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5011-19-5726
LA ACCIÓN CAMBIARIA
SURGIMIENTO DE LA ACCIÓN
Recordemos que en toda relación jurídica hay un sujeto del derecho subjetivo y otro del deber
jurídico. Los títulos de crédito contienen relaciones jurídicas; entonces, si el sujeto del deber
incumple su obligación o se encuentra en una situación potencial de incumplimiento, ello da
origen a que el titular del derecho subjetivo pueda exigir judicialmente que se le cumpla la
obligación. ¿Cuándo se dan esos supuestos? El artículo 615 del Código de Comercio dice que
la acción cambiaria se ejercitará:
pueden no cumplir con el deber a que se refiere el título, y en tales casos la ley
confiere el derecho a accionar cambiariamente.
Explicándonos más: si la acción se ejercita en contra del deudor principal o principal obligado,
como dice nuestra ley, la acción cambiaria se llama DIRECTA. ¿Quién es el principal
obligado? Depende del título de que se trate: en una letra de cambio es el librado-aceptante;
en una factura cambiaria, el comprador de la mercadería; en un pagaré, el que promete el
pago; en un certificado de depósito, el depositario de los bienes. Además, la acción directa
puede plantearse en contra de los avalistas del obligado principal, porque aun cuando su
obligación es autónoma, su categoría subjetiva es la de substituir al obligado principal.
Pongamos un ejemplo gráfico de cómo circularía una letra de cambio, para luego indicar en
contra de quien se accionaria por la directa; y en contra de quien, por la de regreso:
Suponiendo que A, libra una letra en favor de C, para que la pague B. B la acepta y tiene
como avalista a D. C endosa la letra a E. E a F, y F a G. Si a G no se le pagara la letra y
tuviera que cobrar judicialmente, podría accionar así:
Lo anterior no quiere decir que el ejercicio de una acción sea excluyente de la otra. En nuestro
Derecho Mercantil, haciendo realidad el carácter autónomo de los derechos y obligaciones
que genera un título, el sujeto de la acción cambiaria puede plantearlas en conjunto o
aisladamente, sin guardar ningún orden (Arts. 616-621 del Código de Comercio).
La ley establece en su artículo 617 los valores que el último tenedor del título puede pretender
que se le paguen, siendo ellos los siguientes:
c. Los gastos del protesto, cuando fuere necesario ejecutar ese acto para poder accionar,
y los gastos del juicio (costas procesales);
d. La comisión de cambio entre la plaza en que debería haberse pagado el título y la
plaza en que se haga efectivo, más los gastos de situación. Este rubro, conocido
también como "premio de cambio", es lo que el tenedor gasta para conseguir que le
paguen la letra en lugar distinto a aquel que se señaló en el instrumento. Esto último
sucedería en el caso de que el descontatario fuera quien cobrara, porque se supone
que al realizar la operación de descuento pagó una cantidad menor a la del importe del
título. Ahora bien, supongamos que el tenedor ejerció la acción cambiaria de regreso y
otro obligado cumplió el pago. Este obligado puede a su vez accionar cambiariamente
y pedir que se le pague:
a) El reembolso de lo que hubiere pagado, menos las costas procesales a que
hubiere sido condenado;
b) Intereses moratorios al tipo legal sobre la suma que hubiere pagado, desde la
fecha de pago;
c) Gastos de cobranza y otros legítimos, incluyendo las costas procesales;
d) Gastos de comisión entre la plaza de su domicilio y la de reembolso, más los
gastos de situación;
e) Lo anterior debe entenderse así, porque como ya explicamos que el tenedor puede
accionar indistintamente, el obligado en la vía de regreso, repiten contra del deudor
principal o en contra de otros obligados anteriores a él.
Las excepciones son las defensas que tiene todo demandado. Pero, con el objeto de no hacer
dilatorio el procedimiento ejecutivo y en aras de la celeridad que implica el cumplimiento de
toda obligación mercantil, la ley limita esas defensas a las siguientes (Art. 619).
Demanda
Debe cumplir con los requisitos de los Art.
61, 106, 107, CPCYM.
Tasación
Si se hubieren embargado bienes procede a la
tasación, salvo las partes se pongan de acuerdo en el
precio. Cuando fueren inmuebles puede servir de
base el monto de la deuda o el valor de la matrícula
fiscal, a elección del deudor. Art. 315 CPCYM.