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Conclusión de 5 artículos de

investigación

El enfoque principal de mi investigación estaba posicionado en la influencia que


un entrenamiento físico (fuerza, resistencia o flexibilidad) tiene en un golfista,
deporte en el cual la técnica se puede adaptar a cada cuerpo. Desde el punto
de vista de un golfista, reconozco que el ejercicio llevado a cabo en la práctica
del deporte no es el necesario para mejor en el aspecto físico y mucho menos
de fuerza, según la tesis doctoral de María Alvarez, después de 12 semanas de
entrenamiento de fuerza en complemento al de golf se pueden notar grandes
diferencias en la altura en salto con contramovimiento, squat jump, y la fuerza
máxima e isométrica del grip los cuales afectan a la producción de velocidad en
cara del palo, ayudando a elevarla por los cambio en las partes 1, 3, 4 y 5 del
swing y en su totalidad en un 7% desde la medición inicial, lo cual sería una
subida de 5,3 km/h de velocidad. Esto es un plus que se le da al deportista,
puede ayudarlo a llegar a estadísticas más competitivas, sin embargo, como lo
vimos en el ejemplo de John Daly, campeón múltiple en el PGA Tour, la
condición física de un golfista no determina el éxito o fracaso de este, sino que
actúa como una variable dentro de la ejecución de buenos golpes. (Alvarez,
2011)
Como podemos ver el golf es un deporte que puede relacionarse con la ciencia
fácilmente. El golfista competitivo siempre esta rodeado de aparatos medidores
que lo retroalimentan sobre sus golpes y le dan la información necesaria para
trabajar en función a mejoras en la trayectoria de la bola, velocidad del palo,
spin de la bola, y otros factores que ayudan a mejorar la precisión en los tiros.
Según el informe de “El mejor swing”, el deportista puede mejorar su
rendimiento a través del “feedback” de su movimiento más una adaptación de
swing óptima para las características antropométricas y necesidades del
jugador son clave para que este pueda mejorar independientemente de su nivel
técnico inicial, por lo tanto, ellos sugieren analizar el cuerpo de un golfista
desde lo biomecánico y lo antropométrico para definir su somatotipo y ajustar el
material deportivo. (José María Baydal Bertomeu)
Cambiando el enfoque, nos concentraremos ahora en la relación entre lesiones
y la actividad física en el golf. Según una revisión sistemática llevada a cabo
por estudiantes de la Universidad Pablo Olavide y la Universidad Católica San
Antonio de Murcia, la lesión de espalda (lumbar), las lesiones de tren inferior
(pie, tobillo y rodilla) y las lesiones de hombro son las más comunes en el golf.
Los motivos son diversos, pero los principales son por la tolerancia al dolor-
sobresfuerzo, por estrés físico y por un mal gesto deportivo que infiriendo es
forzado. (M. Pradas García, 2015) Hablando de mi experiencia, he tenido una
lesión en el tobillo hace unos años y tengo 4 compañeros que ha tenido una
lesión en la espalda, por lo cual comprendo que los datos expuestos tienen
cierta validez, sin dejar de lado obviamente las condiciones físicas de cada uno
de los atletas. Algo que guarda cierta relación con este tema es la flexibilidad
ya que el rango de movimiento de un golfista es sumamente importante para
que este pueda generar potencia sin ponerse en riesgo de ejercer movimientos
bruscos. De acuerdo con ciertas investigaciones, se ha comprobado que una
practica sistemática de ejercicios de estiramiento complementa la demanda
técnica del golf y mejora su desarrollo entre un 7,61% y un 16,35%. (Dantas,
2018)
A manera de cerrar el informe destaco el reciente y continuo involucramiento
de las ciencias del deporte y el buen estado físico en el golf, durante muchos
años se catalogo al golfista de un deportista no-atlético debido a los personajes
que uno veía en el nivel profesional y al estereotipo de que era un deporte para
personas de tercera edad, sin embargo hoy en día los estándares se han
elevado y continúan elevándose exponencialmente y el nivel de competencia
requiere que no solo trabajes en tu técnica y tu mente sino que conviertas de tu
cuerpo en otra arma más para tu arsenal que te permita llevar más allá tu
carrera en este bello deporte.

Referencias
Alvarez, M. (2011). Universidad de León. Obtenido de
https://buleria.unileon.es/bitstream/handle/10612/1394/2010ON-%25C1LVAREZ
%20PLAZA%2c%20MAR%25CDA.pdf?sequence=1&isAllowed=y

Dantas, E. H. (2018). PubliCE. Obtenido de


https://journal.onlineeducation.center/api-oas/v1/articles/sa-j5b50b22729489/
export-pdf/adaptaciones-de-flexibilidad-en-jugadores-de-golf-durante-una-
temporada-completa-2431

José María Baydal Bertomeu, L. E. (s.f.). Instituto de Biomecánica . Obtenido de


https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=4503048

M. Pradas García, M. G. (diciembre de 2015). Revista Andaluza de Medicina del Deporte.


Obtenido de https://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1888-
75462015000400013

Viqueira, D. M. (2018). Universidade Da Coruña. Obtenido de


http://hdl.handle.net/2183/27224

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