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Universidad Nacional Autónoma de México

Facultad de Derecho

Derechos Humanos

El factor cultural como obstáculo para la abolición total de la ablación


Trabajo de investigación
ÍNDICE

Introducción 3

Planteamiento del
problema 5

Formulación del tema


propio. 7

Hipótesis 7

Marco Conceptual 8

Contexto. 11

Conclusión 13

Bibliografía 19

2
El factor cultural como obstáculo para la abolición total de la ablación

Introducción
“La igualdad de género es fundamental para la realización de los derechos humanos de
todas las personas.” En la actualidad la mujer, a pesar de los numerosos -pero insuficientes-
esfuerzos realizados, vive en un mundo que atenta constantemente contra ella 1. Desde el
machismo efectuado por los hombres (en ocasiones, es también obra de las mismas
mujeres), hasta prácticas ortodoxas que este sector realiza por seguridad, sanidad o la
obtención de un status social; es bien sabido, pues, que estas prácticas han causado dolor,
sufrimiento, enfermedades, y hasta la muerte de millones de mujeres alrededor del mundo,
ocasionando a su vez la violación de los derechos humanos más básicos del individuo 2.
Existen todo tipo de prácticas que denigran y atentan contra las mujeres de todo el
mundo en una amplia gama de formas, ya sean formas de vestimenta, roles de género o
hasta costumbres dolorosas que pueden ser tildadas como tortura. Ejemplos de esto son lo
que señalan algunas investigaciones con resultados de hasta el 40% de casos donde la
mujer pide permiso a su esposo o pareja para salir en la noche 2, hecho que a primera vista
parece inofensivo, pero en realidad se trata de un mecanismo de dominación tan
normalizado, que deja de considerársele como un acto denigrante. Es en dichos casos donde
se muestra el control imperante del hombre sobre la mujer.
Sin embargo, este último no es el tipo de práctica más común. Existen actos
discriminatorios hacia la mujer por la mujer y aunque parezca absurdo, ocurren de manera
frecuente alrededor del mundo. Por mencionar algunos ejemplos: en China, durante más de
mil años se mantuvo la tradición o el fetiche de los Pies de Loto. Este tortuoso estereotipo de
belleza consistía en el vendaje de los pies de las mujeres de tal manera que ambos no
pudieran crecer. El principal objetivo de esto era la belleza, obtenida por tener un pie
pequeño (en ocasiones de no más de 7 cm de largo), lo cual era considerado el “tamañ o
idóneo”. Millones de niñas en China terminaron con los pies deformados y rotos por sus
padres y madres con tal de subir escalones en la pirámide social3.

1
Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos. (s.f.). Lucha contra la discriminación de la mujer.
Obtenido de http://www.ohchr.org/SP/AboutUs/Pages/DiscriminationAgainstWomen.aspx
2
Instituto Nacional de las Mujeres. (s.f.). La discriminación contra las mujeres. Obtenido de
http://puntogenero.inmujeres.gob.mx/madig/discriminacion/seccion4.html
3
Otra de las tradiciones que la mujer se realiza a sí misma es la que se acostumbra
entre las conocidas como: “Mujeres Jirafa”, en Tailandia. Estas féminas se colocan un collar
en forma de espiral en el cuello, de tal manera que éste empuja la cabeza del cuerpo, y en
consecuencia ocasiona un alargamiento anormal en la zona que contiene al músculo
esternocleidomastoideo. A diferencia de la práctica “Pies de Loto”, las Mujeres Jirafa se
colocan este collar para ganar dinero y así garantizar la perduración de una calidad de vida
promedio. El dinero lo obtienen gracias al gran flujo de turismo que existe en la zona y que se
vuelve aquélla donde estas mujeres se convierten en la atracción principal. Muchas
investigaciones se han realizado acerca del porqué de esta tradición; no obstante, dadas las
creencias y valores de la misma cultura, tanto mujeres, oficiales, como guías turísticos y
demás, se abstienen de contestar algo distinto a: “Forma parte de nuestra tradición” o “Es
nuestra identidad”.

Ésta es la excusa que se usa con tal de no aceptar la clara violación del derecho de
libertad que se perpetúa contra las mujeres. Por otra parte, existen niñas que desde la edad
aproximada de 15 años son obligadas a usar estos collares por nadie más que sus madres.
Son, pues, los miembros de su familia (y por ende, comunidad), las que continúan su
descenso como víctimas y victimarías de otro tipo más de discriminación: aquél que lleva a la
mujer a renunciar parcial o totalmente a sus derechos más fundamentales.

Observando las raíces de dicha práctica desde una perspectiva cuya base se asienta
en los derechos humanos, ésta refleja una inequidad entre ambos géneros y representa una
forma innecesaria de discriminación contra las mujeres. Cabe también mencionar que se
infringen el derecho a la salud, seguridad e integridad física de la persona; el derecho a estar
libre de cualquier forma de tortura, tratos inhumanos o degradantes, así como el derecho a la
vida, cuando la ablación resulta en muerte4.

3
Charpentier, D. (6 de Junio de 2015). Pies de loto: El doloroso estereotipo de belleza que deformó los pies de
miles de mujeres en China. Obtenido de http://www.biobiochile.cl/noticias/2015/06/06/pies- de-loto-el-
doloroso-estereotipo-de-belleza-que-deformo-los-pies-de-miles-de-mujeres-en-china.shtml
4
World Health Organization, Department of Reproductive Health and Research. (2008).
Eliminating female genital mutilation An interagency statement - OHCHR, UNAIDS, UNDP,
UNECA, UNESCO, UNFPA, UNHCR, UNICEF, UNIFEM, WHO. Ginebra: World Health
Organization .

4
Traer un fin a la interminable gama de actos violentos requiere un acuerdo de amplia
discusión y un compromiso a largo plazo para darle seguimiento a éste, pues la experiencia
que se ha adquirido tras diversos estudios demuestra que no hay soluciones rápidas ni
sencillas. Para la eliminación de estas prácticas, pues, es necesaria una asociación lo
suficientemente fuerte que pueda proveer el apoyo necesario para conseguir un cambio en el
comportamiento y pensar de quienes insisten en perpetuar ese “aspecto cultural” 4.
Hoy en día la mujer ha obtenido, a partir de su ardua lucha, bastantes logros, derechos
y privilegios. A pesar de esto, aún no se ha reportado un avance sistemático de los muchos
programas que son encabezados por organizaciones no gubernamentales, gobiernos, y otras
asociaciones, mismos que buscan restaurar y proteger los derechos humanos de estas
víctimas (WHO, 1999; Population Reference Bureau, 2001, 2006; UNICEF, 2005ª, 2005b,
UNFPA, 2007c). Por ende, mientras existan tradiciones o costumbres como las
mencionadas anteriormente, se ve fácilmente cómo aún resta mucho camino por recorrer en
el trayecto hacia el total respeto a la integridad y dignidad del ser humano, principalmente
dentro de los zapatos de la mujer1.

Planteamiento del problema


La ablación femenina consiste en extirpar el clítoris de las mujeres, generalmente
después de su primera menstruación, teniendo como base creencias religiosas (mitos y
tradiciones) y/o cuestiones de salubridad y de la seguridad de las niñas 5. Dicha práctica es
común entre países con influencia musulmana, tribus africanas, Asia y algunos lugares de
Oceanía y América. Según datos de la Amnistía Internacional, existen millones de mujeres
en el mundo que han sufrido dicha práctica y se calcula que cada año, en 28 países
diferentes, 3 millones de niñas lo sufrirán durante los próximos años6. El origen de dicha
amputación es incierto; se cree que es parte de una leyenda o se basa en una práctica
5
Fondo de Población de las Naciones Unidas. (Diciembre de 2015). Preguntas frecuentes
sobre la mutilación genital femenina (MGF) - See more at:
http://www.unfpa.org/es/resources/preguntas-frecuentes-sobre-la-mutilaci%C3%B3n-genital-
femenina-mgf#sthash.2NU8PMB6.dpuf. Obtenido de
http://www.unfpa.org/es/resources/preguntas-frecuentes-sobre-la-mutilaci%C3%B3n-genital-
femenina-mgf
6
ABC. (5 de Julio de 2011). El drama de la ablación femenina vuelve a Indonesia amparado
por las autoridades. Obtenido de http://www.abc.es/20110705/internacional/abci-ablacion-
femenina-indonesia-201107050924.html

5
utilizada en el antiguo Egipto, pero hasta la fecha no se conoce una explicación
completamente certera.
La OMS hace referencia a la ignorancia respecto a la ablación y sus consecuencias
(que el mismo factor cultural está incrementando) en el siguiente fragmento:
En la mayor parte de los casos, la MGF es realizada por circuncisores
tradicionales que suelen tener otras funciones importantes en sus
comunidades, tales como la asistencia al parto. En muchos lugares, los
proveedores de asistencia sanitaria practican la mutilación genital femenina
movidos por la errónea creencia de que el procedimiento es más seguro si se
realiza en condiciones medicalizadas1. La OMS, sin embargo, exhorta
vivamente a los profesionales de la salud a abstenerse de efectuar tales
intervenciones7.
Es esta ignorancia el principal motor de los practicantes de dicha práctica, misma que
año con año se ve avivada por el factor cultural de la tradición, la costumbre y la creencia
dentro de varios países donde la ablación es practicada (OMS, 2017).
Gracias a los esfuerzos de numerosas organizaciones, se ha registrado una
disminución promedio de la práctica durante las últimas tres décadas. Sin embargo, no se
puede afirmar lo mismo de todas las naciones, ya que el progreso se presenta dispar
comparando un país con otro. El avance actual es insuficiente debido al constante
crecimiento poblacional, el cual no puede ser alcanzado; de mantenerse esta tendencia, la
cantidad de niñas y mujeres que deban vivir esta atrocidad aumentará significativamente por
los próximos 15 años8.
Año tras año, varios gobiernos crean programas para evitar que se continúe con esta
práctica: se elaboran leyes que protegen a las mujeres de cualquier edad y se informa a las
diferentes tribus los daños que se infligen con esta práctica. Tan sólo en febrero de 2016, la

7
Organización Mundial de la Salud. (Febrero de 2017). Mutilación genital femenina. Obtenido
de http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs241/es/
8
UNICEF. (Julio de 2013). Mutilación/ablación genital femenina: Resumen estadístico y
exploración de la dinámica del cambio. Obtenido de
https://www.unicef.org/publications/files/FGM_Report_Summary_Spanish__23Aug2013.pdf

6
Organización de las Naciones Unidas abordó el tema y se pactó que en el año 2030 está
práctica quedará eliminada9.
Respecto a México, no se tienen registros de esta actividad; sin embargo, la
Constitución protege la dignidad de los ciudadanos y las ciudadanas ante cualquier agresión
que los afecten en distintos ámbitos. Por otro lado, en la mayoría de los países Europeos,
tales como Suecia, Gran Bretaña y Bélgica, el código penal ya tiene una sección y apartado
para la prohibición de tales actos, puesto que son considerados como “inhumanos” e
innecesarios, así como violentadores a los derechos humanos individuales de cada una de
las mujeres que la han sufrido9.

Formulación del tema propio.


La justificación que brindan los practicantes no siempre está argumentada desde la
perspectiva religiosa; un ejemplo de esto es la cultura musulmana, pues a pesar de llevarla a
cabo, sus textos religiosos (Corán) no la mencionan textualmente. Sin embargo, es innegable
que el factor cultural por sí solo es el mayor impedimento para la erradicación de la ablación,
pues éste engloba: tradiciones, purificación, creencias respecto a la protección de la
virginidad y fidelidad, un requisito para el matrimonio, una reafirmación de la pertenencia
comunitaria, entre otros. Es este factor cultural y la determinación de su validez los
elementos que dirigirán al presente artículo, bajo el cuestionamiento: ¿la cultura de una
población puede llegar a ser argumento suficientemente válido para impedir que se suprima
una práctica tan discutible como lo es la ablación femenina en su totalidad?

Hipótesis
Es imposible negar el papel tan significativo que desempeña el factor cultural en una
sociedad, sobre todo considerando que durante la Conferencia Mundial sobre Políticas
Culturales10, la UNESCO abogó por la indisociabilidad entre éste y el desarrollo. Desde
entonces, y hasta ahora, el futuro íntegro –entendiéndose por ello uno que mejore aspectos
9
UNICEF. (Julio de 2013). Female Genital Mutilation/Cutting: A statistical overview and
exploration of the dynamics of change. Obtenido de
https://www.unicef.org/media/files/UNICEF_FGM_report_July_2013_Hi_res.pdf
10
Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura. (1982).
1982 - 2000: de MONDIACULT a “Nuestra diversidad creativa”. Obtenido de
https://ich.unesco.org/es/1982-2000-00309

7
tan cotidianos como el entorno donde se reside, hasta ámbitos afectivos, donde las creencias
y costumbres poseen una base sólida- de las naciones es objeto de debate 11.
Por ende, la hipótesis del presente artículo establece que el impedimento para la
supresión de esta práctica, no es nada más y nada menos que aquellos rasgos culturales
(sistemas de valores, tradiciones, creencias, modos de vida, artes, letras, entre otros)
compartidos por la comunidad12; los mismos que confieren un sentido de pertenencia,
proporcionan las herramientas necesarias para efectuar decisiones y forman al individuo,
pero, a su vez, nublan el juicio respecto al acto tan atroz que, según datos proporcionados
por UNICEF, se ha realizado en 200 millones de niñas y mujeres pertenecientes a 30 países
(2016), y que la revisión de estos rasgos (aunados a las reformas pertinentes), posibilitarían
que la ablación femenina fuese enteramente anulada.

Marco Conceptual
Para la completa y correcta comprensión del presente artículo se informa sobre el uso
del concepto de ablación. El anterior se define como “todos los procedimientos consistentes
en la resección parcial o total de los genitales externos femeninos, así como otras lesiones
de los órganos genitales femeninos por motivos no médicos”7.
Esta práctica trae como consecuente la posible infección de los órganos genitales, un
riesgo de muerte elevado para la víctima tanto en el momento de alumbramiento (en caso de
embarazo), como durante la realización misma de la ablación. Y en caso de supervivencia de
la mujer, consigue traerle a la víctima un alto grado de dolor y sufrimiento, dándose éstos a lo
largo de la práctica y durante el resto de la vida de la persona, reavivándose especialmente
durante el coito4.
En este artículo es importante también el concepto de genitales, o aparato
reproductor, el cual comprende los órganos encargados de completar funciones tanto
sexuales y de reproducción como también el desarrollo embrionario en el caso de la mujer 13.

11
R. Romero Cevallos, R. (2005). ¿Cultura y Desarrollo? ¿Desarrollo y Cultura? Propuestas
para un debato abierto. Lima: Cuadernos PNUD.
12
United Nations Educational, Scientific and Cultural Organization . (2003). Convention for the
Safeguarding of the Intangible Cultural Heritage. Francia.

Galindo Uriarte, A. R., Angulo Rodríguez, A. A., & Avendaño Palazuelos, R. C. (2009).
13

Aparato reproductor masculino y femenino. En A. R. Galindo Uriarte, A. A. Angulo Rodríguez,


& R. C. Avendaño Palazuelos, Biología Humana y Salud (págs. 255-275). Culiacán: Dirección
8
Los genitales que son afectados por la ablación y serán considerados con mayor incidencia
serán los externos, los cuales comprenden la vulva, la apertura vaginal, el glande del clítoris,
los labios mayores y menores y el prepucio del clítoris. Estos órganos, los cuales son muy
delicados, al ser dañados por la ablación llegan a posar un alto riesgo y dolor para las
víctimas. Es gracias a la extirpación o afección de éstos que se da lugar a la violación de los
derechos humanos de las mujeres.
Como se menciona en la definición de ablación, los genitales femeninos y el nivel de
gravedad del daño que reciben serán los que determinan el tipo o grado de ablación que se
practicó de manera obligatoria o por costumbre en una mujer.
Los tipos de ablación que se usarán como marco de referencia serán cuatro
determinados por la Organización Mundial de la Salud. Cada uno será nombrado Tipo 1, Tipo
2, Tipo 3 y así sucesivamente con base a sus características.
 El Tipo 1 o clitoridectomía comprende solamente la resección parcial o total del clítoris
aunque, en algunos casos, también del prepucio del clítoris.
 El Tipo 2 o excisión consiste en la misma operación del Tipo 1, sin embargo se añade
la resección de los labios menores de la vulva y posiblemente la mutilación de los
labios mayores.
 El Tipo 3, llamado también Infibulación, consiste en el sellamiento o estrechamiento
de la vagina por medio del cosimiento de los labios mayores o menores; este
procedimiento puede o no comprender también la resección del clítoris.
 Finalmente el Tipo 4 comprende otros tipos de medidas realizadas en los genitales
femeninos con fines no médicos como lo pueden ser: perforaciones, incisiones,
raspados o la cauterización7.
Esta categorización de los tipos de ablación será utilizada principalmente en el trabajo
de campo para tener un testimonio de todos y cada uno de los grados de ablación
previamente presentados para así comprender las diferentes formas en que cada uno afecta
a la sociedad. Esto con el objetivo de entender lo más acertado posible la vivencia de los
distintos tipos de víctimas que surgen de igual manera de acuerdo a los grados de ablación.
Dado que el tema busca explicar el factor cultural como obstáculo de la prohibición
legal de la ablación, se entenderá como éste a la parte que legalmente está relacionada con
el conjunto de creencias, ideas, el arte, el conocimiento y otros hábitos o costumbres que el

General de Escuelas Preparatorias.


9
hombre posee dentro de una sociedad determinada 14. Este factor cultural comprenderá
principalmente la ideología, creencia y costumbre de los grupos donde se practica la ablación
como tradición. Es este factor cultural el principal obstáculo que tienen defensores,
abogados, activistas y demás en el camino hacia la abolición de dicha práctica.
Legalmente hablando, al momento de discutir sobre la posible prohibición o abolición
de la ablación, se llega al obstáculo del hábito o costumbre de seguridad, como parte del
factor cultural antes mencionado. Esta costumbre de seguridad es la justificación dada por
los pueblos que aún practican la ablación como cierta medida de seguridad para las mujeres.
Se considera una costumbre de seguridad porque garantiza que las mujeres, a quienes se
les hace el procedimiento tortuoso, conserven su virginidad y acaten otras normas
establecidas por la sociedad que son clave para el refuerzo de la madurez, la
responsabilidad y la feminidad de la mujer 10. Es esta costumbre el principal motivo por el cual
organizaciones internacionales como la Organización Mundial de la Salud aún no han sido
capaces de lograr la prohibición absoluta y universal de tal acto de violencia contra la mujer.
Si bien la ablación se considera un acto discriminatorio, también es valorada como
violencia de género. Existe una similitud entre ambas, sin embargo también existen puntos
de divergencia semántica; el primero se atribuye a un acto que expresa un trato desigual y e
incluso perjudicial o de desprecio inmerecido a una determinada persona o conjunto 15.
Comprende de igual manera una violación a los derechos humanos del individuo
categorizado como víctima.
Por su parte, la violencia de género hace referencia a cualquier acto violento motivado
por una situación de desigualdad de género, principalmente dirigido hacia la mujer por una
sociedad donde el hombre posee dominio sobre las mujeres. Es una violencia que ataca a
las mujeres por ser mujeres 16. Esta clase de violencia puede afectar a la víctima en el ámbito
físico, psicológico y emocional, llegando incluso a causar daños que son irreversibles en
todos o cualquiera de los tres ámbitos.

14
Diccionario filosófico . (s.f.). Cultura en sentido antropológico. Obtenido de
http://www.filosofia.org/filomat/df406.htm
15
Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación. (s.f.). Discriminación e igualdad.
Obtenido de http://www.conapred.org.mx/index.php?
contenido=pagina&id=84&id_opcion=142&op=142
16
Xunta de Galicia. (s.f.). ¿Qué es la violencia de género? Obtenido de
http://igualdade.xunta.gal/es/content/que-es-la-violencia-de-genero

10
Se mencionaron los Derechos Humanos anteriormente, sin embargo en el presente
artículo se realizará un enfoque solamente a algunos de ellos. Los derechos humanos como
tal, son todas aquellas garantías que cualquier ser humano posee simplemente por ser un
humano vivo y digno17. A pesar de esto, se hará referencia a aquellos derechos que son
violados con la ablación, como los son el derecho a la libertad de la persona, derecho a la
igualdad y a la no discriminación, los derechos de la víctima u ofendido, los derechos
sexuales y reproductivos y sobre todo el derecho a la salud y al mantenimiento integral de la
persona. Son estos y otros derechos principalmente los que se violentan cada día con cada
práctica de la ablación nueva que ocurre en el mundo.
Sin embargo es el derecho a la libertad de expresión y a la libertad religiosa y de culto
el que obstaculiza aquella prohibición soñada que idealmente terminaría con la violencia que
supone dicho acto en numerosos países, salvando así la vida de millones de mujeres y
niñas10.

Contexto
La ablación femenina es un tema abordado por muchas instituciones; el 06 de Febrero
del 2017 el periódico virtual UH Noticias de Barcelona, subió un artículo en el que se
menciona que la UNICEF está en la lucha por erradicar la ablación y que junto con el Fondo
de Población de la ONU (UNFPA), solicitarán a los gobiernos de países donde la práctica
sea vigente que promulguen leyes para proteger los derechos de las niñas, con el objetivo de
la supresión de ésta18. En 2016, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó en redes
un boletín informativo, el cual contiene datos, cifras y porcentajes de las naciones en donde
han estado o continúan practicando la ablación. Junto con éste, la OMS muestra una página
donde también explica en qué consiste la ablación y cómo afecta a las mujeres; esto lo
realizaron con el fin de generar una conciencia e iniciativa para poder eliminar este tipo de
acto7.
En 2015 el Ministerio de Sanidad español aprobó un protocolo del Sistema Nacional de
Salud, el cual tiene como propósito instruir para la detección de casos, de tal manera que sea

17
Comisión Nacional de los Derechos Humanos. (2010). ¿Cuáles son los Derechos
Humanos? Obtenido de http://www.cndh.org.mx/Cuales_son_Derechos_Humanos
18
Organización Panamericana de la Salud. (2013). Comprender y abordar la violencia contra
las mujeres. Mutilación genital femenina. Washington.

11
posible penalizar familias que apliquen la ablación, y, eventualmente, hacerles saber que se
debe renunciar a ese aspecto de su cultura. Dicho protocolo aún no se está llevando a cabo
porque según la ONG (Organizaciones no gubernamentales) tiene carencias de base 19.
Cabe mencionar que como resultado del fenómeno de la emigración proveniente del
continente africano a Europa (mismo que por ende ha suscitado la llegada de víctimas de
ablación femenina a países primermundistas); dicho evento ocasionó como respuesta la
capacitación de médicos en diversos hospitales para detectar heridas particulares que
resultan de la práctica, tratarlas de la mejor manera posible y poder dar aviso a las
autoridades pertinentes de que la paciente proviene de un entorno donde dicha mutilación es
aceptada (de tal forma que se pueda intervenir y controlar temporalmente).

Sin embargo, la cantidad de médicos preparados en dicha cuestión no es suficiente,


sobre todo cuando se le compara con los millones de víctimas a las que les resulta imposible
salir de su país, y en un futuro deberán casarse, tener hijos (lo anterior añadido al dolor y
complicaciones de los que ya no se podrá recuperar), y en caso de dar a luz a una fémina,
observar cómo ella también es herida a base de palos y procesos no clínicos en sus
genitales. Así pues, se trata de una especie de bucle que está condenado a repetirse; la
acción emprendida por el sector salud es más que vital, gracias a la existencia de programas
como Médico sin fronteras a los que les es posible viajar a los países donde la práctica se
lleve a cabo -por mencionar algunos que van desde los 27.2 millones hasta los 9.3: Egipto,
Etiopía, Nigeria, Sudán, Kenia y Burkina Faso 9- y atender a tiempo a las mujeres que tengan
que atravesar dicho calvario, evitando así hasta la misma muerte.

Por otro lado hay quienes no se han quedado solo en palabras, como por ejemplo
Mundo Cooperante que lanzó un proyecto llamado “Pulseras Masai contra la Mutilación
Genital Femenina". Estas pulseras son hechas a mano por mujeres que han sufrido de
mutilación o que habían trabajado anteriormente en esto y representan un símbolo de que la
sociedad busca luchar contra la ablación20.

19
El Huffington Post. (6 de Febrero de 2016). Ablación femenina: una tortura que también se
aplica en España. Obtenido de http://www.huffingtonpost.es/2016/02/06/ablacion-clitoris-
espana_n_9158240.html
20
Mundo Cooperante. (s.f.). Pulseras Contra la MGF. Obtenido de
http://www.mundocooperante.org/pulseras/

12
Se sabe, además, que en caso de permanecer impertérritos ante la situación de
inequidad de género que representa la continuidad de esta práctica, la cifra de futuras
víctimas asciende a los treinta millones durante la siguiente década 9, por lo que no sólo se
les está brindado apoyo a quienes ya atravesaron la práctica, sino que los esfuerzos
realizados a favor de su abolición representan una vida mejor… un futuro más esperanzador
para millones de mujeres, sus familias y comunidades enteras. Es necesario hacer hincapié
en que los derechos humanos de la mujer son ignorados por completo; esto bajo el
argumento de que la mutilación genital femenina se clasificó como una forma de violencia
contra la mujer durante la Conferencia Mundial de Derechos Humanos en Viena (1993), y el
Artículo 25 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos establece que todos tienen
derecho de vida adecuado que le asegure salud y bienestar 9. Así pues, tomando como base
estos argumentos, la presente investigación se realiza como búsqueda de un argumento que
cuente con validez innegable contra el factor cultural que tanto evita que esta práctica llegue
a su fin.

Conclusión

Tras la investigación realizada, se puede inferir que el arraigo social, y sobre todo,
cultural, es, efectivamente, el impedimento de estos pueblos para calificar la ablación como
lo que es: una mutilación del órgano genital femenino, realizada cuando la víctima se
encuentra entre los cinco y catorce años de edad (o antes de ello) 9, misma que implica
repercusiones en la salud física, psicológica, sexual y reproductiva, además de deteriorar su
calidad de vida en el momento y a futuro 21. Dicho esto, es entendible que el mantenimiento
de la práctica debería ser motivo de alarma para el sector médico, (mismo que, a su vez, ya
cuenta con profesionales que se han aventurado a emitir un juicio al respecto), pues
compromete sobremanera la salud del individuo en cuestión, sometiéndole a dolores
inenarrables e infecciones severas. Esto último se debe a los encargados de realizar la
mutilación, quienes son personas que no poseen ni la más mínima preparación médica –por
lo que conceptos como: esterilización, anestesia, ente otros, les resultan ajenos-. Estos
gestores son los miembros de mayor edad entre los pobladores, que en ocasiones pueden

Kaplan-Marcusán, A., Fernández del Rio, N., Moreno-Navarro, J., Castany-Fàbregas, M. J.,
21

Ruiz Nogueras, M., Muñoz-Ortiz, L., y otros. (2010). Female Genital Mutilation: perceptions of
healthcare professionals and the perspective of the migrant families. BioMed Central Ltd.
13
ser madres o abuelas que obligan a su propia familia a someterse y pagar el precio de
pertenecer a una cultura como la que les rige.

Por otra parte, existe la imposición de normas sociales, la convicción con la que dicha
práctica no deja de realizarse; éstas son dignas de un análisis profundo en el que psicólogos
(sobresaliendo quienes se han especializado como clínicos, sociales o educativos)
determinen los orígenes del compromiso tan serio, obedecido, pero sobre todo,
incuestionable que yace en cada uno de los habitantes de esa comunidad.

Así pues, contrario a lo que se pueda creer, la cultura de una población no llega a ser
argumento suficientemente válido para justificar la continuidad de la ablación femenina, por
lo tanto, su completa erradicación debería trasladarse a una realidad futura, un objetivo real y
alcanzable. Sin embargo, es entendible que no se puede forzar a toda una comunidad para
que abandone un aspecto que bien pueden considerar como distintivo e importante, por lo
que se propone (de forma adicional) una investigación que cuente con los siguientes
objetivos:

Objetivo General:
 Examinar el factor social (con énfasis en todo aquello referente al ámbito cultural) que
impide la abolición de la ablación, aunado a cómo afecta dicha práctica en cuestiones
de salubridad en las mujeres y niñas que residen en los países varios donde se lleva
a cabo, de tal manera que se establezca un claro énfasis respecto a la violación que
supone su realización hacia los Derechos Humanos y esto propicie una medida que
conduzca al cese de la práctica.
Objetivos Específicos:
 Contrastar la opinión de personas que habiten países donde la ablación aún está
permitida, pues forma parte del legado cultural, contra aquéllos que hayan emigrado
anteriormente y perdieron contacto con su país natal.
 Obtener desde un punto de vista médico los riesgos de la mutilación femenina, con
base en la información de las entrevistas a médicos generales, ginecólogos y
especialistas varios.
 Analizar la cantidad aproximada de mujeres y niñas que han sido víctimas de la
ablación durante la última década, con la ayuda de censos poblacionales y
recaudación de testimonios voluntarios.
14
 Recabar opiniones de distintos habitantes que residen en países donde este acto se
restringe, saber su veredicto de hacer este acto abolido en más países con base en
información de encuestas a estos.
 Relacionar las posibles mejoras respecto al estado de la ablación con los resultados
esperados de la siguiente investigación (conferencias, normativas, etc.), para así
establecer si existió una mejora en cuanto a la situación inicial.

Dicha investigación contaría con su debida metodología, para la cual se propone un


enfoque de investigación mixto, entendido como “el conjunto de procesos sistemáticos,
empíricos y críticos de investigación que implican la recolección de datos cuantitativos y
cualitativos”22 para obtener así un espectro más amplio con respecto a la ablación en la
actualidad, sus implicaciones y su posible abolición en el futuro; lo antes mencionado parte
del concepto de “relación humana” como el conjunto de sistemas individuales que
interactúan entre sí para formar nuevos sistemas grupales con características específicas y
relaciones propias, tras lo cual se puede inferir que dicha complejidad afecta directamente el
estudio de las mismas relaciones, ya que todas se vinculan entre sí en una serie de acuerdos
no escritos que las rigen, entre ellos, la cultura.

La población de estudio -definida como “el conjunto de todos los casos que
concuerdan con una serie de especificaciones”- 22, estará comprendida por los grupos
poblacionales correspondientes a las regiones occidental, oriental y nororiental de África, ya
que de acuerdo a la OMS en esos países es donde se encuentra la mayor incidencia en los
casos de ablación femenina (2017). La muestra será de tipo no probabilística, debido a que
“la elección de los elementos no depende de la probabilidad, sino de las características de la
investigación”22, así mismo, se guiará en base al muestreo por clusters para determinar en
qué lugares físicos se encuentran concentradas las culturas practicantes de la ablación,
seleccionando primero las ciudades, para en última instancia llegar a las comunidades
poblacionales practicantes22 .

22
Hernández Sampieri, R., Fernández Collado, C., & Baptista Lucio, M. d. (2014), pp. 182-
404. Metodología de la investigación . CDMX: Mc Graw Hill.

15
Para la rama cualitativa se pretende plantear una investigación con diseño longitudinal de
tendencia, para recabar datos en diferentes puntos de la historia de las culturas practicantes
de la ablación, comprendiendo así la evolución del problema, incluyendo sus causas y
efectos22 por medio de un análisis microetnográfico ahondando en un conjunto de variables
específicas dependientes de la cultura:

 Estructuras sociales
 Estructuras educativas
 Estructuras religiosas
 Valores y creencias
 Definiciones culturales: matrimonio, familia, castigo, derecho.
 Reglas y normas sociales
 Interacciones sociales
 Injusticias
Describiendo así el contexto socio-cultural e identificando los principales problemas
sociales que pueden resultar en agentes causales para la ablación por medio de la
observación cualitativa, profundizando en la situación social actual y sus interacciones así
como los patrones de vinculación entre los practicantes, las víctimas y en conjunto en como
se ve el tema en general desde el punto de vista de la población 22 .

Otro camino para futuras investigaciones, podría ser el uso de la metaetnografía como
análisis de resultados etnográficos, comparando esta investigación y/o las futuras en busca
de patrones o secuencias del comportamiento en distintas comunidades o inclusive en
países para enriquecer la principal interrogante de este tema, que es la cultura y poder así,
analizarlo desde un panorama más amplio y multicultural.

En una segunda etapa cualitativa, se utilizará como herramienta de obtención de datos la


entrevista cualitativa para recabar información con respecto a las cuestiones biológicas y de
salud que implica la práctica de la ablación femenina y las consecuencias médicas que
puede conllevar para una víctima de dicha práctica. Se utilizaría el modelo de entrevista
semiestructurada para permitir así que el investigado ahonde en el tema con preguntas
adicionales de ser necesarias para aclarar conceptos que el especialista indique y poder

16
obtener un marco de respuesta más amplio, considerando preguntas; de opinión, de
conocimientos y de antecedentes22.

Para la rama cuantitativa, se buscarán los casos de 50 mujeres víctimas de la ablación


que estén dispuestas a contestar un cuestionario, referido al término “conjunto de preguntas”
por Chasteauneuf (2009)22, correspondientes a esta práctica y calificar las incidencias. A su
vez, se tratará de un cuestionario por entrevista personal, ya que se pretende, así mismo que
el entrevistador observe las reacciones del individuo al hablar de un tema tan íntimo y los
sentimientos que este mismo provoca o suscita22.

Las preguntas a realizar serían mixtas, es decir que el cuestionario contendrás preguntas
cerradas y abiertas, las primeras para clasificar y cuantificar el tipo de casos y las situaciones
y las segundas para dar libertad a los testimonios y profundizar en el tema 22.

Es importante destacar que se buscaría conocer cuál fue el comienzo de la ablación,


mismo que desemboque en una resolución donde se busca evitar que el patrón de abuso se
repita. Aunque previamente se han analizado las justificaciones culturales que están tras la
ablación, no se ha logrado encontrar un contraargumento que favorezca la abolición de la
práctica. Un futuro estudio de cómo se convenció a todo un grupo de personas acerca de sus
lo controversiales que pueden llegar a ser sus prácticas, un largo proceso que se encontró
tras bambalinas y las implicaciones tardías que salieron a la luz una vez hecho el cambio
(entendiéndose por éste la renuncia a ese aspecto de la cultura en el cual se tenía tanta fe);
dicho estudio representaría una aportación más que valiosa para otras investigaciones que
estarían por venir.

Por ende, las ideas: “Se trata de un problema que no debe tener tantas víctimas” o
“siendo África un país que no está a la vuelta de la esquina, es imposible pensar que algo
como la ablación muestre ese alcance”, entre otras, son todas erróneas a más no poder, ya
que las niñas y mujeres que atravesaron esta práctica que suscita tantos cuestionamientos
ascienden a 125 millones9, y el fenómeno de migración realizado en Occidente ha resultado
en el arribo de mujeres subsaharianas que, nuevamente, fueron víctimas de ello mientras se
encontraban en su país natal16.

Y hasta donde es sabido, aspectos como: sangrados, curaciones malogradas,


infecciones, daños a los órganos adyacentes, esterilidad, problemas constantes en el tracto
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urinario, complicaciones al momento de dar a luz, y la muerte en numerosas situaciones dista
mucho de un nivel aceptable de salud, porque ninguno de los antes mencionados puede ser
clasificado como “ideal”16.

Es algo esperado que el presente artículo no suscite un cambio radical frente a la


situación que se enfrenta respecto a la ablación. No obstante, sí se pretende que una vez
realizada la investigación (planteado con anterioridad), varios sectores (social, educativo, por
mencionar algunos) que desconozcan no sólo la clasificación y los detalles de esta práctica,
sino su existencia misma, disminuyan considerablemente. Así mismo, fomentado por el
manifiesto acto de violencia que supone dicha práctica contra las mujeres, la posibilidad de
llevar a cabo una conferencia donde se ahonde más al respecto y evalúe la opinión de
médicos y psicólogos no resulta inimaginable, ya que un acercamiento preventivo del tema
puede resultar en intervenciones positivas y un tratamiento adecuado para las víctimas.

Después de todo, sólo con el entendimiento progresivo de la dinámica social


(destacando, claro está, el aspecto cultural; aquél que trata este artículo como eje central), es
que se podrán elaborar políticas y programas efectivos que fomenten la prohibición de la
ablación, algo que también es una de las aspiraciones de este trabajo.

No se está pidiendo el completo abandono de la riqueza cultural que las comunidades


africanas aportan al mundo, sino que se detenga una práctica que está matando a sus
propios miembros, merma su calidad de vida y les hace temer por el futuro de sus
descendientes. El siguiente artículo pretendió un despertar colectivo respecto a estos actos
sistematizados de hostilidad que se lleva a cabo contra mujeres, y que este sentimiento
(indignación, incredulidad o tristeza, como prefiera llamársele) sea incentivo suficiente para
actuar y conseguir una abolición total de la mutilación genital femenina; no se trata de un
camino fácil, tampoco se pretende que la solución a presentar sea una apresurada y con
brechas que puedan ser utilizadas en favor de continuar con la práctica, sino que una vez
aunados todos los puntos de vista (víctimas, profesionales médicos y habitantes del país
donde se lleva a cabo), se pueda conseguir un acuerdo donde todas las partes involucradas
sean consideradas, de tal manera que no se trate de un producto unilateral, cuyo único fin es
procurar a perpetuidad la dignidad y vida plena de las mujeres.

18
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