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Colección ALTERNATIVAS LA INTERVENCION INSTITUCIONAL

Director: Gregorio Kaminsky

Traducción: Félix GUATTARI


Raimundo Mier
Georges LAP ASSADE
RenéLOURAU
Gérard MENDEL
Jacques ARDOINO
Jean DUBOST
André LEVY

Folios
Ediciones. S.A.
INDICE

Presentación a la edición española 9

La intervención: ¿Imaginario del cambio o cambio de


lo imaginario? 13
Jacques Ardoino

El análisis social 45
Jean Dubost - André Lévy

Entrevista 95
Félix Guattari

La intervención en las instituciones de educación y de


formación 125
Georges Lapassade

Balance de la intervención socioanalítica 171


René Lourau
Parlada: María Cristina Oscos
El socio psicoanálisis institucional 201
Primera edición en español, 1981
© Folios Ediciones S. A.
Gérard Mendel
ISBN 968-478-002-8

Primera edición en francés, 1980


© Editions Payot, París
Título original: L 'interven/ion inslilulionnel/e

Derechos reservados conforme a la ley


Impreso y hecho en México-Printed and made in Mexico
Presentación a la edición española

La intervención institucional, a pesar de haber surgido hace alrededor


de treinta años, sólo recientemente ha ganado interés en algunos países
de habla española. Las razones de esto van desde lo político y social
hasta cuestiones de carácter editorial.
Durante este tiempo, la intervención institucional, como se verá de-
talladamente en cada uno de los artículos que componen el presente
texto, ha sufrido fuertes convulsiones en lo que hace directamente a
sus fundamentos teórico-metodológicos, como en lo tocante a la natu-
raleza y orientación política de su trabajo.
La psicología lewiniana, gestáltica, las prácticas rogerianas de los
grupos de encuentro, algunas aperturas sociologizantes de la práctica
psicoanalítica y ciertos acercamientos filosóficos y sociológicos en tomo
a lo grupal, constituyen la atmósfera dentro de la cual comenzará a ad-
quirir personalidad y rasgos propios el análisis e intervención institucional.
El ambiente intelectual de la posguerra, especialmente en Francia,
provee los cimientos filosófico-políticos para las nociones de grupo y
posteriormente de institución. La línea que traza la Crítica de la Razón
Dialéctica de Jean Paul Sartre frente al impulso teoricista en sectores
del marxismo y el psicoanálisis, racionalismo de nuevo cuño, vendrán a
completar el marco a partir del cual se habrá de reconocer la insuficien-
cia y la precariedad de las prácticas de intervención que hasta entonces
se realizaban.
Por otra parte, en América Latina, territorio de permanente recepción
$ cuanto acontece en Europa, comienza a elaborarse y a ponerse en
acción una nueVa perspectiva acerca del proceso grupal. Las experien-
cias de Bion, Mead, el propio Sartre, entre otros, constituyen el prece-
dente nocional de los 'grupos operativos' de Pichon-Riviere, su precursor
y Armando Bauleo, entre sus continuadores. Buscarán integrar elementos
teóricos procedentes del psicoanálisis y el marxismo, en un intento de

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comprender la forma de inserción y la especificidad de los grupos y las
instituciones en los procesos de producción y reproducción social.
Sin embargo, un acontecimiento político disruptivo que demostró
no tener fronteras, ubicado en el 68 pero cuyos efectos aún hoy se sien-
ten, será el que habrá de mostrar abiertamente la insuficiencia y los lí-
mites de la intervención institucional y sus fundamentos.
El cuestionamiento y la necesidad de aperturas alcanzó todas las ten-
tativas de teorización de lo psíquico y de lo social, debido a la masiva ins-
titucionalización de las prácticas profesionales en psicología, psicoanálisis,
psiquiatría, pedagogía, etc. y la inscripción universitaria de las mismas.
JACQUES ARDOINO
Toda la posibilidad de un conocimiento a través de la interacción de
teorías y prácticas fue llamada a contestar preguntas que sus estatutos
conceptuales y de intervención no estaban en condiciones de responder.
La evolución de las intervenciones debió ponerse a la altura de los
nuevos acontecimientos político-sociales. No obstante, este proceso no
ocurrió de manera homogénea, progresiva y armónica. La des-construc-
ción de los marcos conceptuales, la diferente naturaleza de los objetos
y lugares de intervención, las tácticas y estrategias que investían los de-
sarrollos y los encuadres de la intervención sufrieron fisuras. Este texto
es una muestra elocuente de los diferentes cllminos que ha tomado la
intervención institucional. Si bien desde hace algunos años se han em-
pezado a conocer, en español, las obras de Lourau, LaPassade, Mendel
y Guattari, en ninguna obra se han revelado los orígenes y los proble-
mas, los debates y las polémicas que, en el interior de este vasto movi-
miento, han marcado su evolución y sus fracasos, sus logros y limitaciones.
En este libro se han conjuntado, en forma sintética, las historias res-
pectivas, investigaciones, breves balances de su desarrollo, búsquedas de
ALTERNATIV AS...
No deja de ser inquietante este conjunto polémico de interrogantes
que obliga, cuando menos, a olvidar los señuelos y los lugares placenteros
de la aparente certidumbre conceptual y la complacencia política.

Raymundo Mier - Gregorio Kaminsky

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LA INTERVENCION: ¿IMAGINARIO DEL CAMBIO O


CAMBIO DE LO IMAGINARIO?

1. ¿DE DONDE VIENE LA INTERVENCION?

A pesar de una práctica efectiva de treinta años, la noción de in-


tervención, que busca designar este trayecto, sigue siendo vaga y
ambigua. Además, la etimología nos introduce en principio en
esta equivocidad. Intervenir (del latín interventio) es venir entre,
interponerse. Por esta razón, en el lenguaje corriente, esta pala-
bra es sinónimo de mediación, de intercesión, de buenos oficios,
de ayuda, de apoyo, de cooperación; pero también, al mismo
tiempo o en otros contextos, es sinónimo de intromisión, de
injerencia, de intrusión en las que la intención violenta, o cuando
menos correctiva, se puede convertir en mecanismo regulador,
puede asociar la coerción y la represión para el mantenimien-
to o el restablecimiento del orden establecido. De esta forma,
"la intervención" de las fuerzas armadas, militares o policí-
acas, evoca, más que la asistencia y el auxilio que pueden de-
pender eventualmente de ellas (por ejemplo, en el caso de
salvamento), la coerción y la angustia que acarrean estas operacio-
nes brutales. En forma parecida, una "intervención quirúrgica"
es siempre vivida como traumatizan te, aun en el caso de que sea
benigna o de que su necesidad vital no ofrezca duda alguna. (1)
A estas primeras acepciones se añaden aun, en el uso del tér-
mino, las ideas de operación, de tratamiento, de factores más o
menos determinantes o de causas incidentes. En Derecho Ci-
vil, es el acto que tiene lugar cuando un tercero que no tomaba
parte normalmente en una contestación judicial, se presenta para
participar en ella y hacer valer sus propios derechos o sostener
los de una de las partes principales. Es notable que en todos es-
tos sentidos, la intervención aparezca como el acto de un ter-

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cero que sobreviene en relación con un estado preexistente. de la realidad social. La entrevista, el cuestionario, la encuesta,
Cuando las ciencias humanas recogen esta noción para su el análisis de contenido, la restitución de la información -bajo
propio uso, le conceden supuestamente un sentido más técnico la forma de "feedback" (F. Mann), forman parte naturalmente
y, por lo tanto, más preciso. En psicología clínica, su empleo de esta nueva tecnología del tratamiento de la información. Pe-
parece deberse a J. Favez-Boutonier y M. Monod. Empleada a ro la dinámica de los grupos, entendida a la vez como modelo de
partir de 1963, debe distinguirse del examen psicológico y de funcionamiento de un campo microsocial ("Teoría del campo")
los tests con los cuales a veces se combina. Con referencia a las y como práctica de formación-sensibilización (Grupo T), carac-
hipótesis psicoanalíticas relacionadas sobre todo como los fenó- teriza igualmente este procedimiento. Efectivamente, aun antes
menos transferenciales, esta noción distingue el acto mediante el de distinguirse como metodología de aproximación al seno de las
cual el psicólogo establece, entre él mismo y el sujeto, cierto ti- organizaciones, la intervención se encuentra asociada, ~gualmen-
po de relaciones humanas que pueden inducir una dinámica, te en un sentido técnico, pero más restringido, a todas las prác-
que tiene ya un carácter terapéutico, en comportamientos. (2) ticas de formación. Se hablará así de las "intervenciones" del
Para la psicología social, y más particularmente para la psíco- monitor o de talo cual participante en un grupo de diagnóstico,
sociología, la intervención se convierte en un procedimiento clí- como se habla comúnmente de la intervención televisada del
nico aplicado a las "comunidades prácticas" (3) más o menos Presidente de la República o de la intervención de un líder de
grandes que, dependiendo del enfoque teórico con que se las la oposición o de un parlamentario en la Asamblea Nacional.
aborde, pero también según sus especificidades funcionales y En este sentido, el profesor interviene constantemente en su
simbólicas, se diferenciarán en grupos, organizaciones e institu- práctica educativa y de enseñanza. Pero la intervención del con-
ciones. Ciertamente el objetivo de tal práctica, cuyos caracteres sultor en una organización difiere también del rol de formador
profesional y oneroso se afirmarán con rapidez, es el "conoci- en cierto número de aspectos, conservando sin embargo, con
miento" de las situaciones estudiadas; pero lo es todavía más éste, lazos de parentesco que será necesario precisar brevemente.
la dinámica de la evolución y del cambio que puedan derivarse Aun cuando ambos tienen por objetivo el cambio personal o
de ella. interpersonal en la situación grupal (micro-social) en la que se
En este contexto disciplinario en el que a partir de ahora nos desarrollan, las acciones de formación en profundidad, que al
situaremos, sin excluir desbordamientos inevitables cuando és- mismo tiempo conforman en ciertos aspectos los procedimien-
tos nos parezcan necesarios, el concepto lewiniano de investi- tos educativos, y la aproximació"n psicoterapéutica se definen
gación-acción parece aportar un fundamento teórico y una ga- por su carácter ad hoc. Ya se trate de sesiones puntuales de una
rantía a la práctica de la intervención. La investigación y la prác- o varias jornadas, o de largos ciclos extendidos en el tiempo, los
tica, disociadas tradicionalmente, pueden encontrarse entonces participantes son extraídos de su medio profesional habitual pa-
ventajosamente reunidas. Así, el mito de la objetividad, tan apre- ra verse inscritos en el medio artificial de formación, en una si-
ciado en nuestras concepciones positivistas de la ciencia, ha si- tuación de "cursillificación" (stagification) (J. Guigou). La in-
do recusado parcialmente. En lugar de verse repudiada como an- tervención psicosociológica pretende dirigirse a grupos naturales
tes, la implicación recupera un lugar central al convertirse ella cuya historia y estructuras no serán descuidadas. No obstante,
misma en objeto de estudio, siendo a la vez sesgo y factor re- conviene recalcar que el simple hecho de incorporar un "dispo-
lativizado del conocimiento. Nuevas formas del análisis social sitivo analizador", un grupo de intervinientes, e introducir con-
se vuelven concebibles, mientras que, hasta ahora, las investigacio- diciones sistemáticas de análisis en grupos naturales acarrea una
nes tendían a ser una calca de las metodologías experimentales cierta artificialización de lo vivido. El fenómeno es aún más
de las ciencias nobles y maduras a las que las jóvenes ciencias acentuado cuando ciertos estilos de intervención tienden a con-
humanas buscaban asemejarse. De los laboratorios científi- tentarse con "intervenciones breves", de nuevo puntuales y con
cos y las experimentaciones reducidas a la manipulación de frecuencia únicas, esperando ingenuamente efectos durables me-
variables, en el seno de modelos hipotéticos para la administra- diante esta especie de electro-shock micro-social. En la mayor
ción de la prueba, se pasa a la perspectiva de una búsqueda de parte de las prácticas, la temporalidad es un componente funda-
datos, incluyendo los testimonios obtenidos en "laboratorios" a mental de la intervención.
cielo abierto, que coincida con tal o cual resquebrajamiento Por supuesto, se debe distinguir la temporalidad que se encuen-

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tra aquí con la historicidad, de la cronología. Esta se traduce en representaciones científicas y sociales del grupo. La primera,
programa y, consecuentemente, permite una cierta sustitu- ilustrada por la escuela de la dinámica de grupos (K. Lewin),
ción de sus diferentes módulos entre sí; aquélla, como historia aplica al campo micro-social un modelo derivado de las cien-
y como duración, se encuentra marcada fundamentalmente por cias fisicoquímicas (campo de fuerza electromagnético) tradu-
la irreversibilidad. La intervención se distingue pues de la forma- cido por formulaciones matemáticas (álgebra topológica). La
ción, sin por ello dejar de pertenecer a la corriente psicosocioló- segunda, inspirada en el psicoanálisis y partiendo de los tra-
gica de la que ha nacido. Este proceso de "oposición-rechazo-di- bajos de W. R. Bion, S. R. Slawson, y S. H. Foulkes, tenderá
ferenciación-conservación de lazos de parentesco" se ha vuelto principalmente a mirar al grupo como una "tópica proyectada",
característico en el campo de la psicología social durante el siglo superficie proyectiva, y por tanto se interesará de manera
XX. En efecto, los psicosociólogos mismos eran ya los herede- privilegiada en las producciones imaginarias. Finalmente, la
ros de los organizadores. En este sentido, además, Taylor y los tercera se inspira en la tradición anarco-sindicalista que a
representantes de la organización científica del trabajo practica- partir de los acontecimientos de mayo de 68 en Francia ha
ban, mucho antes de que se las reconociera como tales, "inter- adquirido vigor en los años finales del decenio que termina.
venciones" en las empresas donde operaban. (4) Pero estas in- A diferencia de los precedentes, su perspectiva es resueltamente
tervenciones eran más descriptivas, más explícitamente normati- socio política y radical, si no es que revolucionaria. La proble-
vas en nombre del método privilegiado por los organizadores. mática teórica de la intervención se alimentará entonces, de
Como reacción, la corriente de las relaciones humanas, con Mayo acuerdo más o menos con los estilos y las escuelas, de estas
y Roethlisberger, cuestiona cierto número de postulados y de tres corrientes a las que debemos añadir la integrada por quienes
axiomas de estas ideas de método y de los procedimientos que sostienen la aproximación lógica y tecnológica de los organi-
inspira. A partir de esto, todo un aporte en principio psicotera- zadores. Pero es conveniente subrayar, al margen de un análisis
péutico (el counseling de C. Rogers) y posteriormente socio- ya resueltamente político, que, a pesar de sus diferencias
terapéutico (de Bion a Jaque), va a combinarse con la perspectiva específicas, el Arte y el Método de los organizadores, la tecni-
de la dinámica de campo elaborada por la escuela lewiniana, para cidad de las relaciones humanas y la aproximación terapéutica
los fenómenos microsociales. La eventual rehabilitación de la se combinan y se reconocen como complementarios en procedi-
afectividad, a partir de la revelación psicoanalítica de la econo- mientos. En éstos, las intenciones de ayuda, de asistencia, de
mía libidinal inconsciente (pulsiones-transferencia), conducirá reparación o de cuidado constituyen un resorte permanente.
a cierto punto de vista del funcionamiento social y de reparación La "visión del mundo" en la que coinciden todas estas prácticas
de los disfuncionamientos. En un caso, el método era la fuente es siempre la de sistemas sociales regidos por leyes y reglas cuyo
del pensamiento aplicado correctamente a las dificultades de la buen funcionamiento puede verse entorpecido por deficiencias,
acción y debía evitar los errores; en el otro caso, un tratamiento degradaciones y carencias que es preciso remediar. Ahí se
psicoterapéutico permitía a las organizaciones recuperar la salud alternan y mezclan más o menos confusamente los "modelos"
comprometida en las crisis. Cuando el análisis institucional (La- de la coherencia lógica, de la homogeneidad mecánica o de la
passade, Lourau) por un lado, y el psicosocioanálisis (Mendel) cohesión biológica. Los disfuncionamientos se consideran, de
por el otro cuestionaron asu vez las hipótesis de la psicosocio- acuerdo con ella, efectos de errores (de juicio, de elecciones
logía de las relaciones humanas y de los grupos restringidos, sub- estratégicas debidas a insuficiencias de conocimiento o a un mal
rayando la especificidad de la inteligibilidad de lo macrosocial, uso del Método), efectos de crisis (acción de agentes patógenos
de las estructuras y las características fundamentales de laorga- endógenos o exógenos a los organismos) o de descomposturas
nización, de las significaciones y las funciones simbólicas de la (9.eterioro o presencia de elementos defectuosos entre los
institución y contribuyeron al poner en evidencia los fenóme- componentes de la máquina). El orden, racional o natural, se
nos de poder y sus dimensiones políticas, no quedaron por ello postula como algo normal, mientras que el desorden reviste un
al margen de la prolongación de los psicosociólogos, sobre todo carácter patológico. Así, las concepciones del desarrollo de las
en lo que respecta a la práctica clínica. organizaciones (6) y de la socioterapia (7) se conjuntan y se
En un primer esfuerzo de síntesis, pueden señalarse, con D. alían, definitivamente, para la defensa de cierto orden social.
Anzieu, (5) tres grandes corrientes sobre las que se apoyan las Como habremos de precisarlo más adelante, si se adopta este

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dicho, lo reprimido y lo suprimido* desembocará en los fenó-
punto de vista reformista, la aproximación sistémica tiene como menos de poder. En esta toma de partido, el carácter deliberado,
función, frecuentemente, permitir que las descripciones de la metodológicamente des-ordenante (10) de la intervención, pre-
sociología de las organizaciones se vuelvan "operacionales". (8) domina sobre las funciones de adaptación, de regulación y de
Sin negar necesariamente la importancia de las fuerzas políticas reducción de las .tensiones que la clínica psicosociológica llegó
que estructuran el campo social y atraviesan los grupos restrin- incluso a privilegiar sistemáticamente. Aunque el término "de-
gidos, el interviniente se definirá naturalmente como apolítico sarrollo" se halle sujeto a discusión, (11) es mucho más conve-
en el ejercicio de sus funciones porque es, antes que nada, niente para designar esta aproximación que las nociones de
técnico e investigador-práctico. ayuda o de asistencia mencionadas más arriba.
En el lado opuesto, pareciera que la intuición original del aná- Es preciso aún poner en evidencia las diferentes concepcio-
lisis institucional, del socioanálisis y del sociopsicoanálisis con- nes del cambio social que se encuentran en estas "visiones del
fiere al desorden otro estatuto. En efecto, el cuestionamiento mundo". Aun cuando, en un intento por considerar lo más esen-
crítico del orden establecido, cuando no su contestación mili- cial, convengamos en dejar a un lado el problema, notable en
tante, constituye el fundamento ideológico de estas prácticas so- nuestras sociedades de consumo, de las novedades intercambia-
ciales. En este sentido, el análisis institucional se define también bles (innovaciones) que tienden a convertirse en objetos mercan-
como contrasociologíay el sociopsicoanálisis subraya la importan- tiles y, por lo tanto, en una trampa; y dejar también para otro
cia de lo político. Para los objetivos de la intervención es mucho párrafo (12) la distinción entre el cambio como alteración sub-
menos interesante la rehabilitación de los organismos sociales jetiva, personal (actitudes, opiniones, creencias) y el cambio so-
o el tratamiento de los disfuncionamientos, que la interro- cial (estructuras y significaciones de las organizaciones sociales,
gación acerca del sentido, la puesta en evidencia y la elucidación sistemas colectivos e institucionales de valores, proyectos socio-
de lo que hasta entonces quedaba oculto en los fenómenos insti- políticos implícitos o explícitos); debemos distinguir desde ahora
tucionales debido al juego de los intereses y a su opacidad resul- intenciones políticas por completo opuestas unas a otras, a tra-
tante. Ya en la perspectiva precedente (desarrollo organizacional vés de los empleos triviales o más sofisticados de ese término:
y socioterapia) el rol que se reconocía a la implicación variaba a) Algunas de entre estas intenciones son retroversivas: centra-
de acuerdo con el carácter más o menos racionalista de las das en la necesidad de un regreso a la pureza de los orígenes, en
aproximaciones. Entre más sea tomada en cuenta la afectividad un peregrinaje a las fuentes, no conciben la invención sino como
profunda, menos es posible ilusionarse con la "objetividad" que descubrimiento, es decir, revelación o mostración de lo que se
podría depender de precauciones metodológicas. Es preciso encontraba oculto, aunque preexistente. El Tiempo, y la histo-
entonces reconocer que la implicación es un dato complejo que ria, no aparecen entonces más que como una espera necesaria
debe encontrar su lugar en la teorización que se esfuerza por para el pasaje de la potencialidad al acto, de lo latente a lo mani-
hacer más inteligible la situación, ya que trazar su economía fiesto, para el progreso en la afinación de los conocimientos o
parece una tarea imposible. Pero ahí se trataba únicamente de para el desarrollo de la toma de conciencia, más allá (o más bien
implicación libidinal en relación con la determinación de ele-
más acá) de las ilusiones de la sensibilidad y de los errores del
mentos fantasmáticos, en mucho mayor medida de elementos
juicio, respecto a aquello que, supuestamente, está ya ahí de
sociales que traducen el juego de las pulsiones y del imaginario
todas formas y para toda la eternidad. También aparecen úni-
personal. La intervención más militante (9) que asocia una
camente como productores de entropía, factores de degrada-
perspectiva socioeconomicopolítica a sus procedimientos prác-
ción, de alteración (solamente en el sentido peyorativo del
ticos asignará menos importancia a esta implicación libidinal
que a la implicación institucional que se desprenderá de la término), de desnaturalización. El cambio deseado se convierte
posición, las afiliaciones, los lazos de solidaridad y de trans- entonces, contra el peso del tiempo, en la reapropiación de una
versalidad reconocidos en la situación, con respecto a posturas * En el Diccionario de Psicoanálisis de Laplanche y Pontalis, aparecen los
moduladas efectivamente de acuerdo con la manera en que cada términos refoulement y repression traducidos como represión y supresión;
uno las inviste. El análisis de los discursos, de los componentes, en la versión actual de las Obras Completas de Freud, editadas por Amo-
pero además de todas las otras formas de manifestación institu- rrortu, estos términos (que corresponden a los alemanes Verdriingung y
cional, entre las que se hallan comprendidas el implícito y lo no Unterdrückung) son traducidos como represión y sofocación (N. del T.)
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identidad original perdida, corrompida por el uso. (13) Esta defi- Es necesario, sobre todo, comprender que dicha práctica se
nición del cambio es evidentemente conservadora y tradicionalis- encuentra, de hecho, atravesada, si no es que estructurada, de
ta y, sin embargo, puede proclamarse, con cierta legitimidad, manera frecuentemente muy contradictoria, por los distintos
partidaria de la idea de revolución ya que esta última, en su po- componentes que han marcado la historia de las ideas en las alter-
lisemia, contiene la imagen de la circularidad y la vuelta sobre sí nativas de las ciencias humanas en la primera mitad del siglo XX.
misma. El motor de la revolución, del golpe de estado, de la par- Teniendo en cuenta este punto de vista, las prácticas (los es-
tición separatista o fraccionalista, es en ese caso la búsqueda del tilos, las escuelas) que se diferenciarán en cuanto a sus detalles,
objeto perdido (¿imaginario o real?) percibido como constituti- dependiendo de sus alternativas profundas que han quedado, a
vo de la identidad. Como consecuencia, coincide con un regreso menudo, implícitas, presentarán en lo que respecta a su admi-
al orden anterior juzgado como superior. y recogeré aquí, sim- nistración clínica, algunos puntos en común.
plemente por placer, pero con otro sentido, la frase ya humo- La intervención se da a conocer, ante todo, como implemen-
rística de Montesquieu: ¿"Cómo se puede ser Persa" hoy? to. En este sentido, surge evidentemente de una metodología
b) Otras intenciones, proversivas, animadas esencialmente por que ahora trataremos de identificar y de describir, especificando
la búsqueda de lo que aún no es: de aquello que, por no haber los procedimientos que constituyen su tecnología. Pero en las
sido creado de una vez por todas, se encuentra siempre en vías páginas precedentes nos hemos esforzado por situar esta meto-
de creación, se colocan decididamente bajo el signo del inaca- dología, que es por sí misma una lógica, un conjunto de nocio-
bamiento. Son concepciones progresistas. La alteración no se nes articuladas de manera más o menos coherente con referencia
define ya como degradación o entropía sino como negaentropía a los horizontes ideológicos que la han sostenido o inspirado más
o enriquecimiento. La identidad es más bien una conquista y o menos de manera explícita. Este procedimiento rebasa la cues-
el fruto de luchas necesarias, que un bien original. La historia, el tión de la intervención y adquiere un alcance mucho más gene-
hacer social histórico expresan, sin duda para la mayor parte, los ral. Lo que especifica bien un método en relación con las técni-
nuevos brotes de una lógica conjuntadora que tiende a una iden- cas que emplea es la definición del objeto al cual se va a aplicar,
tidad que estructura logos y praxis en términos de reproducción, objeto que, por otra parte, presupone; esto implica ya una toma
pero produce también nuevas significaciones como manifesta- de partido científica y con respecto a los modelos de referencia.
ciones de un imaginario social creador para quien la invención Pero, en un segundo grado, el método se revela como producto
es sorpresa y ruptura (14) con respecto a lo que ya estaba ahí. de ideologías y de filosofías subyacentes. Es esto, precisamente,
Lo instituyente, en su calidad de creación y cambio, se define lo que hemos querido mostrar para el caso particular de la in-
entonces negativamente con relación a lo instituido~ Se com- ter..-ención.
prende fácilmente que esta representación del cambio supone
una forma dialéctica de proceder como un modelo de inteligibi- 11. METODOLOGIAS y PROCEDIMIENTOS DE LA
lidad de la realidad, tanto teórico como práctico. La noción de INTERVENCION
negación debe ser entendida, aquÍ, en el sentido dialéctico del
término y no debe ser confundida con la negación mágica, aque- 10. ¿Cómo se entrama la intervención?
lla mediante la cual lo imaginario tiende a desembarazarse de
todo lo que le estorba o de lo que se le resiste, mediante el acto Recordémoslo: la intervención. es un derrotero clínico que va ha
puro y simple de negarlo. (15) hacer actuar, al mismo tiempo que ciertos procedimientos, una
Estas breves observaciones históricas y los elementos de una forma de presencia para asumir y tratar los procesos sociales,
problemática todavía muy esquemática nos han parecido nece- buscando su evolución.
sarios para "situar" las así llamadas "técnicas de intervención" a) El acto fundador de una intervención es la expresión de una
en un contexto más amplio que el de la metodología, donde las demanda de un' cliente. El cliente deberá ser identificado, es
interrogaciones críticas sobre el sentido de lo que se hace no en- decir, se tendrá la necesidad de encontrar una respuesta a las
cuentran fácilmente su lugar. Esto se debe a que el problema de siguientes preguntas:
la instrumentación corresponde mucho más al "cómo" que al - ¿Quién tiene el poder de originar la intervención y permitir
"por qué". su desarrollo?
,.

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- ¿Quién encarga (y eventualmente paga) y, consecuente-
mente, a quién el o los intervinientes deberán rendir cuentas? ter clandestino y oculto lo colocaría al abrigo de cualquier in-
En este sentido, la demanda (expresión que se ha ya explici- terrogación crítica). En la medida en que quiere diferenciarse
tado, pero que es siempre ambigua, en cuanto a las necesidades del brujo, el practicante se define a partir de la utilización de
o las expectativas a las que, se supone, la intervención responde instrumentos que pueden ser de uso común. Son éstos los que va
a su manera) debe ser distinguida con frecuencia del encargo a presentar a sus clientes, aun (y sobre todo) si sus compañeros
(formulación más contractual y por lo tanto más jurídica y ad- parecen "tenerle confianza" o no quieren saber nada de su téc-
ministrativa, el libro de cargos y la indemnización por la inter- nica ("cada quien su oficio"). Inicialmente, el cliente debe ad-
vención). La demanda debe, más aún que el encargo, ser consi- mitir,. y con frecuencia debe hacerlo en bloque, la legitimidad
derada procedente y respetable para el o los practicantes de la del conjunto de reglas prácticas; si no, la intervención no po-
intervención. Hay pues aquí, en el momento de negociación pre- dría realizarse. Pero, a continuación, en el curso mismo de la in-
vio, en el umbral formal de la intervención y que constituye, sin tervención, se asistirá a un cuestionamiento ·progresivo y a la
embargo, parte de ella, un trabajo de apreciación y de estimación contestación de esas condiciones técnicas de funcionamiento,
de la situación, de las fuerzas que la estructuran y las oportuni- bajo una profunda marca de ambivalencia. Esto se producirá a
dades de evolución. Conviene subrayar que si la metodología in- partir del surgimiento de la conciencia de que estas condiciones
siste justamente en la demanda del cliente (noción que con fre- están sobrecargadas tanto por proyecciones fantasmáticas, como
cuencia designa aquí un colectivo), deja en la sombra muchas por implicaciones ideológicas.
veces la existencia indudable, en los intervinientes, de una de- e) Se habrá de determinar, en el curso de esta misma fase ini-
manda de la demanda de los clientes. En efecto, debe haber ori- cial, las modalidades de indemnización y las formas de cubrir los
ginalmente un deseo, motivaciones y además capacidades para gastos del o de los intervinientes, al mismo tiempo que se
asumir la responsabilidad de demandas provenientes de clientes precisarán la naturaleza y la duración de las prestaciones
eventuales. Esto con el fin de contribuir, mediante la práctica de correspondientes. Esta relación con el dinero tomará signi-
la intervención, a lo que la evolución de dichas demandas, tra- ficaciones diversas según el tipo de intervención: en la inter-
vención psicosociológica clásica no constituirá, como tal, un
tadas de esta forma, permite a los clientes hacer algo con ellas
objeto de análisis; se fijará solamente a partir de un análisis
por sí mismos. El juego subyacente de las pulsiones, de las mani-
económico o deontológico en términos de "precio justo".
festaciones transferenciales y contratransferenciales, de las im-
Si se trata de una intervención hecha según las reglas inspi-
plicaciones libidinales e institucionales debe ser entonces toma-
radas en la práctica psicoanalítica, el pago será igualmente
do en consideración, aun cuando se trate de intervenciones que
determinado tomando en cuenta lo que éste puede significar,
no tienen como objetos explícitos sino la organización o el "cli-
no sólo realmente sino también simbólicamente para los in-
ma" de los conjuntos sociales involucrados. Si las primeras for-
teresados. Finalmente, en una intervención socioanalítica, el
mulaciones de la demanda, inevitablemente ambiguas, son bien
problema con respecto al dinero es representativo de toda la
enunciadas, en el curso de las negociaciones previas estas formu-
estructura de producción ambiente, y su significación está
laciones se verán modificadas en la medida de su elucidación
ligada esencialmente a los fenómenos economicopolíticos.
parcial, a lo largo de la intervención. (16)
Lo que quiere decir "que la institución cliente negocia per-
b) Estas negociaciones previas tienen además como objetivo
manentemente en el campo del análisis y no antes, al margen
elaborar con los distintos compañeros de los intervinientes el
o después, esta cuestión del dinero que debe ser, al mismo
contrato metodológico, es decir, el conjunto de reglas prácticas
que regirán a partir de ese momento las relaciones entre los in- tiempo, practicada y analizada". (17)
tervinientes y los clientes. Estas reglas constituyen la parte más d) Se procederá finalmente a la redacción, a partir de los
identificable de los instrumentos del interviniente y son, al mis- datos precedentes, de un contrato jurídico entre las partes.
mo tiempo, aspectos que condicionan su empleo. Deben por En cierta forma, el contrato formalizará la demanda inicial
del cliente (traduciéndola en un encargo) y la política (es
consiguiente hacerse tan explícitos como sea posible, si es que el
decir, las finalidades y no solamente los objetivos). Enseguida
interviniente no quiere utilizar. el misterio como un instrumento
se precisarán las grandes líneas de la estrategia, de la metodo-
suplementario (que sería tanto más eficaz cuanto que su carác-
logía, el programa. La duración real de la intervención no puede
22 23
"aprendizaje del medio" se hará de manera más o menos ligera o
ser nunca confiablemente determinada; en este estadio se
pesada (en lo que hace al aparato de recolección de datos), más
establecerá provisoriamente una cronología. Las condiciones
o menos flexible o sistemática, según los estilos y las escuelas.
de pago deberán figurar igualmente. Conviene precisar aquí
Es frecuente que se empleen procedimientos de encuesta, cuan-
que la noción de contrato debe ser desembarazada del ca-
rácter reificante, por ser substancialista, que le ha dado nuestro titativa o cualitativa, hechos a partir de entrevistas y cuestiona-
rios. La información recogida es elaborada y, con frecuencia,
Derecho tradicional. Este último tiende a suponer inmutable,
distribuida de acuerdo con el esquema trazado por F. Mann
o cuando menos estable a lo largo del período establecido en
el contrato, la voluntad de las partes. (feedback).
Las entrevistas de grupo con análisis de contenido, el análi-
Aquí, la validez de los acuerdós establecidos depende esen- sis de documentos de archivo, de organigramas y de diferentes
cialmente de la dinámica de la intervención. Es preciso, pues, textos que definen la política y los objetivos de la organización
esperar que el contrato sea cuestionado periódicamente y modi- pueden contribuir igualmente a esta colecta de información. Al
ficado, si no es que renegociado, a lo largo de las peripecias y
terminar esta fase "de análisis de la situación", la realización
dependiendo de la progresión de la intervención. En el límite, de un reporte escrito es algo aceptado por ciertos intervinien-
en la intervención socioanalítica, la regla fundamental se orien- tes (mientras que otros lo rechazan sistemáticamente y descon-
tará hacia la autogestión del análisis. La proposición de esta fían del uso reificante que se podría hacer de él). El riesgo es,
autogestión busca desmontar el orden establecido de los dispo-
en efecto, que se vea en este reporte un "diagnóstico" por ana-
sitivos analíticos tradicionales (psicoanalítico, psicosociológi-
logía con la situación médica (perspectiva socioterapéutica). Es-
co, organizacional e incluso sociopsicoanalítico). La propia
te "punto" acerca de la situación no deberá pues ser fijado. Ha
autogestión se convierte entonces en dispositivo analizador.
sido ya rebasado, aunque sólo sea por las reacciones y la toma
"Autoadministrar la intervención significa reinventar perma-
de conciencia que suscita tan pronto como ha sido emprendido.
nentemente el marco del análisis el cual permanecía hasta ahora
como lo impensado de este trabajo." (18) De cualquier manera, sea o no adecuada la entrega de un reporte
escrito, es particularmente importante que la información reco-
20. Cómo se desarrolla la intervención gida sea restituida o redistribuida, sin restricciones, en todos los
niveles (en especial a todos aquellos que han sido entrevistados)
Recordemos que no se podría tratar aquí de un modelo al que de la organización cliente, y no solamente a la Dirección.
se plegaran y se conformaran los distintos tipos de intervención, b) Es prácticamente imposible determinar a priori la duración
sino más bien de un esquema que intenta perfilar un camino que de una intervención. Esto depende, en efecto, de demasiados fac-
permita la intuición. tores tanto internos como externos. En última instancia, aun con
a) Cuando no se trata específicamente de intervenciones bre- una metodología relativamente const::>.l1tey, por ello, estructu-
ves (algunos días), (19) la aproximación a la organización cliente rada, (21) no hay dos intervenciones que puedan aparecer
va a comportar una fase de observación y de familiarización con semejantes al ser comparadas. Las tomas de conciencia espera-
el medio. ¿Cuál es la naturaleza y cuáles son las actividades de la das durante la intervención se efectúan antes que nada a ritmos
empresa, su tipo de organización, sus estructuras? ¿Cómo se si- propios de cada uno (y sin embargo, se hallan deformadas y,
túan respectivamente, en sus relaciones habituales y con respec- hasta cierto punto, normalizadas por los reagrupamientos profe-
to a la intervención, (20) las distintas instancias de poder en la sionales). El trayecto se caracterizará principalmente por las
organización (la Dirección, los delegados sindicales y los repre- reacciones que habrán de suscitarse positivas o negativas, o
sentantes elegidos, la jeraquía, el personal)? ¿Cuáles son los prin- alternadas. (22)
cipales problemas tal como se los representan los interesados en Negativos: Habrá, por el hecho de la ambivalencia señalada
el curso de esta fase (o consideran que pueden ser expresadas más arriba, reacciones de huida y de rechazo ante las consecuen-
indirectamente bajo tal o tal forma)? En efecto, no es raro que cias de tomas de conciencia acarreadas por el análisis. No lo olvi-
se desplacen las dificultades reales, en especial los conflictos, a demos, el interviniente es percibido como un tercero mediador
cuestiones menores, más fáciles de abordar, que juegan a la vez que aporta sus buenos oficios; pero puede también, y lo hemos
el rol de pantalla y de absceso donde ocurre la fijación. Este visto, ser sospechoso de intromisión, de injerencia y de intru-

24 25
sión. En detrimento propio (aun a riesgo de hacer abortar la inter-
vención) el cliente intentará manipular al consultor que interviene. patentados entre los cuales un caso particular sería el de los
Positivos: Al mantenerse siempre, como finalidad de la intervinientes. El analizador es pues, supuestamente, quien,
intervención, el desarrollo de la autonomía del cliente, ninguna por sí mismo, llevará la praxis al punto de permitir a cada uno
exigencia metodológica podría imponer una permanencia una inteligencia acrecentada de las situaciones donde se encuen-
indefinida bajo la dependencia de sus reglas. La conquista de tra institucionalmente implicado. Estamos ante una visión un
la autonomía pasa siempre por el descubrimiento de la transgre- poco ingenua e incluso mágica de la realidad. El punto de vista
sión. A diferencia del psicoanálisis, las diferentes formas de providencialista del prejuicio idealista humanista lo reencon-
intervención en el medio organizacional o institucional no tramos aquí curiosamente mezclado con alternativas más
pueden nunca excluir el pasaje al acto. Estos son legítimos y progresIstas y realistas. No es posible, desgraciadamente, hacer
conservan su utilidad dentro del marco de la intervención. Por la economía de los analistas, salvo, tal vez, en los raros casos
otra parte, sobre todo cuando es "institucional", el análisis no de períodos candentes (25) de la historia (26) donde la po-
puede excluir ni olvidar el principio de su propio cuestiona- tencialidad propia del dinamismo del hacer social histórico
miento, como lo enfatiza muy bien G. Lapassade, (23) lo que creado vuelve más perspicaz, lúcido y clarividente a cada parti-
es analizable en primer lugar, en la intervención, es la precaria cipante. (27) El problema real, desembarazado de sus fantasmas,
institución constituida por el dispositivo analizador y la fun- es pues el de un conjunto triádico: los analistas (entre los cuales
ción de análisis. El análisis de la institución cliente propiamente es preciso comprehender a los clientes, capaces de apropiarse de
dicho se hará indirectamente a través de la precedente. las capacidades de análisis inducidas por los intervinientes), el
En este estudio, la intervención tendrá como objeto y como dispositivo analizador, histórico, natural o construido (28) y
efecto poner a la luz procesos informales que actúan más o me- el análisis que se encuentra especificado por el sistema de re-
nos clandestinamente al margen de las estructuras formales. Los ferencia que lo define. De hecho, será preciso un largo tiempo
disfuncionamientos en las comunicaciones, la entropía de la in- (29) para que los elementos más determinantes de la situación
formación, las zonas de poder y de contrapoder, los "territorios" aparezcan anidados en el vacío mismo de la historia de la
organización. La reconstrucción de esta "historia" es ardua
reivindicados por unos y otros serán mejor advertidos, lo que
debido a que ha sido ignorada u olvidada por la mayoría, en
dará a veces la ilusión de una movilidad reencontrada. De paso,
nombre de la lógica de la eficiencia, que coincide en la mayoría
se revelarán las contradicciones en el seno mismo de la lógica orga-
de los casos con una centración sobre el "aquí y ahora". Los
nizacional, o entre las diferentes políticas de la organ~ación. Se-
verdaderos detentadores de una memoria histórica son frecuen-
rá posible igualmente interesarse por los roles particulares de
temente quienes quieren resguardar, ocultar, si no es que
ciertos individuos que ocupan situaciones claves, que no coinci-
monopolizar lo que saben que constituye "claves" para una
den necesariamente con la jerarquía evidente y con la influencia
de sus psicologías personales. lectura fina de la situación.
La presencia y los roles de los intervinientes se modularán
Se halle o no explicitado en el enunciado metodológico, así
de muy distintas maneras según los "terrenos" y la naturaleza de
como en la práctica, la intervención se caracteriza siempre más
los problemas. Puede haber, en ciertos períodos en el curso
o menos por armar dispositivos analizadores construidos o por
de la intervención, sesiones de formación o de sensibilización con
la utilización de lo que puede constituir un analizador natu-
respecto a problemas particulares. Comportamientos profesio-
ral. (24) Toda metodología definida de intervención-constituye nales, formas de trabajar o de realizar las tareas pueden ser ob-
ya, en sí misma, un dispositivo analizador. Son estos analiza-
servados en la práctica, discutidos y comentados enseguida con
dores los que provocarán el efecto de desenmascaramiento y
los interesados. Un registro en video puede también ser utiliza-
de toma de conciencia colectiva a partir de la cual se espera, a
do. Estudios de problemas previos a la decisión pueden ser he-
continuación, el surgimiento de capacidades reinstituyentes. En
el esfuerzo de teorización de algunos inventores y utilizadores chos con los "consultores".
De tiempo en tiempo, o de etapa en etapa, serán establecidos
de la noción, el dispositivo analizador se destina además a fa- algunos "puntos". ¿Dónde se está respecto de los proyectos ini-
cilitar la popularización del análisis, la distribución del saber
ciales? Los cambios, los mejoramientos en el funcionamiento,
analítico, en lugar del monopolio tradicional de los analistas en las relaciones, en la definición de tareas, en el clima, en el
26 27
conocimiento de las políticas y en la comprensión de las estra- y su complejidad. Los problemas de la organización son, en efec-
tegias, en las comunicaciones y en la circulación de información to, coloreados y modulados por las historias personales, los in-
¿pueden ser advertidos, puestos en evidencia, "medidos"? tereses, los deseos y las necesidades de cada uno. Pero existen
¿Por quién? ¿En qué niveles? ¿Las decisiones se toman más también condiciones más objetivas, menos subjetivas, en las
democráticamente? ¿Se trata entonces de una asociación con cuales se expresan estas expectativas, estas pulsiones, estos fan-
alternativas fundamentales o de una "participación" reducida tasmas. El marco organizacional, aun cuando logre tender, en el
a su porción congruente por los cálculos de la administración límite, hacia otro tipo de fantasmática (tecnocrática), se define
(Dirección por objetivos)? lógicamente no sólo en términos psicológicos. Finalmente, las
Entrevistas, entrevistas grupales, cuestionarios, tests, escalas ideologías, los sistemas de valores, las políticas implícitas o
de actitudes serán empleados a veces para intentar puntuar explícitas, las intenciones generalmente inconfesadas de la ins-
"objetivamente" esos señalamientos. En especial, en el marco de titución constituyen además los lineamientos de la trama más
una aproximación conductual (Behavioral Sciences), (30) estas profunda de la cual el tejido social observado será el producto
modalidades de evaluación armada o estructurada adquieren siempre sobredeterminado. La interpretación de lo "vivido"
enorme importancia. Además, estos "balances" permiten con aferente a la intervención, así como las diferentes "representa-
frecuencia extensiones: la ampliación de la intervención hacia ciones" que los protagonistas involucrados se harán del funcio-
otros servicios, sectores, departamentos o ramas de la organiza- namiento de la organización, dependerá pues, según nuestro
ción cliente. punto de vista, de un análisis multirreferencial de las situa-
Habrá en la mayoría de los casos, en la empresa, "correspon- ciones (32) en el que los principales polos estarán constitui-
sales" privilegiados, formales o informales, que se identifiquen dos por las interrelaciones, los procesos de grupo, los mode-
más estrechamente con los intervinientes en quienes se cargan los de organización y las significaciones institucionales.
las expectativas personales. (31) Estas podrán, además, combi- Por lo que hemos expuesto precedentemente, es posible
narse con esperanzas colectivas de tales o tales categorías de per- ver la importancia que puede tener la duración, como una di-
sonal asociadas por la toma de conciencia de su transversalidad. mensión esencial, para una práctica de la intervención. Más allá
Las distintas peripecias de la intervención, que constituyen su de su carácter de provocación espectacular, las "intervenciones
historia, incorporada a partir de entonces a la historia de la or- breves" del socioanálisis, no han contribuido en mayor medida
ganización, mucho más profunda ésta, se convertirán, al mismo al desarrollo de la psicosociología clínica. Por el contrario, es
tiempo, en objeto de una interpretación. Son sobre todo los sis- posible observar en el curso de las intervenciones de una dura-
temas de referencia utilizados para esta interpretación lo que di- ción mayor cierta fagocitosis del o de los intervinientes. El he-
ferencia a los distintos practicantes y los tipos de intervención. cho de trabajar en equipo, con un colectivo de intervinientes
La perspectiva socioterapéutica se adherirá sobre todo al señala- (staff), disminuye parcialmente ese riesgo.
miento de los procesos de defensa y a las manifestaciones de No hemos abordado en absoluto, en el curso de estas páginas,
un imaginario engañoso. La aproximación organizacional toma- el problema de la intervención interna (y con frecuencia "in-
rá en cuenta las distintas formas de resistencia al cambio y las ternada") en una organización. El caso se presenta cuando un
relaciones respectivas entre lo formal (estructuras) y lo informal servicio especializado se constituye en el interior de la empre-
(intersticios y fallas respecto a la programación) con los dispen- sa o del organismo para disponer de "consultores" o de inter-
dios de energía que resulta de ello, en el seno de sistemas conce- vinientes asalariados de tiempo completo, para el beneficio de
bidos como conjuntos de funciones interdependientes. El aná- otros servicios que realizarían la demanda. Remitimos por lo
lisis institucional privilegiará, sobre todo, las relaciones de fuerza tanto a la obra de otro miembro de la ANDSHA (33) cuyo
socioeconómicas y la lógica de la dominación que atraviesan y objeto fue tratar precisamente ese punto.
estructuran los microsistemas, más aún que las luchas internas
por el poder. 30. El fin de la intervención
Lo que nos parece fundamental, aquí, es el empleo de múlti-
ples sistemas de referencia que den la posibilidad de realizar una Se pone fÍn a la intervención ya sea por la convención mutua
lectura suficientemente fina de las situaciones, dadas su riqueza de las partes, o por la decisión unilateral de darle término ya

28 29
tratamiento de las informaciones recogidas, los "modelos"
sea de una o de otra parte. De todas maneras, una intervención de interpretación (referenciales) utilizados para encontrarles
es y debe ser limitada en el tiempo, si no, se convierte en para- una significación, forman parte del "protocolo" y deben ser
sitismo. Por su parte, la institución se defiende y, si alguna mani- expuestos con el conjunto del material. (34)
festación del espíritu crítico la cuestiona exageradamente, le
pone fin. En el doble sentido del término, el fin de la interven-
ción es pues su terminación, cuando los procesos de cambio han III. ¿DECLlN ACION O DESMISTIFICACION DE LA
podido emerger del encuentro mediador o provocador que se INTERVENCION?
propone ser la intervención. Freud señalaba ya profesiones im-
posibles (la educación, la terapia, y el gobierno)*, la interven- En un universo donde las certidumbres más arraigadas estallan
ción es parte de ellas. En el límite, no hay intervención satisfac- fácilmente en pedazos, la intervención sufre hoy una declina-
toria o exitosa. Por naturaleza, la intervención se ubica bajo el ción, tanto como las corrientes pedagógicas y terapéuticas que
signo del inacabamiento. han inspirado su metodología. En efecto, las expectativas se han
visto defraudadas, si no es que burladas, en dos puntos cardinales:
40. Las consecuencias científicas de la intervención 10. La investigación-acción no aporta, definitivamente, al
conocimiento más que una contribución modesta y tanto más
En la medida en que la intervención se quiere investigación-ac- contestable cuanto que los procedimientos de control y de ad-
ción, se ve la gran importancia de que se dé una relación, o bien ministración de la prueba, cuando han sido instituidos, no pue-
al término de ella, o durante su curso, cuando aquélla es de larga den tener el carácter de rigor y coherencia que poseen en otras
duración. Pero esta ambición científica ( ¡ylo publicitaria!) pue- disciplinas por el hecho mismo de las exigencias específicas de
de plantear algunas dificultades jurídicas y prácticas cuando no la práctica clínica.
ha sido prevista en las negociaciones previas y en el contrato. El 20. El cambio que se espera en la práctica permanente ina-
punto de vista del cliente es totalmente diferente. Ha alquilado sible, y por lo tanto indefinible, fuera de los límites del campo
servicios y retribuido las prestaciones. Considera que es pues le- clínico en el cual es considerado como el fruto de una perla-
gítimo propietario de la experiencia y que la divulgación que boración (perlaboration) particular. En otros términos, las
podría hacerse de ella debe quedar sometida a su aprobación. transformaciones experimentadas, apreciadas, "medidas", en
¿No se encuentra el consultante comprometido por el secreto el seno de las prácticas, cuando no aparecen como francamente
profesional? Para tener en cuenta este aspecto del asunto y, a míticas, no pueden ser asimiladas a cambios en la organización-
veces, las peticiones del cliente, la relación de la experiencia pue-
institución, la cual resulta generalmente intacta.
de ser traspuesta. Los lugares y los nombres propios son enton- Por esta razón el número de las intervenciones disminuye al
ces transformados deliberadamente. Pero esto debilita mucho el mismo tiempo que los "terrenos" (y, como consecuencia, las
alcance científico y el interés despertado por dichos reportes. "clientelas") se renuevan. Después de las empresas industriales,
Es preferible prever, desde el principio, que la intervención po-
comerciales o administrativas Y las administraciones públicas
drá ser, deberá ser, el objeto de comunicaciones científicas; o
(nacionales o locales), quienes han hecho un llamado a los
negociar con los compañeros que esta divulgación se hará cuan-
intervinientes o a consultores externos han sido sobre todo,
do el interés de una publicación sea común a unos y a otros.
en Francia al menos, los sectores del trabajo social y de la
Pero, prácticamente también, esta eventualidad debe ser previs-
salud. Además la práctica de las "intervenciones internas"
ta desde el principio. Es necesario que los datos se hayan regis-
(35) se ha generalizado y sus objetos se limitan en la ma-
trado en ciertas condiciones precisas, coherentes de acuerdo con
yoría de loa casos a los problemas de organización de "re-
el conjunto de la metodología. Los "protocolos" de experiencia
laciones humanas" y de formación, es decir, a la búsqueda
no pueden ser el producto de recuerdos conjuntados con toda
de "un mejoramiento de las condiciones de trabajo" y a la
simplicidad. Los dispositivos de registro, de búsqueda de datos, de
optimización del funcionamiento social.
1. Al querer paliar las dificultades epistemológicas enfren-
* La frase a que se refiere fue citada por M. Manoni, La educación tadas por las ciencias sociales, en el curso de su reciente
imposible, Siglo XXI, México, 1979, (N. del T.)

31
30
desarrollo, el modelo de la investigación-acción elaborado vestigación-acción sensiblemente diferentes unas de otras por sus
por la psicología social ha secretado nuevas ambigüedades. (36) objetivos, sus materiales privilegiados y sus metodologías? (38)
Ciertamente, la corriente de la investigación-acción ha cuestio- "La investigación-acción más corrientemente realizada desde
nado ventajosamente la distinción clásicamente tajante entre Lewin es praxiológica, es decir, ciencia de acción o más exacta-
investigadores y practicantes, pero ¿ha logrado con ello re- mente lógica de la acción, orientada esencialmente hacia el co-
solver la difícil cuestión de una articulación inteligible entre teo- nocimiento refinado, para la optimización de la práctica, arti-
ría y práctica, conocimiento y acción? La práctica de las teorías culando para ello, en el seno de un mismo modelo, las intenciones
así como la teorización de las prácticas deja subsistir aún de la política, los cálculos de la estrategia y los riesgos de la
muchas zonas de sombra o de "puntos ciegos" como para que táctica. Su universo conceptual es siempre más o menos el de
se pueda considerar el problema científicamente resuelto. la teoría de los juegos, la investigación de operaciones y el aná-
a) En principio debemos distinguir entre el cuestionamiento lisis de sistemas. Por supuesto, los objetivos se hallarán siempre
acerca de la práctica (la práctica que se interroga de paso, de al- privilegiados respecto de las fmalidades, las intenciones y el
guna manera) y la investigación que se caracterizará, antes que proyecto.
nada, por el aparato de refinamiento de los datos que habrá sa- El camino seguido por la praxiología tiene como objeto es-
bido elaborar. En este sentido la investigación, toda investiga- tablecer un conocimiento general y ordenado de los comporta-
ción, conserva la intención principal de probar, de establecer, mientos, de las conductas y las situaciones, todos los elementos
de verificar, más que de encontrar. La función heurística queda dinámicos y dialécticos, temporales, es decir, existenciales e
siempre subordinada a la función de control. En el límite, el históricos, de una praxis. Numerosas características de la
precio exorbitante pagado para satisfacer esta exigencia de co- aproximación científica a los fenómenos han sido por supuesto
herencia será la insignificancia de los enunciados y, consecuente- empleadas por ella y pueden ser ennumeradas fácilmente:
mente, la esterilización del trabajo de investigación. Pero, el acotamiento de un campo y especificación de un objeto, co-
otro límite, el de la incoherencia y la laxitud de los enunciados lección-clasificación y construcción de "hechos", elaboración
no es menos dudoso tanto en lo que respecta a la práctica como de conceptos y de nociones, utilización de una lógica acotadora-
a la teoría. Este deslinde entre el cuestionamiento y la investiga- identificadora, elección y justificación de una metodología,
ción, con la identificación necesaria, por parte de todos aquellos tratamiento sistemático de la información que desemboca
que deben conocerla, de un aparato crítico distinto (cualesquie- en la exhibición de relaciones constantes e invariantes, pro-
ra que puedan ser los sesgos inevitables que igualmente se debe yecciones e inducciones de "modelos" a través de una teori-
intentar reconocer), permiten ya comprender que eso·que se ha zación cuya intención es acrecentar la inteligibilidad.
comprobado e intercambiado en algo vivido, tan importante y Se siente el impulso de pasar del carácter más o menos rigu-
enriquecedor como pueda serlo para la formación personal, queda, roso de la praxiología a su carácter científico. Es una conclu-
sin embargo, por establecer en el orden del conocimiento. (37) sión precipitada que corre el riesgo de enmascarar otros aspec-
Si es preciso admitir que existe un lugar para una "ciencia de tos importantes.
lo particular" y de lo cualitativo, al margen de las ambiciones Primeramente, aun cuando la aventura de una investigación-
clásicas en términos de universalidad y cuantificación, la condi- acción con una intención esencialmente praxiológica establecie-
ción epistemológica que subsiste para permitir especificar un co- ra de manera incontestable su cientificidad, ello no conferiría
nocimiento en su calidad de investigación es la de :'entregarel de ninguna manera, ni en ningún sentido, un carácter científico
producto" junto con las modalidades de su fabricación, para a la práctica misma en cuyo seno se realiza esta investigación-ac-
permitir a otros rehacer, mental o concretamente, las operacio- ción. En cambio, esta práctica saldría enriquecida evidentemen-
nes sobre las que pretende apoyarse para la producción de tales te en el plano de la calidad de la acción. Es pues perfectamente
enunciados. Dicho de otra manera, la "construcción" debe ser absurdo hablar, como se hace todavía con frecuencia, de forma-
presentada a la crítica (aquí, a la vez científica y política) con ción, de pedagogía o de educación científicas; como si éstas, que
sus fundamentos, con todo su andamiaje, con sus planos y no son antes que nada prácticas, poseyeran desde ese momento, in-
con el misterio con el que se gusta rodear la obra de arte. trínsecamente, el carácter científico que se les añade. Se podría
b) ¿No es necesario a continuación distinguir "formas" de in- solamente, cuando más, hablar de prácticas que se apoyan sobre

32 33
datos, conclusiones o enunciados científicos. tratamos de denunciar, aquí, entre las investigaciones-acciones
En segundo lugar, la misma ambición praxiológica debe ser con intenciones praxiológicas, y otras investigaciones-acciones
señalada como doble. La referencia a la práctica condiciona a la cuyo objeto principal sería el cuestionamiento ~cerca del sentido.
vez la implicación (y la servidumbre) (39) del sujeto y del obje- De hecho, para que sus enunciados y conclusiones alcancen
to. Si el refinamiento del conocimiento figura ahí, es casi siem- el nivel de un conocimiento científico, las investigaciones-accio-
pre para lograr una optimización de los procedimientos y la efi- nes con intenciones praxiológicas deben constituirse en el obje-
cacia. Es por ello que la investigación-acción queda marcada por to de un re-tratamiento de la información recogida, es decir, de
el carácter utilitario que caracterizaba ya en su tiempo los tra- la relectura de antiguos datos y, tal vez, de la obtención de
bajos de K. Lewin. El riesgo que resulta de ello es que la preo- nuevos datos en relación con un nuevo plan de investigación y
cupación por la eficacia y la urgencia de las soluciones ligadas al de tratamiento probatorio de información.
carácter productivo, desplazan la intención de conocimiento y En este sentido, un trabajo de investigación puede, a la vez,
la calidad en el tratamiento de la información. presentar un material de datos con una perspectiva praxioló-
Aun cuando la referencia a la acción no se halle nunca ex- gica y con una perspectiva de investigación científica, siendo lo
cluida por completo, la investigación científica, a la inversa, esencial que estos dos derroteros sean señalados, distinguidos y
privilegia siempre el conocimiento. Con respecto a los proce- especificados como tales. Ahora bien, en el campo práctico que
dimientos precedentes, las ponderaciones respectivas de los dos aquí nos interesa: el de la intervención, y en especial cuando se
factores que hemos considerado parecen invertirse. trata de investigaciones-acciones, de encuestas, de estudios de
Las concepciones tradicionales de la ciencia suponen, inde- caso, de experimentaciones, se permanece comúnmente en el
pendientemente de la distinción entre sujeto de conocimiento y estadio de elaboración primera que es confundida con el producto
objeto de conocimiento, un proceso a través del cual los datos final eventual y que es considerado como tal, diciendo de
brutos sensibles (los fenómenos ya implícitamente construidos manera un poco autosugestiva que se trata de nuevas formas
y frutos de una segregación perceptiva) son transformados por de cientificidad.
una construcción explícita, a partir del empleo de una metodo- Es preciso todavía reconocer y distinguir en el campo de las
logía apropiada, en hechos científicos. prácticas sociales un tercer tipo de investigación que llamaremos
Estos, a su vez, se convierten en la materia prima de un tra- histárico-práctico, bien ilustrado por las investigaciones-accio-
tamiento sistemático, cuando no matemático, de la información, nes de tipo clínico, que no pueden ser confundidas con los
gracias a nuevas intervenciones metodológicas. Se llega así a procedimientos praxiológicos, en la medida en que la espe-
la determinación de constantes, de invariantes y de leyes. cificidad de lo clínico reside en la consideración de una dimen-
Estos procedimientos, en su mayor parte inductivos, funda- sión temporal irreductible y singular que se designa generalmente
rán en un tercer estadio un seguimiento deductivo que permite mediante el término implicación y que recogen para su desci-
la generalización, extrapolaciones y predicciones, cuando los framiento un procedimiento hermenéutico, analítico e in-
modelos formalizados y las teorías hayan constituido el resul- terpretativo.
tado provisorio de este seguimiento hipotético-deductivo. No Aun cuando las investigaciones experimentales y las inves-
se puede, por supuesto, hoy, acantonar a la ciencia en este mo- tigaciones-acciones praxiológicas les aporten igualmente una
delo clásico. Diferentes formas de cientificidad tienden efecti- gran contribución, serán sobre todo las aproximaciones de ti-
vamente a confrontarse dependiendo de la variedad de las "Epis- po clínico las que estudiarán las inter-acciones sociales y ex-
temes". Pero, aun si es conveniente repensar las condiciones de perimentarán eventualmente la posibilidad de instaurar cam-
validez del conocimiento a partir de las dimensiones de un "nue- bios en el seno de las organizaciones.
vo espíritu científico" (Bachelard) o de una "scienza nuova" Se ve con claridad que, por supuesto, "el objeto" más o me-
(Morin), y si queda la urgente tarea de establecer la validez y la nos fantasmático de la intervención no es el mismo según las
legitimidad epistemológica de ciertos derroteros de la clínica, re- formas que acabamos de distinguir. La ambigüedad y la po-
habilitando en especial los componentes afectivos e imaginarios lisemia de la noción de la cual hemos partido no son solamente
habitualmente repudiados por la ortodoxia científica estableci- peripecias de lenguaje que podría remediar un código exigente.
da, no se podría sustentar, sin grave peligro, la confusión que Aluden más bien a la complejidad y la movilidad del objeto

34 35
que a la metodología. Desde el punto de vista de las investiga- diferentes protagonistas de la intervención mencionan lo que de-
ciones que puede inspirar, este objeto, descuartizado entre los bería cambiar se refieren, en la mayor parte de los casos implí-
"campos" de la psicología, de la sociología y de la psicología citamente, a esta última acepción. Pero cuando hablan de lo que
social, sigue siendo huidizo puesto que se halla inscrito en la ha podido "moverse" en el curso de la intervención, de aquello
temporalidad y es susceptible de alteración (lo que constituye en lo que, por ejemplo, se sienten diferentes a partir del trabajo
precisamente una de las intenciones prácticas de la intervención: específico efectuado durante la experiencia, designan, de hecho,
la alteración). otra cosa. Esta vez se trata del marco micro-social de las organi-
Por una parte, la aproximación clínica oscila constantemen- zaciones y de los grupos. Sin duda, estos microcosmos se hallan
te, incluso en la investigación-acción, entre la orientación psi- atravesados y estructurados por las relaciones de fuerza y los
cológica o socioterapéutica que privilegia la maduración de los sistemas de valores que ordenan el campo social, pero si en
compañeros a través de la evolución de las relaciones (y el tra- el límite es posible aprehender tales factores y su peso en el
tamiento de los disfuncionamientos de la comunicación), con- seno de las situaciones de trabajo, es imposible, no obstante, ac-
duciendo a una sensibilización o a una concientización y a un tuar sobre ellos y contrabalancear su influencia. Y sin embargo
cuestionamiento más que a una investigación, y la intención esa es la confusión que tiende a establecerse implícitamente den-
más praxiológica de experimentaciones y de innovaciones tro del perímetro de la intervención: (41) de una empresa de
que desembocan en el análisis micro-organizacional y de opti- identificación de factores de fuerza, más o menos determinantes,
mización del funcionamiento social. articulados en relaciones complejas que tienden en el extremo
En un buen número de casos, el aparato experimental, el hacia tomas de conciencia (sensibilización o concientización), se
dispositivo de tratamiento de la información no podrá diso- pasa, bastante insensiblemente (¿qué coartada se busca con esta
ciarse fácilmente del proceso principal de formación que cons- ilusión?), a la hipótesis de un cambio social en dosis homeopá-
tituye, a la vez, su pretexto y su soporte. La evaluación como ticas. Para esto ha sido necesario postular un continuo entre lo
función-proceso secundario, inherente al proceso principal de macro-social y lo micro-social. Es la ilusión psico-sociológica por
formación, en la medida en que se ve favorecida en una situa- excelencia la que funda una "estrategia de fallas y de intersti-
ción educativa por su carácter de productora de sentido,desva- cios" (espacios supuestamente dejados aún libres, es decir no or-
nece, cuando no lo relega, el procedimiento de control cuyas denados y programados por el genio organizador, en los cuales
funciones son completamente diferentes. (40) Los productos puede intentarse actuar) para esperar la obtención final de resul-
de tales investigaciones, si son importantes para el acrecen- tados más globales, a partir de una generalización (o de una mul-
tamiento cuantitativo y cualitativo del saber social ya constitui- tiplicación) de acciones "suaves" y de alcance más limitado. (42)
do, y no solamente para el enriquecimiento personal de los Tal vez, lo que realmente cambia en el curso de la intervención
participantes en la situación educativa en su calidad de apro- es la mirada que los actores dirigen hacia la situación que su-
piación de una experiencia o de un saber vividos, corren el frían hasta entonces sin poderla comprender muy bien, por el
riesgo de verse afectados manteniéndose penosamente discerni- hecho de su complejidad y de su opacidad. El trabajo de eluci-
bles, difíciles de evidenciar y aún más difícilmente comunicables dación, aun cuando sea parcial, modifica pues, en cierta medi-
y objetivables en el nivel de las investigaciones. da, la relación de cada uno (o de comunidades prácticas donde
2. El cambio que la intervención se da como objeto y a la vez los individuos se reagrupan debido a su transversalidad) con la
como efecto que busca provocar o facilitar no es de ninguna situación. En este sentido se puede decir que la economía li-
manera aquel al que aspiran profundamente los miembros más bidinal de las relaciones se ha modificado efectivamente. La lec-
insatisfechos (y con frecuencia los más numerosos) de las colecti- tura de los fenómenos se enriquece y se vuelve más exigente.
vidades involucradas. Cuando los análisis económicos o políticos Hay un desarrollo de las capacidades críticas. Pero la situación
utilizan la noción de cambio, es con una perspectiva global en sí misma, en la medida en que se halla determinada por fuer-
de la dinámica de las fuerzas colectivas, considerando una trans- zas externas, en la medida en que constituye la traducción de
formación más o menos radical de las estructuras, de las institu- modelos más generales que la trascienden y que quedan fue-
ciones y de las ideologías que organizan los distintos tipos de ra del alcance del poder real de los protagonistas (al menos en la
relaciones sociales en una escala nacional o mundial. Cuando los situación de la intervención), se mantiene fundamentalmente in-

36 37
cambiada en lo esencial. Se produce en esta confusión semánti- des que de ella se desprenden. Pero el desarrollo del espíritu
ca (que es también un juego de manos) un escamoteo político, crítico que tiende a una cierta elucidación de lo vivido cotidia-
un funcionamiento imaginario de la intervención. Los socioana- no y de las formas repetitivas de lo que termina, debido a su
listas, ya se trate de M. y de J. Van Bockstaele o de G. Lapassa- ininteligibilidad, por ser percibido como fatalidad es algo ne-
cesario y posible, una vez podadas ciertas ilusiones, ingenuida-
de, habían reconocido además la importancia de este imaginario
ya que, en el límite, querían domesticarlo, literalmente, para des y supercherías. Con esta perspectiva, la intervención vuelve
a surgir explícitamente como algo que nunca, sin duda, ha deja-
fines pedagógicos centrando el análisis de sus clientes en el
funcionamiento del equipo de intervención. Por su parte, D. do de ser: un trabajo educativo.
Anzieu y R. Kaes han subrayado el rol especular del imaginario Diciembre de 1979
en los grupos terapéuticos restringidos. Finalmente, M. Pagas, M.
Bonetti, V. de Gaulejac y D. Descendre (43) insisten en la em-
presa ideológica a través de los juegos regresivos de los incons-
cientes en el seno (materno) de las organizaciones. (44)
Toda la cuestión es saber si este imaginario va a desembocar
en una invocación ritual de un cambio social, que no se encuen-
tra nunca donde se lo evoca, o en la intención de transformación NOTAS:
de los imaginarios individuales y colectivos a través de un traba-
jo de educación y de formación crítica. ·Según nuestra visión de (1) Es importante hacer notar dos connotaciones de la intervención, en el
las cosas, las matrices sociales más determinantes de las relacio- umbral de todo análisis que la tome por objeto: a) La intervención está
ligada a la autoridad; ya sea porque quien interviene sólo se autoriza a sí
nes sociales de producción no se vuelven más accesibles, más mismo, se trata entonces de la problemática de la autorización; ya sea
vulnerables (más que intelectualmente), por las capacidades de porque su acto se halla fundado sobre el ejercicio de un derecho o sobre la
análisis desarrolladas en el curso de la intervención. Quedan fue- consecuencia de un estatuto, en este caso la autoridad deriva de un poder y
ra de alcance. Se evoca o se invoca lo institucional en los grupos la cuestión de la legitimidad permanece como algo central. b) Aun cuando
restringidos. No se lo convoca ni se lo revoca. Pero el desarrollo la intervención se dé explícitamente como objetivos la clarificación y la
elucidación de los datos complejos de una situación, sigue siendo funda-
del espíritu crítico, en el nivel de cada uno, como en el de los mentalmente productora de malentendidos, puesto que, a partir de cierto
reagrupamientos orgánicos y de lazos de solidaridad, constituye número de expectativas, genera necesariamente consecuencias inesperadas.
una adquisición que no es ni con mucho despreciable. Es preciso
pues conservar este objetivo realizándolo lo mejor posible. No (2) Fave:t-Boutonier: "Origines et perspectives de la notion d'intervention
obstante, es esencial no confundir este trabajo necesario y legí- psychologique", en "La dynamique de l'intervention psychologique",
Bulletin de Psychologie, Psychologie clinique I1I, 339, XXXII, 1978-1979,
timo con otras acepciones de la palabra cambio. La lectura fina 3-7, enero-febrero 1979, pp. 133-136.
de situaciones, y especialmente el análisis de la propia condición,
es una de las condiciones necesarias, pero no suficientes, para la (3) Cf. J. P. Sartre, Critique de laraison dialectique, Gallimard, 1960. (Hay
acción política que implica otras alternativas, otros lugares y trad. al español: Editorial Losada, Bs. As. 1963).
otros medios. Saber lo mejor posible lo que se hace con respecto
(4) En otro tiempo, como lo subrayan G. Daban y U. R. Loubat (Memoria
a un proyecto, saber lo que se puede hacer para no convertirse de maestría en Sociología, mimeografiada, 1979) se quería, de igual
en la propia víctima a fin de poder, a continuación, victimar más manera, liberar a los "poseídos" de los demonios que los invadían, median-
cómodamente a los demás, constituye a partir de ese momento te la intervención del exorcista.
una parte del cuestionamiento acerca de toda práctica social. (45)
Ahora tal vez se comprenda mejor que la declinación de la (5) Anzieu, D., "Groupes, psychologie sociale et psychoanalyse", intro-
ducción al número especial del Bulletin de Psychologie, 1974.
práctica de la intervención es sin duda sólo provisoria. Más allá
del entusiasmo de los comienzos y de las facilidades que suscita- (6) Cf. los trabajos norteamericanos (Organizational Development).
ba, el afinamiento de la metodología es algo posible y necesario.
Es un esfuerzo de desmistificación que hoy escruta e interroga (7) El tipo de intervención descrito por E. Jaques constituye un buen
la práctica de la intervención, sus presupuestos y las ambigüeda- ejemplo de ésta.

39
38
(8) er. los trabajos de M. Crozier, en especial Le phenom~ne Bureaucrati- (20) ¿Quién ha sido consultado? ¿Cómo se tomó la decisi6n? ¿Qué infor-
que, Seuil, París, 1963. mación ha sido proporcionada al respecto?
(9) ef. O. Ludeman y J. Dubost, en Connexions, núm. 21, Epi, París, (21) ef. las investigaciones-accionesde J. Misumi en el Japón. Consultar en
1977. especial The Behavioral science of leadership, Yuhikahu, Tokio, 1978; Y
(10) ef. P. Ville, tesis de doctorado de 3er. ciclo, Universidad de París, "Action research on the development of leadership, decision making and
VIII-Vincennes, 1977. organizational perfomance in a Japanese shipyard" , comunicación, al
simposium del 18avo. Congreso Internacional de Psicología Aplicada,
(11) er. S. Amin, Le dévelopement inégal, Editions de Minuit, París, 1976. Montreal, 1974. ef. finalmente J. Ardoino, Education et Relations, Gau-
thier-Villars Unesco, París,1980.
(12) ef. infra.
(22) ef. A. Levy, "Dire de la loi", en Connexions, núm. 21, .9p. cit.
(13) Recordemos que el movimiento religioso de la reforma se definía a
veces como la búsqueda del restablecimiento, en su pureza primitiva, (23) G. Lapassade, "Analyse institutionelle et socioanalyse", Connexions,
de una regla corrompida por el uso. núm.7, septiembre 1973.

(14) "La socialización es en principio ruptura" ef. el "punto" excelente de (24) ef. sobre este punto los trabajos de la escuela de análisisinstitucional
C. CIanet en Imaginaire et Education, Toulose, 1978. (R. Lourau, G. Lapassade, P. Ville). Otros hablarán, en el mismo sentido,
de "reveladores" (G. Mendel), de "indicadores", etc.
(15) Como bien lo ha mostrado R. Lourau en L'analyse institutionelle,la
dialéctica, a partir de Hegel, supone la afirmación de un enunciado univer- (25) Puesto que lo más frecuente es contentarse con períodos tibios,
sal, la negación particular de este enunciado y la negación singular de esta especialmente en estos últimos años.
negación. La negación mágica pertenece al estadio de la negación del
primer género que opone, simplemente, el momento de particularidad al (26) El momento del apocalipsis, el "grupo en fusión" en Sartre; ef.
de la universalidad, olvidando, ignorando o relegando el momento de la igualmente J. Guigou.
singularidad.
(27) Existen, tal vez, "momentos" en los que el análisis se ha~e solo, para
(16) Para dar aquí un ejemplo de la evolución de una demanda a partir de cada uno como para todos, pero esto no constituye sino momentos excep-
intercambios destinados a explicitarla, en el curso de negociaciones previas, cionales que "romanticismos políticos" querrían convertir en seguida en la
citaré una intervención en una gran empresa, cuya duración se extendi6 a ley de las revoluciones permanentes.
cerca de once años, cuando la formulaci6n inicial contemplaba "dos o tres
conferencias acerca de los nuevos estilos de dirección". En las primeras (28) Hemos señalado en otra parte (Education et politique) la tendencia
reuniones con la Dirección General, estando claros los objetivos de dicha excesiva a hacer de cualquier cosa un dispositivo analizador; se puede
acción para el cuadro directivo quien había tomado la iniciativa, hice una hablar en ese caso, con R. Hesse, de analizador-gadget.
contraproposición que incluía un análisis preliminar de la situación, men-
(29) Largo tiempo, en el propio marco de la intervención, en relación con
cionando la posibilidad de una acción a largo plazo que se extendiera su duración, pero también largo tiempo en la vida profesional de cada prac-
durante dos o tres años. Fueron necesarias nuevas discusiones, pero el
proyecto fue finalmente aceptado. Más tarde, a lo largo de los años, otras ticante, en el desarrollo de su forma clínica.
divisiones y departamentos de esta empresa fueron sucesivamente engloba- (30) ef. supra los trabajos ya citados de J. Misumi en el Japón.
dos en el campo de la intervención. La mayor parte de las intervenciones
(una cincuentena) a las que estuve asociado durablemente tuvieron lugar (31) No es raro que la intervención arranque de la iniciativa de alguien que
en el marco de las actividades del IPSICA (Instituto de Psicosociología no pertenece a los niveles más altos de la jerarquía y que suscita la inter-
Industrial, Comercial y Administrativa) o de la ANDSHA (Asociación vención, ya sea para servirse de ella como máquina de guerra contra sus
Nacional para el Desarrollo de las Ciencias Humanas), pero además, otras rivales, ya sea para expresarse por delegación a través de lo que espera que
me han sido solicitadas a título personal.
los intervinientes pongan al descubierto.
(17) ef. G. Lapassade, "Analyse institutionelle et socioanalyse", en (32) ef J. Ardoino, Education et Politique, Gauthier-Villars, París, 1977,
Connexions, núm. 7, septiembre 1973.
y Education et Relations, Gauthier-Villars-Unesco, París, 1980.
(18) [bid.
(33) ef R. Fouchard, Le piége de l'intervention interne, Epi, París,
(19) E incluso las intervenciones breves son con frecuencia portadoras, en 1975. ef. igualmente L'intervention dans les organisations et les insti-
su misma ambigüedad, de las ambiciones de su prolongación. tutions, Protocoles 1 y 2, París,1974.

40 41
(34) Cf. infra.
(35) Con sus límites específicos, cf. supra.
(36) J. M. Vincent, en Connexions, "Remarques critiques sur l'analyse
institutionelle", núm. 6, Epi, París, 1973. Cf. igualmente C. Orsoni en
L'intervention dans les organisations et les institutions, op. cit.
(37) Por el contrario, los saberes instituidos utilizarán para su propio be-
neficio un análisis de este tipo para cerrar las puertas a todo aquello que
podría venir a importunarlos. JEANDUBOST
(38) Estas cuantas páginas que siguen, cuyo tema ha sido elaborado a pro- ANDRELEVY
pósito de un coloquio francófono acerca de la evaluación en la Universidad
de Lieja, figuran ya en Educations et Relations (Unesco-Gauthier-Villars).
Ofrecemos aquí los extractos con la autorización de los editores a quienes
damos nuestro agradecimiento.
(39) La paradoja es también que esta servidumbre-implicación caracteriza
la riqueza específica del "campo clínico" y de la investigación que le es
propia.
(40) Cf. J. Ardoino, "Au filigraned'un discours, la problématique de l'éva-
luation et du controle", prefacio en M. Morin, L'imaginaire dans la forma-
tion permanente, Gauthier-Villars, París, 1976.

(41) Y en buen número de acciones de formación.


(42) Ilusión de la cual tanto psico-soCiólogos,así como formadores y so-
cioterapeutas tienen esencialmente necesidad para recobrar una buena con-
ciencia política.
(43) J.L. Moreno ha ilustrado muy bien este punto de vista en los Estados
Unidos (Cf. J. Dubost, "Recherche et action chez J. L. Moreno" en Con-
nexions, núm. 24, Epi, París, 1977). Cf. igualmente en Francia, A. de Pe-
retti y todavía más generalmente, toda la corriente innovacionista.

(44) L'emprise de l'organisation, PUF, París, 1979.


(45) Cf. P. Bordieu: " ... es la interrogación misma lo que es preciso in-
terrogar es decir, la relación con la cultura que ella privilegiatácitamente,
a fin de establecer si una modificación del contenido y de la forma de inte-
rrogación no bastará para determinar una transformación de las relaciones
observadas..., en La distinction, Editions de Minuit, París, 1979.

42
EL ANALlSIS SOCIAL

PREFACIO

En la lista de destinatarios de la carta de G. Mendel y de J. Bei-


llerot, la corriente "psicosociológica" es citada en relación con
J. Ardoino por una parte, y J. Dubost yA. Lévy por la otra. G.
Lapassade y R. Lourau, aunque situados en la misma corriente
de análisis institucional, son invitados a producir dos artículos
distintos. Tal vez porque los editores de la obra no pudieron i-
dentificar un "dirigente" en la ARIP, hemos sido los únicos au-
tores invitados a redactar un artículo conjuntamente.
Ambos somos, en efecto, miembros del equipo fundador de
la Asociación para la Investigación y la Intervención Psicosocio-
lógica (ARIP), institución a la cual se refiere implícitamente la
carta de invitación, sin mencionarla explícitamente (así como
tampoco se menciona la revista Connexions).
Más que considerar la corriente psicosociológica como una
corriente entre otras, creemos que es más exacto aprehenderla
como una escuela de pensamiento y de experiencias que se ha
difeJ"enciado progresivamente; incluso hay quienes, unos más
que otros, estiman que es necesario despojarse de esa etiqueta
inicial, (1) aun cuando continúan refiriéndose a un pasado de
experiencias e investigaciones comunes. Precisemos finalmente
que al responder gustosos a la invitación qu~ se nos ha hecho no
pretendemos formular la orientación de la ARIP; nuestro discur-
so a dos voces se referirá a la historia y a la prehistoria de esta
asociación, e incluso a la psicosociología en general y a nues-
tras concepciones personales que resultan de experiencias tanto
individuales como colectivas.

45
OBSERV ACIONES SOBRE EL ORIGEN Y LA EVOLUCION ca, económica y social; estas esperanzas las tejieron, durante los
DE UNA PRACTICA DE INTERVENCION años de la ocupación alemana, quienes pertenecieron a la Resis-
PSICOSOCIOLOGICA * tencia; este período estaba igualmente dominado por conflictos
políticos y por decepciones que no habían logrado hacer mella
Los agentes sociales llamados a emplear nuevas prácticas de in- en cierto consenso nacional y en una voluntad general de re-
vestigación y de acción pueden tener la sensación de escoger e construcción de las fuerzas y los medios de producción.
inventar más o menos libremente los principios y las modalida- Lo agudo de las dificultades alimentarias y habitacionales, el
des de su intervención. Me parece cierto que su actividad com- rápido pasaje de un período de desempleo a un mercado de tra-
porta una dimensión creativa: implica alternativas de esfuerzos bajo caracterizado por el sobreempleo, la inflación, los movi-
de imaginación el que los individuos o los equipos diferentes no mientos reivindicativos y las formas. de represión movilizadas
se comporten idénticamente en una situación dada. Pero creo, frente a las huelgas obreras, no impidieron ni la realización del
sobre todo, que los rasgos que caracterizan una práctica concre- primer plan de modernización y de equipación, ni el desarrollo
ta de intervención resultan en principio de variables tales como: simultáneo de la ideología racionalizadora -la organiZación
a) las condiciones generales que engendran en una sociedad científica del trabajo- y aquella capaz de tomar en cuenta el
dada, en cierto momento de su historia, las dificultades experi- "factor humano", la búsqueda de una participación y formas de
mentadas por un actor social, autoridad más compatibles con el ideal democrático. La ayuda
b) las condiciones particulares de este actor que lo hacen es- que se propuso a las empresas para acelerar su·'reconstrucción,
perar un resultado positivo de la ayuda de un tercero, inspirada más o menos en la imperante en los Estados Unidos (el
e) la formación, el tipo de saber-hacer, el estatuto y la posi- plan Marshall, misiones de productividad, comisiones especiali-
ción social, y los deseos de los terceros a quienes son dirigidas zadas de las organizaciones internacionales nacidas a partir de la
las demandas y los encargos. Es también necesario considerar la ONU) comportaban por consiguiente, tanto aportes en el plano
interacción entre dichas variables. Estas hipótesis, por triviales de los métodos contables, de gestión, de estructuras de direc-
que sean, pueden guiar una reflexión restrospectiva acerca de la ción, como en el dominio de la "simplificación" del trabajo en
evolución de nuestra práctica y de nuestras ideas. Sin embargo, los talleres y las oficinas, en los procedimientos para el recluta-
nos limitaremos aquí a trazar algunos bosquejos. miento de personal, en los métodos de capacitación ...
En este contexto, a imagen y semejanza de su homólogo ame-
1945-1950 ricano y de acuerdo con 101> ejemplos dados por las fuerzas mili-
tares involucradas en el conflicto mundial, el ingeniero sentía la
Al reflexionar acerca de las primeras acciones de intervención a necesidad de asociar a su práctica de intervención "especialistas
las que nos asociamos al día siguiente de la Liberación, veo que en el factor humano".
somos varios los miembros fundadores del ARIP que frisamos En ese momento, la enseñanza de la psicología y la sociología
actualmente la cincuentena y hemos conocido el mismo medio: en la Sorbona se encontraba todavía limitada a dos certificados
el de grandes y medianas empresas industriales o comerciales, de la licenciatura de filosofía que ignoraban prácticamente· el
por la intermediación del mismo tipo de organismo: despachos psicoanálisis, el marxismo, el funcionalismo : . . Pero las aplica-
privados de ingenieros-consultores en organizaciones estableci- ciones preceden con mucho al reconocimiento académico de las
das en' la capital, frecuentemente bajo la estructura jurídica de corrientes teóricas: se crean los primeros centros de consulta
las asociaciones de 1901. Muchos de nosotros incluso hemos psicopedagógicos, se desarrollan nuevos métodos de psicotera-
trabajado, en diferentes períodos entre 1945 y 1959, en algunos pia, de reeducación, de investigación psicológica (técnicas pro-
de estos organismos. (2) yectivas), y se desarrollan simultáneamente los métodos de la
El período inicial de posguerra se vio dominado evidentemen- estadística con sus aplicaciones en los dominios de la economía,
te por el problema de la reconstrucción, del restablecimiento la coyuntura, la planificación, la demografía, la administración,
económico del país, por la esperanza de restructuración políti- etc. Nuestros primeros años de profesionalización se repartieron
entre actividades de estudios y de aplicaciones psicotécnicas
* Esta parte fue redactada por J. Dubost. ~lección y orientación-, actividades de realización de encues-

46 l·' 47
ce Breton): Marx y Freud; el movimiento trotskista en el que
tas sobre una muestra -opinión pública, estudios de mercado- f•• milité durante este período se dividió, él también, en dos ten-
investigaciones acerca de la "moral civil" -del tipo de experi-
dencias "defensistas de la URSS", reformistas con respecto al
mentación sobre el terreno-, de monografías de empresas in-
estalinismo, y "derrotistas", revolucionarios. Entre estos últimos,
dustriales -especialmente bajo la égida de la UNESCo-, de
el grupo "Socialismo y Barbarie", animado por C. Castoriadis (3)
tentativas de reeducación de adolescentes en cura libre, etc.
y Cl. Lefort, se separa de la IV Internacional en 1949 a partir
Esta abundancia de actividades y de acciones innovadoras tu- del problema de la burocracia obrera. Ocurre lo mismo con el
vo especialmente como resultado conducir a la adquisición de otro grupo donde se encuentra B. Perret; pero el hecho de que
numerosos saber-hacer (savoir-faire), al descubrimiento de los durante la ocupación algunos surrealistas se refugiaran en los
trabajos de psicología social norteamericana (Lewin, Moreno y EEUU debilita la influencia del grupo animado por A. Breton.
después Rogers) después de que las obras de G. Friedmann die- El debate que domina ampliamente en Francia en ese momento
ron a conocer las de E. Mayo, Toethilberger y Dixon, etc. Pro- está ya demasiado marcado por la influencia del PCF y la defen-
vocó también el deseo de superar los estudios puntuales y las a-
sa incondicional de la URSS como para que estos grupúsculos
plicaciones de técnicas, mediante el desarrollo de una aproxima-
y los que se hallaban más estrechamente ligados al anarquismo
ción más global al plano de las prácticas, guiada por la búsqueda
tuvieran alguna audiencia; pero me parece claro que una parte
de una concepción más unitaria de las ciencias humanas de la
del proyE'cto psicosociológico recibió, desde su origen, la in-
que no se excluyera a Freud y a Marx, y en la que no se hallaran
fluencia de estas corrientes y de las ideas fourieristas que las
simplemente yuxtapuestos.
Respecto a este último punto, recordemos, por ejemplo, que precedieron.
Una misión de investigación americana conducida por Parsons
los psiquiatras de orientación marxista que suscitaron en Fran-
se encargó de estudiar el fenómeno del nazismo en los primeros
cia a partir de los años 40 el movimiento que habría de recibir,
años de la posguerra en Alemania. Antes de que regrese a los
desde 1952, el nombre de "institucional", se dividieron en dos
tendencias: quienes se esforzaban por integrar el aporte freudia- Estados Unidos, la CEGOS retiene durante 1947-48 a uno de
no -y las prácticas psicosociológicas inspiradas especialmente los colaboradores de este equipo: el sociólogo industrial R.
en Moreno-, y quienes las denunciaban como derivadas de tec- Williams, quien conduce dos intervenciones para empresas
nologías capitalistas de manipulación; si en esa época son poco francesas.
conocidas en Francia las tentativas de Reich, por otro lado el Las mtervenciones de Williams innovaron en materia de mé-
movimiento surrealista se encargó tempranamente (cf. André todos de encuesta (por ejemplo, utilizando ya un tipo de entre-
Breton, Les Vases communicants*) de familiarizar a una parte vista que se inspiraba en Rogers, con una actitud no directiva),
de la intelligentsia con la problemática freudomarxista conside- pero se mantenían muy cercanas, en la relación que establecían
rándola especialmente como el complemento necesario para la con el cliente, de las prácticas de los consultores en las organiza-
liberación individual y la liberación colectiva; la relación crítica ciones: lo esencial del servicio vendido estribaba en un trabajo
y compleja que G. Politzer desarrolló con el psicoanálisis desde de estudio con funciones de diagnóstico (¿cuáles son los puntos
los años treinta constituye una referencia viva de las discusiones fuertes y los puntos débiles de la firma como organización so-
de "la época; es también el momento en el que G. Palmade abor- cial? ¿cómo se explican?) y pronóstico (¿qué riesgos se corren
da el problema de las condiciones teóricas de una concepción más o menos a largo plazo si no se toman nuevas medidas?); los
unitaria de las ciencias del hombre mediante la búsqueda de consejos a los cuales se llega mediante el estudio son presenta-
conceptos transespecíficos, en el sentido de Bachelard (esta tesis dos de manera esquemática en el reporte escrito; sirven, con el
solo será publicada por Dunod diez años después de su presenta- resto del reporte, como un soporte en las reuniones-discusiones
ción en 1961), y es también el momento en que Lagache escribe propuestas por el consultor a la Dirección y cumplen con la fi-
L'unité de la psychologie, etc. nalidad de alentar a ésta para encontrar modalidades operatorias
El espacio microcultural donde algunos de entre nosotros se que traduzcan las orientaciones de las soluciones preconizadas.
formaron se encuentra marcado por estos dos "faros" (como di- Pero el tiempo asignado a estas reuniones era sólo una parte
muy pequeña del tiempo total del peritaje y el sociólogo no in-
* Publicada en español por J. Mortiz. (N. del T.)
tentaba obtener una difusión de su reporte más allá de aquellos

49
48
lectores que la propia dirección señalaba espontáneamente. Sin miento mental"-, la idea de articular la conducta de las opera-
embargo, la idea de que las acciones de la investigación sobre el ciones de encuesta con un trabajo de confrontación y de refle-
terreno tienen por sí mismas un efecto positivo sobre el estado xión en grupo, apoyada sobre los resultados, se vuelve más y
psicosocial, sobre la "moral" de la empresa; y la idea de que es- más interesante.
Del mismo modo, se da un paso adelante cuando las técnicas
te efecto se verá reforzado si las decisiones tomadas tienen sufi-
cientemente en cuenta algunos elementos expresados por el per- de encuesta psicosocial, aplicadas al estudio de las opiniones, o
sonal entrevistado, han sido planteadas con frecuencia por el so- las escalas de actitudes, se abren hacia una aproximación más clí-
ciólogo consultor. nica, facilitada por el desarrollo del registro en cinta magnética
Paralelamente a estas intervenciones realizadas en empresas que permite tanto una retranscripción exhaustiva de entrevistas
de mediano tamaño (200 o 300 personas), aquellas que fueron profundas -en principio individuales y después, eventualmente,
conducidas por equipos puramente franceses en las empresas colectivas- como el pasaje de la simple codificación de las res-
de mayor tamaño son menos innovadoras sobre el plano de las puestas a preguntas abiertas a un análisis de contenido mucho
técnicas de la entrevista y de elaboración de resultados: tienden más fino de los discursos registrados.
incluso a restringirse a una "consulta del personal" del tipo en- Los cambios que en la concepción de la intervención han si-
cuesta de opinión, acerca de·cierto número de temas que consti- do inducidos por la adquisición de nuevos saber-hacer (savoir-
tuyen una preocupación o que tienen suficiente importancia; faire) ponen más énfasis sobre el trabajo de transformación que
pero plantean desde el principio una nueva exigencia: los repre- acompaña el feed-back de los resultados, que sobre la expresión
sentantes del personal en el Jurado de empresa (o alguna comi- de opiniones, su análisis estadístico y la elaboración de un diag-
sión ad hoc de delegados sindicales) deben estar asociados, de nóstico de los problemas de funcionamiento psicosocialllevado
cierta manera, con la elección de los métodos del estudio, por a cabo únicamente por los responsables de la encuesta. Las téc-
ejemplo, en la elaboración del cuestionario de la encuesta, y di- nicas de entrevista y de animación de las reuniones-discusiones,
chos representantes deben tener acceso a los resultados con el inspiradas por las prácticas de counseling, conducen por otra
mismo derecho que la dirección. Las indecisiones y conflictos parte a dejar de conceder atención, exclusivamente, al conteni-
que se expresan en este momento hacen que las reuniones pre- do manifiesto de las opiniones, quejas, reivindicaciones, en su
paratorias del estudio propiamente dicho o las que acompañan relación con los datos factuales (condiciones de trabajo, caracte-
sus diferentes etapas (especialmente para controlar el respeto a rísticas de la pirámide jerárquica y de la estructura de cualifica-
las normas negociadas inicialmente) representan una parte del ciones, modos de remuneración, pirámide de edades, grupos de
tiempo presupuestado y, sobre ·todo, un momento importante antigüedad, ausentismo, tum-over, higiene y seguridad, etc.),
del proceso de consulta. Por el contrario, las reuniones que si- para considerar también el contenido latente, los sentimientos
guen a la presentación de los resultados no son numerosas o los colectivos, la manera en que ciertos acontecimientos en la em-
agentes del estudio ya no se encuentran presentes; la capac;idad presa son vividos por las diferentes categorías del personal. En
de la Dirección para comprender las críticas expresadas aparece estas categorías, conflictos a veces antiguos, logran marcar in-
como una de las variables importantes en este estadio. cluso las representaciones y las actitudes con respecto a la direc-
ción o las relaciones intercategoriales: las microculturas de la
Los años 50 organización.
Finalmente, y la importancia de esta consecuencia no es me-
nor, el pasaje al uso de instrumentos de investigación con una
Estos primeros casos (hemos conocido personalmente ocho en-
perspectiva de metrización -que corresponde al método de las
tre 1946 y 1951 o 52) aparecen finalmente, sobre todo, como la
realizaciones (performances) en psicotécnica- que se originan a
aplicación de una técnica de encuesta más o menos estructurada
partir de una metodología experimentalista o diferencialista, de
al personal asalariado de la empresa. A medida que se van desa-
orientación más clínica, conduce a transformar la representa-
rrollando ciertas formas de trabajo con una intención formado-
ra -desde los "círculos de habilidades" hasta los primeros semi- ción de los roles del psicosociólogo.
Como experto o agente de estudio que opera por cuenta de
narios de cuadros, pasando por las trasposiciones europeas de la
Quien hizo la recomendación -el ingeniero-consultor-, o de los
TWI o los métodos de educación popular del tipo "entreteni-
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encargados de decidir -la Dirección General, la Dirección de Per- a categorías que no hacen uso de ella en su vida cotidiana; influ-
sonal-, el psicosociólogo busca convertirse en consultor de la ye para que sean oídos y tomados en cuenta las dimensiones so-
organización considerada como unidad; recoge entonces los cio-emocionales y los intereses no reconocidos; cree ayudar a las
términos habituales del consultor de organizaciones que habla categorías que son víctimas de represiones que no admiten
de sus obras, de sus intervenciones, y al mismo tiempo, busca una expresión, al permitirla; de hecho, descubrirá más tarde
distinguirse de él mediante el adjetivo psicosociológico: es por que esta expresión y el trabajo que la acompaña solo excepcional-
una posición de ruptura con relación al rol de experto por lo mente conducen a un cambio de estructura y que, incluso en este
que trata de despejar su especificidad. Hace de la relación de último caso, las instancias de más alto nivel conservan su poder in-
consultoría un problema en sí, un objeto de trabajo que trata de tacto y que la estructura de la organización se ve reforzada glo-
inventar los roles que permitirían asegurar una función de ayu- balmente, más allá de las concesiones menores que haya hecho.
da, a la manera de un catalizador, en el interior de ese marco. Pero en los años cincuenta y el principio de los años sesenta,
En otros términos, especula sobre el hecho de que los blo- lo que nos preocupaba sobre todo era lograr que el público reti-
queos, los disfuncionamientos, las crisis y las dificultades que se cente se convenciera de la importancia de los fenómenos afecti-
encuentran en el origen de la demanda que se le dirigió, se de- vos, en especial los inconscientes, que se convenciera de la nece-
ben a una negativa más o menos consciente (en particular de la sidad de una evolución de las concepciones y de las formas de la
Dirección o de los ejecutivos) a ver cuáles son los problemas, su autoridad, de los sistemas de comunicación en la empresa, de
naturaleza real, a investigar verdaderamente cómo sería posible los procesos de preparación y toma de decisiones; la idea de que
resolverlos, pagar el precio necesario para su solución. Dando la la intervención, al inscribirse en una relación de consulta -en la
posibilidad de expresarse a quienes habitualmente no la tienen, que los psicosociólogos intervienen como agentes de facilitación
favoreciendo de manera suficientemente progresiva la circula- y de catalización de los fenómenos mediante la toma de con-
ción de informaciones y confrontaciones, es decir, erando nue- ciencia-, constituía una situación de descubrimiento y aprendi-
vas estructuras de comunicación y de trabajo en tomo de los zaje no nos impedía sentirnos comprometidos en una espe-
problemas a medida en que éstos son identificados, el psico- cie de guerra de culturas. En ella se enfrentaban diferentes mo-
sociólogo espera aumentar la capacidad del conjunto para que delos de organización que coincidían más o menos cercanamen-
reconozca el origen de ciertas dificultades, para que se entrevean te con los conflictos sociales globales.
las direcciones de las soluciones, para que enfrente, con un Además, las formas tan radicales y violentas que las corrientes
mejor conocimiento de causa, en qué medida se ha decidido políticas han adoptado para hablar en nombre del marxismo,
realizar una inversión y pagar el precio de un mejor funciona- denunciando los procedimientos de la psicosociología, desig-
miento; y esto se tiene que conseguir sin sustituir a los actores nándolos como antiobreros, no facilitan un verdadero trabajo de
involucrados, sin dar consejos. crítica interna. Tengo la impresión de que en esa época aceptá-
Con esta perspectiva, el psicosociólogo tiende a separar su bamos que la significación política de nuestro trabajo era re-
rol de aquel que se asigna al ingeniero, al especialista en una formista, desde el momento en que tendía más a aplazar-el
técnica de producción, de gestión o de organización. Al conce- momento del estallido de un conflicto abierto que a acelerar
birse a sí mismo como un agente que facilita la regulación de la dicho proceso; pero nosotros pensábamos que los problemas en
empresa mediante una acción sobre las comunicaciones, reesta- los que nos comprometíamos se planteaban asimismo en los
blece el carácter colectivo de los aspectos técnicos sin-hacerlos regímenes no-capitalistas; que el pasaje al socialismo -para
ya depender de las capacidades de un subconjunto interno o ex- aquellos antiguos militantes decepcionados por la estructura y el
terno; de hecho, contribuye indudablemente a separar, incluso funcionamiento de las organizaciones obreras, así como para
deseando lo contrario, las actividades de organización de las de aquellos que mantienen un compromiso político o sindical- no
comunicación social y relaciones humanas. implica solamente la abolición de la propiedad privada y la
Queriendo ubicar su relación de consultor en un nivel global planificación centralizada, sino también una transformación
y no sólo en el plano de una instancia de dirección, es decir, cultural profunda; que esta transformación de las relaciones
planteando de entrada que la empresa es un sistema social uni- sociales de producción hacia una democracia más verdadera y
tario, ejerce una presión que, si es aceptada, permite la palabra una mayor libertad pasa también por una evolución de las

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personas, de las formas de autoridad, de las estructuras organi- En el principio de los años sesenta, una larga intervención en
zacionaIes y que no es demasiado temprano para inducir a este una empresa implanta, se podría decir, una estructura de análisis
respecto una reflexión acerca de esas experiencias, aun cuando de grupo en el seno de un subconjunto de la sociedad; el registro
las organizaciones del movimiento obrero se rehúsen a tomar la de las sesiones se halla caracterizado por una doble inscripción
iniciativa para ello, en lo que les concierne. experimentalista y clínica en el programa de investigáción; a pe-
También los límites de los procedimientos de la intervención, sar de numerosas reuniones de trabajo que van señalando todo
que unas veces van distinguiéndose lentamente y otras se revelan el proceso, ya sea reuniendo a todo el equipo, ya sea únicamen-
de entrada, se fijan más bien en relación con los datos locales te a los tres psicosociólogos dedicados al trabajo directamente
-y/o con la naturaleza del régimen capitalista- que con el prin- sobre el terreno, sólo se obtienen resultados parciales (cí. espe-
cipio mismo de la tentativa. cialmente las publicaciones de Max Pages y J.C. Rouchy). (5)
Paralelamente, trabajos más cercanos a una orientación socio- i
Los años 60 pedagógica fueron conducidos por otros miembros del equipo:
es preciso decir que en éstos la referencia a una pedagogía acti-
En el momento de su creación, el equipo del ARIP reagrupaba va, el lugar que tomó la animación de los grupos que trabajaban
esencialmente dos equipos de practicantes igualmente preocupa- en una perspectiva de estudio de los problemas, si no es que una
dos por edificar una estructura de trabajo que permitiera reali- orientación adaptadora claramente afirmada, redujeron el traba-
zar diversos proyectos sin las limitaciones conocidas con ante- jo de perlaboración sobre los fenómenos afectivos colectivos e
rioridad. Uno de esos equipos abandonó el organismo consultor intentaron trabajar en la articulación de lo psicosociológico, de
donde trabajaba en estrecha vinculación con ingenieros en orga- lo sociotécnico e incluso lo económico.
nización. La otra siguió actividades de formación psicosocial en La organización y la conducción de seminarios representó a
el nivel ejecutivo e intervenciones en unidades regionales en una lo largo de este período, y lo sigue representando ahora, la mitad
empresa nacional. de las actividades del ARIP. Al mismo tiempo que los cursillos
Pero ni la animación ni la organización de los cursillos de tipo se diversificaron abarcando cuestiones de pedagogía, de capaci-
grupos de evolución, que utilizan métodos derivados del grupo tación de adultos, de metodología psicosocial, de sociología de
T de Bethel, del psicodrama analítico, etc., podían encontrar las organizaciones, incluso a veces de iniciación a la economía,
una ubicación en el interior de una empresa; además tampoco los grupos de evolución tendieron a aumentar su duración y a
podían ser tolerados en un organismo cuya vocación era la mostrar preferencia por una extensión en el tiempo sobre las
organización científica del trabajo. fórmulas intensivas concentradas en cinco o seis días; algunos se
El carácter clínico del nuevo grupo se hallaba pues claramen- dieron bajo la completa responsabilidad de analistas (grupos
te marcado en lo referente a las actividades que desarrollaría. La semanales de psicodrama, grupos de análisis abiertos ... ). Los se-
proporción de los miembros que se habían comprometido en minarios derivados del grupo T, cada vez más marcados por las
una cura analítica personal, o la habían incluso terminado, era de aportaciones del psicoanálisis, eran objeto de discusiones severas
un tercio; diez años después, creció hasta constituir nueve déci- y de distintas publicaciones. Esta evolución se ligó también a la
mas partes; la mitad ya eran terapeutas o analistas o iban a serlo de la clientela de estos cursillos donde la proporción de maes-
finalmente. tros, de trabajadores sociales, de curas y religiosas, de psiquiatras
La orientación no directiva de inspiración rogeriana domino y psicoterapeutas aumentó considerablemente.
los primeros años de funcionamiento, de 1959 (fecha del primer También, aunque el número de intervenciones de larga dura-
seminario de larga duración), a pesar de la influencia ya sensible ción siguió siendo siempre reducido, la demanda se extendió a
del psicoanálisis -comprendidos los aportes británicos que L. las asociaciones, movimientos educativos, institutos religiosos y
Herbert, antiguo miembro del Tavistock y primera traductora hospitales psiquiátricos. (6) Esto quiere decir que las demandas
de Bion en Francia, introdujo desde el primer año-, hasta 1966 provenientes de los medios industriales disminuyó aun cuando
(año marcado por la venida de Rogers a Franciay el descubrimien- la asistencia de los ejecutivos a los cursillos se mantuvo relativa-
to, (la confirmación), de la distancia que nos separaba de este au- mente estable. Sin embargo, los años 60 condujeron a una parte
tor tanto en plano teórico e ideológico como en el práctico). (4) del equipo a intervenir en el extranjero en organizaciones con

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yecto psicosociológico. Como muchos otros, experimentamos la
una función económica; la intervención en México, en el Centro
de Productividad, en 1961, innovó la metodología que sería em- desilusión de comprobar que lo que nos parecía más bien una
revuelta cultural, a pesar de sus resonancias en el conjunto del
pleada posteriormente en la intervención en Geigy-France; la in-
país, no desembocaba en lo político, que la "comuna estudian-
tegración, en el equipo, de extranjeros francófonos (Maurice
. til" (Morin) quedó como una "revolución anticipada" (Casto-
Jeannet en Suiza, Paul Ninane en Bélgica) se encuentra ligada a
riadis) , como un "movimiento revolucionario sin revolución"
actividades en empresas de esos países; durante muchos años, un
buen número de miembros del ARIP ha intervenido en Italia (Touraine).
Si antes de 68, algunos de nosotros veíamos en las acciones
(especialmente en la Fundación Agnelli) y ayudaron a la consti-
emprendidas por los movimientos como la FOEBEN, con quie-
tución de una asociación de psicosociólogos italianos con quie-
nes trabajaba la ARIP desde 1964, una dirección susceptible de
nes se ha mantenido siempre la colaboración.
provocar en cierto plazo una evolución global del sistema educa-
Es pues sobre todo en Francia donde el trabajo en el medio
tivo, el período que siguió a mayo mostró que, por el contrario,
industrial acusa un descenso continuo. Es cierto que las alterna-
el reconocimiento de sus esfuerzos por parte de los autores de
tivas elegidas por el equipo (su orientación más clínica, su acti-
la nueva ley de orientación significaba más una oposición de la
tud crítica respecto de las escuelas lewiniana y post-lewiniana:
institución que un cambio, aunque fuera modesto; mientras que
planned change, organization-development), su ambivalencia o
el proyecto preveía la multiplicación de las intervenciones en to-
su escepticismo respecto de las demandas susceptibles de prove-
dos los establecimientos donde ya una buena proporción de ma-
nir de esos medios (que se traducirá, desde el 68, en el dominio
estros se había comprometido en un trabajo de evolución en el
de la formación continua), su negativa a emprender actividades
nivel de su clase, se dio una tendencia al repliegue sobre activi-
de prospección comercial, la participación de un creciente nú-
dades de formación orientadas hacia el cambio personal.
mero de sus miembros en la enseñanza universitaria o en la in-
Las limitaciones y restricciones experimentadas en el enfren-
vestigación, aspecto que reducía otro tanto la intervención del
grupo . . . son otras tantas razones que pueden explicar el fenó- tamiento con la realidad de las instituciones condujeron, no so-
meno. Pero creo que debemos mencionar, para explicarlo, la lamente a que se renunciara a la producción de un cambio glo-
disolución del clima de consenso nacional que había marcado el bal a través del desarrollo de acciones locales, sino también a
periodo de reconstrucción de posguerra, y de manera más gene- que se abandonara la esperanza de un análisis de la institución
ral, las condiciones propias de Francia: la guerra de Argelia, por por procedimientos del tipo de la intervención psicosociológica.
ejemplo, el hecho de que ciertas bases ideológicas discernibles Las instituciones no se analizan como los individuos ni como las
en la constitución de la propia disciplina psicosocial coincidían relaciones y la vida psicológica de un grupo.
con las del movimiento estudiantil que estalló en 68 (por ejem- Antes de seguir con el desarrollo de este último punto (7) men-
plo, la tendencia que siguió la mayoría en el seno de la UNEF cionaremos algunos aspectos de la evolución del equipo desde
hacia el año 65 en París, se llamaba a sí misma "psicosociológi- 1970:
ca") o con las de ciertos medios intelectuales (cf. los últimos - las actividades de carácter clínico se especifican más cen-
años de la revista Socialisme ou Barbarie, los números especiales trándose sobre la evolución de las personas consideradas en sus
de Arguments acerca de la autogestión, psicosociología y políti- roles sociales, en sus modos de inserción; (8)
ca, etc.). - se integran nuevos miembros que trabajan en disciplinas di-
ferentes o que practican aproximaciones diferentes;
1968 y después - se elaboran proyectos de investigación-acción, por ejemplo
en el dominio del mejoramiento de las condiciones de trabajo;
Nosotros, como muchos otros, vivimos los acontecimientos de por investigación-acción entendemos aquí los proyectos que in-
mayo como una "intervención" simultáneamente política y cul- tegran una doble orientación (heurística y de cambio) en el cur-
tural de una audacia inaudita, que imprimía un desarrollo total- so de una intervención donde la iniciativa ha sido tomada por el
mente imprevisible, sin proporción respecto de todo lo que hu- psicosociólogo y no por el agente de una demanda de consulta.
biéramos podido esperar después de la Liberación, a toda clase Este último aspecto remite a un problema más general que
de temas presentes de manera más o menos explícita en el pro- concierne al modo de implicación social del psicosociólogo y

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permite resumir un aspecto de la evolución que me parece im- privilegiado de los fenómenos transferenciales de parte del gru-
portante: po, de los colectivos, es porque ocupa en ese espacio una posi-
- en los años que siguieron a la Liberación y, sin duda, hasta ción de autoridad o de poder completamente particular --por
el comienzo de los años 60, el psicosociólogo se consideraba a ejemplo jefe de médicos de un establecimiento psiquiátrico- y
sí mismo como un actor social con participación en la vida eco- es por completo evidente que un lugar como éste induce una re-
nómica; aun cuando se esforzaba por separar su rol de ciudada- lación social que se encuentra originalmente en la realidad antes
no y militante de su rol profesional, se sentía más bien agente de poder estar situado en un espacio imaginario que reproduci-
de estudio e investigador o incluso "agente de cambio", como ría un3 relación vivida en otra parte.
dicen algunos de entre nosotros empleando el término utilizado Si el practicante se encuentra, para citar otro caso, en una po-
por Lewin y sus alumnos, o "inductor del cambio", cuando las sición menos central, como investigador o consultor social, los
referencias a la pedagogía activa, a Rogers o incluso a ciertas fenómenos transferenciales no pueden ya representar un motor
posiciones políticas surgidas del trotskismo (cf. el grupo Socia- del análisis comparable a la función que adquieren en la situa-
lisme ou Barbarie) comienzan a apoderarse de él, y participa en ción dual-o grupal- de una cura.
este clima de consenso que marca para nosotros el período que Simétricamente, el hacerse cargo de la implicación no puede
sigue a la guerra. reducirse a la identificación del impacto que tiene una determi-
- a partir de los años 60, su modo de intervención se refiere nada situación en relación con la propia historia; ni al hecho de
cada vez más al modelo de la relación de consulta proveniente no considerarse exterior respecto del proceso iniciado, es decir,
de la psicología clínica y, sobre todo, de la práctica psicoanalí- saberse incluido en el campo de estudio, hallarse presente en es-
tica; progresivamente, tiende a verse como un analista que ase- te campo; y todavía menos al hecho de soltar cosas que se callan
gura funciones de elucidación; bajo la influencia del pensamien- habitualmente, y cuya expresión puede ser psicológicamente
to psicoanalítico, especialmente lacaniano, toda orientación a- costosa, por ceder a presiones de las cuales se es objeto ... o
daptadora -o contestaqora- le parece antinómica a una verda- por satisfacer el exhibicionismo, con el pretexto de reconocer,
dera acción de elucidación: debe ser descartada o suspendida de frente aquellos con quienes interviene, el derecho que tienen a
la misma manera que el deseo de curar al paciente en la cura in- saber quién les habla y de qué .están hechos los agentes de la in-
dividual (el sanar como beneficio por añadidura). (9) Al estudiar tervención.
el trabajo de Jaques en la Glacier Metal (en tres ocasiones 1963- El hacerse cargo de la implicación me parece que se sitúa, en
1967-1972) me parece que el "análisis social" ilustra, en el cam- principio, en el análisis del sistema de lugares, en el señalamien-
po social, una alternativa como ésta durante los quince primeros to del lugar que se ocupa, del que se busca ocupar y, sobre todo,
años (de 1948 a 1963), para separarse después de ella. (10) del que le es asignado y cuya asunción es rechazada o asumida
Pero en el último período, parece que es posible observar·que con todos los riesgos que comporta. Me parece que el trabajo de
se regresa a una representación más cercana a la del principio. El .Jeanne Favret-Saada en el texto de Bocage (11) representa a
modelo del analista ha sido siempre considerado muy problemá- este respecto un esfuerzo ejemplar para intentar extraer del
tico en el plano de las ideas, aun cuando en la práctica corre el psicoanálisis un paradigma epistemológico que revista una rele-
riesgo de ocupar el lugar ideal del yo. vancia para los procedimientos sociológicos. La expresión
Como lo muestra aquí mismo André Lévy, nociones como investigación-acción que creo pertinente para caracterizar esta
transferencia y contratransferencia no pueden ser traspuestos aproximación se encuentra, seguramente, en las antípodas de la
del psicoanálisis al análisis social; si en la obra freudiana hay acepción lewiniana.
algún paradigma relevante para la sociología clínica, debe Uno de los resultados de esta forma de hacerse cargo de la im-
buscarse en otro nivel completamente diferente, lo cual exige un plicación de la práctica (el lugar de quien interpela en un campo se
esfuerzo de abstracción específico de la situación donde se en- ve él mismo in(!luido: es aquel en donde se encuentran todas las re-
cuentra el practicante de las ciencias sociales y de su objeto de laciones que mantiene con los otros agentes de subsistema; ellu-
trabajo que concierne, en principio, a la naturaleza de las rela- gar señalado por la propia asignación; cllugar que hace que uno
ciones sociales. haya sido interpelado y que haya escuchado la interpelación, etc.)
Si, por ejemplo, el practicante espera convertirse en objeto me conduce a proponer en este párrafo una última observación.

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te el itinerario, (2) sinuoso, pero que permanece sobredetermi-
Toda intervención psicosociológica, toda investigación-acción
nado por una lógica profunda, por la fidelidad a algunos princi-
-ya sea respuesta a una demanda o comenzada por iniciativa del
pios o valores esenciales, en una palabra: "dar cuenta de la pro-
practicante- tiene siempre como origen alguna otra interven-
ción de cualquier naturaleza -ysicosocial o no-; nunca es ide- pia práctica".
Parafraseando a Hegel, hoy se ha puesto de moda celebrar la
pendiente, se halla siempre ligada a una acción que la precede o
importancia del "trabajo de lo negativo". Pero esta afirmación,
que la engloba, que es en sí misma una intervención que no pu-
do alcanzar su objetivo con suficiencia y cuya existencia -y fra- cuando se queda en palabras, tiene algo de sospechoso puesto
caso- trata de mantenerse más o menos ocUlta a los ojos del que. permite, sobre todo a quienes la enuncian, la afirmación de
nuevo interviniente. Una buena parte del problema de la signifi- una superioridad sobre aquellos que viven esta negatividad, di-
cación que adquirirá la intervención psicosocial radica en la re- rectamente, a través de las contradicciones de sus conductas
lación que mantendrá con la que la ha precedido: ¿es una inter- profesionales.
vención para (al servicio de), acerca de, contra, dentro ... del En lo que a mí concierne, hace ya mucho tiempo que renun-
sistema de intervenciones cuyo avatar la generó? Si se desconoce cié a las ilusiones del cambio social planificado, o al optimismo
este origen, no será posible, evidentemente, responder a la pre- rogeriano con respecto a los hombres y a los grupos, a la creen-
gunta; pero esta observación sugiere una pista que el trabajo de- cia en su positividad fundamental; y hace tiempo también que
be seguir desde los preliminares. y ya sea durante el trayecto o descubrí lo sospechosa que podría ser esta misma creencia, sub-
después, nunca es fácil elucidar por completo la naturaleza exac- tendida por las pulsiones de muerte, el desprecio y el odio que
ta de la relación; llega incluso a ocurrir que los agentes de la in- busca conjurar. Pero ello no me ha conducido, sin embargo, a
tervención -y los grupos en los cuales interviene- pierden tanto abandonarme al placer de la renuncia doctrinal y de la autocon-
más fácilmente de vista esta relación cuanto que se hallan más denación.
absorbidos por la nueva trayectoria, o que se valgan de esta últi- Lo esencial de mi actividad como interviniente permanece
ma para ocultar los acontecimientos que el proceso provocó. centrada en el trabajo psicológico, paso a paso, con los grupos
relativamente restringidos en los que los conflictos o las contra-
dicciones son elaboradas concretamente por cada uno en rela-
LA INTERVENCION COMO PROCESO· ciones directas, frente a frente. Situándome en las antípodas de
Rogers, creo, sin embargo, que no es posible realizar un trabajo
Si, como escribe Jean-Claude Rouchy, (1) la diferenciación entre que valga la pena con grupos u organizaciones si no se tiene un
las múltiples corrientes de la psicosociología se ha afirmado y a- verdadero interés afectivo por las personas que los constitu-
finado más en estos últimos años, lo cual les permite una clari- yen; (3) que una actitud voluntaria y falsamente objetiva, desa-
ficación progresiva, ésta es aún muy relativa; las diferencias doc- pasionada, científica, puede ser sólo una máscara para el despre-
trinales o ideológicas, aumentadas por razones achacables a las cio profundo respecto de los otros y traducirse únicamente en
circunstancias, a la necesidad de crearse una identidad visible, de acciones tecnocráticas al servicio de un deseo de poder más o
distinguirse aun artificialmente, reemplazan con frecuencia la e-
menos oculto.
lucidación de las diferencias teóricas o de los postulados episte- Toda mi experiencia, lejos de llevarme al escepticismo, y has-
mológicos. ta al nihilismo, me conduce por el contrario a reconocer cada
Pero también la experiencia adquirida ha vuelto más pruden- vez con más daridad la significación del análisis (en el sentido
tes a los psicosociólogos. Han tomado conciencia de la extrema freudiano) en los grupos y en las sociedades humanas.
distancia que existe entre sus metodologías y su teorización, y Las prácticas de intervención, a diferencia de las acciones de
la complejidad de las situaciones. formación o de investigación, involucran directamente a grupos
Por lo tanto, es una tarea cada vez más difícil, para quien se de personas en su devenir colectivo. Las tomas de conciencia o
lo propone seriamente, explicar la propia posición con respecto la comprehensión que resulta del trabajo analítico que ahí se de-
a estas últimas, la manera como se define frente a los conflictos sarrolla, sólo tiene sentido en relación con sus efectos concretos
de toda índole que, mal que bien, se superan; mostrar claramen-
en la historia del grupo.
Como lo menciona Jean Dubost en las páginas precedentes,
(*) Esta parte fue redactada por A. Lévy.

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cación de las palabras en "datos" de información. El hecho de
las primeras intervenciones psicosociológicas conocidas bajo este escuchar a cada persona aisladamente, una sola vez, supone
rubro en Francia (4) estaban dirigidas a compensar los efectos que su pensamiento puede ser "agarrado", resumido en un
objetivantes Ydesrealizantes de la encuesta, instituyendo un pro- objeto: el objeto entrevista. La reunión de estos diferentes ob-
ceso de feedback de sus resultados hacia los grupos a los que co- jetos para el análisis, es decir, de todas las entrevistas en un con-
rrespondían y generando un proceso de interpretación y resolu- junto, supone a su vez la posibilidad de una lectura vertical, en
ción colectivas de los problemas evidenciados. un momento dado, de la expresión colectiva.
Durante largo tiempo, y con frecuencia todavía hoy, la inter- Tal metodología induce pues la expectativa de una objetiva-
vención psicosociológica ha sido asociada a esta metodología, la ción y de una organización de los problemas que permiten su
cual, no obstante, se mantiene demasiado dependiente del mo- tratamiento Y su posterior comprensión con la finalidad de
delo epistemológico de la investigación científica, lo que le im- tomar decisiones y emprender acciones.
pide avenirse a un propósito de carácter analítico y desembocar Para dar cuenta de las separaciones que existen entre las dis-
en otra cosa que no sea una actividad decisional, sin duda más tintas maneras de representarse la empresa, nos vimos conduci-
esclarecida, o por lo menos esclarecida en forma diferente; pero dos a distinguir muchos discursos concurrentes: cada uno se
que sólo incide en lo real mediante la intermediación de las es- refería al pasado de la empresa para explicar, bajo una forma
tructuras jeráiquicas de poder. histórica y casi narrativa, los problemas actuales de la empresa.
Su base fundamental es el postulado de que el conocimiento Cada una de estas representaciones estaba formulada de ma-
representa un valor y un bien, y que su conquista es el elemento nera muy coherente, propia para demostrar lo bien fundado de
determinante de una estrategia de cambio cuyo objetivo no se- las soluciones preconizadas: adaptación de los antiguos ejecu-
ría otro que hacer cada vez más transparente la organización. tivos a los nuevos mercados y a las nuevas tecnologías; mejor
Recíprocamente, no sólo desconoce el hecho de que el acceso al coordinación administrativa, clarificación de funciones; reequi-
saber no es simplemente un problema de técnica, sino, sobre to- libración del poder en beneficio de la producción, y cambio de
do, ignora que éste tiene pertinencia y eficacia únicamente actitud del patrón, visto como muy ligado al responsable comer-
cuando es suceptible de ser movilizado en situaciones y en rela- cial, su amigo, y demasiado dependiente de él.
ciones concretas; si no, se convierte en un simple instrumento Sin embargo, la coexistencia de estos diferentes discursos,
ideológico. Pero no deja de ser sorprendente que 35 o 40 años cuyas respectivas estructuras mostraban su propia racionalidad
después de Lewin aún tengan que ser desmontadas tales ilusio- (económica o tecnológica, ideológica-afectiva, organizacional),
nes.(5) traducía también, Y sobre todo, la esperanza de conseguir su
La última intervención en' la que participé, y que adoptaba conjunción en un solo discurso para resolver, de esta manera,
más o menos este modelo, data del 1972. (6) Nos vimos obli- lo que todos habían vivido como una crisis del sentido, una cri-
gados a emprender una encuesta como primera etapa de nues- sis ideológica, tanto más aguda cuanto que estaba acompañada
tra intervención porque la Dirección de la empresa lo consideraba por una crisis del poder; dicho de otra manera, la ausencia de re-
una condición indispensable. Pero nosotros habíamos tomado ferente único se traducía en la sensación de un poder diluido
una serie de precauciones para garantizar que esta encuesta e inasible.
no bloqueara el proceso de análisis colectivo en el que preten- La encuesta confortó esta esperanza especialmente mediante
díamos desembocar: por una parte hicimos de tal manera que nuestro reporte oral, que presuponía la posibilidad (al menos
nuestro reporte (que habría de comunicárseles a todos) no para nosotros) de escuchar y comprender todos los discursos,
pudiera ser tomado de ninguna manera como un diagnóstico; uno tras otro, y así pasar sin dificultades de uno a otro profi-
por otra parte, creamos condiciones para que un principio de riendo cada uno con la misma objetividad.
confrontación se efectuara entre los miembros de la organiza- De esta manera, lo que era una realidad contradictoria Yresque-
ción durante nuestra encuesta en el momento de rendir el brajada se veía remitida a puntos de vista divergentes, pero
informe. situados en el mismo plano y que, en última instancia, eran com-
Pero estas precauciones se revelaron vanas: la metodología plementarios y reposaban sobre ciertos presupuestos, eviden-
de la encuesta supone, en efecto, implícitamente, que se con- temente diferentes, pero potencialmente articulables entre ellos.
sidere cada entrevista como un objeto aislado; implica la reifi-
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Estas implicaciones aparecieron muy claramente durante la lec- se sabe, se encuentra en la base de toda sociedad "armoniosa".
tura y ~a discusión de nuestro reporte: la esperanza de un dis- Pero si nosotros habíamos aceptado, obligados, la encuesta,
curso único se fundió rápidamente en la medida en que cada no habíamos aceptado sus presupuestos; nosotros queríamos,
discurso, reconstituido por nuestro esmero, apareció como la por el contrario, que cada discurso fuera reconocido como ex-
expresión totalitaria de un lugar y un interés específicos en presión actual de lo vivido, como una palabra destinada a ser
la empresa, que imponía una interpretación única de la realidad, perseguida y recogida, por poco que se la tomara en serio y se
en la que una parte del grupo se reconocía, mientras que los de- intentara comprenderla, entendiendo también cómo podía
más tenían la impresión de haber sido relegados (lo que se tra- constituir un testimonio del lugar ocupado por quienes habla-
ban, lo que le permitía ser proferida, entendida o rechazada.
dujo en movimientos diversos durante la lectura, que una parte
Esta experiencia nm, permitió entonces darnos cuenta de
del grupo en ocasiones no soportó).
La esperanza defraudada era también la de una comunidad en aquello que constituye el punto en el que la práctica de la en-
cuyo seno las contradicciones y las oposiciones se resolvían por cuesta, cualquiera que sea la forma en que se la conduzca, está
sí mismas. asociada a la búsqueda de un sentido, es decir, a una explicación
Su pérdida acarreó inevitablemente el cese definitivo de la general. Incluso cuando las contradicciones son explicitadas y
intervención y la renuncia al trabajo de grupo proyectado (a subrayadas, el hecho de que sean recogidas en un discurso único
pesar de un comienzo que preparaba la constitución de esos hace que se crea en la posibilidad de superarlas o, por lo menos,
grupos). de articularlas; la encuesta se inscribe necesariamente en el
Otro análisis de contenido de la encuesta sin duda hubiera proyecto de conferir un sentido; y esa es la función de las re-
evitado este desenlace. Pero para ello hubiera sido necesario presentaciones: éstas no son reconocidas como un discurso,
que nosotros asumiéramos unas presuposiciones contradictorias sino como un saber acerca de. Sentido o saber cuya función
respecto de nuestros propósitos; que no solamente nos esforzá- principal es fundar legítimamente acciones o decisiones (saber
ramos por articular el discurso común que se esperaba de noso- para).
tros, sino que, sobre todo, consiguiéramos que cada discurso Lejos de favorecer un proceso de análisis, la encuesta contri-
fuera presentado como la expresión parcial de una misma reali- buye así a la represión: primeramente, al transferir al pensa-
dad objetiva. Dicho en otras palabras, que se hiciera como si se miento las fisuras y las contradicciones que resultan de las
considerara que, para aprehender esta "realidad", bastara puri- divisiones intraorganizacionales (sobre todo de la división del
ficar cada expresión de aquello que constituía su particularidad trabajo); y después, alentando la creencia en la reunión imagi-
(demasiado subjetiva, demasiado excesiva) y conservar, ·por el naria de estas representaciones divergentes, reducidas a enuncia-
contrario, lo que podía completar y "enriquecer" el discurso dos cerrados, desconectados de las conductas y las estrategias.
común, dejando al margen el hecho de que algunos discursos Es grande entonces la tentación de abandonar totalmente el
parecieran más "objetivos" que otros. modelo heurístico de la encuesta y recurrir al modelo psicoa-
Ese es el contrato implícito de la encuesta cuyos presupues- nalítico para aplicarlo a los grupos y a las organizaciones.
tos "científicos" kantianos sólo logran traducir, en otra forma, A menos que se idealice el proceso de análisis social, éste sólo
una creencia en el sentido común, cuya pretensión es que se puede hacerse, en efecto, a través de una experiencia de comuni-
aprehende tanto mejor la "realidad" cuanto que se acumulen cación en el sentido pleno del término, donde el carácter inme-
las diferentes visiones que hayan surgido desde diferentes diato del riesgo es sensible, y donde se está expuesto a una
"puntos de vista". respuesta instantánea en forma hablada o actuada, que involu-
Pero esta creencia implica la posibilidad de aprehender direc- cra a las personas en su integridad intelectual, moral o corporal.
tamente, aunque en forma imperfecta, lo "real" en los discursos Los grupos frente a frente aparecen entonces como lugares
proferidos por la gente, ya que lo "supuesto real" de cada dis- privilegiados de análisis: constituyen lo que hace el espesor de
curso está concebido como una de sus parcelas. lo social, la opacidad de una palabra que no se reduce a un
Esto conduce, por lo tanto, hacia un principio de tolerancia contenido y nunca coincide completamente con discursos
con respecto a los diferentes puntos de vista, aliada a la concien- construidos, instituidos, reproducidos en ámbitos separados del
cia de la relatividad de cada uno de ellos; principio que, como lugar y el momento de su emisión.

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Los procesos sociales no se reducen evidentemente a lo que se encuentra condicionado, al igual que el de los otros miem-
puede ser aprehendido en los grupos frente a frente; pero, recí- bros, por variables de la misma naturaleza, y porque se inserta
procamente, estos procesos no pueden ser comprendidos y desde el comienzo en el mismo sistema de alianzas, de presiones,
no pueden evolucionar independientemente de las formas en de estrategias, participando necesariamente en él.
las que se actualizan, en las que se articulan y se transforman. Si pueden ocurrir fenómenos de desplazamiénto o de proyec-
No es pues posible hablar de análisis social sino en las situa- ción con respecto al interviniente, no pueden entonces estable-
ciones de grupo en que los enunciados interpretativos pueden cerse ni desarrollarse relaciones de transferencia en el sentido
insertarse en la enunciación que los sujetos hacen de aquello preciso del término; éstas implicarían, en especial, el respeto
que tiene sentido para ellos. por parte del analista de la regla de abstinencia, de no acción,
y el desarrollo de una relación entre dos sujetos: el analista por
Crítica del psicoanálisis aplicado a los grupos una parte, el grupo por la otra.
Si esto es posible en relaciones de persona a persona, de
No me extenderé aquí sobre este tema complejo, pero sin em- cuerpo a cuerpo, no ocurre lo mismo en el caso de las relaciones
bargo, si hay un resultado seguro (para mí) de la experiencia con un grupo cuya identidad y la unidad mismas son definidas
de análisis de grupo acumulada durante 15 o 20 años, es éste: arbitrariamente con la participación del analista-interviniente
si se puede hacer cierto trabajo analítico en los grupos, no se en el acto que lo instituye como analista frente a una "deman-
trata del mismo que puede hacerse en el marco de una cura da" cuya existencia él mismo postula (si no es que contribuye
individual. El hecho de querer trasponer las reglas y las técnicas incluso a estructurarla).
del psicoanálisis al análisis social, de considerar análogos sus La expresión misma de "transferencia de grupo" o de "trans-
encuadres o sus settings respectivos, de comparar sobre todo las ferencia institucional" me parece absurda, tal vez hasta una
relaciones de transferencia/contratransferencia entre un psicoa- superchería.
nalista y un analizado, con las relaciones que se establecen Esto aparece con claridad en las situaciones de formación
entre uno y muchos intervinientes por una parte, y un grupo (grupo de diagnóstico, por ejemplo) cuya existencia depende
o una organización por otra parte, sólo puede tener un resulta- enteramente del acto fundador (programa) del analista y de su
do: la represión de la palabra, la negación de los conflictos y reconocimiento del "grupo", cuya existencia postulada como
fisuras y el desarrollo de una relación normativa y pedagógica objeto transfiriente (deseante) es necesaria para instituirlo
calificada falsamente de analítica. como analista.
El obstáculo más serio para un "psicoanálisis de grupo" es No voy a desarrollar aquí lo que escribí ya en otra parte (8)
la imposibilidad que tiene el "analista" para constituirse en un y que me lleva a concluir que estos grupos no podrían ser otra
tercero: aun cuando ocupe incontestable mente una posición cosa que situaciones de aprendizaje disfrazadas, "fenómenos"
especial, incluso por el solo hecho de que su asociación con el abstractos del "grupo" en general, recortados de toda historici-
grupo es temporal y que no persigue los mismos objetivos, dad, marcados además por el hecho de que son una realización
su posición de exterioridad sólo es relativa. del fantasma del animador-genitor.
Sea cual sea el· discurso que el analista mantenga acerca de En situaciones de intervención, sería diferente si se pudiera
su independencia o su supuesta neutralidad, no deja de ser sino situar a grupos u organizaciones "naturales" con sus fronteras
una petición de principio, puesto que esta afirmación no se y su propia historia.
relaciona con una diferencia irreductible: física, material o He intentado mostrar (9) cómo, por el hecho mismo de defi-
simbólica. nirse y situarse como analista, éste postula al mismo tiempo su
Freud (7) había ya subrayado esta dificultad indicando que objeto, es decir, el grupo o el equipo como unidad diferenciada
uno de los límites del análisis social era la necesidad de un cuya existencia e historia se encuentran separadas (mediante
poder sobre el que pudiera fundarse el lugar del analista, poder el empleo, por ejemplo, de términos como el "grupo" o la
cuyo ejercicio es contradictorio con todo trabajo analítico. "demanda").
Si el analista no puede situarse en una radical exterioridad El interviniente puede verse tentado a definir un marco de
con respecto al grupo o a la organización, es porque su lugar trahajo análogo al de una situación de formación por medio de

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grupo de sus presiones externas. Estas modalidades permitían
reglas explícitas o implícitas, concebidas de manera que puedan asimilar la intervención a las actividades de ergoterapia, que
asegurar su lugar como analista de los fantasmas inconscientes,
eran también pagadas por los enfermos y no se encontraban
del "aparato psíquico grupal", (10) y legitimar su interpretación
sujetas al presupuesto del hospital; constituían de esta manera
en las relaciones de "transferencia" que se establecen y se desa-
una puesta en acto del deseo, especialmente del director médi-
rrollan entre él y el grupo. co, de autonomizar la psicoterapia y acentuar la diferenciación
Al reconstruir ficticiamente dicha situación, el interviniente
se encuentra con los límites que he señalado a propósito del entre esas actividades y el trabajo de los enfermeros que seguía
grupo de diagnóstico: la psicologización del conflicto, su reduc- sometido de todas maneras a las reglas administrativas, de pre-
ción a dimensiones interpersonales o a fenómenos generales sencia, por ejemplo. Uno de los resultados, paradójico, del tra-
grupales, elimina de antemano todo lo que puede constituir la bajo de análisis fue el hacer evidente el carácter- ilusorio de
especificidad de esta situación y la sobredetermina en el plano este deseo de autonomía de la terapia y la manera como ésta
organizacional e institucional. Estas limitaciones se agravan contribuía a reforzar la división del trabajo en el seno del
por el hecho de que omite considerar los efectos que la instau- equipo en el hospital.
ración de esta situación pueden tener tanto sobre la organiza- Con esta perspectiva, el interviniente sólo se halla ligado a
ción, exteriormente a la situación de análisis, como sobre las cierto grupo particular provisoriamente; a medida que el trabajo
relaciones internas. progrese, la composición del grupo puede evolucionar y se
Aun bajo la ficción del "grupo de análisis", éste sigue funcio- hace posible trabajar con otras personas, otros grupos, según
nando como una instancia organizaci<mal (un equipo, un servi- otras modalidades distintas del análisis de reuniones (entrevis-
cio) no unificada, fragmentada, atravesada por fisuras internas tas, observaciones, emprender una investigación-acción ... ), aun
y enfrentada a las restricciones institucionales y económicas, cuando estas evoluciones puedan ser difíciles y hasta improba-
teniendo que tomar decisiones y ejecutarlas; estas fisuras y bles; las resistencias internas en la organización tienden, en
estas divisiones son borradas por la representación de que todos efecto, a fijar el trabajo de análisis en un lugar determinado, a
habrán de compartir la misma demanda de análisis colectivo y enmarcarlo y controlarlo hasta restringir su significación a la de
se situarán idénticamente como participantes o miembros una pedagogía activa, una terapéutica local.
del mismo grupo, estableciendo una transferencia colectiva con Por esta razón, cuando el interviniente, por razones que él
el mismo analista. quisiera metodológicas, o para garantizar mejor su posición,
Esta crítica del "psicoanálisis aplicado" nos lleva a concluir instituye él mismo este marco, entra en colusión con estas
que el interviniente no puede nunca tener otra posición que resistencias.
la de una relativa exterioridad; no constituye el único polo
transferencial en torno del cual se ordenarían y desarrollarían Cómo evaluar la intervención psicosociológica
relaciones susceptibles de ser interpretadas.
Uno de los objetos del análisis puede ser entonces trabajar Aun cuando se trate de evitar la cuestión de la evaluación del
sobre las diferentes maneras como el interviniente tiende a acto profesional que constituye la intervención psicosociológica,
ser utilizado en las estrategias, cómo se lo atrapa en diversas nunca es posible evacuarla del todo. No es posible zafarse de
alianzas (que por otra parte no puede recusar totalmente con ella diciendo, como lo hacen ciertos psicoanalistas, que no hay
el pretexto de una neutralidad ilusoria). que preocuparse en absoluto por los efectos que tiene su trabajo
En una intervención realizada en un hospital de día*, (11) sobre el devenir de la organización ("su sanar") o sobre sus
mostré, en este sentido, que la modalidad de pago de mis hono- relaciones internas; que la emergencia de los conflictos latentes,
rarios, directamente por cada miembro del equipo e igualita- la desmitificación de ciertas creencias, el levantamiento de los
riamente, traducía el deseo de sustraer el proceso terapéutico al tabúes, el acceso a los procesos psíquicos inconscientes, son obje-
control institucional de la jerarquía, y sustraer también al tivos que se justifican por sí mismos.
Si esto es verdad en parte, por lo menos merece una explica-
* Tipo de hospital donde la relación terapéutica supone el rechazo a la in-
ción.
Ciertamente, ya el hecho de formular la pregunta acerca de
ternación (N. del T.)

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para el que supuestamente sirve. ASÍ, sería posible analizar las
la evaluación plantea el problema en términos que pueden ser significaciones comparadas de la teoría de las organizaciones,
contradictorios no solamente con la significación de la expe- que las concibe esencialmente como sistemas de estrategias y
riencia del análisis, sino también con la del goce sexual o es- de alianzas, en lo que respecta a la organización científica del
té'·-"':o. ¿Cómo ubicar tales experiencias en las coordenadas de trabajo, centrada sobre los problemas de la producción racional;
un esquema pragmático o utilitarista, según ejes orientados de en lo que respecta a la burocracia, centrada sobre el sistema de
menos a más, de menos bueno a mejor, de lo negativo a lo po- reglas, etc.; y la cuestión es: ¿A quén y para qué sirve cada uno
sitivo? ¿Y cómo dejar de hacerlo? de ellos?
Así es como el cambio representa para nosotros, antes que La práctica de la intervención psicosociológica produce, tam-
nada, un acontecimiento marcado por el advenimiento, en la bién, una elaboración teórica sobre los procesos organizaciona-
vida de un sujeto o de una colectividad, de una ruptura con les, que tiene su pertinencia propia.
respecto a su ciclo de repeticiones y, consecuentemente, por De esta manera hemos ya explicado (13) por qué el hecho de
el acceso a una historia, a lo desconocido, al riesgo, a lo incierto. señalar e interpretar representaciones y fantasmas no solamente
En un escrito anterior, (12) describimos esta experiencia como no basta para justificar una intervención, sino que permite in-
"el descubrimiento de un vacío ahí donde se creía encontrar cluso que ésta caiga en la trampa de la encuesta (para ver o
lo pleno; encontrar lo posible donde se supondría una certi- para saber) o, lo que es lo mismo, de la pedagogía demostrati-
dumbre, una pregunta ahí donde aparecía una afirmación. va (para hacer saber o para convencer, postulando que las con-
Gracias a este vacío súbitamente revelado, comienzan a cir- ductas pueden ser modificadas por las representaciones).
cular las piezas, se hace posible un juego más libre ... Lo nuevo Nos dimos cuenta, en efecto, de que es posible considerar las
que aparece no es lo pleno: algo a lo que habría que hacer un representaciones de otra manera que como un conjunto o un sis-
lugar y que sería preciso acomodar entre lo que ya está ahí. tema estructurado, ordenado, jerarquizado de ideas y de juicios;
No es una adición, una certidumbre más, sino una sustracción, es esa la forma en la que se presentan con frecuencia, pero al
una certidumbre menos, una pieza desprendida del edificio precio de un esfuerzo de simplificación y de reducción intelectua-
en equilibrio" . les. Cuando se busca circunscribirlas en la forma en que actúan
La significación de una intervención o de un análisis no efectivamente, uno llega a percibirlas como series de discursos
puede, en efecto, concebirse independientemente del acto de entrecruzados que se desarrollan según actos referenciales
transgresión que lo acompaña, ni de la crisis ideológica y polí- múltiples, cadenas de significados, con frecuencia contradic-
tica que atraviesa la organización y la pone en cuestión. Es torios, que persiguen indefinidamente y de manera siempre
entonces cuando esta última se encuentra en un punto de rup- inacabada la búsqueda de sentido; discursos que la gente emite
tura o, cuando menos, frente a la eventualidad de una ruptura en las situaciones en que se encuentra, para poner señalamientos
vivida como el fin o la muerte de una organización que respon- y para atribuir un sentido a las divisiones espaciales, temporales,
día a lo imaginado, o como el reconocimiento de las fisuras sociológicas sobre las que está fundada la organización, y al
internas, irreductibles, comprendiendo también las personales. lugar que cada individuo ocupa en ella; discursos destina-
Esta concepción del análisis social implica también la necesi- dos a legitimar las acciones y las divisiones, tanto para ellos
dad de modificar la idea que se tiene de una organización: es mismo.s como para los demás.
preciso definirla con otros conceptos que aquellos que prevale- No obstante, subtendidos por la búsqueda de significaciones
cen cuando se la aprehende desde el punto de vista del actor, comunes (gracias a las cuales la organización puede ser aprehen-
es decir, con las nociones y las representaciones útiles para la dida como UNA), los discursos de representación permanecen
acción, orientadas hacia la resolución de problemas y los objeti- divididos. Además, al proporcionar explicaciones y al hacer
vos básicos que lo subtienden. más tolerables las divisiones y las fisuras organizacionales,
Toda teoría organizacional es, en efecto, la relativa a su perti- estos discursos contribuyen a reforzar y a reproducir estas mis-
nencia respecto de situaciones y objetivos dados. Ninguna da mas divisiones.
cuenta de una "verdad" general referida a la naturaleza de la Con esta perspectiva, el proceso de análisis no puede limitar-
organización en sí; ella es sólo un concepto relativo a los fines se a distinguir o descodificar las significaciones existentes, sino
que varían de acuerdo con el lugar donde ha sido elaborada y
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a aprehenderlas como discursos incompletos, a relacionarlas También nos pusimos de acuerdo muy rápidamente acerca de
con los lugares en los que son enunciados y con las diferentes mi rol: debía centrarse en su mayor parte sobre el trabajo
maneras en que cada uno, según la posición que ocupe en el de su grupo (llamado Comisión de la Asamblea General) durante
sistema de división del trabajo, intenta explicar, afrontar y todo el período de preparación de la Asamblea. En lo que hacía
ocultar las contradicciones en las que vive. a mi participación o a mi presencia durante la Asamblea misma,
En este sentido, el análisis no es una aprehensión objetivan- quedó en suspenso: sólo después de la primera jornada de tra-
te de un real supuesto, sino que es una producción de discursos bajo tomé la decisión de no participar de ninguna manera,
(14) que sólo permite abrir, en el caso del grupo, el acceso ni para ayudar a su animación, ni como observador por parte
a una historia, y a las personas implicadas les da la posibilidad de la Comisión. La razón de mi determinación era, en la medida
de desprenderse de la fascinación que sus propios discursos en que me ha sido posible analizarla, el sentimiento de que yo
ejercen sobre ellas. Esto siempre y cuando no se proponga el no habría podido, en ese lugar eminentemente político que
análisis como otro sistema de interpretación superior, que sería la Asamblea General, dejar de intervenir en relación con
a su vez reifica las significaciones. las orientaciones futuras de la comunidad y con problemas
Para ilustrar lo que precede, citaré el caso de una muy breve que no me concernían.
intervención que se extendiÓ durante algunas jornadas a lo largo Mi participación se limitó pues a algunas reuniones de una
de cuatro o cinco meses. Tomó la forma de una consulta para jornada o de media jornada con la Comisión, aproximadamente
un grupo de 6 a 7 personas pertenecientes a una comunidad re- cada mes (cada vez que ellos se reunían en París) y después, por
ligiosa y al que se había dado el mandato de preparar y condu- su demanda expresa, dos reuniones en el lugar de la AG, de no-
cir su próxima Asamblea General. che, con la finalidad de ayudarles a clarificar lo que había pasa-
Esta Asamblea General debía efectuarse algunos meses más do en esa jornada y preparar la del día siguiente.
tarde; especialmente debía ser la ocasiÓn para la elección del Todo esto permitió la determinación de nuestros respectivos
prÓximo Consejo o gobierno de la comunidad. La preocupación lugares: el mío con respecto a la Comisión, por una parte,
de las personas que se acercaron a mí era evitar que, como en y con respecto a la Comunidad en su conjunto y la AG por la
el caso de la asamblea precedente, el hecho de rehuir los pro- otra; el de la Comisión respecto a la Asamblea General y con
blemas se tradujera en un voto por nociones muy generales y respecto a la Comunidad; y finalmente el de la AG con respecto
vagas destinadas a permanecer como letra muerta. Pero perci- a la Comunidad.
bían toda la dificultad que había en ello dado el malestar que
existía en el seno de la comunidad.
Esa fue la razón de que ellos pusieran como condición para La Asamblea General y la Comunidad
la aceptación de su misión la posibilidad de contratar los servi-
cios de un psicosociólogo. La AG que se preparaba se reveló, de hecho, como una AG
A pesar de haber trabajado varias veces anteriormente, con extraordinaria. Había sido decidida al final de la precedente,
interés y placer, con personas pertenecientes a ese medio, yo el año pasado, que había dejado a la gente insatisfecha y con el
no tenía ninguna particular afinidad respecto de las comuni- deseo de enfrentar los problemas más directamente, especial-
dades religiosas, más bien a la inversa, pero el trayecto que mente con ocasión de la elección del nuevo Consejo o Gobierno.
ahora se me ofrecía me pareció atractivo, el problema que plan- Para esto se habían previsto varias jornadas.
teaban me parecía interesante y sentía que podía trabajar con Se trataba pues de un momento que, por diferentes razo-
ellos para resolverlo sin sentirme por ello comprometido ni nes (acentuación de la brecha entre generaciones, oposición
involucrado, de ninguna manera, con su comunidad y con sus cada vez más marcada entre concepciones diferentes de la
valores. Por lo demás, clarificamos muy rápidamente esta no Comunidad, plazos que se cumplían próximamente y que
implicación de mi parte en sus problemas y su ideología; no so- implicaban decisiones importantes), era considerado por mu-
lamente no les inquietó, sino al contrario: les pareció una garan- chos (por la Comisión en todo caso) como un hito en la his-
tía para realizar lo que se habían propuesto. Buscaban esencial- toria de la Comunidad, hito que era importante no dejar es-
mente un "técnico". Después de algunas vacilaciones, acepté. capar.

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parecían garantizar, a sus ojos, (sin duda con cierta ingenuidad)
La Comisión con respecto a la Asamblea General y con que yo no perseguía ningún interés personal relacionado con
respecto a la Comunidad; y yo mismo con respecto a sus asuntos internos; incluso yo mismo me sentía también
la Comisión y a la Comunidad extraño y desimplicado respecto de estos últimos.
Mucho me sorprendió pues verme reaccionar tan rápida y
Puesto que estas posiciones respectivas, distintas entre sí, vivamente a propósito de su manera de situarse en esta tarea.
aparecen como extremadamente articuladas unas con las otras, Apoyándome sobre el contrato que habíamos concertado y que
me parece más interesante examinarlas en conjunto que separa- me autorizaba a intervenir sobre todo aquello que a mi parecer
damente una por una. debiera ir en el sentido de evitar problemas y conflictos, inter-
Como lo he indicado ya, decidí después de la primera jornada vine con bastante brutalidad para criticar sus tendencias a esqui-
de trabajo no participar, de ninguna manera, en la Asamblea var las dificultades, a sobrevolarlas ya generalizar con demasiada
General e incluso no asistir a ella; esto me pareció necesario precipitación.
para preservar mi no implicación en los problemas directamente Me parecía al mismo tiempo que esta brutalidad respondía
políticos de la Comunidad y para clarificar las posiciones de a una demanda, inconsciente de su parte, de salir de un estilo
la Comisión y la mía con respecto a la AG. de relaciones muy corteses que evitaba cualquier aspereza, y
¿Cómo llegué a ello, cuando en los intercambios previos no permitía esquivar conflictos y divergencias.
había excluido a priori alguna participación en los trabajos de En el nivel del contenido, hice resaltar con cierto énfasis
la AG, en cierta forma cuya definición estaba todavía pendiente? que estaban equivocados al considerarse como simples factores
Me parece importante pues lo que oéu¡rió durante esta pri- o portavoces de las comunidades a las que cada uno había visi-
mera jornada: tado, y al limitar su trabajo a un simple cotejo u ordenamiento
El grupo estaba en ese momento empeñado en una tarea de las informaciones que habían recogido. Les declaré que no
que consistía en reunir, con miras a la AG, toda la información podían rechazar el poder que se les había confiado para con-
de la que disponía acerca de los puntos de vista y las proposi- tribuir a orientar la organización de los debates de la futura AG,
ciones de las diferentes comunidades regionales; habían visitado a elegir los temas que se habrían de tratar ahí y la manera como
personalmente cada una de éstas a fin de recoger sus opiniones. habrían de plantearse los problemas, etc. Su rol no era solamente
En esta ocasión conocí, con su ayuda, la organización compleja técnico, sino político: no podían dejar de influir sobre las
de la Comunidad; la existencia de comunidades descentraliza- orientaciones que se elegirían durante la AG e inclusive sobre
das en la región, la relación entre ellas, el tipo de actividades la misma elección. Hablaba con sarcasmo de la manera como
en las que se hallaban implicadas y las diferencias que existían ciertos de ellos justificaban en nombre de los valores demo-
entre unas y otras; esto comprendía también el plano econó- cráticos su rol de portavoces puros; demostré que, por el con-
mico, la lista de miembros de la Comunidad y las diferentes trario, si efectivamente el desarrollo de la Asamblea General
posiciones entre las cuales se hallaban repartidos, los textos estaría determinado, en última instancia, por los deseos expre-
que definían su funcionamiento, los reglamentos a los. que sados por la "base", esta expresión estaría fuertemente condi-
estaban sometidos, etc. cionada por la manera como ella fuera solicitada y tratada.
Nuestras relaciones comenzaron igualmente a precisarse. Yo ¡Se unieron más o menos fácilmente a mi punto de vista,
era acogido calurosamente como un extranjero, pero no como sin dejar no obstante de señalar que les negaba el rol de "técnico"
un intruso: con amistad y confianza. Aunque sus expectativas que yo mismo me atribuía!
con respecto a mí eran muy grandes -estaban siempre prestos Al analizar su trabajo en términos de la realización de una
a escucharme y a tener en cuenta mis observaciones-, no me encuesta y una investigación-acción sobre la Comunidad y sus
parecía que hubiera confusión entre nuestros respectivos roles. problemas, y refiriéndome a su disposición a tratarlos, les dije:
No buscaban en absoluto descansar sobre mí, ni tampoco verse 1) Que este trabajo exigía tiempo y mucha inversión de su
influenciados en las decisiones que tenían que tomar o en lo parte, y por lo tanto un mayor número de reuniones de las
concerniente a sus responsabilidades. El hecho de que yo estu- que habían sido previstas al principio.
viera ahí, como profesional perteneciente a una organización 2) Que exigía, igualmente, que ellos trabajaran sobre el
claramente laica (el ARIP) y también posiblemente mi nombre,
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\
AG y a la Comunidad (y permitía eventualmente a la AG
funcionamiento del grupo. No se les había mandatado única-
mente para que transmitieran votos y opiniones, sino que cumplir su función en la Comunidad).
Si yo participaba en la AG necesariamente se me confun-
representaban también, indudablemente, diferentes tendencias
diría con la Comisión por el hecho de colaborar al objetivo
existentes en el seno de la Comunidad y cuya confrontación
supuestamente común de favorecer la expresión y la clarifica-
y clarificación quedaban a su cargo. La manera como con-
ción de los debates, al hacer ver los problemas y su tratamiento.
frontaran y analizaran o no sus divergencias prefiguraría muy
Esto sólo podía mantener la confusión y la ilusión de que este
probablemente lo que pasaría en la AG ¿tenían la intención de
objetivo podía ser puramente técnico (un problema de organiza-
limitarse a establecer un simple catálogo de datos de información
ción y de relaciones), y sin una implicación de posiciones
y de problemas a tratar o se comprometerían en un trabajo de
tácticas y políticas. ¡En el extremo, esto podía contribuir a
análisis de la situación a partir de esos elementos? Les pregunté
vaciar la AG de todo contenido político! (En cuanto a la
hasta qué punto estaban dispuestos a hacer estas inversiones.
eventualidad de que yo participara en la AG como observador
Surgió entonces el hecho de que tenían que remitir periódi-
silencioso, por cuenta de la Comisión, conservaría el mismo
camente los resultados de sus trabajos y sus proposiciones a un
sentido, pero agravándolo, volviendo la situación aun más
Comité Permanente y que todas las decisiones concernientes
oscura.)
a la futura AG debían someterse a dicha instancia.
De esta manera quedaba claro que:
Funcionaban pues dentro de límites relativamente estrechos,
a) la AG era el lugar político de la Comunidad. Debía repre-
lo cual no quitaba nada a mis conclusiones respecto de su rol sentar un tiempo de análisis colectivo, paro también eleccio-
político, sino que, por el contrario, las precisaba: una de sus
nes con orientación política.
preocupaciones era preparar las reuniones con el Comité de b) la Comisión era el instrumento de esta voluntad políti-
manera que se evitara cualquier estancamiento en problemas ca que la comunidad o las· comunidades regionales se habían
menores o técnicos. dado: mientras ellas estuvieran implicadas en ese trabajo, la
Esta discusión me permitió clarificar mi propio rol: el de Comisión constituía su instancia ejecutiva (fue además, formal-
un consultor para un grupo implicado en una investigación- mente, el Consejo provisional de la Comunidad durante la
acción sobre la comunidad de la cual era una emanación; este AG, hasta la elección del siguiente Consejo, es decir, durante
grupo encontraba problemas a la vez teóricos y técnicos (re-
un vacío de poder).
copilación, análisis e interpretación de los datos recopilados c) en lo que a mí respecta, yo era el medio que la Comisión
por ellos), y políticos (cómo presentar y traducir estos aná- se había dado para realizar su misión, especialmente como una
lisis en una acción). ayuda para tomar conciencia de su responsabilidad (política) y
Paradójicamente, la vehemencia que manifesté para que la de las implicaciones que ésta suponía para cada uno de sus
Comisión no evitara su implicación en la tarea y asumiera más miembros y para el grupo como tal.
completamente su misión tuvo como efecto el que yo decidiera Añadamos que estas diferentes clarificaciones se hicieron si-
no participar directamente en la AG (como se me había pro- multáneamente una en relación con la otra, no en los intercam-
puesto, con ciertas vacilaciones). Esto me pareció indispensable bios previos sino en caliente, durante la primera jornada de
para diferenciar mi posición de la que tenía la Comisión, al trabajo, a través de mi inesperada implicación afectiva.
mismo tiempo que nuestros lazos de implicación respectivos, Se puede volver aquí sobre la cuestión que habíamos men-
pero también para diferenciar la posición de la Comisión con j cionado anteriormente, y que aludía al carácter relativo de la
respecto a la AG. exterioridad del interveniente como tercero, para profundizarla.
En efecto, esto me permitía situarme como consultor de la El término relativo no debe comprenderse evidentemente
Comisión y sólo de ella (con el conocimiento y la aprobación como un equivalente del adjetivo parcial o imperfecto (por
de la Comunidad). ejemplo: relativamente caliente); el interviniente no es "un
El hecho de desimplicarme totalmente respecto de la AG y poco" exterior. (15) El análisis precedente de nuestra posición
de los problemas políticos y tácticos, excepto en la forma en con respecto a la Comisión muestra bien que se lo debe enten-
que se le presentaban a la Comisión, me permitía conservar mi der como cualificador de una relación que no adquiere sentido
rol frente a la Comisión; y a ésta conservar el suyo frente a la
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\,
sino en relación con otras. Es evidente que el trabajo estaba subtendido por las repre-
Ciertamente nuestra posición como profesionales y nuestra \ sentaciones previas que cada miembro de la Comisión tenía de
pertenencia a una institución, nuestro nombre (Lévy) (y el lo que era la Comunidad y lo que debería llegar a ser: represen-
hecho de que no teníamos ningún lazo institucional con la Co- taciones que se traducían en diferentes maneras de jerarquizar
munidad ni con alguna otra institución parecida) hacía de los problemas y definir las líneas de separación o de oposición
nosotros interlocutores válidos de acuerdo con las expectativas. (según, por ejemplo, se privilegiara a las personas, las institu-
Pero eso resultaba no de una diferencia de naturaleza, existente ciones o las actividades).
en lo real, entre nosotros y los miembros de la Comisión, sino Esto, aliado a una tendencia intelectual a globalizar los
del efecto de sentido que tenían para ellos los calificativos problemas, a remitirlos a alternativas teóricas o ideológicas
(psicosociólogo, miembro del ARIP, judío) por medio de los abstractas, hacía más difícil una escucha atenta del conte-
cuales se nos distinguía simbólicamente. (Subrayamos ya la nido de los textos y un trabajo de elaboración de las hipótesis
ingenuidad que consiste en creer, a partir de estas diferencias interpretativas.
de lugares y de posición social, que nosotros no podíamos Fue necesaria una lucha para que el trabajo se hiciera más
perseguir ningún interés -ideológico por ejemplo- a través despacio, para lograr que se tomaran tiempo para el análisis
de nuestra asociación con ellos y nuestra implicación en sus detallado de los textos, para que se consideraran cuestiones
problemas. ) particulares aparentemente menores, o incluso para que se
Este efecto de sentido, que se traducía en una convención interrogaran sobre la pertinencia y los propósitos de ciertas
implícita que regía nuestras respectivas relaciones haciendo caracterizaciones muy apresuradas, o de análisis planteados
posible, consiguientemente, el desarrollo de cierto trabajo, sólo en términos de elecciones dicotómicas sobre principios gene-
se produjo, sin embargo, porque nuestra distinta posición se re- rales, o incluso a veces sobre palabras fetiche, cargadas de
lacionaba con otras diferencias en el interior de la Comunidad: sobreentendidos (por ejemplo, el "proyecto sacerdotal" o el
- entre las diferentes posiciones, entre las comunidades "proyecto espiritual"). (16) .
regionales, entre la Comisión y el Consejo, y en otros ámbitos, Un ejemplo: habíamos señalado que el grupo tenía tendencia
- especialmente entre lo que había sido la última AG y lo a hacer caso omiso, a no dar importancia, a cartas que expresa-
que debía ser la próxima. ban una opinión muy personal y muy particular, o a las que se
En este sentido, nuestra alteridad, como terceros, era "rela- mencionaban en los informes como sostenidas por una sola per-
tiva", sin que esto excluyera (más bien todo lo contrario), el sona ("Un padre ha dicho ... "). Hicimos la observación de que
hecho de que estábamos implicados en todo un sistema de re- todas estas expresiones tenían en común que se las presentaba
laciones y, por tanto, no nos diferenciábamos radicalmente como emanadas de una sola persona, que estaban marcadas por
de otros miembros de la Comunidad. el signo: "un padre ha dicho ... " diferenciándose así de las que
No queremos terminar con este ejemplo de intervención se presentaban como el producto de una elaboración colectiva;
sin decir algunas palabras sobre la continuación del trabajo que que ahí se encontraba tal vez el problema del lugar de las perso-
pudimos emprender con la Comisión a partir de esta primera nas y la experiencia individual en la Comunidad, de la expresión
jornada y lo que ha podido resultar de éste. individual particularizada con respecto a la expresión general;
Nuestro trabajo se centró en su mayor parte sobre la mane- que tal vez ciertos contenidos sólo se podían expresar bajo esa
ra como los miembros del Comité leían y escuchaban los docu- rúbrica; ¿qué significaba no tomarlos en cuenta?
mentos que les llegaban -cartas, actas de reuniones, esbozos de Lo que de esta manera se elaboraba a través del trabajo prepa-
análisis de los problemas que habrían de ser sometidos a la AG, ratorio y que continuó durante la AG era una representación
estadísticas- (algunos de dichos miembros, en su calidad de in- cada vez más compleja y contradictoria de la Comunidad.
tegrantes de estas comunidades regionales, habían participado Durante el curso de este proceso, la dificultad principal fue
en la redacción de una parte de esos textos) y sobre la manera localizar las verdaderas fisuras, no en relación con los principios
como ellos a su vez formulaban, a partir de estos documentos, generales y mutuamente excluyentes que constituirían los ejes
sus análisis de la situación en la forma de textos preparatorios de definición de la Comunidad, sus reglas de vida, sus institucio-
para la AG destinados a ser comunicados a la Comunidad. nes -ya sea la creencia en ciertos valores, ya sea la cohabita-

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78
\
ción en un mismo lugar, ya sea la naturaleza de sus actividades- desde el ángulo de las relaciones entre el analista y el grupo al
sino en relación con los lugares diferentes ocupados por perso- que la intervención está dirigida.
Una primera aproximación a la cuestión nos la proporciona
nas y grupos que coexisten en la Comunidad, desde el punto
el concepto de investigación-acción cuando se aplica a un proce-
de vista del dinero, de la seguridad, de la edad ...
so de intervención, considerando que su desarrollo se realiza
Esto implicó el abandono de la búsqueda de una definición
sobre dos planos, empírico y accional por una parte, reflexivo
general alrededor de términos fetiches que representaban su-
puestamente, de manera ficticia, la unidad de la Comunidad, y crítico por la otra.
Con esta perspectiva, la intervención no se limita a una prác-
y además el reconocimiento y la aceptación de discursos múl-
tica de cambio cuyo único fin sería favorecer la evolución de
tiples que reflejaban las situaciones particulares diferentes, a
una situación y la comprensión que logren los actores que se
veces concurrentes y eventualmente incompatibles.
encuentran implicados; es también un medio para producir
Se enfrentó esta dificultad en el curso del trabajo con el
un saber específico acerca de las organizaciones. Más allá del
grupo, antes de la AG y durante ella, a través de proposiciones
sentido que las interpretaciones y tomas de conciencia pueden
contradictorias para organizar el trabajo de ésta (por ejemplo, la
tener en relación con situaciones específicas y problemas con-
definición de la orden del día de las diferentes jornadas, las
cretos, puede contribuir a esclarecer el proceso organizacional
preguntas debían ser sometidas a votación ... ).
Se pudieron así analizar, por ejemplo, las diferentes funciones en general.
Pero el concepto de investigación-acción (si no se lo toma
posibles de un voto que podían suscitarse a partir de textos for- en un sentido estrictamente lewiniano) no corresponde al
mulados en diferente manera: obligando a que se resolviera simple establecimiento de una relación entre dos procesos:
brutalmente entre dos opciones mutuamente excluyentes y simi- la investigación o producción de conocimientos, por una parte;
larmente absolutas, con el probable efecto de impedir cualquier y la acción, por otra parte; no es tampoco, como a veces se
verdadera elección y realizar una unanimidad artificial con ha pretendido, una afirmación de la identidad de estos dos
respecto a un texto suficientemente abstracto para conciliar procesos. Lo que ella implica es, más bien, que la existencia
las contradicciones (por ejemplo, el "servicio concreto del
misma de su relación lleva a una redefinición profunda de cada
Hombre"); haciendo un sondeo para facilitar la elección de
una de ellas: otra concepción a la vez de la acción, de la orga-
futuras estrategias; creando una nueva situación que permitiera
revelar los conflictos latentes y que facilitara el progreso de nización y del saber.
En efecto, la perspectiva lewiniana nos parece limitada por
la discusión. el hecho de que no realiza esta revolución epistemológica,
Para concluir, señalaré que mi colaboración con la Comisión
porque sigue estando marcada por las concepciones tradicio-
terminó, de común acuerdo, la víspera del día en que debía
nales del saber y de la acción; la relación de éstas es concebida,
tener lugar la elección del nuevo Consejo, es decir, justo antes
esencialmente, como una relación de alianza que se traduce en
de que cesara el vacío de poder que la Comisión había asumido
la postulación de una ausencia de contradicción y la existencia
para conducir el trabajo de análisis colectivo.
de una" complementariedad entre la lógica de la acción y la de
la investigación: una se pone al servicio de la otra; esto se expre-
Intervención y organización
sa por afirmaciones implícitas como: "entre más se sabe, es
Esta última observación nos permite introducir una cuestión más fácil encontrar"; "a mayor saber, la acción es más eficaz
final: ¿qué relación existe entre la intervención, junto con el y pertinente".
proceso de análisis que ella misma instaura, y el proceso orga- Ahora bien, estas afirmaciones se hallan muy lejos de haber
nizacional? ¿El análisis es antiorganizacional? ¿se opone al de- sido verificadas; por el contrario, se puede subrayar el hecho
sarrollo de la organización? ¿O constituye por el contrario de que la acción supone necesariamente una parte de descono-
una terapéutica para esta última, que le permite acrecentar su cimiento, y hasta enceguecimiento. En un trabajo anterior,
poder, mejorar su funcionamiento, su rendimiento? ¿O se sitúa pudimos precisamente demostrar cómo el hecho de ignorar
sobre otro plano, aorganizacional? las contradicciones entre el subsistema de la investigación, es
Estas cuestiones conjuntan por supuesto lo que ya tratamos decir, el mareo experimental de una estructura de intervención,

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o de datos acerca de la situación. Los efectos "secundarios"
y el conjunto del sistema organizacional en el que esta estruc- de estas entrevistas pueden ser mucho más importantes (en
tura se inserta, conduce al desconocimiento de la manera como términos de efecto de sentido) que los resultados informa-
los saberes así producidos son dependientes de su pertinencia tivos, efectos de las decisiones tomadas durante la organización
práctica, de las normas y los valores propios de las situaciones de las entrevistas, discursos producidos paralelamente a la
en las que son elaborados y utilizados. encuesta en lugares no controlados por el encuestador y en su
Así, la concepción que postula que las acciones-investigacio- ausencia, efectos producidos sobre las personas entrevistadas,
nes estarían al servicio del conjunto de una organización se por su misma situación de hablantes ...
muestra cada vez más ilusoria en la medida en que hay experien- Los procesos de producción de conocimientos y de su eluci-
cias que han evidenciado que los ·conocimientos obtenidos, dación que representa una encuesta, no tienen solamente como
lejos de tener un valor general e intransitivo, siempre son recogi- efecto modificar las líneas de separación entre el saber y el no
dos de acuerdo con intereses particulares y contingentes; que la saber en una organización o en una sociedad, la separación
inserción de intervinientes-investigadores en una organización se entre zonas de saber asumidas y las que no lo han sido, entre
traducía en alianzas de poder así como en el reforzamiento de su apropiación por algunos en deterimento de otros; estos
las representaciones de la organización como un conjunto nó procesos pueden también modificar las líneas de separación
conflictual susceptible de dirigirse hacia una racionalidad entre lo que era decible y no decible, entre los lugares de
creciente y una transparencia cada vez más grande de sus enunciación y la no enunciación, entre lo que puede ser escu-
procesos internos (especialmente de los procesos decisionales). chado o no serlo.
El análisis de los límites y de las contradicciones de la inves- Es a través de este aspecto, y no por una .afirmación de prin-
tigación-acción lewiniana desemboca así en una crítica episte- cipio, como se puede aprehender el lazo entre tal proceso y
mológica del saber, la acción y sus relaciones recíprocas. el de la organización, con la condición de que ésta sea conside-

I
El saber-objeto es tomado necesariamente con una perspecti- rada como un proceso, un sistema de acción, y no como una
va utilitarista y un propósito de dominio de la realidad y la agrupación (una empresa, una escuela).
acción por el pensamiento, ilusión contradicha por la irraciona- Esta concepción de la organización, que subtiende a la vez
lidad de las conductas, de las restricciones impuestas por las experiencias de intervención psicológica y resulta de ellas, ha
estructuras psicológicas y sociológicas, por la existencia de sido ya mencionada más arriba.
conflictos y contradicciones irreductibles. Se apoya sobre la idea central de que el desarrollo de un
Pero este saber-objeto (o contenido del saber) sólo representa proceso organizacional consiste en la instauración de una pers-
la parte más visible, la más simbolizable del plano de experiencia pectiva temporal en las actividades y las relaciones, instalándolas
y de trabajo que designa ese término; es ella la que puede dar en coordenadas de tiempo y espacio. Una organización funda en
lugar a intercambios y a manipulación. cierta forma un campo temporal -un antes y un después-
Los contenidos del saber sólo se desarrollan y toman sentido, y divide el espacio material geográfico: por ejemplo, basta con
en efecto. en una experiencia de relación donde el sujeto se fijar las horas y lugares de reunión para que nazca un embrión
encuentra implicado, y cuya significación sólo es parcialmente
de organización.
simbolizable. Este término apela pues a las nociones de lugar y tiempo, se
ASÍ, el proceso de escritura, por ejemplo, es mucho más que halla subtendido por una afirmación y una negación: aquí y
la transmisión de contenidos previos: el acto de escribir les da no allá. Este golpe de fuerza, sin el que no se establecerían sino
existencia y los transforma simultáneamente. nexos episódicos y sin el que ninguna acción continua sería
El saber, como experiencia, implica todo un trabajo sobre posible, es la condición de la vida social, de toda construcción
uno mismo, sobre el propio pasado y también sobre el presente, material, espiritual e incluso afectiva.
sobre las relaciones con los otros, con el mundo; no existe el El proceso organizacional se encuentra así fundado sobre
sentido sino en y por este trabajo. (17) una negación de lo inconsciente y, especialmente, del deseo
Así, en relación con los procesos de encuesta, subrayamos ya de omnipotencia. Las reglas, las prohibiciones que materializan
el hecho de que no se reducen a una pura recopilación (objeto- esta negación, instauran un funcionamiento regido por el
entrevista por objeto-entrevista) de "material" informativo
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"principio secundario"; la racionalidad que introducen permite ya un acto que contribuye a desplazar los límites y las líneas
a una actividad creadora desarrollarse e inscribirse en una de separación, al menos las concernientes a lo decible y lo no
historia, permite a los hombres escapar al ciclo de la repeti- decible.
ción. No se trata pues de una racionalidad mecánica, contable Pero dar la palabra o ayudarla a manifestarse no basta. Lo
o informática que pretendería cercar el sentido, sino, por el que es más importante es acompañarla y ayudarla a desarrollar-
contrario, de una racionalidad creadora que no excluiría ni la se, a pesar de los obstáculos y los temores que hace nacer,
duda ni lo incierto. cuando sus efectos se hacen sentir en la vida cotidiana como
Si la existencia de reglas y prohibiciones funda una organi- resultado de acontecimientos imprevistos, de la emergencia
zación, ésta, para perdurar, supone igualmente el desarrollo de nuevos actores, o de decisiones que rompen con cierto
y la circulación de representaciones. Las reglas dividen y sepa- pasado y abren otras posibilidades.
ran, mientras que las representaciones apuntan a restituir un Así es como la intervención participa en el proceso organiza-
sentido unitario y homogéneo a estas divisiones, estas fisuras cional y no en la reificación de una "organización", donde las
y estos límites; dicho de otra manera, apuntan a reintroducir plazas ocupadas por cada individuo estarían referidas a una
en el nivel del pensamiento el deseo de dominarlo todo. ley inmanente donde todos los deseos serían acogidos y expli-
Lo que hace que una organización sea una actividad viviente cados; (18) "organización" totalitaria que supone una historia
y creadora, productora de historia, y no un estado mortífero, cumplida y que es la contradicción de la organización conside-
es precisamente la imposibilidad que encuentran estas represen- rada como un proceso dinámico que crea la historia, y también
taciones -estos discursos de representaciones- para cumplir del análisis que la hace posible al mantener vivo el pasado,
su objetivo de otorgar un sentido, de suprimir las contradiccio- rompiendo, sin embargo, con la fascinación que éste ejerce.
nes que las atraviesan (hemos observado ya cómo reproducen y
contribuyen a reforzar las divisiones y las fisuras, y cómo son BREVES OBSERVACIONES SOBRE EL
recogidas en las estrategias y las alianzas). De ahí el hiato ANALlSIS SOCIAL (*)
persistente entre el deseo de comprenderlo todo, por una parte,
y la necesidad de dividir, de separar, de limitar, por la otra. La expresión de análisis social ha sido utilizada por E. Jaques
Paralelamente a los discursos escritos -enunciados de signi- a partir de 1964 para designar su propia orientación. Hemos mos-
ficaciones cerradas- continúa desarrollándose un habla: es a trado ya que los caracteres de su aproximación (y especialmente
través de ella como los sujetos pueden asumir el deseo y la los orígenes de la estructuración del campo de intervención)
imposibilidad de dar un sentido, perseguir el proyeCto de mantenían su proyecto en el marco de un análisis psicosocioló-
hacerlo, enfrentando sus límites y sacando a la luz las relaciones gico de la organización.
entre las significaciones contradictorias que se engendran y Entre las múltiples utilizaciones distintas de esta expresión
se encadenan de esta manera con los mitos y los fantasmas están, por supuesto, las de los sociólogos y, recientemente,
inconscientes que los atan a su pasado. la práctica de intervención empleada por Alain Touraine y
su equipo del Centro de Estudios de los Movimientos Sociales;
Al responder a la demanda de un habla, hasta entonces
en su caso, la expresión designa frecuentemente la actividad
bloqueada o prohibida, la intervención psicosociológica contri-
del investigador profesional y el resultado producido por su
buye a lograr el reconocimiento de que no todo es organizable,
que la organización expresa y realiza sólo una de las dimensio- investigación.
No intentamos caracterizar en estos últimos párrafos los
nes del sujeto; por el hecho de hacer esto, implica una inversión
en la perspectiva: si la intervención no es posible sino como rasgos de una nueva práctica, ni hacer proposiciones de método
una respuesta a lo que ha sido vivido como una crisis del senti- o de elementos técnicos a partir de experiencias propias (espe-
do, se enfrenta, de entrada, al deseo de reencontrar el sentido cialmente en el medio rural -es decir, en un medio abierto:
perdido y, por tanto, de hacer la economía de las implicacio- en un campo transorganizacional Y ya no intraorganizacional-)
nes de esta inversión. Reactivar la circulación de las significa- por razones que aparecerán más adelante. Quisiéramos más
ciones congeladas, devolver a las representaciones su posición
de discurso y lograr su asunción por los sujetos hablantes es (*) Esta parte fue redactada por J. Dubost yA. Lévy.

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bien intentar responder a una pregunta: ¿qué es, para nosotros, también se efectúa a expensas de la ideología de los sujetos
el análisis social? Y, primeramente, ¿quién puede comprometer- de análisis, a expensas de su falsa conciencia. Su lucha se dirige
se en ese proceso, emprender ese trabajo? ¿En qué ocasiones a su vez contra el adversario que tiende a prohibir la institución
y en qué circunstancias? de este pensamiento y contra el propio modo de pensamiento
- El compromiso con tal proceso está ligado a un sufri- habitual; su sentido es liberarse de la repetición. Esta lucha
miento que pueden experimentar los individuos colocados puede ser desencadenada en una escala macrosocial (las revueltas
en situaciones sociales que implican, como ya se sabe, relaciones estudiantiles en el mundo alrededor del año 68) o microsocial
de dominación y de represión. El análisis social no podrá ser (un conflicto intraorganizacional, la acción de un puñado de
emprendido sino a partir de este sufrimiento, vivido principal- campesinos de los cultivos de hortalizas ... ) y no tendrá eviden-
mente por los dominados, y en relación con orientaciones temente los mismos efectos, pero podrá ser muy costosa, per-
culturales en conflicto con las orientaciones dominantes. turbadora y enriquecedora para los individuos y los grupos que
Quienes se encuentren en posición de dominación, tanto en la habrán conducido, tanto en uno como en otro caso, y tal vez,
el plano de lo real como en el de lo imaginario, sólo pueden también, creadora en el plano teórico.
aspirar a hacer investigaciones, recoger testimonios, elaborar - Aun si ese trabajo tiene su origen en una revuelta, si desde
conceptos teóricos o desarrollar una ideología; no tienen el principio es un acto que transgrede el orden establecido y
la capacidad de involucrarse en un esfuerzo tan oneroso, psi- rompe con un sistema de pensamiento, debe, sin embargo,
cológicamente, como el que implica un trabajo de análisis imponerse cierta disciplina para poder desarrollarse. Es especial-
en el sentido en que se puede hablar de trabajo de cambio, mente en la medida en que logra tomar su propia ideología
(1) considerando que este trabajo no sólo compromete bienes como objeto de trabajo, como puede evitar el escollo de la ac-
materiales, tiempo o poder, sino también bienes culturales ción-descarga, puramente expresiva, y la depresión que sigue
o que son reconocidos como tales, en los cuales y a través rápidamente a los primeros momentos de exaltación; de eso
de los cuales se ejercen las relaciones de dominación. depende su capacidad para producir un trabajo de simbolización
- El análisis social no es el resultado del trabajo de otro, de los innovador, para afirmar alternativas con respecto a las orienta-
discursos y los libros de otro: por ejemplo, los análisis produci- ciones culturales, con respecto a los valores dominantes, para
dos por Marx no se convierten en trabajo de análisis sino a partir permitir la aparición de un nuevo sentido a costa de la certi-
del momento en que los individuos y los grupos obreros comien- dumbre, de las convicciones, de las creencias que reducen su
zan a luchar y encuentran en estos escritos categorías suscepti- vida a la repetición de lo apolítico cotidiano -aun cuando
bles de ayudarlos en su proceso de acción y de análisis de la esté repleto de activismos militantes-. La producción de nuevas
sociedad; la lectura más atenta de las obras de Marx, Proudhon formas de acción colectiva y de organización es la condición
o Mao jamás ha permitido a los proletarios liberarse de la de un proceso de análisis social y exige, al mismo tiempo,
alienación, así como tampoco el estudio de Freud permite al una capacidad de descentración con respecto a la acción; es
lector neurótico "tratar su Edipo". a la vez lucha ideológica y lucha teórica. Pero si logra introdu-
El análisis social no se confunde con un proceso de transmi- cir una ruptura en el sistema teórico capaz de hacer progresar
sión del saber a través de la formación permanente o cualquier a éste, el nuevo sistema que promueve no será menos enclaus-
otro medio; consumidor de "saber", el análisis es sobre todo trante que el precedente si no se vuelve a convertir en objeto
relación entre individuos y grupos, en lucha contra una situación- de trabajo; el análisis social es siempre parcial, nunca finalizado,
problema y un saber en curso de elaboración (apoyándose sobre siempre contestable.
saberes anteriores); pero es también trabajo de duelo, pérdida - Si quiero contribuir a un trabajo de análisis social, someter
de identidad, desinvestimiento de ciertos objetos, reinvestimien- a una prueba esta ocasión y a mí mismo, así como los resultados
to de nuevos objetos. de mis experiencias anteriores; es decir, mi formación, no podré
- La iniciación de este trabajo tiene su origen en una acción entonces hacerlo en calidad de "practicante" de una interven-
colectiva, con frecuencia una revuelta, que instituye un espacio ción encargada por una instancia superior en un determinado
de pensamiento y de búsqueda, de simbolización no programada, lugar, con la finalidad de introducir ciertos cambios o para
que transgrede los "órdenes", las autoridades instituidas, y que responder a una "demanda" de grupo, como si esta demanda

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Este sería el propósito del análisis social: otorgar su plena
no estuviera en parte construida por mí. En esas situaciones dimensión social a las relaciones interpersonales siempre más
~nte las que se encuentran situados con frecuencia el forma-
o menos prisioneras de fascinaciones mutuas .
. dor, el investigador y el maestro entre otros-, sólo puedo
Si es verdad, como lo hemos dicho, que este trabajo no puede
realizar funciones de reproducción, de adaptación, de ajuste, ser emprendido sino por quienes se encuentran en una situación
de integración o de modernización. de "dominados", situación cuyos efectos sufren hasta llegar·
Al contrario, comprometiéndome con las luchas emprendidas a la revuelta que les permite desarrollar, trascender, esta pro-
por actores dominados, a lo largo de un trayecto de acompaña- blemática, entonces debe atañer progresivamente a todos los
miento de la acción colectiva,. desplazándome sobre su propio actores sociales, comprendidos aquellos que se encuentran en
terreno, es como puedo ayudar a preservar esta posibilidad de
una posición de dominación. Este trabajo debe apoyarse para
descentración, necesaria para el desarrollo de relaciones sociales ello sobre el hecho de que nunca se logra una identificación total
con una continuidad histórica. en esa posición y que se busca, de alguna manera, liberarse de
Si las relaciones de dominación y los conflictos y sufrimientos
que acarrean constituyen efectivamente el contexto (y el ella.
El psicosociólogo, que interviene como un tercero, puede
pretexto) de todo análisis social, no son el único horizonte así representar el horizonte de una liberación posible, de una
posible, porque entonces su objetivo sería simplemente hacerlos libertad, en la medida, por supuesto, en que él mismo se niegue
perceptibles o atenuarlos, inclusive suprimirlos; o en todo caso a identificarse totalmente con los roles que se le asignan y a
racionalizarlos o compensarlos, encontrarles un exutorio, -teó- adaptarse a ellos; que se niegue a entrar ciega y completamente
rico o afectivo- para el sufrimiento que ocasion?n en quienes en las alianzas y las estrategias en las que se halla necesaria-
los padecen. mente atrapado; y que, por el contrario, preserve su identidad·
A menos de que nos hundamos en cierto dolorismo y nos como sujeto, expresándose en primera persona, y asumiendo
complazcamos en él, a menos que transformemos al psicoso-
la contradicción de sus deseos.
ciólogo en sostén de los desheredados, el análisis debe apuntar
a una superación de la dialéctica dominantes-dominados.
Es esto lo que constituye el punto en el que nos separamos
de la concepción más difundida de las relaciones sociales, reco-
gida recientemente, en una forma teorizada, por Touraine,
quien define estas relaciones como relaciones de poder y por lo
tanto de subordinación, de dominación y de desigualdad, por
oposición a las relaciones amorosas. Esta definición no sólo im- NOTAS (Correspondientes a PREFACIO y OBSERVACIONES SOBRE EL ORI-
GEN y LA EVOLUCION DE UNA PRACTICA DE INTERVENCION
pide la ubicación de las relaciones sociales en una historicidad,
PSICOSOCIOLOGICA)
se opone a ella. Reducidas a relaciones duales -dominantes-
dominados, explotadores-explotados, señores-esclavos- no
simbolizadas y no simbolizables, las relaciones sociales estarían (1) El número 29 de Connexions, enero-marzo 1980, "Psychosociologies",
condenadas a la repetición y sólo podrían desembocar en la intenta abordar el tema de la trayectoria que han seguido estas prácticas
aniquilación de uno de los dos elementos del par; definidas desde hace 1O o 20 años.
de esta manera, constituyen una generalización, en el conjunto de (2) La CEGOS estaba animada por Jean Milhaud y Noel Pouderoux;
la sociedad, de las relaciones impersonales, de identificación mantenía entonces estrechas relaciones con la IFOP presidida por Jean
posesiva o fusional. Stoetzel, y también, aunque éstas más distantes, con universitarios como
De la misma manera que la historia individual no puede abrir- Georges Friedmann.
se a un devenir sino cuando estas relaciones son trascendidas; (3) C{. La recopilación reciente de sus textos publicada en la colección
la historia de las sociedades humanas no se desarrolla más que 10/18 (núms. 751, 806, 825, 857, 1303, 1304, 1331,1332 ... )ydealgunos
en la medida en que se libera de la fatalidad de una problemá~ escritos de Cl. Lefort en Elements d'une critique de la burocratie, Droz,
tica de las relaciones en términos de dominantes-dominados, 1971. (Algunos de estos textos de C. Castoriadis han aparecido reciente-
mente en español, publicados por Ed. Tusquets, N. del T.)
superiores-inferiores.
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(4) El distanciamiento progresivo con respecto a la corriente rogeriana (8) Especialmente en "Analyse et critique du grupe d'évolution" y
provocó, cuatro años después, la salida de Max Pages, secretario general "L'analyse dans les groupes de formation", Connexions.
de la Asociación desde su creación, y la de A. de Peretti, el vicepresidente.
(9) "Dire la loi" ... en Connexions.
(5) Max Pages, "L'intervention psicosociologique dans l'enterprise",
en Fundación Royaumont, Le psychosociologue dans la cité, Epi, 1967. (10) Este concepto, introducido por R. Kaes, postula dos aparatos psíqui-
cos distintos, uno individual y otro grupal.
- Jean-Claude Rouchy, "Une intervention psychosociologique", en
Connexions, núm. 3,1972. (11) "Dire la loi" anteriormente citado.

(6) Cf. acerca de este último punto, André Lévy, "Une intervention (12) "Le changement comme travail", Connexions, núm 7.
psychosociologique dans un service d'hopital psychiatrique", Sociologie
du travail, 1963, núm. 2; Les paradoxes de la liberté dans un hopital psy- (13) Sens et la crise du sens dans les organisations, ya citado.
chiatrique, París, Epi, 1969; y, más recientemente, "Dire la loí. .. ", Conne-
xions, núm. 17, 1977. (14) Como en todo análisis de contenido, cf. "L 'interpretation des discours",
en Connexions.
(7) Cf. el último parágrafo acerca del análisis social.
(15) Según el Petit Robert (diccionario francés-francés), tal es el sentido
(8) Cf. por ejemplo el artículo de J.C. Rouchy en Connexions, núm. 29, corriente del término "relativo" ilustrado mediante el ejemplo: es de una
("Vers une psychosociologie psychanalytique") honestidad muy rt'lativa.

(9) Cf. J. Lacan. Ecrits (por ejemplo, el capítulo "Variantes de la cura (16) En este ejemplo, el análisis de estos dos términos permite poner al
tipo" en Escritos II de J. Lacan, Siglo XXI, especialmente p. 84. N. del T.) descubierto que cuando el proyecto sacerdotal se presentó como algo
que englobaba lo espiritual y no a la inversa, implicaba la exclusión de cierto
(10) Cf. mi texto de introducción en Elliott Jaques, Intervention et chan- número de actividades que constituían el objeto de contestaciones.
gement dans l'entreprise, París, Dumond, 1972.
(17) Cf. Les Mots, la Mort et les Sorts, ya citado.
(11) Les Mots, la Mort, les Sorts, Gallimard, 1978.
(18) L'amour du censeur, por P. Legendre, Seuil; y también "Le pouvoir
et la mort" , por E. Enriquez, en Topique. (Hay traducción al español
de la obra de P. Legendre, en Anagrama. N. del T.)

NOTAS (Correspondientes a LA INTERVENCION COMO PROCESO)

(1) "Vers une psychosociologie psychanalytique", Connexions, núm.29, NOTA (Correspondiente a BREVES OBSERVACIONES SOBRE EL ANALI-
1,1980. SIS SOCIAL)

(2) Inspirado en G. Lapassade, en Connexions, núm. 29,1,1980.


(1) A. Lévy, "Le changement comme travail", Connexions, núm. 7,1973.
(3) En términos más especializados, sin trabajar con su contra-transferencia;
(4) Especialmente Max Pages, Une intervention psychosoeiologique sur
les structures et les communications sociales. Sociologie du travail, 1961.

(5) Cf. sobre todo el capítulo sobre la intervención, de M. Crozier, L'ac-


teur et le systeme, Seuil.
(6) Descrito y analizado más ampliamente en A. Lévy, Sens et la crise
du sens dans les organisations, These d'Etat, 1978, inédita.

(7) Freud, El malestar en la cultura, Obras Completas T. XXI, Amorrortu,


Bs.As., 1981.

90
I 91
FELIX GUATrARI
ENTREVISTA (1)

J.B. Tu contribución a la corriente del análisis institucional es


original. Por una parte, eres de los primeros en haber explorado
esta vía;porotra parte, participaste en las actividades de diferen-
tes grupos de terapia y de análisis institucional. Eres, por último,
presidente del CERF¡ (2) ¿Podrías describirnos la historia
y tu itinerario en esta historia?

Genealogía

F.G. Esta historia está ligada a elementos biográficos relativos


al funcionamiento de la clínica de La Borde, a mi participación
en lo que en esa época se llamaba el GTPsy (3) (grupo de re-
flexión acerca de la terapia institucional); está ligada también
a toda una trayectoria política. Me sería muy difícil determinar
la importancia relativa de estos diferentes elementos. De hecho
yo nunca me he considerado como un teórico de estas cuestio-
nes. No es que yo considere la teoría como algo secundario,
pero, de hecho, el trabajo de elaboración teórica que yo me he
visto llevado a proponer siempre ha estado ligado al concurso
de ciertas circunstancias, a necesidades de clarificación en el
momento de enfrentamientos de grupos o a propósito de cues-
tiones de orientación.
Un primer campo problemático se despejó para mí cuando
vine a trabajar con Jean Oury en La Borde, mientras era, por
una parte militante político de un grupo de extrema izquierda
y, por otra parte, uno de los primeros no-médi~os que partici-
paban en el Seminario de Jacques Lacan. Oscilando entre estos

95
tres polos, intenté remontar, mal que bien, las contradicciones - "Investigaciones transdisciplinarias". Para seguir con el
que existían entre estas diferentes situaciones. Toda una fase mismo ejemplo, los arquitectos y urbanistas de este grupo de la
previa de elaboración teórica ha consistido pues, para mí, en FGERI organizaban igualmente encuentros con otros grupos,
intentar establecer un puente conceptual entre universos hete- tales como el de los dirigentes del movimiento estudiantil, en-
rogéneos, y hoy podría decir: buscar conciliar lo inconciliable. fermeros psiquiátricos, maestros, etc. Solamente ese rodeo a
En los primeros artículos adelantaba la idea de ir más allá de la través de otras disciplinas permitió desbloquear falsos problemas,
psicoterapia institucional. Se debía estudiar y poner en práctica, relativos, por ejemplo, a las funciones del espacio, de los volú-
según yo, el vínculo de ésta con prácticas similares en otros menes, de los niveles, de las comunicaciones, incluso hasta de
dominios: la pedagogía, el urbanismo, el militantismo (en par- los colores ...
ticular en la UNEF y la Mutualidad Nacional de Estudiantes Una fermentación bastante sorprendente resultó de los múl-
de Francia a la que me encontraba ligado, etc.). Además, pen- tiples encuentros organizados bajo la égida de esta FGERI
saba que sólo se podría avanzar en esta nueva "disciplina" en la en su primera forma. Gente tan diversa como Fernando Deligny,
medida en que ella se instituyera conectándose con cuestiones Roland Dubillard, Jacques Besse, Fran~oise Dolto, Maud
políticas más amplias: la de la oposición comunista, por ejemplo, Mannoni, Tosquelles, Jean y Fernand Oury, Gentis, Torrubia,
la de la renovación de las formas de lucha revolucionaria, etc. Laing tuvieron contacto ahí. El mismo Lacan participó en al-
Esta tentativa duraría hasta mayo de 68. Es una "gran ilusión" gunas reuniones. Igualmente, ahí se encontraban un buen nú-
de la que no reniego. En ciertos aspectos, es un triunfo incontes- mero de militantes estudiantes, que tomaron parte activa en los
table. Con todo un grupo de militantes llegamos a desarrollar movimientos de mayo de 68. Las ventajas que cada quien sacó
una intensa actividad multidisciplinaria, respetando los diferen- de estas confrontaciones no eran sólo de orden conceptual:
tes niveles considerados, los diferentes rasgos específicos de incluso hoy, considero que estos encuentros interdisciplinarios
cada una de las "materias" cuestionadas. Fue la época de la se "redoblaban" por un trabajo analítico de grupo cuyos efectos
Federación de los Grupos de Estudio y de Investigaciones individuales también se manifestaban ocasionalmente.
Institucionales (FGERI) y de los primeros números de la Fue en este contexto en el que las nociones de transversalidad,
revista "Recherches". Tuvimos entonces la sensación de que de transferencia institucional, de analizador fueron lanzadas
toda una problemática escapaba a los teóricos de cada una de para ser después recogidas por psicosociólogos como Lapassade,
estas disciplinas, así como a sus practicantes; tuvimos la impre- Lourau, Lobrot, quienes se interesaban por nuestros trabajos.
sión de estar en presencia de todo un continente por descubrir. Si a veces les he reprochado el haber usado, mal usado, estas
La FGERI reunía grupos psiquiátricos que se interesaban .~ nociones es únicamente porque las llevaron a un terreno uni-
por la terapia instituCional, grupos de maestros provenientes del versitario o a prácticas especializadas de psicosociología - lo
movimiento Freinet, (4) grupos de estudiantes ligados a la que se situaba en las antípodas de nuestras preocupaciones. De
experiencia de los BAPU, (5) arquitectos, urbanistas, sociólo- hecho, al no encontrarse en un "terreno propicio", en un lugar
gos y también ... psicosociólogos. donde pudieran crecer y proliferar, no se han podido seguir
Estimábamos que un proceso anal ítico particular podía incorpo- desarrollando en esta dirección.
rarse a dos vertientes de la actividad de cada uno de estos grupos: Mayo del 68 fue la gran ruptura. La mayor parte de los
- Una "investigación acerca de la investigación", es decir, un grupos de la FGERI se encontraron desde el principio al nivel
análisis que tuviera en cuenta el hecho de que los investigadores de los acontecimientos. Los principales animadores de la FGERI
no pueden comprender su objeto sino con la condición de que desarrollaron actividades, ya sea en el "Movimiento del 22
ellos mismos se organicen, de que se cuestionen a propósito de co- de marzo", ya sea en otros lugares de contestación. El GET,
sas que no tienen nada que ver, aparentemente, con el objeto de otros grupos de maestros y de miembros de la FGERI tomaron,
su investigación. Por ejemplo: un grupo de alrededor de quince por ejemplo, la iniciativa de ocupar el Instituto Pedagógico
arquitectos y urbanistas discutieron durante casi dos años, no Nacional. En cambio, Tosquelles y algunos otros psiquiatras
solamente sus proyectos, referentes a su profesión, sino también no se reconocieron de ninguna manera en este movimiento y
múltiples problemas que concernían a su vida cotidiana y a su la ruptura con ellos fue irreversible. (Recuerdo una fórmula
de Tosquelles que decía: "¡En mayo de 68 no pasó nada!"
vida de deseo.
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Eso me chocó mucho.) riores acerca del análisis institucional y a intentar reformular
Ha sido posible ver con claridad que las violentas agitaciones la problemática del inconsciente en un marco social mucho más
micro-sociales de un nuevo tipo que se revelaron a partir de amplio.
1968 -y que yo englobé ulteriormente bajo la etiqueta de "re- Por eso ves que cuando echo una mirada hacia atrás hasta
volución molecular"- iban mucho más lejos que todo lo que los principios del análisis institucional, me veo tentado a situarlo
nos habíamos imaginado en la FGERI. Yo estimaba, por mi como una primera aproximación, completamente parcial: en
parte, que las transformaciones de las instituciones, de los ciertos aspectos miope y tartamudeante. De cualquier manera
equipamientos colectivos, de los modos de vida, de los medios yo no podría avalar en forma alguna la evolución que ha llevado
masivos, etc., ya no podían ser considerados independientemen- a hacer de ella un producto universitario y comercial: las unida-
te de una revolución social en el sentido marxista. El tiempo des de valor de pedagogía institucional, de análisis institucional
del análisis institucional, para mí, había pasado ya. Lo que -los seminarios de formación del tipo "Conviértase en analista
entonces importaba era la conjunción de las revoluciones institucional en 15 sesiones"-, ninguna de todas estas cosas
moleculares y la revolución social. tiene algo que ver con mis preocupaciones de esa época y
En los años que siguieron a 1968, me pregunté acerca de los todavía menos con las de hoy.
eslabones faltantes -teóricos y prácticos- que impedían o re-
J.B. ¿ Cómo nació la expresión "análisis institucional"? ¿ tiene
tardaban esta conjunción. Era claro que, por ejemplo, en la
un autor?
Universidad, el poder del Estado había manifestado una capa-
cidad real de recuperación de las aspiraciones al cambio: personas F.G. Yo la propuse durante una sesión del GTPsy, porque
como Edgar Fauré habían visto perfectamente el medio para sentía la necesidad de una doble demarcación respecto de la
terminar aceleradamente con los focos de efervescencia y de psicoterapia institucional.
creatividad al particularizar, al miniaturizar las disputas por La primera demarcación apuntaba a la corriente Daumezon,
el poder, con su proyecto de reforma de la Universidad. En el Bonafé, le Guillant, etc. (corriente que había lánzado la expre-
dominio de la psiquiatría, bastó con hundir un poco más sión "psicoterapia institucional" en la Liberación). Era un
profundamente a los psiquiatras en la política de Sector para cierto número de entre nosotros el que deseaba la introducción
obtener un resultado similar. Por todos los medios, los poderes de una dimensión analítica en este tipo de práctica y no encon-
establecidos tratan de diluir los movimientos contestatarios. traba satisfacción en las referencias que Tosquelles hacía fre-
Muy frecuentemente, esta dilución toma el aspecto de un proce- cuentemente a Moreno y a Lewin, y accesoriamente a Marx y
so. Los gobiernos recurren para esto a la instalación de comisio- a Freud. Solamente esta dimensión analítica, cuando era reivin-
nes de concertación, a la designación del "Señor Droga", dicada por ciertos psiquiatras, correspondía aún en lo esencial
"Señor Prostitución", "Señora Condición Femenina" ... que sir- al modo del análisis clásico. Por mi lado, evolucioné lentamente
ven para instituir relaciones simbióticas entre el poder del Estado hacia la idea de que el análisis no podía contentarse con ser una
y estos sistemas de contestación. Es un juego hábil por su parte. fuerza de apoyo exterior, que coexistiera pacíficamente en ese
y lo que era inquietante era ver hasta qué punto lo que llamá- campo con el marxismo, la psicosociología, la dinámica de
bamos el "Movimiento" era vulnerable a él. (6) grupo, la terapia social, etc. Si debía haber un análisis, no era
Ese fue entonces, para mí, un largo período de latencia el análisis del psiquiatra, o incluso el análisis de un grupo de
que correspondió a un intenso trabajo -que además no he individuos, sino del conjunto de un complejo de procesos
dejado de continuar- con Gilles Deleuze. Se trataba de intentar sociales. Esta primera demarcación tendía pues a oponer el
una mejor delimitación de cuáles podían ser las articulaciones análisis institucional a una psicoterapia institucional micro-
entre, por una parte, el metabolismo de deseo en el campo sociológica entendida en el sentido de la vieja consigna tosque-
social, el imaginario colectivo; y por otra parte, las estructuras liana : "Conviene ante todo curar el hospital desalienando las
de poder, los aparatos de Estado, la pirámide jerárquica que se relaciones sociales, teniendo reuniones con los enfermos. con
reconstituye de manera permanente y que tiene la capacidad de los enfermeros, impulsando cooperativas, clubes intrahospita-
fagocitar, de recuperar todos los sistemas analíticos embrionarios. larios, etc ... " (Yo escribí un artículo acerca de ese tema para
Esto me condujo a reexaminar de manera crítica mis ideas ante- la Mutualidad de estudiantes, intentando definir lo que podría

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ser una práctica analítica de grupo en sistemas como el BAPU,
1 no como propagandista de ideas políticas, sino como individuo
los hospitales de día, etc.) (7) que había sido muy activo durante los movimientos de Albergues
La segunda demarcación intentaba establecer que este género de Juventud, que se había esforzado en luchar contra las estruc-
de procesos analíticos no podía ser una "especialidad" del turas esclerosadas de distintos grupúsc1110sy que trataba de
campo de la higiene mental, sino que involucraría también a la desarrollar cierto tipo de política de masas en el difícil contexto
pedagogía, a las ciencias sociales, etc. Para denunciar la pers- de la lucha contra la guerra de Argelia. Me disgustó mucho el
pectiva de un análisis aislado, recuerdo que lanzamos una carácter manipulador de las intervenciones de los psiquiatras
consigna humorística, parafraseando una fórmula de Trotsky y de los psicólogos en las instituciones, y quise llevar tan lejos
contra el psicoanálisis: "sobre un solo diván, en una sola clí- como fuera posible el juego de la democracia, el juego de la
nica o un solo HP... " Era necesario, pues, forjar una expresión autogestión en las instituciones, fueran cuales fueran las difi-
capaz de responder a esta apertura del campo. cultades que resultaran de ello. Me convertí en analista, con-
tinuando mi trabajo en esa institución, y no fue sino diez años
J.B. i Cuál es la fecha de esta expresión? después cuando desarrollé un trabajo de analista en París
F.G. Alrededor de 64/65, es decir, algún tiempo antes de la durante una decena de años más: actividad que suspendí a
publicación del número 1 de la revista de "Psicoterapia Institu- partir de mi reflexión crítica sobre el freudismo y ellacanismo
cional". y que tal vez algún día vuelva a recoger, pero sobre bases com-
pletamente diferentes.
Las referencias
J.B. Nunca fuiste -y es algo relativamente raro que merece sub-
J.B. Tú tienes formación de psicoanalista ... rayarse- universitario y, a pesar del itinerario que has recordado
ahora, tampoco te has adherido a una escuela psicoanalítica ...
F.G. Mi formación ha sido completamente disparatada. En
principio hice estudios de farmacia que abandoné al término F.G. Formalmente he seguido siendo miembro de la Escuela
de tres años, porque era una orientación que me había sido im- Freudiana, con el título de "Analista miembro de la Escuela".
puesta desde el exterior. Emprendí después la licenciatura de Esta fidelidad a la EFP, a pesar de mis críticas y mis ataques
filosofía en la Sorbona, pero me sentía tan poco adaptado al contra ciertos aspectos del freudismo y del lacanismo, me ha
medio universitario que no continué más allá. Frecuenté los sido reprochada de manera insultante por el pequeño núcleo
cursos de Merleau-Ponty y de Bachelard, por quienes conservo de universitarios que rodea a Lacan: una especie de guardia
una gran admiración. Además, como toda la gente de mi genera- pretoriana que busca no sólo arrogarse todos los derechos de
ción, fui muy sartreano, hasta mi encuentro, decisivo para mí, la herencia del Maestro, sino también ejercer un poder absoluto
con la obra y la persona de Lacan. Esto me condujo a empren- sobre el nuevo movimiento de la juventud lacaniana que acaba
der un análisis con él y después un curso de analista. Pero mi de fundar la llamada "Causa freudiana". y sin embargo, mi po-
"formación" ha sido igualmente inseparable de mis actividades sición no encierra ningún misterio: he explicado siempre que,
militantes en diferentes dominios ... con razón o sin ella, seguía esperando que pudiera nacer, a
partir de ciertas corrientes analíticas y de trabajadores de la
J.B. El hecho es que tu práctica profesional ha sido la del salud mental, algo que cuestionara radicalmente este tipo de
analista ... técnica elitista. Considero que las teorías freudianas y lacania-
F.G. Mi practica profesional ha sido en principio, inmediata- nas son fundamentalmente reaccionarias en todo lo que con-
mente después de que mi amigo Jean Oury fundó la clínica cierne a la articulación de los problemas del deseo con el campo
de La Borde, de trabajo en un medio psiquiátrico. social. Pero estoy lejos de condenar en bloque todas las prácticas
J.B. ¿En calidad de analista? analíticas sobre el terreno, aun cuando, con frecuencia, también
sean lamentablemente reaccionarias. Estoy convencido que la
F.G. No, como miembro del equipo animador de su estructura, parte verdadera de análisis que puede contener la actividad de
dejas reuniones de vida, etc., casi podría decir que en calidad de algunos analistas nada tiene que ver con sus referencias teóricas.
militante que introducía un estilo político en una institución: La suerte del análisis no se encuentra ligada necesariamente

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En ningún momento las críticas que Giles Deleuze y yo hemos
a la existencia de todas estas capillas, de todo este mundo inso- desarrollado en contra del freudismo y del lacanismo se hallan
portablemente amanerado, que constituyen lo que se denomina dirigidas a buscar una negación del análisis como tal. No se trata
las sociedades o las escuelas psicoanalíticas. Después de todo, de ninguna manera de un regreso a la perspectiva stalinista de
también en nombre de cierta concepción del análisis centenas un Politzer o al conductismo americano. El análisis sólo tendrá
de psicoanalistas argentinos se han comprometido sin reservas sentido si deja de ser el asunto de un especialista, de un indivi-
en lucha contra la dictadura y han afrontado los encarcela- duo psicoanalista o incluso de un grupo analítico, que se consti-
mientos, las torturas, la muerte ... tuyen, todos ellos, como una formación de poder. Pienso que
debe llegar a producirse un proceso que surja de lo que he
Los dispositivos de análisis llamado dispositivos de enunciación analíticos. Dichos disposi-
tivos no están compuestos solamente de individuos, sino que
J.B. ¿Podrías desarrollar tu afirmación de que las prácticas de dependen también de cierto funcionamiento social, económico,
los analistas no tienen nada que ver con las teorías analíticas? institucional, político, micropolítico ...
He mencionado algunas veces, a título de ejemplo, el rol que
F.G. Estoy consciente de la fragilidad de esta separación. Yo tuvo en Francia el movimiento del 22 de marzo en el campo
la establezco un poco como un recorrido hacia el porvenir, social, en 1968; o también el de Radio Alice en Bolonia, en
porque hoy; de hecho, la mayor parte de las prestaciones psico- marzo del 77, que fue una especie de revelador de la situación
analíticas y la formación de los analistas son prácticas elitistas.
italiana de este período. (8)
Desde el exterior, mal se puede uno ímaginar el peso de la ¿Qué eslo analítico en ellos? No es lo que se refiere solamente
jerarquía psicoanalítica en la selección y la promoción de los al hecho de que la gente hable para hacer la crítica de las ideolo-
analistas jóvenes, los rituales de sumisión que se han bautizado gías a las que se enfrenta, o de que reivindiquen para sí mismos
como "control" o "didáctica", el ascenso hacia la cumbre de o para los otros mayor libertad, más creatividad ...
las informaciones y del dinero ... Mucho habría que decir igual- Tales grupos, mediante la palabra, pero también por medios
mente con respecto a la enseñanza universitaria del psicoanálisis, técnicos, materiales, lograron modificar lo que yo llamaría los
con respecto al rol que los nuevos patrones analistas juegan en modos colectivos de semiotización. El "22 de marzo" existía
los HP, con respecto a la formación de educadores en los en Nanterre, sobre el fondo de cierto urbanismo, de cierto tipo
establecimientos especializados para niños: cómo se llega a un de sistema social, de una concepción particular con relación
sistema de vigilancia mucho más sutil, pero también mucho más al saber, de la división entre trabajo manual e intelectual. En
riguroso que los que existen tradicionalmente (algunos ejemplos Bolonia, Radio Alice apareció en el contexto de interacciones
se han vuelto célebres, especialmente uno en la región de Nantes). complejas entre el medio de los "emarginati" (mitad estudiantes,
¡Entonces se dice que la teoría y la práctica analíticas son mitad lumpen), de los trabajadores del Sur que emigran hacia el
decididamente inseparables! Norte industrial, de la clase obrera tradicional (los "garantis"),
Un día, hace ya bastantes años, después de haber sufrido
las diversas corrientes políticas e intelectuales, etc. El dispositi-
pacientemente una de mis diatribas favoritas sobre ese tema,
vo analítico no concierne pues, aquí, únicamente a individuos,
Lacan exhaló un profundo suspiro y acabó por confesarme que
grupo!" locutores reconocidos, sino también a componentes
estaba consciente de la existencia de tales "distorsiones" en el
seno mismo de la Escuela Freudiana, y añadió en sustancia: socioeconómicos, componentes tecnológicos, ambientales, etc.,
"Qué quieres, lo que cuenta para mí es que, a través de todo los más diversos y heterogéneos.
ello, el análisis puede seguir existiendo". Le respondí entonces J.B. y tu oposición a las teorías analíticas ...
que con respecto a ese punto no tenía nada por qué inquie-
tarse, que en esas condiciones el análisis seguiría gozando de bie- F.G. Apunta hacia los soportes teóricos de esta individuación,
nestar durante largo tiempo, que pronto habrá tantos analistas de esta especialización, esta "elitización" del análisis. La gente
como notarios o farmacéuticos. Pero permanecí sensible a su que trabaja en un CMPP o en un servicio psiquiátrico, o en
preocupación. ¡Yo también; yo sostengo "que haya análisis"! una escuela de educadores, no dice: "Sí, muy bien, pero ¿qué
¡Solamente que no cualquiera! ' es lo que hago yo en todo esto? Recibo gente que no sabe ni

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proceso analítico auténtico y para quienes el prestigio del saber,
dónde anda. Debo impartir una enseñanza a educadores de el prestigio universitario, el prestigio de las sociedades de aná-
buena voluntad. . ." ¡La sociedad es la que es! Y yo no soy lisis es tal que actúa como factor de superyó y de inhibición.
de los que se contentan con decir: "esperemos mejores días, Estoy persuadido de que las luchas de clases en los países
esperemos que la revolución cree las condiciones para. . ." desarrollados, las transformaciones de la vida cotidiana, todos
.¡No! Este proceso analítico que, repito, no coincide con una los problemas de la revolución molecular, no encontrarán rtin-
técnica particular de análisis de grupo puede contribuir a guna salida si, al lado de los modos de teorización tradicional,
desbloquear ciertas luchas políticas y sociales. El movimiento no se desarrollan una práctica y un modo de teorización muy
de las mujeres en Francia, en Europa, por ejemplo, ha jugado particular, a la vez individual y de masa que, de manera conti-
y continúa jugando un rol analítico, no a causa de tal o cual nua, conduzcan a una reapropiación colectiva de las cuestiones
líder que es analista, sino porque ha introducido, a través de la economía del deseo. Nadie puede hoy pretender la propo-
del modo en que la condición femenina es sentida hoy en sición de una teoría analítica general, y menos aún protocolos
Francia, algo que ha sacudido al conjunto de la sociedad. Este prácticos en ese dominio. y sin embargo, queda la cuestión
impacto analítico concierne a elementos que se sitúan "más allá" clave: en tanto que un nuevo tipo de este vector analítico, que
de las personas individuales, del lado del socius, así como concierne a la economía social del deseo, no atraviese las ac-
también a elementos infrapersonales, del lado de los modos de tividades militantes, las luchas sociales, las luchas de masas, las
sensibilidad, de apercepción del tiempo, de la relación con el luchas institucionales, las luchas cotidianas, se volverá a caer
cosmos, etc., lo que yo denomino maquinismos abstractos. ineluctablemente en sistemas ya sea de macro-gulags, ya sea de
Este último punto me parece esencial. Uno de los más grandes micro-gulags, o en sistemas de recuperación estilo giscardiano.
analistas de todos los tiempos, Samuel Beckett, a primera vista
Sólo una actitud, yo no diría doble, sino múltiple, que consiste
no parece involucrado en las luchas políticas y sociales, la lucha en abordar estos problemas a partir de une. lógica multivalente,
de emancipación de las mujeres, de los homosexuales. Sin em-
permitirá un avance.
bargo, su exploración me parece, hoy, absolutamente indispen-
Quiero decir que al mismo tiempo que uno formula algo que
sable para estudiar las mutaciones micro-políticas que atravie-
cree justo, o se involucra en una lucha que cree eficaz, se vuelve
san el mundo contemporáneo. Se debería estudiar a Samuel
necesario el desarrollo de una especie de "pasaje al otro", de
Beckett, a Artaud, a Lautrémont, a Kafka, a Joyce, a Proust,
aceptación de la singularidad heterogénea, de anti-proceso
etc., como autores de monografías analíticas completamente militante que coincide con un proceso analítico. "Por qué vas
específicas. Existen interacciones fundamentales entre este en esta dirección, por qué optas por este tipo de fórmula, cuál
tipo de elaboración personal, solitaria, y el inconsciente social. es la carga de poder que te incita y qué es lo que ello implica
En ella se trata de una perspectiva que es de alguna manera paralelamente como tratamiento de las cargas de deseo, por
prospectiva y que, en un niyel más amplio, requiere del abandono ejemplo, del deseo de los militantes que te siguen, pero tam-
de todo dogmatismo, de todo sectarismo, de toda compartimen- bién de los líderes que guían tus acciones. . ." y puede uno
tación a partir de las disciplinas. Un maestro, un educador que, hacerse el mismo tipo de preguntas en lo que concierne a
hoy, busque una mejor comprensión de los fenómenos micro- tus colegas, a tus hijos, a tu cónyuge, etc.
sociales, de las relaciones afectivas, de las relaciones con el Ahora bien, repito que estas cuestiones no pueden estar
ambiente, etc., de los niños bajo su responsabilidad, conduci- confiadas a los especialistas. En todos los organismos militantes
rá cierta actividad analítica, aun cuando sus referencias esca- que he conocido, ya se trate del Partido Comunista o de los
pen a los dogmas pedagógicos y psicoanalíticos y se apegue, grupúsculos, los problemas de la organización se han remitido
esencialmente, a seguir la trayectoria de las singularidades a las sistemáticamente a militantes "profesionales". En ellos uno
que se halla confrontado; lo que me parece lastimoso es que en siempre encontraba Stalins en miniatura, modestos y menes-
el actual contexto cultural, se vea llevado a veces a decirse: terosos. La mayor parte de los miembros de estos grupos no
"Ahora tal vez sería necesario que yo entrara en un análisis, tal tenían ninguna conciencia de que los aspectos organizaciona-
vez sería necesario que encontrara un grupo de control, tal vez les en disputa eran tan importantes como aquellos específica-
sería necesario que me aprendiera de memoria a Freud y a mente políticos. Nunca suponían -o se rehusaban a ver- el
Lacan ... " Conozco gente que está comprometida en un micro-
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masivos. Tal vez no llegue demasiado lejos ya que se mantiene
peso de las cargas libidinales en los fenómenos de leadership
hostil al principio de la supresión del monopolio. Pero me
opresivos y en las estratificaciones burocráticas. En otros
parece incontestable que este tipo de transformación en relación
dominios (pedagogía, psiquiatría) uno se veía confrontado con
con la palabra pública, que esta relación con los medios masivos,
el mismo tipo de dificultades. ¿Cuáles son las verdaderas posi-
ocurre en principio y antes que nada en el nivel del inconsciente
bilidades de la intervención, los márgenes reales de maniobra
de los maestros, los trabajadores de la salud mental, de los social.
Mencioné precedentemente el problema de la condición fe-
trabajadores sociales? Para determinarlos es necesario que se
menina. Incluso la gente que se halla a miles de leguas de una
superpongan discursos de diferentes órdenes y no solamente
reflexión consciente, deliberada, en este tipo de cuestiones,
discursos de teorización general, sino también "micro-discursos"
se ve afectada por este fenómeno. Hoy, la relación con el cuer-
más o menos balbuceantes, en el nivel de las relaciones de la
vida cotidiana, de las relaciones con el espacio, etc. El análisis, po, la relación con la infancia, la relación con el sexo sufren
toda una serie de mutaciones moleculares que están lejos de
según yo, consiste en articular, en hacer coexistir -no en
homogeneizar ni en unificar - en disponer según un principio emerger a la "conciencia social" y a la "conciencia teórica" de
de transversalidad, en lograr que se comuniquen transversal- los dirigentes y de los pensadores. Sin embargo, esos procesos
se han instaurado. Se manifiestan de manera parcial, incomple-
mente estos diferentes discursos.
ta, espasmódica. Toda la cuestión es saber si rebasarán o no el
J.B. Si dices que quienes deben plantear las cuestiones no son nivel molecular que los caracteriza actualmente. ¿Podrá surgir,
los analistas o los especialistas sean quienes sean ¿quiénes ha- de estas micro-situaciones, algo que modifique las relaciones de
brán de plantearlas? fuerza sociales y que desemboque en verdaderas transforma-
F.G. Estamos aplastados por el peso de los medios masivos, ciones de estructura?
por las imágenes del poder, por una manipulación de lo imagi- Detengámonos en otro ejemplo: el de los equipamientos
nario al servicio de un orden social opresivo, por la fabricación, colectivos. Sería preciso forjar un concepto que englobara el
a cualquier precio, de un consenso mayoritario, por el culto conjunto de los equipamientos colectivos tal y com.o existen,
de la seguridad, por procedimientos que consisten en apurar y el conjunto de medios masivos y de sistemas de transporte.
a la gente a propósito de todo y de nada, a infantilizarlos de En la teoría de los dispositivos como la propongo, no se puede,
manera que ya no se planteen más problemas. Algunos centena- de ninguna manera, considerar los equipamientos colectivos
res de jóvenes se organizan: instalan improvisadas emisoras en sentido amplio, independientemente, por una parte, de las
y lanzan radios libres. Experimentan un nuevo tipo de comuni- fuerzas productivas y, por otra parte, de los sistemas de fprma-
cación, dan la palabra a la gente, van a los barrios, graban colec- ción de la fuerza colectiva de trabajo. En otros términos, es
tivamente cassettes, etc. ¿Qué pasa entonces? La represión se necesario establecer un continuum entre dominios que eran,
abate sobre ellos, pero al cabo de algún tiempo logran desen- hasta hace poco, privativos de los aparatos de Estado y otros
cadenar un cierto movimiento de opinión. Hombres políticos, que dependen de la iniciativa privada e incluso de la vida privada.
que no coinciden ni de lejos con el trasfondo ideológico que A todos los atraviesan. Escribí un texto a propósito de eso,
subtiende esta iniciativa, la sostienen. De cierta manera diría publicado por ediciones Recherches, en la colección Encres:
que F. Mitterrand ha sido "tomado en análisis" por el movi- Le capital comme intégrale de pouvoir. Ahí intenté dejar
miento de radios libres. Tal vez ni él mismo sepa por qué ha establecido que la producción capitalista fabrica bienes co-
recorrido ese camino; a él, al personaje que se postula obsti- mercializables, pero igualmente instituciones y mecanismos
nadamente para la función de primer magistrado de Francia, infra-individuales (sistemas de percepción, de comportamien-
¿qué razones lo han llevado a correr el riesgo de colocarse en to, de representación imaginaria. de sumisión a las jerarquías
una situación ilegal y de verse convocado por un juez de instruc- y a los valores dominantes). De ahí la importancia que ad-
ción? La gente seria ha clamado: " ¡Está loco! ¿Qué le pasa?" quieren hoy los equipamientos colectivos. los equipamientos
En un sentido es verdad ¡se ha vuelto loco! Pero eso qué quiere sociales, los equipamientos de salud, de educación, de ocio, etc.,
decir, sino que se ha vuelto sensible, más o menos inconscien- que son las verdaderas fábricas donde se fabrica la fuerza colec-
temente, al desarrollo de una fisura importante en los medios tiva de trabajo y el socius en su totalidad. De ahí la desmesura-

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da importancia de los medios masivos, que no sólo son instru- no funcione en absoluto como un grupo: inversamente, indivi-
mentos de comunicación, sino también de modelización de los duos aislados -por ejemplo el "dispositivo Beckett"- pueden
individuos. De ahí la importancia de los medios de transporte hacer un trabajo de grupo. Prefiero partir de esa noción, mucho
modernos, que no sirven únicamente para conducir a la gente más englobante, tal vez más vaga, de dispositivo. ¿Quién habla?
a sus lugares de trabajo, sino para transformar las territorialida- ¿Quién interviene? ¿Qué dispositivo de enunciación hace que
des arcaicas, para segmentarizar el espacio geopolítico, para algo pase en la realidad o recibe algo de la realidad? El disposi-
autorizar los movimientos de tal categoría de población y tivo no comprende solamente la palabra, el sujeto y el signifi-
prohibir tal otra. Las mutaciones tecnológicas, los modos de cante: es el encabalgamiento de mil componentes lo que hace
"dirección semiótica" que representan los equipamientos que la realidad y la historia sean lo que son. No es únicamente
colectivos (una mujer, para dar su biberón a su niño, escucha a través de la economía de los micro-grupos o de los macro-gru-
en la radio, por la mañana, al Dr. X, en la tarde consulta a un pos como se podrá comprender este tipo de procesos. Aquí, nos
psicólogo para niños en el dispensario, lo somete a un test vemos remitidos a un viejo tema: se ve claramente la "terminal"
que saca de una revista, etc.) acarrean un deterioro continuo de la palabra, lo que sale de la "caja negra", se ve con claridad
de lo que yo llamaría las territorialidades de uso. Cada quien dónde ello habla, se ve claramente a alguien frente a uno o, en
participa en esta inmensa red de equipamientos colectivos. El la t.v., en el micrófono, en el teléfono, se escucha algo, se reco-
Capitalismo mundial integrado opera una mezcla de los terri- noce bien la signatura de alguien, pero ¿basta esto para decir
torios, de las imágenes y de los sistemas de control. Sería pre- que ello habla verdaderamente desde ahí? La comunicación
ciso ahondar este problema en todos sus aspectos para explo- conlleva puras redundancias. Pero los dispositivos de semioti-
rar el inconsciente social contemporáneo. Los complejos incons- zación son portadores de bastantes otras cosas: efectos sobre
cientes se anudan menos en el Edipo familiar que en este tipo las realidades objetivas y subjetivas, lo que he llamado efectos
de equipamientos colectivos, de estructura de producción, de diagramáticos. Volvamos al ejemplo de las radios libres: ¿quién
medios masjvos, de sistemas de transportes. No se puede pronun- habla en ese dispositivo? ¿Los locutores de las radios libres? No
ciar una frise o hacer un gesto que no se inscriba de inmediato es evidente ... Es también un fenómeno colectivo de "estar
en esa red. Toda clase de indicadores semiótico-maquínicos hasta el copete" con respecto a los medios oficiales ... Es tam-
orientan" marginalizan o recompensan: "Es eso lo que había bién una miniaturización tecnológica lo que ha conducido a la
que decir, era una buena pregunta" . . . Los psicóticos y los miniaturización de las emisoras. Es también una transformación
escrit~res de ciencia-ficción anticiparon desde hace tiempo la progresiva de las concepciones del militantismo, etc.
lectura de este medio ambiente maquínico, de estas ondas, de A diferencia de la categoría de grupo, esta noción de disposi-
estos controles, de estas traslaciones maquínicas, .. Ahí también tivo nos lleva a considerar el problema en su totalidad, a saber
nos;encontramos ante algo que va en el sentido de la disolución que las mutaciones sociales, las transformaciones subjetivas, los
de 1as categorías de individuo, de familia, de polos personológi- deslizamientos semánticos, todo lo que toca a las percepciones,
cos, de oposiciones sexuales y, finalmente, de los grupos sociales a los sentimientos y a las ideas, para ser comprendido, implica
como tales. que se tomen en cuenta todos los componentes posibles. La
crisis mundial que sacude al planeta desde 1974, nos obliga a
Los grupos salir de modos de categorización demasiado estrechos, demasia-
do rígidos. Nos indica interacciones constantes entre lo políti-
J.B. 1ü trabajaste y sigues trabajando con grupos: ¿ dónde sitúas co, lo social, lo económico, lo mass mediático*, lo' religioso,
al grupo? ¿El grupo como "intermediario" entre el individuo y lo cotidiano, lo nacional, lo transnacional, etc. La crisis del
la sociedad; o bien el grupo en una organización y en una insti- petróleo no puede ser pensada independientemente de la exis-
tución tiene para tí, en este momento, alguna especificidad? tencia de millones de hombres que son aplastados por la pirá-
F.G. La pregunta me parece, en efecto, pertinente, porque yo mide S9cial de la fuerza colectiva de trabajo. (Mil millones de
ya no creo en la especificidad del grupo, incluso diría que creo
cada vez menos en la existencia del grupo como entidad. Es casi * En relación con los medios masivos de comunicación (media): "massme-
siempre una ficción. Es posible que un agregado de individuos diatique". (N. del T.)

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individuos viven por debajo del "umbral de pobreza absoluta".) te es determinar aquí y ahora sobre qué es posible intervenir.
(9) Es toda esta problemática la que hoy nos interpela a través Volví a examinar la monografía de Freud acerca de "Juanito"
de las declaraciones de los dirigentes, a través de las reacciones de con esa perspectiva. Es verdad que al término de un largo proce-
miedo, a través del fenómeno del terrorismo en los países so, el caso de Juanito se presentó como una neurosis. Es una
desarrollados. No se pueden asignar la concatenación, la enun- fobia. Si se sostiene absolutamente eso, se puede incluso remi-
ciación y la responsabilidad de un enunciado relativo a un cam- tir esta fobia a un juego incestuoso, a toda una problemática
bio social, ni a un grupo, ni a un individuo, en el sentido en que edípica. Pero, al leer atentamente el texto de Freud, es posible
se entienden habitualmente. El grupo y el individuo no adquie- darse cuenta de que, desde las primeras etapas de la vida, Jua-
ren su consistencia funcional más que a través del dispositivo nito se halla cercado en el campo social: se ejerce un estricto
de componentes semióticos muy distintos. Con este término de control en sus idas y venidas y su frecuentación al exterior del
componente semiótico quiero abarcar componentes econó- espacio doméstico, por razones de seguridad, de conveniencia.
micos, ecológicos, etológicos, pero también estéticos, religiosos, Toda la sociedad en tomo de él estaba estructurada de tal mane-
deportivos, etc. Para comprender este tipo de fenómenos no ra que le hacía muy difícil operar cierto tipo de pasaje "iniciá-
basta decir, como hasta hace algunos años se solía hacer: "Es tico" de una clase de edad a otra. Cierto, la etiología de la neu-
necesario tener en cuenta el contexto, lo implícito ... " Las rosis no puede ser reducida a ese único nivel. Muchos otros
relaciones de fuerza, las jerarquías, las mutaciones tecnológi- acontecimientos relativos a la micro-política familiar conduci-
cas y las máquinas de semiotización como las computadoras rán a que le sea prohibido cierto tipo de caricias de su madre,
son una parte intrínseca de los dispositivos de enunciación. En la masturbación, y a que le sean impuestas las referencias
estas condiciones, lo que se pone en duda es la oposición entre psicoanalíticas del Profesor Freud, amigo de su padre. La
enunciado y contexto, e incluso entre lenguaje y referente. En "locura" de Juanito ponía en juego, indudablemente, dimen-
un libro reciente, L'inconscient machinique (10) intenté un siones que Freud no había supuesto, porque su genio investi-
examen crítico de las tendencias actuales de la pragmática lin- gador fue tomado por sorpresa, encontró su limite, debido a
güística. Se trata todavía, según yo, de una manera de separar, los obstáculos que le creó su maquinaria teórica.
de oponer unos a otros, los niveles fonológico, sintáctico, se- Regresemos a lo que ocurre cotidianamente en un CMPP
mántico, pragmático, etc., lo que tiene como efecto esclerosar o en un dispensario de higiene mental. Un psicoanalista pone
literalmente la investigación. De hecho, repito, los componentes la pasta para modelar a un niño, explora su pasado, su situación
más diversos pueden interactuar para "disponer" un enunciado, familiar. ¿Busca realmente aprehender lo que hace que este
un discurso o un proyecto. ¡Esto no quiere decir que todo, sea niño esté literalmente encarcelado en sus relaciones sociales,
lo que sea, interviene cuando sea y como sea! Debería definirse lo que obstaculiza sus posibilidades específicas de desarrollo?
un protocolo de análisis pragmático específico para cada situa- Para un análisis auténtico (un esquizoanálisis, un análisis mole-
ción. Se trata de determinar, en el seno de cada dispositivo, cuá- cular, importa poco qué nombre se le dé), el problema central
les son los componentes operatorios. no sería el de la interpretación, sino el de la intervención.
Regresamos así a aspectos simples de sentido común. Un niño ¿Qué puede hacerse para cambiar eso? En un caso será la es-
tartamudea, una pequeña niña es anoréxica, una mujer tiene una cuela, en otro la familia, o bien el estatuto del padre en la
crisis de angustia: confrontados con estos fenómenos, los espe- pareja. A menos que no se encaren los factores de orden eco-
cialistas recurrirán a sus corpus teóricos. Decretarán que se trata nómico o los fenómenos de inercia sociológica. Pero no se
de un síntoma psicosomático, de un problema de comunicación deberán dejar de lado determinaciones de orden físico, bioló-
que compete a la psicoterapia familiar, del trastorno de un gico, fisiológico, ambiental, etc. Existe entonces una especie
"matema" del inconsciente ... ¡qué sé yo! Otros encontrarán de "integral" potencial de todas las formaciones de poder,
responsable al campo social: ¡es la escuela la que no funciona, que concurren a bloquear un dispositivo. Sin pretender hacer
cambiemos entonces la escuela antes de interesamos en los pro- una teoría sistemática que explique las interacciones de todos
blemas psicopatológicos de los niños tomados individualmente! estos componentes, es posible preguntarse acerca de lo que
Es verdad, tal vez se trate de todo esto a la vez. Pero no en una es determinante, pertinente, en una situación dada. La vieja
proporción cualqufera, ni en un orden cualquiera. Lo importan- cuestión de la "transferencia institucional" vuelve a plantearse

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!
aquí, pero en una forma totalmente nueva. Porque ¿de qué F.G. Como te lo dije, creo que es necesario ligar esta cuestión
sirve delimitar los elementos de transferencia y de contratrans- con la de la interpretación. A veces se me ha dicho: "El análisis
ferencia, si se trata solamente de aprehender sus efectos en el que preconiza se reduce a un trabajo de asistencia social, o a una
orden del fantasma? ¿De qué sirve intentar determinar el rol psicología rústica; el análisis, y esto no lo es en modo alguno, es
del padre, de la madre, pero también de la Educación Nacio- una pura escucha del inconsciente y su interpretación, es algo
nal, del Saber, del Poder, de la Economía, si no se pretende que está en las antípodas mismas de toda intervención."
intervenir, de una u otra forma, sobre estos componentes? Si Yo pretendo, por el contrario, que esta pretendida interpre-
uno se consagra a la exploración e interpretación de zonas tación significante jamás es neutra. En la intervención uno se
sobre las que no se podrá tener ninguna influencia, se desarrolla halla comprometido del todo. Quienes lo niegan lo hacen o de
un sistema mistificador, una nueva formación de poder que mala fe o con completa inocencia. "Tomar en análisis" como
capta y recupera los investimientos de deseo y crea para sí se dice, una mujer casada, una madre de familia, un niño, no
un sistema de sujetamiento total más nocivo aun que los antes consiste en establecer una relación de pura escucha con un
existentes. sujeto trascendente. Uno tiene que ver, en realidad, no con
personas autónomas, sino con subconjuntos de dispositivos
J.B. ¿Para tí el grupo ya no es un lugar, un componente impor- complejos que ponen en juego, por ejemplo, el hecho de que
tante, privilegiado? la cura transite por el canal del padre, por el salario, por un
F.G. En efecto, porque el grupo me da la impresión de una sistema de subsidio, etc. Los psicoanalistas quisieran que se
trampa. Eso es muy claro en la terapia familiar. Yo no niego creyera que la relación con el dinero es extrínseca al campo
la importancia, y a veces el carácter determinante de las interac- del análisis, si dejamos aparte el hecho de que puede remitírsela
ciones familiares, por ejemplo, en ciertas psicosis. Pero las a efectos sádicos anales. ¡Qué absurdo! Nada es neutro en el
teorías sistémicas de la familia me parecen la mayor parte de análisis. Un paciente puede guardar silencio durante años sobre
las veces un encubrimiento de otros componentes (clases el diván: ¡eso no quiere decir que el analista "no intervenga"!
de edad, entorno social, condiciones socioeconómicas, salariales, En realidad lo que hace es avalar cierto estado de hecho, aun
urbanísticas, etc.). Más allá del reconocimiento y la apreciación por el solo hecho de mantener la idea de que un puro efecto
de la importancia relativa de estos componentes, conviene de discurso podrá interactuar con el inconsciente. Se supone
explorar lo que he llamado la "maquínica" propia de un dis- que siempre pasa algo en el análisis, aun cuando no pase nada.
positivo, la manera como articula sus componentes de pasaje, ¡Sobre todo cuando no pasa nada! ¡Un mínimo de honestidad
sus modos de bloqueo, de inhibición, de hoyo negro, de catás- consistiría en renunciar a este bluf! Desde mi punto de vista,
trofe, etc. Prefiero hablar de "núcleo maquínico" más que de ese es uno de los puntos de partida esenciales del esquizoaná-
estructura, de sistema, de complejo, etc., para señalar que nin- lisis. ¿A quién puede beneficiar el hecho de que se deje creer
guna fórmula general, ninguna receta psicosociológica estruc- en la existencia de un metabolismo secreto que trabaja el
tural, sistémica o cualquier otra nos permite dar cuenta de este inconsciente, si nada visible ocurre en una cura? La neutra-
tipo de fenómenos. Sólo la implantación de un dispositivo lidad es una trampa: siempre se está comprometido. Vale
específico, singular, de enunciación, o lo que he llamado una más tomar conciencia de ello para contribuir a que nuestras
intervención micro-política abre la posibilidad de una práctiva intervenciones sean lo menos alienantes posibles. Más que con-
que sea a la vez de análisis y de cambio. ducir una política de sujeción, de identificación, de normaliza-
ción, de control social, de encarrilamiento semiótico de las
personas con quienes tenemos que ver, es posible escoger, por
La intervención
el contrario, una micro-política que consiste en hacer presión,
J.B. Hablemos de la intervención. ¿ Cuáles son tus prácticas pro- . a pesar del poco peso que se nos ha conferido, en favor de
fesionales, sociales o políticas? Por una parte, eres una persona- un proceso de desalienación, de una liberación de la expresión,
lidad, por otra te encuentras inserto en una práctica de grupo: de un empleo de "puertas de salida", es decir, de "líneas de
¿cuál? En los grupos donde estás ¿haces o no intervenciones, fuga" con respecto a las estratificaciones sociales opresivas.
¡Esta cuestión de la intervención me hace evocar viejas
con quién y cómo?
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querellas relativas a la "directividad" en los grupos, a toda eficiencia de las organizaciones centralistas, estoy convencido
esta mitología de una espontaneidad que daría supuestamente de que sólo una orientación como ésta podrá desbaratar los
acceso a los trasfondos del inconsciente! De hecho, la no direc- fenómenos de inercia burocrática y conservadurismo que
tividad, la no organización de un grupo, puede tener un efecto caracterizan a las actuales formaciones de izquierda y de extre-
exactamente inverso al que se espera. La estructuración de ma izquierda.
una práctica de grupo puede ser absolutamente necesaria para J.B. En los grupos en que participas en este momento, ¿cuál
que aquellos que nunca se expresan puedan hacerlo. En los es tu calidad? ¿La de individuo militante, la de profesional
diferentes grupos en los que participo, me interrogo frecuen- remunerado? ¿ Los grupos con los cuales te relacionas son siem-
temente sobre este tipo de cuestiones. El discurso colectivo
pre grupos que "encuentras" por azar? ¿Los grupos te llaman?
enfoca ciertos temas, pero tal vez otra gente quisiera hablar
¿Cómo?
de otras cosas. ¿Cómo disponer las condiciones de expresión
colectivas y/o individuales, de manera que los modos de semio- F.G. Trabajo en la clínica de La Borde donde soy asalariado.
tización más singulares puedan tener carta de ciudadanía? El Sigo participando en una antigua experiencia que no corres-
hecho de designar un presidente o un animador para la sesión ponde completamente a lo que, según yo, sería deseable realizar
puede desbloquear una reunión, pero eso no es tampoco una hoy. No tengo la intención de hacer un análisis crítico de lo
panacea universal. Como quiera que sea, lejos de ser liberador, que ocurre en La Borde. Sea como sea, a pesar de su carácter
el no directivismo puede favorecer la emergencia de fenómenos limitado, incluso superado, esta experiencia tiene el interés
de consenso, de redundancias opresivas, que tengan como resul- de ser un "islote de respiro", un lugar donde es posible reflexio-
tado el que los participantes digan exactamente lo que se espera nar o donde se pueden experimentar algunas cosas. La Borde
de ellos. no constituye pues una ilustración de los propósitos que he
Todo esto remite a un debate aún más antiguo, el que opone tenido hasta ahora.
el "basiSmo" al centralismo en el movimiento obrero. Estoy Los otros grupos en los que participo son el CERFI y el
convencido de que ninguna de estas alternativas es la correcta. CINEL. Soy formalmente presidente del CERFI, pero no
No voy a volver a hacer aquí el juicio contra el centralismo. Se participo en él activamente. Soy director de la revista "Re-
conocen los estragos que han hecho los modos leninistas de cherches", pero no me ocupo de ella, salvo cuando soy yo
organización en los partidos, en los Estados, en la producción el que propone el tema de un número especial, o cuando la
intelectual, etc. Eso no significa que se deba renunciar a todo Justicia nos busca pleito.
sistema, a toda estructura de organización. Sin la puesta al día
de los rasgos comunes entre las luchas sociales, aun cuando EL CINEL
sea provisoriamente, los oprimidos se encontrarían en una
impotencia total. Y en las situaciones de urgencia, los esponta- En la actualidad no estoy comprometido con ningún movi-
neístas terminan siempre recurriendo a las organizaciones y miento político constituido, pero participo activamente en
a los líderes tradicionales. ¿Cuántas veces he visto a los comi- el CINEL (Centro de Iniciativa para Nuevos Espacios de Li-
tés de lucha contra la represión remitirse a tales o cuales gru- bertad), organismo informal que se ha manifestado con res-
púsculos para organizar una reunión general, una manifestación, pecto a problemas políticos italianos (contra la represión: Bolo-
etc., para encontrarse a continuación prisioneros de consignas, nia 1977, el asunto Negri, Piperno, etc.), que sostuvo e~ Francia
de todo un estilo de acción y de discursos que tergiversan com- la campaña contra la extradicción de Klaus Croissant, que
pletamente su perspectiva original? Se trata pues, más allá del participó en los encuentros denominados "Tunix" en Berlín
"basismo" y del centralismo, de intentar un nuevo tipo de en 1978, que ha estado en los orígenes de iniciativas "espec-
organización. Gilles Deleuze y yo propusimos el término "rizo- taculares" en relación con las radios libres (por ejemplo, el
ma", pero poco importa el término. Lo que está en discusión festival "Antirruido") y que hoy se esfuerza por impulsar la
es un modo de estructuración que permita~asociar los compo- implantación de numerosos "Comités de defensa activa" con-
nentes más diversos, los más singulares sin desnaturalizarlos tra la represión, sin concentrarse únicamente ~n los "grandes
nunca. De hecho, lejos de estar en desventaja respecto de la casos", sino también en el micro-fascismo rampante del que

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son víctimas los jóvenes, los trabajadores inmigrados, los mili- ,: con los grandes proyectos de reconversión del Capitalismo
tantes "nacionalitarios", etc. mundial integrado; ya sea la edificación de otro tipo de socie-
En el CINEL no tenemos la impresión de ser ni muy acti- dad, de otros modos de socialidad, más "rizomáticos", que se
vos ni muy eficaces. Simplemente intentamos actuar a contra- esfuerzan por articular la economía del deseo y las restricciones
corriente del estado de ánimo "nuevo filósofo", que consiste de la economía productiva.
en renunciar a toda perspectiva de resistencia militante al orden Por el momento, es indispensable admitir que es más bien
dominante. Eso nos ha costado no pocas dificultades con la el "modelo alemán" el que está en vías de anotarse los tantos
policía y la justicia: proceso por las radios libres, encarcela- en Europa. Se tiene particularmente en la mira a todos aquellos
miento del cineasta Fran¡;ois Pain, etc. Y sin embargo, te lo que pretenden cuestionar esta evolución. Los intelectuales,
repito ¡el CINEL, considerando aparte la calidad de sus los militantes que intentan abordar estos problemas son perci-
participantes, no es verdaderamente gran cosa! Como que la bidos por el poder como peligrosos agitadores, a pesar del carác-
vida pública, hoy, se nutre más de símbolos que de realidades ter manifiestamente insignificante de sus medios de acción.
tangibles. De hecho, el interés del Centro hay que buscarlo Comprendo bien que está la cuestión del terrorismo, que enve-
más en la influencia que manifiesta en las relaciones habituales nena todos los debates y que motiva todas las "sospechas".
entre los militantes, intelectuales, artistas, trabajadores técnico- Por ejemplo, ¡nosotros nos enteramos con estupor que los
científicos, etc., que en lo que efectivamente hace. Tengo la estados mayores de distintas policías en Europa tenían metido
sensación de que también estas categorías deben ser revisadas. en la cabeza que el CINEL era la "filial francesa" de una
A pesar de las apariencias, la gente -ya no sé cómo decirlo: los vasta red terrorista mundial! ¡Es absolutamente espantoso!
trabajadores, los proletarios, los asalariados . . .- es mucho Pero eso aclara la naturaleza de ciertas operaciones policíacas
más "intelectual" de lo que se cree! O tienen por lo menos recientes y el sistematismo de algunos interrogatorios judiciales
muchas más aspiraciones intelectuales y artísticas que lo que con respecto a ciertos asuntos sin ningún fundamento. Los
el sistema de intoxicación a través de los medios masivos deja poderes en ejercicio no comprenden nada de la escalada de
suponer. Aquí también, estamos en presencia de mutaciones violencia y de los ilegalismos en los países desarrollados, y,
moleculares profundas e irreversibles. No creo pues, ni en el .además, los interpretan a su manera. Siempre es la misma téc-
resurgimiento del "intelectual orgánico" de Gramsci, ni en nica: consiste en imaginar la existencia de estados mayores
la "muerte de lo político", ni en la "implosión de lo social" ocultos y seleccionar chivos expiatorios intelectuales, cuando
de Baudrillard, ni en la hegemonía irreversible de un confor- los interrogatorios se muestran incapaces de encontrar estos
mismo de masa, ni en la urgencia de un retorno a los valores pretendidos estados mayores (de ahí los arrestos del 7 de
trascendentales del monoteísmo; creo más bien en una transfor- abril de 79 en Italia: Toni Negri, Oreste Scalzone y, a conti-
mación radical de las formas de expresión y de lucha política. nuación, Franco Piperno, Lanfranco Pace, etc., etc.; los casos
Graindorge en Bélgica, etc.). El poder se las arregla con pa-
Italia labras y fantasmas, y busca vengarse de su impotencia con
los marginales y los disidentes de todas clases. ¡Puede así
J¡;s verdad que, en estos últimos años, me he sentido a veces proclamar, ante una opinión pública amedrentada, infantili-
mucho más italiano que francés. Eso se debe a que me pareció zada por los medios masivos que "está empleándolo todo
que los problemas italianos -la lucha de los "emarginati", contra la violencia"! ¿Pero de dónde viene esa violencia?
las radios libres como Radio Alice en Bolonia, las "autorreduc- ¿Qué es lo que hace, por ejemplo, que los terroristas italianos
ciones", el cuestionamiento de la relación con el trabajo, -cuyos métodos y objetivos, además, desapruebo totalmente-
etc.- "anunciaban" transformaciones que apenas comenzaban no sean gente aislada, sino que evolucionen sin dificultad
en los otros países europeos. La verdad, no sé si la situación real a través de amplias capas de la sociedad italiana (margi-
francesa se pueda aclarar a través de la situación italiana o por nales, obreros, etc.)? Manifiestamente, eso se debe a que las
lo que se ha dado en llamar el "modelo alemán". Estamos, fuerzas vivas de ese país no esperan nada de las formaciones po-
sin duda, atrapados entre dos órdenes de posibilidades: ya líticas tradicionales, sin que esto quiera decir que han encontra-
sea un orden piramidal implacable, compatible únicamente do ya nuevas formas de expresión y de intervención eficaces.

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El desarrollo del terrorismo en Europa, en este último pe- No creo ni en el milagro de la reestructuración capitalista,
ríodo, parece participar además del tipo de recuperación que ni en el retomo de los totalitarismos de tipo nazi. Sin duda,
yo mencionaba anteriormente. Es significativo que estos fenó- tentativas desastrosas habrán de tener lugar en esta última
menos de terrorismo no sean principalmente el producto dirección. Pero tengo la sensación de que inmensos cambios
de los sistemas grupusculares clásicos y que aun cuando han sociales, y no solamente entre los marginales de los países
adoptado modos de teorización y de organización absoluta- capitalistas desarrollados, sino también en los países del Tercer
mente tradicionales, en referencia al leninismo más osificado, Mundo, van a transformar poco a poco nuestro horizonte
movimientos como el RAF y los BR no hayan podido en- político con "altas" exaltantes, pero también con "bajas"
contrar una implantación, un entorno social propio, más catastróficas. Igualmente, las cosas me parecen estar lejos de
que en el contexto de movimientos de transformación mo- haberse resuelto en los imperios soviético y chino. Tal vez por
lecular que mencioné precedentemente. Sería preciso demos- esa parte nos estén reservadas las más grandes sorpresas. La mayor
trar cómo esta "tentación" terrorista corresponde a la vez parte de los sistemas totalitarios actuales, ya sea bajo sus formas
a una negación, a una recuperación de la revolución molecular. más fascistas, ya sea bajo sus formas más liberales en apariencia,
Digamos, no obstante, en su descargo, que, al no poder en- reposan, de hecho, en ficciones: son mucho más frágiles de lo
contrar en tomo de ellos ninguna vía de expresión que les que se cree y sólo se mantienen porque ninguna fuerza, por
permitiera resolver cualquier problema que sea, se enfren- poco consistente que sea, está en condiciones de enfrentarse,
taron a un callejón sin salida, del cual son responsables, en hoy, a ellos.
última instancia, todos los componentes sociales, por una
razón u otra. J.B. Reaccionaste vivamente con respecto a las prácticas de
Lo repito, hay mucha más gente de lo que se cree que es intervención, al análisis institucional contemporáneo. ¿Puedes
consciente de las transformaciones actuales del tejido social volver sobre el problema de la intervención?
y no solamente de las relaciones del cuerpo, las relaciones F.G. Pienso que según el curso que siguen las cosas, pronto
de vecindad, etc. Esta convicción es la que me da una especie de se contará con un Ministerio de Intervenciones Psicológicas
optimismo inquebrantable. El poder es tal vez tanto más y de Innovación Social. El Ministerio de la Salud da ya créditos
represivo cuanto que siente que sus medios de control se disuel- a grupos marginales, para recoger drogados, para gente que
ven, en principio y antes que nada, en el nivel del inconsciente sale de hospitales psiquiátricos; y creo que Simone Veil tenía
social. Ya no es capaz de reconstituir una sociedad equili- la intención de poner a discusión el estatuto de los hospitales
brada del tipo. de la del siglo XIX y la primera mitad del siglo psiquiátricos. ¿Por qué no? Los marginales harían muy mal
XX. La antigua separación de los poderes entre una derecha si escupieran sobre las subvenciones eventuales, si no limitan
y una izquierda, en la que los participantes se distribuían su libertad de acción. Después de todo, no veo la diferencia
los roles: la derecha controlaba la policía, la armada, las em- entre ser pagado por la Educación Nacional, el CNRS (Centro
presas, y la izquierda los sindicatos y la vida asociativa, parece Nacional de la Investigación Científica), el Ministerio de la
superada ya. Hoy se puede esperar lo mejor y lo peor. Muta- Salud o las fábricas Renault. Hay con respecto a este punto
ciones planetarias, una revolución inaprehensible, coexistente sutilezas neomaoístas que se me escapan por completo. Todos
con miasmas represivas que rezuman por todos lados, que somos, siempre, más o menos recuperados. A fin de cuentas,
conducen a cosas horribles, peores que los campos -de extermi- esto no es cuestión de pureza, sino de política o de micro-
nio hitlerianos (Cambodia, Bangla-Desh, Afrieá Central. ete.) política. ¿Qué puede surgir de las actuales tentativas de recu-
Y más allá de estas monstruosidades espectaculares, están peración de la investigación en ciencias humanas, de los margi-
esos millones de personas que ignoran totalmente lo que la nales, de las comunidades, e incluso de las tentativas que en
sociedad espera de ellos, que no se reconocen en absoluto el futuro, por qué no, apuntarán a las radios libres? ( ¡Se puede
en las finalidades sociales y los modos de vida actuales, que fácilmente imaginar que, mañana, un gobierno Rocard-Chaban
se preguntan para qué sirven estas máquinas militares gigan- proponga un estatuto de las radios libres, una tutela estilo
tescas, estos modos de producción contaminantes que nos Casa de la Cultura!) Una de dos: o la relación de fuerzas
conducen a devastaciones ecológicas cada día más catastróficas. actual evolucionará irreversiblemente en el sentido de una

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l~~
.....
,.:
jerarquización, de una instauración de una sociedad de control ¿'.'
ji/" bien de la "CNRización" de la investigación. Sólo se man-
social absolutamente aterrorizante (en nada parecida a la que l tienen vivos, hoy, la revista "Recherches" y las ediciones
predijo Orwell, quien la imaginaba sobre la base del fascismo Encre. Créeme que lamento este agotamiento de nuestras
de preguerra, sino a partir de sistemas mucho más sofisticados, fuentes de financiamiento. Los micro-espacios de libertad,
a la vez hiperseductores, hiperrepresivos y, sobre todo, más tales como el CERFI o La Borde, se hacen cada vez más
miniaturizados, con una difusión mucho más capilar en el raros en nuestros días y creo que deberían ser defendidos por
socius). En este caso, todos los medios serán útiles para el la gente de izquierda, más que ser atacados a diestra y siniestra.
poder. Se terminará por tener psicosociólogos y divanes de ¡La recuperación de las ideas, la recuperación de las técnicas,
psicoanalistas hasta en las comisarías de la policía, lo que de las innovaciones, es verdaderamente el falso problema por
no impedirá a los policías romperle la cara a la gente como excelencia! Ya no existen, desde hace mucho tiempo, "secretos
lo hacen actualmente; se tendrán psiquiatras, como en Ale- de fabricación" sea cual sea el dominio considerado. Todo se
mania, que podrán decidir si se mantiene indefinidamente comunica a la velocidad del audiovisual. Es inútil pretender
en prisión al detenido, más allá de su pena, por tendencia atravesar la mezcla generalizada de investigaciones y de experi-
asocial ... Todas las recuperaciones serán eficaces: todos mentaciones. ¿Giscard d'Estaing recupera el análisis institucio-
estaremos hechos como ratas, o más bien condicionados como nal? ¡No tiene importancia! Tal vez el año próximo haya un
perros de Pavlov. 0, por el contrario, si estamos comprome- congreso de análisis institucional en Moscú. ¡Si se realizó un
tidos, como lo pienso, en una revolución molecular a largo congreso de psicoanálisis en Tbilissi! El verdadero problema está
plazo que cambiará de arriba a abajo el modo de vida sobre en otra parte: es el de la reapropiación efectiva de estas ideas,
el planeta en todos los niveles, todas estas tentativas de recu- de estas técnicas, de estas innovaciones por dispositivos colec-
peración se deslizarán unas sobre otras sin agarrar nada en la tivos de enunciación y por los movimientos de luchas liberadores.
realidad social. La marginalidad y su recuperación, a medida
que ganen sectores cada vez más vastos de la sociedad, estarán
en camino de adquirir un nuevo carácter. Hoy, no sólo se trata
de las marginalidades tradicionales que surgen del asilo psi-
quiátrico, de la prisión, de las instituciones correccionales,
etc. Los nuevos margittales se hallan en Longwy y Denain,
en Córcega y en Bretaña, en las calles de la periferia, en los
sótanos de los HLM, en los departamentos de desempleo,
etc. ¡Eso hace muchos marginales a fin de cuentas! Son ver- NOTAS
daderos continentes sociales que se marginalizan en el marco (1) Félix Guattari sugirió que su contribución para este libro se realizara
de las llamadas tentativas de reestructuración capitalista. en forma de entrevista. Se encontrará aquí la transcripción, reescrita
En un artículo que recoge antiguas y absurdas elucubraciones con su aprobación, de una entrevista de dos horas con Jacky Beillerot.
de Robert Linhart, le Monde diplomatique ha creído bueno
(2) Centro de estudios, de Investigaciones y de Formación Institucionales.
difundir, hace algunos meses, un ataque virulento contra el
CERFI, que serviría de "caja de ideas" para el giscardismo, (3) Grupo de Trabajo de Psicología y de Sociología Institucionales
ensalzando al mismo tiempo la "revolución molecular". Es cu- reunido en torno de Fran~ois Tosquelles entre 1960 y 1965.
rioso ver reverdecer este género de literatura en el momento
(4) El GET (Grupo de Educación Terapéutica) animado por Fernand
en que las pesquisas, los interrogatorios y los meses de prisión
Oury.
se abaten sobre algunos miembros del CERFI y del CINEL.
Sin duda estamos ante una nueva utilización del proverbio (5) BAPU: Departamento de Ayuda Psicológica Universitaria.
"Quien bien te quiere te hará llorar". Ahora bien, oculTe que
el CERFI es actualmente boicoteado por los organismos (6) Esta vulnerabilidad se ha traducido en dos tipos de reacciones:
_ ya sea que los líderes de 68 hayan creído necesario regresar a ideo-
oficiales que se ocupan de los contratos de investigación y se le logías y prácticas grupusculares, teniendo incluso que renovarlas un poco
niega todo estatuto en el marco de la nacionalización, o más (Gauche Prolétarienne, Nouvelle Résistence Populaire, etc.);

120 121
- ya sea que hayan elegido integrarse profesionalmente a los aparatos
de Estado: Education Nationale, Recherche, Urbanisme, etc.
Aunque haya sido acusado por ciertos maoÍstas de comprometerse
en esta línea, el CERFI, salido de la FGERI, se ha esforzado, por su
parte, en escapar a esta alternativa.
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(7) "Recherches Universitaires", 1964.

(8) La revolution moléculaire, reedición 10/18, 1980.

(9) Cf. la entrevista a James Grant, Director General de la UNICEF,


Le Monde, 21-3-80. GEORGESLAPASSADE
(10) F. Guattari, L'inconscient machinique. Essai de schizo-analyse.
París, Ed. Encres, 1979, 339 p.

122
) ,

LA INTERVENCION EN LAS INSTITUCIONES DE


EDUCACION y DE FORMACION

La intervención es una situación en la cual el sociólogo o psi-


cólogo interviniente está en posición de exterioridad: se le hace
llegar un encargo, interviene con un equipo que puede ser tal
vez permanente, o constituido para esa ocasión. Instala un
dispositivo que comprende cierto número de sesiones, de ho-
rarios, de procedimientos; este trabajo de intervención produce
un material que es interpretado y, eventualmente, publicado.
Cuando el trabajo de intervención ha terminado, el intervi-
niente deja el establecimiento-cliente del cual nunca ha sido,
completamente, miembro.

BREVE PRESENTACION DE ALGUNAS INTERVENCIONES

La presentación que hacemos a continuación de algunas expe-


riencias no da cuenta totalmente de mis actividades en materia
de intervención. Las he elegido porque señalan un itinerario.
A través de estas experiencias, escalonadas a lo largo de casi
veinte años, he modificado constantemente mi práctica.
No siempre se trata de intervenciones en el sentido estricto
del término; con frecuencia es al contrario: el punto de partida
es un encargo de información o de formación. Pero para noso-
tros así es como ocurren las cosas en la realidad y yo he querido
• subrayarlo al evocar esta actividad.

La intervención hecha en la UNEF en 1962 y 1963

En los años 55-60, yo era agregado de investigaciones en el

125
CNRS (Centro Nacional de la Investigación Científica). Era a un concepto muy estrecho de intervención.
también, al mismo tiempo, profesor asesor en la Residencia La negativa a considerar de manera oficial este seminario de
Universitaria de Antony donde hice mi primera gran experien- la UNEF como una intervención tenía su origen en los psicoso-
cia de intervención interna. ciólogos que animaban los grupos T en el cursillo; era, finalmen-
La intervención interna: esta es una expresión que no entra te, la negativa de tomar en cuenta a la institución UNEF a través
en principio en los límites teórico-prácticos de la presente de la institución (en el sentido activo del término instituir) de
contribución; me limitaré entonces a decir, por el momento, este seminario. Los psicosociólogos que yo había conjuntado en
que designa un trabajo de "intervención" hecho en el estable- el staff se negaron, por lo tanto, a practicar en este "cursillo" el
cimiento donde ejerzo una función. En la RU de Antony, debía análisis institucional, naciente en ese momento.
ejercer las funciones de animación y asesoría para los estudiantes; La demanda era, en efecto, institucional; solicitaba la inter-
éramos diez los profesores asesores encargados de esta mi- vención, como ya lo he escrito en un capítulo de L'analyseur
sión. Mi actividad organizacional se ejercía en el campo especí- *
et l'analyste: (página 88)
fico de los grupos de estudio. Esto me llevó a una situación de "En consecuencia, en 1962, la UNEF hace un llamado a
conflicto con ciertos grupos políticos de estudiantes. A partir los psicosociólogos y les demanda dos cosas que parecen ligadas:
de entonces, establecí contactos con la dirección nacional de 1) restablecer el contacto y el diálogo entre la dirección y
su sindicato: la UNEF. los militantes de "base".
Yo tenía igualmente contactos con los estudiantes de psico- 2) transformar los métodos de formación, muy rígidos,
logía y sus grupos de estudio en la Sorbona. Así nació el pro- muy burocráticos, según la propia opinión de los dirigentes."
yecto de un seminario de adiestramiento en dinámica de grupo Esto es lo que yo llamo, en esta misma obra, la "demanda
para los estudiantes de psicología y para los dirigentes de la burocrática". Es claro que la demanda no era, a mis ojos, de
UNEF. La Mutualidad Nacional de Estudiantes de Francia "formación directa" y todavía menos, como lo afirmaban mis
(MNEF) era una parte muy importante en este cursillo de "coequiperos" durante el cursillo, de psicoterapia individual.
1962, especialmente en cuanto a sus aspectos psicoterapéuticos. Si mis colegas psicosociólogos se inscribían en la dirección per-
En cierta forma, la MNEF era el artífice principal de la opera- sonalista y afectivista de los grupos T que conduciría a los gru-
ción y se hallaba representada en las sesiones preparatorias, pos de encuentro, yo insistía, por el contrario, en la dimensión
muy numerosas, por algunos de sus dirigentes, miembros del intervencionista de la situación. Además, el "cliente" colocado
Comité Nacional. en la situación de seminario, no demandaba menos que se lograra
Nos encontramos aquí con el caso de un cursillo codirigido, disimular la institución en los grupos. Pero su demanda inicial,
desde su fase inicial hasta su terminación, por un colectivo a cuya elaboración contribuí en gran medida previamente al
mixto que reunía a los intervinientes y a los representantes seminario, concernía a la modificación de los métodos de for-
del "cliente". ¿Qué intervinientes? Habíamos sido llevados, mación en el sindicato. Y esta experiencia mostraba bien que
después de la negativa de las asociaciones de psicólogos, a cons- la demanda que concierne a los métodos y objetivos de la for-
tituir un "staff" formado por elementos aislados. En cuanto al mación (en el sindicato, la empresa, etc.) es en realidad una
encargo, éste había sido suscitado por mí a través de una acción demanda de intervención.
ante la UNEF y la MNEF dirigida a lograr cierto convencimien- Precisamente esto es lo que afirmarían, además, el año
to: la acción en favor de la psicosociología constituía para mí, siguiente (Royaumont I1) los "KY" (intervinientes del grupo
en ese momento, una especie de militantismo. de socio análisis (1) de J. y M. Van Bockstaele que efectuaron,
En principio, este encuentro en Royaumont 1 (14.30 de a sugestión mía, la segunda sesión de la UNEF que adoptó
julio de 1962) constituía un seminario de adiestramiento. abiertamente la forma de una intervención).
En realidad, era una intervención sobre la UNEF y la MNEF, Es posible ver el carácter complejo de la relación que esta-
sobre su funcionamiento, sus finalidades, su proyecto sindical blecí con la UNEF:
y político, sus relaciones con la base estudiantil.
La demanda de formación con frecuencia es en realidad una * Existe traducción al español: El analizador y el analista, Granica, Barce-
demanda de intervención; de manera que no es posible apegarse lona. (N. del T.)

126 127
va a ocurrir un divorcio y ya es demasiado tarde para evitarlo ...
- asumo, de manera extraoficial. una función de "asesor en
formación" e intervengo. también, en el nivel del cambio ideo- Hice esta intervención con los psicosociólogos del CAIP.
un grupo de jóvenes "socioanalistas" salidos desde hacía poco
lógico, frente a ciertas instancias de la UNEF en 1962 y 63;
de la UNEF y de la MNEF.
- de esta manera, me veo llevado, al principio, a "aconsejar"
Por sus orígenes políticos tanto como pedagógicos, el trabajo
a la institución un "seminario", después a organizar este semi-
hecho en el GTE fue, de alguna manera. una prolongación del
nario sobre la base de un encargo que no había sido suficiente-
realizado en la UNEF casi al mismo tiempo: se sitúa en cierto
mente elaborado. ¿Formación? ¿Intervención?
movimiento ideológico-político de los años sesenta, en los que
La UNEF es el movimiento estudiantil y es la problemá-
eran raros nuestros "clientes".
tica de un cambio por operar en el sistema universitario, su or-
El trabajo de intervención en la GTE desembocó en el esta-
ganización, sus programas, su pedagogía, sus finalidades. Nos
llamiento previsible de este grupo. entonces compuesto por
encontramos aquí en el campo de la pedagogía. en el sentido
22 miembros. en dos fracciones de igual importancia agrupadas
más amplio del término. y no nos saldremos ya de ella: todas
en torno de sus dos líderes.
las intervenciones que efectué durante los años que siguieron
A continuación trabajamos con J. Fonvieille y el grupo
al seminario de la UNEF en Royaumont (1962) se ubican
Gennevilliers. Este trabajo, que era una prolongación de la
en dominios conexos a la enseñanza, al trabajo social, a la uni-
intervención inicial, llevaría algunos meses más tarde a la for-
versidad (y lo que gravita alrededor de ella), a la acción cultu-
mación del "Grupo de Pedagogía Institucional" (el GPI) por
ral_ . . Por una limitación que habré de descubrir solamente
una parte, y por la otra. a la publicación de las primeras expe-
después, es únicamente en este terreno en el que ,intervendrá riencias de autogestión pedagógica.
durante 20 años nuestra corriente institucionalista. Puede verse entonces que el análisis institucional se ha cons-
truido a partir de 1959-1960, sobre la base de intervenciones
La intervención en el "Grupo técnicas educativas" (el GTE) -aquí la práctica precede a la teoría-. cuyo contexto era el de
una fermentación política, cultural y pedagógica que anunciaba
En 1963, los dos dirigentes del "Grupo técnicas educativas"
de lejos la crisis de mayo de 68. Pero será sólo posteriormente
(el GTE) me dirigen una demanda para que realice una inter-
cuando esto se nos hará evidente.
vención en su organización, surgida a partir de la escisión del
movimiento Freinet en 1959-1960. Uno de estos dirigentes,
La acción socio-cultural y la intervención en Plozevet
Femand Oury, es maestro; a través de su hermano, el doctor
Jean Oury. director de la clínica de La Borde, está en muy
En abril de 1965, durante el congreso de Paques, hice una
estrecho contacto con el movimiento de la psicoterapia insti-
visita a E. Morin. R. Denis y J. L. Peninou que realizaban una
tucional. El año anterior había acudido a solicitarme la con- encuesta sociológica en Plozevet en el marco de un vasto estu-
ducción de una reunión en el seminario de la UNEF. dio referente a esa ciudad. En el momento de mi llegada a
El otro dirigente del grupo es un maestro de Gennevilliers: Plozevet. el equipo de investigación había ya tomado la ini-
Jean Fonvieille. ciativa de invitar a los jóvenes de la ciudad a una :velada de baile,
Desde nuestro primer encuentro, que tuvo lugar en mi casa, en un café, con la finalidad de explorar las actitudes de los jó-
me pareció evidente que esta demanda de intervención estaba venes ante la nueva música·.
motivada por un conflicto de poder: estos dos impulsores del
Durante esta velada que parecía no acabar nunca, recomendé
GTE, que me venían a consultar y a demandar una interven-
el uso del método no directivo. dividiendo al conjunto de los
ción en su grupo, en ocasión de su congreso anual, se me presen-
jóvenes en pequeños grupos de discusión. El resultado inmedia-
taron, casi abiertamente, como los dos líderes rivales en una
to fue la enunciación de las necesidades de la juventud local,
situación que no habría de resolverse, eso era ya visible, más o al menos una fracción de esta juventud: estos jóvenes deman-
que por el estallamiento del grupo, donde cada uno tenía sus daban la apertura de una Casa para Jóvenes. Esta demanda so-
partidarios. cial emergió, en el curso de las discusiones. de los pequeños
Así, se me vino a consultar como se consultaría a un médico, grupos y evolucionó hasta dar como resultado la convocatoria
a un psicólogo o, más exactamente. a un notario o a un abogado:
129
128
para una asamblea general, pero esta vez decidida por los vez. Otras tres intervenciones seguirían a la primera, espaciadas
jóvenes; nos convertimos en consejeros pedagógicos, ayudamos en un año (septiembre 67, octubre 67, junio 68). El elemento
después a estos jóvenes en sus recorridos en dirección de la estable, que representaba a la PE como institución a la que se
Delegación Departamental de la Juventud y del Deporte; al dirigía la intervención de larga duración, ~staba compuesto
mismo tiempo, facilitamos, en el curso de las reuniones, la por el padre Sempé, el padre Brun y el padre Larche" (Les
elucidación de sus necesidades y de sus dificultades para orga- analyseurs de I'Eglise, p. 81 y 82).
nizarse con la intención de resolver los problemas por sí mis- Este texto introductorio de R. Lourau subraya algunos pun-
mos. tos esenciales:
Esta experiencia ilustra una concepción de la demanda social - El primer encargo no fue una intervención: fui invitado
que no corresponde ya a la experiencia hecha en la UNEF a la sesión de junio de 1967 en calidad de conferenc,iante y
--donde nos encontrábamos más cerca del psicosocioanálisis le propuse enseguida a Lourau que viniera a trabajar conmigo
clásico-, y que se halla incluso muy alejada de nuestra rela- para que deriváramos hacia un socioanálisis. El mismo proceso
ción inicial con la GTE, donde nos encontrábamos en una se reproducirá en Hendaye, durante el verano del mismo año,
situación explícita de intervención a través del encargo. En en la oportunidad de una sesión de la Parroquia Universitaria,
Plozevet, nadie nos pidió que interviniéramos en el sentido como lo recuerda Lourau: "como en el caso de Tours 1, que la
psicosociológico del término. Fue a partir de la encuesta so- precedió apenas dos meses, hubo en el principio un encargo de
ciológica como emergió la demanda de los jóvenes: desde ese conferencia-debate acerca de la pedagogía. Este encargo, que
momento dejamos de estar en posición de demandantes de me fue dirigido personalmente, contenía indudablemente una
información (por las necesidades de la encuesta); la situación demanda más general e inexpresada "de intervención" en el
se invirtió y nos vimos demandados, colocados en una situación sentido amplio e impreciso del término ... " (R. Lourau, Les
de "consultores". analyseurs de I'Eglise, p. 165)
- Desviamos el primer encargo con el asentamiento más o
Los curas de Tours (1967-1968) menos forzado del cliente: "Es evidente que hubo una manio-
bra por parte nuestra", escribe justamente R. Lourau a propó-
Esta primera fase de mi actividad psicosociológica, que va de sito de la "messe de la comtesse", en Hendaye.
1959 a 1965, terminó con mi partida a Tunes, donde debía Puede considerarse que la intervención hecha en la PE de
ocupar un puesto en la Universidad durante poco más de un Tours -antes de la de Hendaye- fue una "intervención de larga
año. A mi regreso, recibí un nombramiento en la Facultad duración en la medida que nuestro 'cliente', el Centro Péguy,
de Letras de Tours ello. de enero de 1967. En ese contexto hubo de invitarnos a cuatro sesiones sucesivas, escalonadas a lo
sucedió que los capellanes de los estudiantes me pidieron que largo de un año. Se puede además suponer que si la interven-
participara en las "sesiones" organizadas por el Centro Péguy ción se detuvo en ese momento, en junio del 68, fue porque los
de Tours. René Lourau ha descrito largamente y comentado acontecimientos de mayo del 68 constituyeron una "interven-
nuestro trabajo "de análisis institucional en el medio cristiano", ción" suficiente, en este sector de la iglesia universitaria, para
en Les analyseurs de l'Eglise. reemplazar el socioanálisis: lo cual ilustra que la idea de inter-
La primera sesión se llevó a cabo en Neuvy, en los alrededo- vención, crisis en frío, es sólo un ersatz* de crisis social. ..
res de Tours, en junio de 1967: "originalmente, escribe R. Tratándose del primer encargo y de la prolongación, bastante
Lourau, la PE (Parroquia Estudiantil) había demandado la pre- excepcional, de esta intervención con los curas de Tours, es
sencia de dos conferenciantes-animadores con el fin de abordar evidente que esto guardaba una relación directa con el hecho
temas sociológicos. Cuando uno de los conferenciantes previs- de que yo enseñaba en la Facultad de Letras de Tours en ese
tos se declaró indispuesto, el segundo, G.L. (Georges Lapassade), momento.
recurrió a mí proponiéndome que transformáramos el programa
de conferencias en una intervención socioanalítica. Los dos ca-
pellanes ... aceptaron este cambio. El conjunto del grupo-cliente
discutió esta proposición en el sitio de la sesión y aceptó a su * En alpmán /'n pi ori¡!inal; tiene el sentido de "sustitución". (N. del T.)

130 131
La intervención en la Universidad de Quebec, en Montreal: es una dimensión esencial de la intervención: no puede hacerse
"El agrimensor" (1970) antes de la intervención, ni tampoco solamente en el principio:
es permanente y no puede terminar.
El 29 de julio de 1969, el rector Dorais, que dirige la nueva Esta intervención en la UQAM duró tres meses (15 de
Universidad de Quebec, en Montreal -la UQAM-, me dirige enero al 22 de abril de 1970). Terminó en abril con un "ba-
una carta para invitarme a trabajar en su establecimiento: lance institucional" que duró tres días. Este balance consti-
"Usted nos ayudará, escribe, a analizar la situación ... " Me ente- tuyó el momento más ritualizado de esta experiencia, pero
raré un poco más adelante de que la idea de invitarme le fue no el más importante.
sugerida por su secretario general, que actuaba, a su vez, bajo
la sugestión de un joven psicólogo con el que se encontró en
París, en el Centro Censier, donde yo enseñaba sociología en Una estancia en Brasil: "los caballos del diablo" y la
los años 68-69. deriva institucional (julio/septiembre 1972)
¿Pero cuál era exactamente la demanda del rector Dorais?
Me parece que su primer deseo era conseguir una especie de A Quebec había sido invitado para "analizar la situación".
cronista que escribiera el historial (Livre blanc) de la Universidad Dos años más tarde, viajaba hacia Brasil para reemplazar a
naciente. También formulé ocasionalmente la hipótesis de que R. Lourau, pero con un contrato diferente: iba ahí para enseñar
se trataba de un encargo de encuesta-reporte a la manera de la en el sector de psicología social, en la Universidad de Belo
práctica corriente en el siswma anglosajón. Cuando me encon- Horizonte. A este compromiso se sumaba el de asegurar sesio-
tré con Dorais en París algunas semanas antes de mi partida nes de adiestramiento en el análisis institucional para los asis-
a Montreal, no intenté precisar nada: mi preocupación esencial tentes del profesor que me había invitado. Finalmente, este
era entonces conservar el contrato y hacer esa intervención, último había añadido a mi programa una pequeña intervención,
que yo consideraba como el primer encargo importante para mal definida, en el Instituto de Ciencias Biológicas de la misma
mi carrera de psicosociólogo. ciudad (el ICB).
La moda del análisis institucional, en el período inmediato Durante esta estancia de tres meses en Belo Horizonte, realicé
a mayo del 68, actuó ciertamente a mi favor. "Nos hemos ente- muchas intervenciones -descritas en Les chevaux du diable- en
rado de que el análisis institucional es un producto nuevo en una organización estudiantil y en múltiples establecimientos
el mercado de las ciencias sociales", me decía en Montreal el "clientes", interesados en mi presencia en sus respectivos
secretario del rector, un día que yo lo interrogaba sobre elori- lugares.
gen de la invitación. (2) No había encargo de intervención en el origen de esta "deriva
Tuve la sensación, durante toda mi estancia en Montreal, transversalista", salvo el trabajo proyectado para el ICB;
entre enero y abril de 1970, de pasar lo esencial de mi tiem- cuando establecí el contacto con la dirección de este estable-
po tratando de identificar el encargo; de ahí el título kafkiano cimiento encontré, además, una incomprensión cortés; ya no
que elegí para relatar esta experiencia: el agrimensor; en El tenían necesidad de mis servicios ...
castillo, no se trata realmente de un agrimensor, nunca sabrá Por el contrario, se me hacían demandas en muchos lugares
por qué se le ha hecho venir, cuál es la verdadera "razón" de como la FUMG: una facultad libre de pedagogía, donde
esta "invitación", por qué está ahí para ir y venir sobre la nieve ... llevé a cabo una intervención con un equipo formado en ese
He tratado así de subrayar la indeterminación del encargo, momento. El director del establecimiento era un discípulo
que es lo que constituye la riqueza de la intervención. Com- de Freinet y fue a través de ese rodeo y depués a través de
prendería más tarde, cuando la experiencia se prolongó, que la autogestión pedagógica -mis libros habían sido leídos en
el análisis institucional no puede tener otro objeto que su esa escuela- como encontré este "cliente" en dicho lugar.
institución. El análisis del encargo -del cual hacíamos la prime- Esta experiencia verifica el hecho de que mi imagen profe-
ra regla del socioanálisis en nuestra Clefs pour la sociologie*- sional en el medio pedagógico -y ese es, tal vez, el único factor-
está en el origen de los encargos que se me dirigen y de mis
* Existe traducción al español: Claves de la sociología, Ed. Laia, Barce- intervenciones en los establecimientos de educación.
lona, 1974. (N. del T.)

132 133
adultos: educadores, psicólogos ...
Bélgica, Italia y Portugal Este establecimiento comprende un dispositivo escolar
con 5 clases primarias. El "staff cliente" -los psicólogos y el
La influencia y la difusión, después de mayo del 68, del aná- psiquiatra- se halla constituido sobre la base de una crítica
lisis institucional en ciertos países extranjeros contribuyó du- de este dispositivo escolar mal hecho, a su juicio, para tratar
rante algún tiempo a suscitar encargos un poco por todos lados. a los niños "que andan mal en la escuela". Ellos querían que
A Bélgica había sido ya invitado en 1963, por el Grupo nuestra intervención les permitiera trabajar sobre ese proble-
Esprit de Bruselas para conducir una sesión de dinámica de ma. Después de haber considerado una intervención de los
grupo, cuando el grupo T comenzaba a provocar interés en sociopsicoanalistas, recurrieron, por razones financieras, a
ciertos medios intelectuales. La dirección de ese grupo me nosotros.
había invitado, en principio, para una conferencia, y después La intervención debía durar tres días y debía ubicarse al
para un seminario que se desarrolló en Westende. Ahí, nos principio de la semana. Se prolongó finalmente hasta el viernes
rehusamos a conducir los grupos T, con la finalidad de cues- en la noche. Yo permanecí ahí y, la semana siguiente, hice en
tionar el hecho de que este método de formación se vendiera el establecimiento una nueva secuencia de análisis de una se-
como un producto cultural. Esta interrogación desembocó mana, con un grupo local de intervinientes y sin suspender
naturalmente en el análisis del Grupo Esprit con sus objetivos, las actividades del establecimiento. El motor de esta segunda
sus métodos, su clientela ... intervención era la redacción de un diario del establecimiento
En 1973, realicé una intervención, en Bruselas, en el GIC que debería ser la base de un libro; pero este último proyecto
(3) que demandaba un perfeccionamientCj de sus animadores.
nunca resultó.
Un profesor, que además frecuentaba Vincennes, representaba
al "cliente". Nancy 1
En Italia, un poco más tarde, fui invitado por Milena Ambro-
sini que participaba en la vida de un "colectivo" de psicoso-
En enero-febrero de 1978, Bernard P., educador, miembro del
ciólogos milaneses. Se me pidió que condujera un seminario
equipo permanente de una escuela de educadores en Nancy,
de formación. Era el punto de. partida de una colaboración
le solicita a Alain Coulon, a quien encuentra en Vincennes
regular con los psicosociólogos italianos, en especial los del como estudiante, una intervención en la escuela de Nancy
ISMO. "para animar la realización de un 'balance' ". Alain Coulon
Finalmente, en Portugal, en 1977, fueron igualmente unos
que, por falta de tiempo no podía responder solo este encargo,
jóvenes psicosociólogos quienes me invitaron a conducir un
me incluyó. Propuse entonces la constitución de un equipo.
seminario. Después practiqué el proceso que me es habitual:
conferencias aquí y allá, especialmente en la Universidad,
que desembocaron en un encargo de intervención en el Ins- Después de una primera semana de trabajo, se decidió que
tituto Costa Ferreira ... Es este tipo de concatenación lo que regresáramos a la semana siguiente para conducir un "taller
he llamado deriva: la deriva ha sido con frecuencia, para mí, de análisis institucional" que habría de desarrollarse al margen de
una fuente esencial de demandas. los otros talleres. Esto significa que nosotros no queríamos
instituir, en esta escuela, el ritual del "socioanálisis", con la
Oullins suspensión de todas las demás actividades del establecimiento,
la Asamblea General permanente de todos los miembros, com-
En 1976, se nos demandó una intervención en la Casa para prendida la Dirección, la autogestión de los honorarios: no
Infantes de Oullins, cerca de Lyon. El encargo fue suscitado procedíamos así porque el encargo no consistía en eso. Noso-
por tres miembros de la institución: dos psicólogos y el médico tros no queríamos desviar el encargo de formación -y no de
psiquiatra. intervención- como lo habíamos hecho otras veces ... Sin em-
El establecimiento-cliente es una Casa para Infantes inadap- bargo, la animación de nuestro taller produjo efectos que
tados, ligada a la DDASS, que ampara alrededor de 70 niños he descrito ya en un texto intitulado "L'apprentissage de
internos, empleando casi el mismo número de trabajadores l'analyse", Pour, núm. 62-63.

134 135
Nancy 11 el hecho de que se trataba de una intervención.
Para la intervención en el Grupo de técnicas educativas, al
En la primavera de 1979, un profesor asistente de Ciencias de la no disponer de un equipo, transmití el "encargo" a un grupo
Educación en la Universidad de Nancy, en la sección de Ciencias de jóvenes psicosociólogos: el CAIP, que me había pedido
de la Educación, me formula una demanda para que "inter- un apoyo simbólico sin que yo formara parte realmente de
venga" en una jornada con un grupo de estudiantes de DESS esta efímera organización.
(4) que está a su cargo. Explico, durante esa jornada, que es Para otras intervenciones que se presentaron oficialmente
imposible hacer una "intervención" en ese plazo; en conse- como sesiones de adiestramiento, constituí en la misma época,
cuencia, propongo la organización de una sesión de tres días otros equipos: intervine con F. Ganteret para el Grupo Esprit
combinada con una sesión ya prevista de técnicas audiovisua- de Bruselas, con R. Denis y H. Thomas para el ·Seminario de
les. Mi proposición es aceptada. Esta intervención, que adquiere Melun (Asociación de enfermeras). Este último trabajo está
esencialmente la forma de una animación, de una actividad descrito en L'analyseur et l'analyste (1971).
pedagógica, conduce a la producción, en el marco de la acre- En 1967-1968, formé un equipo con R. Lourau para las
ditación, de un film realizado colectivamente por el grupo intervenciones en el medio cristiano, sobre todo en Tours.
de DESS. Al final de las tres jornadas de trabajo, un problema René Lourau ha descrito esas intervenciones en Les analyseurs
de financiamiento nos condujo a encontrarnos con el otro de l'Eglise . . .
grupo de DESS del mismo establecimiento y a plantear, de este Cuando intervengo en países extranjeros, me integro a
modo, el problema -central- de la división de esta promoción veces a equipos ya existentes, especialmente en Italia, donde
de estudiantes de dos grupos separados y animados por dos el ISMO es un poco el equivalente del ARIP o de la ANDSHA;
maestros permanentes. con frecuencia intervengo solo, como lo hice en Brasil; intento
a veces, como en el caso de Montreal, constituir en el momento
LOS EQUIPOS DE INTERVENCION un pequeño equipo.
A veces he anhelado conformar un equipo permanente,
Frencuentemente yo intervengo solo aunque a veces lo hago una asociación organizada sobre el modelo de las que ya existen
con otros, constituyendo equipos que son efímeros la ma- (ISMO, ARIP). Pero soy más bien como un pequeño artesano
yoría de las veces, según las circunstancias. de barrio que se junta, lo cual no es excepcional en los oficios
La intervención hecha en la UNEF en 1962 tomó oficial- menores, con algunos colegas, según las circunstancias y las
mente la forma de un cursillo de adiestramiento en dinámica necesidades.
de grupos, destinado a la dirección del sindicato estudiantil En Africa del Norte, los Gnaoua, a quienes conozco bien,
y a los estudiantes "de base" (la mayor parte estudiaban psico- son negros que ejercen en la sociedad tradicional una función
logía). Fui uno de los principales artesanos, junto con algunos terapéutica. Son los terapeutas de la posesión. Cuando deben
dirigentes del movimiento estudiantil, de este proyecto y su practicar una cura domiciliaria, los "maestros" curanderos
realización. Al no disponer de un equipo, intenté negociar, van a buscar en la villa la colaboración de músicos cuyo número
en vano, la intervención de equipos constituidos. Después varía según las posibilidades financieras del cliente. Yo trabajo
de su rechazo, conjunté un "staff' cuyos elementos no eran un poco como esos Gnaoua.
miembros de organizaciones: especialmente F. Ganteret, A.
Lhotelier, B. This ... LOS CAMINOS DEL ENCARGO
Un conflicto me opuso a mis coequiperos durante este
"cursillo" que constituía, en realidad, según mis apreciaciones, ¿Qué es lo que proponemos a nuestros clientes? En principio,
una intervención en la UNEF. Intenté, como producto de la institución de un ritual llamado "socioanálisis" en tal es-
esta experiencia, constituir una nueva organización de psico- tablecimiento. Esta oferta no es ciertamente percibida como
sociólogos: la ARC, que realmente nunca existió. Por esta nosotros quisiéramos; llega a ocurrir que se nos demanda
razón, fue necesario recurrir al año siguiente, para un nuevo algo completamente diferente: una conferencia, la animación
"seminario" de la UNEF, al equipo de Sociana que asumió de una sesión ...

136 137
\
rio. Pero en este primer encargo se incluía una conferencia para
¿De dónde provienen los encargos? ¿A través de qué inter- un público más amplio. Durante esa conferencia, describí la in-
mediarios? Con frecuencia, son los estudiantes los primeros tervención socioanalítica y esto me acarreó clientes ...
en formular los encargos. A veces, se dirigen a mí después de
haber leído uno de mis libros, o bien se me elige porque sería
menos caro que los psicosociólogos mejor organizados; o porque El encargo de "intervención" nunca adquiere la misma forma
la ideología política que se me atribuye (o atribuía) parece
prometer la demolición de un poder al que no se puede atacar Se nos pide, ciertamente, que "intervengamos", pero dando
directamente ... a este término un sentido amplio y vago: la conferencia es de-
signada, en los medios de formación, mediante el término "in-
El encargo está ligado con frecuencia a mi lugar tervención" .
en la Universidad Es verdad, tenemos en mente un modelo ideal del encargo:
se nos vendría a buscar para una consulta como ocurre en el
Para la invitación a Montreal (1970) el encargo, lo indiqué ya, caso del médico, o del abogado, con demandas todas parecidas.
fue originado por un estudiante quebequense a quien conocí Pero, de acuerdo con mi experiencia, la demanda directa, explí-
en París, dentro del marco de mi enseñanza; él había hablado cita, de intervención en el sentido psicosociológico del término
de mí al agregado del rector Dorais. es más bien una excepción.
Para los curas de Tours (la Parroquia Péguy, 1967-68), el Lo más común, insisto, es que se me demande información
encargo estaba ligado al hecho de que yo era maestro en la sobre el producto que se me quiere comprar: el análisis institu-
Facultad de Letras en aquel momento. De ahí surgió la pri- cional en su calidad de producto cultural lanzado al mercado
mera demanda: una conferencia ... de los "bienes culturales" (como ideología, o como un sistema de
Para Nancy 1 (intervención en la Escuela de Educadores del análisis con un eventual uso en determinado establecimiento, o
Haut-du-Lievre, en 1978), un "directivo" (educador-ejecutivo incluso como materia inscrita en un programa de enseñanza,
de tiempo completo) se dirigió a Alain Coulon a quien encon- como sucede en las escuelas de educadores).
tró un día en que me sustituía en la clase. Este educador era Los primeros encargos que recibí entre 1960 y 1968 tomaban
estudiante en Vincennes en el departamento de Ciencias de la forma de sesiones de formación de corta duración, lo que
la Educación. además ha marcado la forma del ritual socioanalítico resultante
de estas sesiones. De ahí se llegaba a la intervención, ya lo he
Las "derivas" dicho, por "derivación", a partir de un primer proyecto de for-
mación. Comencé con el grupo T y lo que a continuación llamé
Le doy a la palabra "deriva" dos sentidos bastante diferentes: "socio análisis institucional" era, de hecho, un grupo T practica-
- El término designa, en mi vocabulario, en la mayor parte de
do de acuerdo a la escala del establecimiento.
las veces, un viaje a la ventura, sin programa previo, al azar La intervención, como la concebimos hoy ¿no es siempre,
de los encuentros, de las ocasiones. . finalmente, una operación de formación? ¿Realmente se deben
- Pero al mismo tiempo puede significar que una intervención
oponer estos dos términos: "formación" e "intervención" como
puede ser decidida a partir de una conferencia, de una sesión
lo hacían y lo hacen aún los psicosociólogos?
de formación; consecuentemente, entiendo por "deriva" el En Nancy, en 1978 (en Haut-du-Lievre) asumí plenamente
hecho de que ello se produzca "a partir de ... " el hecho de que se nos demanda para conducir un taller (forma-
A veces he sido invitado a un país extranjero para dar cursos ción) y no para instituir un socioanálisis en la escala del esta-
en la Universidad, o para conducir un seminario de formación, blecimiento (intervención); sin dejar de confirmar, al mismo
etc. A partir de ahí, he inducido los encargos de intervención: tiempo, que este taller funciona como una intervención puesto
- en Belo Horizonte, estaba en una misión docente. Pero que interroga las estructuras del establecimiento, su pedagogía.
los encuentros en el medio universitario produjeron encargos Pero esta "intervención" no se ha programado con anticipación,
de intervención (cf. Les chevaux du diable). no ha sido demandada por la Dirección o con su acuerdo, lo
- en Lisboa, en 1977, fui invitado para conducir un semina-
139
138
que para nosotros es, en principio, un criterio para el encargo \ ¿Quién enuncia el encargo?
de intervención.
\ En el modelo ideal del socioanálisis surgido de la psicosocio-
\logía, la orden de intervención debería venir del jefe del esta-
Todas nuestras intervenciones han tenido lugar
'plecimiento; esa es precisamente la razón de que en Nancy,
en el medio educativo ~n 1978, en la Escuela de educadores de Haut-du-Lievre, ani-
máramos un taller y no un "socioanálisis": el director del esta-
Al término de veinte años de práctica de intervención, puedo
blecimiento no hizo una demanda de intervención. Por el con-
comprobar que todas estas actividades se sitúan en el medio
trario, su demanda era más bien no vemos, ni siquiera para la
educativo, incluyendo en este dominio la Universidad, la for-
animación del taller ... Pero los monitores permanentes que nos
mación permanente, los establecimientos de enseñanza, el
hicieron acudir tenían cierta autonomía pedagógica en el esta-
trabajo social. blecimiento; no tenían ne.cesidad de un acuerdo formal con el
De esta manera: Director para invitarnos a conducir una sesión de adiestramiento.
- los curas de Tours son los capellanes de la Parroquia Sólo se dio el caso de que el jefe del establecimiento deman-
estudiantil;
- si intervinimos en el hospital psiquiátrico de Maison- dara la intervención en:
- la UQAM (Montreal, 1970): fue el rector Dorais quien me
Blanche en 1979 fue respondiendo en principio a una demanda
de formación permanente y, además, en el marco de una es- invitó;
- Oullins: fue el Director de la Casa de Infantes quien me
cuela de enfermeras establecida en el interior de este hospital;
- en el caso que parece constituir una excepción, como el escribió.
seminario de la CISL (sindicato obrero italiano) hago notar de
¿Quién origina el encargo?
inmediato que se trata del sector "Formación" del sindicato.
¿Quién es el demandante de la intervención?
Cuando los psicosociólogos van a la empresa "intervienen",
la mayor parte de las veces, por una demanda de servicios de Con frecuencia, el encargo nace de los márgenes. En el estable-
formación (es a través de los cursillos de formación como estos cimiento, los alumnos pueden originarla. Además, si el encargo
psicosociólogos colectan sus clientes; trabajando en estos ser- inicial parte del centro, como en Montreal, es en seguida rele-
vicios). Los socio psicoanalistas, esto puede verse claramente vado por grupos de demandantes que están más o menos margi-
al leer sus publicaciones, trabajan en los mismos dominios que nados: siguiendo con Montreal, los trabajadores administra-
nosotros: los establecimientos de enseñanza, las escuelas para tivos utilizaron la intervención para hacer avanzar su proyecto
educadores ... de sindicalización; y fueron los departamentos más o menos
¿Cómo explicar esta especificidad de nuestra clientela? For- oprimidos por el sistema (el de Bellas Artes, el de Ciencias de
mulemos varias hipótesis: la Educación) los únicos demandantes de intervención.
- el punto de partida de nuestra corriente institucional lo
constituyen la "formación" (los seminarios de dinámica de gru- La elaboración del encargo. La negociación
po) y la pedagogía institucional (nuestras primeras experiencias
de autogestión, en Gennevilliers, y en otros lugares ... ); (5) A veces, los contactos personales bastan para cubrir el tiem-
- nuestras obras tienen difusión sobre todo en el medio pe- po que separa el primer mensaje del cliente (su carta, o su
dagógico. Nuestras investigaciones son frecuentemente inclui- primer llamada telefónica, o la reunión, o el primer diálo-
das en los programas de Ciencias de la Educación, pero no en go después del curso en la Universidad, o en el mismo curso, o
los de sociología ni en los de psicología (o muy poco); después de una conferencia ante un público amplio) y nuestra
- ideológicamente, políticamente, estamos clasificados y en- llegada al establecimiento sobre el terreno de la intervención.
cerrados en la izquierda marginal, contestataria; valorizamos a En el caso de las intervenciones hechas en Francia, tengo
los disidentes (analizadores) "'i a su vez son éstos quienes origi- dificultades, puesto que no dispongo de un secretario perso-
nan los encargos de sus establecimientos. nal, ni de una organización permanente que le dé concreción

141
140
al encargo, a partir del primer contacto. Se realizan entonces líticos del rector Dorais, quienes eran al mismo tiempo los ene-
nuevos intentos que yo puedo además intepretar como una ;~--
igos del "socioanálisis" ...
voluntad de que la negociación se consolide.
1análisis institucional "se vende mal"
Aspectos sociales del encargo
P.rmanece confinado en los medios intelectuales y de formación,
Todos nuestros clientes, como ya se ha visto, se sitúan en la y bo ha penetrado en las empresas ni en las administraciones.
categoría de los establecimientos de enseñanza: escuelas, uni- Se puede lamentar; pero es posible igualmente recordar con
versidades; la mayoría de las veces son departamentos y seccio- respecto al psicoanálisis que éste se ha convertido en una psico-
nes en las universidades más que la Universidad entera; Casas logía general del hombre llamado "normal" (de sus sueños, ac-
de Jóvenes y de la Cultura; Parroquias Universitarias ... Preci- tos fallidos) y nació y se desarrolló durante mucho tiempo úni-
semos: camente en el terreno de la histeria ...
- las escuelas clientes son con frecuencia establecimientos Para situar la imagen que el público tiene de nosotros, citaré
privados de readaptación, para niños inadaptados (esa es la dos humoradas:
razón del progreso de los métodos activos; se trata de un lugar - La primera es de Alain Touraine. Declaró, en ocasión de la
de innovación); presentación de la tesis de René Lourau, en Nanterre, en 1969:
- nuestra clientela universitaria se sitúa en la prolongación "el análisis institucional se ha hecho solamente para meter el
de nuestra función principal: los departamentos de Ciencias de desorden* en la Universidad".
la Educación y de Trabajo Social, de Psicosociología, las - y después, más recientemente, un psicosociólogo del
facultades de Pedagogía, una escuela de servicio social en la SEMA: "En nuestros medios, se considera frecuentemente el
Universidad. Estos son nuestros colegas más próximos; quienes análisis institucional como una cosa que siembra el desorden
introducen el análisis institucional en los programas; quienes, en las escuelas de enfermería; y nada más ... "
frecuentemente, hacen el encargo ...
¿Por qué el trabajo social es "cliente" del análisis institucional?
Es un encargo intelectual
Probablemente porque esta profesión surge del orden religioso
Mientras que la demanda psicoterapéutica (individual) parte y ha debido darse en seguida una ideología humanista a base de
del sufrimiento de la gente, la orden "socioanalítica" no está psicoanálisis edulcorado, de análisis institucional vagamente
determinada generalmente por el "sufrimiento" eventual de definido como un "análisis" de establecimientos.
un establecimiento (sus conflictos internos); contrariamente Aquí comienza el análisis social que debería explicar un día
a un esquema corriente, no somos "sociatras". lo que produce nuestra actual clientela.
De hecho, es una demanda didáctica y no terapéutica, aun
cuando puedan comprobarse efectos terapéuticos individuales EL DISPOSITIVO ANALIZADOR
(raros) después de algunas intervenciones. Muchas veces se trata
de una demanda "política" en la medida en que está ligada a los ¿Qué es pues este producto llamado "socioanálisis" (a veces
conflictos de poder en los establecimientos: se nos hace acudir se añade "institucional"; a veces se dice: "análisis institucional",
para intentar utilizamos en esas luchas. Yo he formulado la "intervención socioanalítica", "intervención" a secas), que no-
hipótesis de que el rector Dorais me hizo ir a la Universidad de sotros proponemos a nuestros clientes, o más bien, que nues-
Montreal porque estaba "mal parado"; porque su poder laico y tros clientes, a veces -raramente-, nos piden que instalemos
modernista era combatido por elementos conservadores resul- en sus establecimientos?
tantes de los antiguos establecimientos religiosos constitutivos Es un ritual inspirado en la dinámica de grupo (grupo T),
de la nueva universidad. En ese contexto, el análisis era un
arma para el poder, lo que se verificó durante la intervención. * Aquí Tour3in usa una expresión popular que se presta a otros sentidos:
Mi trabajo en Montreal puso al desnudo a los "enemigos" po- "routre le bordel": meter el burdel. (N del T.)

142 143
puesto a punto entre 1959 y 1968 a través de etapas sucesivas, denominarse, con C. Rogers, "grupo de encuentro" (basic
y cuyas reglas fundamentales fijamos René Lourau y yo en una encounter group).
publicación de 1971: Clefs pour la sociologie. Este ritual s, El dispositivo del grupo T es el siguiente: cierto número de
instituye durante algunos días en el establecimiento que dirig
la demanda, generalmente sin precisar por qué lo hace; y, pr
l

- ersonas, alrededor de 10 o 15, se reúnen con un "monitor"


"animador"), adiestrado en dinámica de grupos, durante
cisamente, una de las tareas en nuestro trabajo es analizar 1
encargo. Es incluso la primera regla enunciada en el mode o
propuesto en 1971.
t c,erto número de sesiones en el curso de las cuales analizarán
cqnjuntamente su experiencia de grupo. En la versión francesa
del grupo T, éste tiene una duración de alrededor de 30 horas,
Este "socioanálisis", como lo definimos nosotros, es una distribuidas generalmente en tres días: se practica entonces
"intervención breve". Dura en general tres días abarcando toda conjuntamente un "auto análisis colectivo" del funcionamien-
la jornada, es decir, de las 9 de la mañana hasta la media noche. to del grupo con la proposición de que se aprenda a "cooperar".
Durante el tiempo de la intervención, todas las actividades habi- El monitor no imparte la enseñanza: escucha y, a veces, cuando
tuales son suspendidas en el establecimiento y todos sus miem- lo juzga pertinente, interviene para decir lo que ocurre (feed-back),
bros se reúnen con los analistas en la Asamblea General perma- facilitando así el aprendizaje (training).
nente del socioanálisis (la AGS). Este es un dispositivo de formación y, además, ha sido igual-
El trabajo de intervención es "autoadministrado": este tér- mente utilizado en la intervención: es así como C. Rogers pre-
mino significa que los participantes fijan, de acuerdo con los senta, en su libro Les groupes de rencontre*, el grupo T como el
analistas, la duración de cada sesión, la hora de la interrupción dispositivo de base para la intervención en los establecimientos.
de ésta, la de su reinicio, si habrá o no una sesión en la noche Más recientemente, A. Lévy, en su tesis todavía inédita acerca
después de la cena, eventualmente, si la intervención podrá de la intervención, coloca el grupo T en el punto de partida de
ser prolongada una o varias jornadas (a la semana siguiente, por su exposición: en efecto, el grupo T es un dispositivo de action
ejemplo ... ). research, indica una dirección teórica y práctica fundamental
El pago de los intervinientes también es "autoadministrado": en materia de intervención.
se deciden, al principio, sus honorarios en la Asamblea General. En 1959 aparece un número especial del Bulletin de psycho-
Este trabajo de negociación en tomo del dinero es considerado logie consagrado esencialmente al grupo T. En este número es-
como un "analizador construido". pecial, J. y M. van Bockstaele publican una "Note sur la sociana-
Los cuadros directivos del establecimiento deben estar pre- lyse" en la que es posible ver que el primer dispositivo socioana-
sentes permanentemente en la Asamblea General, lo cual cons- lítico es un derivado del grupo T.
tituye, precisamente, uno de los principales criterios para hablar También en este número del BuIletin, yo mismo publico un
de intervención. artículo titulado: "Fonction pédagogique du T. Group" (re-
Estos son, resumidos brevemente, los principales aspectos de producido en l'Analyseur et l'analyste, en 1971). En este artí-
la intervención socioanalítica, tal como la practica nuestra culo de 1959 no abordo el problema de la intervención. Intento
corriente de análisis institucional. mostrar, por el contrario, aún sin el empleo de ningún término,
Examinemos ahora, punto por punto, este dispositivo de in- la dimensión institucional del grupo T: la institución central
tervención. de este dispositivo es la pedagógica: es la relación (instituida) de
formación. (6)
Nacimiento del dispositivo: del grupo T al socioanálisis El grupo T, en su calidad de grupo de aprendizaje, grupo lla-
institucional mado de "formación", de "entrenamiento", es esencialmente,
en sus primeras versiones francesas, un dispositivo pedagógico:
En 1955, un grupo de psicosociólogos francés parte en una mi- - por sus objetivos y su técnica, se trata de instituir una
sión a los Estados Unidos. A su regreso, este grupo introduce en situación de autoaprendizaje acelerado de la "dinámica de
Francia la técnica del grupo T que será denominado "grupo
de base", o "grupo de diagnóstico", "grupo de formación", a * Hay traducción al español: Los grupos de encuentro, Amorrortu, Bs. As.
veces "grupo de evolución" y que también hubiera podido (N. del T.)

144 145
grupo" (cuyo postulado es que el auto análisis del grupo permite
redescubrir, por una experiencia vivida, los procesos de grupo:
liderazgo, comunicación, desviaciones ... ) y del trabajo en grupo
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demanda y mediante un pago, en el domicilio de los "posesos"
para hacerlos "danzar" y de esta manera aliviar su mal, e incluso
liminarlo definitivamente. (8) Estas intervenciones terapéuticas,
uertemente ritualizadas -siempre en un contexto religioso-
(pedagogía activa); I sbn consideradas y descritas como "curas domiciliarias". Mutatis
- por su clientela: formada por adultos en formación continu~ utandis, debería ser posible presentar y describir, un poco de
maestros, trabajadores sociales, capacitadores de empresas, ~ la¡ misma manera, estas "sociocuras" que nosotros llamamos
"formadores de formadores". . . ' "mtervenciones socioanalíticas". En éstas no se quema incien-
Pero también, al mismo tiempo, el grupo T es ya un "grupo so; pero esto bien podría hacerse si, un día, los "gurús" de los
de encuentro", es decir: nuevos grupos de encuentro comenzaran a practicar la inter-
- un dispositivo que puede inducir la demanda "terapéutica"; vención. No se invocan las divinidades, pero se obedece un
- un grupo que puede, igualmente, elegir las emociones como cierto número de reglas que definen un ceremonial: es además
objeto de su trabajo. mediante este término como Freud designaba el dispositivo de
Para algunos animadores, por lo menos, es un "grupo de en- la cura psicoanalí tica. . .
cuentro" en el sentido californiano del término: no se han in- Ya he indicado brevemente lo que es nuestro "rito". Vuelvo
corporado aún técnicas del cuerpo en ese grupo; éste se mantie- a tomar este punto:
ne únicamente en el nivel de la palabra, de los intercambios - Es un rito de asamblea ya que el lugar del trabajo es la
verbales. Pero ocurre el encuentro: se habla de uno mismo, AGS (la Asamblea General permanente del socioanálisis) que
puede haber un deslizamiento hacia la terapia y esto depende, reúne a todos los miembros del establecimiento, haciendo cesar,
de hecho, del contexto institucional. además, cualquier otro asunto: es una regla fundamental de
Un ejemplo permitirá esclarecer esta doble orientación. la intervención breve y ha sido generalmente enunciada en la
Hacia 1962, fui invitado a animar un grupo en la Casa de fase preliminar de las negociaciones.
Estudiantes de Medicina en París, en la calle Saint-Jacques. La Este aspecto del dispositivo "reproduce" ("simula") la huelga
invitación provenía, en principio, del establecimiento que debía general y se inspira en mayo de 68, aunque nosotros la hayamos
asumir los gastos y, por ello, las primeras sesiones de trabajo puesto a punto antes de mayo de 68, a partir de un rito de gru-
giraron en tomo de la vida de la Casa, de su organización, de po (grupo T). Esta Asamblea General es un grupo T ampliado
sus finalidades, de sus responsables sindicales, de los estudios a la escala del establecimiento y repensado a la luz de las expe-
de medicina. riencias sociales: se puede comprobar, en efecto, que en época
Este grupo T tiende a constituirse entonces en grupo de de huelga, cuando el trabajo habitual cesa en los establecimien-
intervención. Y después, con gran rapidez, se hace del cono- tos, al análisis colectivo se pone en marcha (sin socioanalistas),
cimiento de todos que la Casa no puede, o no quiere, asumir los especialmente en las Asambleas Generales ...
gastos de la operación. Se propone entonces a los participantes
La Asamblea General no es un dispositivo fácilmente acepta-
que sean ellos quienes paguen a los animadores. Aceptan. Y,
do por las distintas escuelas de intervención:
de golpe, inmediatamente, los intercambios toman otro cariz:
- los psicosociólogos han invertido tiempo en instituir sis-
cada uno habla de sí mismo, de sus problemas personales. La
temáticamente "reuniones plenarias" o "asambleas" en sus cur-
Casa de los Estudiantes adquiere únicamente el carácter de un
lugar (el local) que acoge al grupo "terapéutico", grupo al que sillos e intervenciones;
- los sociopsicoanalistas trabajan con las "clases institucio-
nosotros, hoy, denominaríamos probablemente un "grupo
nales", pero nunca las reúnen en un dispositivo de asamblea
de encuentro". (7)
general;
- los socioanalistas de nuestra corriente, por el contrario,
Un ritual
sólo con muchos trabajos pueden salir del ritual de la Asamblea
En ciertas sociedades tradicionales -en Africa, en Africa del General para instituir reuniones de "pequeños grupos", de "cla-
Norte, pero también en el sur de Italia, en las Pouilles- hay ses institucionales" en el curso de la intervención, incluso en el
grupos de músicos terapeutas que se presentan, a partir de una caso de que la Asamblea General, como ocurre a veces, "gire

147
146
\

\\la hipótesis y la propuse, de que estos dos subgrupos tendrían


en redondo". posiciones muy diferentes acerca de la cuestión del dinero.
Por mi parte, siempre he practicado la fragmentación de l~
AGS (la AG del socioanálisis) en pequeños grupos: Lo que ocurrió después me dio la razón:
- al principio, bajo la influencia de las técnicas de grupb - Los estudiantes se negaron a tratar la cuestión del dinero,
(tipo "Philips 66") que consisten en dividir una asamblea d,e- declarando que ellos no tenían dinero para pagar, pero que es-
masiado grande en pequeños grupos. Existen también múlti- taban dispuestos a buscar formas eventuales de financiamiento
ples técnicas de animación que he utilizado un poco, como en la Universidad. La posibilidad de un trabajo gratuito de los
el trabajo realizado en comisión y cuyos resultados son comu- animadores no les planteaba ningún problema. Al contrario:
nicados en seguida a la asamblea a través de los informantes; ellos la consideraban, "políticamente", con una muy visible
_ después, bajo la influencia de la técnica llamada del "mez- satisfacción; sólo el desarrollo de la huelga les interesaba, así
clado" utilizada por los socioanalistas (del grupo Sociana) en como la contestación de la carrera de psicosociología (que
los años 50-60: se señalaban en la sesión, por ejemplo, los hom- sabían que, más tarde, habría de ser la suya). Estos estudiantes
bres y las mujeres, que después se separaban: los hombres eran contestatarios bloqueaban la discusión imponiendo los ritos
llevados a la "mesa de verbalización" mientras las mujeres se de las AG estudiantiles y desarrollando una apología del "para-
colocaban en la "mesa de la escucha" (de observación). Después sitismo social".
se invertían los papeles. A continuación la distinción se podía - Por el contrario, los "profesionales" tomaban en serio la
hacer entre los ingenieros (en situación de verbalización) y "los cuestión que hasta ese momento había girado en redondo du-
otros" (en escucha), etc. (9) rante dos días, en la turbulencia de la retórica estudiantil. Nues-
Esa era una manera de trabajar las estructuras sociales que tros estudiantes no salieron de esa retórica, pero yo sabía que
atravesaban (transversalidad) la situación de análisis. Es posible era inútil "establecer un feed-back" ante ese proceso de re-
~maginar que, hablando ahora con el lenguaje del sociopsicoa- sistencia al análisis psicosocial, muy conocido en el medio
nálisis, los subgrupos de la AG en un momento del proceso de estudiantil e intelectual. Y como yo había escogido animar
intervención sean instituidos de acuerdo con las clases institu- el sub-grupo de los estudiantes, nos dedicamos simplemente
cionales presentes en la Asamblea General del socio análisis, a intercambiar ideas acerca de la huelga en curso. También
es decir, en el establecimiento cliente. de eso saqué provecho: esta huelga me interesaba eh la di-
La Asamblea General permanente puede constituir un obstá- mensión de la sociología universitaria.
culo para el análisis. Demos un ejemplo: en el curso de una Sabía, al mismo tiempo, que la sesión sería "provechosa"
sesión de análisis institucional instituida en la Universidad de esencialmente en su calidad de lugar de formación, para los
Toulouse-le-Mirail, durante la huelga universitaria de la prima- "profesionales" que se esforzaban, en un primer momento, por
vera de 1976, teníamos que trabajar con un grupo de alrededor encontrar una solución financiera por el lado de las empresas
de 20 personas compuesto por una mitad de estudiantes Y por y después, en un segundo momento, por hacer entre ellos
otra mitad de psicólogos que, en su mayor parte, estaban ahí un balance del cursillo y de sus aportes para sus respectivas
enviados por sus empresas respondiendo a programas de forma- profesiones.
ción continua. Cuando llegó el momento de negociar (de "auto
administrar") los honorarios de los animadores, me di cuenta Extensión y límites de la AGS
de que el dispositivo de Asamblea General, es decir, la per-
manencia de todos los participantes en un mismo grupo, obsta- En el curso de las negociaciones preparatorias de la interven-
culizaba la situación. Pude entonces obtener de mis coequiperos ción hecha en la Casa de Infantes, en Oullins, el equipo de
y de los participantes, no sin esfuerzo, la división del conjunto intervención había demandado (exigido) la presencia, en la
AGS, no solamente de los niños de la Casa, sino también de sus
en dos subgrupos:
- el subgrupo de los estudiantes; parientes y, además, de los directivos responsables de la tutela:
- el subgrupo de los profesionales. un representante, si era posible, de la DDASS.
La tarea en cada uno de los grupos era discutir los honorarios. El lunes en la mañana, cuando llegamos para la primera
Naturalmente, esta separación no era aleatoria. Yo formulaba AGS los niños estaban ausentes: nos enteramos entonces de

149
148
que había sido organizada para ellos una sesión de cine, en otra hubieran debido ser los verdaderos problemas a tratar en la
sala del establecimiento, para mantenerlos ocupados mientras intervención ¡declararon que extrañaban el clima anterior,
los adultos trabajaban. el grupo en fusión del socioanálisis!
Tomé la iniciativa, un poco más tarde, de convocar y animar Tenemos tendencia a considerar que el objeto de la inter-
una asamblea de niños de acuerdo con la técnica del socioaná- vención es la realidad social cotidiana del establecimiento,
lisis. Era la primera vez que lo hacía y debo decir que la anima- sus problemas financieros o de otro tipo, su funcionamiento
ción de esta AG fue mucho más difícil para mí que el trabajo afectivo tal como aparece "de veras" en una asamblea general
"analítico" en una Asamblea General de adultos. ¿Es posible estatutaria del establecimiento, para dar un ejemplo. Ahora
imaginar un "socioanálisis" de niños? Ese es un problema al bien, una experiencia como la de Lisboa tendería a mostrar,
que hasta ahora no se ha dado respuesta. En todo caso, me por el contrario, que no es el encuentro socioanalítico lo que
sentí aliviado cuando en esta AG de niños se puso fin a mis se espera. Se lo sitúa del lado del placer: en el registro de lo
funciones, denunciando mi "dictadura", y se eligió a otro imaginario y lo simbólico, en la realización esperada de un
niño para reemplazarme. sociodrama, de una actividad de juego, de simulación. ¡Lo
Algunos padres vinieron a participar en nuestro trabajo de que se desea es un happening!
Oullins: sobre todo en las noches, después. del trabajo. Una Otras experiencias confirman este carácter lúdico e irreal
madre de familia vino a la jornada y pudo hablar en la AG, que se atribuye a la intervención ...
anto todo el personal, de sus quejas y de sus críticas a la peda- En Toulon, intervine como conferenciante en un encuen-
gogía practicada en la Casa. Esta intervención produjo un ma- tro organizado en forma de jornadas de estudios para la Aso-
terial -registrado, pero nunca utilizado- sobre el que era po- ciación de las Escuelas de Monitores especializados. A partir
de ahí y por una "deriva" se me invitó a un segundo día de
sible trabajar.
Finalmente, la CGT se opuso a la presencia del "patrón" intervención, lo que planteó el problema de mi pago. Ocu-
representado por un miembro del organismo de tutela -el rrió que esa noche estaba prevista una AG estatutaria de la
DDASS- mientras que la CFDT era, por el contrario, favora- Asociación. De ahí mi proposición:
ble a esta presencia. La proposición y después la presencia del - "Llevemos pues este problema ante la AG de la Asocia-
administrador de la DDASS funcionó, de esta manera, como ción ... "
analizador de las relaciones sindicales en el establecimiento. Pero no todo el mundo tiene derecho de entrar. Esto vale
especialmente para los alumnos de las escuelas a quienes se
AGS (AG del socioanálisis) y AGE (AG del establecimiento). invita, sin embargo, a las jornadas de estudios. Se aceptó recibir-
El caso de Lisboa nos en la AG, pero solamente en relación con el problema que
yo planteaba: mi pago. Aun ahí, es posible ver que la AG esta-
En el curso de la intervención hecha en el Instituto Costa tutaria es "seria", mientras que el análisis institucional vendría
Ferreira de Lisboa (en 1977), al término del tercer día, pasamos a ser lo no serio, la irresponsabilidad; de la misma manera que
de una AGS, a una AG del establecimiento que había sido pro- en 1962, en la UNEF, la psicosociología fue considerada como
gramada para ese día, antes del principio del socioanálisis. una, actividad menor, "irresponsable" con respecto a la activi-
Nuestra presencia en esta AG era deseada por algunos, tolerada dad política y burocrática de los aparatos, de las AG y de los
por otros. congresos.
Habíamos demandado y obtenido que esta AG del estableci-
miento, en principio prevista y programada para una mañana La autogestión socioanalítica
solamente, desplazada fuera del campo analítico de interven-
ción, entrara en ese campo y se prolongara hasta el otro día, La idea de autoadministrar el encuentro socioanalítico ha sido
es decir, hasta el término de la intervención. Comprobamos preparada por la autogestión pedagógica, que nació sobre el
entonces un decaimiento en el interés de los participantes: terreno de los cursillos de capacitación.
confrontados a problemas del establecimiento que les con- El modelo autogestionario de la formación ha sido presenta-
cernían, pero por los que tenían poco interés, a pesar de que do y teorizado en el coloquio de Royaumont sobre "el psico-

'~'Ú.....
" .\. 151
150
j".. ~;
esta entrada abrupta habría de tener como resultado mi cola-
sociólogo en la ciudad" por el equipo del ARC que se formó boración permanente con la asociación instituyente: elISMO.
como resultado del cursillo de la UNEF en Royaumont (Ro- El lunes en la mañana, en la apertura del cursillo, el equipo
yaumont 1, julio de 1962). Las actas de ese coloquio, que se de animación (staff) presenta las reglas del juego, así como la
realizó en diciembre de 1962, han sido publicadas en las Edi- constitución de los tres grupos de análisis: es leída la lista de
tions de 1'Epi. miembros de cada grupo. Los participantes y los psicosoció-
La idea de autoadministrar los cursillos estaba en relación
logos ya se conocen. Una primera fase de este "laboratorio",
directa con el nacimiento del análisis institucional: el descu-
de las tres que lo articulan, se ha cumplido.
brimiento de una "dimensión institucional", hasta entonces Esta breve sesión, hecha para abrir la segunda fase, no es
no analizada, en los cursillos (la institución de la formación, "analítica" como ocurre generalmente en el caso de los cur-
con sus horarios recortados, sus finalidades que estructuran sillos clásicos -psicosociológicos o cualesquiera otros- ésta
la formación no directiva), nos condujo, en 1962, a proponer es una sesión de "entrada" consagrada a presentar rápidamen-
el "establecimiento de la autogestión en los cursillos". Al mis-
te algunos problemas de organización.
mo tiempo, el grupo T contenía ya una orientación autogestio- Pero sucede que el anuncio de la distribución de los partici-
naria en la medida en que los participantes eran invitados a pantes en pequeños grupos cuyas listas se anuncian desde el
autodeterminarse colectivamente, a dirigir conjuntamente la comienzo, se enfrenta visiblemente al deseo de los participan-
historia efímera de su grupo. tes. Estos quieren agruparse por afinidades. Estalla la revuelta
La autogestión de la formación, en principio limitada a la inmediatamente. Se rehúsan a ir en pequeños grupos a las salas
dinámica de grupo tal como se la practicaba en los seminarios, de trabajo. Permanecen en la sala de reuniones plenarias, apli-
se extendió en seguida a las prácticas pedagógicas del estable- cando en ese caso un modelo que conocen de sobra: la mayor
cimiento, con las experiencias pedagógicas llevadas a cabo en parte de ellos son estudiantes y, por lo tanto, tienen el hábito
Gennevilliers después de la intervención de CAIP en el Grupo de de las facultades ocupadas, y el de las AG de ocupación. El
técnicas educativas (el GTE). Al mismo tiempo se desarrollaban staff se niega a ceder y se retira para deliberar. El horario
las experiencias de René Lourau en el Liceo Dorain (París), las previsto ha sido ya desarticulado. La estructura prevista para el
de Michel Lobrot en la Escuela de Beaumant/s/Oise, las de 'trabajo de la mañana es abandonada de hecho y los participan-
Philippe Grauer, quien más tarde sería el introductor en Fran- tes se reúnen desde ese momento en una asamblea general
cia del movimiento del potencial humano.
"contestataria" .
Sin embargo, la autogestión de la intervención socioanalíti-
Fui el único miembro del staff que no salió de la sala de
ca es más un producto de la autogestión de la formación en
reunión. Fue una situación incómoda: mi posición en ese staff
seminarios, que de las experiencias hechas en los estableci-
no era muy sólida ... Pero me pareció en ese momento que,
mientos: esta forma autodirigida de la intervención constitu-
aun si no se decidía autoadministrar ese seminario -lo que su-
ye, antes que nada, una prolongación de la psicosociología en
su "desviación" autogestionaria. pone un acuerdo previo de todos, comprendidos los animadores-
sería necesario, en un procedimiento ya muy clásico de trabajo
¿De qué se trata? En resumen, de invitar a la AG del socio-
análisis a administrar colectivamente el trabajo de intervención psicosociológico, quedarse ahí, asumir la situación, proponer
y los honorarios de los analistas. un análisis en lugar de escoger, de hecho, el enfrentamiento
Para ilustrar esta idea de autogestión psicosociológica, toma- con respecto a las formas del cursillo ... Sería entonces confor-
ré en principio, como ejemplo, la situación de un curso llevado me a la "ética" psicosociológica -cuando menos así me lo
a cabo en Cesenatico, en la costa del Adriático italiano. Este parecía- negociar inmediatamente "la institución" de la segun-
cursillo experimental estaba instituido por el ISMO. da fase del laboratorio, tanto más cuanto que se inscribió entre
Fui introducido en el seminario, un domingo en la noche, los objetivos de ese seminario el "aprendizaje de la autoges-
por la intermediación de otra organización psicosociológica tión". (10)
italiana que me había invitado a animar un seminario. Mi par- Al quedarme con los participantes, intenté analizar la situa-
ticipación se había previsto en el equipo de animación de ción de crisis; mostré, al mismo tiempo, que se estaba en vías
Cesenatico y yo entraba más o menos por una fractura. Pero de llegar a una situación que no podía ser otra, desde ese mo-

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rl·"
I ...( /.'
,

mento, que la autogestión. En efecto, la reivindicación de recons- ,·t tiempo remitía al debate teórico sobre las asambleas, sobre
los grandes grupos; y este debate concierne muy directamente
tituir las listas de los participantes en los talleres, eventualmente '.(.
}
mediante una negociación con el staff, la negativa a soportar .,;>: a la Asamblea General del socioanálisis.
la Ley del staff es, en otro lenguaje, una reivindicación auto- Ya sugerí que la retirada del staff, en el momento de la pri-
gestionaria. Esta intervención pedagógico-política tuvo como mera revuelta de los cursillistas me pareció cuestionable, incluso
efecto, inmediatamente visible, aportarle al grupo que parti- desde el punto de vista más clásico de una psicología clínica.
cipaba en la revuelta un instrumento ideológico: la noción El staff elegía instalarse, de ese modo, en una guerra inútil
de autogestión, de la que se apoderó de inmediato. (11) en lugar de analizar la nueva situación, imprevista, y empren-
A continuación, durante tres días, un enfrentamiento, una der una negociación. (12)
prueba de fuerza va a establecerse entre el staff y los cursi- En realidad, lo que nosotros llamamos "auto gestión" es,
llistas, y desembocará en la reconciliación, en la autogestión, esencialmente, tanto en la formación como en la intervención,
del staff y de "un grupo de encuentro". un procedimiento analizado de negociación entre los intervi-
La tercera fase del seminario será deliberadamente auto- nientes y los participantes. Es, al mismo tiempo, un dispositivo
administrada, en Santa Agata dei Goti, en el sur de Italia. analizador construido para provocar el "análisis". Es, final-
Después, la autogestión de la formación se integró a las prác- mente, un dispositivo de auto formación.
ticas regulares del ISMO. Este aspecto volverá a surgir con "la autogestión de los
No es improbable que haya habido, de parte mía, en lo que honorarios de los socioanalistas".
respecta a mi intervención en Cesenatico, aspectos de manipu-
lación. Asumiendo ese riesgo al permanecer con los estudiantes, La autogestión de los honorarios de los analistas
me aseguraba, al mismo tiempo, una "base de masas"; sería
difícil, aunque sin embargo no imposible, pedirme que me La idea de una autogestión financiera de las sesiones de formación
fuera sin correr el riesgo de provocar la desintegración del y de intervención nos fue sugerida por muchas experiencias:
"laboratorio". a) En principio, por experiencias pedagógicas, especialmen-
Se produjo una alianza en torno de objetivos diversos: el te las de la cooperativa en la escuela (cooperativa Profit,
mío era ante todo introducir y experimentar ahí mi técnica que adoptó el nombre de su fundador, y cooperativa de la
autogestionaria, mientras que el de los cursillistas era el de clase Freinet. . . Desde hace mucho tiempo, la autogestión
permanecer unidos, organizarse según sus propios deseos, ante de un pequeño fondo, producto especialmente de la venta de un
todo por los placeres "turísticos" del encuentro. periódico hecho en clase, ha sido utilizado como un dispo-
Los psicosociólogos que animaban este cursillo se equivo- sitivo pedagógico).
caron al abandonar la sala de reuniones plenarias y encerrarse b) Después, por ciertas prácticas bien conocidas de la psico-
en una situación de rechazo, actitud que se verá reforzada esa terapia institucional que recoge, de esta manera, las técnicas
misma noche por el regreso de un miembro del staff cuya profe- pedagógicas de auto gestión, adaptándolas. (13)
sión principal era la de psicoanalista. Este psicoanalista presen- c) Finalmente, por la experiencia realizada en la UNEF en
tará entonces el suceso como algo infantil y citará los trabajos Royaumont en 1962. Descubrí por azar, en el curso de ese
de Freud sobre las masas. seminario, que los responsables del movimiento estudiantil
Otro miembro del staff, un sociólogo que llegaba precisa- habían sido invitados a ese encuentro sin tener que hacerse
mente en ese momento, le opondrá una lectura política de cargo de ciertos gastos de viaje y de participación que, por
los mismos acontecimientos. otro lado, se les hacía cubrir a los estudiantes "de base" que
"No he visto aquí, en ninguna parte -dijo- una masa san- iban a título personal con la finalidad de formarse. Ahora
guinaria: lo que he visto únicamente es una asamblea ge- bien, se hablaba mucho, en ese seminario de la UNEF, de
neral de trabajo que ha aplazado sus trabajos para la mañana la "gestión directa" (o autogestión) de la Seguridad Social
siguiente ... " estu dian til.
Esta discusión, que se tuvo en ausencia de los cursillistas, La técnica consiste en proponer a los participantes que fijen,
revelaba, naturalmente, los conflictos del staff; pero al mismo negociándola con el staff de intervención, la norma para el

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pago de los analistas cuyos gastos de desplazamiento y estancia el que negocia, en los intersticios que dejan las sesiones, en
han sido ya asumidos al margen de la autogestión. Pero este nombre del equipo (o puede también existir en el estable-
enunciado previo requiere de cierto número de precisiones cimiento una tarifa fija).
y de comentarios: Uno de nuestros principios es que los participantes no deben
- Se toma el riesgo, con esta forma de proceder, de no contribuir al pago del analista: porque es el establecimiento el
obtener pago alguno, sobre todo al final de una sesión bre- que debe pagar. La negociación llamada "autogestión de los
ve que puede terminar en un clima de agresividad general. honorarios" en AG tiene entonces un valor esencialmente
Esto supone, naturalmente, que la intervención no se haga didáctico. Se puede suponer, sin embargo, que la AG hará
con la. finalidad de ganarse la vida, sino sobre todo como una presión sobre la Dirección que es la que dispone del dinero.
Es posible ver ya cómo el pago de los socioanalistas difiere,
investigación.
La intervención es para mí una actividad secundaria. Además, sea cual fuere el método empleado, del pago individual en
las deducciones de nuestros "honorarios" por concepto de el caso del médico o del abogado. Cuando un individuo debe
impuestos me han incitado desde hace mucho tiempo a desin- pagar al final de una consulta, lo hace generalmente de mano
teresarme por el dinero de la intervención cuando trabajo a mano, como en la tienda de la esquina. En el caso del socio-
solo y luego, de la intervención misma. Hoy conocemos ya análisis, es al contrario: en principio, quien recibe el pago
el efecto destructor que los impuestos tienen sobre la creación, es el staff en el CCP de la Asociación de Socioanalistas.
la escritura, la producción, etc. Es preciso tomar esto en cuenta. Pero no siempre: las reglas de la contabilidad pública exigen,
A lo anterior se añade, siempre en el plano de la implicación, en efecto, que cada interviniente sea retribuido individualmente.
nuestra dificultad, o la mía en todo caso, para debatir acerca ¿Cómo establecer una escala? Frecuentemente se nos pide,
de cuestiones de dinero, para reclamar el dinero. Más global- en el curso de la negociación colectiva, que indiquemos un
mente, se vuelven a enfrentar aquí -y es bueno emplear un orden de magnitud. Desde hace algunos años, acostumbramos
dispositivo para interrogar esto-, los problemas más generales citar la cantidad asignada a las horas extra en la Universidad:
de nuestra relación con el dinero: estos son, en efecto, pro- alrededor de cien francos para una hora de curso. Esto parece
blemas tan secretos, complejos y profundos como los refe- indicar, contrariamente a la opinión más difundida, una cifra
rentes al sexo. En la vida pública, un escándalo financiero, igual o ligeramente superior que la que ha sido recientemente
aun pequeño, puede causar tantos estragos (especialmente recomendada durante una reunión del ARIP: los honorarios
suicidios) como un escándalo sexual ... de los psicosociólogos (ARIP, ANDSHA) se situarían, en
La cuestión del dinero toca el fondo de la vida privada. De 1979, entre 500 y 800 francos por día.
ahí nuestro proyecto, que ha persistido durante mucho tiempo,
de construir la teoría socioanalítica en torno del dinero: nues- ¿Animación y/o análisis?
tro principal "analizador". Esta teoría no ha sido elaborada.
Por esta razón he tomado la resolución de limitarme aquí Si es verdad que en el punto de partida, es decir, en el nivel
a la descripción de lo que yo hago. . del encargo de intervención, estamos siempre en l~ pedagogía
En principio, nosotros negociamos los honorarios en AGS. -porque, ya lo he subrayado, todos nuestros "clientes" se
En Oullins, los niños tenían algo que decir con respecto a las ubican en ese sector-, si los medios empleados, es decir, el
negociaciones. Pero, finalmente, no fue posible, como ocurre dispositivo de intervención, son de tipo "educativo" -lo que
frecuentemente, llegar a un consenso en cinco días saturados significa que la intervención es una formación-, ahora se verá
de intervención. De esta manera, la resolución final tuvo que que nuestro estilo de trabajo, el mío en todo caso, se sitúa en
serle arrancada in extremis al Director. Durante esta negocia- el mismo contexto: nuestro pretendido trabajo de "análisis"
ción final, me "enfermé", aunque no a un punto que me im- es, en realidad, un trabajo de animación. Intervenir como
pidiera asistir a esta reunión. No asistí: mi "enfermedad" nosotros lo hacemos es realizar la animación de un grupo;
expresaba bastante bien la extrema dificultad que experimen- y es una animación mucho más directiva que la del grupo T,
taba para conducir a su término estas negociaciones. que constituyó nuestro primer modelo. Finalmente es una
A veces es un miembro del staff particularmente dotado animación que, por su estilo, -el ataque, la implicación-

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me parece preferible a la noción de socio análisis institucional.
recuerda el de los grupos de encuentro californianos (encounter
La noción de animación es pedagógica.
groups). Hacer uso de ella, aquí, es otra manera de recordar que el
Descubrí esto en 1973 cuando participé por primera vez
trabajo de intervención es al mismo tiempo un trabajo de
en grupos de encuentro y de bioenergía; a pesar de fuertes
formación, de manera que la distinción, clásica para los psi-
diferencias, existían concordancias visibles entre nuestra ma-
cosociólogos, entre "intervención" y "formación" parece
nera de trabajar y la de los "potencialistas". Además, al mismo
relativamente arbi~raria.
tiempo, psicosociólogos como J. Maisonneuve (en Connexions)
Cuando, por ejemplo, en Oullins exigimos que los padres
llegaron a las mismas conclusiones.
fueran convocados, invitados a participar en el socioanálisis,
Decidí entonces introducir en la animación de la intervención
estábamos haciendo ya una animación de establecimiento.
algunas técnicas del grupo de encuentro: por ejemplo, la regla,
A continuación, cuando los padres llegaron ahí, animamos
prescrita por F. Perls para la terapia gestáltica, que consiste en
cambiar sistemáticamente el "se" (impersonal) en "yo" ... y la su presencia, "impulsamos" al personal del establecimiento,
expresión de las implicaciones de los animadores ... muy reticente, a reunirse con ellos y con los niños. "El aná-
En el intercambio que siguió a la proyección de un film lisis" se hace por la animación.
realizado durante la intervención hecha en la escuela de edu-
cadores de Nancy, alguien señalaba justamente que este film El material y los medios de comunicación masiva (media)
era la representación de una "buena animación". En efecto:
en esta escuela habíamos provocado el nacimiento de talleres Sobre el "material" analizable en la intervepción -se llama
de video y, después, su animación intensa y autoadministrada; de esta manera, en el lenguaje freudiano, todo lo que se dice
se desarrollaron de igual manera los talleres de mimeografiado, en las sesiones, así como el "material" denominado "no ver-
un periódico y asambleas de discusión sobre las carreras fu- bal"- me limitaré aquí a algunas indicaciones concernientes
turas de los estudiantes de esta escuela. al uso que hago de instrumentos tales como el periódico mi-
Como escribí en Pour a propósito de esta experiencia, logra- meografiado o los aparatos de video en la intervención. Cada
mos movilizar y canalizar la energía de grupo ... vez que tengo la oportunidad, lo uso de manera bastante in-
¡,Qué es animar? Es liberar la energía social en los grupos y, tensa: revela mi gusto por la puesta en escena, el happening,
al mismo tiempo, movilizar la energía liberada para actividades mi deseo de ser un "realizador", hablando en lenguaje cine-
comunes, hacerla circular y proporcionarle ocasiones acepta- matográfico.
bles para su inversión. Es esto lo que hago cuando animo un En Haut-du-LiE~vre(Escuela de Educadores de Nancy), du-
encuentro institucional. rante dos semanas, como ya lo dije, animamos el estableci-
Finalmente, esta noción de animación me parece que des- miento mediante nuestra sustitución por todos los otros ta-
cribe mejor mi trabajo de interviniente que la noción de aná- lleres previstos para ese período. Se acababa de comprar un
lisis: ¿cómo es posible tener la pretensión de "analizar" un excelente material de video, con estudio de grabación; muy
establecimiento (y desde qué punto de vista: ¿reladonal? pronto convertimos en estudio las reuniones y todas las acti-
¿funcional?· ¿contable? ¿económico? ¿político?) en una sesión vidades de la sesión, ya que el producto final es mejor que
intensiva de dos o tres días, o máximo una semana? Este tiem- el que se obtiene en otras salas, filmando con cámaras por-
po, que es el de los cursillos y los "week ends de psicosocio- tátiles. Ahí fui más un director que un interviniente.
logía", de los talleres de encuentro no puede bastar, como lo ha Para la intervención demandada por el grupo de DESS
anotado justamente A. Lévy (en una tesis aún inédita, acerca de de Ciencias de la Educación de la Universidad de Nancy,
la intervención), para un trabajo analítico de "per-elaboración" volví a la Escuela de Haut-du-LiE~vre,ya que estaba bien equi-
social. pada, para filmar ahí una película que se convirtió en nuestro
Se puede ver ahora la razón por la cual el "encuentro insti- objetivo común. En esa ocasión, la realización del film que
tucional" que yo propongo en Socioanalyse et potentiel humain * supuestamente relata la intervención es, en sí misma, la in-
tervención.
* Hay traducción al español: SO<'Íoanálisis y potencial humano, UEDISA,
Para los estudiantes de DESS, la motivación era la si-
Barcelona. (N. del T.)

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guiente: este film podría sustituir a la memoria que se tendría mente aprovechar su reproducción en y por la institución
que presentar para la acreditación. Ahora bien, se me deman- (en el sentido activo del término) del análisis.
daba intervenir, especialmente, sobre este asunto de la memoria. El análisis institucional jamás puede conocer otra cosa que
Esto ilustra mi proyecto de medianálisis, tal como lo de- su institución. Es a través de este conocimiento como "se
sarrollé en El Agrimensor después de la intervención en Mon- revela" el establecimiento. Porque todo el material ya men-
treal en 1970. Bajo la influencia de Mac Luhan propuse la cionado, que surge en el curso de la sesión, es en definitiva
idea de un "socioanálisis" basado más sobre los "medios" el producto directo del hecho de que una intervención es
que sobre los "mensajes". Un "socioanálisis sociodramático" instituida y, finalmente, no es ninguna otra cosa. Si descubrimos
más caliente*, más intenso que nuestras asambleas generales más tal aspecto de la institución, por ejemplo, en la negociación de
palabristas. Una intervención mediante el periódico editado los honorarios, lo que descubrimos de esta manera, está necesa-
cada día, mediante folletos y video. Desgraciadamente, muy riamente inscrito en la situación socioanalítica.
raras veces se puede realizar este deseo y avanzar en esta di- Para realizar "la interv.ención" en Haut-du Lievre (en Nancy)
rección. en la forma de un taller de análisis institucional, se nos propuso
De esta manera, al convertirme en director escénico movi- que nos reuniéramos en una sala del establecimiento llamada
lizo en mí mucha más energía para el trabajo que en el socioa- "sala B". Después, el desarrollo de nuestro trabajo nos condujo
nálisis "clásico". a desplazarnos, con un grupo de "activistas" que se encargaron
de la situación, a una sala vecina: la sala C. Pero algunos de los
PARA UNA TEORIA DE LA PRACTICA: participantes, que permanecieron en la primera sala, compro-
LA REPRODUCCION baron que ésta funcionaba en la situación socioanalítica de
la misma manera como lo hacía en la vida normal del estable-
Las corrientes de análisis institucional han ido elaborando cimiento: como una sala de selección, de espera, de transición.
progresivamente cierto número de nociones, entre las cuales Ahora bien, en esta escuela, la mayor parte de los alumnos
están: la institución (instituyente, instituido, institucionali- están en espera, en aplazamiento, en una situación de transi-
zación); los analizadores; la implicación; la transversalidad ... ción y de indeterminación. Muy frecuentemente han abando-
A veces hacemos uso de ellas en la intervención socioanalí- nado, tal vez provisionalmente, sus estudios universitarios
tica; pero eso no basta ni con mucho para progresar en el y a veces esperan la oportunidad de ir a la Universidad. Así,
trabajo. la escuela es, en su totalidad, una sala de espera y la dinámica
Tenemos necesidad de una teoría de la práctica. (14) Te- de la intervención subraya esta función de la escuela, al re-
nemos necesidad, por ejemplo, de elaborar la cuestión del producirla.
dinero en el socioanálisis; o la cuestión del encargo. Quienes abandonan la sala B para pasar a la C son quienes
Para indicar nuestras necesidades de teorización, tomaré quieren asumir su formación en la escuela y su porvenir de
un solo ejemplo: propondré algunas reflexiones acerca del trabajadores sociales. Denuncian, mediante su desplazamiento,
tema de la "reproducción". la indeterminación de los demás. Pero también subrayan que
Entiendo aquí por "reproducción" el mecanismo según no pasa nada en esa escuela. Se espera ...
el cual lo que se donomina institución cliente -es decir, en ¿Pero qué es lo que se espera? ¿Una animación? ¿Una
la mayor parte de los casos, un establecimiento- tiende a formación? ¿Qué otra cosa? ¿No es toda la profesión -bien
reproducir sus modos de funcionamiento en· la situaclOn so- poco precisa- del trabajo social lo que de esta manera se
cioanalí tica. interroga? Esta indeterminación de la formación y de la pro-
Es solamente esta reproducción lo que es accesible al análisis. fesión se reproduce, se re-instituye de alguna manera en la
En la intervención socioanalítica, nunca estamos en situación sala B en ese momento, ya que no se está seguro de querer
de conocer el sistema cliente en su "realidad". Podemos sola- entrar en el socioanálisis. Tal vez se podrá ir a la sesión de teatro
que está señalada en el programa de la semana. Pero no se tiene
la seguridad de que realmente se lleve a cabo. Se acude enton-
* Aquí se recoge la distinción que hace Mac Luhan entre medios fríos
y calientes. (N. del T.)
ces en busca de información. Se pasa a la sala B de la misma

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forma que, cada mañana, se llega a las 9 para ver qué hay de tudiantes, con un enorme aparato administrativo (casi qui-
nuevo; para después irse probablemente a otra parte, regresar nientos empleados y otros tantos profesores), una institución
a casa; o tal vez, ya que no hay otra cosa que hacer, se asiste dispersa en la ciudad ...
al socioanálisis que se ha desplazado a la sala C. Decidí finalmente, ya que se me presionaba para que llega-
Un poco más tarde, algunos se deciden a animar la sala B, ra a un resultado y elaborara un producto, instituir un gran
a instalar ahí el albergue y a asegurarlo, se tiende incluso ha- encuentro de toda la Universidad que duró tres días y donde
cia la producción de una contrainstitución socioanalítica, se trataba de hacer un balance del primer año de ejercicio.
denunciando el giro que ha tomado el socioanálisis en la sala C Su preparación quedaría a cargo de un comité de organización.
(activismo, violencia, etc.). Propuse entonces que se cerrara la ¿Pero cómo constituir este comité? Fue necesario determi-
sala B -equivocadamente; lo reconoceré más tarde- en lugar de nar y negociar su composición, prever que incorporara re-
observar in vivo cómo se desarrollaba ahí la reproducción. presentantes elegidos entre los estudiantes, que se negaban
Es posible ver ahora, a partir de este ejemplo, cómo la ins- a participar, entre los profesores, entre los directivos, entre
titución de la intervención -en el sentido activo de instituir, los empleados ...
de negociar y de instalar un dispositivo- constituye toda Desde el momento en que se tomó esta decisión, se inició
la intervención. una dinámica: el sindicato de profesores, que tenía sus dele-
El conocimiento de la institución cliente nunca es otra gados en la dirección del establecimiento, se negó a enviar
cosa que el conocimiento de esta institución en y por la ins- otros delegados a sesionar en nuestro Comité cuatripartito:
titución del socioanálisis. El sistema cliente se manifiesta, 6 representantes por cada clase institucional.
no como es en su vida cotidiana, sino solamente en esta si- Lo que yo llamo la reproducción no es una repetición exacta,
tuación de excepción que instituye el socioanálisis. la copia del sistema-cliente; aun cuando el Comité cuatripartito
Nosotros exigimos, ya lo mencioné, que el socioanálisis tomaba en cuenta la estructura social del establecimiento,
se haga "con la suspensión de todos los asuntos". Todas las no era su copia, en la medida que:
actividades habituales del establecimiento deben detenerse - la estructura del Comité no respetaba las proporciones de
obligatoriamente: esta regla de suspensión institucional es la población de la UQAM (6 delegados por 500 empleados,
para nosotros esencial: funda el trabajo de la intervención. y 6 delegados por 5 mil estudiantes),
Pero ¿cómo se podría, en estas condiciones, conocer lo -y, lo que es más importante, se presenciaron algunas in-
que se llama la vida del establecimiento, es decir, aquello que versiones: los profesores participaban en la dirección de la
lo ha,ce funcionar habitualmnte: la asistencia a los niños, la UQAM, pero no en el Comité; los estudiantes, al contrario,
formación de los educadores, el trabajo social ... , sus activi- participaban en el Comité pero no en la dirección.
dades cotidianas? Esto permite precisar la noción de reproducción institucio-
Todo está hecho, tal parece, para impedir el conocimiento nal: existe reproducción en la medida en que mecanismos
de esas actividades cuya suspensión se exige, como si se qui- ocultos, no elucidados, se reproducen en el campo analizable.
siera instituir artificialmente, en el establecimiento, una situa- El sindicato de profesores reproduce ahí, con respecto al
ción de cuasi-huelga, de cese de la producción. No se puede Comité, no su conducta participativa oficial, sino su sorda
observar directamente y conocer lo que así se ha detenido. hostilidad hacia el rector, su negativa a permitir la expresión
No es posible explorar una función cuyo funcionamiento de los sectores oprimidos de la Universidad que quieren par-
ya no existe. Si se quisiera hacerlo, sería preciso hacer una ticipar activamente, fraccionalmente, en la vida del Comité:
encuesta, y no un socioanálisis. la escuela de Bellas Artes y el departamento de Educación,
Comencé a construir esta hipótesis de la reproducción, los parientes pobres en este sistema.
a partir de la intervención hecha en la UQAM (Montreal) en Este Comité cuatripartito funcionó consecuentemente
1970. como un analizador construido: interrogó a la institución
No era posible ~alvo tal vez utilizando un aparato muy y la obligó a pronunciarse. Los profesores se vieron obliga-
pesado de encuestas- conocer en seis semanas, a través de dos a responder la siguiente pregunta "cerrada":
un trabajo solitario, una universidad que acoge cinco mil es- -¿Quieren, sí o no, sesionar en el Comité cuatripartito? ..

162 163
Este analizador es al mismo tiempo un simulador. Tiende de intervención sólo podrá ocurrir por un regreso a las fuentes
a "simular", a "reproducir" -pero, como ya se ha visto, con del movimiento: al análisis interno, permanente y de larga
inversiones, desplazamientos de sentido, dinámicas autónomas- duración, realizado en los lugares que han sido el escenario
la estructura de la institución, su vida formal e informal, su de nuestro trabajo principal.
"secreto" .

CONCLUSION

La intervención "institucional" como yo la practico nació


hace veinte años, en un contexto de prácticas institucionales:
yo mismo practiqué la pedagogía institucional, sobre todo
en el terreno de la formación; estaba influenciado, al mismo NOTAS:
tiempo, por la corriente de la psicoterapia institucional e
intentaba elaborar una síntesis con las técnicas de la psico- (1) Mientras que los ingleses, con E. Jaques, hablan de "Social analysis"
sociología. que puede traducirse como "socio-análisis" (sin contracción), J. y M.
Este trabajo de intervención tenía una finalidad que no van Bockstaele inventan y difunden en Francia, a partir de 1958, el tér-
mino "SOCIOANALlSIS".
estaba suficientemente explicitada: se trataba entonces de
provocar, despertar, intensificar aquí y allá prácticas de aná- (2) En Montreal no percibí honorarios. Los gastos de mi estancia fueron
lisis interno en los establecimientos. cubiertos con base en un "per diem" al igual que mis gastos de viaje.
Si no hubiéramos buscado este efecto, nuestra intervención
(3) GIC: "Grupos de intervención crítica" surgidos de mayo del 68.
habría sido sólo una llamarada. Era necesario, precisamente,
que el "socioanálisis", que es intervención venida del exterior, (4) DESS: "Diploma de Estudios Superiores Especializados" (mención:
se articulara sobre una intervención hecha por otros, perma- "Formación de formadores").
nentemente, desde el interior, para que nuestro trabajo cobrara
sentido. (5) Yo acuñé la expresión "pedagogía institucional" en 1962 y "análisis
institucional" el mismo año.
El ejercicio de este oficio de interviniente suponía, al mismo La intervención "institucionalista" en los establecimientos "clientes"
timpo, que los "socioanalistas" mismos estuvieron en posición tiene evidentemente su origen entre 1962 y 1968 sobre todo en la peda-
de practicar en su propio establecimiento, ahí donde realmente gogía institucional que es para nosotros, al mismo tiempo, el lugar esen-
ejercen su oficio, la "intervención interna". Nuestros terrenos, cial de la elaboración teórica. Entre 1962 y 1968, el análisis institucional
se arraiga además en las prácticas en establecimientos. Después de 1968,
ya lo he mostrado, eran la educación y la formación. Teníamos
el "socioanálisis" se aísla y se vuelve mercantil.
la posibilidad de intervenir en él porque nosotros también
practicábamos "en nuestra casa" la pedagogía institucional. (6) Llegué al análisis institucional entre 1960 y 1962 reflexionando a la
Después de mayo de 68, por el contrario, el "socioanálisis vez sobre la forma-cursillo (que es lo instituido de la formación) y sobre
institucional" ha sido practicado sobre todo por una nueva la institución (en el sentido activo del término) de la relación de forma-
ción (en tanto que separa a los formadores, puestos en situación de "adul-
generación de sociólogos que ha olvidado las bases de la peda- tos" -y a los "formados" asimilados a "niños" que "deben formarse"-
gogía institucional y, consecuentemente, del análisis institu- aun cuando estos cursillistas sean de edad "adulta").
cional en el establecimiento. Desde ese momento, esta inter- El análisis institucional nacerá de estas preguntas formuladas a propó-
vención breve que responde al nombre de "socioanálisis", sito de los grupos T:
autonomizado y separado de las prácticas institucionales reales, a) ¿qué ocurre con la "forma" (lo instituido) de la formación?
b) ¿qué significa el hecho de instituir la formación?
sólo podía convertirse en un rito repetitivo y mercantil, sepa- Luego: ¿qué es la institución (instituyente/instituido) de la formación?
rado de las verdaderas fuentes, psiquiátricas y pedagógicas,
del movimiento institucionalista. Al mismo tiempo, la teoría (7) No tomo en cuenta aquí otros aspectos, más recientes, de los grupos
dejaba de desarrollarse en nuestra corriente. de encuentro, como por ejemplo, la integración de técnicas resultantes de
la "terapia de ataque" de los drogados (Synanon), de la bioenergía rei-
Una renovación del análisis institucional y sus prácticas ehiana, de la terapia gestáltica, etc.

164 165
(8) Los describo en mi Essai sur la transe, así como en los estudios con- (14) Aquí, además, no puedo dejar de evocar el psicoanálisis. Hacia 1900,
sagrados a los ritos de posesión de los Gnaoua (Marruecos) y del macum- Freud había elaborado un aparato conceptual para la interpretación de
ba (Brasil), publicados en L'Homme et la Societé. los sueños con los conceptos de condensación y desplazamiento. Casi
al mismo tiempo, elaboraba una primera teoría del inconsciente ... En
(9) Este "mezclado" no estaba concebido, sin embargo, como una téc- el socioanálisis, estamos muy lejos de esa situación ...
nica de animación de grupo. Correspondía más bien a la actualización, en No obstante, en 1924, W. Reich, provisto de una formación de analista,
la sesión, de un diagnóstico hic et nunc: si los ingenieros presentes en la \ ... debía comprobar, como lo cuenta en La fonction de 1'orgasme *, que la
sesión, y únicamente ellos, eran colocados alrededor de la "mesa de verba- metapsicología estaba mucho más desarrollada que la teoría de la cura
lización" con uno de los analistas (mientras los otros participantes se (de la transferencia, de la resistencia . '.. , de la práctica psicoanalítica en
mantenían silenciosos tras la "mesa de escucha"), era porque los socio- general). Yo mismo lo he comprobado cuando, en 1950, tuve que pre-
analistas habían diagnosticado en ese momento la importancia de la su- parar, por una solicitud de D. Lagache, una memoria acerca de la Régle
bestructura social de los "ingenieros" y querían hacerla trabajar. fondamentale de la psychanalyse y, por lo tanto, acerca de la cura. Es
como si existiera una cierta repugnancia a la teorización de la práctica.
(10) No obstante, muy rápidamente, otra concepción de la formación Aun hoy, se prefiere discurrir sobre el inconsciente, existe mucho menos
en seminario y de la regla, inspirada directamente en la ideología psi- preocupación con respecto a lo que J. Lacan llamaba la "dirección de
coanalítica, va a oponerse, al día siguiente, no solamente a la idea de la cura"** (Informe presentado en Royaumont).
autogestión, sino incluso al liberaJ.isino psicosociológico. Esta concepción,
desarrollada en el seminario por un formador psicoanalista - ¡ausente
felizmente ese lunes en la mañana!- consistirá en rechazar toda transgre-
sión de la Ley. Pero esto sucederá al día siguiente, al regreso del psico-
analista; ya demasiado tarde ...

(11) Esta deriva tuvo lugar en 1974, en un momento todavía candente


de agitación en las universidades italianas. Hoy, yo no intervendría de
la misma manera en una situación semejante, porque dudo de la eficacia
del gobierno por asamblea.
Se debe ubicar esta descripción en su contexto. Sigo pensando que
la "autogestión" puede ser una técnica de grupo (pequeño), un método
pedagógico aplicable en algunas condiciones - especialmente en los
pequeños seminarios de psicosociología.
La técnica del grupo autoadministrado, de la autogestión de la for-
mación ha de constituir, según mi opinión, una experiencia definitiva
de la psicosociología y de las técnicas de formación.
La idea del cursillo (relativamente) autoadministrado se halla hoy
ampliamente difundida en la formación.

(12) De cierta manera, yo funcioné también (¿sobre todo?) en este se-


minario como un formador de miembros del staff: un "formador de for-
madores". Es a ellos a quiene$ yo me quería dirigir en principio, al en-
señarles, primero la técnica del grupo autoadministrado (autogestión de
la forma-cursillo y de los talleres en el cursillo) y después, un poco más
tarde, las técnicas de los grupos de encuentro. Su formación era la de
la dinámica de grupo clásica: el grupo T de Bethel ... Les aporté, no sin
cierto mesianismo, estos dos desarrollos derivados recientemente del
grupo T: el grupo autoadministrado y el grupo de encuentro. Hacía,
de ese modo, una intervención :- ¡no demandada!- en el ISMO y el
conjunto de la psicosociologfa italiana.
* Hay traducción al español: La función del orgasmo, Paidós, Bs. As.
(13) Estas técnicas pedagógicas de autogestión y de cooperativa (Prom, (N. del T.)
Freinet) están en la base de la técnica llamada de los clubes terapéuticos,
experimentada y desarrollada por la corriente de la psicoterapia institucio- ** Lapassade se refiere aquí al informe de J. Lacan denominado "La
nal. Puede consultarse para esto el número 5 de la revista Psychothérapie direción de la cura y los principios de su poder" (cf. Escritos 1, Siglo
institutionnelle y otras publicaciones de la misma corriente institucionalista. XXI, México, pp. 217 y ss.). (N. del T.)

166 167
RENE LOURAU
BALANCE DE LA INTERVENCION SOCIOANALITICA

EL LUGAR DE LA INTERVENCION EN EL ANALISIS


INSTITUCION AL

En el conjunto de teorizaciones y de prácticas que recubre con


su manto vaporoso el análisis institucional, la intervención,
-el socioanálisis- ocupa un lugar aparte.
Mientras que la psicoterapia institucional y después la peda-
gogía institucional nacieron en los medios profesionales de la
psiquiatría y la enseñanza y siguen en gran medida implantados
en ellos, el socioanálisis se ha desarrollado a partir del proyecto
de desbordar ambos dominios, con el fin de propagar su "peste"
al mayor número posible de medios sociales.
En realidad, un balance de las actividades socioanalíticas
que abarque los últimos quince años, obliga a guardar cierta
modestia. Sin contar algunas raras tentativas, las intervencio-
nes han tenido como terreno privilegiado, ya sea los estable-
cimientos de enseñanza, ya sea las asociaciones de formación
permanente, ya sea instituciones psiquiátricas o d~ readap-
tación, organismos para la juventud o incluso (cada vez más
frecuentemente) trabajadores sociales en formaciól\l. Defini-
tivamente, los encargos provienen sobre todo o casi ú~icamente
de ese sector que es verdaderamente extenso: ap~ndice de
todos los otros sectores de la vida económica y soci~l: la for-
mación. Sin embargo, el Colectivo de Intervención Te~apéutica
e Institucional, organismo lyonés de socioanálisis, ha produ-
cido la monografía de una intervención en una de las fábricas
de confección del grupo BLANER'S. El encargo de la direc-
ción general del grupo se dirigía al estudio de un ausentismo
muy preocupante.
Si se observa, por otro lado, que la mayor parte de los "ins-

171
I
titucionalistas" son maestros o capacitadores, se llegará a la logía abstracta se convierte en significante para toda investi-
conclusión de que el socioanálisis es, de hecho, una prolon- gación seria. Los etnólogos ya habían mostrado el camino,
gación de la actividad profesional habitual de los intervinientes, y no es por azar que las aportaciones más originales en relación
una sociopedagogía para horas complementarias o tímidos con este problema, en la producción sociológica exterior al
honorarios que corresponden a una hoja de impuestos espe- análisis institucional, provengan desde hace algunos años de
cial: "Beneficios no-comerciales", al costado de los eventua- investigadores como Gerard Althabe o Jeanne Favret-Saada:
les derechos de autor y del pago esporádico de las "tarifas" el primero a propósito de su trabajo sobre un nuevo rito de
periodísticas. posesión en Madagascar, y la segunda respecto a su encuesta
El lugar de la intervención en las preocupaciones teóricas acerca de la brujería en los bosques de Maguncia.
y políticas de nuestra corriente, así como en nuestra prác- Estas dos miradas críticas -en dirección de la psicosocio-
tica cotidiana y sus avatares afectivos, parece desmesurada logía y de la sociología abstracta- bastarían para legitimar
con respecto al tiempo que nos toma o nos ha tomado. Para los esfuerzos del socioanálisis, menos como un nuevo mé-
esto hay razones cuya elucidación es necesario intentar. todo de intervención social aplicable en cualquier momento
Por una parte, el socioanálisis nació de la crítica activa y en cualquier lugar, que como instrumento de análisis y de
efectuada por Lapassade a las técnicas, métodos, teorías im- crítica interna de la ciudad científica: la ciudad de las Ciencias
plícitas y finalidades de la psicología aplicada a la capacitación Sociales; pero también, más generalmente, la ciencia que, se-
(cursillos), así como a la intervención. No vuelvo aquí sobre esas gún la observación de Lukács, se constituye y se desarrolla
críticas, asociadas además a muchas imitaciones (sobre todo al triunfalmente "olvidando" las condiciones sociales de su na-
principio) y que han tenido como principal resultado poner cimiento y su desarrollo.
a prueba, en la práctica, toda una literatura sociológica y He intentado mostrar estas implicaciones del investigador,
política hostil a lo que se denominaba muy globalmente "di- del practicante, del investigador practicante, a partir de algunas
námica de grupo". observaciones que apuntan a tres intervenciones que he rea-
Por otra parte, el socioanálisis se desarrolló esta vez para- lizado y cuyas monografías han aparecido. Me parece que
lelamente a la intervención psicosociológica y ha sido metido estas intervenciones caracterizan, mejor que otras realizadas
en el mismo saco que ésta en su calidad de crítica de lo Que por mí o por otros, los límites que encuentra el análisis ins-
algunos de nosotros, como Antoine Savoye, han llamado, más titucional en la intervención.
de cien años después de Compte, "la sociología abstracta". A continuación, será necesario plantearse una cuestión que
Exhumando una de las sociologías reprimidas por la sociolo- ha contribuido en gran medida a alejarme de la actividad in-
gía· oficial, el Le playismo, Savoye ha mostrado (1) la exis- terviniente exterior: la cuestión de las implicaciones del socio-
tencia de una corriente que, al lado de la etnografía, se opone análisis, ya no con respecto a las Ciencias Sociales, sino con
a las construcciones filosóficas inspiradas en Durkheim. La respecto a la vida cotidiana, comprendiendo la vida profe-
sociología de intervención, por su situación periférica, arro- sional y el conjunto de nuestra vida social: nuestra vida a
jada hacia el desierto epistemológico, no constituye solamente secas.
una ramal o una especialidad (despreciada): erige, por su sola An~es, algunas informaciones acerca de la práctica del socio-
existencia!, una crítica a la sociología "científica" cuyo os- análisis son sin duda indispensables.
curantismo ha mostrado, en lo concerniente al análisis de las
implicaci,mes del observador con respecto al objeto obser- LOS INSTITUCIONALISTAS y LOS SOCIOANALISTAS
vado. Sobre el terreno, estas implicaciones saltan a la vista,
incluso durante una encuesta clásica, incluso sobre el "te- Mientras que en el principio de los años 60 el CAIP (Centro
rreno" de la oficina, de la biblioteca, del "laboratorio"; pero, de Análisis Institucional y de Psicosociología), fundado por
en general, están ocultas u olvidadas. Desde el punto de vista Lapassade, tenía ya la intención de intervenir (particularmente
del análisis institucional (cuyo marco teórico ha precedido en el Grupo educación y técnicas que reunía a disidentes
la experimentación socioanalítica, pero ha sido enriquecido del movimiento Freinet, en torno de Raymond Fonvieille
igu~mente por las intervenciones), lo insignificante de la socio- y de Fernand Oury), el GPI (Grupo de Pedagogía Institucio-

112 173
nal), fundado en 1964 por Lapassade, Lobrot, Lourau, con viernes en la noche, los estudiantes más politizados: Cohn-
Fonvieille y Bessieres (profesores en Gennevilliers) y con Bendit y otros futuros animadores del "movimiento 22 de
dos estudiantes de la Sorbona: Florence Ribon e Ives Janin, marzo". Este movimiento hace su aparición el último viernes
tuvo sin embargo un rol de consultoría dirigido a numerosos en la noche, en el GAI de Nanterre, a trav~s de la interven-
maestros que lo frecuentaron durante dos o tres años. Estuvo ción-ocupación del último piso de la torre administrativa.
en posición de cuasi-interviniente solamente en dos ocasiones: Una parte de los estudiantes presentes en la sesión del GAI
1) Ante la demanda del grupo "Transiciones", formado se reunirá con los ocupantes. Los dos "expertos" (!), Fran~oise
por alumnos del Liceo Técnico Dorian (donde yo enseñaba). Couchard y yo mismo, creen indispensable responder nega-
Estos alumnos estaban a punto de abandonar sus cursos téc- tivamente a la invitación que se les hace a seguir el movimiento.
nicos para ir a la Universidad o dedicarse a la vida profesional. La puerta de salida para el GAI de Nanterre. Estos consul-
2) Ante la demanda de un grupo de estudiantes de la Escuela tores-pedagogos van a inscribirse en la escuela de los nuevos
de las Artes Decorativas de París. Por el otro lado, ya se tra- consultores-intervinientes, sus anteriores estudiantes y dis-
tara de las reuniones de trabajo con el ARIP, con Socialismo cípulos ... al princip.io en las AG y después en las calles ¡Es
o Barbarie (comprendida una sesión en la Mutualidad), con preciso que el educador aprenda a ser educado!
otros grupos de maestros-investigadores durante ciertos fines En el período que siguió a 1968, se asiste a la tentatIva de
de semana en Royaumont, o en el Instituto Pedagógico Na- dar nuevos impulsos a los GPI ampliados a nanterrenses y
cional (en este último caso con Guattari, Jean Oury y otros a otras personas. Este "gran GPI" es sin duda muy heteróclito
miembros de la FGERI), o incluso (este inventario no tiene en relación con el antiguo GPI pero también en relación con
nada de exhaustivo) organizando un curso de larga dura- el GAI de Nanterre. Sin embargo, después de muchas tergi-
ción con "autogestión" de Royaumont durante el otoño de versaciones se formará un nuevo grupo constituido únicamente
1965, el GPI proporcionó esencialmente consultores, con- por estudiantes de Sociología de Nanterre: el GAI de París.
ferenciantes y militantes, más que intervinientes. Por el temor a no poder asumir las contradicciones inherentes a
En 1967 en Nanterre, en el departamento de Sociología un liderazgo demasiado visible (yo ya había visto funcionar mu-
donde yo ejercía las funciones de asistente desde 1966, una chos grupos: desde Socialismo o Barbarie, hasta la FGERI) me
huelga aparentemente corporatista de estudiantes (contra negué a formar parte del nuevo GAI aunque jugué el rol de
la reforma Fouchet) termina en un fenómeno curioso: los lí- padrino o de tío protector, al menos durante los primeros
deres de la huelga, militantes católicos, me piden que siga meses. Al pasar los años he tenido la ocasión de trabajar con
con ellos el trabajo de reflexión emprendido durante la lucha. los miembros del GAI; ya sea en la enseñanza (en Vincennes
Otros asistentes son invitados: filósofos, psicólogos, sociólogos, y en Poitiers), ya sea en intervenciones.
los tres pisos del edificio C que algunos meses más tarde cono- En 1967, acepté la oferta de Lapassade que consistía en hacer
cerá la ya conocida ebullición. Se encuentran en este grupo equipo con él para unas intervenciones en la Parroquia de
informal de consultores tanto Fran~ois Gantheret (de la psi- Estudiantes de Tours (él enseñaba Sociología en la Univer-
coterapia institucional, que conocí en los tiempos del GPI) sidad de esta ciudad). Por mi parte, yo lo había invitado a
como Jean Baudrillard o Gilles Ferry. Pero las reuniones se acompañarme a Hendaye, entre maestros católicos de la Pa-
deshilachan muy rápido. Sólo un pequeño grupo de estudiantes rroquia Universitaria de París-Corbeil. Estas intervenciones
permanece activo, en torno de Philippe Mayer. El grupo de en los grupos de la PE y de la PU fueron las que nos permi-
maestros se reduce principalmente a una psicóloga, Fran~oise tieron puntualizar lo esencial del método socioanalítico. En
Couchard y yo mismo. Fue en esas circunstancias cuando 1969, formé un equipo con un miembro del ARIP, que
intenté dar un nuevo impulso a la idea de las reuniones regu- era además colega de Nanterre: Eugene Enriquez. Se trataba
lares, invitando a ellas a la mayor parte de los maestros de de una intervención en un organismo de educación popular:
los tres UER de Ciencias Humanas y a todos los estudiantes "Cultura y promoción". Las monografías de estas intervencio-
interesados. El primer GAI (Grupo de Análisis Institucional) nes (PE, PU, Cultura y promoción) están publicadas en
nace en diciembre de 1967-enero de 68. Alrededor del núcleo Les analyseurs de l'Eglise (Anthropos, 1972). Sirven de ma-
del que he hablado, se agruparán irregularmente, todos los terial para la parte titulada "Teoría y práctica de la interven-

174 175
ción". En resumen, la corriente de análisis institucional (de- neutrales, así como los veteranos del viejo GPI: Michel Lobrot
jando aquí de lado la tendencia constituida sobre todo a partir y Philippe Grauer, ambos profesores en Vincennes.
de la psicoterapia, de la clínica de La Borde y del psicoaná- Fue en el departamento de Ciencias de la Educación donde
lisis lacaniano) ha funcionado hasta ahora a la manera de se concentraron los institucionalistas de Vincennes. Desde
un "colegio invisible" (2) más bien que como un grupo homo- • hace algunos años, han emigrado igualmente a los departa-
géneo. La heterogeneidad se ve subrayada aun más desde mentos de Ciencias Políticas, Administración Económica y
hace algunos años por la creación del CRI (Centro de In- Social, Ciencias Sociales aplicadas al Trabajo, y a sus filiales.
vestigaciones Institucionales) por un antiguo estudiante de El departamento de Sociología ha permanecido hostil a ellos.
sociología de Nanterre, quien antes había animado un "GAI" y sin embargo ...
en Reims. Además, otros GAI se han formado en diferentes y sin embargo, es forzoso comprobar que la mayor parte
ciudades universitarias: Bruselas, Estrasburgo, Perpignan, de los institucionalistas (y no solamente en Vincennes) tiene
Angers, Burdeos, Poitiers, Lyon, Grenoble. El único nexo formación en sociología; a veces en psicosociología y en psi-
entre estos diversos grupos es, habitualmente, el intercambio cología. Todos los miembros franceses del GAI de París fueron
de cartas, de boletines efímeros, de visitas más o menos ofi- alumnos míos cuando impartía sociología en Nanterre, alre-
ciales, o bien amistosas en ocasión de cursillos o de reuniones dedor de 1968. Lo mismo pasa con el líder del CRI, uno de
de trabajo; ha habido encuentros en Alemania, en Italia. Pero las cuyos miembros siguió mis cursos de sociología en Poitiers.
reuniones principales, en el nivel nacional e internacional, han En los círculos institucionalistas de Estrasburgo y de Perpignan
sido los encuentros de "Montsouris" en 1972 y en 1973. (3) se encuentran, todavía, antiguos sociólogos de Nanterre. Si
Es preciso mencionar, simplemente con el objeto de re- es verdad que los estudiantes de Lapassade eran mucho menos
cordarlas, las tentativas de constitución de un "gran GAI" numerosos, no por ello su influencia ha sido menor sobre mu-
parisino en los años 76-77, así como las varias reuniones que chos institucionalistas en Vincennes, en Lyon y en otros lugares,
han tenido lugar bajo el dominio del núcleo de Vincennes influencia indudablemente más psicosociológica, pero abso-
(París VIII) y sus tensiones espectaculares; esta asociación lutamente innegable.
ha sido un fracaso. Sin embargo, (un poco como en el caso Precisemos, para concluir, que nuestra corriente o tendencia
de la tentativa del "gran GPI") surgieron de ahí dos crea- nunca ha tenido ni una denominación unitaria y fija, ni un
ciones: por una parte un restaurant cooperativo, el Restoscop local único, ni un órgano único de vinculación, ni una única
"Meter la pata" *,
en la calle Guilleminot en París, del que revista (esta última ausencia fue compensada por numerosas
muchos institucionalistas son socios o, a veces, miembrós publicaciones colectivas, en forma de números especiales
activos y por otra parte, el CRI, ya mencionado. de revistas, libros, etc.). (4)
En la Universidad de Vincennes es donde existe la más
fuerte concentración de institucionalistas reconocidos o auto- LA "ULTIMA" INTERVENCION
proclamados. Una gran parte de los miembros del GAI de
París y del CRI ocupan ahí puestos de maestros (la mayo- Una intervención que tuve oportunidad de efectuar en 1974,
ría de ellos como temporales). Pero el GAI de Vincennes, dirigida en el Instituto de Adiestramiento para carreras socia-
cuando se ha manifestado en la vida de la Universidad (sobre les de Poitiers (Vienne) constituye para mí el resumen del
todo en el momento de la crisis provocada por la campaña conjunto de problemas técnicos, metodológicos, teóricos,
anti-droga), no ha tenido más que una existencia eventual. políticos que atañen al trabajo sociológico o psicosociológico
La escisión lo estaba ya royendo. En 1978, estallará ante sobre el terreno.
los ojos de todos la oposición entre el campo Lapassade más Esta intervención me "marcó" de tal manera, tanto inte-
el CRI por una parte, y el campo Lourau más el GAI por lectual como afectivamente, que juré que sería la última.
la otra. Notemos que en este momento los "compañeros de Naturalmente no cumplí con mi palabra. Un año después,
ruta" como Jacques Ardoino y René Barbier permanecieron aceptaba una intervención en un Instituto de Burdeos, un
homólogo del establecimiento de Poitiers. En 76-77, hice toda-
* "Les pieds dans le plat", literalmente: los pies en el plaio. (N. del T.) vía una intervención con "concurrencia" en la UER Técnicos

176 177
Si el encargo puramente pedagógico de los asistentes exigía,
de readaptación (!) en la Universidad de Lille 11: esta UER
para ser descifrado y modificado posteriormente, un análisis
es de hecho un Instituto de adiestramiento para carreras socia-
colectivo que los acontecimientos hicieron casi imposible, el
les -uno más-, pero transformado en Unidad de Enseñanza encargo de los educadores era "demasiado bello para ser cierto",
Universitaria. Parecía referirse inmediatamente a la situación de crisis que
Cuando el Instituto de Poitiers, que llamaremos Pontachard,
el establecimiento venía sufriendo desde hacía meses e incluso
como se acostumbra en esta ciudad, pasó el encargo, yo era,
años. Los problemas de la entrada y la salida (período de
desde hacía poco más de un año, director del departamento
selección inicial y período de evaluación final) constituían
de Sociología de la Universidad de Poitiers. Había abandonado
la enseñanza en Nanterre (donde había trabajado desde 1966 sustancialmente el material de la "crisis" endémica. Los ecos
hasta 1972) y mi domicilio en París. Con mi esposa, maestra de un conflicto habían llegado desde hacía algunos meses
de educación física en el Liceo Moliere de París, esperábamos al curso de sociología de la Universidad, alimentaban las con-
encontrar en Poitiers un medio menos parisino, menos im- versaciones en la Universidad, en el café, en las casas de unos
personal, mejores posibilidades de relaciones más estrechas y otros . . . Al comienzo de la mencionada crisis, yo había
con los estudiantes tanto como con el medio. iY en esto no establecido oficialmente un contacto para asegurar los cursos
nos vimos defraudados! en Pontachard, para "intervenir", como se dice en el lenguaje
En consecuencia, el encargo había sido pasado a un univer- particular de los establecimientos de adiestramiento para el
sitario, sociólogo, recién llegado "de Nanterre", más o menos trabajo social. Yo había cedido mi lugar a un colega más joven,
conocido en el medio del trabajo social por sus investigaciones encargado del curso, que tenía bastante más necesidad que yo
y su actividad en la pedagogía institucional y el análisis ins- de un apoyo financiero. A través de él y de otros formadores
titucional. Desde mi llegada a Poitiers, establecí un buen nú- (sobre todo un "interviniente exterior", miembro del CEREP
mero de contactos en forma de encuentros, de debates, de en París), yo conocía informaciones que coincidían con las
conferencias, de consultas, con bastantes individuos y grupos que se difundían en corrillos entre educadores-estudiantes,
que se interesaban en la formación tanto en Vienne como en entre estudiantes-educadores temporales, etc. Si a esto se
los departamentos limítrofes. Igualmente, llevé a cabo una añade la investigación sobre el trabajo social que se llevaba
intervención, ya muy problemática, en el CPO (Centro Pro- a cabo en el Departamento de Sociología de la Educación,
testante del Oeste) en Deux-Sevres, y otras en grupos de ani- con la constitución de un expediente sobre la práctica de
madores socioculturales en Poitiers y Chatellerault. los educadores especializados, que los mismos educadores
Es preciso distinguir, desde el principio, los dos encargos elaboraban, se tendrá una idea clara del estado de la "preen-
provenientes de Pontachard: uno que emanaba del ciclo de cuesta", o más bien de la "preintervención" ya que también
formación de los Asistentes Sociales que llegaron a buscarme el análisis institucional nos ha conducido a la idea de que un so-
a mi casa para negociar mi prestación: de hecho, se trataba cioanálisis (intervención sobre el terreno) debía muy posible-
de un curso sobre el análisis institucional, del cual no surgirá mente ser preparado por una investigación documental. (5)
directamente ninguna derivación hacia una intervención. Por Una tercera orden -que no es la última- aparece el día en
otra parte: un encargo formal de intervención que emanaba que realizo mi exposición ante los asistentes sociales. Por un
de una promoción de alumnos-educadores (de Segundo Año), fenómeno de azar objetivo, o tal vez como resultado de una vo-
transmitido por uno de ellos, estudiante de Sociología: de luntad deliberada de hacer coincidir su acción con mi presencia,
este encargo "firme" no surgió más intervención que la ori- un grupo de educadores decide, durante mi participación,
ginada a través del encargo puramente pedagógico de los asis- ocupar el "centro" de Pontachard (la oficina del director
tentes sociales. ¿Cómo pudo ocurrir esto? y la sala para los formadores). Los ocupantes me hacen saber
Sin entrar aquí en detalles, que podrán encontrarse en la que piden mi presencia en ese lugar.
a
monografía recogida en Sociologie plein temps (ed. de l/Epi, Me presento ante ellos. Al principio de la ocupación, son
alrededor de media docena de hombres y mujeres. Uno de
1976) nos contentaremos con señalar lo que, en el desarrollo
de esta singular intervención, caracteriza mejor los límites los hombres comienza una huelga de hambre en esa misma
y las imposibilidades de este tipo de práctica. estancia (la sala para los profesores) que mi mujer llamará

179
178
la "jaula". "aparato psíquico grupal" (cf. René Kaes*, Dunod-Bordas,
En el caso de los ocupantes de "la jaula", no se trata de un 1976) cuyo lenguaje y su correspondiente referencial están
encargo pedagógico, ni tampoco de un encargo claro de in- fuertemente determinados por el estilo de enseñanza impartido
tervención socioanalítica. Más bien se me solicita como persona en este género de establecimientos: mezcla de cristianismo
exterior, sociólogo "nanterro-izquierdista" (percepción muy de izquierda, de ultraizquierda, de anarquismo y de dinámica
obsesionante, en Poitiers, de la "pareja Lourau"), socioanalista de grupo ¡Prioridad a lo libidinal!
solicitado además, efectivamente, en Pontachard . . . Pero por Traspuesta a lo ideológico o a lo libidinal, la dimensión po-
encima de todo, buscan en mí un aliado en el conflicto (si el lítica está sin embargo presente. La manifiestan numerosos
término es conveniente, lo que puede ponerse en duda) que signos. Por ejemplo, eran frecuentes las alusiones que la gente
opone cierto número de alumnos-educadores a los responsables de la "jaula" hacía a la diferenCia de posición y de género de
del establecimiento. vida que los separaban de sus formadores, cuyo discurso no
Al cabo de dos o tres días, la tensión no ha sido apaciguada deja de ser esencialmente igualitario y "compañero". Además,
por las concesiones hechas por la dirección y, en general, por Fran~oise, sufriendo más intensamente que yo la fascinación
los formadores. La huelga de hambre de uno de los ocupantes de la "jaula" (o más bien no encontrando el medio de libe-
continúa. Porque en efecto, la acción de la gente de "la jaula" rarse de ella como yo lo hacía, buscando el contacto con todos
no se inscribe en un esquema reivindicativo tradicional, aun los grupos y subgrupos, incluso los menos simpáticos), se ve
cuando su proyecto englobara también exigencias surgidas interpelada verbal y físicamente por los ocupantes, sobre
de un conflicto muy anterior con respecto a la selección. El todo por el líder Arthur, en su calidad de "mujer de Lourau " ,
líder del grupo, Arthur, "ocupa" de hecho Pontachard desde "mujer de profe de Fac", "mujer de sociólogo". Ella es la
su entrada, sin haber sido seleccionado. La huelga del conjunto burguesía que ha venido a degradarse entre los desviantes.
de los alumnos presentes, reforzados por quienes seguían en Todo lo que permite el falocratismo con respecto a Fran~oise
ese momento los cursos y que habían sido reunidos en el permanece entre lo no dicho frente a mí: pero, como lo mos-
lugar mediante convocatorias, la renuncia del director, en trará la resolución del asunto, soy yo quien se ve cuestionado
fin ... , no aportan una verdadera respuesta a la interpelación indirectamente por quienes me habían rogado que fuera e in-
lanzada desde la "jaula". cluso que me quedara: era una permanencia ritmada por mis
¿Qué es lo que querían? Lo querían todo, es decll",se trataba ocupaciones profesionales en la Universidad y por mi vida
de un cuestionamiento general, profundo, del funcionamiento de familiar: no quiero ser todavía "Sociólogo de tiempo comple-
Pontachard y del oficio para cuyo ejercicio se prepáraban to". Pero no fue sino forzado y obligado por estos analizado-
y que ellos conocían a través de los cursos, de las fases de pre- res naturales de la "jaula", como más adelante me enfrentaría
profesionalización (muchos habían hecho suplencias o habían a mi contradicción.
trabajado como eventuales, temporales), así como por la en- Esta contradicción puede ser formulada, groseramente, de
señanza de capacitadores surgidos de la práctica. la siguiente manera: por mi reputación, mis escritos, el estilo
Estos dos elementos, estrechamente imbricados, no preservan de mis relaciones en la Universidad y fuera de la Universidad,
una significación evidente para el movimiento de revuelta, mi trayectoria, mi lenguaje, estoy del lado "bueno" de la
salvo con la condición de permanecer imbricados. Cuando barrera. Pero si se toman en cuenta también elementos no
Libération, en una serie de artículos (escritos. o in~_u.-ados despreciables, tales como mi posición, mi salario, mis relacio-
en uno de los formadores), se pone a denunciar largamente nes con la escritura y la edición, mi vida en pareja y en familia
las "fábricas de locos" de la región, la especificidad de lo (teníamos en ese momento un niño), estaba del lado "malo"
que en ese momento ocurre en Pontachard es, por así decirlo, de la barrera. El hecho de que yo lo sepa, que analice mis
selenciada. ¡Prioridad a la ideología! Inversamente, cuando implicaciones ideológicas, políticas e institucionales, no mo-
se escucha, como en mi caso y en el de Fran~oise, mi esposa difica en nada este asunto. Precisamente porque el análisis
(a quien llamé como refuerzo, con dos o tres estudiantes arma-
dos de guitarras), el discurso de la "jaula" y como contrapunto * Hay traducción al español del libro de R. Kaes, El aparato psíquico gru-
el de los "razonables", uno se ve condenado a privilegiar un pal, Ed. Granica, Barcelona.

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institucional exige sacar a la luz las implicaciones más signi- piación nunca se ha llevado a cabo verdaderamente ¿no es
ficativas y porque este acto conlleva un compromiso con porque la comunidad de los bienes se encuentra ausente, con-
respecto a ciertos actores más que a otros, se vuelve cada vez vertida en algo imposible y hasta condenada en nombre de
más difícil conservar una posición separada, que garantice la necesaria separación entre los dirigentes que poseen el saber
la buena y vieja separación, más general, entre vida privada y y los dirigentes despojados de él? (ver más adelante mi con-
vida pública, vida profesional y preocupaciones existenciales ... clusión). Ignoro si los ocupantes se referían a un análisis de
Lo que era mal recibido por la "jaula", no era que yo "oscilara" este tipo. Pero ocurría como si el modelo comunitario se
entre un grupo y el otro en los corredores, en las AG, que hallara .virtualmente presente, sobreimpreso, sobre este amonto-
yo hablara o escuchara hablar en las reuniones de formadores, namiento de desechos, sobre este desagüe público que es la ins-
de sindicalistas: no, lo que les molestaba era que, hacia el titución. Y de repente, una crítica radical se perfilaba, confusa,
medio día y en la noche, yo saliera a comer al exterior, a pero más perceptible que a través de un discurso construido:
reunirme con mi familia, que hablara de Pontachard con gente la crítica de los supuestos modelos comunitarios propuestos
exterior al problema y, sin duda, que robara la sustancia del a los alumnos-educadores, no solamente en la institución
acontecimiento para futuras publicaciones. de formación, sino también, y sobre todo, en el terreno de
Mi presencia o, más exactamente, la presencia de la "pareja sus cursos y de su futura práctica en talo cual instituto mé-
Lourau", reforzaba a los analizadores de la "jaula". Mi rol dico-pedagógico, en tal o cual "fábrica de locos" en un "es-
de analista, dado el giro que tomó el asunto, consistió en tablecimiento . para débiles". Con respecto a esto, la figura
un conjunto de intervenciones puntuales, a veces demandadas, del débil y de su exigencia de socialización venían a reforzar
con frecuencia soportadas, así como en consultas solicitadas el deseo de una comprehensión total, de una empatía, de
por tal o cual subgrupo y, finalmente, en una escucha tan una aceptación incondicional del otro (cf. Rogers), aquí y
amplia como fue posible del inagotable discurso de la ins- ahora, en el marco mismo de la formación del alumno-educador.
titución súbitamente desatado por la acción de los ocupantes. En el fondo, la "jaula" quería ofrecer el simulacro de un dispo-
Lo que nuestra presencia revela y remueve entre el grupo sitivo "débil" (de ahí la cólera de los políticos y de los razo-
analizador, es el irreductible deseo, o la necesidad, o el sueño, nables), de un dispositivo provocador de un amor imposible.
o el proyecto de otra organización de las relaciones sociales. En este sentido los analizadores habían llegado verdadera-
Sueño comunitarista, arrojado a la cara de los formadores mente a Pontachard.
y de la mayoría silenciosa y razonable de los alumnos; vivir Llegaron igualmente hasta nosotros algunos días más tarde,
de otra manera. abolir las barreras que la posición, el dinero, después de que la "jaula", en plena noche, evacuó los locales
la cultura, la edad, el sexo, erigen sin tregua entre la gente. y se fue a una casa amiga, en el campo. Después de cinco
De esta manera, también el familiarismo real o imaginado de o seis días de ocupación, que nunca dejaron de contemplar
la "pareja Lourau", que se añadía a mi posición mandarinal, el crecimiento de los fantasmas de unos y otros: dirección,
constituía el obstáculo para un discurso verdadero entre la capacitado res, consejo de administración asentado a dos pasos
"jaula" y nosotros. La misma rigidez de la Institución de de la "jaula", los mismos ocupantes; casi todo el mundo co-
Adiestramiento para las carreras sociales (de la cual Pontachard menzó a imaginar un cerco policiaco, (6) enfrentamientos,
es sólo un avatar) suprime cualquier credibilidad al discurso arrestos, una masacre; porque era cada vez más evidente que
pedagógico emitido por los formadores y recibido por los ahim- eso no podía durar.
nos. Se tenía la impresión de estar ante una orientación ve- La llegada de los ex-ocupantes de Pontachard a nuestra
hemente, hacia la idea del comunismo primitivo, a veces lla- casa, poco tiempo después del fin de la ocupación y de mi
mado "utópico", según la cual la comunidad de bienes y el intervención, concretiza el efecto analizador que era ya per-
intercambio total pueden destruir las barreras de clase. El ceptible durante la crisis (cuya consecuencia más visible fue
comunismo resultante del marxismo, del materialismo científico el reemplazo del director que había renunciado). Llegaron
(que impregna a muchos "razonables" que intentan desculpa- en Estafette. Decían que en la casa de los compañeros donde
bilizarse de sus orígenes cristianos), preconiza la apropiación se habían refugiado, la situación comenzaba a ser insoportable
colectiva de los instrumentos de producción. Y si esta apro- y, en particular, el comportamiento de Arthur. Esto es la ver-

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bre de una tía un poco loca, desviante, con fama de infanti-
sión oficiosa. La versión oficial consistió en decir que Arthur cida, que ha sido desde hace ya mucho tiempo borrada de los
insistió en venir a quedarse en nuestra casa -más exactamente registros de la novela familiar. Con Julien, yo reestablecía
"en casa de Franc;oise". una filiación interrumpida, con gran pena de mi abuela y de
Tuvimos discusiones con los ocupantes (mientras Arthur todos, por la muerte de mi tío soltero. Es un problema muy
se quedaba en la Estafette) y con Arthur quien terminó por reu- personal que he arrastrado hasta mi matrimonio tardío, a
nirse con nosotros. La moral estaba por los suelos. Acabaron los treinta y cinco años. Con Julie, tapaba otro agujero en el
yéndose, dejándonos a Arthur. Velada difícil, noche angus- significante de la novela familiar: el desgarramiento hecho
tiosa, mañana destinada a la toma de decisiones. Todo eso por una viva rebelde y rechazada por la familia. Si la leyenda
bajo la mirada de Julien, que a los cuatro años comprendía dice la verdad, si la tía Julie tiró a uno de sus hijos a un pozo,
bien las cosas que nosotros no podíamos decirnos ni confe- aquél de donde ha salido nuestra Julie, a pesar del dispositivo
sarnos. Logré disuadir a Arthur de que se erigiera en terapeuta anticonceptivo y nuestra aceptación problemática de su venida
de la "pareja Lourau" y, a petición de él, lo llevé a la ciudad al mundo, puede ser tal vez el pozo de la verdad. Una verdad
a casa de un amigo. que los sociólogos estrictamente racionalistas que leerán even-
En las siguientes semanas, volvimos a ver en casa o en la tualmente estas líneas encontrarán sospechosa y muy poco
Universidad a los ex-ocupantes, incluyendo a Arthur. Inter- realista. Pero para mí, y también para Franc;oise, esta verdad,
cambiamos nuestros informes escritos acerca de los aconte- conquistada en lo que bien puede llamarse el sufrimiento
cimientos. Con Arthur, la última velada sería particularmente de una pareja expuesta como lección de anatomía, vale muchas
loca: se preparó muy "seriamente" la creación de un grupo otras. Si Arthur, con todos sus camaradas de la "jaula", ha
de análisis institucional destinado a realizar intervenciones . . . sido para Julien (quien todavía lo recuerda) una especie de
que yo procuraría. tío simbólico en el marco de un sistema de parentesco "en
Felizmente, el proyecto no tuvo ninguna consecuencia. broma" (ef. Cl. LEwi-Strauss), para mí quedará como un padre
En revancha, Arthur (con sus verdaderos nombre y apellido, simbólico de Julie. Por esta razón creo saber, en el imaginario
que la deontología, ¿no es cierto ... ?) se ha hecho de buena a veces engañoso, a veces luminoso de la novela familiar, por
reputación en el café-teatro parisiense y francés. Le Monde le
qué Julie será, pase lo que pase, mi último amor.
consagró recientemente (fin de 1979) un artículo elogioso. (7) Ocurre que los sociólogos, psicosociólogos e incluso so-
Causa una impresión curiosa ver que lo que hace en escena, cioanalistas ¡claro! afirman con respecto a mi intervención en
es lo que hacía en la escena de Pontachard. Pero debe seña-
Pontachard: ¡pero eso no fue una intervención!
larse una diferencia significativa: ahora se le paga por eso.
Esta evaluación define, mejor de lo que lo haría una larga
Todo este período fue muy duro de vivir para la "pareja
discusión, la incomprensión a la que se enfrenta el análisis
Lourau", que sufrió frontalmente el efecto analizador de la
institucional, y que también es compartida por ciertos "ins-
situación. Fue en ese momento, como se lo mostró la "prue-
titucionalistas" quienes, manifiestamente, se equivocaron de
ba G" a Franc;oise algunos meses más tarde, cuando procreamos
dirección. Para terminar con esta intervención que, en el pre-
a nuestra hija Julie. A pesar del dispositivo anticonceptivo.
sente momento (1979, cinco años después), tal vez no ha
Después de Julien, Julie: el familiarismo responde bien, sobre
terminado aún, digamos que se ha formado un grupo con
todo cuando se trata, inconscientemente, de reaccionar contra
algunos ocupantes de la "jaula" y estudiantes de sociología,
los ataques más directos que conoce el mencionado familia-
involucrados de cerca o de lejos en el trabajo social. Nació
rismo. Las cosas llegan incluso más lejos, con la oscura voluntad
de cambiar la novela familiar. De eso nos dimos cuenta después, una comunidad en un rincón perdido del Macizo Central. En
el momento actual, ignoro si desaparecieron o si los profundos
como siempre, gracias al diván socioanalítico ( ¡no hice menos
cambios de que he oído hablar les han conferido una nueva
de dos errores de tecleo, o erratas, o lapsus machinae al escribir
forma. Aun cuando Arthur no se encuentre ahí, el espectro
esta última palabra!). Julien es el nombre de un tío muy que-
comunitario que se cernía con tanta insistencia sobre la crisis
rido, hermano de mi madre, muerto joven al regreso de su cau-
de Pontachard terminó materializándose un instante. Lejos de
tiverio en Alemania. Se dice que nos parecemos como dos
gotas de agua. Julie es, esta vez por parte de mi padre, el nom- cualquier sociopsicoanalista o cualquier analizador especializado.

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mente en L'Homme et la société, y después en Sociologie a
OTROS DOS CASOS
plein temps) intenta reconstruir la serie de deslizamientos
Otras dos intervenciones, más clásicas, habían anunciado, con que condujeron del "mayo" belga a la venida de un "experto"
menos escándalo, lo que una emisión de France-Culture (en destinado no a desenmarañar la crisis (ya resuelta), sino a
la que Fran«oise y yo habíamos participado, en diciembre exorcisar las contradicciones nacidas de ciertas tomas de po-
de 77, junto con Robert Jaulin y Jeanne Favret-Saada) de- I sición ante la crisis.
nominaba "los cambios en las relaciones observador-observado". I A grandes rasgos: "abandonamos el combate de Corten, pero
En 1972 los estudiantes del departamento de Sociología l'
I
el combate continúa ... en otra forma". La transformación
de la Universidad de Lovaina (Bélgica) me pidieron una inter- I
del conflicto político (la cuestión de los exámenes toca el
vención. Aquí también, una crisis que tenía ya muchos meses corazón de la institución universitaria) en problema pedagógico:
de duración llevó al enfrentamiento entre las autoridades ese era el sentido de la demanda de Lovaina.
universitarias de la vieja universidad católica y un joven maes- No diré cómo Antoine Savoye (miembro del Grupo de Aná-
tro de sociología: Corten, sostenido por una parte de los es- lisis Institucional de París) y yo mismo tratamos esta especie
tudiantes. En el origen del problema se hallaba la acusación, de demanda terapéutica. Quisiera solamente poner en relieve
dirigida contra Corten, de "dar los diplomas" sin examen. el triste rol de enterrador de luchas que el socioanalista es
En Lovaina y el resto de Bélgica este problema apasionó. llevado a desempeñar. En términos menos patéticos, digamos
Se llevaron a cabo manifestaciones. A nuestra llegada, se po- que la invitación a un "especialista" de análisis colectivo di-
dían ver aún grandes inscripciones pintadas sobre los muros simula, de hecho, la ausencia de un verdadero análisis colectivo
de la ciudad. Corten, abandonado finalmente por sus defen- y encierra al grupo cliente en el rechazo de su autonomía;
sores, fue excluido de la Universidad. (8) del acceso a la posición de grupo-sujeto (Guattari). Lo que
¿Por qué los estudiantes de sociología experimentaron la subrayaba yo a través de la bella frase de Vernante (Mythe
necesidad de un interviniente exterior, cuando las tensiones et pensée chez les Grecs, Maspero, 1965) que, como exergo,
estaban ya en camino de calmarse, cuando habían sido ob- comenzaba mi monografía: "En tiempos de Solón las ciu-
tenidas algunas concesiones pedagógicas para su movimiento dades en crisis apelaban a un personaje calificado por algunos
(una especie de "autogestión"), concesiones gracias a las como excepcional: árbitro, legislador con frecuencia desig-
cuales, precisamente, les es posible elegir conferenciantes nado por el oráculo, tirano. El ideal de isonomía implica por
o intervinientes en el exterior de la Universidad? Fieles a la el contrario que la ciudad resuelva sus problemas gracias al fun-
imagen un poco demasiado severa que Baudelaire había dado cionamiento normal de sus instituciones, por el respeto de
de Bélgica, los sociólogos de Lovaina orientarán de inmediato su propio nomos."
su búsqueda hacia . . . París. J. Maitre y Boltanski, colaborador Hay un detalle que me hace pensar que estaba más o menos
de Bourdieu, como representantes de las metodologías "sua- consciente de caer en una trampa antes de que comenzara
ves". Y yo como representante de la metodología más "dura": verdaderamente la intervención: la noche que precedió las
el análisis institucional. sesiones del primer día, por azar, recorrí el libro de Vernant,
No había ninguna necesidad de desviar verdaderamente que aún no había leído. Encontré la frase e inmediatamente
el encargo: los emisarios de Lovaina, que recibí en París, es- la copié en un pedazo de papel.
taban de acuerdo en que la iniciación al análisis- institucional "El ideal de isonomía implica, al contrario ... " La contradic-
tuviera lugar en forma de una intervención sociopsicoanalítica. ción entre el ideal de isonomía (de autonomía y de autoges-
La desviación, si ocurrió alguna, se había ya dado cuando tión), y el llamado a un "personaje calificado" lo he podido
la "autogestión" de esta parte de los cursos "libres" permi- comprobar y combatir, pero también confortar, en ocasión
tió que se proyectara no una serie de conferencias, sino una de mi presencia durante la intervención en el Centro Protes-
tante del Oeste (CPO), en Celles-sur-Belle, en Deux-Sevres
intervención.
El título que dí a la monografía de Lovaina indica, según yo, (cerca de Poitiers).
la naturaleza del proceso de compensación que acarreó la Esta intervención tuvo lugar un año después de la de Lo-
demanda: "desplazamientos a Lovaina" (publicado original- vaina, un poco menos de un año antes de Poitiers-Pontachard.

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formados junto a mí, hice muy mal en combatir.
Estamos en mayo de 1973: mi primer año de enseñanza en
Además, y aquí es donde la situación, desde sus comienzos,
Poitiers.
Una ambigüedad, que apareció desde el comienzo y nunca tendió a escapárseme, el GREP estaba a punto de proceder
fue despejada, acarreará un conflicto agudo entre el interviniente a los licenciamientos. Uno o varios licenciados estaban pre-
(yo) y el, o más bien, los grupos-cliente. Había, en efecto, sentes. En esas condiciones ¿a qué se jugaba? ¿Para qué iba
dos clientes o cuasi clientes: por una parte, el CPO represen- yo a servir?
tado por la persona del director: el pastor Jean-Pierre Charpier, La intervención, iniciada mucho antes de la fecha fijada para
y por otra parte, una asociaoión de formación permanente la· reunión de Celles-sur-Belle, consistió principalmente en
de París: el GREP. Entre esta asociación y el CPO existían intentar desprender los hilos de una pelota de lana. La alianza
relaciones desde hacía ya mucho tiempo. En el curso de la cada vez más visible entre el responsable .del CPO y la respon-
larga negociación del encargo, en París, en Poitiers y en Ce- sable del GREP me aisló casi por completo. Tanto más cuanto
lles-sur-Belle salió a la luz que el verdadero cliente era el GREP que el proceso de fuga ante el análisis se materializó en una
deseoso de una intervención hecha como se debe. y que el dispersión, en el tiempo y en el espacio, de una serie de grupos
y subgrupos que resistieron victoriosamente a la instauración
CPO se contentaba con ser una estructura de apoyo.
De hecho, el encargo era más complejo. Diversos elementos de la asamblea general, a la colectivización del análisis.
habían mostrado que el CPO desconfiaba del análisis institu- Finalm:mte, lo esencial de mi intervención consistió en
cional, así como también de otros "aportes teóricos" que haber resistido a la coalición GREP - CPO, coalición cuyo
objetivo era hacer del análisis institucional una garantía para
pasan por una intervención sobre el terreno. "Ningún trabajo
práctico en el CPO": tal era la consigna, tal fue la señal de la implantación de políticas que el análisis institucional ha-
alarma del Consejo de administración durante una sesión a bitualmente interroga: "neutralidad" y "exterioridad". Por
una vez, el "personaje calificado por algunos dones excep-
la que tuve la posibilidad de asistir. En lo que respecta al GREP,
si bien desconfiaba asimismo del análisis institucional, esta cionales, árbitro, legislador, designado con frecuencia por el
desconfianza emanaba no del conjunto del grupo-cliente, oráculo, tirano", habrá sido llamado, sobre todo, con la fi-
sino de sus responsables. Como quiera que sea, el encargo nalidad de no obstaculizar el "funcionamiento normal" de
quedó establecido. El desarrollo de la intervención habría las instituciones. (9)
Tomando una cierta distancia, se me hace evidente que
de probar que el hecho de que esta última tuviera lugar lejos de
toda intervención está sesgada desde el comienzo: sea cual
los locales parisienses de la asociación, no estaba muy ale-
jado de la voluntad de pedagogizar el encargo, es decir, neu- fuere el contenido del encargo (que emana de un grupo que
tralizarlo. En el fondo, nos encontramos aquí con una situa- detenta el poder o cierto poder) y de la demanda o demandas
ción exactamente inversa a la situación habitual. Habitual- de la "base", parece que el interviniente tiene, sobre todo,
mente, los socioanalistas lucharán por convertir un encargo la tarea de desplazar o de exorcisar las contradicciones, más
pedagógico ("iniciación" al análisis institucional en forma bien que de proporcionar una ayuda para resolverlas o llevarlas
de cursos, conferencias, etc.) en un encargo de intervención. a su extremo.
Con habilidad, los formadores del GREP o por lo menos su De ahí a hacer una hipótesis sobre el maquiavelismo con-
staff (parcialmente presente en Celles-sur-Belle), tomaron sustancial a todo encargo de intervención, sólo hay un paso
la delantera, lo que les permitió operar por su cuenta la fa- que yo me niego a dar. Igualmente, el contenido perfecta-
mente utópico del deseo de intervención (socioanalítica o
mosa conversión.
cualquier otra) no es una explicación satisfactoria, porque
Estamos en presencia de una asociación parisiense que,
la utopía se sitúa tanto del lado del cliente como del lado
lejos de su base, de su infraestructura, tiene todas las opor-
de los intervinientes.
tunidades de transformar la intervención en una consulta En una novela de ciencia-ficción estadounidense, se ve a los
o un cursillo de capacitación particular; es una asociación gerentes de una sociedad ideal y futura, erigida sobre el modelo
local que pretende aparecer únicamente, como quien aporta de la Utopía de Tomás Moro, enfrentados con graves difi-
sus muros, sus salas, su coCina, sus habitaciones. Doble eva- cultades. Terminan por decidir algo insólito, hecho posible
sión que, con la ayuda de algunos estudiantes de sociología
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por el descubrimiento del viaje en el tiempo: envían al pasado hace algunos años es posible notar un claro progreso. Las
a un emisario con el fin de que invite a Tomás Moro. El soció- monografías escritas circulan entre nosotros y son a veces
logo-experto acepta la intervención en su futuro. Pero rápi- publicadas en revistas o en libros. Los registros son lentamente
damente queda defraudado por la realización de su Utopía, examinados y transcritos, y estas transcripciones sirven de
se integra en la oposición al régimen y termina siendo ejecutado base para monografías, o son incluso utilizadas directamente
por aquellos que habían formulado el encargo. Esta historia l., ya sea por el equipo de intervinientes, ya sea con la mira de
en forma de apólogo subraya bien el elemento de utopía que sensibilizar a los estudiantes (es lo que en este momento hace
es posible distinguir en el encargo mismo. No puede ser su- el GAI de París). En lo que a mí concierne, he privilegiado
ficiente el mencionar la manipulación, aun considerando el indudablemente las notas tomadas durante las sesiones y las
resultado sacrificial del quiproquo que afecta al encargo y a notas redactadas después de ellas, mientras que la generación
la aceptación del encargo. de mis antiguos alumnos de sociología utilizan con mayor
En el caso de "Pontachard", el surgimiento brutal de la frecuencia que yo la grabadora (y hasta el video).
implicación del socioanalista obliga a superar la problemática El problema deontológico de la publicación de monografías
de la utopía o de la falsa inocencia del intelectual confron- o de la utilización de los registros se ha planteado en algunos
tado con las asperezas del terreno. Técnicas, métodos, hipó- casos. Ha ocurrido que miembros del grupo-cliente participen
tesis estratégicas, teorías sociopolíticas subyacentes se ven en el examen de las cintas grabadas; o que la monografía esté
interrogadas globalmente. dirigida prioritariamente al grupo-cliente; o que una parte
de este último participe en la conformación de la monografía
LA INTERVENCION, TEORlA y PRACTICA a través de textos individuales o colectivos (ese es el caso de
"Lovaina" y "Pontachard", aunque los imperativos de la
Los institucionalistas más habituados al socioanálisis no tratan edición, como se dice, no hayan permitido sino la preservación
de disimular un aire glotón desde que hablan de hacer una de pocas huellas de esta colaboración); también ha ocurrido
intervención. Esta práctica es para ellos como la legitimación que miembros del grupo-cliente soliciten que no se publique
del análisis institucional. Mientras que en la práctica profe- nada en el período siguiente a la intervención (es el caso de la
sional habitual (la que se realiza para obtener el sustento) y intervención para el GREP, en el CPO; ver más arriba). De
en su práctica cotidiana experimentan, como todo el mundo, una manera general, las precauciones deontológicas mínimas
grandes dificultades para pensar lo que hacen y, sobre todo, son tomadas en el momento de una publicación: los nombres
para hacer lo que piensan, los esporádicos períodos de inter- de las personas y del lugar son modificados, no de manera
vención en el exterior aparecen a la vez como fases de trabajo sistemática, sino cada vez que los nombres reales pudieran
más intenso y más serio, y como cortas pero deliciosas "va- provocar efectos indeseables. En efecto, el trastocamiento
caciones en la montaña" esperando las grandes vacaciones, de todos los nombres, de todos los elementos de la realidad,
siempre pospuestas, del análisis institucional generalizado: es bastante molesto cuando se trata del análisis de las impli-
de la revolución. caciones del interviniente. ¡No es pues por azar que el anoni-
No es pues paradójico que la mayor parte de quienes prac- mato es conveniente para las monografías que se inspiran en
tican la intervención socioanalítica hayan intentado decir una ideología de la neutralidad científica!
tan pocas veces lo que ha pasado en realidad durante sus in- Una técnica interesante consistiría en generalizar la audición
tervenciones. Estas últimas, para conservar su aura un poco de las grabaciones (o de algunas de ellas) de intervenciones
estética, un poco lúdica, deben permanecer en la sombra. Es en curso o a todo lo largo del trayecto, cuando esto tenga
preciso confesar que los psicosociólogos, nuestros precursores, cabida. Pero aquí se presenta una doble dificultad: en primer
han sido avaros en lo tocante a las monografías, y que este lugar ciertas intervenciones son demasiado cortas (menos
género mitad literario, mitad científico ofrece dificultades. de tres días) para que la extensión del tiempo sea aprovechada
Mucho material no ha sido nunca explotado en el sentido con este fin. Después, aun cuando las sesiones duren 5 o 6
en que el feed-back se ha limitado a relatos parciales e incom- días, es la evolución de las técnicas de intervención la que,
pletos, a la eventualidad de las conversaciones. Pero desde en lo que me concierne, ha frenado o prohibido redhibitoria-

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pecie de tiempo de crisis, liberar las iniciativas instituyentes
mente esta técnica. Buscando llevar lo más lejos posible la y por ello los conflictos larvados. Por ejemplo: cuando el
"autogestión" de las sesiones de intervención, uno se ve con- grupo-cliente decide colectivamente prolongar la intervención
ducido a no imponer "secuencias" bien perfiladas y con una de uno o dos días, o manifiesta múltiples posiciones con res-
sucesión regular. Eso es lo que intenté hacer en forma radical pecto al pago de los socioanalistas, los dirigentes, quienes
en el momento de la intervención en el CPO. Me di cuenta muy frecuentemente son los que originan el encargo, gene-
de que lo que se llamaba hasta entonces "intervención" estaba ralmente soportan mal este "desorden" inducido por elementos
sostenido por la institución de las sesiones ¡un poco como exteriores. Tanto más cuanto que este "desorden" es, en el
se dice que una casa vieja está sostenida sólo por el tapiz! plano técnico, lo que permite emplear el método de análisis
Una pesada herencia de la psicosociología, del socioanálisis del encargo y de la (s) demanda (s), permitiendo el surgimiento
de Van Bockstaele, del psicoanálisis de grupo y en general de los analizadores.
de la forma "curso de capacitación": el recorte en secuencias Del socioanálisis van Bockstaeliano, he conservado la idea
induce la mayoría de los efectos buscados o esperados. Incluso de practicar la "restitución", en la sesión, de lo que se dice
si el campo de análisis puede variar (según se utilice un deter- "en los corredores" y en general en las inter-sesiones. A me-
minado modelo psicológico grupal, o un determinado modelo dida que se ha impuesto la búsqueda "autoadministrada"
psicoanalítico, sociopsicoanalítico, socioanalítico, etc.), el de la Asamblea General permanente, o en todo caso, la bús-
campo de intervención tiende a estar constituido por uno queda del más estrecho contacto con la gente presente en la
o varios grupos con fronteras bien establecidas. El análisis situación; y que el grupismo inducido por el sabio ritmo de
de los efectos de grupo interfiere entonces con el análisis de las "sesiones" se ha atenuado, la restitución ha tomado formas
la situación general, lo que permite resistencias "grupistas" diferentes, pero ha permanecido como un elemento primordial
o "familiaristas" (10) de parte de los clientes; lo que, además, en el comportamento cotidiano del socioanalista en la inter-
lleva al interviniente a teorizaciones "multirreferenciales" vención. Aquí también, el análisis institucional es mucho
(muy problemáticas como se ve en el caso de Ardoino). menos espontaneísta de lo que muchos quieren hacer creer.
La autogestión, o incluso la Asamblea General permanente, La fórmula sería: "todo para el dispositivo sociopsicoanalítico"
son más un programa de trabajo socioanalítico propuesto a y no "todo para la libre expresión grupal y grupista".Cuando la
los clientes, al que los socioanalistas consagran sus esfuerzos estructura de las sesiones ha estallado en múltiples encuentros,
más lúcidos durante la intervención, con el fin de aproximarse intercambios (tanto en las cocinas como en la sala de ping-pong,
tanto como sea posible a una participación común, a un aná- en los corredores y durante las actividades del grupo-cliente
lisis colectivo; que simples técnicas en el sentido habitual del no interrumpidas por el tiempo crítico de la intervención,
término. Este voluntarismo del análisis institucional ha pro- etc. etc.), todo bajo el signo de la búsqueda de la Asamblea
vocado, entre otras críticas emanadas de la corriente psico- General, tan general como sea posible, se crea una red com-
sociológica, el reproche de que introducimos nuestras ideas pleja de informaciones, en cuyo funcionamiento los socio-
en la situación, de que creamos un artificio o un artefacto. analistas participan muy activamente sin rezongar. La "resti-
Pero, como ya lo he dicho a propósito de la estructura de las tución" se convierte entonces en una tarea muy importante,
sesiones, este reproche por lo menos apunta más a quienes que corrige las consecuencias de la atomización. Naturalmente,
obligan al cliente a considerar como algo natural el hecho y también teniendo en cuenta la deontología, así como las
de entrar a una sesión a tal hora, de "expresarse"._ salir de resistencias inconscientes de los "restituidores", esta tarea
la sesión a tal hora y enfrascarse en un partido alrededor de la se aplica tanto al discurso y al comportamiento de los socio-
mesa de ping-pong más próxima, con el fin de olvidar lo an- analistas, como a los discursos y comportamientos de los
quilosado de la sesión en torno de una mesa redonda. clientes.
Instaurar la autogestión, o la Asamblea General permanente, Finalmente, la cuestión del dinero ha sido uno de los descu-
es antes que nada luchar por quebrar las resistencias indivi- brimientos "técnicos" más estimulantes del socioanálisis. El
duales o grupistas, las murallas jerárquicas, los pequeños o psicoanálisis y la psicoterapia institucional habían experi-
grandes secretos, la división del trabajo instituido como normal, mentado la significación llamada "simbólica" del pago, del
racional y eterno. Es también, paralelamente, crear una es-
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gasto. A esta dimensión vino a añadirse una reflexión propia- to de contratransferencia institucional, tomado como préstamo
mente económica acerca del valor del servicio proporcionado de las investigaciones de la psicoterapia institucional, especial-
por los socioanalistas, acerca de la naturaleza de los emolu- mente las del grupo de la Verriere (Gantheret, Sanker, Refabert,
mentos, con respecto a los cuales es posible una discusión Chanois, Sivadon).
infinita acerca de si "valen o no el desplazamiento"; sin hablar En tomo de este concepto, la teoría del análisis institucional
de los problemas muy concretos que se plantean a aquellos de pudo acoger sin temor las interferencias y los eclecticismos:
entre nosotros (la mayoría, ya que Lapassade y yo somos toda la evolución de las ciencias sociales actuales, en el sentido
los dos únicos mandarines parisienses del análisis institucional) de una mayor coherencia política, está ahí para probarlo. En
que pueden tener en perspectiva una profesionalización en la torno de este concepto se organizan pues los conceptos de aná-
intervención socioanalítica, con el fin de salir del círculo lisis del encargo, el análisis de la o de las demandas y finalmente
casi infernal de las horas complementarias y de las encuestas el de analizador. Las informaciones y análisis secundarios mos-
puntuales más o menos bien pagadas. trados más arriba a partir de dos o tres monografías -Pontachard,
El dinero es el analizador más refinado de la situación: ésta Lovaina, CPo- darán al lector una idea relativamente precisa
ha sido durante mucho tiempo la doctrina, apoyada, es verdad, del manejo de estos conceptos, del método socioanalítico, de
sobre numerosas experiencias. En este momento (cuando los criterios de evaluación de la intervención, tal como han que-
vuelvo a recordarlo, la idea de participar en intervenciones dado establecidos en mi criterio después de diez o doce años de
éstá cada vez más alejada de mí) yo sería menos afirmativo. experiencia.
La difusión del análisis institucional (sobre todo en el trabajo La crisis que nuestra corriente sufrió en 1978 revela bastante
social, nuestro mejor cliente) indudablemente ha acarreado bien el punto sensible -o ciego- del método: nacido en el con-
una especie de acostumbramiento a las técnicas del socio- texto de la "revolución" psiquiátrica y de la "revolución" peda-
análisis, un poco como le ha llegado a pasar desde hace años gógica, con referencia a las experiencias yugoeslava y argelina
al psicoanálisis, al dirigirse a una clientela que ha leído a Freud de autogestión generalizada, "validado" despúés por el movi-
y posee una cultura muy cercana a la de los analistas. Esta miento social de 1968, el análisis institucional ha sido presa,
nivelación del saber es un hecho constructivo que obliga a también, del "reflujo" del movimiento. Mientras que algunos de
una revisión de los principios a los cuales se tiene la costumbre entre nosotros se inclinaban en particular hacia una concepción
de aferrarse. Que los clientes manipulen esta cuestión del· di- de la intervención socioanalítica como un desarreglo institucio-
nero para disimular mejor otros problemas no tiene nada nal o una desviación del encargo orientado cuidadosamente,
de escandaloso. Nadie -ni siquiera el analizador aparentemente buscando una radicalización -o incluso se planteaban la sustitu-
más dialéctico, más eficaz- puede ni debe mantener la fijeza ción de un socioanálisis externo, ordenado y pagado, por el
cadavérica de una "verdad" teórica indiscutible. socio análisis interno, sin brujos que intervengan desde el exte-
Las escasas cuestiones técnicas que acaban de ser revisadas riOI- otros se inclinaban, tanto en la práctica profesional
rápidamente son inseparables del empleo del método, para cuyo habitual (la enseñanza en Vincennes) como en la intervención
desarrollo detallado carezco de espacio en este momento. Se- socio analítica, hacia una adaptación, cada vez menos crítica,
ría necesario, en efecto, desplegar la historia de mi propia evolu- a lo instituido ¡llegando hasta la aceptación del encargo como
ción en este dominio, pero también trazar la evolución de toda una demanda que debía ser satisfecha prioritariamente!
nuestra corriente, con las críticas y las aportaciones de cada El examen detallado de las hipótesis estratégicas implicadas
quien. Digamos solamente que, para mí, se ha operado una con- en esta divergencia mostraría que no se trata simplemente de
vergencia entre el socioanálisis y la práctica del análisis institu- desacuerdos técnicos o metodológicos. Pero me parece necesa-
cional en general ( en las profesiones de capacitación y terapia, rio abordar un problema más general, menos estrechamente liga-
en la crítica de las ciencias sociales, en la aproximación a los do a nuestras polémicas recientes y que las engloba: el problema
problemas políticos, en la vida cotidiana). Esta convergencia de la posición del intelectual, por poco iluminado o falsamente
coloca en primer plano el concepto de implicación que, hace ingenuo que sea, que busca romper la separación entre teoría
una decena de años -en el momento en el que sostenía mi y práctica, como el institucionalista visto por un observador iró-
tesis, L'analyse institutionelle- apenas se distinguía del concep- nico y exterior. (11)
194 195
La intervención del intelectual en colectividades diferentes por los bolcheviques. Aunque sus tesis sean demasiado largas
de aquellas donde vive habitualmente plantea desde mi punto para ser resumidas aquí, podemos decir que, para ella, la inte-
de vista un problema que rebasa aquel, tradicional, de la alterna- lligentsia progresista forma parte de la clase dominante en un
tiva o de la complementaridad entre el investigador y el militante. doble sentido: por una parte, por su modo de formación (for-
Sea cual fuere el tipo de intervención, pero más particúlarmente mación de la cual se halla excluida la mayor parte de la pobla-
tratándose de uno de los tipos de intervención que se valen de ción, que es la que paga la formación de los intelectuales) y por
las ciencias sociales, será necesario considerar, en principio, el su modo de vida privilegiado que supone el mantenimiento de
lugar que el intelectual ocupa en la estructura y el movimiento una clase destinada al trabajo manual, la "esclavitud" política
de las relaciones de clase. Unicamente este análisis, promovien- y el "saqueo" económico; por otra parte, por su estrategia para
do la nueva figura del intelectual implicado, puede señalar algu- el derrocamiento de la clase capitalista, no como clase fundada
na salida del atolladero del intelectual orgánico y del intelectual sobre la esclavitud y el saqueo, sino como clase "incapaz u de
comprometido. asegurar convenientemente el progreso de las fuerzas producti-
Hasta ahora, tenemos sobre todo la tendencia ( ¡en el mejor vas. Para la intelligentsia socialista no se trata de destruir las re-
de los casos!) a tomar en cuenta ya sea los conflictos de poder laciones de dominación y de explotación, sino de sustituir a
en el interior de la intelligentsia, ya sea los conflictos de clase en la antigua clase dominante, con el fin de asegurar el reino de la
el interior de las poblaciones que estudiamos o en las que inter- ciencia, de la racionalidad, sin tocar la división del trabajo y
venimos. Olvidamos fácilmente nuestra posición como clase la desigualdad secular. Mucho antes que Burnhan y Rizzi o Schum-
(la intelligentsia) y sus relaciones con la clase explotada: es peter, mucho antes de la institucionalización de la burocracia
porque nos situamos gustosamente al margen de la clase que como clase dominante en los países "socialistas", Makhaiski,
explota; los buenos maestros nos han dado esta seguridad al en Polonia, en el exilio o durante sus largas temporadas de
recordarnos que no poseemos los medios de producción y que deportación en Siberia, comprendió las verdaderas "implica-
también somos asalariados ... ciones" de la mayor parte de los intelectuales que, de una u
Es verdad, nos hemos convertido en perfectos acróbatas de otra manera, "intervienen" en favor del socialismo.
la denuncia e inclusive de la autodenuncia de las implicaciones No es este el lugar para responder a la pregunta: ¿pero enton-
ideológicas y políticas que se disimulan tras la seriedad de la ces qué hacer?, ni siquiera para plantear esta cuestión idiota.
Ciencia o de la radicalidad de esta crítica. Toda una problemá- Antes que nada, sería el momento de darse los medios para res-
tica trivializada desde este momento está ahí para asegurarnos ponder a otra pregunta, menos ambiciosa y más urgente: ¿Qué
lo bien fundado de nuestras posiciones teóricas. Igualmente, es lo que hacemos exactamente?
estamos casi seguros de estar del lado bueno en el combate
político: en resumen, en favor del "socialismo", aun cuando Rambouillet, noviembre de 1979
sea posible, considerando solamente las escuelas o corrientes
que practican la intervención, enumerar por lo menos tres o
cuatro "socialismos". Pero nada de esto nos impide continuar
funcionando, casi, como la mayor parte de los intelectuales a
los que criticamos. Seguimos, como ellos -y recojo aquí las
importantes formulaciones de una psicoanalista, fundadora
de la Asociación Argentina de Psicoanálisis: Marie Langer,
hoy en el exilio -"arrebatando la plusvalía", sin demasiados
problemas metafísicos. (12)
Otra intelectual socialista, rechazada en su época por la ma-
yor parte de los marxistas rusos, Jan Waclav Makhaiski, (13)
lleva incluso más lejos el análisis de la intelligentsia: la considera
una nueva clase dominante. Sus conclusiones tienen tanto más
valor cuanto que sus escritos son anteriores a la toma del poder

196 .197
NOTAS
(1) A. Savoye, Gen~se de la sociologie d'intervention, Tesis de 3er.
ciclo, Nanterre, 1979.
(2) Cf Dina Crane, Invisible Colleges, Nueva York, 1973.
(3) En relación con la primera, cf Temps Modernes, diciembre 1972; en
relación con la segunda, cf Pour, número especial dedicado al análisis
institucional, 1978.
(4) Números especiales de L'homme et la societé (1973), Connexions,
(1973), Pour (1973, 1978), contribución a Temps Modernes, "Les ana-
GERARD MENDEL
lyseurs arrivent", 1972; El análisis institucional, Madrid, Campo abierto,
1978, etc.
(5) En la época de nuestras primeras intervenciones resueltamente socio-
psicoanalíticas, en la Parroquia Estudiantil de Tours, Lapassade y yo, entre
dos estancias en los "talas", estudiábamos obras teológicas elegidas al azar
(cf Les analyseurs de l'Eglise y, en la presente obra, la contribución de
G. Lapassade).
(6) Como en ocasión de la intervención en Lovaina (cf más adelante).
Pero en Lovaina el fantasma preexistía a la llegada de los socioanalistas.

(7) También se hacía pagar después de la intervención en Pontachard


modestos emolumentoa. de "analizador" autoproclamado y legitimado
por el analista, quien le había concedido sus honorarios por adelantado:
400 F. De hecho, yo recibí 338 F, como lo muestra el recibo de pago pu-
'blicado con mi monografía. Pago que corresponde a la conferencia ante los
asistentes sociales. De la orden dirigida para la promoción de educadores,
no quedó huella.
(8) Algunos años más tarde, en Poitiers, me ocurrió lo mismo que a
Corten (tres meses después de la intervención en Pontachard). Y regresé,
como Corten, a Vincennes...
(9) Cf "Une intervention savammet ratée", en Sociologie A plein temps,
donde hago un informe de la intervención en el CPO.
(10) Empleo en este texto el concepto de familiarismo en una acepción
vecina a la de Mendel, pero con el acento puesto en la novela familiar de
la institución.
(11) Jean-Marie Geng, Censures, Ed. de l'Epi, 1975, p. 39 y 59.

(12) Marie Langer, "Psicoanálisis y política: vicisitudes del movimiento


psicoanalítico argentino", Clínica y análisis grupal, núm 1, Madrid, 1975.

(13) J.W. Makhaiski, Le socialisme des intelectuels, traducido y presenta-


do por Alexandre Skirda, Le Seuil, 1979.

198
EL SOCIOPSICOANALISIS INSTITUCIONAL*

PRIMERA PARTE: EL METODO: EL CONTEXTO

Aparecen en el título mismo de este texto, tres palabras: lo


social, el psicoanálisis y la institución.
¿Cómo los asociamos entre ellos~
En principio, el socio psicoanálisis como tal, articula dos
campos distintos: el del "hecho social" y el del "hecho psí-
quico individual". Propone que el hecho social posee su propia
lógica de funcionamiento y ésta es producto de las relaciones
de producción y las fuerzas de producción económicas. El
hecho psíquico individual está referido directamente a la
lógica del inconsciente.
El sociopsicoanálisis está lejos de ser, como lo creen todavía
algunos, una aplicación del psicoanálisis a la sociedad; es en
gran medida su exacto inverso.
Intenta, en efecto, comprender cómo el hecho social in-
terviene e influye sobre el hecho psíquico individual, compren-
dido el inconsciente. Cómo, por ejemplo, la sociedad patriarcal,
que conlleva una organización psíquica propia, paternal, in-
cluido el inconsciente, se agrieta desde hace muchos siglos
debido a la transformación, de origen económico, de las re-
laciones sociales tradicionales. O también cómo, en el caso del
adolescente contemporáneo, la "crisis generacional" sucede
progresivamente, y por las mismas razones, al clásico "con-
flicto generacional".
* Debo dar gracias aquí al Grupo Desgenettes (Jacky Beillerst, Mireille
Bitan, Gérard Lévy, Jean Fran~ois Moreau, Pbilippe Roman, Claire Rueff)
cuyas observaciones con respecto a este texto me han sido preciosas y han
facilitado su redacción definitiva.

201
actúan sobre su personalidad. Ya sea que esas fuerzas pro-
Una decena de libros, de La Révolte contre le Pere a La vengan de la infancia o lo hagan de la sociedad.
Chasse structurale o a Quand plus rien ne van de soi * -que Es pues, esencialmente, un método de toma de conciencia
es un intento de síntesis- buscan articular, en sus transfor- de estas fuerzas por los propios interesados. Y, con esta pers-
maciones respectivas, el hecho social y el hecho psíquico pectiva, la Institución se nos muestra como un lugar muy
individual. Incluso algunos de ellos representan tentativas de interesante, privilegiado en ciertas condiciones, para estas
reflexión acerca de las diversas implicaciones de dicha pers- tomas de conciencia.
pectiva. Pero todos, finalmente, desembocan, en cierta manera, En este texto, describiremos antes que nada un método
en una cuestión central: la del poder humano. y una práctica, así como la teorización, progresivamente mo-
Cuestión que se vuelve a encontrar infaltablemente en dificada, de esta práctica. Pero además, esta práctica y esta
todas las Rl'andes encrucijadas de la reflexión del ser humano teoría se apoyan sobre una teoría del poder, sin perjuicio
y de su desarrollo. de que también ciertos aspectos de ella se vean modificados:.
Por ejemplo, ¿para el niño hay alguna otra salida del mundo el acto humano es, pensamos, productor de poder. Y lo es,
arcaico y fantasmático de sus primeros años de vida que el ciertamente, a través de la maquinaria económico-política
desarrollo de cierto poder sobre sus actos? propia de cada sociedad y que en mayor o menor medida
Por ejemplo, ¿es posible que el adulto tome conciencia despoja al productor de ese poder.
de la lógica social así como de las contradicciones del hecho La Institución, aquí también, aparece como un Jugar pri-
social, sin que ejerza necesariamente cierto poder sobre sus ac- vilegiado para estudiar la producción, las desaprehensiones,
tos, que son, en este caso, actos sociales? Por lo demás estos los recubrimientos eventuales del poder producidos por los
actos sociales no son estrictamente individuales, sino producto actos humanos.
de la cooperación: de aquí surge el problema de la producción Es un lugar ni muy vasto, ni muy restringido y cuya innegable
colectiva de estos actos y sus modalidades, forzosamente unidad parece estar determinada por la fabricación, en su nivel,
colectivas también, de poder sobre sus actos. de un acto social global. El "objeto" producido puede ser, según
Por ejemplo,' y parece que esta es una cuestión antropoló- el caso, licenciados, enfermos curados, vehículos, etc.
gica bastante fundamental ¿un ser humano sin poder sobre
sus actos está o no mutilado? ¿El poder es o no "algo neutro" Intentamos construir, en Pour une autre societé, una teoría
que puede ser manejado por especialistas, sin consecuencias general del poder social en nuestra sociedad. Pero solamente
en una institución se puede estudiar experimentalmente esta
para la personalidad humana? problemática del poder. Las investigaciones, las intuiciones,
Pero si el sociopsicoanálisis alude a la articulación del hecho
social y del hecho psíquico individual ¿qué es lo que viene a las hipótesis de Pour une autre societé no han teQ.ido cierta-
mente el mismo grado de verificabilidad que la teoría local
añadir entonces el término "institucional"?
Digamos en principio que la palabra Institución la enten- del poder que el sociopsicoanálisis institucional intenta de-
sarrollar, colectivamente, a partir de su práctica.
demos por nuestra parte en el sentido de establecimiento
En el marco limitado del presente texto, hemos escogido
o de organización: un liceo, un dispensario, un centro de for-
hablar, antes que nada, de esta práctica, remitiendo al lector,
madores, un sindicato, una empresa ...
En el interior de la problemática general del psicoanálisis, en lo que concierne a la teoría, a un conjunto de publicaciones
que encontrará en la bibliografía final.
el sociopsicoallálisis institucional es una práctica colectiva,
ya no individual, que se desarrolló desde hace una decena Por ejemplo, no encontrará aquí la profundización de una
de años en francia y en el extranjero. Busca estudiar cómo reflexión acerca de las relaciones entre el psicoanálisis y el
"las personas", en el marco de sus actividades cotidianas, sociopsicoanálisis institucional. Relaciones que podríamos
esquematizar así:
pueden reflexionar por sí mismas acerca de las fuerzas que
el psicoanálisis permite, gracias a ciertas condiciones técnicas,
la elaboración individual de un material verbal y fantasmático
* Hay traducción al español de: La revuelta contra el Padre, Ed. Penín- aparecido en el curso de un proceso espontáneo y específico
sula, Barcelona. Para una lista más completa de la obra traducida de Men- de regresión;
del, cf. la bibliografía al final del artículo. (N. del T.)

203
202
nuestra sociedad. El sociopsicoanálisis logra por ello provocar,
el socio psicoanálisis institucional, en condiciones técnicas
poco o mucho, una reflexión crítica acerca de la organización
por completo diferentes, favorece la elaboración colectiva de
y las finalidades actuales de este trabajo, acerca de las posibles
un material verbal y fantasmático aparecido en el curso de un
o imposibles modificaciones en el marco de nuestra sociedad;
proceso espontáneo y específico de progresión.
es por tanto una reflexión sobre la sociedad misma, aun cuando
Pero podrá surgir, y con razón, la pregunta acerca del signi-
ninguna interpretación por parte nuestra se aparte de los marcos
ficado del término "progresión" ya que, a diferencia de la
regresión, que recorre el reverso de lo ya vivido, fantaseado, institucionales.
deseado, temido, etc., la progresión se adelanta esencialmente Esta toma de conciencia es inseparable ·de una prueba de
realidad donde surge la posibilidad, por lo menos, de querer
a través de lo no transitado, de la tierra virgen, en lo que no
modificar esta realidad, incluido el propio hacer. Así, prefe-
ha sido vivido o experimentado anteriormente.
Regresión que se sumerge en las profundidades de la perso- rimos decir tomar en conciencia, y no simplemente tomar
nalidad infantil; progresión que se adelanta hacia una perso- conciencia, en ·la medida. en que la conciencia de lo real y
nalidad social potencial, desplegándola ... A través de esto se ve su asunción son, aquí, inseparables.
claramente que si los instrumentos del psicoanálisis nos son La segunda parte tratará de las grandes generalidades que
necesarios para comprender el contenido y la forma de la re- conciernen a nuestro método. y la tercera parte intentará
gresión, el socio psicoanálisis institucional introduce al estudio ilustrar este método mediante el ejemplo de una interven-
de un campo diferente que concierne a la progresión de la ción en curso.
personalidad social.
Volvemos a encontrar, aquí, lo que más arriba escribíamos SEGUNDA PARTE: EL METODO: GENERALIDADES
a propósito de la cuestión antropológico-política fundamental:
¿un ser humano sin poder sobre sus actos es o no un hombre Grupos de encuentro, de creatividad, de expresión corporal
(bioenergfa, grito original, gestalt, etc.); grupos de relajamiento,
mutilado?
Si se nos permite valemos de nuestra práctica de los diez de evolución, grupos Balint, dinámica de grupos, psicoanálisis de
grupo; análisis llamado "institucional" en sus múltiples va-
últimos anos, podemos afirmar lo siguiente: en la medida
riantes, intervención en las Instituciones o con colectivos
en que, en una institución, los productores tienen menor
sociales (como el sociopsicoanálisis institucional), interven-
posibilidad de ejercer su poder sobre lo que hacen, más se
ciones psicosociológicas ...
hunden en formas psicoafectivas regresivas. Estas se expresarán
Una extraordinaria variedad de grupos cuando son a la vez
en el plano institucional en la forma de verdaderos "síntomas":
un número restringido y comportan un "monitor" o un "in-
conflictos interpersonales, "alergia" al trabajo, ausentismo,
terviniente" ...
turn-over, etc. Y, fenómeno no menos notable, a cada variedad de grupo
Luego entonces, o bien un no-poder, y la regresión cuya
corresponden notables diferencias sustanciales en el discurso
neutralización reclama, entre otras formas de represión, el
de los participantes. Diferencias y también algunas similitudes.
estrechamiento de una vigilancia que se multiplica; o bien
Entonces ¿cómo reconocerse en ellos? ¿Cómo intentar
un mayor poder sobre los actos. Una "progresión", por lo
situar, unas respecto de otras, estas diferentes prácticas, y
tanto, hacia el desarrollo de lo que denominamos la perso-
cuál podría bien ser una clave general de la lectura?
nalidad social o el "Yo (moi) de lo político". Un mayor
Tal vez sería posible construir esta clave a partir de tres ejes:
placer en el trabajo. Pero también límites que se alcanzan
con bastante rapidez en el ejercicio de este poder~ y que nuestra - en la medida en que la intervención se relaciona electiva-
mente con el cuerpo;
forma de sociedad impone.
Así, esta toma de conciencia de las realidades y su situación, -en la medida en que se relaciona electivamente con lo que
favorecida en los participantes por el socio psicoanálisis ins- denominamos psicofamiliar: es decir, lo que se conforma en
titucional, hace más vivo el deseo de implicarse en el trabajo, la personalidad individual durante la infancia y permanece
con la condición de trabajar diferentemente, algo que no es activo en el adulto con persistencia y en forma notable y que
fácil realizar y que no es incluso plenamente realizable en el psicoanálisis nos ha enseñado a conocer y reconocer;

205
204
- en la medida en que se relaciona .electivamente con la Interacción de la personalidad individual y de la sociedad
interacción de la personalidad individual y de la sociedad en
lo que esta última, en el sentido que le damos, comporta de En numerosos textos hemos desarrollado la tesis, no "orto-
dimensión y de lógica específicas. doxa", de que el psicoanálisis sólo permite el acceso en el
Añadamos que no basta, tampoco en estos dominios, querer adulto a esta parte de la personalidad que se conforma durante
para tener, y quien cree apuntar a esto corre el enorme riesgo la infancia. Emprender un psicoanálisis es inscribir, en las
de lograr lo otro, sin saberlo. condiciones de vida, una nueva infancia que modificará los
Como método y como práctica, y en relación con esta clave efectos de la primera.
de lectura, el psicosocioanálisis institucional* se presenta de Pero,
esta manera: - si el psicoanálisis sólo habla al adulto, del niño,
- se relaciona electivamente con la interacción de la per- - si no sabe nada específico del poder, de la sociedad, del
sonalidad individual y de la sociedad; trabajo, de la creación, la religión, la Historia, el porvenir,
- utiliza en su trabajo un proceso autónomo, es decir, un en sus respectivas especificidades,
proceso que bajo ciertas condiciones aparece y se desarrolla - y puesto que no cuenta con los implementos, ni con los
espontáneamente; conceptos para comprender lo que se produce de nuevo en la
- convoca potencialmente la presencia de dos colectivos; personalidad del adulto a partir del contacto con contradic-
en la relación entre el grupo psicosociológico (sp.) y el ciones de la vida social,
colectivo demandante, anticipa en gran medida una forma - entonces surge la pregunta: ¿cómo estudiar la personalidad
original de organización del trabajo; social en el adulto?
- esta nueva forma de organización del trabajo permite Pero existe ya una primera alternativa según la cual habría
el desarrollo del proceso autónomo y favorece así una toma una lógica propia de la sociedad, de orden politicoeconómica,
en conciencia que los propios participantes realizan de aquellos radicalmente diferente de la lógica del inconsciente, que inter-
elementos "inactuales" (psicofamiliares) y "actuales" (so- vendría en cada momento en la producción de la persorl.alidad
ciales) que, en su trabajo institucional cotidiano, reproducen social en el adulto y en el niño.
y producen su personalidad. Por supuesto, lo social no ha esperado al sociopsicoanálisis
Colocando en el centro de su práctica un proceso (autónomo) para intervenir en la vida psicoafectiva del adulto, así como
y un dispositivo (particular) de organización del trabajo, y no tampoco el inconsciente esperó el nacimiento del psicoanálisis
las cualidades intelectuales de algún colectivo o el "saber" para desarrollar sus efectos . . . Cada vez que nos damos cuenta
de cierto especialista o cierto profesional, ni tampoco su ser que la sociedad se ha edificado sobre y por el trabajo humano,
o su saber-hacer, el socioanálisis considera que su método de que las relaciones sociales se desarrollan entre adultos y a
es esencialmente no elitista: está hecho para todos, está puesto partir de relaciones de trabajo que no tienen nada de familiar,
al alcance de todos o casi todos. (1) Esto, en ciertas condiciones que las relaciones de explotación económica y de dominación
relativamente simples, pero estrictas. existen como poder, salimos, poco o mucho, aunque sea en el
Dicho de otra manera y más allá de la misma intervención, nivel consciente, de la esfera de la personalidad infantil.
queremos que al difundir ampliamente nuestros métodos En suma, el psicosocioanálisis, se plantea la cuestión de saber
y nuestros resultados, los colectivos institucionales aquí y cómo es posible que la vida psíquica no se encuentre gober-
allá puedan comprender mejor lo que viven en sus actividades nada totalmente por el principio de repetición. Y no deja de
cotidianas. asombrarse por estas dos particularidades del ser humano:
Por supuesto, todos estos puntos requieren que se los tome su plasticidad que le permite vivir en la edad adulta, durante
uno por uno para que se los precise. el psicoanálisis, una nueva infancia; y su capacidad, en el con-
tacto con el hecho social, de escapar al molde la infancia.
Pero más de lo que lo hace el hecho social en sí, son pro-
bablemente las contradicciones desgarradoras de la sociedad
* Utilizaremos en adelante la abreviación Sp. para "sociopsicoanálisis". las que rompen parcialmente en nosotros el molde psicofa-

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miliar de la infancia, a través de sucesivas crisis de identidad. zaclOn de la personalidad infantil: el nivel edípico o el nivel
Y, en la época moderna, entre más vivas están esas contradic- preedípico, arcaico. El conjunto de estos fantasmas, de estas
ciones, más aparece ante nuestros ojos la sociedad con su culpabilidades, de estas formas "regresivas" lo llamamos psico-
luz propia. Al menos hasta el momento en que una forma familiar. Porque las regresiones arcaicas mismas se organizan
más eficaz de la ideología dominante viene a ocultar esas igualmente, por completo, a partir y alrededor de imagos
contradicciones, como quisieron hacerlo el fascismo y el na- parentales, claro que su carácter específicamente "paternos"
zismo, por ejemplo, durante los años treinta. es mucho menos marcado que en el caso de las regresiones
Pero la existencia de intuiciones con respecto al hecho edípicas, pero ciertamente no consisten en una especie de
social y las tomas de conciencia parciales no proporcionan movimiento browniano de procesos primarios.
por sí solas el medio de un estudio sistemático del lazo, even- Lo que persiste de la infancia en el adulto no es fácilmente
tual, entre las contradicciones sociales y la producción de la reconocible, como tampoco es simple el estudio de la inte-
personalidad social. racción del individuo y la sociedad que se opera mediante
Para abreviar; por una parte tenemos, en el adulto, lo pro- el trabajo o la actividad social, porque vivimos en una sociedad
veniente de su infancia; y por otra parte, lo que por su actividad donde la división del trabajo se ha desarrollado de manera
social le viene de la sociedad. extrema y muy excesiva. (3) Y el problema que se plantea
En ambos casos las cosas no son seguramente simples. es el siguiente: ¿cómo, en una sociedad en la que el individuo
No es simple lo que corresponde a la infancia. Ya que, por no efectúa más que una "migaja" de irabajo, (4) en la que
supuesto, se piensa primeramente en la relación de dependencia sólo fabrica una parte de un "objeto" completo, le será po-
y desigualdad de naturaleza biológica entre el niño y el adulto: sible reconocer primeramente el lugar y el efecto de esta "mi-
no poseen, uno y otro, ni la misma fuerza física, ni las mismas gaja" de acto en el acto entero, en el objeto entero, para des-
posibilidades de realización, ni la misma experiencia_ Pero pués buscar, en un segundo momento, el lugar y el efecto
limitarse así a lo factual, incluso cuando la marca de los hechos de este acto entero en la sociedad, para estudiar finalmente
objetivos persiste imborrable en el adulto, sería dejarse atrapar cómo controlar eventualmente este efecto sobre la sociedad?
en las mismas trampas de las que, a pesar de sus aportaciones, Siempre teniendo como referencia este medium de la ac-
el culturalismo no ha sabido escapar. tividad social: ¿cómo podríamos percibir que la sociedad,
Porque en el momento mismo en que el niño percibía, tanto por la manera misma en que nos hace trabajar, fabrica nuestra
esta diferencia objetiva de edad, de medios físicos, de poderes personalidad mediante los mil detalles concretos de la organi-
sobre la realidad, como la diferencia biológica misma de los zación del trabajo, detalles que no son más que las relaciones
sexos, estas diferencias eran ya "desreales", "inactuales". En de producción capitalistas materializadas en el más mínimo
efecto, estos datos objetivos se hallaban ya, en esa época, de- gesto? (5)
formados, trasmutados, elaborados a través de toda una red Ahora bien, la relación entre la personalidad social y la socie-
fantasmática, incoll$ciente y consciente, de angustias y deseos, dad, parecería ser únicamente la articulación, en el nivel del
que el psicoanálisis, y sólo él, nos ha permitido conocer con acto social, de estos movimientos de sentido contrario: el mo-
precisión. Y esta red, o más bien estas redes fantasmáticas (2) vimiento del individuo hacia la sociedad, cuando busca contro-
aparecen como algo específicamente humano. lar el efecto de su acto sobre la sociedad, y el movimiento
No tenerlas en cuenta sería tan reductor como eliminar la de la sociedad que busca imponer de múltiples maneras -desde
influencia del hecho social. el salario hasta la estructura de la institución, desde la estruc-
Por lo demás, estas redes fantasmáticas las volvemos a encon- tura de las máquinas hasta el marco jurídico, (6) desde el cerco
trar en la práctica del Sp. institucional en las formas, reacti- de vigilancia hasta el reciclaje ideológico mediante el psico-
vas al proceso que se desarrolla, de fantasma de "familia unida" sociólogo, etc.-, sus formas de organización del trabajo, de-
o "fragmentada", de fantasma de "buenos" o "malos" padres o terminadas también por el modo de producción económica.
hijos, de fantasma de fratría, etc. Y así, según los movimientos Negar la existencia posible del primer movimiento, el del
colectivos de culpabilidad, aparecerán formas de "regresión" actor social, es caer en un economicismo exclusivo. Negar
que alcanzan cualquiera de los dos grandes niveles de organi- la existencia real del segundo movimiento, el del condicio-

209
208
namiento mental mediante el acto de trabajo, es caer en el Cada institución puede ser así considerada como un frag-
psicologismo exclusivo. mento especializado de la sociedad global. Especializada en la
Pero, también, conviene añadir inmediatamente que expre- confección de tal acto social global que realiza enteramente
sarse como lo acabamos de hacer es poner de golpe en primer por sí misma: la fabricación de automóviles, de licenciados,
plano el problema de las tomas en conciencia. (7) Porque de enfermos aliviados, de defensa de trabajadores por un sin-
el movimiento para lograr un control del efecto social del dicato o la transformación política de la sociedad por un
propio acto de trabajo no puede existir más que si es cons- partido.
ciente y deliberado. No es provocado por ningún automatismo, Detengámonos aquí por un instante:
sino que se inscribe al término de un encadenamiento de re- Aparentemente, lo acabamos de enunciar, si queremos es-
flexiones, de actos de oposición, de tomas en conciencia. A capar de una especie de insoluble cuadratura del círculo, no
diferencia de la personalidad del niño, la personalidad social podemos salimos del nivel psicofamiliar en el individuo, más
en el adulto no puede desarrollarse sino a través de fenómenos que descentrando la perspectiva: el centro ya no está en el
de tomas en conciencia. Esa ya es una diferencia considerable individuo, aun cuando sea él quien actúa, sino en el acto rea-
entre estas dos personalidades. lizado por el individuo. Porque es mediante este acto, por
Pero, entonces, si toda actividad se halla hoy apresada en la división del trabajo, por la organización del trabajo en el
la fragmentación de la división del trabajo, si nadie en nuestro nivel del acto mismo, como la lógica de lo social se transmite
tiempo -salvo tal vez el terrorista- puede fabricar, comple- al individuo.
tamente solo, un acto social global y entero, ¿cómo llegar a Dejemos ahí, por el momento, esta inversión de las perspec-
estudiar la relación entre el individuo y la sociedad, la acción tivas que consiste en afirmar que el acto social no gira en
del individuo frente a la sociedad y la acción de la sociedad tomo del individuo y que el individuo no es aquí el centro
en el individuo por la mediación de un acto social que no del mundo, sino que está definido por un movimiento dirigido
existe como acto individual? Estamos en efecto ante un pro- por el acto social.
blema que, planteado en esta forma, es tan insoluble como Volvamos más bien a nuestra sociedad en la que el individuo,
la cuadratura del círculo, y cuya dificultad es sin duda respon- y no hemos dejado de repetirlo, no realiza por su cuenta un
sable de la obstaculización de la reflexión acerca de la produc- acto completo; este acto global es la obra de numerosos in-
ción de la personalidad social. dividuos en el interior de una institución.
Es preciso entonces abandonar uno de los términos de la Así hemos pasado, primeramente, del individuo a su acto.
definición: o el cuadrado o el círculo. Lo que, aquí, en este Después, para alcanzar· este acto en nuestra sociedad, nos ha
problema preciso, significa nada menos que el acceso al pro- sido necesario pasar, inexcusablemente, a otro nivel:· el de
blema, ya sea a partir del concepto de individuo, ya sea a la Institución.
partir de la realidad del acto social. ¿Debemos centrar entonces nuestro interés en la Institución
global?
Donde se muestra que la personalidad social no puede ser Esa es una perspectiva que hemos, de entrada, descartado
individual desde 1971, diferenciándonos así de las diversas corrientes
de "análisis institucional".
Tomemos el ejemplo de la relación pedagógica: no es, o ya no En efecto, ya en ese tiempo nos parecía muy evidente que,
es, la de un preceptor y un alumno, sino que esta relación más por ejemplo, en un internado de adolescentes instalado por
compleja se establece en el seno de un establecimiento esco- decisión judicial, no era posible borrar las diferencias situacio-
lar entre los maestros, los alumnos y la administración. nales respectivas, en la Institución, del personal de servicio,
Un establecimiento escolar, un dispensario, un centro de de los educadores, de la administración de los adolescentes.
formación, una empresa, un sindicato, un partido político: Unos y otros tenían su propia experiencia institucional, sus
son otros tantos ejemplos de instituciones, en el sentido en deseos, sus proyectos, sus propios intereses. Lo mismo ocurre
que nosotros las entendemos: como establecimientos u or- en cualquier institución: los militantes de base de una sección
ganizaciones. sindical o política trabajan en cierto nivel loca!"de la sociedad

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global, disponen de cierto poder en el interior de su organi- en la fabricación de un acto global.
zación, disponen también de cierta información: todos estos En definitiva, la más pequeña unidad pertinente, en cuyo
son los elementos que se inscriben en un orden diferente para seno ni el individuo, ni lo social (con sus contradicciones) se
los militantes de base o los militantes profesionales en el nivel pierden y donde se puede operar su articulación, en el mo-
federal o nacional. Respecto de la empresa o la oficina, ya vimiento de sentido contrario del que ya hemos hablado más
en otro orden que está directamente conectado con la pro- arriba, no es la Institución en su totalidad, ni tampoco la
ducción económica y con lo que esto implica, la evidencia migaja individual del acto institucional, sino los diversos "frag-
de las diferencias institucionales es ahí todavía más inmedia- mentos" en los que se descompone el acto institucional, como
tamente sensible. efecto de la división social del trabajo. Fragmentos del acto
En resumen, si se quiere borrar el hecho situacional -social global sobre los cuales los individuos, al actuar en común habi-
por excelencia puesto que expresa la realidad encarnada en tualmente en este nivel, pueden tener una verdadera influencia.
la división técnica y jerárquica del trabajo en una determinada Desde 1971, hemos llamado clases institucionales, o "grupos
sociedad- se tendrá como resultado que la investigación es- homogéneos", a la reunión de individuos que actúan en estos
tará centrada ya sea en la Institución global, ya sea en los diferentes niveles: alumnos, maestros, personal de servicio,
individuos que en ella actúan. administración; militantes de una sección, Federación, ins-
En el primer caso, se abandonaría de entrada, lo acabamos tancias centrales, etc. (8)
de mostrar, una parte difícil de definir del hecho social mismo; Nos hemos encontrado, además, en la evolución de las di-
lo que se elimina en el segundo caso, volviendo al concepto ferentes corrientes del "análisis institucional" una especie
de individuo, es el acto social en su totalidad. de confirmación rápida y a contrario de nuestras ideas. Estos
La Institución, tomada globalmente como tal, imponía estric- practicantes, trabaja:1do en el nivel de la Institución global
tamente a quien se empalmaba sobre su manera social de ser, o bien de un conjunto heterogéneo de trabajadores en esta
su organización del trabajo, un modelo centralizado de ejer- Institución, deben decidirse por una de dos alternativas: o
cicio del poder, su ideología. bien adoptar el orden institucional, para confortarlo y con-
Desde este momento se ve lo que se ha evitado en este caso: vertirse entonces en el "lubricador", en el psicólogo tradicional:
las contradicciones inherentes al acto social. Trabajar con aquel que, ocurra lo que ocurra, aceita los goznes rechinantes,
toda la Institución es, se quiera o no, adoptar el sistema de adelgaza las resistencias; o bien, se rechaza ese orden, y es
valores a partir del cual ha sido construida. necesario entonces que se rechace el hecho institucional mismo,
Dicho de otra manera, en el acto global de la Institución se lo que reduce el trabajo, exclusivamente, al plano de la psi-
cristaliza de manera indivisible la lógica de nuestra sociedad: cología individual. De ahí surge la evolución de muchos prac-
lógica mercantil, jerárquica, etc. Cristalización que a su vez ticantes hacia la bioenergía, por ejemplo, y una perspectiva
se transmite de manera unidimensional, acontradictoria, a de destrucción, de estallamiento, de la Institución.
quienquiera que busque trabajar con este nivel global. Además, la experiencia nos confirmaba en nuestra elección
En el otro extremo del espectro, se puede, ciertamente, ver a priori mostrándonos que en este nivel micro-social mínimo
sólo en la institución a los individuos que trabajan en ella. -'-el del grupo homogéneo institucional- volvíamos a encon-
Pero volvemos a caer entonces en el caso que ha servido de trar el conjunto de las contradicciones sociales y psicológicas
ilustración, en donde lo que desaparece es el acto social. Sólo que ya no estaba asfixiado, aplastado por el armazón institucio-
queda un análisis psicológico, reductor, de los hechos insti- nal. El conjunto de las resistencias aplanadas, se reconstituía.
tucionales descritos en términos de proyecciones de deseos Este nivel institucional parecía muy bien ser el lugar privi-
a partir de escenificaciones individualizantes. Como la Asam- legiado, tanto para el estudio de la articulación entre la lógica
blea General, por ejemplo, que atomiza a los trabajadores in- de lo social (con sus contradicciones) y la lógica psicofamiliar
dividualizándolos, los despoja de su modo habitual de aso- (y sus contradicciones), como para el desarrollo de las tomas en
ciación y cooperación en el trabajo: sus equipos, sus talleres, conciencias por los propios participantes, de los diversos elemen-
etc. Una Asamblea General es una suma de individuos y no tos de su situación.
una combinatoria de puestos complementarios de trabajo El trabajo, la colectividad, la sociedad existen: no queremos

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ni negarlos en su realidad esencial, ni tampoco confortarlos en y que permiten separar, planteándolos en su especificidad, lo
las formas históricas que poseen actualmente. Era preciso enfren- que de otra manera estaría amalgamado. En efecto, el tiempo y
tar estas formas históricas en todas sus contradicciones internas, el espacio, la causalidad y el límite, la alteridad y el verdadero
ocultas habitualmente. Enfrentarlas y, en principio, favorecer aprendizaje, sólo se despliegan con la capacidad de integrar en
su descubrimiento y su asunción. Porque ellas y sólo ellas, nos profundidad y en todas sus ramificaciones e implicaciones esta
parecen susceptibles de desarrollar la aspiración al cambio y las doble diferencia de los sexos y de las generaciones.
fuerzas de cambio en los actores sociales. ¿Se trata entonces de freudo-marxismo o de marxo-freudis-
Estamos aquí ante otra prueba a contrario: por lo que sabe- mo? Ninguno de ambos, ya que nunca hemos buscado articular
mos, todas las formas de organización del trabajo en Estados la obra· de Marx y la de Freud. Sino lo que hemos intentado,
Unidos amalgamaban constantemente muchos niveles de divi- en forma muy diferente, es el desarrollo de una práctica en un
sión del trabajo o, por lo menos, procedían de tal manera que campo nuevo. La construcción de los límites de ese campo, así
en ningún nivel hubiera reuniones en las que no estuvieran como la interpretación de los hechos asimilados en esta práctica
miembros o delegados de otro nivel. Como que, por la enorme sólo eran concebibles, en el sentido que les dábamos, teniendo
cantidad de experiencia empírica acumulada, los psicólogos en cuenta las obras de Marx y Freud. El lugar institucional, en
americanos tenían la clara idea de que estas amalgamas represen- efecto, está penetrado por todos lados por psi (por el individuo)
taban el medio para evitar los problemas de poder que fueran y por lo social (a través del trabajo). Pero las leyes de funciona-
planteados. Por nuestra parte, la experiencia nos había enseñado miento de este lugar, de este locus, no pueden ser simplemente
que bastaba con frecuencia un solo representante de otra clase deducidas de lo psi, ni de lo social, ni de Marx, ni de Freud: son
institucional para bloquear el proceso que, sin eso, se hubiera específicas y por tanto deben ser reconocidas en el interior de
desarrollado espontáneamente. (9) una práctica qu~ es también particular.
¿Qué proceso? Tuvimos la gran suerte de que esta elección a priori y volun-
tarista -"No trabajaremos con el conjunto de la Institución, ni
La intervención Sp., es llevada por un proceso autónomo con un conjunto heterogéneo de miembros, sino con una clase
institucional"- respondiera, lo que habríamos de descubir con
Las más diversas razones nos condujeron desde 1969 -la bastante rapidez, a un proceso que se desarrolla espontáneamen-
práctica sólo se pudo iniciar en 1971- a este a priori: traba- te entre los participantes. Espontáneamente, siempre y cuando:
jar con un solo "nivel" de las Instituciones. - ningún miembro de otros niveles esté presente,
Había ciertamente dos argumentos decisivos para nosotros: - los participantes se reúnan regularmente,
respetar las diferentes experiencias que resultaban de una posi- - hablen de su trabajo, en sus aspectos concretos y más coti-
ción diferente en el interior de la Institución, favorecer el desa- dianos.
rrollo, las tomas en conciencia lo más apegadas a la dirección Alertados por la repetición de ciertos temas y movimientos
del acto social concreto, aquel cuyo nacimiento se produce durante las intervenciones, hemos investigado, además, si estos
entre las manos, la cabeza y la colaboración cotidiana. temas y movimientos se producían igualmente en nuestra ausen-
Pero en segundo plano, jugaron su papel algunos elementos cia, cuando se cumplían las condiciones arriba citadas. Porque,
provenientes de las obras de Marx y de Freud y que, de hecho, en este caso, nuestra hipótesis de trabajo original se habría abier-
tenían bastante poco que hacer aquí, cuando menos directa- to hacia un conocimiento de cierto proceso micro social comple-
mente, salvo lo que se refiere a la negación de las amalgamas. tamente independiente de nosotros.
Por ejemplo: la voluntad en Marx de diferenciar las clases socia- Es muy posible que así sea, como parecen testimoniarlo cier-
les, o la preocupación de Freud por ofrecer seguridad en la to número de hechos que hemos podido registrar y que no deja-
"cura" con respecto a la diferencia de generaciones (nada hará rán de tene:l"resonancia en el propio lector si está dispuesto a
que los padres no hayan precedido a los niños en el tiempo) y rememorar ciertas experiencias que él mismo ha podido atravesar.
la diferencia de sexos (nada hará que los niños no nazcan de La existencia de un proceso autónomo como éste nos parece
padres de diferente sexo), diferencias que se abren hacia la di- tan importante que quisiéramos dar aquí tres rápidas ilustracio-
mensión antipsicotizante de lo real psíquico y psicofamiliar, nes.

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reunión donde sólo participaran jefes de servicio fue autorizada
Primera ilustración: uno de nosotros asiste, como observador desde entonces.
anónimo, a la creación, durante el movimiento de las elecciones Conclusión: aquí también se trataba de un grupo homogéneo
presidenciales de 74, de una Sección (geográfica) de un partido institucional. . . reflexión colectiva acerca del acto institucional
político (de izquierda) cuyos miembros son todos nuevos (una específico en este nivel de la división del trabajo ... movimiento
docena). Primera interrogación colectiva: ¿Qué es lo que somos de recuperación del poder sobre ese acto y que se halla dirigido
nosotros en el partido? Dicho de otra manera: la búsqueda de hacia la instancia jerárquica superior (los "proyectos").
una identidad. Unos y otros intentan dibujar en el pizarrón el Finalmente se podrá leer este último ejemplo en Sociopsycha-
organigrama del Partido. El resultado que se obtuvo después naIyse 5, p. 220 y siguientes, donde se incluye además una ilus-
de dos horas de elaboración colectiva, abordando en particular tración de lo que hemos descrito como el movimiento de
el tema de los diferentes aspectos posibles de una actividad mili- culpabilidad reactiva ante el hecho de manifestar tales actos de
tante local fue: "¿Cuál es en resumen nuestro poder en el Parti- recuperación de poder. De culpabilidad: ya que el riesgo objeti-
do?" Y la conclusión: la Sección vota una moción que eleva al vo, en el ejemplo descrito que alude a una reunión de una parte
nivel superior: la instancia departamental, solicitándole que la del personal de una empresa, era nulo. Pero este ejemplo y esta
haga circular entre las otras Secciones del departamento. ilustración, si tienen el mérito de la espontaneidad, es decir, de
Aquí tenemos un ejemplo típico de emergencia espontánea aparecer fuera de toda intervención Sp., son seguramente más
del proceso del que queremos hablar. Un "nivel" se reúne, solo. complejos que en los dos primeros ejemplos, en la medida en
Nace entonces el tema de su acto específico: militar localmen- que ponen en juego muchos grupos homogéneos, aun cuando
te. Viene después el tema: ¿cuál es nuestro poder sobre nuestro éstos se sitúen en un mismo nivel jerárquico. Volveremos a
acto en la Institución-Partido? Y, finalmente, un acto se produ- encontrar más adelante este tema fundamental de la culpabi-
ce (la moción) que es exactamente un movimie¡:lto de recupera- lidad reactiva ante el hecho de un poder colectivo.
ción de poder hacia el "nivel" superior (departamental).
Segunda ilustración: en una empresa muy grande, un direc-
La especificidad de este proceso
tor, descontento por la incapacidad de sus jefes de servicio
para "hacer proyectos", decide hacerlos participar en un semina-
Nos parece que la fuerza de este proceso se debe a que, en su
rio animado por un psicosociólogo. El objetivo: enseñarlos a
nivel, se opera la articulación privilegiada -algo buscado duran-
conducir una acción en el tiempo.
te largo tiempo por tantos autores, pero en un plano abstracto-
Como se trata de un grupo "homogéneo", el psicosociólogo,
entre la lógica de lo social y la lógica psicoafectiva individual.
que tiene conocimiento de nuestros textos, considera que sería
Hemos dicho bien: articulación. Y no mezcla. Puesto que en
tal vez más ventajoso que los participantes trabajen solos, es
un primer momento emerge la reflexión colectiva espontánea
decir, sin su presencia. Se compromete a pasar con ellos la últi-
acerca del acto colectivo, reflexión seguida de un movimiento
ma hora de cada jornada, con el fin de escucharlos. De esta ma-
de recuperación de poder dirigida hacia lo alto. Y es solamente
nera llega a notar que durante el curso de estas breves reuniones,
en un segundo momento cuando aparece la culpabilidad, ante
sin que él intervenga prácticamente, se manifiesta en los jefes
de servicio un placer evidente al debatir las cuestiones relativas esta reflexión y este movimiento, en la medida en que (cuando
a su trabajo cotidiano y la seriedad con la que han elaborado menos esa es nuestra interpretación) este "alto" es vivido in-
cierto número de proyectos que, además, han sido redactados conscientemente como una imagen parental.
por ellos mismos: en particular, proyectos concernientes a sus Cierto número de obstáculos, que examinaremos, pueden
relaciones con la dirección general. Además, ellos expresan, al además bloquear la reflexión y el movimiento colectivos: cul-
terminar la etapa, el deseo de poder reunirse de nuevo de la pabilidades particularmente fuertes, individualismos exacerba-
misma manera, es decir, sin la presencia del director. dos, percepción de una imposibilidad objetiva de manifestar un
Las consecuencias prácticas fueron que el psicosociólogo, que acto de poder institucional sin graves riesgos, etc.
conducía regularmente los seminarios de la manera clásica des- Volvamos a la imagen de la articulación. El término no debe
de hacía varios años en esta empresa, no fue llamado a partir de engañar: no se trata de un emplazamiento, de un topos que
entonces. Y que, según lo que pudo averiguar, ninguna otra podría ser el objeto de una descripción formal. Se trata más

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bien de un lugar de pasaje para los movimientos, los juegos de pecie de contrapeso para la fuerza del pasado psicofamiliar en
fuerzas en acción. Yen acción en dos sentidos: cada individuo. Mientras que si un individuo permanece reduci-
En el sentido de lo social (y su lógica) hacia el individuo. do a sí mismo, se halla, al margen de donde pueda encontrarse,
En el sentido del individuo (y su lógica) que reacciona ante atrapado por su pasado y condenado a vivir el presente en tér-
lo social. minos de pasado. (11)
Lo que especifica este nivel de una división del trabajo en El colectivo de trabajo, bajo la presión y en el marco preci-
la Institución, sea cual sea el nombre que se le dé -nosotros so del fragmento del acto completo por realizar, va a ponerse
lo llamamos tanto "grupo homogéneo" como "clase institu- a pen~r y a actuar, progresivamente, como un conjunto unita-
cional"-, es que constituye, parece ser, la más pequeña unidad rio, y es ahí mismo donde comienza a tomar cuerpo lo que noso-
psicosocial pertinente, la unidad psicosocial de base, podríamos tros llamamos la personalidad social, quedando claro, lo hemos
decir. Mientras que la unidad social de base es la Institución; visto ya, que la personalidad social no se desarrolla en este co-
y la unidad psicofamiliar se halla, por su parte, manifestada por lectivo, sino en las relaciones de poder de este último con los
el individuo. (10) otros colectivos de la Institución.
Particularidad psicosocial que se debe, no a las características Por otro lado, y tal vez en relación con este último punto,
psicológicas individuales o de grupo, sino, volvamos a repetirlo, el colectivo también va a reaccionar, lo veremos más adelante,
a que los seres humanos fabrican en este nivel, por la división como un solo individuo psicofamiliar. El ejemplo más típico
técnica del trabajo, el más pequeño fragmento social y social- y que examinaremos con más detalle en la tercera parte, es el
mente identificable del acto institucional global. En un liceo, de la fisura repartida, difundida, en todo el colectivo: mientras
un alumno, en calidad de acto social de trabajo, no es nada a una parte de este último asume los deseos de poder sobre el
diferencia de los alumnos de una clase o bien del conjunto de acto, otra parte del grupo expresa los miedos y las defensas ante
los alumnos de un establecimiento. Lo mismo ocurre con los estos deseos.
maestros y con el personal de servicio o con la Administración. A partir del conjunto de estas contradicciones, y únicamente
Lo que aquí queremos significar es que, por ejemplo, la ausen- gracias a ellas, serán posibles las tomas en conciencia más o me-
cia de un alumno, de un maestro, etc. no detiene la marcha del nos extendidas, tanto sobre el plano "inactual" (los "superiores"
establecimiento. Si un liceo es una entidad social y si los maes- vividos como padres, las culpabilidades, etc.) como sobre el
tros o los alumnos representan, por la división social del trabajo, plano "actual": la situación actual del colectivo en la Institu-
una parte unitaria de esta entidad social, un solo alumno o un ción, sus posibilidades de acción y en particular respecto de otros
solo maestro no constituyen entidades o partes unitarias de en- colectivos.
tidades, socialmente pertinentes por sí mismas. Su existencia Estas tomas en conciencia, desde ese momento, incluyen, con
individual, cuya realidad no es algo que se pueda negar, se sitúa la consideración de la existencia de otros colectivos, la perspec-
de otra manera. tiva según la cual el propio grupo no es el único que fabrica el
De otra manera y no en otro lugar, ya que esta unidad social acto global institucional y no podría, ni remotamente, fabri-
de base, por el hecho de que los trabajadores que comporta son carlo solo. Aceptando la necesidad de la existencia de otros co-
evidentemente seres humanos y no máquinas o robots, debe lectivos en la Institución, el grupo se identifica en cierta manera
integrar en el mismo nivel, una suma de unidades de base psico- con la Institución en funcionamiento. Por eso, lo que era sólo
familiares, es decir, los individuos en su psicología resultante un "nivel" parcial de la Institución integra esta característica
de la infancia. formal de la Institución: producir un acto social completo.
De este encuentro entre dos series de unidades de base -la Estas tomas en conciencia de la realidad institucional actual
unidad social de base y la unidad de base psicofamiliar- que son constituyentes y constitutivas de lo que llamamos "perso-
pertenecen a dos órdenes heterogéneos, el orden social y el nalidad social adulta".
orden psicológico, nacen muchos fenómenos: Una doble diferencia existe, entonces, con respecto a lo que es
En principio, y a partir de la suma en el colectivo institucio- la producción de la personalidad psicofamiliar durante la infancia:
nal de la misma experiencia cotidiana proveniente de una situa- - no hay desarrollo de la personalidad social sin tomas en
ción de trabajo idéntica en la Institución, se desarrolla una es- conciencia,

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- estas tomas en conciencia están, ellas mismas, ligadas estre- Nouvelle Revue de Psychanalyse, en el número 8 consagrado
chamente a un fragmento del acto social institucional realizado precisamente a los "poderes".
en forma directa, no existe pues personalidad social individual, Pero entonces, a causa de esa negación, hay "algo" que desa-
aun cuando, por supuesto, la producción y el desarrollo de esta parece.
personalidad social en el colectivo permanezcan como algo se- Porque aquí, por su acto social colectivo, por su acto de fa-
cundariamente adquirido en el individuo que forma parte del bricación, de producción, de cooperación, de organización y
mencionado colectivo. que desemboca en un "fabricado", en un "producto" que con-
Estos últimos puntos permiten esclarecer un fenómeno al que tribuye a transformar la materia del mundo, cada quien parti-
en apariencia no se le ha dado la importancia que merece: que cipa en otra categoría además de la de lo imaginario, y es la de
el desarrollo de la personalidad de cada uno se constituye, cier- la producción social, categoría a la cual el psicoanálisis no tiene
tamente, mediante identificaciones a individuos, pero igualmente acceso.
a través de actividades en el seno de pequeños colectivos insti- Una categoría que se sitúa más allá de la del fantasma o de
tucionales con sus semejantes: en una clase, en la escuela, en lo imaginado, y donde el individuo no se encuentra incluido
un equipo deportivo, en un pelotón o en un dormitorio del solamente en la relación hijo/padre; una categoría donde él
ejército, en un taller, en una sección sindical, en una agrupa- es un adulto productor en el seno de cierta organización del
ción, etc. trabajo, en cierto tipo de relaciones de producción y en cierta
sociedad. Claro que con un primer plano inconsciente; pero la
Interpretación teórica del proceso realidad interior y la realidad exterior se oponen aquí punto por
. punto: no, la Institución no es una gran familia; no, los supe-
Hemos podido ver, gracias a diferentes ejemplos, que en ciertas riores no son los padres; no, los compañeros no son niños o her-
condiciones que son en suma muy simples de cumplir, un colec- manos; no, el riesgo que se corre en el enfrentamiento con los
tivo institucional desarrollaba espontáneamente una interroga- "superiores" no es la pérdida del amor, la castración, la frag-
ción acerca de su poder en la institución. mentación o la aniquilación, etc.
Una interrogación que nacía de una reflexión acerca del lu- En una palabra, las dificultades que se oponen a la realiza-
gar, el sentido, el devenir de su acto parcial en el seno del acto ción de cierto deseo de poder, de control, de dominio sobre
global institucional: un "¿para qué servimos aquí?" y que se los propios actos no provienen ~olamente- de los "padres",
desarrollaba a través de movimientos concernientes al poder incluso interiorizados, sino derivan:
que sobre ese acto parcial poseen, esencialmente, otros: "¿Cuál - del hecho de la necesaria y siempre difícil cooperación en
es nuestro poder sobre lo que hacemos aquí, qué poder tenemos la realización colectiva, en el seno de su grupo homogéneo, del
para organizar el trabajo, nuestra actividad, por nosotros mis- acto parcial institucional;
mos?" Movimientos que toman en cuenta la realidad, la necesi- - del hecho de cierto tipo de organización del trabajo que, al
dad o la no necesidad de los otros colectivos o instancias insti- dividir el acto institucional global de una manera particular y
tucionales. recomponiéndolo de una manera igualmente particular, contri-
Aquí se sitúa una de las diferencias radicales con el psicoaná- buye a darse la posibilidad de captar el poder que se encuentra
lisis, ya sea individual o institucional. (12) en las manos mismas de los productores, en el detalle de su ac-
En efecto, con respecto a este tema del poder, el psicoaná- tividad;
lisis, en lo que le concierne, favorece el hecho de poner al des- - del hecho de que cierta sociedad, de que cierto sistema
cubierto los fantasmas inconscientes en relación con el acto económico ha originado las particularidades de esta división
de trabajo: fantasmas de poder o de castración, si se trata del y esta organización del trabajo.
nivel edípico; o fantasmas de omnipotencia o de aniquilación, Por supuesto, es muy frecuente que el conjunto de los pro-
si se trata de un nivel más arcaico. blemas locales de la realidad institucional no sean verbalizados
y estaría en este caso en su más estricto derecho, ya que su y tratados conscientemente en un nivel adecuado por parte de
metodología propia procede por una negación de lo real exter- los productores, ya se trate de los efectos de la división del tra-
no actual. "Todo poder es imaginario ... ", como se dice en la bajo o de la organización del trabajo, de la ideología social o

221
220
de la ausencia de modelos alternativos de cooperación, o de la adulta y marcando la fuerza de los esquemas provenientes de
relación problemática entre los diversos colectivos de la Ins- la infancia es posible observar que cada vez que esta progresión
titución, etc. Pero, en este caso, en la ausencia de una toma en se realiza, se halla siempre seguida de un sentimiento de culpa-
conciencia, estos problemas son asimilados por los actores bilidad que toma las formas variadas de las que ya hemos habla-
institucionales sin el pleno contrapeso de la realidad exterior. do (tensión interindividual, división de los colectivos, etc.).
Es decir, que son vividos en una apariencia desreal, con una
perspectiva que no coincide con la realidad actual. En una ¿Hay algo que la intervención Sp. añada a este proceso?
palabra: con la apariencia del pasado. Y esto, de una manera
principalmente inconsciente. Por esta razón no se trata de fan- Si este proceso autónomo de "progresión" existe por sí mismo,
tasmas psicofamiliares aprehendidos y expresados explícita- ¿porqué entonces añadirle el dispositivo de intervención Sp.?
mente, sino de un efecto indirecto y no consciente de estos La respuesta es que si este proceso aparece cada vez que un
fantasmas en el interior de lo colectivo: tensiones interindivi- colectivo homogéneo en una Institución se reúne solo, única-
duales, división del grupo, sentimientos de culpabilidad, malestar mente puede desarrollarse en forma verdadera en relación, por
general, angustia vaga, renuncia al deseo de poder o bien un lo menos -o más bien, sin duda-, con otros colectivos de la
retroceso: sentimientos depresivos, vivencia de fragmentación misma Institución. Lo que llamamos política institucional son
de lo colectivo ... relaciones de poder entre colectivos y no en el interior de un
Llamamos "progresión" todo lo que se desarrolla en el senti- colectivo.
do de una verbalización, de una toma en conciencia, de un in- Dicho de otra manera, el desarrollo de la personalidad social
tento de encontrar en el nivel de realidad adecuado soluciones en el interior de un colectivo institucional aparece como reacti-
institucionales a los problemas actuales perseguidos. Y llamamos vo, secundario, con respecto a la relación entre estos colectivos.
"regresión" -regresión de lo político a lo psicofamiliar- un mo- En suma, la personalidad infantil se desarrolla fuera de toda
vimiento marcado por la prevalencia de sentimientos o de fan- toma de conciencia (las identificaciones y el proceso de madu-
tasmas inactuales, desreales en la situación presente y cuyo pago ración son inconscientes), y su portador es el individuo. Mientras
será confirmar a los autores sociales en un statu quo de lo más que la personalidad social --en el adulto o en el niño- sólo se
conservador. Si el homo faber retrocede ante la problemática desarrolla mediante las tomas en conciencia; y su portador, lo
del efecto de su acto, si retrocede ante el poder de su acto, si hemos dicho ya, no es el individuo, ni siquiera el grupo homo-
retrocede ante el Nuevo Mundo que se abre tan pronto franquea géneo institucional, sino las relaciones de funcionamiento de los
el umbral de la Casa del Padre, no tiene ninguna otra alternativa poderes entre los grupos homogéneos.
que volver a ser un niño frente a falsos padres a quienes regala La experiencia de estos diez últimos años nos muestra, en
el pedazo de destino al que le ha dado derecho su existencia y efecto, con la excepción de un solo colectivo, que si la Institu-
su actividad. Avanzar o retroceder es, en lo concerniente a la ción está atomizada en individuos o que si los otros diferentes
personalidad social, la versión apropiada de "ser o no ser". colectivos potenciales están imbricados, mezclados, este colecti-
En el caso de esta derivación de lo político -lo político en el vo, particularmente, no podrá superar, aun en las mejores con-
sentido de relaciones de poder entre colectivos institucionales- diciones, el estadio de un consenso mínimo entre sus miembros:
a lo psicofamiliar, la travesía de la articulación entre la perso- continuamente, las inevitables tensiones institucionales vendrán
nalidad social en el adulto y la personalidad infantil es en el a sobrecargar las relaciones interpersonales introduciendo con-
sentido de una regresión, si se adopta nuestro esquema teórico. flictos y estallamientos.
En el caso en que el proceso de aparición del deseo colectivo Volvemos a encontrar aquí, y por segunda vez, la cuestión
de poder sobre los propios actos se desarrolle y se exprese ac- de la "organización del trabajo" (OT).
tivamente, testimoniando la inscripción de los productores en La primera vez, se trataba del hecho de que la OT actual
el nivel actual, institucional, social, hablamos de travesía de la permite sólo muy excepcionalmente que un colectivo homogé-
articulación entre personalidad infantil y personalidad social -neo se reúna solo y regularmente en una Institución. Ahora bien,
en el adulto en el sentido de una progresión. esta es, sin embargo, la condición sine qua non de la emergencia
Ligando indisolublemente estas dos partes de la personalidad de este proceso a partir de la cual pueden aparecer cierto núme-

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ro de tomas en conciencia que definen la personalidad social. - los intervinientes sucesivos;
La segunda vez, acabamos de hablar de ella, se trata del pro- - un registro "en partida doble": del discurso de las sesiones
blema de la pluralidad de colectivos homogéneos que mantie- de intervención y del discurso del grupo Sp. después de la escu-
nen relaciones de poder entre ellos. En dos años casi nunca cha de las sesiones de este doble registro. Ello permite, en este
hemos encontrado este modelo de funcionamiento. Las Asam- último caso, una reflexión sobre el conjunto de los dos materia-
bleas Generales, forma que ya no es muy frecuente, remiten a les, reflexión que, a su término, se aplicará a la búsqueda de los
los miembros de los distintos niveles de trabajo a una posición efectos en paralelo o por resonancia;
de individualidad; en lo que respecta a las reuniones de delega- - y finalmente, lo "dicho" de los intervinientes.
dos, incluso cuando estos últimos son revocables en cualquier Indicaremos aquí, solamente, las grandes líneas metodológi-
momento, rompen la unidad de los colectivos homogéneos al cas, (13) pero en un orden diferente al desplegado arriba.
introducir una ruptura funcional, una heterogeneidad de expe-
riencia entre delegados y delegan tes.
Los interVinientes sucesivos
Esta ausencia de un modelo espontáneo de "funcionamiento
coordinado" entre los niveles de la división del trabajo en una
Institución nos hace palpar cómo, en esta última, la lógica de Sólo progresivamente llegamos a la introducción de muchos in-
lo social está directamente activa, presente. Un lazo evidente y tervinientes. No en la misma sesión, como lo creen todavía algu-
estrecho existe, en efecto, entre la lógica economicopolítica nos, sino en la forma de cuatro o cinco intervinientes que parti-
de nuestra sociedad y su modelo de organización del trabajo. cipan en una misma intervención, la cual se desarrollará a razón
Tomas en conciencia, desarrollo de -la "personalidad social" de dos sesiones mensuales hasta completar 12 o 15: el mismo
en el adulto: aparentemente es posible pensar, con toda la bue- interviniente, solo durante la sesión, reaparecerá pues tres o
na fe, que se está en presencia de un campo "psicológico", cuatro veces durante la intervención.
incluso del campo de lo que se ha llamado, por una extrapola- Así, los participantes se podrán identificar individualmente
ción abusiva tanto de lo individual como de lo social, la "psico- con el interviniente, se sentirán confirmados en sus derechos
logía social". Pero cuando decimos que la emergencia y el desa- a una identidad en su calidad de individuos.
rrollo de esta "psicología" no se sitúa de ninguna manera en el Pero, también, el colectivo institucional va a proyectar, como
nivel del individuo y que, además, están estrictamente predeter- colectivo, cierto número de aspiraciones y de fantasmas sobre
minadas por las formas de organización del trabajo en la Insti- el grupo Sp. cuya realidad, funcionamiento y presencia se mani-
tución, señalamos por ello que tenemos a la vista una catego- fiestan de manera evidente por el hecho de que los intervinien-
ría de la personalidad completamente diferente que aquella tes sucesivos aparecen perfectamente informados del material
en la que se interesa la psicología tradicional, ya sea de inspi- de las sesiones precedentes.
ración psicoanalítica, ya sea de coloración social. El colectivo institucional atribuirá así, al grupo Sp., lo que es
Es solamente en ese marco donde se puede ubicar la inter- su propia aspiración más o menos consciente: lograr un mejor
vención Sp. funcionamiento de equipo. Igualmente, en un primer tiempo
En efecto, el grupo Sp. va a jugar, durante el tiempo de la desplazará, casi constantemente, hacia el grupo Sp. una segunda
intervención, el rol de un colectivo homogéneo empalmado aspiración, también más o menos consciente: la aspiración de
sobre la clase institucional y habrá de permitir así el desarrollo recuperar el poder sobre su acto; en un primer tiempo no se
del proceso autónomo. En una palabra, el grupo Sp. antiCipa tratará del acto profesional, sino del acto de la intervención.
temporalmente "otro" modelo de organización del trabajo. ¿Por qué estas dos aspiraciones no son conscientes o lo son
apenas? No es por una "represión" en el sentido freudiano del
El rol del grupo Sp. término. Es porque las circunstancias institucionales y sociales
nunca han permitido que estas aspiraciones se desarrollen. ¿Des-
Su rol se realiza a través de cierto número de elementos del de dónde, surgirá entonces la pregunta, desde qué lugar, de qué
dispositivo montado: existencia anterior y latente,hasta ese momento, pueden ad-
-- la negación previa; quirir su existencia tales aspiraciones, tales necesidades de poder?

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¿Se trataría entonces de una esencia que precedería a la existen- La negación previa
cia, de un nuevo idealismo?
Esta interrogación apela a desarrollos intentados en otro Este es un momento esencial, ya que permitirá, durante la in-
lugar, (14) pero que aquí no tienen cabida. Sin embargo, no tervención, el descubrimiento de los movimientos, en particular
parece pertinente evitarlos totalmente. Resumidamente: de poder, dirigidos hacia el grupo Sp.
Primero: Sea cual fuere la validez de nuestra respuesta o de Esta negociación rija el marco de la intervención.
nuestras hipótesis, "ello no impide su existencia". En efecto, Respetar la clase institucional consiste, en particular, en no
las dos aspiraciones colectivas que acabamos de ennumerar permitirle, con el pretexto de un pseudoigualitarismo, el acceso
aparecen y se desarrollan cada vez que el dispositivo ha sido directo al material de lo "intragrupo Sp". Esto se hace con el
instalado. Segundo: formulamos la hipótesis de que, en el niño, fin de permitirle hacer por sí mismo su propio camino que es
hubo una confirmación del poder, relativo, de su acto individual el punto verdaderamente importante de la intervención. Más
sobre el entorno, y que ocurrió, por la presión de la educación, importaría, en última instancia, el proceso que se produjera
una separación entre el acto, reconocido permanentemente (pero es algo imposible), si el segundo pudiera separarse total-
como tal por el niño, y el poder sobre ese acto, delegado, mente del primero. Es precisamente a partir de su "no saber"
atribuido a los padres, a los adultos: "el mundo pertenece a -así lo expresó hace algunos años el grupo Sp. de La Rochelle-
los Grandes". Pero bajo esta separación-mutilación, (a la que cómo la clase debe elaborar sus tomas en conciencia a partir
suceden las identificaciones secundarias y la formación del de una elaboración colectiva. Este término de "toma en concien-
superyó) persiste el deseo original de recuperar el poder sobre cia" debe ser tomado en el sentido fuerte del término y no co-
el acto individual. Tercero: la naturaleza social del ser humano, mo un simple almacenamiento de información.
constituida originalmente a partir de actos colectivos e interio- A partir de este momento, toda información excesiva, toda
rizada en cada generación por cierto número de aprendizajes pseudoigualdad serían, de hecho, una manipulación o una
sociales, como el del lenguaje. Esta naturaleza social se expre- especie de proposición de un modelo que habría que calcar.
sará, particularmente, mediante un "deseo" de actividad o de Un colectivo o un individuo que atraviesa una crisis de identi-
juego en un colectivo pequeño, un "deseo de equipo", un nos- dad tiene una gran tendencia a asimilarse a cualquier armadura
tálgico "espíritu de equipo", una pulsión que impulsa a ir a ideológica que se le ofrezca. Es sabido que ese es el principio
reunirse con la "banda". Cuarto: al encuentro de este "deseo de todo "lavado de cerebro".
de equipo" viene el acto social realizado en la Institución y, La negociación previa está conformada por los términos de
primeramente, este fragmento de acto cuyo carácter unitario un contrato muy preciso efectuado entre el grupo Sp. y la clase:
se afirma, por el discurso de lo colectivo, a medida que pasan duración y ritmo de las sesiones, dinero, si hay dinero de por
las sesiones de la intervención. Quinto: la existencia de otro medio, (15) publicación (anónima) eventual, información dada
colectivo juega un rol muy importante -en este caso el grupo y de acuerdo con la cual no se realizará ninguna interpretación
Sp.- pero podría ser, "debería" ser, cualquier otro colectivo referente a las psicologías individuales, el material que se quiere:
institucional. Ocurre como si dos entidades específicas de espe- la actividad institucional en sus aspectos concretos ...
cies diferentes, formas de dos "géneros" distintos, coexistieran ¿Cuáles son, de hecho, las diferencias entre ambos colectivos?
en cada individuo: la especie individuo y la especie equipo. Una El grupo Sp. posee una mayor experiencia del proceso que se
legitimación de la identidad de la especie individuo es aportada, va a desarrollar, así como en el tratamiento de las dificultades
ya lo hemos dicho, por el hecho individual de que cada inter- que habrán de encontrarse. Además, es el garante de la Institución
viniente trabaja por su cuenta; y una legitimación de la identi- en su totalidad, en la medida en que esta última es la producto-
dad de la especie equipo se produce mediante las manifestacio- ra del acto global, social. Este grupo sabe, puesto que eso cons-
nes equipales del grupo Sp. Todo le muestra al colectivo insti- tituye uno de los aspectos de la realidad, que la clase institucio-
tucional que el grupo Sp. que trabaja con él hace circular, a nal no posee un sentido específicamente social por ella misma
través de cada interviniente, como se pasa el balón en el caso ni en ella misma: su fragmento de acto no recibe un sentido so-
de un equipo de futbol muy unido, el material de las sesiones. cial más que a partir del acto global de la Institución, de igual
manera que el acto especializado de esta última no recibe su

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sentido social pleno más que a partir de su existencia en la so- tónomo que concierne a la mirada de la clase sobre su acto
ciedad global. y la aspiración de controlar este acto, no parece existir un pro-
La clase institucional, en lo que a ella respecta, conoce evi- ceso particular y autónomo concerniente a la manera como los
dentemente mejor su propia Institución. Y, por ejemplo, la problemas de poder, que surgen entre los colectivos de una Ins-
experiencia muestra que los escenarios de poder o de trabajo titución, puedan regularse. Cierto número de experiencias que
colectivo que ella mostrará serán siempre más ingeniosos y apro- hemos montado en ese sentido parecen mostrar con claridad
piados que aquellos que el intragrupo Sp. habrá fantaseado. que los colectivos no son llevados a un proceso espontáneo
La verdadera "igualdad" procede de la disponibilidad del gru- de autoorganización del conjunto de la Institución. De ahí
po Sp. para interrogarse a sí mismo en cada nueva intervención; su búsqueda, desgastante y agotadora para ellos, a la larga, de
para exponerse a la siempre nueva aventura que va a concernir un modelo operatorio. De ahí, también, la imposibilidad o la
tanto a sus propias relaciones internas de poder, como a las dificultad de sacar partido de las experiencias realizadas en
posiciones individuales de sus miembros en relación con la otras instituciones, en ausencia de una clave de lectura teóri-
Autoridad; para someterse, en resumen, a una prueba de reali- ca, lo cual constituye otro problema adicional. Es decir, se plan-
dad que es siempre inédita e imprevisible en parte, cada ocasión. tea la necesidad, a pesar de las dificultades, de construir esta
clave: que es lo que nosotros pretendemos hacer, aprovechan-
La intervención Sp. es una prueba de realidad "en partida doble" do las enseñanzas que obtenemos en cada intervención, y tam-
bién, más ampliamente, al estudiar experiencias llevadas a cabo
Porque el grupo Sp. se halla, también, involucrado en el proceso. de manera más o menos independiente con respecto a nosotros.
Si desde 1971 escribimos que lo que pasa en un grupo no
puede comprenderse sino en el interior de otro grupo, hoy iría- La intervención Sp. "anticipa", en cierta medida, una forma
mos más lejos en esta formulación. diferente de organización del trabajo
. Decimos, y daremos un ejemplo de esto en la tercera parte,
que en la intervención Sp. el proceso en el interior del grupo En resumen, la intervención Sp. injerta una forma voluntarista
Sp. refleja el proceso en el interior de la clase institucional. de organización del trabajo -relaciones de colectivo a colec-
¿Por lo demás, es tan extraño que se piense que unos y otros, tivo- en un proceso que por sí mismo es autónomo.
individualmente por una parte, y colectivamente por la otra, Lo que la intervención permite, igualmente, percibir, es hasta
tienen en común idénticas aspiraciones, realidades y angustias, qué punto la manera como los individuos cooperan entre ellos,
la misma infancia y pertenecen a la misma sociedad? Además, las formas de OT, predeterminan estrictamente la capacidad
si la clase está directamente integrada a su Institución, el grupo para las tomas en conciencia de las fuerzas que moldean, que
Sp. -por sus posiciones profundas concernientes al poder y la trabajan la personalidad del adulto.
Autoridad, por su manera de percibir las responsabilidades, Evidentemente, en este aspecto, la intervención plantea, sin
etc.- se empalma también sobre esta Institución, sólo que tener por sí misma la vocación para resolverlo, el problema de
indirectamente, a través de la clase. las formas sociales, económicas, políticas, que autorizarían las
Extraña situación, sin embargo, que no deja de evocar la maneras de cooperar, de organizarse que no correspondie-
alianza del ciego y el paralítico. La clase, por sí misma y ella ran ya a las del despojo en lo que respecta al poder sobre
sola, puede experimentar la emergencia del proceso autónomo actos propios.
del que hemos extensamente hablado, pero no puede vivir su Es este el problema que con frecuencia se nos plantea, de la
desarrollo a falta de otros colectivos con los cuales confrontar- relación entre el Sp. institucional y la política. Y nosotros
se. y el grupo Sp. -desconectado de lo social si se reduce a sí sólo podemos responder en los términos del párrafo preceden-
mismo, ya que el intergrupo Sp. no es una verdadera institución te. Las interpretaciones del interviniente no conciernen más que
que comporte una división del trabajo- no puede, por sí mismo al material institucional. ¿Pero quién, que no sea la "gente de
y él solo, producir el proceso, pero puede, al contrario, ayudar izquierda", aspiraría a la expansión del poder colectivo?
a su desarrollo y entonces nutrirse de él. El objetivo de la intervención Sp. no es ni suscitar una
Añadamos aquí que si es verdad que existe un proceso au- "guerrilla" en las Instituciones, ni de "romper" la Institución,

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como lo preconizan implícitamente o explícitamente algunos pueden constituir, en el caso en que ellos así lo decidan, un
protagonistas del análisis institucional. fin. Es tarea de cada uno definir el dominio de su posible.
Por nuestra parte, no pensamos, y lo hemos dicho, que el El deseo del psicoanalista, para tomar un ejemplo de un
individuo sea la unidad social de base. Sociedad significa coope- dominio diferente, no es que el paciente modifique los ele-
ración: es decir, necesariamente, coordinación y división del mentos de su existencia o que desaparezcan sus síntomas neu-
trabajo. Y en la palabra "autogestión" está comprendida róticos. Su deseo es que el proceso analítico pueda desarrollar-
también y esto se olvida fácilmente, la palabra "gestión". se; un proceso que, según nosotros, concierne exclusivamente
La intervención Sp. favorece el desarrollo de un proceso au- a la personalidad infantil psicofamiliar en el adulto. Al paciente
tónomo por el cual los participantes logran ser más capaces corresponde, llegado el momento, modificar, si quiere y si pue-
de comprender, en caliente y por ellos mismos, el peso de las de, los elementos de su existencia.
fuerzas inactuales (infantiles) y actuales (fenómenos del po- El grupo Sp. y sus miembros no tienen la ilusión de pensar
der y del no poder en la Institución) que los determinan. De que el socio psicoanálisis va a modificar el funcionamiento de
esta manera puede crecer la aspiración inmanente a un poder las Instituciones o que va a cambiar la sociedad, aun cuando
sobre el propio acto de trabajo. Al mismo tiempo se vuelve la aspiración de contribuir para ello, desde su propio lugar, sea
más clara la comprehensión de la estrecha relación que existe ciertamente una motivación decisiva para cada uno de nosotros.
entre las formas de la organización del trabajo y la posibilidad Nuestro objetivo específico es permitir el desarrollo de un pro-
eventual de recuperar un mayor poder sobre el propio acto. ceso particular; un proceso que interesa la relación entre acto
Por supuesto, la Institución no es un lugar cerrado, no es colectivo y acto individual en este acto colectivo, y el deseo
una isla. Hay obstáculos que provienen de la extrainstitución de poder sobre este acto. Es tarea del colectivo institucional
(el marco de las leyes, las presiones administrativas o finan- modificar, llegado el momento, si quiere y puede, de manera
cieras, etc., y que se añadirán a los obstáculos provenientes permanente el funcionamiento institucional.
de la intrainstitución (la organización del trabajo) o del intra- Pero si el paciente en análisis debe enfrentarse necesariamen-
individuo (la ideología social hiperindividualista interiori- te a sus fantasmas inconscientes, el colectivo institucional
zada, la culpabilidad psicofamiliar al enfrentarse a la Auto- debe, necesariamente, enfrentar el statu quo institucional para
ridad) para bloquear con rapidez la recuperación de poder. (16) intentar modificarlo, poco o mucho. Debe efectuar actos si
A veces se ha hablado, a propósito de la intervención, de quiere que se despliegue ante él la lógica de lo social en sus
una práctica-teoría de la "desesperanza", en el sentido de que contradicciones internas: por ejemplo, la contradicción de que-
parece desembocar en la confirmación, por parte de los par- rer ejecutivos "responsables", despojándolos del poder sobre
ticipantes, de su no poder, relativo o absoluto, sobre sus actos. su acto que es lo único que puede "responsabilizarlos".
y en efecto, si se necesita que haya cierto margen de poder re- En cuanto a los obstáculos que encontrará la clase institu-
cuperable para que se realice la dinámica de las tomas en con- cional, no serán otros que los que revelan la manera de apare-
ciencia, estos movimientos de recuperación de poder deben cer, social, institucional, psicológica, ideológica, de nuestra
considerarse, en el marco de la intervención, antes que nada sociedad actual. En resumen, la intervención Sp. es también
como los soportes de las tomas en conciencia. ASÍ, los parti- una manera de forzar las contradicciones y los obstáculos para
cipantes, al encontrarse mejor armados mediante el conoci- que se muestren al desnudo y claramente.
miento más profundo de su situación podrán, eventualmente, El hecho de que ninguna transformación profunda de las
modificar aquellos dispositivos institucionales que son modifi- Instituciones es posible sin una transformación paralela, en
cables. profundidad, de la sociedad global no es una confirmación de
En este sentido, para el grupo Sp., el propósito de la inter- desesperanza; nos parece más bien signo de una mínima lucidez
vención no es una modificación de o en la Institución. Es, política.
más bien, el desarrollo de un proceso de toma en conciencia, En este sentido, nosotros solemos decir, en el grupo Desge-
que pasa necesariamente por intentos de modificación del fun- nettes, que muy frecuentemente los colectivos "fuertes", seguros
cionamiento en la Institución. Estas modificaciones, si sólo de sí mismos y plenos de buena conciencia, pierden un poco de
constituyen para nosotros un medio, para los participantes la seguridad en su buena conciencia al percibir los límites de su

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supuesta libertad; pero que, a la inversa, los "débiles" adquieren sentido más que en el acto institucional: acto global. Y también
una mayor coherencia y mejores armas para la acción. este mismo acto es un fragmento especializado de la actividad
social total, el cual también es reducido a ,un fragmento a través
Las alternativas de la división internacional del trabajo. Buscar, a través de sus
articulaciones, una comprensión de lo que es el acto individu~,
Volviéndonos hacia los psicoanalistas, les haríamos gustosos no es otra cosa que intentar comprender cómo funciona la pro-
esta pregunta: ¿la sociedad, lo social, pertenecen a una catego- ducción de la sociedad y, más particularmente, su modo de
ría distinta que la del psiquismo individual? (17) ¿La lógica producción económica y las relaciones sociales de producción
económico social es de otro orden que la lógica del inconscien- que conlleva.
te? Y si la respuesta es sí ¿piensan que esta categoría y este Entonces, al absurdo y casi mágico tema de una recuperación
orden de lo social ejercen influencia sobre el desarrollo de la total del poder sobre su acto social por parte del individuo,
personalidad adulta? (18) sucede la interrogación, de naturaleza política, acerca de las
A estas dos preguntas, nosotros respondemos, por nuestra formas economicosociales que serían las que realizarían un
parte, de manera afirmativa. E intentamos, en lo que nos con- despojo menor de poder.
cierne, introducir un dispositivo que permita que estos fenó- Es posible creer que mediante el trabajo en grupo o en equipo
menos sean mejor comprendidos partiendo de lo que existe: se responde a una dimensión fundamental del ser humano, ya
la Institución. En el grupo Sp., esto es tan inseparable de un que el placer de este "juego de equipo" permite, a los grupos
compromiso con este proceso particular, sin evitar sus riesgos sociopsicoanalíticos y a la clase institucional, superar median-
y peligros, como para el psicoanalista la comprensión del te el trabajo en colaboración que representa una intervención
proceso psicoanalítico es inseparable del compromiso del psico- las múltiples dificultades de este recorrido a tientas del que
analista en el interior del proceso psicoanalítico. hemos participado en esta segunda parte.
A los sociólogos les planteamos otra pregunta: ¿el poder es
algo humanamente neutro, antropológicamente neutro, y se TERCERA PARTE: EL METODO:
ha de manejar como tal? Dicho de otra manera ¿es permisible ALGUNAS ILUSTRACIONES
que se plantee a los actores sociales, para su bien, la posibili-
dad de un poder de control sobre sus actos, y que este poder La belleza
pueda ser dirigido por técnicos calificados en la materia? ¿O
bien al hacer eso, se mutila a los individuos de una dimensión Ayer en la noche, lunes 12 de noviembre de 1979, participamos
antropológica fundamental, dimensión que ordena la capaci- en una muy bella sesión de trabajo. Nosotros: el Grupo Desge-
dad, al actuar sobre esta acción, dominándola; acción que con- nettes (GD) de sociopsicoanálisis.
siste en percibir la realidad exterior como algo diferente de la La intervención en curso concernía -volveremos más adelan-
realidad interior? te sobre algunos detalles- a tres de cuatro grupos de educadores
Esta cuestión desemboca en una alternativa fundaméntal de una Casa-hogar de semilibertad con régimen de internado.
para el hombre. Y dudamos que alguna ciencia pueda alguna El alejamiento geográfico había impuesto lo que nosotros lla-
vez permitir la economía, en esta materia, de una elección mamos, para distinguirlo del método tipo, el "método de fin
personal decisiva. (19) de semana".
Añadamos que la idea de una totalidad alcanzable, de un Uno de los puntos problemáticos de la intervención se rela-
poder totalmente recuperable sobre los propios actos está muy cionaba con la presencia entre estos educadores de sus educado-
lejos de nuestro pensamiento. Hay en el movimiento del indivi- res en jefe. En una primer secuencia, algunos meses antes, estos
duo que busca recuperar el poder sobre su acto un verdadero mismos educadores se habían reunido con un miembro del
impulso hacia adelante, eminentemente positivo, hacia un fin grupo GD, pero sin jefes. Esto corresponde, ya lo vimos en la
que nunca alcanzará. El acto "en migajas" del individuo no ad- primera parte, de manera más exacta a nuestra concepción de
quiere sentido sino en el fragmento de acto identificable de la grupo institucional con el que hemos elegido trabajar: uno
clase institucional. Y este fragmento de acto no adquiere su de los niveles de la división del trabajo dentro del establecimiento.

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.ti"
Pero sucedió, durante esta primera secuencia, que los educa- - como una falta; los adolescentes se hacen muchas pre-
dores en jefe se encontraban verdaderamente "a caballo" -y guntas con respecto a eso,
por lo tanto, en cierta medida, en vilo- sobre dos grupos insti- - nunca se lo preguntan.
tucionales: aquel hacia el cual les llevaba su propio acto de tra- El equipo presente de los educadores que habían trabajado
bajo cotidiano de educador entre otros educadores, sin mayores desde hacía muchos meses sin jefe, se dividió entonces a pro-
diferencias con estos últimos; y el grupo que se reunía cada ma- pósito de este tema. Se "fisuró".
ñana con el Director en el seno del equipo dé dirección. Detengámonos en el momento de esta "fisura".
Por cierto número de razones, propusimos para la segun-
da secuencia que estos tres grupos de educación se reunieran La fisura
en compañía de sus jefes. En realidad, lo veríamos después en
compañía de un solo jefe porque uno de los grupos de educado- La teoría de la fisura fue presentada hace ya cuatro años en
res trabajaba en ese momento y desde hacía varios meses sin jefe, Sociopsychanalyse 6. (20) Por supuesto, el término ya había
y el último grupo tampoco tenía jefe desde hacía muy poco sido utilizado otras veces por otros. Pero sin embargo, nos
tiempo. pareció preferible emplearlo aunque fuera en un sentido muy
Pero volvamos al punto particular en el que, aquella noche diferente y en el interior de una práctica que era en sí misma
de noviembre, residía para nosotros, Grupo Desgenettes, la muy particular; era mejor que crear un neologismo.
belleza del material de ese fin de semana. ¿Cuál es este sentido diferente? Citemos: "( ... ) en gran me-
dida, la aparición de una fisura durante una intervención --sea
cual fuere la forma adoptada- es la marca (. . .) del conflicto
El material
entre el deseo colectivo de poder institucional en lo actual
y las formas interiorizadas de la Autoridad psicofamiliar (... )"
El tema que alimentó el principio de la primera sesión de fin Volvamos al material presentado más arriba.
de semana se relacionaba con el rol de los educadores en jefe La fisura es clara. Si en general la fisura se produce ante un
en este establecimiento, con respecto a lo cual nosotros había- tema que en sí mismo es indiferente o neutro, a continuación
mos ya formulado una hipótesis previa. ¿El rol era indispensable de un movimiento de poder colectivo vuelto hacia la Insti-
o no? tución, aquí, lo que es raro y merece la pena señalarse, es que
Estos educadores que trabajaban desde hacía muchos me- el contenido es adecuado al proceso que se desarrolla: "La
ses sin jefe explicaron cómo procedían. En particular, se reu- ausencia de un jefe es o no resentida como una falta por los
nían cada lunes durante tres horas con el fin de coordinar adolescentes del Establecimiento". Este es el contenido res-
sus actividades. pecto al cual la fisura nace y se desarrolla. La pregunta, cierta-
"Eso se hace de una manera un poco automática, explica mente, se planteó a propósito solamente de los adolescentes;
uno de los educadores, es una necesidad que experimentamos pero es posible formular la hipótesis de que concierne, tam-
de agruparnos, ya que no hay un jefe de servicio." Otro dijo: bién, a quienes hablan en ese preciso momento.
"Entre nosotros repartimos las tareas, estamos obligados a Recojamos uno tras otro cada uno de los términos del con-
asumir algunas responsabilidades ... " flicto a propósito del cual nace la fisura.
No pudo terminar la frase. El jefe presente lo interrumpió: El deseo colectivo de poder institucional en lo actual: aquí,
"Si, pero no es ni siquiera compartir las tareas, no es eso: la fisura sucede inmediatamente, experimentalmente, se po-
para mí, yo veo que hay varias personas que tienen influencia dría decir, a la expresión de este deseo bajo la forma de las
sobre otras." Y después comentó: ¿era el equipo el que inves- modalidades prácticas inventadas a lo largo de los últimos
tía a uno de sus miembros o, más bien, lo único que pasaba meses por los protagonistas para reemplazar al jefe ausente;
era que la personalidad de éste se imponía por sí misma? ... modalidades de las que ellos acaban de informar,llegando
Alguno preguntó entonces acerca del hecho de saber cómo incluso a decir que la ausencia de jefe hace emerger la nece-sidad
era vivida por el adolescente la ausencia de jefe. Se sucedieron de reagruparse entre ellos.
dos opiniones exactamente opuestas: El origen de la fisura radica en la culpabilidad con respecto

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a otras formas interiorizadas de la Autoridad psicofamiliar: A una observación como esta, responderíamos que no se
ahí reside nuestra hipótesis teórica de fondo. En resumen, trata aquí de la reacción ante un fantasma de realización de
esto hace de la fisura una de las formas explícitas de lo que deseo infantil, sino a un acto de trabajo bien real, actual,
hemos llamado la regresión de lo político a lo psicofamiliar, social aunque sea en lo micro-social que representa una Ins-
es decir, de la regresión desde relaciones de poder colectivo titución. Y, precisamente, lo que es interesante, es que a pesar
(aquí, el poder colectivo de los educadores) e intercolecti- de la discordancia, por lo demás patente, entre este presente
vos en una institución, hacia relaciones de poder de tipo fami-· .' y el pasado, entre este acto y el fantasma, el inconsciente
individual reacciona de la misma manera.
liar, del tipo padre-hijo.
Dicho de otra manera, el concepto de regresión de lo polí- Nuestra hipótesis teórica, volvamos a recordarla, es que la
tico (institucional) a lo psicofamiliar permite articular un fisura aparece porque el ejercicio de un poder sobre el propio
campo psicológico original -el de la personalidad del adulto acto es vivido por cada individuo como algo que introduce
social en actividad social en un campo social- con el campo una relación diferente por naturaleza de la que el niño sostenía
psicológico más habitualmente estudiado y tradicional: el con sus padres, y por lo tarito, como una manera de suprimir con
que se refiere a la repetición de fenómenos conformados du- un mismo golpe los padres y la imagen interiorizada de los
rante la infancia (identificaciones, transferencias, proyec- padres, suprimiendo el modo antiguo de relación.
ciones, culpabilidad ... ). Lo extraño, una vez más, es que un colectivo se comporte
como un individuo cuando una parte del colectivo toma por
Esta cosa extraña ... su cuenta la necesidad-deseo, mientras la otra expresa las
defensas ante la angustia y la culpabilidad. (21)
Lo extraño, evidentemente, en el caso de la fisura, es que el Hagamos notar solamente, por el momento, que la inter-
colectivo comienza a funcionar, sobre el plano psicológico, vención sociopsicológica se sitúa en un lugar donde se articulan
como una unidad absolutamente contradictoria. Pero esto dos series habitualmente paralelas y separadas, dos lógicas
pasa en cualquier colectivo: un grupo homogéneo en una distintas. Primera serie: la de la lógica de lo social. Segunda
Institución, una "clase institucional", es decir, un grupo que serie: la de la lógica del inconsciente. Además, en este lugar:
trabaja realizando el mismo tipo de acto sobre el plano de la Institución, el dispositivo de intervención tiene como efecto
la división del trabajo. Aquí, en el caso que examinamos, lograr que las contradicciones de lo social difícilmente puedan
se trata del acto educativo que concierne a los adolescentes ser negadas: ya sea que conciernan a la organización jerárquica
del establecimiento y que se efectúa directamente con ellos. del trabajo, a la división del trabajo, etc.
Esta unidad se divide, se fisura, en dos partes. La primera
va a expresar la necesidad b el deseo de un poder sobre su La lógica del inconsciente
acto de trabajo. La segunda reaccionará ante el miedo o la
angustia que esta necesidad-deseo despierta. ¿Cómo verificar, en la medida de lo posible en esta materia,
... La cosa extraña es pues que un grupo, bajo la carga de ten- nuestra hipótesis referente a la causa de la fisura? ¿un fantasma
sión psicoafectiva de sus miembros y por el hecho de un con- de castración o de muerte de los padres?
flicto intrapsíquico en la intersección de lo social (el poder Eso no nos ayuda, en todo caso, con el material de esta
social sobre el acto social) y de lo inconsciente (la culpabili- sesión. Regresemos una vez más.
dad ante la Autoridad interior), va a estallar en dos campos, En efecto, parece que el interviniente va a interrumpir el
cada uno de los cuales se expresará a través de uno de ambos movimiento que está en vías de desarrollarse en relación con
términos del conflicto ... la interrogación de los educadores a propósito de lo vivido
¿Se dirá que este colectivo homogéneo se comporta como de los adolescentes. Ya hemos dicho que indudablemente esto
un individuo: como, por ejemplo, el paciente sobre el diván podía considerarse como una manera, también para los educa-
cuando, al asumir su deseo edípico, debe enfrentarse a la au- dores, de hablar de sí mismos. El interviniente interrumpe
toridad del analista-padre, experimentando entonces angustia el movimiento planteando un problema de realidad en re-
y culpabilidad? lación con el número de niños en cada grupo de la Institución.

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A partir de esta pregunta todo se mezcló: lo real objetivo frase verdaderamente extraordinaria en todos sentidos, plena
y lo vivido subjetivo; los diversos grupos institucionales y el de ambigüedad y en la que se tiene la impresión de ver al in-
grupo sin jefe que hasta ese momento era el·único que habla- consciente expresarse casi en estado.puro.
ba y hablaba de sí mismo. El resto de la sesión se va a dirigir, ¿Cómo comprender una frase como ésta?
desde ese momento, a lo real y a la Institución ... estas dos "lí- Se puede suponer que su autor quiso y creyó decir que si
neas de fuga" que acaban de ser propuestas inconscientemente se había desembarazado de la influencia de sus padres sobre
por el interviniente. él, no era para volver a caer en otra especie de dependencia
¿Por qué ese error "técnico" de su parte? análoga.
No es que interpretemos la psicología individual de un deter- A pesar de todo, no deja de ser extraño que un individuo de
minado miembro del grupo institucional, nadie de nosotros tal forma "liberado" de padre y madre proyecte su,~ imáge-
propone una interpretación al respecto de la psicología indi- nes tan fácilmente sobre la imagen de un colectivo: vivir un
vidual de tal miembro del Grupo Desgenettes en un momento equipo como una especie de "padre-madre" infantilizante
dado. Apuntamos solamente el hecho de que, ante la emer- no es sin embargo algo evidente . . . Dicho de otra manera.
gencia de un material particularmente "caliente", como por ¡la idea de equipo no evoca necesariamente, para todos y
ejemplo este de la aparición de cierta fisura desde los primeros cada uno --esto es muy claro-, el recuerdo de los padres!
minutos de la intervención, se produce un movimiento defen- Por otra parte, el psicoanálisis nos ha enseñado que no
sivo del interviniente, movimiento que impulsa el· desarrollo se puede renegar de un "padre-madre", aunque se tengan.
del resto de la sesión en el mismo sentido defensivo. O bien se logra superar lo esencial de los problemas psicoa-
fectivos con los padres y, entonces, sobre la base de sus imá-
La lógica del inconsciente (continuación) genes interiorizadas se construye la propia personalidad; o
bien lo esencial de esos problemas persistirá durante toda
Al leer el mencionado material de la primera sesión, puede la vida. y creyendo, con toda la buena fe, haber expulsado
parecer que son las intervenciones, que se podrían calificar las imágenes parentales fuera de sí, de haber "renegado" de
como brutales, (22) del jefe de servicio, figura jerárquica de ellas, sólo se logrará, desgraciadamente, que la propia defi-
autoridad, las que provocaron la fisura. nición se sitúe en oposición a ellos (o bajo su tutela), opo-
Pero ... nosotros no sabemos si la emergencia del tema del sición u obediencia que son, ambas, formas de dependencia.
poder colectivo, por sí misma, no habría bastado para hacer Cuántas revueltas contra la sociedad o contra las institucio-
aparecer la fisura. nes u organizaciones han ocurrido que son. únicamente opo-
Pero . . . la fisura apareció en el seno del grupo de los edu- siciones a la Autoridad inconsciente de un "papá-mamá"
cadores sin jefe desde hacía muchos meses y no entre este interior. Para discernir lo que es del orden de la psicología
grupo y el jefe de servicio. y lo que es del orden de lo social, lo primero que se requiere
Vayamos ahora a la segunda sesión de la intervención de es ser capaz de reconocer ló que no es sino proyección; y el
fin de semana. psicoanálisis constituye un implemento absolutamente irrem-
Tuvo lugar aproximadamente una hora más tarde y des- plazable para ello.
pués de la comida. El jefe que, aquí, cree haber "renegado de padre y madre"
Terminados algunos intercambios acerca del tema del "ma- vive, según nuestra hipótesis, en un estado de conflicto in-
lestar de fondo" de la Institución, el jefe declara: consciente y permanente con ellos.
"Yo me sitúo como educador, pero para mí el equipo es Ahora bien, lo que también sabemos es que no se puede tra-
una abstracción. Siempre me digo: renegué de padre y madre bajar en equipo, auto organizarse, sino cuando estos conflictos
para trabajar en equipo. Hay cierto funcionamiento entre agudos han sido superados. Por ejemplo, es este estado de
nosotros, reflejos de trabajo, pero el sacrosanto equipo es revuelta interior contra las imágenes parentales lo que con
ilusorio (... ) Yo dudo de la fuerza del equipo, creo más en frecuencia impide a los anarquistas la posibilidad de encontrar
la fuerza de los individuos." entre ellos formas de organización viables. Todo abandono
"Renegué de padre y madre para trabajar en equipo ... " relativo de posiciones únicamente individualistas es, de hecho,

238 239
vivido como el retorno a la situación de dependencia infantil. mática, por la posición única de jefe que le da, la que aparece
Sólo el individualismo estricto -es decir, tener el sentimiento como responsable de esta expresión del inconsciente casi
de depender sólo de sí mismo- permite reprimir eso vivido en estado puro.
inconsciente que se proyecta a partir de cualquier soporte
para las proyecciones que le sea proporcionado. Quien ha La clase institucional se deÍme por el acto de trabajo
renegado de padre y madre en la realidad, quien por lo tan-
to no ha logrado una especie de serenidad apacible en ese Lo que aquí nos parece apasionante estudiar es que el grupo
plano, no llegará jamás, sean cuales fueren las apariencias, homogéneo institucional, la clase institucional, no pueden
a otra dimensión existencial que la de un niño frente a sus ser considerados como la simple suma de los individuos que
padres, y no podrá por consiguiente alcanzar la dimensión los componen.
del poder colectivo. Lo que transforma a estos individuos sumados, en un con-
Porque, ya lo hemos visto, el tema del poder colectivo es junto original es, lo hemos visto ya, no solamente la naturaleza
vivido por el individuo como una forma de oposición al modelo semejante de su acto profesional, sino, también, la necesidad
familiar antiguo de tipo padres-hijos. Este tema es pues, por de una cooperación imprescindible entre ellos: una coope-
sí mismo, culpabilizante. ración que exige una coordinación, la cual deberá ser, o bien
Si, además, fuertes culpabilidades ya pasadas vienen a aña- asegurada por un jefe, o bien asumida por ellos mismos.
dirse a la inevitable culpabilidad reac~iva concerniente al tema ¿COMO COORDINAR LA NECESARIA COOPERACION?
del poder colectivo, la situación se vuelve psicológicamente ·ESE ES EL VERDADERO PROBLEMA: ¿Poder colectivo
invivible, insoportable. En una palabra, el origen de los obs- e igualitario? ¿O bien poder centralizado y jerárquico?
táculos (23) psicológicos, inconscientes, para el ejercicio del Si el acto profesional de cada uno es inseparable del acto
poder colectivo proviene, precisamente, de que este ejercicio de trabajo colectivo de los educadores en la Institución, es
es vivido como el hecho de "renegar de padre y madre". porque cada educador trabaja con todos los adolescentes.
"Acaba de proceder, se dirá, a una interpretación de tipo Por lo tanto sufre las consecuencias, a través de esos adoles-
únicamente psi, y que, por lo tanto, no tiene nada que ver centes, del trabajo de todos los otros educadores. La situación
con la Institución o lo social". Cierto. Pero es que aquí la de la realidad profesional, institucional, social, es pues, para
fuerza que impide al jefe, este individuo aislado por su posición estos educadores, la de una mutua dependencia obligatoria
institucional entre los otros educadores, trabajar en equipo en el trabajo.
es estrictamente de origen psi: antiguos problemas psicoló- Por otro lado, en la fisura, reactiva a la manera asociativa de
gicos sin verdadera resolución y cuya comprensión ha sido trabajar y no a la delegativa, este colectiv9 institucional reac-
posible gracias a la frase que acabamos de analizar. Pero tam- cionó como una unidad, reaccionó en el nivel de esta unidad.
bién, en su propio discurso, el jefe está como obligado, sin Lo que se fisura no es cada individuo, sino el colectivo.
embargo, a marcar la existencia de un campo diferente del Puede decirse pues que un acto profesional y social, dado
campo individual o psicológico: un campo que él dice no que ha sido asumido por sus actores más allá de esquemas
poder alcanzar, precisamente el del equipo y el de su trabajo: jerárquicos y autoritarios habituales, produce efectos que
"Yo me sitúo como educador, pero para mí el equipo es están ligados a la intervención de factores psicoafectivos e
una abstracción. Renegué de padre y madre para trabajar en inconscientes.
equipo." Estamos aquí en el punto preciso de la articulación entre
"Si renegué de padre y madre, no fue para volverlos a encon- lo social y lo inconsciente. Porque es un hecho que concurren
trar en un equipo", dice conscientemente el jefe. "Renegué conjuntamente al mismo acto educativo institucional con
de padre y madre, y los volveré a encontrar forzosamente en los mismos adolescentes que fabrica la unidad de ese colectivo.
un equipo, y esto no puedo soportarlo" es lo que expresa Unidad sin la cual los fenómenos inconscientes individuales
en un nivel inconsciente. no se expresarían, a través de la fisura, en un nivel metaindi-
Pero, también, es probablemente la situación institucional vidual del colectivo.
presente, una situación que lo aísla de manera bastante trau- Si se razona únicamente en términos de hechos actuales,

240 241
de realidad objetiva, no es posible comprender por qué ni Añadamos que la información que teníamos estaba incomple-
cómo dos juicios opuestos que se excluyen por completo ta. No sabíamos que un colectivo de educadores trabajaba
podrían expresarse de esa manera, ya que, en efecto, o bien sin jefe desde hacía muchos meses: situación que diferenciaba
los adolescentes se plantean el problema de la ausencia de un a este grupo de los otros grupos de educadores presentes.
jefe, o bien no se lo plantean. Pero ese punto de realidad, No sabíamos tampoco que un solo jefe estaría presente -y
aún por debatir eventualmente, está tan cargado de las pro- no los tres- situación que lo individualizaría particularmen-
yecciones inconscientes de estos educadores, que acarrea una te y provocaría, por tanto, una sobreinvestidura de tipo psi-
oposición irreductible. Es que en efecto, una oposición irre- cológico, como ocurre con cualquier individuo que se siente
ductible, subyacente al soporte cohstituido por el punto de amenazado.
realidad, existe; pero concierne al conflicto entre la angus-
tia ante la Autoridad parental desafiada y el deseo de poder El conjunto "clase institucional-grupo sociopsicoanalítico"
colectivo.
y si, además, se razona solamente en términos de psicología Nuestra perspectiva consiste, pues, en definir la Institución
tradicional, no se tiene la posibilidad de comprender por qué por el hecho de que fabrica un acto social global: licenciados
un acto social colectivo crea una unidad psicosocial original: (establecimiento escolar), o calzado (fábrica), enfermos ali-
el colectivo institucional. El acto profesional, social, de ese viados (hospital) o la conquista del poder de Estado (partidos
colectivo, incluso si es parcial con respecto al acto global políticos)o O incluso, como en este caso, fabrica adolescentes
de la Institución y no representa más que un fragmento, cons- "readaptados" socialmente y listos para entrar al mercado
tituye sin embargo el más pequeño pedazo de un acto indi- de trabajo: tal es en el caso del presente establecimiento la
soluble, más acá del cual ya no existen sino fenómenos del consigna implícita y explícita del poder administrativo del
orden de la psicología individual clásica. Estado.
Lo que define pues la clase institucional es su acto de trabajo. Las clases institucionales se definen por la división social
Si el psicoanálisis se define a partir del individuo y del in- del trabajo, como aquellos grupos de trabajadores que con-
consciente, el Sp. se define en relación con los actos de tra- curren en los diferentes fragmentos desmontables de este
bajo institucionales y la organización institucional del trabajo. acto global. En este caso educadores, servicios generales, di-
y en suma, el desarrollo de la personalidad social es la expresión rección-administración.
intrínsecamente contradictoria que opone la unidad del acto, De esta manera, la unidad de la clase institucional le está
claro que especializado, pero completo en sí mismo, produci- conferida por la división del trabajo; pero en el seno de un
do por la Institución y la división del trabajo institucional. conjunto más amplio que es la Institución fabricante del acto
La clase institucional se define por su acto de trabajo; esto profesional global.
es tan cierto que, como el lector habrá observado, cuando se Pero también existe un segundo conjunto durante la inter-
ha reunido a los educadores que trabajan con tres grupos vención: el que liga la clase institucional y el grupo socio-
diferentes de adolescentes del establecimiento, la fisura ocurre psicoanalítico.
en el nivel de un solo grupo: porque ese grupo, y solamente Se puede también decir que es la unidad de la clase ins-
ese grupo, trabaja con los mismos adolescentes. titucional lo que da unidad -una unidad de tipo particular:
Además este último punto pone en duda la pertinencia del social- al grupo sociopsicoanalítico.
reagrupamiento que nosotros habíamos operado con los edu- Demos un ejemplo de esto: a partir de la misma secuencia
cadores. Queda por saber, a pesar de todo, si más allá de cier- de intervención que nos permitió mostrar la fisura en la clase
tas diferencias, lo que ellos tienen en común profesionalmente institucional. (24)
en el establecimiento con respecto al conjunto de los ado- En el Grupo Desgenettes, la elaboración colectiva se de-
lescentes de la misma edad, no es la más fuerte, particuiarmente sarrolla siempre de la siguiente manera:
en lo que respecta a la relación con la Dirección, la Adminis- Después de que los miembros del Grupo conocieron ya el
tración y con los Servicios Generales. Esa era un poco la apuesta material de la sesión, (25) cada uno de ellos toma la palabra
que habíamos hecho al principio. para expresar sus reflexiones, tan extensamente como lo de-

242 243
see y sin ser interrumpido. Este desarrollo es informal, es toridad jerárquica ...
decir, cada uno toma la palabra en el momento en que quiere La segunda parte de la sesión que sucedió a la fisura, aunque
y no en un orden impuesto. rica en información acerca de ciertos problemas institucionales,
Después de que cada quien ha hablado una vez, es posible puede ser considerada como una huida con respecto a este
eventualmente que uno de ellos vuelva a hacer uso de la pa- problema candente. Es curioso además notar que concierne
labra (aunque esto es excepcional). Después de este "recorrido esencialmente a aquellos educadores que no se veían directa-
alrededor de la mesa", se designa una persona al azar para mente aludidos en la primera parte. Para ser precisos: era entre
hacer el "análisis del análisis". Es decir, no con el fin de re- los educadores de los adolescentes que trabajaban en el exterior
sumir lo que se acaba de decir, sino para intentar el señala- de la Institución, sin jefe desde hacía muchos meses, donde se
miento de alguna particularidad eventual en el discurso del estaba abriendo la fisura; era el jefe de los educadores de los
conjunto del GD y que podría, según nosotros, informarnos Aprendices el que estaba presente con los educadores de su
confiablemente acerca de lo que pasó en la clase institucional grupo; y la discusión se entabla, en la segunda parte, con re-
durante la sesión que acabamos de analizar. Enseguida puede ferencia al trabajo del tercer grupo presente de educadores,
hablar quien quiera para completar eventualmente este "aná- los de la Ayuda-Colccación, que habían dejado de tener jefe
"
lisis del análisis" Y, en último lugar, el interviniente tiene hacía muy poco tiempo.
la posibilidad de expresar su parecer sobre todo lo que acaba Ahora bien, el discurso del Grupo Desgenettes se desa-
de escuchar. rrolló así (sin que el interviniente hablara en este estadio de
¿Por qué se procede de esta manera? la elaboración):
Porque la experiencia nos ha mostrado que existía una rela- -los tres primeros que tomaron la palabra hablaron de la
ción entre lo que pasa en el curso de una intervención, y más primera parte, señalaron la fisura aparecida en la clase insti-
particularmente a propósito de cada una de las sesiones, en tucional, notaron el rol individualizante del jefe que cortó
el interior del GD, y lo que pasa en el interior de la clase ins- el movimiento espontáneo de la sesión;
titucional. Las "particularidades" del material intragrupo, - el cuarto nota la fisura, pero habla solamente de la segunda
que en un momento dado son distinguibles fácilmente en un parte;
grupo que, como el nuestro, tiene una experiencia de muchos - los dos últimos hablan exclusivamente de la segunda
años de trabajo en común, son para nosotros algo que debemos parte; uno de ellos insiste sobre el hecho de que, según su
considerar como índices reactivos de la sesión cuyo material opinión, el jefe no juega ningún rol particular en cuanto al
acabamos de estudiar. Puede tratarse de fisuras en nuestro desarrollo de la sesión.
grupo, pero también de la temática general, de la manera El "análisis del análisis" mostró entonces claramente que
como se suceden y asocian las secuencias de temas; también existe una fisura en el GD. Una parte del grupo expresa, al
puede tratarse de fantasmas, de la atmósfera o del ambiente hablar de ese material, el deseo-necesidad de poder colectivo,
del GD en un momento dado, olvidos selectivos, etc. otra parte del grupo expresa la defensa, la resistencia ante
¿Qué es lo que nos proporcionó "el análisis del análisis" este deseo-necesidad, por el hecho de hablar del material de-
de la sesión con los educadores? fensivo de la segunda parte.
Si en principio se quiere resumir el conjunto de esta sesión, Es conveniente pues, señalar el carácter estrictamente "espe-
se puede decir que está constituida por dos partes. La primera cular" del discurso del GD. Porque, en su seno, a una primera
trata del poder colectivo (de los educadores sin jefe), des- parte (los tres primeros que tomaron la palabra) sucede, aquí
pués, a continuación de las intervenciones brutales e indivi- también, de igual manera que en la clase, una segunda parte
dualizantes de la figura de autoridad que representaba el jefe (los dos últimos), con un participante que realiza de alguna
presente, aparece la fisura. La temática de esta primera parte manera la transición (nota la fisura, pero comenta la segunda
concierne pues, según nosotros, a la relación entre "poder parte)o Hasta el momento, nunca una fisura en el GD ocurrió
colectivo sobre el acto de trabajo" y "Autoridad interiorizada" así, de manera "especular": independientemente de su posi-
(despertada por la intervención de una Autoridad exterior). ción en el "recorrido alrededor de la mesa" se declararon
Brevemente: o bien el poder colectivo sin jefe, o bien Au- las posiciones, para después afirmarse.

244 245
Tal vez el punto más importante a propósito de estas fisuras informe acerca del mismo GD o

en el grupo Sp. es que los dos grupos de opinión que se ex- De cualquier manera, lo que subyace bajo la intervención,
presaron así, al excluirse, no coinciden, en general, como po- tanto para la clase institucional como para el grupo Sp., es el
dría parecer a priori, con las posiciones psicológicas de sus conflicto entre la "necesidad-deseo de poder colectivo" y la
miembros. Autoridad psicofamiliar interiorizada.
En una palabra, el hecho de que tal miembro del GD exprese Pero este conflicto se expresa, no directamente como en el
el aspecto "resistencia" no se debe en absoluto al hecho de que individuo: en un síntoma, por ejemplo; sino indirectamente
sea más sensible a la Autoridad, y no es porque otro sea más siguiendo las líneas de ruptura tanto de la clase como del grupo,
ardiente en la vía de la necesidad-deseo de poder colectivo líneas de ruptura que --y este es un punto fundamental ya que
que expresará esta vertiente. signa el anclaje en lo social- son de naturaleza actual, real, re-
Ocurre como si, ante las tensiones propias de cada uno ferentes a las posiciones sociales (hombres o mujeres, militantes
debido a que encierra en él esta oposición, fuera preciso que políticos o psicólogos, nuevos o viejos en el grupo, etc.) o las
la fisura apareciera. La "grieta" que aparece de esta manera disponibilidades efectivas de unos y otros.
en el grupo toma las líneas de ruptura habituales del grupo: Por tanto, aquí también se confirma el hecho de que la inter-
hombres-mujeres, militantes políticos, psi, nuevos-viejos, etc. vención, por el marco que propone, articula lo actual y lo inac-
En el nivel de estas líneas de ruptura existe un punto habi- tual, lo social y lo psicoafectivo.
tual de menor resistencia y, a partir de esta falla latente, los Es este probablemente el aspecto más nuevo de nuestro méto-
dos campos se forman o se reforman. Pero no en cualquier do. Es también el aspecto más sorprendente para los mismos
momento: en un estadio preciso de la intervención. Y el campo protagonistas que tienen así la impresión de descubrir y explo-
que, alguna vez expresará la vertiente de la resistencia al poder rar procesos hasta entonces ignorados o inexplicados.
colectivo, de la culpabilidad ante la autoridad, expresará la
otra vertiente en la siguiente ocasión. Insistamos bien sobre Conclusión
ello: no es pues la posición psicológica de los participantes
la que determina el contenido de su discurso, ya que entonces
el contenido de éste debería ser el mismo cada vez: o bien En resumen: todo nuestro esfuerzo consiste en definir, en des-
tomar la vertiente de la Autoridad o bien la del momento cubrir un proceso: movimientos colectivos, así como las moda-
del poder colectivo. Y este no es el caso. lidades de funcionamiento entre clase institucional y grupo
Lo que es interesante en el ejemplo que acabamos de citar Sp., y los principios de comprensión de este funcionamiento.
es que la grieta que apareció en el GD a partir de la fisura Por eso el acento se ha desplazado: ya no sobre las cualidades
no coincidía con las líneas de ruptura habituales. La hipótesis eventuales de un interviniente, sino sobre la prevalencia del
que hicimos es que esta grieta coincidía con otra línea de dispositivo montado.
ruptura latente desde hacía algún tiempo -revelándola-, que Puede parecer feliz el que ocurra de esta manera. Que haya
concernía a la disponibilidad de inversión en tiempo y en llegado el momento, no ya el de los pioneros, aun geniales, sino
energía de los distintos participantes. La fisura habría opuesto el de la "gente" ordinaria.
aquí a quienes estaban dispuestos actualmente a una mayor Cuando lo que cuenta es el dispositivo y no el genio, cual-
inversión y a quienes estaban menos dispuestos -a ello. Tal quier hijo de vecino tiene la posibilidad de utilizarlo: ya sea
vez sea importante señalar que precisamente esta intervención empleando las informaciones que le permiten, en cierta medida,
obligaba, por la frecuencia de los fines de semana, a una in- comprender lo que vive en sus lugares sociales de actividad, ya
versión excepcionalmente pesada en cuanto al tiempo, y a sea llevando más adelante su búsqueda y participando, durante
una fatiga particular debida a un largo desplazamiento. un tiempo más o menos largo, en la actividad de un grupo Sp.
Dicho de otra manera, si con frecuencia el material del Los miembros de los grupos Sp. no son profesionales de la
intragrupo informa acerca de los movimientos que se están intervención en las Instituciones, y nunca es, para ellos, un
produciendo en la clase, ocurre también -como en este caso- oficio o un medio de sustento. Son trabajadores sociales,
que el estudio del material intragrupo, reactivo a una secuencia, psicólogos, educadores, maestros, etc. que quieren vivir y

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corresponde al conjunto de los grupos, que rijan la orden del
comprender una experiencia colectiva con respecto al poder día, etc. Todas las decisiones deben ser tomadas unánimemente
y la Autoridad. por los grupos.
Casi cualquiera puede participar en un grupo Sp. Casi: en En los dos casos, se trata de una manera que nos hemos dado
efecto, cierto número de personalidades patológicas no sólo para ponemos en condiciones de experimentar constantemente
no pueden trabajar colectivamente, sino, además, su presencia en nosotros mismos los efectos de una organización diferente
estorbaría el trabajo de grupo. Ahora bien, y esto ya lo había del trabajo, e incluso a contracorriente, de la que reina en nues-
notado Anzieu hace un buen número de años, ocurre con mu- tra sociedad jerarquizada, delegativa, ultraespecializada.
cha frecuencia que los individuos que tienen dificultades de Podemos decir que esta manera que tenemos de trabajar, y
contacto en un plano profundo se ven atraídos por este género que comprende al Grupo Desgenettes, donde no existe una
de trabajo. Por lo tanto, para un grupo Sp. hay una elección tarea especializada y donde el conjunto de los participantes es
necesaria por efectuar entre los postulantes para entrar en un una parte importante en todas las informaciones y todas las
grupo. decisiones, esta organización del trabajo ha satisfecho al con-
En cuanto a los efectos de la intervención Sp. a cargo de estos junto de los grupos desde hace casi diez años.
no especialistas, con un retroceso casi de diez años, hoy, basados Es aquí precisamente donde nos parece que nos reunimos
en una cifra importante de intervenciones llevadas a cabo por a, o que se nos reúne, un movimiento importante que vemos
grupos constituidos de esta manera, podemos decir: delinearse desde hace tres o cuatro años en un gran número de
- que nunca ha habido efectos nocivos, de una u otra manera, instituciones en Francia y, más particularmente, entre la clase
en la clase institucional. Además, ese es nuestro primer princi- de edad que va de los 25 a los 35 años. Lo que llamamos los
pio: no perjudicar; "movimientos en la Institución", (27) para distinguirlos de
- que todos los colectivos que han recurrido a estos grupos los "movimientos sociales" o de las actividades de los partidos
han manifestado que obtuvieron importantes resultados con la políticos y de los sindicatos. .
perspectiva de un funcionamiento diferente. Y cuando, lo que Para ser breve, estos "movimientos" consisten en un deseo
no es una circunstancia excepcional, han podido comparar el muy fuerte de trabajar en forma diferente: con una implicación
tipo de experiencia vivida con los cursillos del análisis llamado mayor, en rorma más colectiva, menos jerárquica. Simplemente
institucional, siempre han marcado muy claramente las ventajas con el rin de obtener más placer de lo que se hace, controlando
que han encontrado al trabajar con un grupo Sp. (26) en mayor medida el efecto de sus actos institucionales.
Para terminar, una palabra acerca de·la manera como se efec- Nuestra propia trayectoria conjunta así uno de los aspectos
túa la coordinación entre los grupos Sp. más dinámicos y más prometedores del deseo de cambio que
Cada grupo es autónomo: es decir, él mismo fija su modo de nace y se desarrolla en profundidad actualmente en Francia.
funcionamiento y de cooperación, no toma cursos de capacita- Un cambio en profundidad: porque finalmente es la organi-
ción, no se adhiere a ninguna Asociación, no paga cotizaciones, zación del trabajo lo que se quiere afectar, a la organización del
etc. trabajo determinada por el modo de producción de la sociedad
Solamente dos reglas. Participar en el coloquio anual. Parti- y que, para nosotros, ya se ha visto, predetermina muy pro-
cipar durante las seis semanas en el Boletín intergrupos. Esta fundamente todo cambio de las mentalidades más allá de cierto
es una manera de intercambiar información acerca del trabajo punto.
y las intervenciones en curso, de compartir su experiencia, de Quisiéramos terminar con un punto preciso. El término "per-
obtener ventajas de la experiencia de los otros; y también, sonalidad social" corre el riesgo de introducir la idea de que con
de evitar ciertos efectos que no dejan de afectar a los grupos 1"-1
él se alude, únicamente, a la "psicología". Ahora bien, para
que actúan a puerta cerrada. nosotros ese término abarca a la vez un campo diferente del de
¿El Boletín? Cada grupo dirige su contribución a un grupo la psicología tradicional y un campo necesariamente mucho
diferente cada año, designado para el Coloquio, que se limitará más vasto que el de cualquier psicología. Basta ennumerar los
a engrapar los envíos y despachar el conjunto a los distintos distintos ángulos desde los que se la puede aprehender para
grupos, evidentemente sin realizar ninguna censura. que esto se haga evidente. En efecto:
¿El Coloquio? El poder sobre el acto global del Coloquio
249
248
La personalidad social tiene un lugar de producción micro so- (8) En resumen: las dos características de una institución son:
cial: la institución de trabajo o de actividad social. Tiene una 1. produce un acto social global,
estructura de producción: la organización actual del trabajo 2. se halla atravesada por la lógica de lo social, cuya forma más explícita
en este caso es la organización del trabajo. Consecuentemente, si la inter-
en ese lugar, y la lucha contra la pauperización en lo que respecta vención se desarrolla con la Institución en su totalidad, se pierde lo que co-
al poder sobre el acto y su producto, pauperización que trans- rresponde a 2; pero si, como lo veremos más adelante, se trabaja con uno
forma al ser humano concreto en fuerza de trabajo abstracta. solo de los "niveles" de la Institución, el problema que se plantea es:
Esta tiene un "soporte": el sujeto colectivo institucional o "gru- ¿cómo no perder el 1?
po homogéneo" en sus relaciones intercolectivas institucionales. (9) Cf~· G. Lévy, Cl. Rueff, Enseignants, a vous de choisir! (Payot, París,
Tiene sus condiciones de aparición: movimientos de progresiones 1976).
y regresiones en favor de las cuales se pueden producir tomas
en conciencia de las fuerzas inactuales (psicofamiliares, de (10) Es bien sabido, por el ejemplo del estructuralismo lingüístico y del
origen infantil) y actuales (institucionales y sociales) que actúan estructuralismo etnológico, que ahí reside la mayor dificultad de las
"ciencias" humanas o sociales: la búsqueda de una determinación, en for-
en el presente. Y finalmente, sólo finalmente, su desarrollo ma no arbitraria, de las unidades pertinentes que permitan descomponer
produce efectos, secundarios en el tiempo, sobre el individuo en elementos la globalidad de lo real.
involucrado.
(11) Es esto lo que, por ejemplo, falsea radicalmente el alcance de las ex-
periencias de Mil¡:ram acerca de la sumisión a la Autoridad, como lo mues-
tra claramente un texto del grupo de sociopsicoanálisis de Pau (Coloquio
de Lyon, 1975). También es esto lo que permite comprender que los psico-
analistas no puedan aprehender la realidad psíquica más que en su sumi-
sión al proceso de repetición. Lo que hace salir a la personalidad de lo re-
NOTAS
petitivo, es la existencia de una realidad social sometida a su lógica propia
y que se comunica a la personalidad psicofamiliar.
(1) Volveremos, en efecto, como conclusión, sobre los límites de tal gene-
ralización. Límites que son los de ciertas personalidades patológicas. (12) Psicoanálisis institucional que practican, con rigor, Anzieu y su escuela.
(2) Redes fantasmáticas que hemos intentado reconocer, en sus diferen- (13) En efecto, para mayores detalles, remitimos a los diversos textos ci-
cias culturales, es decir, en la génesis sociocultural de las estructuras de tados en la bibliografía. Hemos proporcionado los protocolos integrales
placer y de displacer. en nuestra Anthropologie différentiel (1972). tanto de las sesiones de intervención como de las reuniones del Grupo
Desgenettes, en los seis primeros números de Sociopsychanalyse* y en los
(3) Para situar las cosas: en el siglo XIII, en Occidente, sólo existían tres libros de G. Lévy y Cl. Rueff, y de J. Beillerot.
máquinas: el molino de agua, el tomo de mano, el cabrestante. "Cada
obrero no hacía más que un oficio ( ... ) pero cada obrero confeccionaba (14) En particular en La chasse structurale (1977).
sin ayuda el objeto entero que debería entregar al público." H. Hauser,
Les débuts du capitalisme, p. 9 (15) En el caso en que la intervención tiene lugar con una clase institu-
cional que no obtiene un soporte financiero por su actividad propia
(4) Para recoger el título del libro de Georges Friedman, Le travail en (militantes de un partido, de un sindicato, etc.) no pedimos ningún pago.
miettes. .
Si la intervención concierne a una actividad asalariada, negociamos el reem-
bolso de nuestros gastos.
(5) Cf. Pour une autre societé (1975).
(16) C(. en Practiques d'un pouvoir plus collectif aujourd'hui, la tercera
(6) En relación con este último punto, cf. el excelente libro de Bernard parte concerniente a los obstáculos, y la quinta parte que trata del análisis
Edelman, La légalisation de la clase ouvriere (1978). ideológico.
(7) Al expresamos así, hacemos del trabajo aquello que fabrica la persona- (17) Una respuesta negativa a esta pregunta no se recibe solamente de par-
lidad social. El hombre no sería humano si no trabajara la materia del tes de los psicoanalistas, esto es tan cierto que si la respuesta de los psicoa-
mundo y comprendiera lo que hace. Pero también, y con esta misma pers-
pectiva, probablemente jamás ha trabajado la materia del mundo más que
cooperando con muchos. Lo humano en el individuo procedería así de la
cooperación y, en principio, de las estructuras de cooperación (lenguaje, * Hay traducción de Sociopsicoanálisis 1 y Sociopsicoanálisis 2, Amorror-
etc.) interiorizadas durante la infancia. Cf. nuestra Chasse structurale (1977). tu, Bs.As. (N. del T.)

250 251
nalistas es negativa, esta negación es, sin que lo sepan, de orden ideológico. (22) Inmediatamente antes de la fisura, el jefe había precisado en efecto:
Ejemplos de respuesta negativa por los no-psicoanalistas: "las estructuras "Quiérase o no, en el grupo de ustedes (el de los educadores sin jefe), hay
sociales no son sino la expresión realizada de las estructuras mentales" dos personas que se han postulado para el puesto de jefe, y ahora ya no
(Roger Bastide, Les Reves et les sociétés humaines). "De una costa a la pueden ser neutras en el nivel del equipo". Aplicación del viejo principio:
otra de los Estados Unidos, las universidades del Estado, las privadas, divide y vencerás.
grandes o pequeñas, ofrecen hoy cursos de 'formación continua' para los
adultos" (oo.) "Más que nunca los americanos parecen obsesionados por (23) Evidentemente, no son los únicos obstáculos. Volveremos a esto.
su 'yo' y los cursos giran generalmente en torno de temas parapsicológicos
y utilitarios: cómo desarrollarse, realizarse, adaptarse, recrearse, cambiarse, (24) Clase institucional pasada y no presente (cf. más arriba): se trata,
se, siempre se..... (Le Monde, 24/8/77). en efecto, de los educadores sin jefe y no del conjunto de los trabajado-
res que habíamos elegido reunir.
(18) Cf. D. Widlocher, Genése et changement (PUF, 1980): "Una de las
críticas más justificadas de Wallon con respecto al psicoanálisis ha sido (25) Ya sea que la sesión, siempre grabada, sea escuchada por el Grupo
tal vez el disgusto de que, en él, el método genético queda reservado úni- Desgenettes, ya sea que haya sido retranscrita y comunicada, antes de la
camente a la explicación del desarrollo de la infancia y la adolescencia. reunión, a cada uno de los miembros para que la puedan estudiar.
Exhortaba a la reflexión sobre una aproximación genética que no conside-
rara al adulto como un estado fijo consecutivo al movimiento psicogené- (26) Algunos ejemplos en relación con intervenciones recientes, y que
tico anterior, sino que estudiara la filiación de las estructuras durante todo atañen a la manera de trabajar de los interesados. En un internado educa-
el curso de la vida". En este sentido, se puede decir que nosotros estudia- tivo, un grupo de educadores elabora espontáneamente una reflexión
mos la socio génesis de la personalidad social en el adulto y su articulación, acerca de la posibilidad de trabajar sin jefe. En otro internado, afectado
en el mismo adulto, con la personalidad original infantil. Por supuesto, permanentemente por el turn-over del personal educativo y por la vio-
es claro que la estructura de producción de la personalidad social en el lencia de los adolescentes, aparece en los educadores el placer de trabajar
adulto (o. en el niño) está fuera del individuo, es extraindividual. en forma diferente y más colectiva, frente a niños-adolescentes agrupados
entre ellos, al mismo tiempo que disminuyen en gran medida la violencia
y el turn-over. En un CES de la región de París, un grupo minoritario de
(19) "Es el célebre problema de la identidad del sujeto y el objeto de la maestros demanda y obtiene trabajar con las mismas clases de alumnos y
acción histórica, identidad que tiene como consecuencia la imposibilidad desarrolla un proceso de discusiones de colectivo a colectivo.
de separar, cuando se trata del conocimiento de los hechos humanos, los
juicios de hecho, de los juicios de valor, y que da a la acción humana (27) Consagramos el volumen 8 de Sociopsychanalyse a estos "Movi-
el carácter de una apuesta sobre la realidad social ( ... )" L. Goldmann, mientos en las Instituciones", con el título de Pratiques d'un pouvoir
Marxisme et sciences humaines,* p. 210. En cierta medida, la "clase plus collectif aujourd'hui.
institucional" es un caso particular, situado en un marco que permite su
estudio, del concepto de "sujeto colectivo" desarrollado por Goldmann
a partir de Marx.

(20) En dos artículos: "De la sociopsychanalyse comme alibi et comme


défense" (en particular p. 153-160), y "Note préliminaire sur les clivages
complementaires. "

(21) En resumen, existe una diferencia de estructura entre personalidad BIBLlOGRAFIA


psicofamiliar, de origen infantil y cuyo elemento portador es el individuo,
y la personalidad social cuyo elemento portador es un colectivo y un in- (Salvo indicación, el conjunto de estos textos ha sido publicado por Edi-
tercolectivo institucional. ¿No se puede pensar entonces que ante el sur- tions Payot.)
gimiento de la angustia original psicofamiliar en el individuo, la unidad
estructural psicofamiliar desgarre la unidad de la personalidad social, más Obras de Gérard Mendel:
compleja y más frágil? En consecuencia, si el contenido de la fisura es, cierta- La révolte contre le Pere (1968) (trad. al español: Ed. Península), La
mente doble (deseo de poder sobre el acto, angustia ante este deseo), su "Crisede Générations (1969), Pour décoloniser l'enfant (1971) (trad. al
expresión, sin embargo, toma la forma de una regresión estructural que español: Ed. Ariel), Anthropologie différentieUe (1972), L 'anlloisse
evoca la estructura individual. atomique et les centrales nucléaires (1972) (con Colette Guedeney),
Le Manifeste éducatif (1973) (trad. al español: Ed. Siglo XXI), Pour
une autre Sacié té (1975), La Chasse structurale (1977), Quand plus
rien ne va de soi (Robert Laffont, 1979), La Psychanalyse n 'explique
* Hay traducción al español: Marxismo y ciencias humanas, Ed. Nueva pas la société (Stock, 1980), en la que se consagraron varios capítulos
Visión, Bs. As. a los peligros de la aplicación social del psicoanálisis. Artículos, en

252 253
particular: "La sublimation artistique" (Revue Franfaise de Psycha-
nalyse, 1964), "La Crise de la Psychanalyse" (Pouvoirs, J1úm. 11, 1979),
"Entretien sur la sociopsychanalyse" (Psychiatrie /i'ranfaise, 1979).

Sociopsicoanálisis:
Sociopsychanalyse 1 (1972): Psychosociologie. . . psychomanipula-
tion?
Sociopsychanalyse 2 (1972): La plus-value de pouvoir.
Sociopsychanalyse 3* (1973): Psychanalyse et sociopsychanalyse.
Sociopsychanalyse 4 (1974): Sociopsychanalyse dans une Institu tion
psychanalytique.
Sociopsychanalyse 5 (1975): La sociopsychanalyse: pour qui? pour
quoi?
Sociopsychanalyse 6 (1976): La sociopsychanalyse, un nouvel alibi
pédagogique?
Sociopsychanalyse 7 (1978): La misere politique actuelle.
Sociopsychanalyse 8 (1980): Pratiques d'un pouvoir plus collectif,
aujourd'hui.

G. Lévy, Cl. Rueff et Groupe Desgenettes, Enseignants, a vous de


choisir (1976).
J. Beillerot et Groupe Desgenettes, Un stage d 'enseignants, ou la ré-
gression instituée (1977).

Artículos:
La sociopsychanalyse, neuf ans apreso Maintenant, número especial,
agosto, 1979.
Ph. Roman, "Travailler avec plaisir?" lnformations sociales, núm. 10
(1978).
Cl. Rueff, "La sociopsychanalyse institutionnelle". Connexions, núm.
29 (1980).

Estudios acerca del Sociopsicoanálisis:


Michel Legrand (Lovaina): Psychanalyse et société (de próxima apari-
ción).
Jesús Palacios (Sevilla): La Cuestión Escolar, Barcelona, 1978,668 pp.,
(pp. 292-329).
A. R. Osorio (Salamanca): Sociopsicoanálisis y educación, Tesis, 1980,
450 pp.
E. Perilli (Padua): Sociopsicoanalisi, Tesis.
M. Rouvlev (Berkeley): Sociopsychoanalysis, Tesis.

*A partir de estos trabajos se hizo una edición en español que consta de


dos volúmenes Sociopsicoanálisis 1 y 2, Ed. Amorrortu, Bs. As. La selec-
ción de los trabajos que componen estos volúmenes, así como su distribu-
ción obedecen a las indicaciones del doctor G. Mendel. (N. del T.)

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