"En tanto esté viva soy valiosa "per se", sin razones ni

motivos, no por lo que haga o haya dejado de hacer;

tampoco por lo que tenga o haya tenido alguna vez. Mi
valía personal radica en mi existencia, no en mis logros.
Mis éxitos o fracasos no pueden medir mi valor esencial,
simplemente porque soy más que eso."

 "Enamórate de ti", Walter Riso.

2
Este E-book te ayudará a:

✓ Comprender cómo has construido el concepto que tienes de ti.

✓ Por qué puedes ser amada y valorada por los demás y no gozar de tu propio aprecio y valoración.

✓ Descubrir que lo que crees sobre ti influye directamente en tu nivel de autoestima y cómo funciona el
mecanismo “creencias/autoestima”.

✓ Saber exactamente qué es la autoestima, de qué se compone y a qué factores necesitas prestar más
atención.

✓ Dejar de culpar a la infancia, a los padres y al mundo de no quererte lo suficiente.

✓ Estar al tanto de dos buenas noticias: La autoestima se puede desarrollar y tú eres la principal agente de
cambio.

✓ Comprender que la aceptación es el paso previo indispensable para acceder a la propia estima.

✓ Cómo iniciar el camino hacia la auto-aceptación.

✓ Explorarla mediante un ejercicio práctico.

✓ Mimarte a través de 4 pasos (que no voy a desvelar para que continúes leyendo)

✓ Descubrir qué verdad se esconde detrás de la autoconfianza, para que puedas construirla.

✓ Mirarte de una forma nueva, más amable y amorosa.

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 ÍNDICE

¿Por qué pienso de mí lo que pienso?…………………………………………………………………………..6

Dime qué crees y te diré cuánto te quieres……………………………………………………………………..9

¿Pero qué es la autoestima?………………………………………………………………………………………12

Una historia común, sin culpables………………………………………………………………………………18

Aprendiendo a aceptarme…………………………………………………………………………………..……21

Guía práctica para mimar el autoconcepto….…….……………………………………………………………26

Ejercicio práctico………………………………………………………………………………………………….40

La verdad para aumentar la confianza en ti misma…………………………………………………………….41

4
 ¿En ocasiones piensas…

“No soy lo suficientemente buena.”

“Me gustaría confiar más en mí.” Te exiges ser perfecta.

“No valgo para…” O bien… No te permites equivocarte.

“No merezco...” Te sientes culpable.

“No soy capaz de...” Dices sí cuando quieres decir “¡NO!”.

“No soy atractiva.” Hay aspectos de ti que no te agradan

“Soy un desastre en…?”.

TRANQUILA.
No eres rara. La mayoría de nosotras hemos transitado por esos lugares y nos hemos dicho estas lindezas con
cierta frecuencia.

Tiene explicación y además tiene ¡SOLUCIÓN!

Respira y sigue leyendo.

5
1.¿Por qué pienso de mí lo que pienso?

Todas estas afirmaciones, exigencias, apreciaciones sobre ti forman parte de tu autoconcepto.

El autoconcepto es lo que yo pienso (“yo creo”) y siento sobre mí.

Es la valoración íntima y personalísima que yo hago de mí, no se trata de lo que los demás piensen.

Eso explica que pueda ser amada, valorada y admirada por mi familia, mi pareja y amigos y no amarme y
valorarme a mí misma como MEREZCO.

6
La valoración que haces de ti se basa en las experiencias, emociones y pensamientos que has ido incorporando a
lo largo de tu vida, sobre los que has construido una INTERPRETACIÓN que ha cristalizado en forma de
CREENCIAS o teorías sobre ti misma, configurando la idea e imagen interna que tienes de ti
(AUTOCONCEPTO).

Esta valoración lleva implícita un componente de juicio.

El juicio más
importante al que te
sometes es al tuyo
propio

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Por eso es muy importante que seas extremadamente cuidadosa en la valoración que haces de ti. Requiere
honestidad, objetividad y agudeza. No es tarea fácil ser al mismo tiempo “observadora y observada”.

“La peor desgracia que puede sucederle a un ser humano es pensar mal de sí mismo”
Johann Wolfgang von Goethe, escritor y científico alemán.

¿Cómo vas con ese “juicio”?

¿Te estás juzgando con la COMPRENSIÓN y la COMPASIÓN adecuadas?

Hablaremos de ello más adelante.

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2. Dime qué crees y te diré cuánto te quieres

Dicho de otra forma, las creencias afectan directamente a tu autoestima.

El autoconcepto es una parte fundamental de la autoestima.

Lo que CREES SOBRE TI va a determinar cómo te comportas y te

relacionas contigo misma y con el mundo que te rodea, lo que a su
vez influirá directamente en tu NIVEL DE AUTOESTIMA1, en el grado
de aceptación, aprecio y confianza que sientes hacia ti.

Es un círculo que se retroalimenta.

Cuanto más te aceptas, te aprecias y confías en ti, mejor es tu relación

contigo y con el mundo. Obtienes mejores resultados. Tu nivel de
autoestima aumenta y se entra en un círculo virtuoso que se alimenta a
sí mismo.

La dificultad surge “cuando el círculo funciona a la inversa”.

Veamos un ejemplo:

Puedes CREER que eres inteligente, eficiente, interesante, atractiva y

poderosa… o todo lo contrario.

1 Observarás que a partir de ahora hablaré frecuentemente de “nivel de autoestima”, porque la autoestima es una cuestión de
grados, nadie carece totalmente de ella ni la posee por completo.

9
 ¿Cómo te hace sentir cada una de las opciones?

¿Qué te dirías a ti misma siendo una u otra?

¿Cuánto confiarías en ti?

¿Cómo actuarías en función de quién crees ser?

¿Qué resultados obtendrías?

¿A qué conclusiones llegarías sobre ti?

¿Qué creencias o teorías sobre ti habrás forjado?

¿Cuál sería tu nivel de autoestima en cada caso?

10
Muchas de las veces en que algún aspecto del concepto que tienes de ti “se resiente” es probablemente porque
estás haciendo una valoración no objetiva, distorsionada y errónea de ti.

Sigue leyendo y encontrarás pistas para darle la vuelta a la situación.

11
3. ¿Pero qué es la autoestima?

Es difícil apuntar con una flecha y dar en el blanco si no ves la diana.

La autoestima es una fuerza tan poderosa y determinante en tu vida, que es imprescindible precisar qué significa
para saber hacia dónde te diriges.

Es mucho más que la intuición que todas tenemos del sentimiento de aprecio hacia una misma.

Nathaniel Branden, Doctor en Psicología y experto en el tema, nos regala una hermosa definición:

“Es la confianza en nuestra capacidad de pensar, en nuestra capacidad de enfrentarnos a los desafíos básicos de
la vida.

La confianza en nuestro derecho a triunfar y a ser felices.

El sentimiento de ser respetables, de ser dignos, y de tener derecho a afirmar nuestras necesidades y carencias, a
alcanzar nuestros principios morales y a gozar del fruto de nuestros esfuerzos.”

Inspiradora, ¿Verdad?

12
La autoestima tiene dos componentes fundamentales:

13
“Todo ser humano, sin excepción, por el mero hecho de serlo, es digno del respeto incondicional de los demás
y de sí mismo y merece estimarse a sí mismo y que se le estime.”

Carl Rogers, psicólogo humanista.

Si te das cuenta la propia valía y estima, amén del merecimiento, deberías tenerlos conquistados por derecho de
nacimiento, sin embargo nos empeñamos en condicionarlos a lo que hago o no hago, a mis logros o mis
derrotas, a lo que tengo o dejo de tener, etc… (Completa los puntos suspensivos).

Y no es extraño, porque desde pequeñas el amor y la aprobación que recibimos están condicionados: “te quiero
si te portas bien, si cumples mis expectativas…”, “te acepto si cumples las normas…”

De manera que para volver a lo que por derecho te corresponde, necesitarás hacer un esfuerzo consciente.

¿Dónde estás poniendo tu valía, tu autoestima?

¿A qué las estás condicionando?

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¿Te imaginas cómo sería sentir…

Soy capaz Soy valiosa

Soy competente para la vida (yo Soy respetable (me respeto y me

puedo) respetan)

Tengo derecho (a triunfar, a ser feliz, Puedo gozar y disfrutar de mis

a afirmar mis necesidades) esfuerzos

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 Me encantaría que saboreases cada una de estas palabras:

¿Cómo te hacen sentir?

¿Con cuáles te identificas?

¿Qué aspectos te gustaría mejorar?

¿Qué te lo impide?
¿Qué necesitas?
¿Quién serías si lo lograras?

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Para completar la definición, has de saber que una sana autoestima incluye, además de aprecio, un sentimiento
de aceptación hacia una misma.

No te impacientes, no me he olvidado de la CONFIANZA.

Tanto la aceptación como la confianza tendrán su propio capítulo por ser actrices principales en la película de la
autoestima.

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4. Una historia común, sin culpables.

Son muchos y complejos los factores que influyen y conforman tu nivel de autoestima.

Entre ellos, la infancia tiene un peso considerable.

El concepto que tienes sobre ti, tu identidad y tu propio valor empiezan a desarrollarse en esta etapa, cuando
eras enormemente vulnerable y no tenías suficiente capacidad de discernimiento para interpretar y valorar en su
justa medida lo que te dijeron, lo que no te dijeron (“te quiero”, “lo estás haciendo muy bien”, “puedes
lograrlo”…), los premios, los castigos, los miedos, todo lo que experimentaste, sentiste y pensaste.

Es en ese período tan delicado cuando tomas conciencia del

aprecio o la falta de aprecio que recibes del medio familiar,
fundamentalmente de los padres, pero también de los
hermanos, parientes, amigos, maestros, cualquier persona con
un notable grado de influencia en ti.

Que estos conceptos se desarrollen a una edad tan temprana

explica que muchas personas sientan que han llegado a la vida
adulta con una “desventaja”, con una idea difusa de “no
suficiencia”, de “desconfianza generalizada” en sí mismas.

Es tentador echar la culpa a los demás.

Sé sincera; ¿crees que alguna de esas personas tenía una

intención destructiva o lo hicieron lo mejor que supieron y pudieron? “Esas personas” también tuvieron infancia

18
y eran exactamente tan vulnerables como tú.

Puede que tus padres te dijeran “eres una mala estudiante, así no llegarás a ninguna parte” o que no te dijeran lo
bien que hacías esto o aquello. Puedes pensar que si ellos hubiesen actuado de otra manera, tú estarías rebosante
de amor por ti. Pero sé honesta, ahora que eres adulta ¿cómo te tratas tú a ti misma?

Apuesto a que puedes ser CRUEL y decirte “No haces nada bien. Eres un desastre. Me tienes harta…”

En absoluto se trata de que te culpes a ti.

Sólo te estoy provocando para que derribes el mito de la infancia, reasignes responsabilidades (que no culpas) y
cojas el testigo de la parte que a ti te toca:

Ser consciente de qué te dices, cómo te lo dices, si te beneficia o te perjudica la forma en que te hablas, porque
cuando me hago consciente y me responsabilizo de mi diálogo interno, puedo modificarlo.

Ojo, que la infancia sea un factor importante no significa que sea definitivo e inamovible, que te de carta blanca
para mantenerte en el papel de “pobrecita yo” y eludir la responsabilidad de tu propio proceso de cambio,
porque tienes un rol decisivo e intransferible (nadie puede hacerlo por ti) que cumplir.

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 TIENES CAPACIDAD PARA GENERAR CAMBIOS

ERES LA ACTORA PRINCIPAL DE TU VIDA

ERES CREADORA, no alguien que simplemente

reacciona o responde. 

Ahí es donde reside tu PODER PERSONAL.

Tú eliges si quieres ser víctima o protagonista de tu vida.

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5. Aprendiendo a aceptarme

La aceptación de mí misma tiene una dimensión tan profunda, que va más allá de la autoestima.

Aceptarme significa:

✓ Asumir el hecho de que lo que pienso, siento y hago son sencillamente expresiones de mí misma en el
momento en que suceden, sabiendo que esas expresiones no son las definitivas sobre quién soy.

✓ Afirmar el derecho a mi propia valía, que me ha sido conferido por el mero hecho de nacer y estar viva.
¡RECLÁMALO!

✓ Permitirme experimentarme tal y como soy.

✓ Relajarme y abrazar la idea de que “en este momento de mi vida esto forma parte de quien soy”.

✓ Dejar a un lado la aprobación o desaprobación.

✓ Sentirme en paz conmigo, no sosteniendo una relación de rivalidad con mi propia experiencia.

Aceptarme no implica que no pueda desear mejorar, evolucionar, incluso cambiar en algunos aspectos.

Tampoco significa necesariamente “gustar”, ni mucho menos “resignarme”, significa EXPERIMENTAR-ME, SIN
NEGACIÓN NI RECHAZO.

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 Vendría a ser algo así como plantarte de una vez por todas, sacar pecho y afirmar:

“Ésta soy yo en este momento y no lo niego, lo acepto”

22
 ¿Cómo doy el primer paso?
Vamos a ello…

Si no puedes aceptar un pensamiento, un sentimiento, una cualidad… Comienza aceptando que no lo aceptas.
¿A que parece un trabalenguas? Pues no lo es.

Se trata de iniciar el proceso de aceptación por algún lado.

Aceptar que no acepto que…

Es un comienzo de aceptación que afloja la resistencia. Si no puedes aceptar la experiencia, al menos, acepta la
resistencia.

Paradójicamente la aceptación es el paso previo al cambio.

No puedo transformar aquello que no acepto.

Imagina un adicto que no acepta que lo es, ¿podrá hacer algo para superar su adicción? Difícilmente.

“Aquello a lo que te resistes, persiste… Lo que niegas te somete.

Lo que aceptas te transforma.”
Carl Gustav Jung, médico psiquiatra y psicólogo.

23
 Ejercicio práctico
Te propongo un ejercicio para explorar la aceptación.

Puedes hacerlo respondiendo a las preguntas o completando los puntos suspensivos de las frases, si te resulta
más fácil. Si eliges la segunda opción, te sugiero que escribas al menos 5 frases finales, sin pensar demasiado, no
importa si son absolutamente ciertas o contradictorias entre sí.
Suéltate el pelo y siéntete totalmente libre.
Para mí no es fácil admitir qué…
¿Qué me resulta difícil admitir?

No me resulta fácil aceptarme cuando yo…

¿Cuándo no me resulta fácil aceptarme?

Una de mis emociones que me cuesta aceptar es…

¿Qué emociones me cuesta aceptar?

Una de mis acciones que me cuesta aceptar es…

¿Qué acciones me cuesta aceptar?

Uno de los pensamientos que procuro alejar de mi mente es…

¿Qué pensamientos procuro alejar de mi mente?

Lo que más me asusta de aceptarme a mí misma es…

¿Qué me asusta de aceptarme a mí misma?

Lo bueno de no aceptarme podría ser…

¿Qué podría ser lo bueno de no aceptarme?

Lo bueno de aceptarme sería…

¿Qué podría ser lo bueno de aceptarme?

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 Sólo por hoy, incluso sólo por una hora, respira
profundamente y permítete aceptarte, experimentarte, sin
juzgarte, abrazándote, acogiéndote a ti misma,
reclamando tu derecho a simplemente SER, por el
mero hecho de estar viva.

¿Cómo te has sentido?

¿Qué dificultades has encontrado?

¿Cuál ha sido la parte positiva?

¿De qué has comenzado a darte cuenta?

¿Qué ocurriría si aprendieras a dejar de negar lo que experimentas?

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6. Guía práctica para mimar el autoconcepto

Ahora que sabes el impacto tan grande que tiene en tu vida la valoración que haces de ti, tu autoconcepto, te
propongo mimarlo a través de esta guía práctica:

1. ¡COMPASIÓN!

Tenemos un látigo invisible con el que nos flagelamos cada vez que no nos gustamos, nos equivocamos, no
conseguimos lo que nos habíamos propuesto, etc…

El peligro de este látigo radica en su invisibilidad y en que no somos conscientes del gran daño emocional
que causa, socavando sigilosa pero implacablemente nuestra autoestima.

Sé consciente de que cada vez que te criticas, te juzgas, te enfadas contigo, te estás auto-agrediendo
emocional y mentalmente, lacerando lo más preciado que hay en ti.

Ten presente esta idea cada vez que tengas la tentación de arremeter contra ti.

El castigo psicológico no es una virtud. Ser tu propio verdugo es insano e injusto, genera estrés, insatisfacción,
tristeza y autorrechazo. Impide el aprendizaje y bloquea tu potencialidad.

Procede de un sistema de autoevaluación distorsionado.

La compasión de la que hablo no es autocompasión o victimismo, es un sentimiento de ternura, amabilidad y

clemencia unido al deseo de estar libre de sufrimiento.

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 La compasión es un acto de amor y cariño dirigido a ti.

Mirarte a ti misma con AMOR, TERNURA, AMABILIDAD, CARIÑO Y COMPRENSIÓN, como lo haría una
madre o la persona que más te ama.

Mirarte desde esta perspectiva te permitirá:

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 ✓ observarte con afecto (sin animadversión) y respeto (el que mereces por el mero hecho de ser persona,
¿recuerdas?)

✓ conectar con tu parte más vulnerable, tu dolor, tu miedo…

✓ darte permiso para sentir lo que sientes

✓ permitir que lo que es, sea

✓ comprenderte, sin luchar

✓ darte a ti misma el apoyo que necesitas

Lleva su tiempo romper con viejos esquemas, sin embargo si hasta ahora no han funcionado, qué tal si pruebas
nuevas formas de relacionarte contigo.

Un pequeño esfuerzo, puede tener una gran recompensa.

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2. SÓLO AUTOCRÍTICA CONSTRUCTIVA.

¿Es conveniente hacer auto-crítica?

Sí, pero con el único objetivo de aprender, crecer y mejorar y teniendo en cuenta que debes hacerla cuidadosa y
amablemente.

La autocrítica constructiva es puntual y nunca ataca ni a tu identidad ni a tu valía personal.

Es muy diferente decirse “podría haberme comportado de forma más inteligente” (sólo cuestiona un
comportamiento y te permitirá acercarte a posibles soluciones) que “soy una estúpida integral” (cuestiona tu
identidad, implica autoagresión, genera bloqueo).

Saber que comportarse no es lo mismo que ser, facilitará que no confundas la parte con el todo.

Fuera de estos parámetros, la autocrítica no construye, DESTRUYE.

Hacer permanentemente revisiones interiores, duras y crueles es un mal hábito que aumenta la inseguridad y la
insatisfacción contigo misma.

Criticándote indiscriminadamente lo único que consigues es minar tu autoconcepto, en lugar de mimarlo.

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3. REVISAR LA AUTOEXIGENCIA.

¿Qué criterios internos estás utilizando para evaluarte?

¿Son alcanzables, razonables, racionales y proporcionados?

¿TE AYUDAN A PROGRESAR?

Si la respuesta es “NO, me bloquean y me martirizan en lugar de ayudarme a avanzar”, es necesaria una revisión
de esos estándares internos.

Probablemente estás utilizando para evaluarte criterios

inalcanzables y rígidos (aunque a ti te parezcan de lo más
normales) sobre quién y cómo deberías ser y cuál debería
ser tu comportamiento.

Si hay demasiados “DEBERÍA o TENGO QUE” en tu vida es

hora de darse un respiro y reflexionar.

Cuando el nivel de exigencia a que te sometes se hace

imposible de alcanzar, porque te evalúas a través de
criterios estrictos y desproporcionados, inevitablemente
tendrás la sensación de no ser suficiente.

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Ésta a su vez genera insatisfacción, inseguridad, menor confianza en ti e incapacidad para satisfacer tu nivel de
autoexigencia y en consecuencia, cada vez un concepto más empobrecido de ti misma.

Ejemplos de autoexigencia:

“Tengo que demostrar que soy buena… profesional, hija, amiga, etc…”

“Debo destacar en lo que hago”

“No puedo equivocarme” que es tanto como decir “debo ser perfecta”

¿Quién lo dice?

¿Para qué quieres ser o comportarte como te exiges?

¿Qué pretendes con ello?

¿Le exigirías a una persona a la que amas lo mismo que te exiges a ti?

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Procura ser flexible contigo: Utiliza un criterio no extremista para evaluarte. Nada es totalmente bueno o malo.
Entre ser excelente y ser un desastre hay muchos puntos intermedios satisfactorios. La rigidez y la inflexibilidad
no son una virtud. Te impiden perdonarte el más mínimo fallo. Si te miras a ti misma y al mundo en blanco y
negro te perderás la belleza de los múltiples grises.

Enfócate en lo que te gusta de ti, en lo que haces bien. Si pones constantemente una lupa en lo que no te gusta,
en lo que no haces del todo bien, aumentarás su tamaño y te perderás tus logros.

Valora tus logros por pequeños que te parezcan. Si gozas de tu propio reconocimiento, no necesitarás el de los
demás. Es necesario y útil que seas tú quien se refuerce.

Ámate independientemente de tus resultados. ¿Dejarías de querer a tu mejor amiga por no obtener los resultados
que desea? ¿Eso la convierte en mejor o peor persona? ¿Merma su valor? ¿Marca alguna diferencia en relación a
lo que VERDADERAMENTE ES? No, ¿verdad? Pues la misma regla es aplicable a ti. Tus resultados no determinan
ni construyen tu valía personal.

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4. “YO REAL” y “YO IDEAL”, ACERCANDO POSICIONES.

Existen tres conceptos de “YO”.

“YO REAL” es lo que verdaderamente soy.

“YO IDEAL” es lo que me gustaría ser.

“Yo obligado”, lo que creo que DEBERÍA ser. El único objeto de mencionarlo es que lo conozcas para que le
hagas el menor caso posible.

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A mayor distancia entre el YO REAL y el YO IDEAL, menor será el nivel de autoestima.

Se establece una comparación entre ambos.

Cuando lo que realmente soy no se acerca a lo que me

gustaría ser, me decepciono a mí misma y pago una
elevadísima factura de insatisfacción, frustración,
autoexigencia, esfuerzo, culpabilidad, inseguridad,
tristeza, ansiedad, etc…

Me cuesta quererme.

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Para que todo esto no ocurra es IMPRESCINDIBLE que exista la mayor congruencia posible entre tu yo real y tu
yo ideal.

¿Y eso cómo se hace?

Elevando mi “yo real” y rebajando mi “yo ideal”, acercando posiciones.

YO IDEAL

YO REAL

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Elevando mi yo real…

✓ Sé lo más objetiva posible al observarte y evaluarte.

✓ Valora y potencia tus cualidades y fortalezas.

✓ Sé consciente de tus defectos ¡Sin magnificarlos!

✓ Acéptate tal cual eres con virtudes y defectos. En serio, no hay nada tan tremendo en ti. Lo que eres es más
que suficiente. Acogerte a ti misma, con tus fortalezas y limitaciones es un acto de amor que nadie puede
hacer por ti. A-CO-GER-ME ¿Puedes sentir la paz que produce?
✓ La perfección no existe, sólo es un concepto y no está al alcance de ningún ser humano.

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 ✓ Autocrítica sólo constructiva, para crecer y mejorar, fustigarte y machacarte sólo te bloqueará.

✓ Evita la autoexigencia despiadada.

✓ Valora tus logros, nutren y fortalecen el concepto que tienes de ti.

✓ Date permiso para ser lo que eres ahora, en lugar de concentrarte en lo que crees o creen que deberías ser.
Sólo tú puedes otorgarte la libertad de ser quien eres, logrando tu propio respeto y el del entorno.

✓ Sé honesta contigo misma, con lo que piensas, sientes y quieres. Te dará una claridad enorme y te
permitirá actuar con coherencia, haciéndote sentir bien contigo.

Rebajando mi yo ideal…

El peligro del yo ideal es precisamente que al ser “ideal” es “mágico”. ¡Lo tengo todo! ¡Estupendo! Pues resulta
que no se puede alcanzar.

Puedes engrosarlo tanto como quieras (porque es inventado) más allá de lo real, razonable y factible, creando
una distancia abismal con el yo real, que sólo generará inseguridad, frustración y sensación de insuficiencia.

✓ Revísalo de una forma objetiva y realista. Si las expectativas que has creado en lugar de inspirarte,
movilizarte y ayudarte a avanzar, están funcionando en el sentido inverso, es conveniente replantearlo.

✓ Pon el foco en la mejor parte de tu yo real y utiliza tu yo ideal sólo a modo de inspiración. Si te centras en
la diferencia entre ambos, vivirás criticándote por lo que deberías ser y hacer, desgastándote tratando de
acortar distancias y alcanzar la perfección a base de un alto grado de exigencia que te dejará exhausta.

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 ✓ Quítale importancia al yo ideal, solamente es eso, un ideal, algo hacia lo que tender, nada más.

✓ Disfruta del proceso, no te obsesiones con la consecución del objetivo. La felicidad no está en ser la mejor,
en destacar en esto o aquello, simplemente se trata de intentarlo de manera honesta y tranquila, y
disfrutarlo mientras se lleva a cabo.

✓ Acepta la propia insuficiencia. Nadie es perfecto, nadie sabe todo sobre todo. Nos necesitamos unos a
otros. Ahora bien, ser consciente de la propia insuficiencia, no implica ignorar la propia valía personal.

✓ Fomenta una visión positiva de ti.

38
 ✓ No hay nada que demostrar, ni al mundo ni a ti misma. Sólo has venido a SER, a aprender a quererte,
aceptarte, valorarte, respetarte y perdonarte (cuando sea necesario).

✓ Sé flexible, tolerante, paciente, generosa y amable contigo.

✓ La identidad es identidad en movimiento. No es inamovible. ¿Sigues siendo igual que eras hace diez años?
Una parte de ti sigue ahí, pero has aprendido, mejorado, evolucionado.

✓ Respétate y honra tus valores. Respeta tu ritmo, tus necesidades y sé coherente con tus valores, con
aquello que es importante para ti.

39
 Te sugiero hacer este ejercicio para poner de acuerdo a tu YO IDEAL y tu YO REAL, para acercarlos.
Escribe tus propias respuestas:
Yo IDEAL
¿Cómo te gustaría ser?
¿Qué hace tu yo ideal?
¿Cuáles son sus puntos fuertes?
40
Yo REAL
¿Cómo “crees” que eres?
¿Qué hace tu yo real?
¿Cuáles son sus puntos fuertes?
Diálogo Interno Poniéndolos de acuerdo
Lo que me pido, ¿es razonable,
factible y respetuoso conmigo
misma?
¿Qué se dicen el uno al otro?
¿Me ayuda a avanzar o me
bloquea?
Si tu “yo ideal” y tu “yo real”
fuesen amigas íntimas que se
apoyan:
¿Qué relación mantienen?
¿Qué se dirían?
¿Qué acciones concretas se
recomendarían?
Si se relacionaran desde la
¿Cómo interactúan? comprensión y el apoyo en lugar
¿Es una relación de apoyo o de d e d e s d e l a t i ra n í a ¿ Q u é
rivalidad? cambios específicos tendrían
que introducir en su relación?
7. La verdad para aumentar la confianza en ti misma

La confianza y seguridad en ti, sentirte capaz y competente para afrontar los desafíos de la vida, es uno de los
factores que más influyen en la valoración que haces de ti y por ende, en tu nivel de autoestima.

En ocasiones, todas hemos convivido con la idea de no ser capaces, anticipando y creando expectativas de
fracaso o incluso, aún teniendo toda la capacidad y los recursos, haciendo una valoración subjetiva empobrecida
de nosotras mismas.

Quieres tener más confianza y creer más en ti. Intuyes que ahí está la llave para avanzar con decisión y piensas
“si tuviera la suficiente confianza en mí podría…” y esperas a reunirla, siendo mera espectadora, quedándote
paralizada porque nunca llega.

La paradoja es que la confianza funciona en el sentido inverso. La confianza sólo se construye teniendo el
CORAJE de afrontar desafíos, sean pequeños o grandes, tomando decisiones, haciendo A PESAR DE la falta de
confianza, del miedo, de las dudas, las críticas, las dificultades, las circunstancias…

Estando dispuesta a “fracasar” (a no obtener el resultado deseado), a perseverar, para no seguir viviendo desde un
concepto empobrecido de tu propio yo, porque en lo más íntimo de tu ser sabes que hay una alternativa mejor.

Negándote a identificarte con sentimientos momentáneos de impotencia y derrota, que los habrá. La clave está
en saber que esos sentimientos temporales no definen tu esencia ni tu identidad, que tu “YO” se alza por
encima de la adversidad actual.

La confianza en ti misma no es un don, es un logro. No es algo que se recibe, es algo que se adquiere.

41
 “Claro, para ella es fácil, porque la posee”. No funciona así.
“Ella la posee porque la ha trabajado, porque la ha construido,
porque la ha alimentado, con coraje, con esfuerzo y con
perseverancia”.

Si esperabas una receta mágica, siento haberte decepcionado.

Te presento a tres enemigos de la auto-confianza y cómo

contrarrestarlos:

•Pensar que tú no tienes el control. Si permites que factores

externos (suerte, destino…) que escapan a tu control, dirijan tu
comportamiento, el pensamiento te inmovilizará: “para qué
intentarlo, si no depende de mí”.

Por supuesto que hay factores que no controlamos, sería

estúpido negarlo, nadie es omnipotente.

Sin embargo, si a pesar de ello te pones al mando de tu vida y

asumes que eres tú quien elige y dirige tus acciones,
consciente de que puedes construir con tu propio esfuerzo y
constancia, perseverarás y no te darás por vencida fácilmente.

42
 • Pensar que no hay nada que tú puedas hacer o la “desesperanza aprendida”.

Fíjate en este experimento de psicología experimental (no exento de crueldad, pero muy gráfico).

Metieron a varios perros pequeños en un lugar cerrado sin posibilidad de escapar, y les sometieron a
descargas eléctricas impredecibles para observar su respuesta. Inicialmente intentaban escapar y
reaccionaban, al cabo de un tiempo como no encontraban ninguna salida, permanecían inmóviles, pasivos
y resignados a su suerte.

Posteriormente les trasladaron a un lugar en el que SÍ había una puerta para poder salir si recibían las
descargas. Sorprendentemente los animales las seguían soportando. Éste es un ejemplo de desesperanza
aprendida. Percibían que nada podían hacer porque las descargas eran impredecibles, y aunque veían la
puerta eran incapaces de utilizarla. Hubo que llevarles deliberadamente y repetidas veces a la salida para
que comprendieran que la puerta era una alternativa y una solución.

Pues lo mismo nos ocurre a veces a las personas, estar pasando por una mala racha puede hacerte sentir
insegura e ineficaz y corres el riesgo de generalizar y hacer extensiva esa sensación de ineficacia a nuevas
situaciones.

Modificar este tipo de situaciones pasa a veces necesariamente por aferrarte a tu propósito, a tu capacidad
de lucha, de generar cambios, de enfrentar las dificultades y correr riesgos. Al menos no podrás achacarte
no haberlo intentado.

43
 • Atribuirte sólo los fracasos y no reconocer tus éxitos. “Aprobé la oposición porque el examen fue muy
fácil”. Estás diciendo que el éxito no dependió de ti, de tu preparación, sino de la escasa dificultad del
examen. ¿Cuántas veces haces esto?

Se trata de no distorsionar la realidad y atribuirte lo que real y objetivamente te corresponde, de no ceder

tu poder.

Si has llegado hasta aquí, te habrás dado cuenta de que la autoestima no es un don gratuito, que se posee o no,
es un logro que se construye, un camino a recorrer, el resultado de una evolución personal que pasa por el
autoconocimiento y el compromiso con una misma, un proceso que requiere tiempo y esfuerzo.

A pesar de no ser un tema fácil, he elegido profundizar en él porque la autoestima es una pieza clave en la
conquista del poder personal que cada mujer lleva dentro y al mismo tiempo una asignatura pendiente en
muchas de nosotras.

El amor propio es una necesidad que sólo tú puedes satisfacer, ni tu familia, ni tu pareja, ni tus amigos pueden
hacerlo por ti.

La cuestión es que a la mayoría de nosotras no nos han enseñado a amarnos. No había una asignatura en el cole
ni nadie preparó a nuestros padres, al igual que nadie preparó a los suyos, para tan compleja labor.

AUTOESTÍMATE nace de mi deseo profundo de contribuir al empoderamiento de la mujer, de la convicción de

que el conocimiento es poder.

44
 “Conocerse para comprenderse, comprenderse para aceptarse y aceptarse para superarse.”
Dr. Mario Alonso Puig

45
Quería compartir contigo que es posible mejorar tu nivel de autoestima, tomar las riendas y ponerte en el
CENTRO de tu vida. Tienes inteligencia, capacidad de decisión, de generar cambios, de actuar por ti misma y
crear aquello que quieres que suceda, en lugar de reaccionar simplemente a lo que ocurre.

Redefine el concepto que tienes de ti, comprométete contigo, conecta con tu mejor parte, coge al miedo de la
mano y asume tu responsabilidad. Sólo tú puedes otorgarte el amor y la confianza que por derecho te pertenecen
y que sin embargo, no caen del cielo. Ponerte a cargo de ti misma y de tu vida es una apuesta no sólo necesaria
sino también segura, que lo único que puede aportarte es alegría, satisfacción, seguridad y confianza en ti.

Casi nada, ¿verdad?

¿Te atreves a hacerlo conmigo?

Gracias por dedicarme tu tiempo y enhorabuena por habértelo dedicado a ti.

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 ¡HÁBLAME DE TI! :

¿Te gustaría…

…Conquistar tu amor propio y tu poder personal?

…Tener más confianza y seguridad en ti?

…Sentirte bien contigo siendo como realmente eres?

…Ponerte en el centro de tu vida y liderarla?

…Tomar decisiones y actuar en consecuencia?

¿Qué te lo impide? Me refiero a qué obstáculos internos estás encontrando, no a factores externos.
¿Cuáles son tus miedos?

¿En qué momento te encuentras ahora?

¿Qué necesitas?

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Mi propósito es ayudar a mujeres comprometidas consigo mismas a conquistar su amor propio y su poder
personal, a amar lo que ya son y potenciar lo que pueden llegar a ser, a sentirse dueñas de sí mismas, seguras,
independientes y a brillar con luz propia.

Parafraseando a Marianne Williamson, alguna vez te has preguntado ¿Quién soy yo para ser una mujer brillante,
fabulosa, con talento…?

La pregunta es ¿Quién crees que eres para no serlo?

Desacreditándote, encogiéndote para pasar desapercibida, caminando de puntillas por la vida, no te haces
ningún bien ni a ti ni al mundo.

Naciste valiosa, para SER quien realmente ERES, para poner de manifiesto toda la grandeza que hay en ti, para
brillar con luz propia y contribuir al mundo con ella.

Cuando tú brillas, inspiras a otras mujeres para que se permitan brillar.

La primera vez que escuché estas palabras, me emocionaron, aún hoy me emocionan, al comprobar que son
ciertas. Ojalá resuenen en ti.

Asistir al proceso de empoderamiento de una mujer tiene una recompensa incalculable. Llena de sentido a mi
trabajo y es mi motor para la mejora, la formación y el aprendizaje continuos.

Dentro de ti está toda tu grandeza, hay una mujer poderosa, llena de recursos, valiosa y merecedora de todo lo
mejor que la vida puede ofrecerle.

Mi labor es facilitar que conectes con esa parte que siempre ha estado ahí y que está deseando brillar.

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Me gustaría SABER DE TI, saber cómo puedo ayudarte. Me encantará que me envíes tus respuestas a las
preguntas formuladas a carmenalbacoach@gmail.com

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Bibliografía:

Horney K. “Nuestros conflictos interiores.”

Dicaprio N. “Teorías de la personalidad.”
Branden N. “El poder de la autoestima.”
Branden N. “Cómo mejorar su autoestima.”
Branden N. “Los seis pilares de la autoestima.”
Riso W. “Enamórate de ti.”
Alonso Puig M. “Ahora yo.

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