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El Corazón Y La Biblia

II. La Importancia De Nuestro Corazón


Ahora veamos dos razones por las que la función de nuestro corazón es tan
importante.
Los versículos anteriores nos muestran que nuestro corazón hace mucho más de lo
que pensamos. 

Además de sentir la amplia gama de emociones humanas, nuestro corazón piensa,


decide y percibe el bien del mal; pero hay dos razones por las cuales nuestro corazón
es tan importante.

1.- Amamos con nuestro corazón


Jesús dijo en Marcos 12:30: “Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con
toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal
mandamiento”
Si no tuviéramos un corazón, no podríamos sentir el amor. Dios nos creó con un
corazón para que pudiéramos tener una relación amorosa con Él.
Entonces, en un sentido muy real, nuestro corazón está en el centro de nuestra
relación con Dios.
2.- Nuestro corazón es la puerta de nuestro ser.
Además de ser el centro de nuestra relación con Dios, nuestro corazón es también la
puerta de entrada de todo nuestro ser.
Que nuestro corazón sea la puerta de entrada de todo nuestro ser significa que lo que
permitimos entrar y salir está determinado por nuestro corazón. Por ejemplo,
podemos cerrar nuestro corazón a ciertas personas y abrirlo a otras.
Cuando consideramos nuestra experiencia de salvación, este punto se vuelve claro
para nosotros.
Cuando escuchamos cómo el Señor Jesús murió en la cruz por nuestros pecados,
fuimos convencidos de nuestra pecaminosidad; al mismo tiempo, comenzamos a
apreciar a Jesús y lo que hizo por nosotros.
Sentimos la profundidad y la dulzura de Su amor por nosotros.
Entonces abrimos las puertas de nuestro corazón para creer en Él y aceptarlo como
nuestro Salvador. Fue nuestro corazón el primero que fue tocado y abierto para
dejarlo entrar.
3.- El Corazón Y Nuestra Relación Con Dios
¡Fuimos creados por Dios de una manera tan maravillosa! Tenemos un espíritu para
contactarlo, recibirlo y contenerlo como vida, y un corazón para amarlo.
El Corazón Y La Biblia
Él quiere ser nuestra vida y quiere que lo amemos con todo nuestro corazón.
Nuestra relación con el Señor comienza en nuestro corazón. También es mantenido
por nuestro corazón. Por eso es tan importante la condición de nuestro corazón.
Con cualquier relación, cuando surge un problema, debemos abordarlo. No debemos
pensar que el problema desaparecerá por sí solo.
Tal vez tengamos cierta actitud hacia la otra persona, o ciertos pensamientos negativos
sobre ella.
Tal vez dijimos o hicimos algo que lastimó a la otra persona, pero no estamos
dispuestos a enmendarnos. Dejar tales cosas sin resolver solo puede resultar en dañar
la relación.
De la misma manera, para que podamos estar en armonía con el Señor y disfrutar de
una relación amorosa con Él, debemos abordar cualquier problema que surja entre
nosotros y el Señor.
Tales problemas siempre están de nuestro lado e involucran nuestro corazón.
De hecho, muchas dificultades en nuestra vida cristiana que nos impiden progresar son
realmente problemas en nuestro corazón, es decir, en nuestra mente, emoción,
voluntad o conciencia.
Por ejemplo, podemos tener un problema en nuestro corazón porque nuestros
pensamientos sobre cierto asunto no concuerdan con los pensamientos del Señor.
O tal vez los sentimientos que tenemos hacia alguien no se corresponden con los
sentimientos del Señor.
Quizá insistimos en seguir nuestro propio camino porque nuestra obstinada
voluntad está endurecida.
O podemos tener un problema en nuestra conciencia porque no hemos tratado con
las cosas que han ofendido y disgustado al Señor.
Con nuestro corazón en tal estado, ¿Cómo puede ser dulce y armoniosa nuestra
relación con el Señor?
Ahora podemos ver cuán importante es ser conscientes de la condición de nuestro
corazón para mantener nuestra relación amorosa y cálida con el Señor. 
Versículo a memorizar
En el agua se refleja el rostro, y en el corazón se refleja la persona. Proverbios 27:19
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