una cosa. Para la real academia española pervertir es alterar el buen gusto o
costumbres que son consideradas sanas o normales a partir de desviaciones o conductas que
resultan extrañas. Alteración del orden habitual de las cosas. Fíjense como acá también tenemos la
idea de que algo se desvía de lo esperable tanto por lo que establecería la naturaleza para el
instinto y de lo esperable también para una sociedad y para mantener el orden y el buen gusto en
una sociedad. Nos puede esto recordar esto a nuestra unidad de inicio donde veíamos que es lo
normal, que es lo patológico. Obviamente si nosotros podemos hablar de aberraciones y
perversiones es porque hay una noción de que sería lo normal. Bueno muchas veces esa noción de
que es lo normal, que no deja de ser una construcción, se naturaliza y se pierde de vista que es
una construcción social “que es lo normal” y que depende de factores culturales, históricos. En las
definiciones de los autores que precedieron a Freud hay una noción de que sería lo normal o la
sexualidad normal está en el fundamento de considerar al resto desviaciones, perversiones o
aberraciones.

Justamente la opinión popular que se tenía en la época de Freud era que no habría sexualidad en
los niños, que faltaría en la infancia y que aparecería recién en la pubertad. Que se trataría de una
sexualidad heterosexual. Y que la meta sería el coito, la unión sexual inclusive llegaban a decir que
era con fines reproductivos, no por placer. Entonces todo lo que no se ajusta a esos parámetros
serían desvíos y muchas veces se los calificaba de aberraciones o perversiones. Freud va a hacer
hincapié en dos términos que debemos considerar para poder hablar de distintos tipos de
desviaciones. Uno es el término “objeto sexual” y el otro “meta sexual”. El objeto sexual es la
persona de la que parte la atracción sexual. La meta sexual es la acción hacia la que esfuerza la
pulsión. Más adelante el objeto sexual va a ser el objeto de la pulsión y no necesariamente tiene
que ser una persona. Pero para empezar, acá, habla de que es una persona de la que parte la
atracción sexual. ¿Cuál sería el objeto sexual de la sexualidad normal de esa época? Un adulto
heterosexual, es decir del sexo opuesto y la meta sexual sería el coito, la unión de los genitales
(masculino con femenino). Todo lo que no entre en esta lógica serían desviaciones. Entonces
podemos distinguir desviaciones con respecto al objeto sexual y desviaciones con respecto a la
meta sexual. Debemos pensar que Freud hace una recopilación del saber popular de la época y en
algún punto lo empieza a cuestionar aunque parezca por momentos que no.

Dentro de las desviaciones con respecto al objeto sexual tenemos por un lado la inversión, que es
el nombre que se le daba a la homosexualidad y por otro lado cuando se tomó como objeto sexual
a personas genésicamente inmaduras o a animales, podríamos pensar en pedofilia y zoofilia. Todas
esas son desviaciones con respecto al objeto sexual. Y las desviaciones con respecto a la meta
sexual son aquellas que caracteriza Freud del siguiente modo: trasgresiones anatómicas y las
desviaciones de metas sexuales provisionales. El habla de perversiones cuando habla de
desviaciones con respecto a la meta sexual. No aparece tanto el termino cuando habla de las
desviaciones con respecto al objeto sexual, si cuando habla en relación a la meta. Dentro de las
trasgresiones anatómicas, sería cuando en lugar de genital femenino y masculino en el coito la
meta resulta ser utilizar otras zonas del cuerpo para obtener satisfacción sexual ya sea el uso de la
boca, del ano y también considera que el Fetischismo sería una trasgresión anatómica. El caso del
Fetichismo es interesante porque en algunos casos también lo considera en relación a las
desviaciones del objeto sexual. Entonces no queda muy claro en qué grupo incluirlo, o si se puede
decir que lo incluimos en los dos tipos de desviaciones. En cuanto las fijaciones de metas sexuales
provisionales lo que dice Freud es que esto consiste en que se demora el acto sexual en pasos
anteriores a la unión de los genitales. Hay demoras en relaciones intermediarias con el objeto
sexual en actos preliminares. Queda detenido el acto sexual en “estos actos” que en la sexualidad
normal son solo pasos previos antes de llegar al coito. Puede ser quedarse fijado en el tocar o en el
mirar o en el apoderarse del objeto. Entonces acá tenemos todas las vertientes de las perversiones
que tienen que ver con el Sadismo, Masoquismo, Voyerismo y Exhibicionismo.

Lo que Freud va diciendo es que lo que se ve en los Perversos claramente y que es resaltado, está
también en el resto de los seres humanos. Lo que sucede es que ha tenido un tratamiento
diferente.

Por otro lado, en relación a la inversiones. Freud distingue varios tipos de invertidos con respecto
a la conducta que llevan como también con respecto a cómo juzgan su orientación sexual. Si
sienten malestar o padecimiento por ello o no. Freud dice que un Psicoanálisis podría abocarse a
este tema si le genera un padecimiento al sujeto. Si está conforme con su condición no sería
necesario.

Hay que aclarar que en relación a la génesis Freud se opone a la hipótesis de pensarlo como una
degeneración. Pareciera que la postura de Freud es que podría haber una combinación de factores
innatos y factores accidentales, adquiridos, que en conjunto darían este resultado de la
homosexualidad. (Pensarlo en relación a las Serias complementarias de su obra). También tiene en
cuenta de qué lado se posiciona el sujeto. Surge la pregunta de si se llama inversión cuando se
elige a un objeto del mismo sexo pero si se puede hablar también de inversión cuando el sujeto se
posiciona según las características del otro sexo y no las del propio.

Tomo 7: Quedan en pie 2 ideas. Una es que en la inversión interviene de algún modo una
disposición bisexual solo que no sabemos en qué consiste más allá de la conformación anatómica.
La segunda idea es que intervienen perturbaciones que afectan a la pulsión sexual en su
desarrollo. Fijense que por un lado Freud ya toma de otros autores esta cuestión de que hay una
disposición bisexual en los seres humanos, y eso sería lo innato. Pero por otro lado en aquellos
casos en los que la homosexualidad se vuelve manifiesta dice que ha habido una perturbación del
desarrollo. Podríamos pensar que algo no trascurre como sería esperable. Por lo cual, ahí sigue
habiendo una lectura de que lo normal sería la heterosexualidad. Está la idea de que el punto al
que debería arribarse es la heterosexualidad. Con lo cual el que no llega a ese punto, el que no
llega a la elección heterosexual de objeto, quedaría detenido en puntos anteriores. Entonces si
bien todos los seres humanos a nivel constitucional tienen la disposición bisexual, deberían arribar
a la elección heterosexual ya que si no se entendería como algún punto de desvío.

Por último vamos a ver algunas hipótesis que plantea Freud desde el Psicoanálisis con respecto a
la homosexualidad. Él dice que para muchos homosexuales varones se detectó en el análisis que la
inversión se genera con el siguiente mecanismo: habrían pasado en los primeros años de su
infancia por una fijación muy fuerte pero a la vez muy breve hacia la mujer, hacia la madre
particularmente. Y el punto es que una vez superada esta fase, este momento edípico, en lugar de
identificarse al hombre y mantener como objeto a la mujer, renunciando a la madre y pasando en
un futuro a otra mujer, lo que sucede es que se logra una identificación con la mujer y se toman a
sí mismos como objeto sexual. Ósea realizan una elección narcisista de objeto. También ubica que
muchas veces se mantenía la excitación sexual ante el objeto mujer, no siempre se percataban de
esto, pero constantemente había una huida de la mujer y entonces la excitación que había
generado la mujer pasaba hacia el hombre.

Después dice “el psicoanálisis considera que lo originario a partir de lo cual se desarrollan luego
por restricción hacia uno u otro lado tanto el tipo normal como el invertido es la independencia de
la elección de objeto respecto del sexo de este último. La posibilidad abierta de disponer de
objetos tantos masculinos como femeninos, tal como se lo puede observar en la infancia en
estados primitivos y en épocas prehistóricas.” Lo que yo les decía justamente, que Freud parte de
la bisexualidad originaria. Se puede elegir objetos tantos femeninos como masculinos, tanto
hombres como mujeres. Y también plantea que si partimos de la condición bisexual originaria de
todos los seres humanos, entonces habría que explicar no solo por qué hay luego una elección
homosexual sino también por qué hay elección heterosexual. Freud nos dice que no podemos
tomar la heterosexualidad como algo obvio.

La conducta sexual definitiva se decide solo tras la pubertad y es el resultado de una serie de
factores que todavía no podemos abarcar en su conjunto y de naturaleza en parte constitucional,
en parte accidental.

Después nos habla de la importancia de la elección narcisista de objeto sobre todo en los varones
homosexuales. Dice que además tiene gran importancia erótica la zona anal.

Dentro de los factores accidentales que pueden influir el encuentra, la frustración, el


amedrentamiento sexual temprano y dice también hemos notado que la presencia de ambos
miembros de la pareja parental desempeña un importante papel, la falta de un padre fuerte en la
infancia favorecen la inversión. Ósea que dentro de algunas cuestiones que se repiten en distintos
homosexuales también destaca esta cuestión del padre ausente la destaca como algo que podría
contribuir a la génesis de la homosexualidad. (Tómenlo con pinzas porque corremos el riesgo de
armar un estereotipo de que es lo que tiene que haberle pasado a alguien para ser homosexual,
siempre generalizar tiene sus riesgos).

La experiencia recogida con los casos considerados anormales nos enseña que entre pulsión sexual
y objeto sexual no hay sino una soldadura, que corríamos el riesgo de no ver a causa de la regular
correspondencia del cuadro normal, donde la pulsión parece traer consigo al objeto. Ello nos
prescribe que debemos aflojar en nuestra concepción los lazos entre pulsión y objeto.
Probablemente la pulsión sexual es al comienzo independiente de su objeto y tampoco debe su
génesis a los encantos de éste. Acá tenemos un punto importante para distinguir pulsión de
instinto. No viene la pulsión con un objeto abrochado de antemano, no tiene un objeto único la
pulsión sino que el objeto es variable, al principio la pulsión sexual es independiente del objeto y
llegado cierto momento se suelda el objeto sexual con la pulsión sexual. Podríamos pensar que el
objeto plenamente satisfactorio para la sexualidad si la considerásemos como necesidad vital e
instintiva está perdido. Lo que tenemos son diferentes objetos a los cuales se puede abrochar,
soldar en un segundo momento la pulsión sexual. En un principio hay una movilidad del objeto y
podríamos pensar que el objeto plenamente satisfactorio para la sexualidad si la considerásemos
necesidad vital o instintiva, está perdido.

Si lo pensamos así no tenemos más que desviaciones. Porque si el objeto apropiado y plenamente
satisfactorio está perdido entonces siempre cualquier otro objeto va a ser un sustituto. La
satisfacción plena está perdida. Va a haber satisfacción pero no total, y ningún objeto va a dar la
talla con ese objeto que podría un neurótico fantasear, con ese objeto perfecto que lo
completaría. Entonces habría desvíos en la sexualidad humana y lo natural sería el desvío. En
términos lacanianos podemos pensarlo con su frase “no hay relación sexual”, no hay
complementariedad entre los sexos, justamente porque el objeto no viene incorporado a la
pulsión de manera innata sino que se suelda después y no deja de ser algo que no es natural o en
todo caso lo natural en el ser humano es esto (que paradoja).

Después Freud habla de cuando la pulsión sexual termina abrochándose a otros objetos sexuales
tales como los niños o animales. Lo que muestran estos casos extremos, que los califica de
aberraciones, son delitos estos desvíos, fundamentalmente la pedofilia, lo que muestran es esta
distinción que hay que hacer entre la pulsión sexual y el objeto sexual, y como el objeto es variable
y desplazable y la pulsión sexual se abrocha alguno de éstos objetos.

Después empieza a hablar de las desviaciones con respecto a la meta sexual. Estas también
muestran lo plástica que es la pulsión sexual en sus inicios. Hasta que no experimenta fijaciones
ven como la meta sexual se pluraliza, no es única. Intenta dar ciertas explicaciones:

Hay ciertas partes del cuerpo, que no son los genitales, que exigen ser tratadas como tales. Este es
un anticipo de lo que más adelante va a calificar de zonas erógenas. Hay lugares del cuerpo como
las mucosas bucal y anal entre otros que elevan la solicitud de ser tratados como genitales y Freud
dice que eso tiene que ver con las distintas fases del desarrollo de la pulsión sexual. Y también dice
que esa significatividad, estas zonas erógenas, se advierte que aparecen en los síntomas.
Freud también dice que la sobreestimación del objeto sexual es lo que posibilita que se produzcan
las trasgresiones. Freud habla y dice que la formación de ideales es un sustituto del narcisismo
entonces también la idealización del otro viene a partir del narcisismo propio. No nos vamos a
meter en detalle con esto, pero es interesante para tener en cuenta la característica narcisista que
tiene el amor y para preguntarnos si se puede pensar en el amor desde otro punto de vista que no
sea el del narcisismo. Entonces como les decía, en esto que trae acá a colación Freud se mescla un
poco con la idealización del amor lo que hace es que se estime psíquicamente a todo el objeto
sexual y no solo a sus genitales y que entonces se quiera tomar posesión de todo el objeto sexual y
no solamente de sus genitales. Entonces todo lo que parte del cuerpo del objeto sexual y de sus
productos anímicos, son sobreestimados, en exceso, estimados de más y se quiere poseer ese
objeto en su totalidad. Eso hace que no se limite el interés a los genitales del otro únicamente sino
que también se quiera llevar a cabo una unión con las otras partes del cuerpo del objeto. Se busca
apoderarse del objeto sexual en todas sus dimensiones.

Hay algo como restricción, como freno al uso de estas partes del cuerpo (boca y ano) con fines
sexuales. Eso que actuaría como freno es el sentimiento del asco. El asco le pone a estas metas
sexuales el sello de la perversión. El asco sirve para dar cauce a la pulsión sexual y para limitar este
tipo de prácticas de las que estamos hablando acá. Pero si hay una excitación sexual muy elevada
se puede vencer al asco.

Es interesante que Freud nos va a decir que hay un anudamiento de éstas prácticas con las
prácticas sexuales normales. “En los actos sexuales normales hay esbozos de éstas prácticas”.

Dentro de lo que serían las trasgresiones anatómicas Freud incluye también al Fetichismo, y lo
llama sustituto inapropiado del objeto sexual. (Tanto desviación del objeto como desviación en la
meta porque no hay satisfacción a través del coito). Y también hay un cierto anudamiento con lo
normal, porque hay algo de lo fetichista también en la sexualidad normal. Empiezan a surgir
preguntas y dificultades.

Otro tipo de desviación es cuando se producen fijaciones en metas sexuales provisionales. Es


cuando hay demoras en ciertos actos que son preliminares al coito, ósea en la sexualidad
considerada normal hay algunas acciones que acompañan al coito o que lo anteceden, y se puede
obtener satisfacción sexual en esas acciones. Eso para Freud no es anormal ni perverso en el
sentido de las perversiones propiamente dichas. Ya vemos como esta cuestión de que haya metas
sexuales provisionales, en donde se alcanza la satisfacción sin necesidad del coito, se encuentran
presentes en las condiciones normales. Entonces ya nuevamente vemos límites difusos. Y por eso
Freud trata de marcar cuando estos actos preliminares contribuyen a la sexualidad normal y
cuando se vuelven una perversión propiamente dicha.

Es importante tener en cuenta la diferencia entre el placer previo y el placer final. Freud ubica que
hay ciertas acciones que brindan un placer previo. Y que al mismo tiempo que se obtiene placer de
estas acciones también acrecientan la tensión sexual y en el caso normal van motorizando para
que se siga avanzando y se llegue al coito, con lo cual en el orgasmo se obtendrían con la descarga
de las sustancias sexuales un placer final. Este placer final haría desaparecer momentáneamente la
tensión sexual. Entonces mientras el placer previo si bien brinda una satisfacción, va acrecentando
la excitación sexual. En cambio el placer final tiene que ver con la descarga y sede la tensión
sexual, no se sigue alimentando. Todos estos preliminares al coito tendrían que brindar un placer
previo pero no constituirse en la meta final de todo el proceso. No deberían remplazar a la meta
considerada normal que es el coito, y que brindaría el placer final. Entonces para Freud se
convierten en perversiones propiamente dichas cuando estas acciones quedan fijadas, cuando
hay demoras, y cuando vienen a reemplazar la meta sexual final que es el coito. Cuando dejan de
ser preliminares y se transforman en la condición exclusiva para alcanzar la satisfacción y quedan
fijados se convierten en perversiones propiamente dichas.

Ya vamos viendo que la pulsión sexual tiene como varias aristas y componentes. La pulsión sexual
no es única, es compuesta por distintas pulsiones parciales. Todo eso va a ir llevando a la noción
de la sexualidad perversa polimorfa. Pero aún en este momento de su obra nos manejamos con el
sentido tradicional de “desviación” de la conducta sexual.

El hecho de que el tocar y mirar forme parte del acto sexual normal es habitual. El mirar despierta
la excitación sexual, que haya curiosidad sexual es normal también. El interés por mirar lo bello y
el placer que despierta el mirar también puede ser normal. Pero este placer de ver se convierte en
perversión en alguno de estos tres casos: O bien porque se limita a mirar exclusivamente o
mostrar los genitales, o bien con tal de obtener placer de ver se supera cualquier barrera del asco
o también se puede considerar perversión propiamente dicha cuando el placer de ver suplanta a la
meta sexual normal en vez de ser un acto preliminar.

El mirar y el ser mirado produce placer. Y si se dan estas condiciones que nombramos ya
directamente podríamos hablar de perversión propiamente dicha, de voyerismo o exhibicionismo
propiamente dicho. Mirar en el voyerismo, ser mirado en el exhibicionismo.

El dique psíquico que se puede contraponer a este obtener placer de ver bajo cualquier
circunstancia sería vergüenza. La vergüenza le hace tope a este modo de satisfacción pulsional. En
el caso de las perversiones propiamente dichas no estaría la vergüenza encausando este placer de
ver.

Después se pone a hablar del sadismo y masoquismo. Otro par de opuestos. Acá también la meta
sexual se presenta en esa doble configuración pasiva y activa. En forma pasiva el masoquismo y en
forma activa el sadismo. En el sadismo se hace hincapié en el placer que se obtiene en el humillar
al otro. En el caso del masoquismo, el placer se obtiene en el recibir dolor. Pero se resalta el placer
que se puede sentir ante las humillaciones sufridas y ante el sometimiento. Entonces en los
perversos propiamente dichos esto resalta y también reemplaza la meta sexual normal. Entonces
lo que va a decir es que de Sadismo y Masoquismo como perversiones propiamente dichas
solamente podemos hablar cuando ser humillado o humillar, ser sometido o someter se vuelven la
condición exclusiva de la satisfacción. Solamente se obtiene satisfacción sexual en esos casos. Ahí
si podemos hablar de perversión propiamente dicha porque Freud detecta acá también que en
sentido más amplio el sadismo y masoquismo está presente en todos los seres humanos. Y dice
que la sexualidad del varón tiene un componente de agresión que a veces se pone en juego
además del cortejo. Y también relaciona lo masoquista con la pasividad y muchas veces se
relaciona con lo femenino dice Freud. Entonces lo activo generalmente queda asociado a lo
masculino y lo pasivo a lo femenino.

Lo que empieza a ubicar Freud es que el Sadismo puede ser un componente agresivo de la pulsión
sexual. Ya ahí nos está dando a entender que la pulsión sexual de los humanos tiene varios
componentes. Y uno de esos componentes es el sadismo con lo cual en ese sentido no es la
perversión propiamente dicha del sadismo, sino que es parte de lo constitucional, como un
componente agresivo de la pulsión sexual y forma parte de la constitución humana. ¿Cómo
distinguirlo entonces? Bueno justamente porque someter, infligir dolor al otro se vuelve la
condición y meta fundamental.

A nivel constitucional lo primario es el sadismo, y el masoquismo es secundario, ósea que surge


por una vuelta del sadismo hacia la persona propia. A esta altura de su obra Freud piensa que no
habría un Masoquismo primario o primordial. Cuando aparece el masoquismo es por una
transformación a partir del sadismo. Lo va a sostener por un tiempo en su obra hasta que plantee
que hay un masoquismo primario también o que puede haberlo, al cual llama masoquismo
erógeno. Ósea que las teorizaciones de Freud sobre sadismo y masoquismo van a variar a lo largo
de su obra. Después sobre el masoquismo va a distinguir otros tipos, el femenino y el moral. El
masoquismo moral es el que se juega en el yo con su relación con el Superyó sádico. Fíjense como
sadismo y masoquismo se juegan en distintos niveles, en distintos planos en todo ser humano.
Tiene un rol importante también en los neuróticos, no solo en las perversiones. Una cosa es hablar
de la perversión propiamente dicha y otra cosa es hablar de la perversión humana.

Freud destaca que tanto la forma activa como la forma pasiva de este par de opuestos suelen
estar juntas en la misma persona. El que es sádico también es al mismo tiempo masoquista. ¿En
qué sentido? Quien puede gozar como placer del dolor de producírselo a otro (sádico), también
puede gozar identificándose al sadismo, como masoquista. El que obtiene satisfacción sexual,
placer del dolor, el que goza de esto, siendo sádico, también puede gozar de recibir dolor como
masoquista. Y el masoquista también se identifica en algún punto con el sádico y entonces puede
obtener placer en el dolor. En alguien puede que esté realzada la configuración pasiva y en otro
puede estar realzada la configuración activa. Y en los perversos propiamente dichos en general
una de las dos prácticas es la que prevalece. Pero a nivel psíquico el que es sádico puede ser
masoquista, y el masoquista también puede gozar sádicamente.

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