Esta práctica está reconocida internacionalmente, incluso en algunos de
los países en los que se practica, como una violación de los Derechos Humanos que ayuda a perpetuar la desigualdad de género y la discriminación hacia las mujeres y niñas, afectando su salud y bienestar. Afirma que la dignidad humana es inherente a la condición humana, es la humanidad del ser humano. Por consiguiente, añade BENEDICTE LUCAS, “debe ser protegida, respetada y promovida, lo que implica que ninguna costumbre puede menoscabarla; lo que no significa negar el derecho de cada ser humano a ser diferente, a tener una identidad cultural distinta, sino poner un límite intangible a la aceptación de ciertos valores y prácticas”. “la dignidad es un valor elevado y sublime en el que otros valores encuentran su integración. […] La dignidad supone características peculiares en el sujeto que la porta. […] la dignidad le pertenece a la persona en todo su ser, con tal grado de intimidad que no es propiamente un elemento ‹consecutivo› de sus componentes esenciales, sino ‹constitutivo› de los mismos”.(7) “No hay ninguna razón religiosa, de desarrollo o de salud para mutilar a una niña o a una mujer. Aunque algunos argumenten que esta práctica es una «tradición», debemos recordar que la esclavitud, los llamados crímenes de honor y otras prácticas inhumanas se han defendido con el mismo argumento débil”. En este sentido, destacaba que “El hecho de que una práctica perjudicial haya existido durante mucho tiempo no justifica que se continúe. Todas las “tradiciones” que degradan, deshumanizan y lesionan son violaciones de los derechos humanos que debemos combatir activamente hasta que desaparezcan”. La mutilación genital femenina no tiene beneficios para la salud y, a menudo, deriva en complicaciones médicas a largo plazo que van desde dolor intenso, hemorragias prolongadas, infecciones o infertilidad, hasta la muerte. Además, puede aumentar el peligro de transmisión de VIH. Las mujeres que han sido mutiladas pueden sufrir complicaciones al dar a luz a un bebé, como hemorragias posteriores al parto, muertes fetales o muertes prematuras de recién nacidos. Adem ás de los peligros físicos, la ablación/mutilación genital femenina constituye una violación de los derechos humanos fundamentales de mujeres y niñas. Como dice Nawal al Saadawi (pensadora y escritora egipcia): “En un sistema patriarcal y capitalista tan injusto se dan estos fenómenos. Mutilación del cuerpo y la mente. No es solo mutilar el clítoris, también la mente.” Su nivel de cultura es inferior al de otros lugares, la mayoría de las personas no cuentan con un grado de escolarización alto, por lo tanto, se basan en las creencias de sus etnias para interpretar toda su vida, en conclusión no conocen las consecuencias de sus actos y siguen creyendo que su “tradición es algo normal” y es ahí donde entra el etnocentrismo de la cultura, ya que, no consideran la…
¡El derecho penal es la ultima ratio para la protección de bienes jurídicos!: Sobre los límites inviolables del derecho penal en un Estado liberal de derecho