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INTRODUCCIÓN

El siglo XVI supondrá el comienzo de una nueva dinastía en España: los Habsburgo. Carlos I abrirá la época de
esplendor del Imperio español en Europa y América, empresa que continuará su sucesor, Felipe II. Al mismo
tiempo, se consolidarán otros estados como Francia e Inglaterra, con intereses enfrentados a la Corona
Hispánica. La época del imperio atravesaría una etapa de auge el siglo XVI (Austrias mayores) para iniciar una
lenta decadencia en el siglo XVII (Austrias menores), que culminaría con la muerte del último Austria, Carlos II
en 1700.

DESARROLLO
CARLOS I (1516-1556)
Carlos de Gante instauró una nueva dinastía en España en 1516: la casa de Austria o Habsburgo. Heredó
Castilla y Aragón, y sus respectivas posesiones (de Reyes Católicos), el patrimonio de la casa de Austria (de
Maximiliano de Habsburgo) y los Países Bajos, Franco-Condado y Artois (María de Borgoña). En 1519 fue
elegido Emperador del Imperio Alemán con el nombre de Carlos V. Su reinado se centró en dos objetivos
principales: la defensa de la herencia patrimonial y del catolicismo (frente a turcos y Protestantes). Al tratarse de
un Imperio que carecía de cohesión, conllevó importantes gastos militares y económicos que llevaron al
endeudamiento a Castilla.

Política interior
Carlos I desembarcó en Castilla en 1517 acompañado de una corte de extranjeros que desconocían las
costumbres de estos reinos. Convocó Cortes en cada reino, sin embargo se marchó a Europa ante la
oportunidad de optar a la corona Imperial sin acabar de jurar los fueros de Aragón, lo que ocasionó los
levantamientos de las Comunidades y las Germanías:

La rebelión de las Comunidades fue provocada por los elevados costos para sufragar los sueños imperiales del
rey junto a la concesión de altos cargos a los extranjeros (Adriano de Utrecht gobernador), encabezada por
pequeña y mediana burguesía, parte del clero y la nobleza. Sus objetivos fueron devolver la corona a la reina
Juana I, la protección de la industria nacional, la prohibición de la salida de metales preciosos a Europa, la
defensa frente a la competencia extranjera y el respeto de las leyes del reino. En la batalla de Villalar en 1521 se
vencieron a los rebeldes y ejecutaron a sus cabecillas (Padilla, Maldonado y Bravo), de modo que la monarquía
fortaleció su poder autoritario.

Las Germanías (1529-1523) fueron provocadas por el malestar de los artesanos y campesinos de Valencia y
Mallorca, debido a la marcha del rey sin jurar los fueros, la corrupción generalizada, las hambrunas, la peste
negra y el miedo a una piratería corsaria. Los agermanados fueron derrotados y Germana de Foix fue nombrada
virreina de Valencia, iniciando una represión que duraría hasta 1528, cuando se declaró una paz general.

Política exterior
Carlos deseaba reunir todos los territorios cristianos bajo la autoridad política del Emperador y la religiosa del
Papa. Sin embargo, el Imperio fue exclusivamente una unidad jurídica sin cohesión material y espiritual y con
fuertes enfrentamientos en el interior peninsular y en el marco europeo.

Enfrentamiento con Francia: al tradicional antagonismo entre Francia y la Corona hispánica se unió el personal
entre Carlos V y Francisco I por el control de Italia y la corona imperial. Carlos mantuvo 2 guerras con Francia:
La primera en 1521 por el control de Navarra y norte de Italia. Tras la victoria en Pavía (1525), Francisco I es
hecho prisionero y liberado tras la firma del tratado de Madrid, por el cual renunciaba a Italia y el Ducado de
Borgoña. Francia no cumplió las condiciones y se alió con Inglaterra, el Papado y varias ciudades italianas
formando la Liga Clementina. Mediante la Paz de Cambray, tras el Saqueo de Roma (1527) por las tropas de
Carlos, Francisco renunció a Italia y Carlos a Borgoña.
En 1536 se reanudó el conflicto en Italia y Países Bajos durante 20 años que finalizó con la victoria en San
Quintín por Felipe II (1557). La Paz de Cateau-Cambresis (1559) estableciendo la hegemonía hispánica en Italia
y Europa occidental.

Enfrentamiento con los turcos: la guerra contra el islam fue por motivos estratégicos. Carlos luchó por el
dominio del Mediterráneo, Centroeuropa y la defensa del catolicismo, amenazado por turcos y corsarios.

Problemas del Sacro Imperio: Carlos debe hacer frente a la Reforma luterana en defensa del catolicismo. Para
ello, trató de llegar a acuerdos entre ambas partes pero fracasó (Dieta de Wörms). Numerosos príncipes
alemanes protestantes se unieron (Liga de Esmalcalda) pero fueron derrotados en la batalla de Mühlberg. Sin
embargo, la división religiosa era imparable, por lo que mediante La Paz de Augsburgo (1555), se vio obligado a
reconocer la libertad de elegir por los príncipes, la religión de su territorio. Esto supuso una derrota moral para
Carlos, tras la cual dejó el cargo de emperador a su hermano Fernando y la corona hispana, las posesiones en
América, Italia, Borgoña y Países Bajos a su hijo Felipe II.

FELIPE II (1556-1598)
Felipe I (el Prudente) asumió el trono tras la abdicación de su padre Carlos I entre 1556-1598. Heredó de su
padre los principales objetivos de su política: predominio en Europa y la defensa del catolicismo. Durante su
reinado, la monarquía hispánica alcanzó su apogeo, lo que provocó, junto al carácter austero del Rey, que su
creciente número de enemigos difundiera “la leyenda negra” en su contra.

Política interior
La política interior estuvo mediatizada por los intereses exteriores.
Conflicto morisco: los moriscos se levantaron en las Alpujarras de Granada en 1568 frente al trato vejatorio de
las autoridades (fin de la moratoria de Carlos I, mediante la cual los moriscos debían abandonar costumbres
propias: lengua, vestidos, fiestas y otros rasgos identitarios.). Existía miedo a una alianza con los corsarios, por
lo que los moriscos fueron desterrados y distribuidos por Andalucía y Castilla para evitar su fortalecimiento,
hasta su expulsión en 1610. Los núcleos luteranos fueron perseguidos y eliminados por la Inquisición.

Las revueltas de Aragón, Antonio Pérez: Antonio Pérez, secretario de Felipe II y gran conspirador, aprovechó
las sospechas del rey hacia su hermano Juan para intrigar, llegando al asesinato de su secretario. En 1579 fue
acusado, pero escapó a Aragón donde se refugió en la custodia del Justicia Mayor y las libertades del reino.
Pérez fue perseguido por la Inquisición, pero huyó a Francia, desde donde inició y promovió la leyenda negra
filipina.

Anexión de Portugal: tras la muerte del rey de Portugal, Felipe II optó al trono al ser hijo de la princesa Isabel
de Portugal y nieto del rey Manuel I el Afortunado. Apoyado en algunos éxitos militares, Felipe II fue reconocido
soberano de Portugal. Las Cortes de Tomar (1581 confirmaron su autoridad, comprometiéndose el monarca a
respetar la autonomía del reino, garantizar la protección del comercio y el triunfo militar. Esto aumentó el poder
de su imperio marítimo.

Política exterior
Marcada por los objetivos de su padre: defensa de los intereses dinásticos de la casa de Austria y de los
religiosos del catolicismo.
Lucha contra el islam: la victoria de la liga Santa (Venecia-España) bajo la dirección de Don Juan de Austria y
del Papa Pío V, en la batalla de Lepanto (1571) frenó a los turcos en el mediterráneo occidental.

Guerra de Flandes: La primera rebelión se desarrolló en 1566 debido a la feroz política represiva con los
calvinistas, dirigida por Guillermo de Orange perteneciente a la nobleza flamenca. Para sofocar las protestas,
Felipe II envió a Fernando Álvarez de Toledo acompañado de los tercios, a constituir el Tribunal de los Tumultos,
que llevó a cabo una fortísima represión ejecutando a protestantes y católicos por igual. Guillermo de Orange se
alió con los príncipes protestantes de Alemania e Inglaterra, comenzando un enfrentamiento armado. Como la
Hacienda española sufría una crisis, don Juan de Austria se vio obligado a pactar la división del territorio en dos
regiones independientes: Unión de Arras (católica) y Unión de Utrecht (protestante). Este acuerdo no significó el
fin de la rebelión, por lo que Felipe designó a su hija Isabel Clara Eugenia como gobernadora. Al morir sin
descendencia, el problema de Flandes volvería a la Corona Hispánica en el siglo XVII.

Guerra con Inglaterra: a partir de 1568 los corsarios ingleses empezaron a obstaculizar el comercio entre
España y América. En 1588, Felipe II envió la Armada Invencible para acabar con las injerencias de Isabel I,
pero la movilidad de la armada británica y las tormentas provocaron el desastre de la armada, lo que supuso un
golpe psicológico y político para España (no militar) y el comienzo de la presencia británica en el panorama
internacional.

Conflictos con Francia: heredado de Carlos I. Tras la derrota francesa en San Quintín y Gravelinas, se firmó la
Paz de Cateau-Cambresis (1559) que acordaba el matrimonio de Felipe con la hija del rey francés, Isabel de
Valois.
Anexión de Portugal: (igual que política interior)
CONCLUSIÓN
La necesidad de recursos económicos de Carlos I y Felipe II para sufragar su política exterior los llevó a recurrir
a banqueros, lo que provocó diversas bancarrotas y un empobrecimiento de Castilla debido a la ausencia de
reformas estructurales, el endeudamiento de la monarquía y el control extranjero del comercio. Esta situación
llegó a su punto más crítico en 1596 con la última gran quiebra económica y una epidemia de peste. Felipe II,
murió dos años más tarde, y a su hijo Felipe III dejó las mismas instrucciones que habían seguido él y su padre:
la defensa de la herencia patrimonial y el catolicismo

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