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Esta nueva práctica comenzó, en los países anglosajones durante los años
ochenta, y fue impulsada como una solución a los problemas de la vieja
burocracia, como la respuesta a los dilemas de un gobierno en crisis fiscal y como
el enlace de los mejores instrumentos de gestión del sector privado con la
vocación pública del gobierno, pero también fue cuestionada desde varios frentes.
Estudiar esta práctica es más complejo de lo que se ve a simple vista, si bien tiene
algo de verdad que, puede ser la aplicación de un modelo neoliberal en la
administración pública y puede ser traducida como la adopción acrítica de ideas
del sector privado en el ámbito público, también lo es que, reducirlo solo a eso
sería una visión simplista, ya que, recuperan la complejidad ni permiten dilucidar
los componentes de la ngp, sus orígenes intelectuales ni su potencial utilidad en
ámbitos concretos.
En 1991 Christopher Hood realizó el artículo “A New Public Management for All
Seasons”, texto que es reconocido como fundador del debate académico sobre la
ngp. El documento no publica o promueve nuevas prácticas, lo que hace es
identificar un fenómeno que entonces resultaba novedoso y que estaba ocurriendo
en países anglosajones y que rompía, en teoría, con lo que parecían ser los
cánones de la administración burocrática y cuestionaba gran parte de los
supuestos y premisas del estudio y la práctica de la administración pública.
El texto es de 1991, y aún así era posible encontrar prácticas vigentes desde
inicios de los años ochenta, entonces, la ngp existió antes de tener ese nombre.
Los gobiernos de Nueva Zelanda, Australia y Gran Bretaña intentaban dar
respuestas nuevas a la llamada crisis fiscal del Estado o a la supuesta quiebra del
sistema de bienestar.
Los problemas que los estados desarrollados vivieron en los años setenta
(inflación, desempleo, crisis energética, desencanto con los servicios públicos
provistos directamente por el Estado, etcétera) abrieron la puerta de dos
cuestionamientos severos al modelo administrativo tradicional. El primero tuvo que
ver con los límites de la administración.5 Tras el New Deal en Estados Unidos y la
construcción de los sistemas de bienestar en gran parte de Europa occidental (y
de estados desarrollistas en países latinoamericanos y asiáticos) se había
expandido el sector público no sólo como agente de provisión de bienestar sino
también como generador directo de bienes y servicios a la ciudadanía. gobiernos
de distinto cuño —conservadores y laboristas— construyeron un discurso en torno
a la idea de un Estado que había sobrepasado sus límites adecuados y que, por lo
tanto, debía retraerse a un tamaño más modesto.
El segundo límite tuvo que ver con este arreglo interno del sector público: al
criticar el tamaño y la ambición del Estado se cuestionaron también los métodos
de organización y las prácticas de gestión.
Así, al poner bajo la lupa el ámbito y los métodos de la acción estatal, la respuesta
de diversos gobiernos implicó una revaloración del mercado y de los instrumentos
de gestión privada. En Estados Unidos, Ronald Reagan declaraba que el gobierno
no era la solución a los problemas, sino que era el problema, en tanto que
Margaret Thatcher nombraba a gerentes de empresas privadas como encargados
de hacer más eficiente al sector público. La ngp como práctica surgió en este
entorno de ideas económicas y políticas favorables al mercado y recelosas del
Estado, con gobiernos que habían hecho campaña criticando los excesos de las
burocracias.9 Además de este entorno favorable e ideas propicias, había también
razones internas: burocracias con estructuras escleróticas, funcionarios
desapegados de las preocupaciones cotidianas de la gente, reglas excesivas y
procesos lentos e ineficaces, que derivaban en una evidente insatisfacción
ciudadana con el desempeño de sus gobiernos.
Aunque muchos de estos cambios parecen cotidianos 30 años después (¿a quién
sorprende hoy el ataque a las jerarquías centralizadoras?, ¿por qué deberían
preferirse los procesos a los productos de la acción gubernamental?), en su
momento cada uno de estos postulados significaba una separación drástica del
canon de la administración pública, preocupado por el orden, la previsibilidad, el
control jerárquico, el mérito y la subordinación a las autoridades electas, y,
mediante ellas, al proceso democrático. Estos postulados, además, preveían
instrumentos de gestión distintos de los usuales en la administración tradicional:
en vez de la regulación detallada (manuales de operación y de procedimientos,
perfiles de puestos, reglamentos precisos que definían los ámbitos de acción de
cada funcionario y agencia pública), se exaltaban las virtudes de la autonomía
gerencial: que los directivos pudieran tomar decisiones no constreñidas por proce-
dimientos legales o restricciones en el ejercicio del presupuesto, con tal de
alcanzar objetivos sociales deseados. En el mismo sentido, se hacían a un lado
las jerarquías y los controles centralizados para promover la competencia (dentro
del sector público —entre agencias o entre funcionarios— o con proveedores
privados) y la introducción de mecanismos de mercado (subcontratación, pagos
diferenciados, incentivos al desempeño, cuasimercados) en la organización del
sector público. Significaba, finalmente —y esto es lo que explica gran parte de las
resistencias encontradas en la implementación de las reformas de la ngp—, una
alternativa contrastante con el diseño de los sistemas de relaciones laborales
basados en el mérito y la estabilidad. En efecto, para la ngp el sistema de servicio
civil encarnaba muchos de los defectos de la administración tradicional: la
devoción por las reglas, la estabilidad concedida a los funcionarios con
independencia de los resultados de su desempeño, la regulación detallada y
uniforme. Su propuesta era flexibilizar los mecanismos de contratación, disminuir
las reglas (o conceder excepciones a cambio de convenios de desempeño) y
construir sistemas de pagos diferenciados e incentivos ligados a los resultados.
ngp en méxico
Antes de concluir con una visión del legado de la ngp, esta sección ofrece un
repaso breve de la experiencia de ngp en México. Al igual que en gran parte de
América Latina,58 la ngp —como discurso y como práctica— llegó a México
debido a cambios dramáticos en la política y la economía.59 Las discusiones
sobre gestión pública, el tamaño y la estructura del Estado y el tipo de relación
entre gobierno y sociedad estaban forzosamente enmarcadas en debates más
amplios y complejos sobre la democratización y el papel del Estado en la eco-
nomía.60 Los retos de la administración pública eran no sólo los de aumentar la
eficacia y reducir los costos. Había también que responder a las necesidades de
una sociedad que comenzaba a hacer oír su voz y hacerlo en un entorno de
precariedad fiscal.
2. Del Capítulo “¿Una Gestión Pública para todo momento? Escrito por
Christopher Hood explique cómo se desarrolló la implementación del modelo de la
Nueva Gestión Pública y desarrolle una reflexión respecto a si este proceso fue
adecuado a las necesidades de gestión en las áreas de aplicación en la
administración pública en México.
La aparición de una nueva gestión pública a lo largo de los últimos 15 años es una
de las tendencias internacionales más destacadas en la administración pública. Si
bien la investigación reportada sobre este tema en diversos artículos se refiere
principalmente a la experiencia del Reino Unido, la nueva gestión pública no es un
desarrollo únicamente británico. Su surgimiento parece estar vinculado con otras
cuatro “megatendencias” administrativas:
1] Intentos por frenar o revertir el crecimiento del gobierno en términos de gasto
público y contratación de personal manifiestos (Dunsire y Hood, 1989);
2] el viraje hacia la privatización y la cuasiprivatización y el alejamiento de las
instituciones centrales de gobierno, con un énfasis renovado en la
“subsidiariedad” en la prestación de servicios (véanse Hood y Schuppert, 1988;
Dunleavy, 1989);
3] el desarrollo de la automatización, particularmente en tecnologías de
informática, en la producción y distribución de servicios públicos, y
4] el desarrollo de una agenda más internacional, cada vez más enfocada en
cuestiones generales de gestión pública, diseño de políticas, estilos de decisión
y cooperación intergubernamental, sumada a las más antiguas tradiciones de
cada país en el ámbito de la especialización en administración pública.
(Estas tendencias se discuten más ampliamente en Hood, 1990b.)
La nueva gestión pública, como la mayoría de las etiquetas administrativas, es
un término inexacto. Su utilidad radica en que engloba el conjunto de doctrinas
administrativas similares que predominaron en la agenda de la reforma burocrática
en muchos países del grupo de la ocde a finales de los años setenta (véanse
Aucoin, 1990; Hood, 1990b; Pollitt, 1990).
Aunque mal definida, la nueva gestión pública suscitó fuertes y variadas
reacciones entre los burócratas. En un extremo estaban quienes sostenían que
era la única forma de corregir los fracasos irreparables e incluso la bancarrota
moral de la “vieja” gestión pública (véase Keating, 1989). En el otro extremo
estaban los que desestimaban el empuje de la nueva gestión pública como una
destrucción torpe y gratuita de más de un siglo de trabajo en el desarrollo de una
ética y una cultura del servicio público distintivas (véanse Martin, 1988;
Nethercote, 1989b).
El surgimiento de la nueva gestión pública también desató un debate sobre cómo
debía ser etiquetado, interpretado y explicado el
3. Del Capitulo “La Nueva Gestión Pública”, responda si las experiencias de desarrollo
comparativo entre las principales características y procesos que realizaron los países
de estudio y compárelo con México.
4. Del capítulo “Nueva Gestión Pública: ¿El meteorito que mató al dinosaurio?
Lecciones para la Reforma Administrativa en Países como México, escrito por David
Arellano Gault. ¿Responda con la lectura de este capítulo si realmente las reflexiones
que presenta el autor con su visión en 2011 cuentan con la misma perspectiva con la
México?
De la lectura del libro “Teoría de la Administración Pública” escrito por Miguel Galindo
• De la lectura del capítulo 3 de este libro responda lo siguiente: ¿cuáles son los
principales instrumentos que ligan la relación respecto los conceptos de “El Estado,