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VIDEO-CURSO: ATRAE LA RELACIÓN QUE DESEAS

MÓDULO 9: EL PERDÓN COMO APERTURA DEL


CORAZÓN

Lección 9.1.
¿QUÉ ES EL PERDÓN TRANSPERSONAL?

INTRODUCCIÓN

Con esta lección comenzamos el sexto y último paso del Método Vivir
Amando Libre.

El último paso consiste en poner en práctica el aprendizaje.

Todo lo que explico en este curso ha de conducir a la experiencia, es


decir ha de ser experimentado.

No se trata de que estés de acuerdo o no, sino si el curso es lo bastante


claro para tomarlo como base de un trabajo individual.

Porque es el propio trabajo individual, la experiencia que aporta el


trabajo, la que ha de irte conduciendo a la evidencia de atraer a la pareja
que deseas.

En esta lección aprenderás lo que es el perdón como contraste de lo que


no es perdonar.

Como podrás comprobar aquello que nos han enseñado acerca del
perdón es una idea equivocada.

Te hablaré también del perdón hacia uno mismo. Te hablaré de la culpa y


la vergüenza como mecanismos automáticos de nuestras máscaras para
justificar el ataque y el malestar.

¿QUÉ ES EL PERDÓN?

¿Te gusta vivir con rabia? ¿Te has dado cuenta de que abrigas rencor en tu corazón
hacia tus parejas? ¿A menudo sientes vergüenza o culpa por no tener pareja o por
terminar una relación de pareja?

Si es así, te doy la bienvenida al club.

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Nadie nos ha enseñado que el camino más corto para calmar la rabia, el rencor, la
vergüenza y la culpa es el perdón.

Pero antes de continuar voy a responder a una pregunta importante

¿Qué es el Perdón?

El verdadero perdón que puede liberarte del resentimiento y el rencor es una


experiencia que va más allá de lo puramente cognitivo y psicológico.

Para que el perdón pueda lograr su efecto sanador es necesario que invoques a esa
chispa de carácter sobrenatural que llamamos Gracia, Espíritu o Ser Esencial.

Para experimentar el verdadero perdón debemos estar sentados en el Sillón de la


Conciencia y conectados con el Yo Esencial.

Desde las máscaras que adopta el ego o el personaje no podemos perdonar porque la
máscara protege nuestra herida de la infancia y si nos sentimos heridos no podemos
estar en paz.

Por eso es tan importante invocar esa chispa de carácter sobrenatural que llamamos
Yo Esencial.

Este carácter trascendente no excluye el trabajo mental, pues es la mente la que


necesita corrección para poder perdonar.

Sin embargo, la mente no puede alcanzar ese efecto liberador sin la ayuda del Espíritu.

¿Qué es el perdón?

• El perdón es comprensión profunda.

• El perdón es una oportunidad para desarrollar la compasión.

• El perdón es una manera de liberarnos del pasado.

• Perdonar significa liberarse del sentimiento de víctima.

• El perdón es volver a conectar con la inocencia primordial.

• Cuando perdonamos se transforma nuestra vida.

• El perdón se experimenta como apertura de corazón y alegría.

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Por lo tanto, perdonar no significa que tengamos que estar de acuerdo con la conducta
de quien nos ofendió, pero no quita que nuestro agresor no merezca el respeto que su
Ser Esencial merece.

LO QUE NO ES PERDONAR

Para comprender lo que es el perdón tal vez sea más fácil tener claro lo que no es
perdonar.

1. Perdonar no es justificar comportamientos negativos


improcedentes, ya sean propios o ajenos.

Una pregunta muy común que me hacen los pacientes cuando hablo del perdón es la
siguiente:

¿Perdonar significa que tengo que aceptar un comportamiento de maltrato?

Perdonar no significa tolerar el maltrato, la violencia, la agresión, etc.

Ante estos comportamientos es conveniente adoptar medidas firmes como puede ser
un divorcio o un proceso judicial que impida la repetición de estos hechos dolorosos.

Perdonar no conlleva que se apruebe la conducta que te está causando sufrimiento y,


por supuesto, perdonar no significa que no puedas tomar medidas para cambiar la
situación.

¿Qué ocurre cuando estamos dispuestos a tragar comportamientos inaceptables?

Observa si estás usando el perdón para eludir tu responsabilidad de cuidar de ti misma


o de ti mismo para evitar hacer cambios en tu vida.

Perdonar no es hacer como que todo va bien en tu relación de pareja cuando estás
sintiendo que realmente no es así.

He escuchado a gente decir que han perdonado de verdad y sin embargo no


encuentran paz interior.

He dicho antes que el perdón es una manera de liberarnos del pasado y del
sentimiento de víctima.

Cuando esa liberación no llega es posible que detrás de ese perdón lo que haya sea
una negación de la rabia o el dolor.

¿Por qué estaríamos dispuestos a negar la rabia el dolor?

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• Porque expresar la rabia y el enfado puede traer consecuencias dolorosas si no
lo haces de una forma oportuna, como dice Marshall Rosenberg en la práctica
de la Comunicación No Violenta.

• Porque enfadarse es considerado socialmente como algo inaceptable.

Cuando éramos niños no nos permitían expresar nuestros sentimientos de enfado y


aprendimos a sustituir esos sentimientos por otros más aceptables como el silencio o
el aislamiento, en mi caso, y de este modo evitaba la reprimenda de mis padres.

2. Perdonar no significa que tienes razón.

Se suele creer que el hecho de perdonar implica una actitud de superioridad respecto
al perdonado.

De este modo creemos que si se perdona a alguien es porque se le tiene lástima o


porque es un pobre diablo y nos da pena.

Esta actitud arrogante está muy lejos del verdadero perdón.

Cuando alguien nos ofende lo hace desde su nivel de consciencia que, además, es el
único que tiene.

Del mismo modo cuando nos sentimos ofendidos lo hacemos desde nuestro propio
nivel de consciencia.

¿Por qué, si no, un mismo gesto puede ofender a unas personas y a otras no? Los
hechos en si son neutros, es nuestra forma de mirar eso que nos ocurre lo que les da
un valor u otro.

El mismo hecho de no tener pareja, por ejemplo, para unos es una bendición y para
otros es una fuente de conflicto y malestar interno.

3. Perdonar no significa que tengas que cambiar tu


comportamiento.

Por ejemplo, si perdonas a un viejo amigo con el que sientes enfado y enojo, no por
eso debes mantener la amistad y volver a llamarlo y quedar con él como hacías antes.

Tampoco tienes que volver a retomar el contacto con una pareja que hayas decidido
perdonar para soltar así todo el dolor que viviste a su lado.

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Puedes perdonar a tu madre porque ha traicionado tu confianza y la utiliza para
criticarte y, sin embargo, seguir visitándola y aceptando sus invitaciones. Otra cosa es
que sigas confiando en ella y contándole tus asuntos.

4. Perdonar no exige que le tengas que decir verbalmente a


la persona que la has perdonado.

No se trata de ir y decirle a esa perdona “Te perdono”, aunque en algunos casos este
gesto pueda ser una parte importante del proceso de perdonar.

Y recuerda lo que hemos dicho en el punto 2, olvida la arrogancia si decides decírselo.

Tal vez haya personas con quienes aún tienes pendiente un proceso de perdón.
Personas con quienes ya no tienes contacto o que incluso hayan muerto.

Afortunadamente, para la sanación que el perdón puede ofrecerte no es necesario que


te comuniques directa y verbalmente con esas personas.

El perdón solo requiere de un comprensión íntima y profunda que conlleva un cambio


de percepción de lo que antes considerabas ofensivo y doloroso. Se trata de cambiar
tu forma de mirar los hechos, como he dicho antes.

PERDONARSE A UNO MISMO

Uno de los mayores desafíos de nuestra vida es aprender a amarnos y aceptarnos a


nosotros mismos, pase lo que pase, sintamos lo que sintamos.

Nos han enseñado que solo podemos aceptarnos si somos personas excepcionales o
con cualidades positivas.

Lo cierto es que no hay cualidades negativas, solo hay cualidades positivas poco
desarrolladas.

Amarse y perdonarse son esencialmente la misma cosa.

¿Por qué nos cuenta tanto perdonarnos a nosotros mismos?

• Porque cuando te perdonas muere el hábito de considerarte pequeño,


imperfecto, con poco valor o de considerarte poco digno.

• Porque cuando te perdonas muere la culpa, la vergüenza y la autocrítica.

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• Porque cuando te perdonas dejas de ser tú, es decir dejas de identificarte con
tu máscara protectora, muere el concepto que uno tiene de sí mismo con el
que llevas identificándote toda tu vida.

Perdonarse a sí mismo es por lo tanto un fabuloso nacimiento a una nueva realidad.

Por lo tanto, perdonar puede exigirte cambiar creencias sobre ti mismo, creencias que
fueron establecidas hace mucho tiempo.

Estas creencias en el momento actual no te permiten creer eres bueno, inteligente,


respetable o que mereces ser amado tal como eres sin que tengas que hacer nada para
recibir ese amor que te pertenece.

Es decir, perdonarte a ti mismo significa sanar las heridas de tu niño interior.

¿Dónde se originaron esas creencias limitantes sobre uno mismo?

Normalmente fue en la infancia, cuando decidiste crear las máscaras para proteger tus
heridas.

Perdonar significa por lo tanto sanar las culpas y las vergüenzas del pasado.

LA CULPA

Es posible que necesites perdonarte por haber hecho cosas que considerabas malas,
como robar, mentir o engañar y que te hacían sentir culpable.

¿Tiene alguna función la culpa?

Existe una culpa sana que nos hace sentir malestar cuando no respetamos ciertos
límites o cuando consideramos que nuestra conducta no es aceptable.

Erik Erikson dice que desarrollamos este sentimiento de culpa sano alrededor de los 3
años. Cuando empezamos a obedecer a nuestros padres.

Cuando sientes esa culpa sana y no la observas, sino que la ignoras, es posible que tras
muchos años te asalten sentimientos de culpabilidad por decisiones tomadas hace
mucho tiempo.

Es entonces cuando esa culpa sana del pasado se transforma en una culpa insana en el
presente porque no hemos soltado las cargas que arrastramos desde la infancia.

Adoptas entonces una actitud de autocrítica constante en el presente para fortalecer


ese concepto que tienes de ti mismo cuando piensas que eres malo o que estás
equivocado.

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Cuando estamos en la autocrítica estamos identificados con la máscara.

La autocrítica te mantiene unido al pasado y cuando no puedes dejar de atormentarte


tu autoestima corre peligro.

De forma inconsciente, el yo, la máscara, ese autoconcepto que tienes de ti mismo,


exige algún tipo de castigo por lo que has hecho.

¿Y cómo te castigas?

A través de la depresión, la infelicidad o incluso una enfermedad física. También a


través de esa rabia hacia los demás que no te permite estar en paz. Es decir, a través
de la adicción al conflicto.

Cuando te perdonas aceptas que lo que llamabas errores de comportamiento como


gritar a tu pareja, en realidad solo eran demandas de amor, intentos confusos de
recuperar ese amor que creías no merecer cuando estabas en la primera infancia.

LA VERGÜENZA

Le tengo un gran cariño a este sentimiento. Yo creía que la vergüenza era un


sentimiento que me reafirmaba. Reafirmaba esa idea que tenía de mí mismo, hasta tal
punto de que si dejaba de ser tímido dejaba de ser yo.

Aún hoy día ese sentimiento me aparece a menudo, pero no le hago caso, sé que está
ahí porque es un programa que traigo de la infancia. Ahora sé que soy más auténtico
cuando gestiono mi pudor y me expreso sin miedo y me abro a lo que tenga que venir.

Me pregunto de dónde venía mi vergüenza, y aunque no soy consciente de su origen,


es posible que alguien que tuvo un gran poder de influencia sobre mí (o la lectura de
algún libro) me transmitiera mensajes falsos de lo mediocre que era o de lo poco que
merecía o de todos los pecados que cometía.

Solo tenía que leer el Catecismo para darme cuenta que iba a ir al infierno de cabeza.

Para sanar tuve que reconocer esas influencias, asumir mi propia responsabilidad de
adulto cuando, a pesar de mi edad, decidí albergar esa vergüenza.

Tuve también que reconocer los beneficios protectores que sentir pudor me ofrecía.

Solo entonces pude dejar de rechazarme pensando que debía ser mejor de lo que soy.

Esa vergüenza era vergüenza tóxica que es diferente de la vergüenza pasajera que
todos sentimos en situaciones embarazosas.

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La vergüenza tóxica es una identidad que se ha fijado en nuestra mente como
consecuencia de malos tratos o experiencias de abandono cuando éramos muy
pequeños.

Nuestros padres y cuidadores no supieron hacerlo de otra manera, pero si sentían


dolidos, te castigaban o se mostraban ausentes, es posible que el niño perciba que
nunca podrá satisfacer los deseos y las expectativas de los adultos.

De este modo uno llega a la conclusión de que es un ser defectuoso, poco válido y que
no merece recibir todo el amor que la vida tiene para ofrecerle.

En esta lección tienes un ejercicio de toma de conciencia para trabajar el perdón con
nosotros mismos.

Responde a las preguntas y a las situaciones que se plantean y no hagas nada más.

Solo permite que la observación de tus emociones te dé las respuestas que estás
buscando.

Sostener esas emociones es un poderosísimo ejercicio de amor hacia nosotros mismos.

¿Qué has aprendido en esta lección?

Has aprendido que perdonar no es justificar comportamientos negativos


improcedentes, ya sean propios o ajenos.

Has aprendido que perdonar no significa que tienes razón frente a la


persona que perdonas.

Has aprendido que perdonar no significa que tengas que cambiar tu


comportamiento.

Has aprendido que perdonar no significa que tengas que decir


verbalmente a la persona que la has perdonado.

Has aprendido que la culpa y la vergüenza son mecanismos que utilizan


nuestros personajes, nuestras máscaras, para justificar el poco valor
que nos damos a nosotros mismos.

Cuando trabajamos el perdón hacia nosotros mismos podemos soltar


esos mecanismos inconscientes que nos alejan de la paz interior.

Nos vemos en la próxima lección.

Ubuntu!!!

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