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- Francia. Derrotó a los franceses de Gravelinas y San Quintín (1557) y firmó la Paz de Cateau-Cambresis en 1559, que
puso fin al enfrentamiento heredado de su padre.
- Turquía. Para frenar la expansión de los turcos en el Mediterráneo, Felipe II organizó una flota en alianza con Venecia
y el Papado (Liga Santa) que derrotó a los turcos en Lepanto en 1571.
- Flandes. La rebelión de los rebeldes flamencos se inició en 1566, debido a la represión contra los calvinistas y al
autoritarismo del rey, que no respetaba la autonomía. La rebelión la encabezaban la Alta Nobleza (Guillermo de
Orange) y los Estados Generales. Las exitosas campañas del Duque de Alba (Tercios de Flandes y el Tribunal de los
Tumultos) no sirvieron para someter a los Países Bajos, que se dividieron en: el Norte protestante calvinista de la
Unión de Utrech, y el Sur católico de la Unión de A rras.
- Inglaterra. Isabel I de apoyó a los protestantes de los Países Bajos y fomentó la piratería en el mar contra Castilla.
Felipe II creó la Armada Invencible para invadir Inglaterra en 1588, pero naufragó en el Mar de Irlanda.
El imperio de Felipe II estuvo formado por:
- Los territorios que heredó de Carlos V , salvo Austria y el Imperio Germánico y Filipinas desde 1571.
Unidad ibérica. Su mayor éxito fue la incorporación de Portugal en 1580, que refuerza su política atlántica, y
agudiza el conflicto con Inglaterra. En 1578 murió el rey de Portugal Sebastián I (Alcazarquivir), sucediéndole su tío el
Cardenal-Infante Enrique, que murió en 1580. Los aspirantes a sucederle en el trono fueron Felipe II y D.
Antonio, prior de Crato. La nobleza y el clero se inclinaron por el español, pero las clases populares y el bajo
clero por D. Antonio. Hubo una corta guerra hasta que las tropas españolas se impusieron y Felipe II fue
reconocido rey de Portugal en las Cortes de Tomar en 1581, de modo que los reinos peninsulares quedaron reunidos
bajo un solo rey. La unión se hizo respetando las leyes e instituciones portuguesas y se creó el Consejo de Portugal. La
consecuencia inmediata fue que el imperio español alcanzó la máxima extensión, pero controlar tanta extensión se hizo
muy difícil y costoso. Lo más positivo fue que las colonias vecinas de Portugal quedaban más protegidas, al no tener el
acoso portugués. Portugal estuvo unido a la Monarquía hispánica hasta la crisis de 1640.
El reinado de Carlos I fue de crecimiento económico. Sevilla se enriqueció con el comercio indiano y los puertos
del norte de España con la exportación de lana a Europa.
Durante el siglo XVI tuvo lugar la revolución de los precios por el aumento de la demanda y la abundante llegada
de metales preciosos de América. Los salarios no subieron al mismo ritmo que las mercancías y los propietarios se
enriquecieron mientras las clases populares se empobrecieron. Todas las regiones aumentaron su riqueza, pero no
Cataluña, en decadencia como resultado de la crisis de la Baja Edad Media.
Con Felipe II se evidenciaron los primeros síntomas de crisis. Los motivos fueron: El coste de las guerras, el
endeudamiento crónico de la Corona, bancarrota en varias ocasiones; la crisis del vellón, por la acuñación de
monedas con 50% de cobre (su masiva acuñación provocó un alza de los precios pero no de los salarios, al tiempo
que la gente rechazaba ser pagada en vellón en vez de en plata); el escaso desarrollo de la agricultura y la
industria en beneficio de la ganadería (ganado trashumante), controlada por la nobleza (Mesta) que poseía a su
vez grandes extensiones de territorio; el ambiente de lujo y ostentación de los más poderosos junto al desapego
al trabajo de una legión de pícaros y mendigos.
En la sociedad se distinguían los siguientes grupos:
Nobleza. La alta nobleza propietaria de latifundios, estaba asentada en la Corte; la pequeña nobleza arruinada por culpa
de la inflación, considerando el trabajo una deshonra, ingresó en el Ejército, en la Iglesia o emigraban a América.
Clero. Los altos cargos eran ocupados por los segundones (hijos no primogénitos de un noble) y disponían de buenas
rentas. El bajo clero era pobre, recibía de los obispados su parte del diezmo y carecía de cultura superior.
Burguesía. Era escasa porque la artesanía y el comercio estuvieron controlados por extranjeros. Optó por inversiones
seguras y la compra de tierras, vinculándose al comercio y la banca,
Campesinos y trabajadores urbanos. Los más perjudicados por la política fiscal y económica de la Monarquía. Los
campesinos, la mayoría sin tierra o propiedades, constituían la mayoría de la población, sometidos a la jurisdicción del
rey, de la nobleza o de la Iglesia.