Está en la página 1de 2

El capitalismo en la segunda revolución industrial

En el último tercio del siglo XIX se produjo una aceleración del crecimiento
económico, con la aparición de novedosas técnicas y nuevos sectores
productivos, lo cual generó nuevos modelos de trabajo, económicos y de
mercado a fin de obtener mayores riquezas y control comercial. El desarrollo
del capitalismo monopolista, basado en las grandes empresas y en el poder
de los grandes bancos, dominó la economía, que adquirió un carácter
mundial.
De este modo, el capital se centralizó y la producción se concentró al
formarse el monopolio con el acuerdo y unión de capitalistas. Así, los
monopolios lograron determinar las condiciones de venta de gran parte de
los productos, fijando los precios y obteniendo por ende mayores ganancias.
Sin embargo, los monopolios, si bien tendieron a lograr un mayor o mejor
control de los mercados, no eliminaron por completo la lucha por la
competencia, la cual ocurrió tanto entre las mismas corporaciones
monopolistas como entre las empresas que se mantuvieron al margen de los
carteles y de los trusts. Por el contrario, la hicieron más violenta tanto a nivel
de los mercados internos como de los internacionales. En este escenario, los
bancos jugaron un nuevo papel decisivo para la transformación del
capitalismo en un fenómeno que caracterizaría a la segunda parte del siglo
XIX, así como a la primera del siglo XX: el imperialismo (es decir, los intentos
de establecer o mantener una soberanía formal de una potencia
determinada sobre otras sociedades subordinadas a esta).
La fase del capitalismo durante la etapa de la segunda revolución industrial
se caracteriza por:
El enorme aumento del tamaño de las empresas, en términos de capacidad
productiva, instalaciones y mano de obra.
 La aparición de nuevos sectores productivos: acero, química, petróleo,
electricidad.
 La necesidad de inversiones cada vez mayores en las empresas,
constituidas como sociedades anónimas (por acciones pertenecientes
a muchos propietarios).
 La participación directa de los bancos en el capital de las empresas.
 La formación de grandes asociaciones de empresas, trust, holdings y
cárteles, que llegan a controlar sectores productivos completos, a
veces en régimen de monopolio (lo que sustituye la libre competencia
del primer capitalismo industrial).
 La creación de un mercado mundial, en el que las potencias europeas,
Estados Unidos y Japón producen los artículos industriales y el resto
del mundo los consume y aporta las materias primas para su
fabricación.

También podría gustarte