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UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA NACIONAL

FACULTAD DE HUMANIDADES
LIC. CIENCIAS SOCIALES
Andrés F. Mahecha1

ÉTICA Y EDUCACIÓN

En tiempos de crisis que se viven actualmente a nivel nacional, continental y mundial, la


moral y su razón de ser siempre han sido objeto de debate y opinión pública conflictiva; sin
embargo, en esta denominación hay claros reclamos de incoherencia, antropocentrismo, exclusión
e incluso el discursos de odio que se basa en sus propios estándares, prejuicios y visiones cerradas
del mundo; por lo que es importante entender la “crisis de valores” que vivimos hoy, que, según
algunos, siempre se asigna a este adoctrinamiento de los maestros de escuela. Y la tarea de enseñar
valores es primero entender ¿Qué es la ética? ¿Qué tiene que ver ésta con la educación?
Según Martínez Boom la ética en la actual coyuntura histórica, hay que repensarla de
manera crítica y propositiva; “es preciso recuperar la pregunta critica por la racionalidad que
hasta ahora nos ha atrapado y reconocer el agotamiento de un modelo fundado en verdades
absolutas y universales sobre la naturaleza humana y en la autoridad de la religión y la
metafísica” Y al abandonar estas formas dogmáticas y hasta excluyentes de entender la ética para
dar paso a la necesidad de pensar reflexivamente sobre esta sin sujeciones y coacciones, lo que
conlleva a asumir una ética del cuidado de sí, reconocerse a sí mismo dentro de una existencia
colectiva, para así combatir las relaciones de poder que existen en los dispositivos de “verdad” que
determina y condiciona nuestro Ethos2 y acciones morales.
Martínez Boom sostiene que la ética en la actual coyuntura histórica debe ser repensada de
manera crítica y propositiva; “es preciso recuperar la pregunta critica por la racionalidad que
hasta ahora nos ha atrapado y reconocer el agotamiento de un modelo fundado en verdades
absolutas y universales sobre la naturaleza humana y en la autoridad de la religión y la
metafísica” y al abandonar estas formas dogmáticas e incluso excluir la comprensión de la
moralidad, se da paso a la necesidad de una reflexión sin freno ni coerción, que conduce a la
asunción de una moralidad de el autocuidado, reconociéndonos en nuestra existencia colectiva
para así combatir las relaciones de poder que existen en los dispositivos de “verdad” que determina
nuestro comportamiento espiritual y moral.

El autoconocimiento es importante, en la sociedad actual, los valores morales y éticos


impuestos por marcos religiosos, científicos y legislativos están sufriendo una ruptura total debido

1 U. Pedagógica Nacional, Bogotá – Colombia. dcs_afmahechac428@pedagogica.edu.co Autor para correspondencia.


2 Del griego, significa “modo de vivir”, bajo la perspectiva griega se entiende como el acto de pensarse a sí mismo en articulación
a un todo, como un proyecto de vida.
al surgimiento generalizado de movimientos afrodescendientes, indígenas, etc. Con esto, es más
importante sí estos movimientos se derivan de la realización de uno mismo, para proyectarse en
su futuro y participar en la sociedad, en el desarrollo de las humanidades. Es en este contexto que
el replanteamiento de la ética como proyecto de vida individual, pero el desarrollo de pensarla
dentro de un proyecto colectivo mayor ha cobrado un papel vital, rastreador y que redefina esos
valores morales. a su vez, son el dogmatismo moral de la conducta moral que surge como
resistencia.
Cuando se habla de ética y valores siempre se piensa en el papel docente y la escuela como
agentes promotores de lo que son los “verdaderos valores”, los valores “buenos”, pero con el
anterior apartado se construye un puente argumental para afirmar que muchas veces estas
opiniones de “ya no hay valores”, “no les enseñaron valores”, muchas veces suceden mediante
rupturas de la ética dogmática religiosa, científica o legislativa.
Es en el momento actual, cuando la comprensión y el desarrollo ético y moral emerge como
una resistencia al dogmatismo ya la ética objetivista, que es importante pensar en el papel de la
escuela, no como agente de recuperación que refuerza la interiorización de valores determinantes
y condicionantes, sino que actúa como catalizador del surgimiento de estos nuevos valores,
acercándolos críticamente a una pedagogía que cuestiona lo dado, condiciona y decide, redefine y
debate lo emergente. Que cuestione la percepción de sí mismo en el marco de sociedades
heterogéneas como la colombiana, una pedagogía diseñada para promover la ética como una
herramienta propia, pero no como un individuo aislado, sino como un individuo que se piensa a sí
mismo en un todo atravesado por la clase social, raza, sexo, etc...
El papel de la escuela y la enseñanza juega un papel crucial en lo que se refiere a la ética
del autocuidado, como escenario de autorreconocimiento que tiene el poder de dotar a los
individuos de lo necesario para profundizar la ética como herramienta individual y colectiva, como
proyecto de vida, y ciertamente como lugar de apropiación que contribuye a la realización y libre
reconocimiento de valores, pero que es al mismo tiempo vital, y de esta manera también consciente
y voluntaria, para romper el manual moral, dogmático y excluyente para ver nuestro papel como
docentes con una posición ética y crítica.

Bibliografía
Martínez Boom, A., & Tamayo Valencia, A. (1991). Teoría Pedagógica. Ética y educación.
Gaviria, R. C. (2013). Ética y pedagogía: una postura de reflexividad. Revista Brasileira
de Educação de Jovens e Adultos, 1(1), 223-232.
Pereyra, N. O. (2004). Relaciones entre educación y ética. Una aproximación desde la
pedagogía crítica. Educere, 8(27), 453-460.

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