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Ética en la escuela
Trabajo de Seminario
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///// ESCUELA DE HUMANIDADES
LICENCIATURA EN EDUCACIÓN RELIGIOSA – ÉTICA
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Carlos Alberto Scarponi (2017). El Ethos Humano, Ética Filosófica Fundamental, Ágape, Bs.As.
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Recuperado de: ENTRAMA (educacion.gob.ar), Presidencia de la Nación, Ministerio de Educación.
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mal moral es a su vez, producto de las acciones libres del hombre que lo inclinan a
realizar acciones en contra de su naturaleza debido a una especie de “falla” o herida
en su misma naturaleza (que nosotros los cristianos sabemos que es el pecado
original). Por último, reconocer, que para enderezar la vida del hombre hacia el bien
es necesaria una verdadera promoción y educación en las virtudes, tanto humanas
como trascendentes, que tenga como fin en el alumno, llevar a la práctica lo
aprendido, haciéndolo carne y vida; “como afirma Aristóteles en su Ética a Nicómaco
(L. II, cap.2), no estudiamos Ética para saber que es la virtud, sino para aprender a
hacernos virtuosos y buenos”.5
La ética, la entendemos entonces, como “el obrar racional que tiende a establecer
un orden racional, que es el orden del amor (de las virtudes), fundado en la verdad
acerca del hombre, que constituye una morada en la cual la persona es amada y
respetada en sí misma y por sí misma” 6. Sólo así la persona se siente y es feliz. La
virtud nos hace felices. Y creo que todos coincidiríamos en que una escuela en donde
se prioriza y se contribuye a la felicidad de sus alumnos, es una escuela que cumple
su cometido principal.
Es evidente entonces, la importancia de la enseñanza de la ética en la escuela,
que está para educar, ya que la finalidad educativa coincide en gran medida con la
finalidad moral de la persona. La pregunta que nos hacemos ahora es ¿cómo?
En primer lugar, es necesario, además de formalizar un espacio curricular en
donde se enseñen contenidos éticos fundamentales, sobre todo en el nivel secundario,
contar con maestros y profesores que encarnen verdaderas virtudes éticas. Que sean
coherentes con su obrar, pensar y decir. Esto es obvio, el problema es que, al no
contar con esta realidad ideal, al momento de encarar un plan de formación integral en
las virtudes, solemos desanimarnos y cansarnos en demasía luchando por este
objetivo. La primera actitud sería entonces la esperanza, no desanimarnos en la lucha,
y confiar en que nuestra tarea, por más inacaba e imperfecta que sea, y por pocos
frutos visibles e inmediatos que genere, no caerá en saco roto, sino que germinará y
dará mucho fruto a su debido tiempo.
No nos ocuparemos aquí de las formas en las que se podría intentar en
nuestro país cambiar la currícula escolar para que incluya contenidos éticos
verdaderos. Tampoco de la astucias y estrategias de un buen representante legal o
directivo de una escuela, para conseguir docentes que encarnen esas virtudes, en la
medida de lo posible. Si bien estas dos cosas serían indispensables, muchas veces el
cambiar dichas situaciones, no está al alcance de aquellos docentes que se preocupan
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Carlos Alberto Scarponi (2017). El Ethos Humano, Ética Filosófica Fundamental, Ágape, Bs.As.
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Carlos Alberto Scarponi (2017). Op. Cit.
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por la mala calidad educativa en materia moral y por la escasa perfección de recursos
humanos en la institución que trabajan.
Una propuesta concreta y ahora sí, quizás más posible de lograr en las
escuelas del día de hoy en nuestro entorno cultural, podría ser la siguiente: contar con
espacios curriculares extraprogramáticos, o simplemente espacios y tiempos cedidos
por la institución en donde no se imparta materia alguna, donde se realicen charlas,
talleres, encuentros, convivencias, simposios, debates, diálogos, etc. que traten sobre
formación de la personalidad en base a las virtudes, como la justicia, la templanza, la
fortaleza y la prudencia; sobre el respeto, sobre la dignidad del hombre, sobre las
relaciones de noviazgo, sobre la sexualidad, sobre el amor, la amistad, sobre la
justicia, sobre la felicidad, etc. todos ellos desde una mirada que haga hincapié en
despertar, incentivar, motivar, ayudar, conducir y promover virtudes humanas en el
alumno.
Otra estrategia sería idear en conjunto con los directivos y docentes de la
institución, un plan sistemático de formación transversal en virtudes, que abarque las
diferentes etapas de la vida del niño, joven o adolescente, y que se implemente en
todas las materias o espacios curriculares. Además, se podría incluir un proyecto
institucional que implique a toda la comunidad educativa, padres, docentes, alumnos,
directivos, auxiliares, etc. en donde cada uno haga su aporte en una obra en común,
que puede ser realizar una acción o acciones conjuntas solidarias por el barrio o por lo
comunidad educativa misma, o por algún sector social vulnerable que exista en la
región y necesite de una colaboración o ayuda integral, desde lo material hasta lo
educativo o espiritual.
Estas y muchas otras estrategias y acciones que se puedan realizar o
incentivar en otros docentes para que las realicen deben ir acompañadas obviamente
de un compromiso activo y de una sólida coherencia de vida y moral por parte del
maestro, que siempre que sea uno verdadero y bueno, será siguiendo el modelo
ejemplar de todo educador, Jesucristo.
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