CASTILLA Y ARAGÓN EN LA BAJA EDAD MEDIA.

INTRODUCCIÓN:

La llamada Baja Edad Media en los territorios de la Península Ibérica abarca desde el siglo XIII hasta el siglo XV. Durante
este periodo de tiempo el mapa de España muestra una gran diversidad, debemos recordar que el territorio hispano
sigue constituyendo la frontera entre la cristiandad europea y la civilización musulmana. El panorama político está
constituido por dos grandes coronas, Castilla y Aragón y los reinos de Portugal, Navarra y Granada, que permanece
bajo el dominio musulmán hasta 1492; en el ámbito social - económico durante este periodo las dificultades
demográficas se verán acentuadas por la peste, las guerras civiles… Estas coyunturas alumbraron una nueva realidad,
que los reyes aprovecharon, para fortalecer su poder real.
DESARROLLO:

El comienzo de la expansión territorial de la Corona de Castilla y de Aragón frente a los musulmanes tiene una fecha
de inicio. En el año 1212, los cristianos vencieron a los almohades en la batalla de las Navas del Tolosa, desde este
momento el avance cristiano se hizo verdaderamente imparable, los cristianos únicamente encontraron un punto de
resistencia, que sería el territorio granadino.
La corona de Castilla logró cercar el Estrecho de Gibraltar, tomando los territorios de Tarifa, Gibraltar y Algeciras.
También anexionaron el territorio Canario; por su parte Aragón, conquistó parte del reino de Murcia y centró su
conquista en el Mediterráneo, siendo Italia uno de sus principales objetivos.
II. I. INSTITUCIONES Y EVOLUCIÓN POLÍTICA

Castilla
En lo que respecta a la situación política del territorio castellano, nos encontramos ante un periodo muy inestable,
en el que se suceden múltiples monarcas.
Con Fernando III (El Santo) se emprende el camino hacia la unificación y la centralización del poder en Castilla-León e
introdujo el castellano como lengua oficial en sustitución del latín. Sin embargo, sería su hijo Alfonso X (El Sabio) quien
iniciara el camino reformista que culminaron los RRCC de creación del Estado Moderno.
Ambos reyes lucharon por imponer su autoridad y de ahí en adelante sus sucesores sobre cualquier otra fuente de
poder, aspiraron a la Monarquía autoritaria en la que se era responsable sólo ante Dios y no se reconocía ninguna otra
autoridad a su altura.

Sin embargo, fortalecer la autoridad del monarca frente a la nobleza, Iglesia, ciudades, exigía toda una amplia labor
legislativa. Con Alfonso X encontramos el Fuero Real, con el que se consiguió que todas las ciudades dispusieron de
las mismas leyes. También realizó el rey sabio (Alfonso X) las famosas Siete Partidas, un documento que supone la
introducción de un código jurídico basado en el derecho romano, de gran trascendencia.

El reinado de Alfonso XI supondría un gran momento de recomposición real y un fuerte impulso centralizador. El
problema vino con la llegada de su hijo al poder, Pedro el Cruel, quien quiso centralizar todo el poder y luchó contra
la nobleza, quien acabó alineándose con Enrique de Trastámara (hermano bastardo del anterior). Finalmente, este
enfrentamiento acabó en una Guerra Civil, en la cual murió Pedro el Cruel, y Enrique de Trastámara ascendió al poder,
estableciendo una nueva dinastía, la Trastámara.

Por tanto, quedaba claro que para imponerse, los reyes castellanos necesitaban desarrollar mecanismos de legalidad
y autoridad, centralizar el poder y gobernar con eficacia. A lo largo de los siglos se van desarrollando diferentes
instituciones y leyes que facilitan esta centralización del poder, a continuación, citaremos algunas:

• Creación del Consejo Real para asesorar al rey en cuestiones legales y de gobierno.
• Creación de la Audiencia, como máximo órgano de Justicia en nombre del rey, que termina estableciéndose
en la Chancillería de Valladolid a mediados del siglo XIV.
• Creación de la figura de los Corregidores o representantes del rey en las ciudades y jueces en su nombre.
• Fundación de Las Cortes de Castilla a partir del siglo XIII reúnen a Nobleza, Clero y Ciudades pero con
una función consultiva, no pueden aprobar leyes ni reunirse si no las convoca el rey.
Corona de Aragón

Aragón en cambio tuvo más dificultades para ver impuesta la autoridad real debido a que la corona estaba formada
por múltiples reinos. La corona de Aragón aunaba los territorios de Aragón, Cataluña, Valencia y Mallorca y se
gobernaban mediante el pactismo del Rey con la nobleza y el clero. Esta dependencia de los nobles se había forjado
durante siglos, ya que los reyes aragoneses necesitaban a los nobles, a sus ejércitos y a su financiación para poder
llevar a cabo las grandes campañas de expansión por el Mediterráneo. Esta dependencia provocó que fuese más difícil
establecer un gobierno unificado bajo el mando del poder real como sí ocurrió en Castilla.

La Corona de Aragón se vio bloqueada en su expansión al sur peninsular por la incorporación del reino Murcia a Castilla
y centró su atención en el Mediterráneo. La expansión sobre Sicilia, Cerdeña y más tarde Nápoles con Alfonso V,
situaron a la corona aragonesa como hegemónica en el Mediterráneo pero agotó sus recursos. El largo y reformista
reinado de Pedro IV se vio afectado por la peste negra y las revueltas de remensa, dando lugar a una potente crisis.
La muerte de Martin el Humano sin descendencia abre paso a la casa de Trastámara, ya que en el compromiso de
Caspe se entroniza a Fernando de Antequera. Los Trastámaras aragoneses, constituirán reinados de un gran esplendor
como el de Alfonso V, o convulsos como el de Juan II y la guerra civil con su hijo Carlos de Viana. En cuanto a las
instituciones y leyes que desde el gobierno aragonés se utilizaron para unificar el poder real podemos destacar.

• Los Fueros de Aragón unificaron las leyes locales, los Usatges de Barcelona servían de base legal para Cataluña
y por Valencia se extendieron los Fueros para su demarcación.
• El poder Real se encontraba controlado por las Cortes que se mantenían separadas y autónomas unas de
otras. A partir de mediados del S.XIV para que los acuerdos con la Corona se cumplieran, se formaron
comisiones permanentes naciendo la Generalidad o Generalit.
• Para representar al Rey en cada territorio en ausencia física de éste se crea la figura del Virrey “representante
del rey en ausencia de éste”.
• Nace la figura del Justicia Mayor era la persona que se encargaba de que los fueros (derechos, privilegios) del
Reino fueran respetados.
II.II. ECONOMÍA Y POBLACIÓN

Hasta el siglo XIII la población peninsular había tenido un constante crecimiento que había puesto al límite la
producción alimentaria. Sobre esta población debilitada, actuó la terrible Peste negra, una enfermedad cuya mayor
oleada en 1350, provocó una mortandad de un cuarto de la población y generó un fuerte despoblamiento que no se
recuperaría hasta un siglo más tarde en el caso de Castilla y Valencia pero no en Cataluña que se hundió
demográficamente. La falta de población trajo la desaceleración del proceso de repoblación del sur peninsular y una
importante falta de mano de obra, lo que supuso el freno a nuevas roturaciones y el abandono de las tierras más
improductivas. Como forma de explotación económica ante esta nueva situación, se produce la extensión de la
ganadería trashumante, que genera importantes beneficios para las Órdenes militares y la aristocracia así como la
creación de un fuerte comercio de exportación de la lana a Flandes e Inglaterra. La creación de la Mesta por Alfonso
X supone la primacía de esta ganadería sobre los agricultores.

Así mismo, en Castilla la falta de ingresos provocó que la alta nobleza, que veía un fuerte detrimento en sus rentas,
buscara en la Corona el consolidar su riqueza y poder, sirva de ejemplo el apoyo a Enrique Trastámara en su guerra
contra su hermanastro Pedro I; en la corona de Aragón, la crisis será más profunda ya que no sólo decaerá la
producción agraria sino la artesanal catalana, mientras que Aragón tendrá una evolución similar a Castilla, y el reino
de Valencia se sostendrá con una agricultura centrada en las vegas y cultivos industriales.

III. CONCLUSIÓN

Todo el avance de la expansión territorial de ambas coronas y su desarrollo político terminaron confluyendo en el
matrimonio de Isabel de Castilla y Fernando de Aragón. Sin embargo, los procesos fueron similares, pero no idénticos,
mientras que en Castilla la fórmula vencedora fue la lenta, pero eficaz imposición de la autoridad real, en Aragón el
pactismo con los nobles fue fundamental. Ambos caminos pretendían llegar a un mismo lugar: la modernidad. Cada
uno a su manera y todo ilustrado con un proceso expansivo sin precedentes que les llevará a cerrar la reconquista con
los RRCC y a una proyección internacional sin precedentes.