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Seminario:
Temas de Psicogerontología II
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Clase 9

EL CUERPO DEL ANCIANO


EN EL PSICOANÁLISIS ACTUAL
Psic. David.M.Karp
Avenida Italia 2378 Tel 200.01.94 Montevideo Uruguay.
Email : flamenco@chasque.apc.org

En 1890 en su trabajo "Tratamiento Psíquico. Tratamiento del alma" Freud


escribía:

'En general cuando se f ormula un j uicio sobre dolores que, en


lo demás, se incluye entre los fenómenos corporales, es preciso
tomar en cuenta su evidentísima dependencia en condiciones
anímicas" (Tl Pág. 120)
Años después, en "Algunas lecciones elementales del psicoanálisis” volvió
sobre éste aspecto:
'Pero esto no era aceptable, pues no se podía ignorar por largo
tiempo que los fenómenos psíquicos dependen en alto grado de
influjos corporales y a su vez ejercen los más intensos efectos
sobre procesos somáticos' (La naturaleza de lo psíquico T22 Pág.
285).

En nuestro Uruguay hubo que esperar hasta el 15 de marzo de 1995 para que
fuese creado el "Espacio de Cuerpo y Psicoanálisis' dentro del Área de
Psicoanálisis de la Facultad de Psicología de la Universidad de la República. Si
bien las presentes Jornadas se centran en los temas: "Lo arcaico, Temporalidad e
Historización" y daría lugar al análisis de un por qué de todo esto, en el presente
trabajo solo será un punto de partida para el análisis de dos temas que, al parecer
del autor, han sido poco atendidos por el movimiento psicoanalítico: el cuerpo y la
vejez.
El psicoanálisis comienza en el cuerpo.
Sería redundante aquí hacer mención a los primeros años de Freud como médico
y su interés por las diferencias observadas entre las parálisis histéricas y las
neurológicas. En 1890 en "Tratamiento psíquico del alma" lo definía con éstas
palabras:
"«Tratamiento psíquico» quiere decir, más bien tratamiento
desde el alma- ya sea de perturbaciones anímicas o corporales-
con recursos que de manera primaria e inmediata influyen
sobre el ánimo del hombre. (T 1 Pág 115).

Posteriormente aclara el camino de su propuesta:

'Los médicos se vieron así frente a la tarea de investigar la


naturaleza y el origen de las manifestaciones patológicas en el
caso de estas personas nerviosas o neuróticas llegándose a este
descubrimiento: al menos en algunos de estos enfermos, los
signos patológicos no provienen sino de un influjo alterado de su
vida anímica sobre su cuerpo. Por tanto la causa inmediata de la
perturbación ha de buscarse en lo anímico (... ) Pero la ciencia
médica había hallado aquí el anudamiento para entender en su
plena dimensión al aspecto descuidado hasta entonces : la
relación recíproca entre cuerpo y alma.( ... )En ciertos estados
anímicos denominados «afectos», la coparticipación del cuerpo
es tan llamativa y tan grande que muchos investigadores del
alma dieron en pensar que la naturaleza de los afectos
consistiría solo en éstas exteriorizaciones corporales suyas.
(TI Pág. 118)

Freud especifica la relación existente entre el cuerpo y el afecto (relación ésta


que no será cuestionada posteriormente ).
Debido al momento histórico en que fueron escritas esas líneas fue necesario
hacer una referencia aclaratoria con respecto al hipnotizador, que no deja de tener
validez a nuestro entender:
“ ... instituye en sí y por sí un aumento del imperio del alma
sobre lo corporal , cómo únicamente se observa a raíz de los
más potentes afectos;" (... ) (TI Pág. 129)

No intentaremos aquí desarrollar toda la evolución del tema "afectos" en la


obra de Freud, pero nos interesaría rescatar algunos aspectos. En el año 1900, en
su trabajo "La interpretación de los sueños" escribía:
'Me veo precisado a representarme - por otras razones - el
desprendimiento del af ecto como un proceso centrífugo dirigido hacia el
interior del cuerpo y análogo a los procesos de inervación motriz
secretoria' (La elaboración secundaria T5 Pág. 4)

Para Freud lo afectivo está directamente relacionado - y por vías


f isiológicas - al cuerpo, debiéndose entender est ocomo un camino alterna -tivo
que dispone el afecto para manifestarse, especialmente cuando el impedimento
represivo-censor suprime otras opciones
En el año 1923, en su obra "EL yo y el ello" nuevamente Freud pone atención en
el cuerpo:
"El yo es sobre todo una esencia-cuerpo; no es sólo una esencia-
superficie, sino, él mismo , la proyección de una superficie (16)
Nota 16- 0 sea que el yo deriva en última instancia de sensaciones
corporales ,principalmente las que parten de la superficie del cuerpo. (T 19
Pág. 27 y 28)

Freud establece una directa relación entre nuestro cuerpo, y el aparato psíquico.
Debemos esperar hasta 1926, para que en su trabajo " Inhibición síntoma y
angustia" correlacione al síntoma, su satisfacción y el cuerpo:

'Pero en esta degradación del síntoma del decurso de la


satisfacción, la represión demuestra su poder también en otro
punto. El proceso sustitutivo es mantenido lejos, en todo lo
posible, de su descarga por la motilidad; y si esto no se logra, se
ve forzado en la alteración del cuerpo propio y no se le permite
desbordar sobre el mundo exterior; le está prohibido
(verweheren) trasponerse en acción . Lo comprendemos: en la
represión el yo trabaja bajo la influencia, y por eso segrega de
ella al resultado del proceso sustitutivo" (T20 Pág. 91)

Con esta cita podemos salir del marco afectivo - corporal para ingresar en la
dinámica del mundo intrapsíquico. Para el año 1933 en su libro dedicado a las
" Nuevas Conferencias' en su artículo "Angustia y vida pulsional" se propone
otra dimensión de la relación alma - cuerpo:
“Antes bien, vemos un gran número de pulsiones parciales,
provenientes de diversas partes y regiones del cuerpo, que con
bastante independencia recíproca pugnan por alcanzar una
satisfacción y la hallan en algo que podemos llamar placer de
órgano" (T 22 Pág. 90)

Se establece una estrecha relación entre lo corporal, lo pulsional, y placer de


órgano . Si bien éste último concepto generalmente está ligado a nuestro
desarrollo psico-sexual, cabria la posibilidad de preguntarse la relación existente
entre la satisfacción de pulsiones parciales y el cuerpo a otro nivel, a nivel de los
beneficios primario y secundario de una manifestación somática de conflicto.
Concluirernos- esta pequeña revisión bibliográfica de Freud sobre éste tema
con dos textos escritos en 1938 en su "Esquema del Psicoanálisis" El primero
pertenece al capítulo dedicado a "La doctrina de las pulsiones" , y el segundo lo
podemos encontrar en el capítulo dedicado a las " Cualidades psíquicas ".

'Llamamos pulsiones a las fuerzas que suponemos tras las


tensiones de necesidad del ello. Representan Ireprüsentierenl los
requerimientos que hace el cuerpo de la vida anímica' (T23
Pág.146)

"Esto sugiere de una manera natural poner el acento en


psicología, sobre estos procesos somáticos, reconocer en ellos lo
psíquico genuino y buscar una apreciación diversa para los
procesos conscientes (... ) Sin embargo , tal es la argumentación
que el psicoanálisis se ve obligado a adoptar, y este es su
segundo supuesto fundamental. Declara que esos procesos
concomitantes presuntamente somáticos son lo psíquico
genuino, y para hacerlo prescinde al comienzo de la cualidad de
la conciencia" (T23 Pág. 155-156).

Con esta pequeña pero significativa revisión bibliográfica del tema en Freud
hemos pretendido recordar:
A) El cuerpo y lo anímico están directamente relacionados
B) El cuerpo es una vía posible de expresión del afecto
C) El cuerpo esta íntimamente vinculado con nuestra dinámica intrapsíquica
D) Lo pulsional, el placer de órgano y lo narcisista también lo están
E) Lo somático, es decir, aquello que expresamos con nuestro cuerpo tendría
el valor de lo "psíquico genuino "

¿Como es posible, que de acuerdo a la importancia y al valor que el propio


Freud le dedica al cuerpo, a la íntima relación existente entre éste el aparato
psíquico y sus manifestaciones, el tema se vea poco frecuentado en el devenir
psicoanalítico posterior?
Esta interrogante puede ser develada si se responde paralelamente desde una
óptica institucional como personal.
Aparentemente el psicoanálisis no pudo escapar del mundo de las artes médicas
occidental en que se desenvolvió.
La separación cuerpo-alma, o mente y cuerpo no pudo mas que dejar su huella
dentro de la historia posterior a Freud. Si bien se podrían citar ejemplos de autores
que escapan a ésta generalidad, por el hecho de ser ejemplos y no la norma,
respaldan la afirmación anterior.
El segundo aspecto es más específico al psicoanalísta, y para ello citaremos lo
que el Dr. Edgardo Korovsky ha denominado
"Contratransferencia Somática"
“ aquella que aparece bajo la forma de manifestaciones
corporales más o menos transitorias en el analista durante el
curso de una sesión psicoanalítica, y la posibilidad de su
utilización al servicio de la mejor comprensión del campo
analítico' (Psicosomática Psicoanalítica. Pag 75)

El paciente que usualmente cursa la vía de manifestación somática de expresión


suele dolerle al terapeuta!

Pasemos ahora a otro tema que ha corrido casi con la misma suerte dentro del
movimiento psicoanalítico: el anciano.
Es muy común el escuchar que el anciano no es factible de ser abordado
terapéuticamente, y para fundamentar esto se sacan a relucir una serie de aspectos
tanto metodológicos como metapsicológicos. Tanto unos como otros se emplean
para señalar una personalidad que demuestra tener falta de plasticidad, dificultades
para el cambio, etc.
De una u otra forma se termina afirmando que " no vale la pena".
El propio Freud hace mención a alguno de estos aspectos cuando en 1937 en
"Análisis terminable e interminable" se refiere a la "Entropía psíquica":

'En un grupo de casos, uno es sorprendido por una conducta


que no puede referir sino a un agotamiento de la plasticidad, de
la capacidad para variar y para seguir desarrollándose, que de
ordinario se espera. ( ... )
Pero en los casos que ahora consideramos, todos los recursos,
vínculos y distribuciones de fuerzas prueban ser inmutables,
fijos, petrificados. En gente de edad muy avanzada, a esto uno
lo halla explicable por la llamada «fuerza de la costumbre», el
agotamiento de la capacidad receptiva - una suerte de entropía
psíquica-, pero aquí se trata de individuos todavía jóvenes
(T23Pág 244)

Antes, en 1914, en su obra "Contribución al movimiento psicoanalítico"


afirmaba:
'El conflicto entre aspiraciones eróticas desacordes con el yo
(ichwidring) y la afirmación del yo fue reemplazado por el
conflicto de la «tarea de vida» y la «inercia psíquica»; el
sentimiento neurótico de culpa correspondió al reproche que el
individuo se hace por no haber cumplido su tarea en la vida"
(T14 Pág 60)
Estas últimas palabras son validas para generalizar la problemática del anciano.
Es este período cuando más autoreproches escuchamos con respecto a la falta
de expectativas para cumplir con lo que fueron proyectos anteriores de vida.
Aquellos que tenemos contacto frecuente con pacientes añosos, encontramos que
existe casi unánimemente una razón esgrimida por ellos en su discurso consciente
para justificar ésta situación: la incapacidad física, la polipatología propia de la
tercera edad.
Nuevamente volvemos al cuerpo, y nuevamente volvamos a Freud. En 1912 en su
escrito “Sobre los tipos de contracción de neurosis" afirmaba :

" Un debilitamiento del yo por enfermedad orgánica o por una


particular demanda de su energía podrá hacer salir a la luz
neurosis que de otro modo habrían permanecido latentes, no
obstante existir la predisposición.
El significado que nos vemos precisados a atribuir a la cantidad
libidinal para la causación de la enfermedad armoniza a
maravilla con dos tesis básicas de la teoría de la neurosis,
resultado del psicoanálisis. En primer lugar, con la afirmación
de que las neurosis surgen del conflicto entre el yo y la libido; en
segundo lugar, con la intelección de que no existe ninguna
diversidad cualitativa entre las condiciones de la salud y de las
neurosis, y los sanos enfrentan las misma lucha para dominar la
libido, sólo que les va mejor en ella." (T 12 Pág. 244).

Plantearemos otro aspecto del paciente añoso vinculado a su mundo


intrapsíquico: el funcionamiento de éste está directamente influenciado por las
condiciones orgánicas predominantes. lmplícitamente se está afirmando que las
condiciones físicas antesmencionadas actuarían como una variable dentro de una
función. En otras palabras a mayor problemática física será invertida una mayor
demanda de energía,yoica y viceversa.
Años después en 1925 escribía en "Inhibición, síntoma y angustia":
“A raíz del dolor corporal se genera una investidura elevada
que ha de llamarse narcisista, del lugar doliente del cuerpo; esta
investidura aumenta cada vez más y ejerce sobre el yo un efecto
de vaciamiento, por así decir.El paso del dolor corporal al dolor
anímico corresponde a la mudanza de investidura narcisista en
investidura de objeto. La representación-objeto, que recibe de
la necesidad una elevada investidura, desempeña el papel del
lugar del cuerpo investido por el incremento del estímulo'.
(T XX Pág.160)

Es posible interpretar, entender la problemática del anciano desde una óptica


esencialmente narcisista.
Resumamos pues lo que hemos planteado con respecto al dolor corporal, el
anciano y sus conflictos:
· debilitamiento del yo,
· vaciamiento del mismo,
· cambios dinámicos en investiduras libidinales,
· investiduras narcisistas del cuerpo...
¿Cómo es posible explicar entonces toda ésta dinámica intrapsíquica sin
contradecir la inercia (entropía) psíquica anteriormente aceptada ?

El anciano no se anquilosa ni pierde su dinámica intrapsiquica, sino que cambia


su vía de manifestación.

Guiado porla demanda libidinal del envejecimiento corporal, al igual que el


paciente de predominio somático de expresión, simbólicamente expresa sus
síntomas a través del cuerpo, dándole un sesgo narcisista a toda su
problemática.
La razón por la cual el psicoanálisis no ha profundizado mucho en la psicología
del anciano no sólo debe entenderse por las dificultades ya mencionadas con
respecto al cuerpo. Deberemos considerar otras propias y específicas de ésta edad.
La escucha del anciano nos lleva por muchos caminos. Uno de ellos es al
propio envejecimiento o al deterioro futuro. En nuestro análisis reelaboramos
nuestra infancia, nuestra adolescencia, nuestros conflictos adultos, pero no se suele
trabajar sobre el envejecimiento futuro. Otro camino por el que se puede cursar
será planteado por analogía. De la misma forma que el adolescente nos remite a
nuestra propia adolescencia, el anciano nos remite a la relación con nuestros
padres. Como buenos neuróticos en "situación de reforma" lo edípico esta en
nosotros más o menos trabajado. Ergo la sexualidad del anciano nos replantea la
reprimida en nosotros- sexualidad de nuestros padres. Finalmente, si aceptamos la
dinámica simbólica del cuerpo del anciano, para comprenderla e interpretarla
necesariamente deberemos completar nuestra formación con un importante bagaje
de conocimientos referidos al envejecimiento tanto normal como patológico.

Como reflexión final el autor desea plantear que frente a la longevidad


promedio existente en la actualidad, de la misma forma que el psicoanálisis
enfrentó la necesidad de crear una técnica propia y específica para los niiíos,
deberá hacer lo mismo con el anciano.

Bibliografía
Freud , Sigmund ; Obras completas. Amorrortu Editores Buenos Aires 1976
Korovsky, Edgardo; Psicosomática Psicoanalítica. Roca Viva Editorial
Montevideo 1990
Korovsky, Edgardo; Psicoanálisis en la Tercera Edad. Jornadas sobre 'Neurosis
Hoy" APU setiembre 1993 Montevideo

Psic. David Karp.


Egresado de la Facultad de Psicología de la Universidad de la República.
Miembro fundador de la Sociedad Uruguaya de Psicosomática.
Docente Honorario de la Cátedra de Geriatría del Hospital de Clínicas. 1986-92
Varios trabajos editados en Publicaciones científicas.

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