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Los Reinos Cristianos de la Baja Edad Media

Durante la expansión de Al-Andalus y el impedimento de expandirse a los reinos


Cristianos del Norte permitió que estos pudieran desarrollarse y evolucionar. A partir
de la victoria de Navas de Tolosa (1212) se produce un gran avance de los Reinos
Cristianos hacia el sur lo que provoca la caída del Califato Almohade.

La Corona de Castilla

Evolución política: En 1230 se unifican definitivamente, los Reinos de Castilla y


de León gracias a Fernando III configurando la Corona de Castilla.

Es una monarquía de carácter autoritario y hereditario que dispone de un código


de leyes “El libro de leyes o partidas" obra jurídica de Alfonso X el Sabio, que
queda recogida por Alfonso XI en el “Ordenamiento de Alcalá", donde se le
reconoce al Rey el poder de hacer y cambiar leyes y los fueros de Castilla.

Pedro I “El Cruel” anuló privilegios señoriales a parte de la nobleza y el clero,


quienes se rebelaron apoyaron a su hermano bastardo, Enrique II “el de las
Mercedes” (Trastámara). Tras años de guerra civil, se proclamó rey Enrique II .

En el reinado de Enrique IV un sector de la nobleza considera ilegítima a su hija


Juana, “la Beltraneja”. Enrique IV firma el Pacto de los Toros de Guisando por
que reconoce a Isabel, su hermana, pero con la condición de casarse con el
consentimiento del monarca. Isabel se casa sin permiso con Fernando de
Aragón, revocando el Tratado y reconociendo a Juana como legítima heredera,
sin embargo al morir Enrique IV, la guerra civil, la gana Isabel la Católica.

Instituciones de Castilla: La monarquía, que acumulaba todo el poder, para


ayudarse en el gobierno, creó instituciones, como el Consejo Real, con función
asesorativa, la Hacienda y la Audiencia, órgano supremo de justicia.
Las Cortes, que eran un órgano consultivo formado por nobles, clérigos y
burgueses.

Economía: La actividad económica más importante fue la ganadería ovina. Los


rebaños de ovejas eran propiedad de la nobleza, que para proteger sus intereses,
los monarcas crearon el Concejo de la Mesta (1273).

Sociedad: La sociedad era estamental que presentaba diferencias entre


privilegiados y no privilegiados. Las minorías eran los judíos y los mudéjares.
En la mitad del siglo XIV suceden una serie de malas cosechas, sucesivas
guerras y la peste negra (1348) que provocaron un descenso demográfico.
La Corona de Aragón
Evolución Política: La Corona de Aragón nace por el matrimonio de Petronila
con Ramón Berenguer IV, siendo su hijo el Rey Alfonso II el Casto.

Es una Monarquía de carácter “Pactista” y electiva en la cual los nobles


obligaron al rey Pedro III firmar el Privilegio General. Pedro IV, destruirá el
privilegio y someterá por la fuerza a los nobles.

Martín I, “El Humano”, muere sin descendencia, y los representantes de las cortes
del reino se reúnen en el Compromiso de Caspe (1412) eligiendo como rey a
Fernando I, de la dinastía Trastamara.

Juan II (hijo de Fernando), se enfrenta con su hijo Carlos de Viana, al que


apoyaba la nobleza. Muere Carlos y a Juan II le sucede su hijo Fernando II el
Católico.

Instituciones de Aragón: Aragón, Cataluña y Valencia compartían el mismo rey,


pero cada uno tenía sus leyes y sus propias Cortes. Las Cortes acabaron
limitando la autoridad real.

Las cortes crearon las diputaciones. Comisiones que se convirtieron en


permanentes. En Cataluña se llamó Generalitat, en Aragón la Diputación del
Reino de Aragón, la Justicia era cargo específico del Reino de Aragón.

Economía: La Corona de Aragón era una importante potencia comercial.


Barcelona y Valencia disponían de una importante flota. Hasta mediados del XIV
vivirá una etapa de crecimiento económico que al igual que en Castilla suceden
una serie de malas cosechas, sucesivas guerras y la peste negra (1348) que
provocaron un descenso demográfico.

Reino de Navarra

Navarra tras los tiempos de Sancho III el Mayor y el avance de Aragón y Castilla
entra en una etapa de decadencia.

Conclusión

La tendencia dominante fue la de la unificación. Y así, en los inicios de la Edad


Moderna sólo existirán dos grandes unidades políticas en la Península Ibérica: El
Reino de Portugal y la Unión dinástica de Castilla y Aragón con los Reyes
Católicos.

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