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Aguirre
Matrícula: 2085132
Introducción
La hipnosis ha provocado dos tipos de actitudes: a) la primera ha sido una actitud que la ha
tratado como no científica, que es una mera superstición, con negatividad y hasta hostilidad; b) la
segunda ha sido una actitud que la acepta, desde un punto de vista científico, tratándola como un
fenómeno psicológico legítimo y válido, de profunda importancia y significación en la
investigación y entendimiento de la conducta humana. Lo que ha dañado a esta disciplina desde
muchas décadas atrás han sido la literatura y el cine de tipo comercial han promovido mitos y las
falsas concepciones acerca de la hipnosis.
4. Las personas hacen todo lo que se les ordene en el estado de trance hipnótico
Mito: el hipnotizador tiene “fuerza mental” y tiene bajo control al hipnotizado, el cual
puede hacer cualquier cosa que se le pide, incluso cosas ridículas y que van en contra de
la moral, aun delictivas.
Realidad: durante el estado de trance sí hay un estado de sugestionabilidad, pero la
persona está consciente y aun en estado de hipnosis muy profunda no hará algo que vaya
en contra de sus principios morales o éticos. Se ha observado que, en todos los casos
aislados de conducta delictiva con hipnosis, la relación hipnotizador-hipnotizado ya
existía previamente en forma delictiva, y que inclusive, no era necesaria la hipnosis para
realizar dichas conductas.
5. El estado de trance puede ser peligroso e incluso puede producir un “quiebre psicótico”
Mito: la hipnosis es peligrosa para la salud física y mental del hipnotizado, incluso puede
producir algún problema psicótico.
Realidad: lo más común que ocurre durante el trance hipnótico realizado por un
profesional es una relajación muscular y mental. El estado de trance favorece la
autorregulación y la comunicación óptima de la relación mente-cuerpo. La hipnosis
puede tener perjuicios sólo cuando es realizada por profesionales inexperimentados en
hipnoterapia y por aquellos que no tienen ética profesional. “La hipnosis es tan buena
como lo es el profesional que la utiliza, tal como el bisturí puede ser mortal en manos de
alguien inexperimentado pero una herramienta en las manos de un médico”.
o Lo que sí es importante es que el terapeuta esté entrenado tanto en la
hipnosis como en el padecimiento que va a tratar. Por ejemplo, si va a tratar a
un paciente con una disfunción sexual, aparte de la hipnosis necesita estar
capacitado en terapia sexual, igual con la depresión, la ansiedad, la psicosis, la
autoestima, etc. El único padecimiento con el que se debe tener cuidado es el
trastorno disociativo.