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FUTBOL FEMENINO-CICLO MENSTRUAL

 ¿Deberían entrenar igual mujeres y hombres?


Dentro del fútbol masculino encontramos diferencias a la hora de
programar cargas de trabajo con diferentes equipos y edades, incluso
dentro de un mismo rango de edad y de nivel, las cargas físicas parecen
ser diferentes, lo que evidencia que el trabajo debe ser totalmente
especifico, sobre todo adaptado a las necesidades de los jugadores y de los
modelos de juego de cada equipo.
Si entendemos que esto debe ser así, incluso para el fútbol femenino, no
tiene razón de ser que con las características que este muestra, se entrena
de la misma manera que los hombres. Son varias las diferencias que se
encuentran, empezando por el mayor índice de lesiones, el complejo ciclo
hormonal en mujeres, así como las características de resistencia y fuerza
mostradas en mujeres.
Estas características, harán que a pesar de ser el mismo deporte, la
práctica de este, exija unas condiciones diferentes. Por lo tanto, el
modelo de entrenamiento será diferente, y al igual que el Barsa y Madrid
no entrenan de la misma manera, los modelos de entrenamiento femeninos
no pueden, y no deben ser una copia y pega del modelo masculino.
Dentro de este aríiculo haremos un análisis acerca del fútbol femenino en
el cual intentaremos buscar las pautas sobre las que poder trabajar con
eficacia y eficiencia.
 CARACTERISTICAS FISICAS
Algunos estudios muestran como dentro del fútbol femenino, las distancias
cubiertas oscilan alrededor de los 6 km y los 10 km por partido,
(estudio) lo que se diferencia con las distancias cubiertas en el fútbol
masculino, donde generalmente rondan entre 10 y 13 km por partido. Esta
medición de distancia, parece aumentar cuando mayor es el nivel de la
competencia (estudio).
Estas distancias cubiertas, se realizan con multitud movimientos, con
acciones complejas, en las que intervienen acciones intermitentes y donde
el metabolismo aeróbico y anaeróbico se mezclan, debido a acciones como
saltar, driblar, así como se producen carreras no lineales, aceleraciones y
deceleraciones, todo esto con un componente decisional alto.
Dentro del fútbol femenino, las acciones de baja intensidad representan
entre el 90-95% de las acciones, mientras que las acciones de alta
intensidad representan entre el 10-5% (estudio).
Las diferencias principales entre el fútbol masculino y femenino parecen
venir determinadas por el nivel técnico-táctico y el componente
condicional (estudio), si bien otros estudios, apuntan a que esta diferencia
de nivel técnico, radica en una desigualdad en el proceso cultural, donde
las mujeres tienen un acceso tardío a este deporte, a diferencia de los
hombres.
Las acciones de alta intensidad, en deportistas de alto rendimiento en
fútbol femenino, muestran una diferencia evidente con respecto a los
hombres, donde dichos movimientos de alta intensidad parecen mostrar
una intensidad máxima de 15 km por hora. Una de las razones en la
diferencia de rendimiento entre hombres y mujeres parece provenir de la
propia fisiología y biología entre ambos sexos. El mayor porcentaje de
grasa, un menor porcentaje de masa musculas así como niveles de
hemoglobina bajo en mujeres hace que las diferencias a la hora de rendir
físicamente sean menores (estudio).
 La influencia del ciclo menstrual
El ciclo menstrual parece ser uno de los elementos más importantes a
tener en cuenta en la programación del entrenamiento en mujeres, ya que
influye a nivel de rendimiento y de la aparición de lesiones.
A nivel general muchos estudios (como este) evidencian que las mejoras en
el rendimiento físico parecen darse en los días posteriores a la
menstruación, aproximadamente en los 6 días posteriores a esta, mientras
que otros estudios (estudio) muestran que las deportistas son más
propensas a sufrir lesiones en la fase menstrual y en la ovulatoria que en
la fase folicular
Por lo que como vemos, esto influye bastante en las jugadoras.
Este papel hormonal parece mostrarse influyente sobre todo a nivel
lesional, donde a nivel muscular y ligamentoso parece influir sobre estos
parámetros incrementando el riesgo de lesión. Existen suficientes
evidencias respecto a una mayor laxitud de las mujeres en comparación
con los hombres, debido a que durante el ciclo menstrual se producen
cambios en los niveles hormonales. La consecuencia de estos cambios
produce un incremento de la laxitud de la rodilla desde la función
neuromuscular y biomecánica de la rodilla, que aumenta el riesgo de
lesión en esta. Se describieron cambios a nivel biológico y morfológico en
las propiedades del colágeno, que al alterar la laxitud del ligamento,
altera las propiedades mecánicas del LCA cuando es expuesto a
fluctuaciones hormonales. Se considera que esta afectación disminuye el
colágeno del ligamento, haciendo más susceptible a fallar durante las
cargas al ligamento (estudio).
Pero para poder entender los diferentes estados que ocurren en el ciclo
menstrual de la mujer atenderemos al siguiente estudio publicado por la
revista Nature y a la clasificación hecha por Marcos Vázquez para poder
entender lo que ocurre en cada fase:
Fases de la Menstruación y su relación con el rendimiento en la mujer
 Fase Folicular (1-14 días)
Se refiere a la fase después de la menstruación y en ella se pueden
apreciar diferentes aspectos a tener en cuenta con la fisiología, donde se
produce una mayor sensibilidad a la insulina, un mayor uso de glucógeno y
una reducción del metabolismo durante estos días. Esto tiene como
consecuencia que el consumo de carbohidrato sea tolerado mejor y que se
utilicen un mayor porcentaje de glucógeno en comparación con las grasas.
Dentro de esta fase se produce una mayor perdida de sangre y existe
menor transporte de oxigeno en los músculos, por lo que a nivel de
entrenamiento se deberían priorizar dos objetivos:
Mayor ganancia de fuerza.
Mejora del metabolismo dependiente de glucógeno con actividades de alta
intensidad y poco tiempo de ejecución (HIIT).
 Fase Ovulatoria y Fase Lutea (14-28 días)
Dentro de la fase ovulatoria se aprecia una reducción del apetito, una
elevación del metabolismo y un incremento de los niveles de fuerza.
También existe un mayor riesgo de lesión por un empeoramiento de la
técnica y de un menor control en las acciones deportivas.
Son muchos los estudios que evidencian una mayor tasa de lesiones de
rodillas (entre 3-4 veces más) en mujeres futbolistas al compararlo con
hombres (estudio). Muchas veces por una mala técnica en las acciones
deportivas, sobre todo en acciones de cambios de dirección y salto, donde
se produce una menor flexión de rodilla y cadera lo que incrementa el
estrés sobre la rodilla (estudio).
Hewett (2000) expone su teoría de que uno de los factores que elevan el
riesgo de lesión en mujeres es el papel hormonal, y como afecta la
fluctuación los estrógenos, progesterona y la relaxina en los sistemas
neuromusculares y musculoesqueléticos. Según el autor, las evidencias
demuestran que las hormonas sexuales femeninas tienen un efecto
significativo en el sistema neuromuscular, donde algunos trabajos
encontraron un incremento de la fuerza del cuádriceps y una
desaceleración de los músculos durante la fase ovulatoria. Además las
fluctuaciones de los niveles de estrógenos tuvieron efectos sobre las
funciones de los músculos y sobre la fuerza de los tendones y ligamentos.
Dentro de la fase lútea, se encuentra la fase final del período, donde se
produce un aumento del apetito, con una peor sensibilidad a la insulina y
una mayor utilización de carbohidratos.
A nivel emocional, se producen algunos cambios, que pueden llevar a un
peor humor e irritabilidad.
En el entrenamiento se deberían priorizar lo siguiente objetivos:
De cara al entrenamiento se deberían buscar principalmente los siguientes
objetivos:
Entrenamiento destinado a la prevención de lesiones.
Entrenamiento de fuerza.
Trabajo cardiovascular extensivo y menor trabajo de alta intensidad,
buscando una mayor optimización de las grasas.
Dentro de la fase final de la fase lútea el entrenamiento debería estar
orientado a tareas de descarga y con intensidad física menor, donde se
puede aprovechar para trabajar aspectos más tácticos y que requieran
mayor labor mental que física.
 En busca de una propuesta de entrenamiento
Una vez entendido que la fisiología de la mujer no es igual que la del
hombre y que las propuestas de entrenamiento son diferentes, podemos
llegar a concluir que lo ideal será trabajar las capacidades condicionales
de las jugadoras en función de la fase menstrual de cada una de ellas,
para poder obtener el máximo rendimiento con la mayor eficacia, es decir
no forzar al cuerpo cuando el cuerpo no esta preparado a nivel hormonal
para determinados esfuerzos. De esta forma cobra sentido que las
programaciones semanales dentro del entrenamiento de fútbol sean vistos
desde otro punto de vista, en el cual la individualización de cada
jugadora, como de cada equipo sea el principal objetivo.
Obviamente el fútbol es un deporte de equipo, donde como proponemos
en nuestras propuestas de entrenamiento, como en nuestro artículos sobre
juegos reducidos, el entrenamiento debería estar supeditado al modelo de
juego. Esto no implica que la individualización del entrenamiento sea un
objetivo primordial y veremos a continuación como se puede abordar.
 Pasos a seguir para programar
El primer paso que proponemos sería conocer a nivel interno, el ciclo
menstrual de cada jugadora, para poder programar las cargas de trabajo
en función de grupos de trabajo adaptados a las necesidades de cada una.
Es difícil cuadrar un grupo homogéneo, pero varios es factible, de forma
que estos subgrupos entrenen con tareas parecidas para optimizar el
rendimiento. No todas las tareas podrán ser dividas en grupos guiados por
el ciclo de cada jugadora, pero si al menos, aquellas en las que el objetivo
sea trabajar el componente físico.
Podemos dividir el entrenamiento en diversas fases donde podemos
encontrar los siguientes grupos de tareas:
– Calentamiento: donde se debería dedicar tiempo a la
prevención de lesiones y patrones de movimiento correctos, sobre todo en
aquellos períodos de la fase ovulatoria donde es recomendable que se
extienda algo más, haciendo hincapié en este trabajo preventivo.
– Trabajo Táctico: en esta fase el objetivo de las tareas grupales
será predominantemente táctico, donde se exija una máxima atención de
las jugadoras, y donde la carga de trabajo se puede regular a través de las
explicaciones del entrenador/a (existirán más parones). En los períodos de
sangrado, donde tal vez la jugadoras experimenten mayor fatiga física, es
posible que este tipo de tareas se pueda alargar.
– Trabajo condicional- Táctico/técnico: dentro de estas tareas se
engloban aquellas tareas focalizadas en trabajar aspectos condicionales,
que se pueden trabajar con juegos reducidos con tareas más analíticas.

Como regla general durante la temporada, proponemos que se subdividan


a las jugadoras en función del momento de su ciclo menstrual a razón que:
– Jugadoras que que encuentren en periodos de fase folicular
realizan tareas de juego reducidos (por ejemplo) de mayor intensidad y
menor duración, como por ejemplo juegos de posesión de 2×2, 3×3 e
incluso 4×4 con 1-2 minutos de duración y poco tiempo de recuperación.
– Por otro lado, jugadoras que se encuentren en periodos de fase
lútea, el entrenamiento debería estar orientado más a la resistencia,
buscando tareas como 5×5 o 7×7 donde el tiempo de trabajo sea entre 5-8
minutos y con tiempos de recuperación amplios.
La distribución de los grupos de estas actividades dependerá de cada
equipo y de la capacidad organizativa de cada entrenador/a. Si bien no es
posible conseguir la máxima especificad a nivel grupal, otra opción es
compensar el trabajo físico de cada jugadora a nivel individual.
La nutrición cumple un papel fundamental en todos estos aspectos,
ayudando a recuperar y potenciar las acciones fisiológicas del cuerpo antes
y después del entrenamiento, por lo que que se recomienda tener
controlado estas variables.
 Resumen
Como vemos, el entrenamiento en mujeres resulta ciertamente diferente
al de los hombres, y como consecuencia de esta diferencia, afecta al modo
en que se desarrolla y se entrena un mismo deporte. La mayor incidencia
de lesión, así como el papel del ciclo hormonal, juegan un papel
fundamental en la preparación de las cargas de los equipos femeninos, por
lo que recomendamos encarecidamente ser específicos en los métodos de
trabajo, para poder trabajar con eficacia y buscar sobre todo, la
optimización de la salud de las jugadoras de fútbol.

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