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NOMBRES: Valery Ruth

APELLIDOS: Ayasta Leonardo

DNI: 7304817

RED: Montano

CURSO: Discipulado 3

EQUIPO: Los Apóstoles

LIBRO: X: Multiplique el potencial que Dios le dio

AUTOR: John Bevere

AÑO: 2021
X: Multiplique el potencial que Dios le dio - John Bevere

Todos en algún momento nos hemos preguntado “¿Cuál es el propósito de Dios en mi


vida?” y tal vez, hasta ahora, no tengamos una respuesta clara sobre esto. El libro X:
Multiplique el potencial que Dios les dio ayuda a los cristianos a descubrir nuestro
propósito y avanzar en esa dirección.
Pero, siendo administradores de lo que nos pertenece y haciendo uso de nuestro libre
albedrío, podríamos actuar con los dones de tres formas:
• Ser negligentes con esos dones. Aunque tenemos la oportunidad de actuar conforme
al plan de Dios, no necesariamente lo hacemos (ya que no es lo más cómodo). El
Señor diseñó cosas para nosotros antes de que naciéramos y las escribió todas en un
libro para que anduviésemos en ellas; sin embargo, el contraste que se hará entre el
libro y nuestras acciones en vida se verá cuando estemos frente a Dios. Eso no
significa que arruinaremos el plan si fallamos, pues para Dios no será una sorpresa,
pero sí nos afectará a nosotros, incluso a nuestra descendencia.
• Para edificarnos a sí mismos. Aunque esto no está mal, Dios tiene un plan mayor
para nuestras vidas (¡fuimos creados para algo más!) y Él está apasionado por que
nosotros descubramos y obedezcamos su plan, así iremos creciendo y alcanzando la
plenitud de nuestro llamado, los dones nos fueron entregados para invertirlos obrando
con amor en los demás.
• Para edificar el reino, que es más correcto, puesto que debemos honrar a Dios
haciendo su voluntad, y las cosas escritas en Su libro son para edificar el reino. Para
Jesús, hacer la voluntad de su Padre era su comida, con más razón debe ser la nuestra,
si no comemos nos debilitamos, del mismo modo, hacer la voluntad de Dios nos
fortalece y procuremos que obedecer a nuestro Padre sea por pasión y no lo veamos
como una obligación, si es así, pensemos por qué nos falta satisfacción en lo que
hacemos.

Nuestros dones fueron entregados por gracia, quiere decir que no nos los dieron por
madurez espiritual o méritos, si vive el Espíritu Santo en nuestras vidas, entonces tenemos
dones que debemos utilizar. A veces nuestros pensamientos podrían obstaculizar que
desarrollemos los dones, porque la inseguridad invade nuestra mente, pero si confiamos
en Dios, quien saber para qué nos los entregó, los desarrollaremos y multiplicaremos.
Ahora bien, nosotros nos convertimos en mayordomos y administradores de nuestros
dones, ya observamos que los podemos utilizar de tres formas, y al decidir en una de ellas,
estamos decidiendo algo muy importante. Tan importante que Pablo en una carta utiliza
la palabra Ay que en el griego ouaí tiene un significado de dolor y/o desastre para referirse
a la situación en la cual no use bien sus dones, lo cual demuestra la seriedad que tiene el
asunto de administrarlos correctamente, no sólo afecta a uno mismo si no a los demás a
quienes reciben del don.
Por otro lado, si cumplimos el plan de Dios, de buena voluntad, con una actitud
desinteresada, es decir, con intención de servir a los demás y no ser egoísta al tratar de
obtener beneficios con el don.
Es más, como administradores, podemos decidir cómo nuestros dones pueden operar,
pero si no seguimos la intención original de Dios, estamos desobedeciendo, un ejemplo
mencionado es Moisés. Dios le dio el poder de hacer señales milagrosas y lo hizo cuando
golpeó una roca y sacó agua; sin embargo, eso no fue lo que el Señor le dijo que hiciera.
La gestión de los dones no la podemos olvidar, depende de nosotros obedecer.
Jesús será quien nos evaluará como administradores, Él nos pedirá cuentas de cómo
utilizamos lo que se nos confiaron, así como la parábola de los talentos. El jefe felicitó la
fidelidad del empleado que multiplicó, en cambio, el tercer empleado tuvo temor, no
multiplicó y fue llamado inútil y perverso. Nuestra fidelidad se basa en multiplicar y no
hacerlo es perder la oportunidad de ver todo lo que Dios tiene para nuestras vidas.
Así que sabiendo que tenemos que utilizar los dones con responsabilidad, podemos seguir
avanzando en el descubrimiento de nuestro propósito, unir los puntos: entender la visión.
Frecuentemente, nos pasa que no entendemos cuán importante somos para cumplir el plan
de Dios, es más, no reconocemos nuestros dones. Algo parecido nos cuenta el autor en
una experiencia con su amigo Stan, él no entendía que sus dones para los negocios eran
importantes para el reino de Dios y no lo entendió hasta que su amigo se lo hizo ver. De
igual manera nos puede suceder.
Ciertamente nuestros dones edificaran el cuerpo de Cristo, mas no siempre nuestro
ministerio estará dentro de la Iglesia, los dones pueden ser para cualquier ámbito: salud,
deporte, negocios, arte, etc. Dios nos llamó a cada uno con un propósito especial, no todos
somos llamados a pastores. Se necesita conocimiento, sensibilidad espiritual y madurez
para darnos cuenta, pero uniendo los puntos, se multiplicará el potencial que cada uno de
nosotros tiene.
El potencial que usted tiene no es automático; se debe desarrollar. No se trata de
conformarnos, debemos ser valientes y muy intencionales, salir de nuestra zona de confort
y avanzar hacia la multiplicación. Y la palabra de Dios nos dice cómo lograr que nuestro
potencial crezca: con sabiduría. La sabiduría aumenta nuestra eficacia, y ¿cómo la
conseguimos? con la misma Palabra de Dios. Pocos se atreven a avanzar en este paso,
pero es una gran decisión, pues quien lo hace, resulta beneficiado.
La verdad es que no tenemos que hacer todo en nuestras fuerzas, sino por la charis de
Dios, expandir nuestra fe en la gracia y dones de Dios; ya que todos tenemos limitaciones,
empero esto nos beneficia porque nos apoyamos en la fuerza del Señor. En lugar de
escuchar los pensamientos que nos limitan, llenemos la mente con las promesas de Dios.
Al igual que Pablo, que tenía debilidades, pero él se deleitaba en ellas, pues en esas
limitaciones, se manifiesta en poder de Dios y la única forma de multiplicar la gracia es
creyendo, teniendo fe.
Con todo lo mencionado, en lo personal estoy lista para salir de mi zona de confort e ir
por el propósito que Dios tiene para mi vida, sé que debo empezar a unir los puntos,
descubrir mis dones y dónde debo utilizarlos. Aprendí que mi principal pensamiento no
debe estar en lo que yo puedo hacer, sino en lo que Dios puede hacer a través de mí, me
siento preparada recibir la sabiduría de Dios y multiplicar mi potencial, obviamente,
siendo una sierva fiel y responsable al utilizar mis dones. Sé que si soy fiel tendré más
responsabilidades de parte de Dios, así que primero, seré fiel en lo poco. Para multiplicar
hay que buscar más y voy a hacerlo con integridad.

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