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ALUMNA: ARIADNA ARANDIA ZAMORA

MATERIA: ENFOQUES FILOSÓFICOS EN LA EDUCACIÓN

ASESOR: DR. FERNANDO GONZÁLEZ LUNA

ACTIVIDAD DE APRENDIZAJE: 2.

ANÁLISIS DE TEXTO SOBRE LA EDUCACIÓN GRIEGA Y SUS FUENTES


La educación griega y sus fuentes: aproximación a las épocas clásicas y
tenísticas en Atenas.

¿Cuáles son las fuentes principales para el estudio de la educación griega?


Durante el siglo v a. C. se constituye el punto de partida de varias fuentes principales
para el estudio de la educación griega, incluyendo algunas fuentes literarias de
dudosa veracidad, sin embargo, se mantienen las fuentes arqueológicas y
epigráficas como sustento de la gran aportación de la cultura griega hacia la
educación.

Como lo he mencionado anteriormente se destacan en los escritos el legado de dos


grandes de la cultura griega: Platón y Aristóteles, de los cuales se poseen en voz
de famosos investigadores y publicaciones en revistas poco o breve contenido
monográfico, del cual es rescatable la gran herencia a la pedagogía actual ya que
son considerados como los autores de las bases de la actual educación. Misma que
adentraremos en el presente escrito.

Cabe mencionar que las obras de Homero, Hesíodo, Esquilo, Sófocles, Eurípides,
Aristófanes y Tucídides tienen gran aporte en el proceso del desarrollo educativo
griego, y no con menos importancia tenemos las fuentes arqueológicas con sus
ejemplares cerámicos y las fuentes epigráficas con sus inscripciones tan claras del
desarrollo educativo en la época.

¿De qué manera la conformación del Estado ateniense constituyó el punto de


partida de un gran movimiento educador?
El movimiento educador no lo podemos entender sino desde el análisis y estudio de
las fuentes literarias arqueológicas y epigráficas de la época clásica en Atenas.

Dado lo anterior puedo afirmar que lo que había sido llamado como alfabetización
y/o escolarización de los griegos, se encontraba con grandes limitaciones, y con
una concepción de Estado bastante precaria, en la cual no se tenían ni un dotado

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fondo económico, ni estatutos conceptuales adecuados, se concibe en un principio
como la idea del Estado en ámbitos educativos algo irreal, dejando claro que era
solo un ideal de la época. Se puede observar dada la lectura de Espinoza E. D.
(2007):
La población griega presentaba niveles muy bajos de instrucción; leer y
escribir eran habilidades que solo unos pocos poseían, mientras que la gran
mayoría respondía a los dictados de la cultura oral.

Más allá de la baja calidad inicial, se tenía clara la perspectiva hacia donde se quería
llevar la educación, y esta gran concepción no dejaba de lado al Estado, sino por el
contrario, éste requería la posesión de la responsabilidad educadora, centrada en
el respeto y la justicia, tomando como base fundamental de la sociedad la práctica
política de los sujetos educados.

Y como fin último siempre sostuvieron que la educación era la forma más natural
para vivir la justicia dentro de la sociedad. Más aun Platón propuso un sistema de
educación obligatorio, en donde el Estado tenía el control de la misma, esta forma
de revolucionar la educación fue quizá la más vanguardista idea puesta en marcha
de la sociedad griega en la antigua Atenas, misma que dejaba de lado la forma y
tradicional de educar, en donde los padres decidían la enseñanza para sus hijos,
incluyó a las mujeres como parte de los educandos, defendiendo que ellas tenían
las mismas capacidades y potencialidades que los hombres; y la ubico en dos
estadios:
1. Educación elemental: la cual era una formación de los jóvenes hasta los 20
años, posteriormente ingresando al servicio militar.
2. Educación superior: solamente para aquellos que conformaban la clase
dirigente

En conclusión, el Estado con este nuevo y vanguardista sistema educativo tomaba


lo mejor del sistema tradicional ateniense de educación y sumaba la educación de

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justicia que proponía el Estado, de una manera sistemática y con una metodología
ya estructurada.

A este hecho se le atribuye la formalidad de la política del Estado a través de la


generación de sus leyes, unas leyes basadas en la idea del hombre – mujer
educados bajo los principios de ser personas soberanas de su pensamiento, con
capacidad de intervenir en los en asuntos de la sociedad, nacen y se desarrollan los
conceptos de conocimiento, el saber en sus más ideales concepciones, así como la
explicación del cuerpo y espíritu como temas de estudio por los hombres.

Lo anterior contribuye en gran medida a satisfacer las necesidades de democracia


que Atenas requería en su momento. Esta necesidad recae en la actualidad en toda
nación y todo gobernante ya que no hay valor supremo del hombre que este por
encima de sus principios a favor de los demás, en una comunidad organizada, ya
que de lo contrario contraviene todo supuesto de justicia y respeto por la vida
misma.

c) ¿Cómo conformaban los griegos el concepto de “educación integral”?


El tema de la efebía está íntimamente relacionado con la educación integral de los
griegos.

La efebía entendida como:


La efebía era una especie de servicio militar para los jóvenes griegos que se
desarrollaba en parte en los gimnasios. Consistía en un año de instrucción
militar y ejercicios físicos y otro de servicio militar en alguna posición
fronteriza. Después de estos dos años el joven ya podía incorporarse a la
vida civil de la polis. En los siglos posteriores la efebía pasará a contar cada
vez con menos alumnos, ya que perderá gran parte de su papel como
formadora de soldados para ganar más peso si cabe en la formación
intelectual. Entre los años 334 y 325 el número de efebos se sitúa entre 650
o 700 mientras que en el año 244 tan sólo fueron 23 y a partir del año 162 se

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estabilizó en torno a los 79, entre los cuales había varios extranjeros. La
efebía se convirtió pues en un lujo para unos pocos. ADIEGO, J. (2012, 25
agosto).

Así también las instituciones educativas, la academia, el deporte, la gimnasia


forman parte de la educación integral griega. Recordando que el areté o virtudes del
ideal griego componían la concepción suprema del sujeto educado. En este
apartado dejaban notar la importancia que se le daba a todos los talentos que las
personas de la antigua Grecia podian tener, es decir, un hombre educado no solo
era el cumulo de conocimientos, sino también la integración de acciones y
actividades en favor del deporte, la cultura, el arte y la naturaleza, entendida como
la vida misma.

El método educativo no constituye una forma de impartición de la enseñanza


durante los siglos v y iv a. C., sino que forman de manera secundaria un
acompañamiento de la filosofía y el pensamiento político de la antigua Grecia.
Considerando la educación como el fin para conseguir un determinado estado de
las cosas.

La integralidad de la educación griega, está relacionada a la diada ciudad – estado


griega, que se conforma mediante el acuerdo de aspectos políticos, sociales o
económicos, todos a disposición del beneficio común. La concepción de comunidad
educada constituye la suma de cada uno de las personas que participan de la
educación, respondiendo las necesidades de cada una de las diferentes épocas.

d) ¿A qué se refieren los términos paideia y politeia?


De acuerdo con De La Torre, M., & Facultad de Filosofía y Letras, Universidad
Autónoma de Nuevo León, México. (s. f.)
Para las ciudades-Estado de la Grecia de los siglos VII a IV a.C.,
la Paideia era el sistema de ideas, principios, convicciones y creencias que
expresaban el sentido, la justificación y el origen de la legitimidad de la

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ciudad-Estado y, claro, de los individuos que actuaban para que la comunidad
se mantuviera y se realizara continuadamente. La Paideia era el resumen de
la cultura, de la obra creadora del mundo antiguo, recogida por los griegos y
puesta en acción en la conciencia de comunidad de cada individuo, quien con
su acción contribuía a mantener su existencia.

Rigurosamente citando a Briceño M. (1989), nos comparte que el concepto de


politeia se refiere entre otras acepciones más contemporáneas a:
Examinemos la palabra polis. Aristóteles no habla sino de polis 'ciudad'
(πολις); jamás habla de «estado», «ciudad-estado». Esta voz latina (status),
en el sentido actual entró tardíamente en nuestro idioma (siglo XVI), por
influjo quizá del francés (état), o del italiano (stato), en particular, de
Maquiavelo. En Aristóteles, polis no corresponde a la idea de pueblo, aldea,
municipio, ciudad, sino, más exactamente, a la que hoy se tiene de «estado»,
que en Atenas es más vasta que la capital, pues abarca el territorio agrícola,
los campos aledaños, el Ática misma dividida en fincas y villorrios.

Polis es, por lo tanto, expresión del fenómeno geográfico y del político: es el
lugar donde palpita la ciudad y es, también, la población sumisa a su
soberanía absoluta (11. M. Defourny, Aristote, Étude sur la politique, París,
1932, págs. 466-467). Polis es una comunidad compuesta de gobernantes y
gobernados, un todo compuesto de partes (12. Pol. I, 2, 1253a; VII, 8, 1322a),
no una mezcla cuyos componentes forman una entidad nueva; es una
síntesis (13. Ibid., III, 1276b), una unión de elementos simples que subsisten
como tales en el interior del compuesto. Siendo un todo, la polis se compone
de elementos disparejos (14. Ibid., II, 2, 1261a), de los cuales los unos
mandan y los otros obedecen (15. Ibid., I, 6, 1254a); sus partes, es decir, los
individuos, están –con relación a ella– como las partes de cualquier todo
frente a ese todo (16. Ibid., I, 2, 1253a).
Por eso (17. Jean Aubonnet, Aristote, Politique, Paris, Les Belles Lettres,
1968, t. I, pág. 105 n. 2), nunca traducimos «ciudad», ni «ciudad-estado»,

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como se lee a veces. Decimos simplemente polis, que es como dice
Aristóteles.

Otro ejemplo: politeia, en la traducción nuestra, preferimos dejarla en la forma


original. En las versiones corrientes, incluso en la de Julián Marías y en la de
Gómez Robledo, es traducida por constitución, régimen, configuración del
régimen establecido, república (!), &c. Mas para el mismo Aristóteles, politeia
es el derecho de la polis a participar en la vida política o, para emplear sus
palabras, «politeia es la ordenación de las magistraturas de una polis, en
especial de las más altas entre todas» (18. 1278b). Y añade: «El politeuma
de una polis es [la] suprema [autoridad] dondequiera, y politeuma [o sea, el
cuerpo cívico que disfruta de los derechos políticos] es, en suma, la politeia.
Digo, por ejemplo, en las democracias el pueblo es soberano, en las
oligarquías, por el contrario, la minoría: decimos entonces que la politeia de
éstas es diferente.» Luego explica: «Politeia y politeuma significan lo mismo:
politeuma es lo soberano de la polis, y necesariamente soberano es uno o
pocos, o la mayoría. Cuando uno o pocos o los más gobiernan por el bien
común, rectas son esas politeias lógicamente...» (19. 1279a).

Ahora bien retomando la literatura de Espinosa, E. D. (2007), tenemos que la


paideia, se refiera a los ideales de la cultura griega más que al marco estricto de la
educación.

Así como hace mención de la afirmación aristotélica en donde una de las


dimensiones vitales del individuo –el hombre por naturaleza, es un animal político-
Entendemos pues que el ser humano es considerado como un medio para
formalizar y formular una comunidad con características políticas, gregarias de
trascendencia, con códigos morales y de expresión lingüística, superando así sus
mismas pretensiones para formar lo que se conoce como un Estado desde el
profundo concepto de política.

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Dada esta concepción de gremio en búsqueda de una política de Estado, donde se
aspiraba a la democracia, era necesario constituir un sistema de educación, superior
al areté aristotélico y con nuevas visiones futuristas de los ciudadanos, se exacerbó
y se adaptó la educación pública sobre la educación privada, el Estado tenia
permitido educar de manera libre a todos los ciudadanos, surgiendo un nuevo
concepto “paideia”, que significaba a superación de los favores o privilegios
obtenidos en la antigua educación aristocrática.

Posteriormente en el siglo iv a. C. se consideró a la paidea como el motor del


renacer y esplendor de la cultura griega, formando líderes que gobernaran al pueblo.
Sin embargo, esa formación o educación de líderes iba encaminada a la nueva
manera de educación, esa paideia fue la base de cómo se dirigía la enseñanza de
unos a los otros.

Cuando hablamos de los términos paideia y politeia, nos referemos en cierto modo
a la relación estrecha que ocupaba la educación en la vida política de la antigua
Grecia, siendo esta un referente icónico que nos muestra que la forma de
vanguardista y académica de educación de los griegos determino en gran medida
la construcción de un estado dotado de virtudes y conocimientos que dieron vida a
las instituciones que conformaron el Estado político de aquellos tiempos. Sin olvidar
que desde Platón se erigía un eje rector pala la vida y sociedad pública, es decir lo
justo, considerándolo la base que da origen a la sociedad ideal desde una sociedad
real, esta consecuencia natural de la educación según Platón daba lugar a pensar
que la plenitud y perfección de los educandos solo se manifestaba en la
subordinación de la razón a la moral mediante la educación.

Con lo anterior reiteramos la idea del bien común, alcanzando una sociedad llena
de dicha y perfección.

Ahora bien según Isócrates podemos afirmar que concebía la paidea como el
culmen de la obediencia, el amor y el afecto. Y agregaba la observacio y estudio de

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los hechos del pasado como una retrospectiva motivadora hacia la cultura
contemporánea, poniendo de manifiesto sus comparativos, alentando a la sociedad
a considerar a los historiadores en una categoría de clásicos. De manera
concluyente la escuela isocrática fomentaba en todos sus alumnos la elocuencia y
arte de hablar bien.

Por otro lado, nos menciona Espinosa, E. D. (2007) que Aristóteles (384 – 322 a.
C.) consideraba la democracia moderada o politeia como:
Una conjunción de oligarquía y democracia que buscaba el equilibrio entre
los elementos cuantitativos y cualitativos… que el desarrollo perfecto de la
ética alcanzaba su máximo desarrollo en Política… donde se ocupa de forma
mas completa el tema educativo, vinculando comunidad y educación, pues el
fin de la comunidad y del individuo es el mismo, y por tanto ha de ser idéntico
el fin propuesto para la mejor comunidad y para el mejor hombre.

e) ¿Para qué, por qué y cómo se debía impartir la educación, - según la filosofía
griega?

En respuesta a este cuestionamiento quiere referirme primeramente al artículo


publicado en la web por Avial L. (2019) en donde hace una excelente compilación
de las etapas de la educación griega:

La educación en el periodo arcaico


La educación de este periodo, también conocida como homérica, tenía un
marcado carácter aristocrático y militar, por lo que se encontraba muy
limitada a un pequeño sector de la población, que podía tener tiempo y
riquezas necesarias para acceder a esta instrucción.

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De esta forma, la educación arcaica contaba con aspectos técnicos y éticos,
transmitidos oralmente. En cuanto al primero, implicaba el manejo de las
armas, los deportes y juegos caballerescos, las artes musicales (el canto,
la lira y la danza), la oratoria y el trato social. Sobre el segundo, se trataba
de educar al joven dentro de los valores militares propios de la aristocracia
arcaica. Asimismo, también existía una primitiva educación literaria,
contando con Homero como texto básico, considerado como el educador
de la Hélade incluso en tiempos posteriores. Sus epopeyas se consideraban
como un manual de ética, que enseñaban a los nobles modelos de
comportamiento y de actuación. Los valores ideales que Homero transmitía
se resumieron en el concepto de la areté (ἀρετή), considerada como el valor
y la excelencia que todo hombre debía poseer. De esta forma, la educación
arcaica se encontraba destinada fundamentalmente a los jóvenes nobles,
otorgándoles una formación militar y literaria de carácter básico.

La educación en el periodo clásico


A pesar de que la educación no estaba institucionalizada en Grecia como
una obligación de los padres, lo cierto es que debía estar ampliamente
extendida como nos muestra la Arqueología a través de sus diferentes
hallazgos (escenas pintadas en vasos, ostraca con textos, material
escolar…). Sin embargo, lo cierto es que nunca dejó de ser una cuestión de
estatus social y económico, porque los únicos que podían completar su
educación siempre fueron los ciudadanos de las clases más elevadas.

En el periodo clásico surgió un nuevo sistema político, la democracia, que


requirió de un nuevo sistema educativo que sustituyese a la areté
aristocrática y formase a los niños en los valores e ideales que requiriese la
nueva situación. De esta forma, surgió el concepto de paideia, una nueva
modalidad de educación que superase la antigua formación aristocrática y
se adaptase al modelo de Estado surgido en esta etapa. De esta forma, la

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educación de los jóvenes dejó de ser exclusivamente militar para centrarse
en los ámbitos intelectuales y éticos.

El proceso educativo como tal daba comienzo sobre los siete años,
momento en el que aquellas familias que podían permitírselo dejaban a los
niños bajo la custodia de un paidagogos. Poco después, pasaban a recibir
las lecciones de un maestro en la escuela. Los niños de familias más
desafortunadas abandonaban la escuela tres o cuatro años después,
habiendo adquirido una formación básica en letras y aritmética. En cambio,
los niños de las elites podían proseguir su instrucción durante al menos
otros diez años más.

A la vez que se iniciaba en la escuela, la educación familiar continuaba. A


partir de este momento, la familia se preocupaba de formar el espíritu del
varón para convertirlo en un buen ciudadano, mientras que la niña quedaba
con la madre hasta el momento del matrimonio. Al pasar a la escuela,
comenzaba una etapa elemental que abarcaba de los 7 a los 14/18 años
(dependiendo del niño y su familia), en los que se proporcionaba una
formación intelectual (donde se aprendía lectura, escritura, cálculo, música
y danza) junto a una instrucción deportiva (que incluida el salto, la carrera,
el lanzamiento de disco y jabalina y la lucha). Los encargados de esta etapa
eran el paidotribes o maestro de gimnasia, el grammatistés, encargado de
las primeras letras, y el kitaristhés o profesor de música.

A continuación, daba comienzo un periodo intermedio de formación general


(llamada enkyklios paideia), que se impartía principalmente en el efebeion
(por lo que se llamaba efebía) y de la que eran receptores los adolescentes
o efebos entre 16 y 21 años. Recibían una formación gimnástica, donde se
instruían en el pancracio, la lucha con armas y la equitación, destinada toda
ella a convertirles en jóvenes atléticos y con buena salud. Asimismo, no se

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descuidaban los aspectos intelectuales ya que con el grammatikós se
formaban en retórica, dialéctica, gramática, aritmética, música, geometría o
astronomía.

La última etapa incluida una formación superior y profesional. En ella se


distinguía entre estudios menores, donde estaban las enseñanzas
profesionales (como la arquitectura o la medicina) y los estudios mayores,
compuestos por la retórica y la filosofía y que eran impartidos por el rhetor
o sophós.

En cuanto a la educación física, ya hemos visto que estaba incluida dentro


de los programas formativos de los más jóvenes, y también seguía un
interesante proceso que dividía por edades los diferentes ejercicios. Según
nos cuentan Platón y Aristóteles, hasta los cinco años los niños no practican
de forma regular ejercicios físicos, bastándoles con sus propios juegos
infantiles. De los cinco a los siete años, debían comenzar a acudir a las
palestras como espectadores, lo que les permitía adquirir las primeras
nociones que los preparaban para el entrenamiento físico regulado que
comenzaba poco después. A partir de los siete, era cuando daba comienzo
la educación física propiamente dicha, dividida también por etapas. De los
siete a los catorce, los ejercicios eran ligeros, de acuerdo a su constitución,
peso y fuerza y a partir de los dieciocho (tras un pequeño parón de tres
años), se endurecían. Una vez que finalizaban su instrucción, se
recomendaba que el adulto prosiguiese con la práctica del ejercicio, ya que
se consideraba una parte esencial de la vida del ciudadano.

Con respecto a la educación de las mujeres, los diversos autores griegos


se posicionaban en contra de la formación femenina, considerándola
innecesaria en la mayoría de los casos. Sin embargo, Aristóteles, considera
que la educación de las mujeres es básica para el buen funcionamiento de
una comunidad política, pero considera que no requieren de la misma

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formación que los hombres ya que no estaban destinadas a desempeñar
las mismas funciones.

La educación en el periodo helenístico

El periodo helenístico, comenzado tras la muerte de Alejandro Magno, el


gran conquistador, trajo consigo una serie de interesantes reformas en el
mundo de la educación. Sus conquistas militares provocaron una expansión
del mundo griego, que llevó a que se adaptase la paideia clásica a la nueva
situación política. De esta forma, allí se asentaron griegos, comenzaron a
surgir sus estructuras educativas, como los gimnasios o las escuelas.
Dentro de estos activos cambios, Atenas se convirtió en una referencia para
el mundo helenístico, por lo que muchas ciudades comenzaron a adaptar
su modelo educativo, con los cambios aportados por la Sofística.

Durante los siglos V y IV a.C., la población griega, pese al desarrollo y los


cambios producidos dentro de las instituciones educativas, presentaba
niveles muy bajos de alfabetización, ya que la gran mayoría no era capaz
de leer o escribir. Sin embargo, a finales del siglo IV a.C., una serie de
cambios dentro del mundo griego, permitieron la transformación de la
educación, hasta tal punto que se produjo un gran ascenso de los niveles
de alfabetización e instrucción de muchos sectores de la población que
hasta la fecha no habían tenido acceso a una formación de tipo intelectual.
La educación helenística trajo varios cambios con respecto a la clásica. La
instrucción física comenzó a perder importancia en favor de los aspectos
musicales, artísticos y literarios de la educación.

Asimismo, la educación dejó de ser privada para convertirse en materia


estatal, apareciendo la primera reglamentación oficial que regulaba los
diferentes ámbitos de actuación de gramáticos, rhetores y maestros,
aunque los diferentes estadios educativos siguieron contando con un

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marcado carácter flexible. Pese a estos intentos de regulación, lo cierto es
que la institución pública que mejor funcionó fue la de la efebía, que, pese
a su marcado carácter militar al principio, se transformó en una institución
de enseñanza de los más jóvenes, donde se combinaban tanto los ejercicios
físicos como los literarios. La efebía se transformó en un poderoso
instrumento de helenización, que permitió la expansión de la cultura griega
por los nuevos territorios conquistados, de ahí su gran importancia.

Se mantuvo durante el periodo helenístico la división de la educación en


tres estadios diferenciados, aunque la edad de acceso a los mismos podía
variar. Existió una etapa elemental, en la que el niño aprendía a leer y a
escribir, además de nociones básicas de matemáticas. A continuación,
pasaba a la escuela del gramático, donde daba comienzo su instrucción en
literatura y, por último, accedían a la formación retórica, que les enseñaba
oratoria y elocuencia. Algunos jóvenes comenzaban también los estudios
filosóficos, adscribiéndose a alguna escuela ilustre cuya doctrina les
interesase. Como en el caso de la época clásica, las mujeres tenían más
dificultades a la hora de acceder a la educación. Se considera que
aprendían los rudimentos más básicos antes de ser destinadas al
matrimonio, aunque en algunos casos pudieron continuar su formación con
los estudios superiores.

Ahora bien, ya que gracias a la compilación de Lucía Avial podemos tener una idea
clara de las etapas de la educación griega, retomaremos los fundamentos
Aristotélicos del sistema pedagógico de su proyecto educativo, los cuales son:
1. Para que se ha de educar: en esencia, para la vida, una vida digna
encaminada a lograr la felicidad en todos los actos humanos. Distinguiendo
por Aristóteles en su muy adelantado conocimiento de la enseñanza humana,
reconoce en el hombre la parte racional o del conocimiento (cognitiva) y la
parte irracional o pasiones. Cabe señalar que ya se aventaba a estipular que
la parte racional debiera estar equilibrada con la parte irracional, para

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coincidir hasta el momento actual en una enseñanza que armonice el
razonamiento y la educación moral en la formación del carácter.
2. Por qué se ha de educar: básicamente por la necesidad de
perfeccionamiento de la propia esencia de la humanidad, teniendo claro que
en la primera infancia se aprende y se concluye con los últimos
conocimientos profesionales o especializados, es una educación hacia el
intelecto que ha de desarrollar las actividades racionales para el beneficio
propio y a disposición de la sociedad mediante los hábitos morales o virtudes.
3. Cómo se ha de educar: mediante la naturaleza, el hábito y la razón. Siendo
uno precedente del otro y en consecuencia del último. En donde la naturaleza
del ser humano se educa en raciocinio y temperamento, se le inculcan
hábitos que equilibran a los dos anteriores y finalmente se afinan y se
potencializan mediante la razón.

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Fuentes de referencia

Adiego, J. (2012, 25 agosto). La educación en la antigua Grecia. El maestro


itinerante.
Recuperado de:
https://jorgeadiego.com/2012/08/25/la-educacion-en-la-antigua-grecia/

Avial, L. (todavía no publicado). La educación en la Grecia Clásica y Helenística.


Libertalia.
Recuperado de:
https://www.revistalibertalia.com/single-post/2019/11/13/La-Educacion-
Grecia-clasica-y-helenistica

Briceño, M. (1989). Aristóteles, La Política, Instituto Caro y Cuervo, Bogotá 1989.


Recuperado de:
http://www.filosofia.org/bol/bib/nb016.htm

De La Torre, M., & Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Autónoma de Nuevo


León, México. (s. f.). paidea. En Diccionario Iberoamericano de Filosofía de
la Educación. Fondo de Cultura Económica.
Recuperado 14 de septiembre de 2020, de
https://www.fondodeculturaeconomica.com/dife/definicion.aspx?l=P&id=92#
referencias

Espinosa, E. D. (2007). La educación griega y sus fuentes: aproximación a las


épocas clásicas y helenísticas en Atenas. Revista Espacio, Tiempo y Forma,
Serie II, Historia Antigua, pp. 117-134.
Recuperado de:
http://revistas.uned.es/index.php/ETFII/article/viewFile/4447/4286

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