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Alumno:

Matricula:

Grupo:
C104

Materia:
PSICOLOGÍA DEL DESARROLLO II

Docente asesor de la materia:

Actividades de aprendizaje 2:
Identificando los problemas en la adultez temprana

Cancun, Quintana Roo viernes 14 de Octubre del 2022


Problemas normales en el adulto joven

Definir un sueño

Al comenzar la fase de noviciado, el sueño de lo que realizará como adulto no por


fuerza está ligado a la realidad. Puede constar de una meta específica, como
ganar un premio Pulitzer, o de un rol grandioso, como convertirse en productor
cinematográfico, en magnate de los negocios, en escritor o atleta famoso. Algunos
varones tienen aspiraciones más modestas: llegar a ser excelentes artesanos,
filósofos de pueblo o amorosos padres de familia. El aspecto más importante del
sueño es la capacidad de inspirar los esfuerzos actuales. En teoría, el joven
comienza a estructurar su vida adulta en formas realistas y optimistas que le
ayuden a cumplir su sueño. Por lo demás, las fantasías desmedidas y las metas
inalcanzables no favorecen el crecimiento. Además de ser irrealista, el sueño tal
vez no se realice por falta de oportunidades, presiones de los padres, rasgos
como la pasividad y la pereza o por la carencia de habilidades especiales que no
pueden adquirirse. De ahí que un joven tal vez elija y domine una profesión que
esté por debajo de su sueño y sin atractivo para él. En opinión de Levinson, tales
decisiones originan conflictos profesionales constantes, indiferencia y poca
dedicación al trabajo. Levinson considera que los que luchan por cumplir por lo
menos un aspecto de su sueño tienen más probabilidades de experimentar una
sensación de realización. Un joven que inicia la transición a la adultez con la
esperanza de convertirse en estrella de básquetbol se sentirá más tarde satisfecho
como entrenador, incorporando así algunos elementos de su sueño. (Craig, 2009)
Elección del conyugue

Según la teoría de estímulo, valor y función formulada por Bernard Murstein


(1982), la elección de pareja nace del intento por lograr la más idónea posible.
Cada persona examina las cualidades y deficiencias de la otra para determinar si
la relación vale o no la pena. Este análisis tiene lugar en las tres etapas del cor-
tejo. Durante la etapa de estímulo, cuando un hombre y una mujer se conocen o
se ven por primera vez, hacen un juicio inicial sobre el aspecto, personalidad e
inteligencia del otro. Si las primeras impresiones son favorables, la pareja pasa a
la segunda etapa, la de comparación de valores. En ésta, sus conversaciones re-
velan si son compatibles sus intereses, actitudes, creencias y necesidades. En la
etapa final, la de la función, la pareja decide si puede desempeñar funciones
compatibles en el matrimonio o en otra relación a largo plazo. La atracción inicial
se basa en cualidades bastantes superficiales: atractivo físico, carácter gregario,
porte e intereses comunes. La relación se refuerza con las reacciones de otros
(incluido el hecho de ser considerados como pareja) y por sentirse cómodos
cuando están juntos. (Craig, 2009)

Equilibrar las demandas de la carrera y la familia

Es un problema en muchas familias, en especial para las mujeres. Aun cuando la


esposa tenga un trabajo de tiempo completo fuera de la casa, es probable que
termine por encargarse de mucho más de la mitad de las labores domésticas y el
cuidado de los niños. También es probable que esté consciente de este
desequilibrio y lo resienta. La verdadera equidad (la meta esperada del
movimiento de las parejas de doble ingreso) toda vía tiene que lograrse. A pesar
de las presiones asociadas con la doble jornada, la mayoría de las mujeres
informan que su autoestima aumenta cuando tienen un trabajo remunerado.
También tienden a experimentar menos ansiedad y depresión que las mujeres que
trabajan y no tienen hijos. La gran mayoría dice que seguiría trabajando incluso si
no necesitara el dinero. Las mujeres más Las mujeres más estresadas por la
doble jornada son las que no encuentran satisfacción en sus diversos roles.

Desarrollo de la personalidad

En el desarrollo de la personalidad, podemos sitar a (Erikson, 1968) el cual


considera que durante este periodo se producen dos procesos: intimidad vs
distanciamiento (en la adultez temprana) y generatividad vs estancamiento (en la
adultez intermedia). La identidad, formada de más joven, conduce a unir esta
construcción del yo con otras personas de forma comprometida e íntima, cuya
manifestación más acentuada se da en la necesidad de establecer relaciones
amorosas y/o sexuales. A la vez, requieren de aislamiento o distanciamiento para
reflexionar sobre sus proyectos vitales. Estos dos acontecimientos (intimidad y
distanciamiento) repercuten en el desarrollo de una capacidad ética, que es
fundamental en este periodo (Cortés, 2006). Según (Erikson, 1968) estos
procesos identitarios inician en la infancia, se continúan en la adolescencia y
posteriormente sufren reorganizaciones a lo largo de la edad adulta. Las etapas de
desarrollo de cada individuo varía según las necesidades y motivaciones
individuales.
Problemas severos en el adulto joven

El fenómeno de la violencia en la pareja


El fenómeno de la violencia en la pareja es muy complejo. Parece ser que los
episodios de violencia extrema comienzan con las agresiones verbales. Hay tres
dimensiones que pueden estar influyendo en el desarrollo de la violencia en la
pareja: el control sobre el otro, los celos y el abuso verbal. O’Leary y Smith (2006)
sugieren que la reducción de las agresiones verbales podría redundar en una
disminución de las agresiones físicas.

Índice de mortalidad en la juventud


A pe-sar de la reducción global de la mortalidad en todas las edades, las muertes
por SIDA, accidentes, apuñalamientos y disparos con armas de fuego (incluidos
los enfrentamientos con la policía) todavía representan un fuerte riesgo sobre todo
para los jóvenes. La principal causa de muerte entre los varones de 25 a 44 años
es la infec- ción del virus de inmunodeficiencia humana que ocasiona el SIDA.
En los varones de raza negra, la segunda causa principal de muerte se da por
homicidio y por balaceras con la policía. Estas muertes representan más del doble
de la mortalidad de los hombres de 25 a 44 años. En general, ha venido
disminuyendo el índice de fallecimientos accidentales (que antaño era la causa
principal de muerte entre los jóvenes).
Los índices de morta- lidad son menores entre los jóvenes que en otros grupos de
edad, pero en la juventud aparecen muchas de las enfermedades que ocasionan
problemas más adelante (Scanlon, 1979). Tal vez los jóvenes no presenten
síntomas, pero posi- blemente se encuentren en su etapa inicial las enfermedades
pulmonares, car- diacas y renales, lo mismo que la artritis y los problemas de las
articulaciones y de los huesos, la arteriosclerosis y la cirrosis hepática. Entre los
padecimientos y trastornos que provocan síntomas durante la juventud se
encuentran la es- clerosis múltiple y la artritis reumatoide, las enfermedades
relacionadas con el estrés —como la hipertensión, las úlceras, la depresión— y
algunas enfermeda- des de origen genético como la diabetes y la anemia
drepanocítica. (Craig G. y., 2009)

Fertilidad

Después de los 38 años se observa una disminución rápida en la cantidad y


regularidad de los óvulos liberados. La reducción no significa que las mujeres de
mayor edad no puedan embarazarse. Por el contra- rio, cada vez son más las
mujeres que deciden tener familia entre los 35 y los 45 años, cuando su seguridad
emocional y financiera es mayor y acaso hasta gocen de éxito profesional. Los
procedimientos de diagnóstico prenatal, entre los que se cuentan la amniocentesis
y el muestreo de vello coriónico hacen menos riesgoso este tipo de embarazo.

Los varones producen espermatozoides continuamente a partir de la pubertad. La


mayoría conserva su fertilidad hasta muy avanzada la edad adulta (Troll, 1985),
aunque las emisiones seminales contienen cada vez menos esper- matozoides
viables. Sólo en la adolescencia y en los primeros años de la adul-tez los hombres
y las mujeres se encuentran en su nivel más alto de fertilidad. (Craig G. y., 2009)

Discapacidad

Los afectados por una discapacidad pueden sentirse abrumados por sus
limitaciones durante este periodo orientado al futuro.

para adaptarse a una discapacidad física hay que superar una serie de
esperanzas y temores, de frustra- ciones y sueños perdidos, de oportunidades
perdidas, de culpa y enojo. Cuando alguien sufre repentinamente una disca-
pacidad, quizás a causa de un accidente, al principio pasa por un periodo de crisis
acompañado de dolor y duelo, lo mismo que de desconcierto e incredulidad. Habrá
lapsos de ira y frustración cuando intente realizar actividades ordinarias que son
fáciles y rutinarias para otros. Sentirá más enojo y frustración ante los obstáculos y
dificultades innecesarios que le pone la sociedad.

Los jóvenes con una discapacidad física se han convertido en el centro de


esfuerzos tendientes a cambiar las actitudes sociales y las leyes que afectan a
este sector de la población. En 1990 se aprobó en Estados Unidos la Ley para
Estadounidenses con Discapacidades (American With Disabilities Act, ADA),
gracias a las acciones de los jóvenes con discapaci- dades y a personas y grupos
interesados en el problema. Esta ley prohibe discriminar a los discapacitados en el
empleo, en sitios públicos, en el transporte y en las telecomunicaciones. Exige,
entre otras cosas, que las compañías realicen los “ajustes necesarios” para
atender las necesidades de los empleados discapacitados de modo que puedan
desempeñar la labor para la que fueron preparados; si no es posible, deberá
capacitárseles para que lleven a cabo un trabajo califi- cado similar. Y lo más
importante: a na- die puede despedírsele exclusivamente por una discapacidad; la
ley exige una política de inclusión, no de exclusión.

Enfermedades de transmisión sexual y cambio social

Como ya señalamos, el SIDA es la causa principal de muerte en hombres de 25 a


44 años. Pese a ello, la respuesta a esta enfermedad no siempre ha sido
constructiva. En un principio, muchos heterosexuales ignoraron el peligro en virtud
de que al parecer afectaba sólo a los homosexuales (tienen más probabilidades de
ruptura de tejidos y contacto sanguíneo durante el sexo anal) y a los que se
inyectaban drogas por vía intravenosa (por compartir el uso de jeringas). También
la comu- nidad gay opuso resistencia y se negó a reconocer los riesgos.
Consideró que las primeras advertencias sobre la propagación del virus de
inmunodeficiencia humana a través del sexo sin protección eran mensajes
homofóbicos que violaban sus derechos. Se dio ma- yor impulso a la investigación
médica, y la comunidad gay empezó a instruir a sus miembros y a promover
prácticas sexuales más seguras.

Con todo, el cambio social no se produjo con facilidad. Muchos seropositi- vos
siguieron infectando a otros y no se sometían a las pruebas de detección. A finales
de la década de 1980, la comunidad heterosexual estaba mucho más re- zagada
que la comunidad gay en la respuesta a la enfermedad, a pesar de que para
entonces ya se transmitía principalmente a través de la actividad heterose- xual.
Los casos esporádicos de pánico y discriminación contra de enfermos de SIDA,
los que podrían sufrir la enfermedad o los que podrían contraerla por su estilo de
vida recibían más cobertura en la prensa que la información ne- cesaria para
reducir su propagación. También se ha reducido la prostitución sin preservativos.
Algunos analis- tas han sugerido incluso que ya terminó la revolución sexual y que
la sociedad estadounidense ha iniciado un nuevo periodo de moderación
semejante al de la década de 1950.

2. Elabora una conclusión acerca de cómo es que los profesionales que


labora en el ámbito de la educación puede intervenir para apoyar al adulto
joven.

Considero que esta etapa de transición en el ser humano es muy importante y que
los problemas que emergen sean tratado con sumo cuidado. Así como en la
adolescencia se implementan acciones de orientación a los alumnos, también
sería de importancia que en el último año de preparatoria y en universidades se
dieran orientación a los jóvenes de diferentes ámbitos, por ejemplo: orientación
vocacional, sexualidad y sus diferentes áreas, elección del cónyugue, adicciones,
etc. Todo esto para beneficio de los jóvenes adultos y de la sociedad. Muchos no
fueron criados en un núcleo familiar bien consolidado y en la actualidad sufren las
consecuencias, ya que no tuvieron (en algunos casos) la oportunidad de ser
orientados por sus padres, familiares o maestros. Tal vez se encontraban
confundidos al elegir una profesión a la cual dedicarse por el resto de su vida, eso
les causa temor y suelen tomar decisiones erróneas, por cumplir con la presión
familiar. El hecho de no estar bien orientado puede causar dificultades en
diferentes aspectos de la vida. Como bien se mencionaron en puntos anteriores,
los factores pueden ser salud física, salud emocional y psicológica, Interacción
social y moral, Interacción familiar, profesional y laboral. Considero que para que
un adulto joven pueda estar bien consigo mismo y ser un gran aporte a la
sociedad en la que se rodea, falta apoyo de modelos diversificados con una débil
articulación entre los programas educativos. Se necesita de metodologías que
respondan a las características e intereses de los diversos grupos de jóvenes y
adultos, así como la elaboración de contenidos relevantes para la vida cotidiana.
Bibliografía
Cortés, A. (2006). Un estudio sobre el desarrollo moral de los adul- tos. Red Revista
Psicodidáctica. España. , Pp.2-7.
Craig, G. y. (2009). En Desarrollo Psicológico. Editorial Pearson. México (págs. Pp. 414 -
475).
Craig, G. y. (2009). En D. Psicológico. México. : Editorial Pearson. .
Erikson, E. H. (1968). Un modo de ver las cosas. Escritos selectos de 1930 a 1980. S.
México: FCE.

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