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COVID 19, TASAS DE CAMBIO Y ECONOMÍAS EMERGENTES, ¿CÓMO AFECTÓ LA NUEVA

NORMALIDAD A LA INDUSTRIA COLOMBIANA Y LOS SUPERMERCADOS DE CADENA?

Por: Silvana Marcela Deibe Blanco

El crecimiento económico, aunque es el objetivo de todo país, es un concepto ambiguo, puesto


que su realidad es cambiante y dependiente de múltiples variables. Con las economías nacionales
y regionales cada vez más interconectadas a causa de la globalización económica y social que se ha
tomado el contexto internacional en las últimas décadas y el fácil acceso a toda esta nueva
información, nacen las preguntas: ¿cómo se mide la pobreza?, ¿cómo saber si un país es
productivo?, ¿cómo saber si hay igualdad?, parte de ellas pueden ser respondidas mediante el
estudio de indicadores económicos como el Producto Interno Bruto (per cápita), la tasa de
escolaridad, la tasa de desempleo, el coeficiente de GINI, entre otros.

Para algunas economías, como las economías emergentes, estos coeficientes por sí mismos no
pueden brindar una respuesta a los cuestionamientos antes propuestos, debido al denso contexto
social en que generalmente se desenvuelven las actividades industriales. Además de la propia
dinámica de las economías nacionales, éstas son sensibles a choques estructurales internos, como
la oferta agregada, la demanda agregada, los términos de intercambio y los precios nominales, y, a
choques estructurales externos, como los precios internacionales de productos y servicios, su
demanda agregada y las fluctuaciones en el tipo de cambio real. (Lanteri, 2011)

Dentro de los choques estructurales mencionados, se incluyen aquellos que pueden


potencialmente cambiar las reglas del juego en la economía internacional, esto es, modificar la
oferta agregada y generar fluctuaciones en el tipo de cambio real. Éstos incluyen todo tipo de
evento internacional que sea capaz de generar presiones en la oferta y demanda de productos y
servicios, así como el en el funcionamiento de la logística internacional.

Desde principios del año 2020, hemos enfrentado una de las contingencias sanitarias más serias
que ha atravesado la humanidad en los últimos años, dejando un número de muertes de 5,16
millones de personas en el mundo para final de noviembre del 2021. Siendo declarada como tal el
11 de marzo de 2020 por la OMS, esta pandemia ha generado choques de oferta al interrumpir el
flujo del comercio internacional y las cadenas globales de valor, así como choques de demanda,
asociados a la disrupción de la actividad económica mundial producto de las medidas de
contención adoptadas en cada país. Estos choques han generado incertidumbre en los mercados
financieros, conduciendo a cambios en los flujos internacionales de capital y a depreciaciones en
las tasas de cambio, especialmente en economías emergentes.

Para el caso de Colombia, las estrategias adoptadas por el Gobierno Nacional generaron diversos
efectos, entre medidas sanitarias y económicas, se pueden destacar iniciativas como el ingreso
solidario, facilidades de pago para los diversos canales de crédito, subsidios alimentarios para la
población menos favorecida, entre otros.

COVID-19 Y SU IMPACTO EN LA ECONOMÍA INTERNACIONAL


Para principios del año 2020, el mundo fue alertado sobre la posibilidad de propagación de un
nuevo virus, dada la elevada tasa de contagio y el número de muertes presentados en el país chino
luego de que los primeros casos se documentaran en la ciudad de Wuhan. Este virus se expandió
rápidamente a través de los principales países asiáticos y europeos, a lo que fue sólo cuestión de
tiempo para que se documentaran casos en todos los rincones del mundo. Obligando a la OMS a
declarar al Coronavirus como un caso de pandemia.

Las medidas tomadas por el gobierno chino para contener la propagación del virus generaron un
primer momento de nerviosismo en los mercados financieros ante las posibles consecuencias
económicas de una desaceleración en este país. En especial, las disrupciones en las cadenas de
suministro globales y los menores volúmenes de comercio generaron a unas menores expectativas
de crecimiento a nivel mundial. Aunado a lo anterior, el brote del virus ocasionó salidas de capital
y altas depreciaciones de la tasa de cambio, especialmente en los países emergentes. (Mejía,
2020)

Al ser una enfermedad infecciosa y considerando que se transmite fácilmente entre humanos, la
mayoría de los gobiernos han implementado medidas sanitarias para controlar las tasas de
transmisión, como la prohibición de movimiento entre países e incluso dentro de ellos. El 31 de
diciembre de 2020, la OMS otorgó la primera validación de emergencia a la vacuna Pfizer /
BioNTech, un hito importante en el combate contra la pandemia COVID-19 (OMS, 2020). Para el 30
de noviembre de 2021, se administraron 7810 millones de dosis en el mundo, dejando un
porcentaje de vacunación de 42,7%, según estadísticas de Our World in data.

COVID 19 Y SU IMPACTO EN LA ECONOMÍA COLOMBIANA

En Colombia, los coronavirus HKU229, 1E, OC43 y NL63 circulan regularmente. En contraste, el
virus del Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS), que surgió en 2002, y el Síndrome
Respiratorio de Medio Oriente (MERS-CoV) de 2012 no habían circulado en Colombia. El 6 de
marzo de 2020 se confirmó el primer caso del nuevo coronavirus (COVID-19) en el país (Minsalud,
2020).

Luego de que se confirmó el primer caso, el gobierno comenzó a trabajar en un plan de


contingencia para reducir su impacto, considerando que la estructura de salud en el país no era lo
suficientemente fuerte en ese momento. El 25 de marzo de 2020, el presidente Iván Duque y su
gabinete decretaron un período obligatorio de reclusión preventiva, en el cual se incluyeron un
conjunto de medidas de salud y cambios de rutina diaria a nivel económico, social y político, con el
fin de controlar la crisis. Este encierro había sido decretado inicialmente por 19 días, sin embargo,
se fue extendiendo progresivamente por fases, indicando cada vez nuevas excepciones.

El 17 de abril de 2020 se dio a conocer el decálogo de lo que sería el Confinamiento Preventivo


Inteligente y Colaborativo Obligatorio, en una nueva etapa de cuarentena. Durante el segundo
semestre de 2020 se inició la fase de apertura de algunos sectores de la economía y, para
septiembre de 2020, se reabrió el país, junto con los aeropuertos y el turismo. A fines de marzo de
2021, un informe del Ministerio de Salud y Protección Social informó que se han reportado
2.552.937 casos confirmados, 66.156 muertes y 2.395.733 recuperados por COVID-19 en el país
desde el primer caso.

Tras una cuarentena de casi 6 meses, y una crisis social y sanitaria global, la economía colombiana
se ha visto enormemente golpeada, ocasionando un aumento en el desempleo de casi 6 puntos
porcentuales en el 2020 con respecto al 2019, un decrecimiento en el Producto Interno Bruto, y el
cierre de gran cantidad de negocios y emprendimientos, principalmente relacionados con la
industria del entretenimiento.

PIB en Colombia durante los últimos 10 años


Producto Interno Bruto

1,061,119,000,000,000

1,002,587,185,915,050
987,790,999,999,999.0
920,471,000,000,002.0
863,782,000,000,001.0
762,902,999,999,999.0
666,506,999,999,999.0

804,692,000,000,000.0
714,092,999,999,999.0
619,023,000,000,000.0

.00

.00
0
0
0
0
0

0
0
0

544,060,000,000,000.0
0
2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018 2019 2020
Año

Elaboración propia – datos obtenidos del Banco Mundial

Como se puede observar al analizar los datos proporcionados por el Banco Mundial, el Producto
Interno bruto colombiano mostró un ascenso sostenido hasta el año 2019, cuando en 2020 mostró
una contracción del 6,8%. Esta contracción fue producto de la disminución en el gasto de consumo
final de los hogares colombianos, la disminución en el consumo de los bienes de entretenimiento,
como los bares y restaurantes, y la preferencia de las familias a gastar en artículos de primera
necesidad, ocasionando a su vez una mayor producción interna y de productos agropecuarios.

Así mismo, los sectores de construcción, reparación de vehículos, transporte y alojamiento,


servicios de comida, y explotación de minas y canteras, también representan un porcentaje
considerable en el decrecimiento del PIB colombiano, sin tener en cuenta las numerosas
actividades informales que no hacen parte de los datos oficiales.
En cuanto a comercio exterior, las exportaciones colombianas disminuyeron en un 27.35%, para lo
que pasaron de representar un 12,21% del PIB, a un 11,42%. Esta disminución en las exportaciones
se tradujo en un incremento negativo en la balanza comercial, y una apreciación del dólar con
respecto al peso colombiano.

TASAS DE CAMBIO E IPC – CASO CENCOSUD

Durante el 2021, la cotización del dólar con respecto al peso no ha hecho más que aumentar, para
lo que hoy, un dólar vale $549,27 más que al inicio del año, convirtiendo al peso en la moneda
emergente más devaluada en el 2021, con una caída de 13,74%. Estos cambios en la Tasa
Representativa del Mercado han ocasionado una pérdida en el poder adquisitivo de los
colombianos, especialmente respecto a bienes importados.

El precio del dólar impacta a los colombianos mediante los productos provenientes del extranjero
que conforman el Índice de Precios del Consumidor (IPC), y que hacen parte de la canasta familiar.
Datos del DANE, muestran un aumento del 21,7% en las importaciones colombianas con respecto
a los resultados del mismo período durante el pasado año, esta cifra se encuentra principalmente
compuesta por los insumos para producción, entre ellos alimentos como carnes, pescados,
lácteos, legumbres y hortalizas; además de artículos electrodomésticos.

Estas fluctuaciones en la Tasa Representativa del Mercado han ocasionado incertidumbre en la


economía nacional, así como en las finanzas de las compañías más grandes del país, un ejemplo de
esto son los grandes supermercados de cadena, los cuales han visto afectada la estabilidad de sus
precios debido a el aumento en los precios de sus materias primas. Supermercados como grupo
éxito, Olímpica y Cencosud, entre otros, han visto afectadas sus ganancias como producto de los
cambios en el entorno económico nacional e internacional ocasionados por la pandemia.

Para Cencosud, por ejemplo, compañía chilena con presencia en Chile, Argentina, Brasil, Perú y
Colombia, la pandemia se tradujo en un incremento del 3,3% en los costos de distribución, gastos
de administración, entre otros; representando así una contracción del 16,8% en su resultado
operacional. Esta compañía, al estar orientada hacia los consumidores finales, se encuentra
fuertemente ligada a los niveles de empleo y productividad económica de los países en los que se
desarrollan sus actividades, viéndose afectada, naturalmente, durante períodos recesivos.
Teniendo en cuenta que durante la pandemia del Covid 19 se han cerrado centros comerciales,
emprendimientos, además de un aumento en la tasa de desempleo, se podría decir que la
empresa enfrenta una amenaza que debe ser sorteada mediante la creación de una estrategia
comercial enfocada al aumento de oportunidades de financiación y oferta de materias primas.

Dado que parte importante de las inversiones de Cencosud se encuentran en el exterior, la


compañía es sensible a fluctuaciones en las paridades cambiarias; aunque los rendimientos en
moneda local de cada país sean estables, una devaluación de la moneda resulta negativa para los
estados financieros de la empresa. En este caso, una inversión en herramientas financieras como
los derivados resultaría beneficiosa para la compañía, puesto que contribuiría a disminuir el riesgo.
Para el final del año 2021, la compañía le ha apostado a un rebranding, mediante la apertura de
superficies más pequeñas, y el enfoque en productos de primera necesidad, específicamente con
Jumbo. Así mismo, ha continuado creciendo en ventas por encima de la inflación, y espera
aumentar su superficie de servicios con la apertura de nuevas tiendas.

CONCLUSIONES

Dado que la protección de las personas frente a los riesgos sociales, en este caso concreto el
desempleo y la pérdida de ingresos, es uno de los principales objetivos del Estado de Bienestar, las
graves consecuencias que tuvo esta pandemia en la vida de los agentes económicos que dependen
directa o indirectamente de los sectores comerciales plantearon la necesidad de una intervención
estatal para promover su protección.

Si bien se espera que el sector comercial se recupere completamente, el proceso llevará tiempo y
dependerá de cómo el país siga enfrentando la crisis del COVID-19, especialmente en relación con
la tasa de vacunación de la población.

En conclusión, hay que tener en cuenta que la pandemia aún no ha terminado y que, por lo tanto,
los sectores productivos seguirán enfrentando algunos desafíos debido a la persistencia de ciertas
restricciones. Adicionalmente, considerando la expectativa de que el sector en cuestión seguirá
enfrentando limitaciones cambiarias, se podrían diseñar algunas políticas internas que ayuden a
sobrellevar estos cambios, como la compra de materias primas a productores nacionales,
estrategias de marketing enfocadas en la producción tradicional.
Referencias

Lanteri, L. N. (2011). Choques externos y fuentes de fluctuaciones macroeconómicas: Una


propuesta con modelos de VEC estructural para la economía argentina. Economía
mexicana. Nueva época, 20(1), 113-143.

Mejía, L. F. (2020). Choque dual y posibles efectos sobre la economía colombiana. Centro de
Investigación Económica y Social Fedesarrollo.

Minsalud. (2020). Más información del Coronavirus COVID-19 2020. Bogotá.

OMS. (2020). WHO issues its first emergency use validation for a COVID-19 vaccine and
emphasizes need for equitable global access.

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