A continuación, hablaremos de la mutilación genital, de sus inicios y causas por las se
pone en práctica. La mutilación genital femenina (MGF) es reconocida internacionalmente como una violación a los derechos humanos de las mujeres y niñas. Refleja una desigualdad muy arraigada y constituye una forma extrema de violencia hacía la mujer. (OMS organización mundial de la salud). Esta costumbre tiene una procedencia incierta y se cree que este ritual originalmente se practicaba a las niñas de África, oriente medio y otros. Hay algunas versiones que afirman que este ritual comenzó en Egipto y a partir de allí se extendió al resto del continente africano. También los teólogos dicen que la invención de esta mutilación religiosa se debe a Sarah, la esposa de Ibrahim, quien llevada por los celos y dispuesta a reducir e incluso suprimir todo el amor de Hagar (por Ibrahim), mientras dormía la muchacha le expolió el clítoris de raíz. Después por orden de Alá, tanto Ibrahim como Sarah se amputaron parte de sus órganos sexuales con un pequeño instrumento cisorio. La razón de esta práctica en el varón no es otra que la limpieza corporal, y la salud, mientras que la hembra parece tratarse de una medida preventiva contra la lujuria. Entre todos los pueblos asiáticos se considera que el deseo sexual es 10 veces mayor en la mujer que en el hombre. (Y se amputa el clítoris porque como decía Aristóteles ese órgano es a la par asiento y muelle que desata el deseo sexual). No podía el filósofo imaginar cuán grande y poderosos son los efectos de esta barbarie. Los sentimientos, el amor y los deseos de las mujeres disminuyen. Las mañas, la crueldad, los vicios y las insaciables extravagancias de las mujeres aumentan…Entre los somalíes, una comunidad africana, la mutilación de los labios vaginales de la novia se acompaña con la extirpación del clítoris. (en Rice, 2009; 242). Frente a la perspectiva de la antropología y sociología del cuerpo conciben la corporalidad como una construcción simbólica, un fenómeno cultural y social, lugar de existencia individual y colectiva, objeto de representación e imaginación y foco de expectativas sociales y culturales (Le Breton 2018; Velasco 2007). ¿Entonces porque mutilar el cuerpo de una mujer? Los motivos por los que se practica la MGF difieren de una región a otra y de una época a otra, aunque siempre responden a una mezcla de factores socio-culturales. A continuación, los motivos citados con más frecuencia: Dónde está práctica se considera como una regla social (como en Sudán o Kenia) la presión de la sociedad para que el individuo obre como lo hacen y lo han venido haciendo los demás, así como la necesidad de aceptación social y el temor al rechazo de la comunidad, constituyen poderosas motivaciones para perpetuar esta práctica. También tiene como objetivo asegurar la virginidad de la mujer antes del matrimonio y la fidelidad después de él. En muchas comunidades creen que se reduce la libido de la mujer y la ayuda así a resistir la tentación de relaciones sexuales. La MGF viene asociada a modelos socio-culturales de feminidad y recato, portadoras de la idea de que las niñas son puras y hermosas una vez que se eliminan de su cuerpo las partes impuras o no femeninas, esto es, MASCULINAS. Y aunque no hay escritos religiosos que prescriban esta práctica, quienes la suelen llevar a cabo suelen creer que tienen respaldo religioso. Los líderes religiosos adoptan diferentes posturas respecto a la MGF, algunos la fomentan, otros la consideran irrelevante para la religión y otros contribuyen a su eliminación. (OMS organización mundial de la salud – sitio web mutilación genital femenina). Mientras las niñas no hayan pasado por este ritual, son insultadas, avergonzadas, humilladas y puestas en ridículo por sus compañeros(as) llamándolas sucias e impuras y como mujeres “contaminadas”, serán excluidas del matrimonio y la maternidad dentro de su comunidad. Tiene consecuencias importantes tales como económicas y sociales, afectando su honor, prestigio social y recursos. A demás en todo este proceso subyace una estrategia de silenciamiento que deriva de la incomodidad extrema que despierta la ambigüedad precisamente por su capacidad de desestabilizar las jerarquías que estructuran el sistema. Por esta razón se considera una rara anomalía anatómica que requiere atención medica de forma inmediata. (Dreger, 2004). También se puede considerar esta práctica como machista, como una dominación masculina hacia las mujeres y un campo de entrenamiento para la violencia masculina cuyo objetivo es mutilar el placer sexual y la satisfacción de la mujer (Hosken, 1982). La dicotomía universalista califica estas modificaciones genitales, todas a la vez metidas en el conjunto de la aberrante MGF como una manifestación patriarcal y de la dominación masculina (Bosire 2012). Así, ante la cuestión de cómo es que las propias mujeres se han erigido en guardianas de su propia mutilación. Rogaia Mustafá Abusaraf (1955) responde que en la socialización de genero las niñas aprenden cómo funciona la dependencia femenina y que la institución del matrimonio es su única expectativa de futuro, por tanto, para Abusharaf, la mutilación genital es mucho más que una represión del placer sexual, está profundamente incrustada en la opresión institucionalizada del patriarcado que confiere a las mujeres un estatuto jurídico menor, en el que son constantemente discriminadas en todas las esferas de la vida y privadas de independencia económica. Por tanto, es necesario superar la tendencia a centrarse exclusivamente en el placer sexual y capturar la experiencia de las mujeres en su totalidad (Abusaraf, 1995) Esta visión etnocéntrica y colonial relega la otredad a las sociedades afectadas, reduciéndolas a una visión monolítica y estática, de sociedades tercermundistas, no progresista, atávicas, irracionales y estigmatizando a sus poblaciones. La respuesta de esta perspectiva sesgada, etnocentrista y colonialista viene de la mano del pensamiento crítico postcolonial y des colonial. El postcolonialismo cuestiona el discurso occidental hegemónica y la representación del <otro> y la <otra> en la sociedad occidental. La crítica post colonial interpreta la historia desde otro lugar y asimismo revisa las profundas implicaciones políticas de la academia occidental en la construcción de otredades. (Vázquez Laba 2011: 249) Aunque las practicas incluidas en la MGF no se practica exclusivamente en África ni tampoco en toda África, el discurso sobre la mutilación genital femenina establece una asociación intensa entre ambos elementos. Prácticamente en los únicos mapas de prevalencia que encontramos en los documentos de organizaciones e instituciones internacionales se centran en este continente. Estos mapas presentan algunos problemas pues la extensión y prevalencia de las cirugías genitales femeninas en África se muestran habitualmente por países, cuando en realidad no tienen ninguna relación con las divisiones nacionales administrativas, sino, que dependen de los grupos étnicos o religiosos. Para concluir, este tratamiento sesgado y etnocentrico nos ha llevado a considerar que el concepto de mutilación genital femenina no solo produce diferencias entre cuerpos sexualizados y generizados dentro de una sociedad determinada, no solo es un marcador de género que crea la categoría de mujer apta para el matrimonio y la maternidad, además contribuye claramente a amplificar la diferencia intercultural entre hombres y mujeres, siempre siendo dominadas por ellos hasta en nuestra sexualidad. El día 01 de mayo del 2020 Sudán prohibió la mutilación genital femenina con una pena de cárcel de hasta 3 años para quien la ponga en práctica, un paso importante para respetar los derechos de la mujer y niñas, porque somos la mitad de la población mundial y aun así se nos pasa a llevar nuestros derechos y nos discriminan por el sólo hecho de tener vagina, porque a mi parecer en ninguna cultura debería haber machismo, no tenemos la obligación de cumplir ningún canon ni estereotipos para que se nos respete, no puede formar parte de la identidad de una niña esta forma de violencia a pesar de que sea su cultura, sólo porque se nos considera pecaminosas por nuestra libido, no es que nosotras andemos mutilando hombres por no controlar sus impulsos, es un tema transcultural que si bien no nos afecta directamente a todas las mujeres si lo vemos en la tv o en diferentes medios. También hay un sincretismo dividido, muchas personas dicen que es su cultura o que viene en los genes de esas culturas, pero la violencia no está en ningún ADN y es una forma de racismo hacía la mujer tremenda, para hacer este ensayo leí varios libros donde se refieren a la mujer con desprecio, con alusiones y prejuicios a su “peligrosa” sexualidad y eso no puede seguir siendo así. Estamos en el siglo XXl y ya es momento de que se nos pare de discriminar, es momento de que llegue la equidad de género y es que es algo que por lo que ni siquiera deberíamos estar luchando, porque no somos ni más ni menos que ellos, hasta a veces creo que somos más y por eso se nos limita tanto... ¿Será que los hombres les temen a las mujeres y por eso se nos oprime en todos los ámbitos? Bibliografía y Web grafía - En Rice 2009; 242 - Le Breton 2018; Velasco 2007 - Organización mundial de la salud (OMS) sitio web – Mutilación genital femenina - Vázquez Laba 2011; 249 - Wikipedia – sitio web- Mutilación genital femenina