A la hora de la conformación del Estado - Nación hubo dos proyectos de nación: el
de Alberdi y el de Sarmiento. Ambos pertenecían a la generación del 37. Un
movimiento intelectual, romanticista, positivista y liberal. También ambos habían sido opositores del régimen de Rosas. Durante su exilio, escriben sus proyectos de Nación. Mientras que Sarmiento es enviado por Chile a Europa y Estados Unidos a conocer los sistemas educativos de estos países y escribe “Educación Popular” en 1849, Alberdi escribe: “Bases y puntos de partida para la construcción política de la República Argentina” (1952) en Chile. Entre ellos hay un intercambio de cartas conocido como las Cartas Quillotanas. En las mismas, se puede apreciar que ambos estaban de acuerdo que el problema principal de la Argentina era el desierto y la barbarie. El objetivo era el orden y el progreso. Se conseguiría con una constitución liberal, una organización republicana, la llegada de inmigrantes y la modernización de las estructuras productivas. Sin embargo, van a pensar de manera diferente la relación entre educación y cambio social. Se necesitaba un cambio de mentalidad para poder organizar este país. Alberdi duda del valor de la educación como formadora de ciudadanía. Crítico las organizaciones educativas de ese período. Las instituciones de educación formal eran pobres medios de adelanto sin las empresas de producción. La educación formal podía generar ciertos problemas de indisciplina a la hora de la participación política. Para Alberdi, hay medios más eficaces que la escuela para modernizar la sociedad. Así reconoce una diferenciación conceptual entre lo que entiende como educación e instrucción. Tomado de Rousseau, para Alberdi, la instrucción era la educación de las cosas. Es decir, el conjunto de influencias sociales que intervenían en la constitución del individuo. Estos medios sociales o influencias eran la inmigración, la constitución, la legislación civil, el ferrocarril, el gobierno representativo, las industrias entre otros. Es decir, eran los medios de moralización. Fue crítico con la Educación Superior. El país necesitaba formar técnicos y científicos en lugar de sólo médicos, abogados y teólogos. De esta manera, la puesta en marcha del proyecto de Alberdi, requería del inmigrante europeo que ejercería esta influencia positiva; de modernización. Serían ellos los que harían esta educación de las cosas. La diferencia de ambos autores estaba en la manera de concebir la relación entre educación y cambio social. Para Alberdi el cambio económico, traería el cambio social y político. En cambio, para Sarmiento se necesitaba primero el progreso sociocultural como condición previa para que viniera el orden político y el progreso económico. Para Sarmiento, el progreso de una nación dependía de la capacidad de los individuos que la componían. La educación pública era un factor prioritario para el proceso de cambio y modernización, ya que, era un elemento socialmente estabilizador. Sólo el Estado podía garantizar una educación social y obligatoria para todos. El fin político fomentaría la unidad de la Nación basado en un sostén cultural común. Finalmente, triunfa el proyecto de Sarmiento. El Estado asumió un rol fundamental para garantizar la educación común. Puso un especial énfasis en la educación de los niños. La educación primaria era la clave para conseguir el cambio social. Reconoció que se necesitaba del apoyo de la sociedad civil. Anteriormente se estableció que tanto Alberdi como Sarmiento reconocían la importancia de la inmigración para poder llevar adelante el proyecto de Nación. Para Alberdi: “gobernar es poblar”. Así, se podría decir que poblar era también educar. Al poblar con estos inmigrantes, se generaría este medio favorable de influencia que traería la civilización y la modernización. En el proyecto inmigratorio, la educación, jugaría el papel de asimilar la población extranjera. El sistema educativo debía ponerse al servicio del orden y el progreso, más que formar ciudadanos, debía crear sujetos preparados para incorporarse al sistema productivo. Distinto a lo que Alberdi esperaba, las tazas de analfabetismo se dispararon con la llegada de los inmigrantes. La mayoría eran analfabetos. Entre 1880 y 1910, la población se cuadriplicó. Se llevaron a cabo políticas por el Consejo Nacional de Educación y los Consejos Generales de las provincias para incorporar a estos inmigrantes a la cultura argentina. En 1880, se da una migración masiva, la cual es promovida por el Estado. El gobierno les pagaba a inmigrantes de origen diverso, cuyo destino era trabajar en las explotaciones agrícolas y en las obras de las ciudades de los puertos que se estaba creando. Así, comenzará un proceso de asimilación del inmigrante, siendo el control un objetivo político para el Estado. Se acentuará el control durante la primera década del siglo xx, cuando los sectores anarquistas organicen y dirigen el movimiento obrero. Estos inmigrantes vendrían con ideas revolucionarias des sus países de origen. En 1884, se había sancionado la Ley 1420. Matriz normativa fundamental para el desarrollo extendido de instrucción común. Fue un ordenamiento legal fundamental para robustecer la labor de las escuelas normales, la formación docente y la labor del nacionalismo. El Consejo Nacional de Educación fue estableciendo sus líneas de acción a medida que iba surgiendo nuevos problemas y realidades. Con la inmigración, hubo una necesidad de nacionalizar. Incorporar una cultura nacional que también estaba en construcción. Carlos Escudé va a hablar del proyecto de ingeniería cultural: la argentinización de la población extranjera. El énfasis en el nacionalismo escolar está orientado a los inmigrantes. Algunas de las medidas que estableció el CNE fueron: se implantan las materias de historia y geografía argentina, se instalan dispositivos nacionalistas en las escuelas (bandera, escudo, etc), se establecen cantos patrios obligatorios, se instaura la semana de mayo, entre otros. En 1905, se sanciona la Ley Laínez. Surge como respuesta de las elites dirigentes frente al cosmopolitismo en general, y las ideologías obrísticas, en particular. El analfabetismo producto de las inmigraciones, era un problema civilizatorio pero también social. Uno de los objetivos de la Ley Láinez fue neutralizar las ideas de los obreros por vía de la educación y la paz. El Estado no debía recurrir al aparato represivo. La neutralización y prevención por parte del Estado, podía traer la alfabetización, especialmente, de los hijos de los inmigrantes. Las migraciones no debían concentrarse en Buenos Aires. Se debían distribuir en forma más equitativa por las provincias. Eso también contribuiría a neutralizar las ideas. La ley permitía al gobierno Nacional crear escuelas primarias en las provincias.