Está en la página 1de 4

Rollo #8. “Acción Apostolica” 20 min.

El motivo de estar aquí es para hablar de la Acción Apostólica, porque tenemos


que actuar, obrar como los Apóstoles y que es el Obrar Apostólico.

Al mirar a un ser vivo, sin movimientos pensamos que está muerto o en estado
vegetal.

El hombre, perteneciendo a una sociedad, se encuentra en constante movimiento,


puede ser en forma consiente o inconsciente. Puede ser una actitud en beneficio
personal, para la familia o en beneficio de la sociedad en si.

Muchas veces hemos escuchado hablar o vimos a personas en estado de coma o


inconscientes, éstas, no tienen movimientos propios. Al suceder esto, decimos que
esa persona no tiene vida.

Se encuentra en un estado entre la vida y la muerte, por lo tanto se le llama a


estado, “Estado vegetativo”.

Amados Candidatos, es vital el movimiento para nuestros cuerpos, pero, más vital
es el movimiento del Espíritu Santo dentro de cada uno de nosotros.

Cuando Cristo está dentro nuestro, en nuestra mente, tenemos que actuar,
trabajar para él con nuestras manos y con todo nuestro ser. Tenemos que
alimentarnos con Su Palabra y respirar a través de la oración, que es el “Oxígeno
del Alma”.

Tenemos que actuar con responsabilidad y debemos tener una vida espiritual
firme. Si esto no sucediera, nos encontramos en un estado de coma espiritual.

La Palabra de Dios dice en Isaías 6:8 “¿A quién enviaré y quién irá por
nosotros?". Dios nos está llamando constantemente. Si nosotros sólo queremos
retener las Alegrías y emociones. Estamos equivocándonos.

¿Qué diferencias existen entre la alegría y el gozo que da el mundo?. Una


persona que reciba la alegría y el gozo que viene de Dios y comprende el deseo de
Dios, poniendo su vida para servir a Dios, este es un discípulo, un apóstol.

Amados Candidatos; nosotros tuvimos un cálido encuentro personal con Dios por
el sacramento y en nuestras venas corre la poderosa sangre de Cristo que derramó
por nosotros en la cruz del Calvario.

También nosotros compartimos su carne y somos, ahora, parte del señor. Por
esto somos los llamados Apóstoles del Señor y formamos parte de su cuerpo.
1
Somos amados por Dios. Este llamado significa que nosotros debemos ser
responsables y hacer las mismas obras como la hacían los Apóstoles.

¿Por qué razón pensamos que debemos actuar como los Apóstoles?

Primero: La principal causa es porque actuando como los apóstoles podemos


conocer y estar más cerca de Jesucristo; conociéndolos más profundamente.

Una persona que no tuvo hijos, no puede saber o conocer el dolor, el sufrimiento
de un parto o cuando uno no ha sido padre, nunca podrá comprender el amor que
un padre tiene por sus hijos.

Nosotros tenemos que aprender del fruto del gran amor de Jesús que obró siendo
ejemplo de los apóstoles. Tenemos que hacer las mismas obras que hizo el Señor
y cuando obramos a través de su deseo, en ese momento el poder de Dios está en
nosotros y podemos vivir ese poder. Cuando esto sucede aprendemos a confiar
más y más en nuestro Señor.

Quisiera compartir con ustedes un testimonio personal....... (ATENCIÓN


ROLLISTA, incluya un testimonio personal que tiene que ver con el tema que está
desarrollando)

Segundo: A través de las obras apostólicas podemos predicar las Palabras de


Jesucristo. De alguna manera, recibimos la palabra de Dios. Podemos propagarla
oralmente o por la escritura. Sin embargo, la mejor manera de hacerlo es actuando
como Dios quiere y cuando reflejamos la imagen de Jesús haciendo las mismas
obras que hacían los apóstoles. Allí es cuando las otras personas pueden creer en
Jesús a través de nuestras vidas.

Cristo nos amó primero y nosotros somos personas que recibimos el amor de
Dios, pero, si sólo retenemos el amor que recibimos, vamos a terminar perdiéndolo.

Por esto, debemos tener una actitud de expresar el amor que recibimos del Señor
y de esta manera, podrán recibir y conocer el amor del Señor, además nosotros
creceremos en ese amor.

Primero debo tener un encuentro personal con Jesús, y ser una persona capaz de
predicar de su gran amor.

Me gustaría que reflexionemos un momento sobre lo siguiente ¿A quién estoy


amando en realidad y qué cosas estoy guardando en mi corazón?.

Pensemos específicamente sobre la siguiente pregunta ¿Qué es trabajar u obrar


como pastores?. En el Libro de los Hechos de los Apóstoles capítulo número uno y
versículo ocho (Hch. 1:8), dice: “pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre

2
vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en
Samaria, y hasta lo último de la tierra.1”

Un Apóstol es una persona que tuvo un encuentro personal con el Señor alguien,
que predica su Palabra, Su Nombre y es una persona que conoce su deseo.

Para esto debemos comprender los pensamientos y deseos del Señor.


Conocemos nombres de famosos pero realmente no discernimos sus
pensamientos y deseos; a menos que pudiéramos conocer a la persona.

Si queremos conocer a Dios en forma intelectual, lo podemos hacer a través de la


lectura de la Biblia, sin embargo, este conocimiento no nos permite ver el deseo de
Dios. Por nuestra cuenta no podemos obtener tal conocimiento.

Entonces ¿de qué manera podemos conocer su pensamiento y sus deseos


profundos?. ¿Cómo podemos saber lo que siente el Señor?.

En la Primer Carta del Apóstol San Pablo a los Corintios en el capítulo tres y
versículo once, (1 Co. 3:11), expresa “11Porque nadie puede poner otro fundamento
que el que está puesto, el cual es Jesucristo.2”.
Dios quiere que recibamos su Espíritu Santo. El Espíritu vino para ser testigo de
Dios. Cuando el Espíritu de Dios está en nosotros y con nosotros, tenemos la
posibilidad de conocer de Dios y saber de Él.

Como segunda reflexión a este pensamiento que venimos desarrollando acerca


de saber o conocer lo que Dios desea o piensa, decimos que tenemos que ser
testigos del Señor.

Muchas personas dicen haber asistido por muchos años a la Iglesia, pero nunca le
han hablado a ningún otro de Jesucristo. Su argumento esta basado de que no
hay necesidad de hablar a otros, pues lo más importante es su vida espiritual y su
relación con Dios. Sin embargo, el deseo de Dios es que todos los hombres
conozcan la Palabra de Dios. Su interés está en salvar al hombre de su pecado por
esto dio a su Hijo amado para que muriera en la cruz y así salvar al hombre de la
condenación eterna.

Por esto debemos conocer el deseo de Dios y trabajar en pos de Su deseo. De


esta manera otras personas serán salvadas de la condenación. Incluso deberíamos
ir por todo el mundo este mensaje. Este es el deber del apóstol.

Ahora bien, como respuesta a la pregunta principal sobre la cual estamos


desarrollando este rollo que era ¿Por qué razón pensamos que debemos actuar
como los Apóstoles? , en Tercer lugar tenemos que reflejar la Luz de Dios, es decir,
la imagen de Jesucristo.

1
2
3
Gálatas capítulo cinco, versículo veintidós (Gá. 5:22) “Mas el fruto del Espíritu es
amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,3”.
El hombre, aún creyente en Cristo, vive en este mundo, actúa de acuerdo al
mundo. Sin embargo, la persona que tiene al Espíritu de Dios tiene que vivir de
acuerdo al Espíritu del Señor y dar frutos conforme al deseo de Dios y más que
nada tiene que basarse en el AMOR.

El Señor dice que entre la fe, la esperanza y el amor, el más importante es el


amor. Sin amor no podemos ayudar a nadie, ya sea nuestro prójimo o amigos,
Porque Jesucristo es amor y cuando el Amor de Dios reboza en nuestros
corazones, podemos hacer cualquier cosa en Nombre del Señor.

Seguramente a nuestro alrededor hay muchas personas que tienen sed de recibir
Amor. Personas que están esperando una mano, una ayuda, pues el mundo les ha
dejado mucho dolor. Ustedes tienen que ser el prójimo de ellos, pues una palabra
que demos en el nombre de Jesucristo puede cambiar sus vidas. En cualquier
lugar donde esté el Señor estará con nosotros por que es nuestro Amigo.

Tenemos que esforzarnos en amar a nuestro prójimo e incluso amar a aquellos


que no deseamos, porque Dios me ha amado a mí y a ustedes. Personas que no
merecíamos ni teníamos ese amor. Estabamos incapacitados de recibir su amor.

Queridos Candidatos, En nuestra vida escuchamos y nos encontramos con


personas que son y parecen mucho mejor, en su trabajo para Dios, que nosotros.
Pensamos que ellos tienen las cualidades que Dios necesita para que le sirvan, y
que nosotros no podemos hacerlo por tantas limitaciones. Pero, aunque no seamos
los mejores, el Señor nos ha escogido para obrar y actuar a través de nuestras
vidas. ¡Si le creemos y confiamos en Él, podremos servirle!.

Amados Candidatos, pensemos que nuestro espíritu fue rescatado para metas
muy altas, más altas que las que tenemos en este mucho. No olvidemos cual es
nuestro objetivo.

¡Despiértense en sus corazones y a viva voz digamos juntos ¡TUVE UN


ENCUENTRO CON DIOS, CONOZCO SU DESEO Y LO AMO!.

Siempre tenemos que recordar el amor que Dios nos dio para vivir con él porque
El Señor estará siempre acompañándonos.

Amados Candidatos: ¿Quieren compartir conmigo una vida como la de los primero
Apóstoles?

¡DE COLORES!

3
4

También podría gustarte