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Amados hermanos, les saludo en la fe de Jesucristo, paz a vosotros.

Este día se ha preparado un


bello programa en el que se incluye la ordenación ministerial de algunos compañeros, así como el
ministerio de alabanza. Damos gracias a Dios por la vida de cada uno de ellos, a quienes el Señor
usará para su gloria.
El liderazgo es polifacético, hay varias áreas que componen la vida del dirigente: La capacitación, la
experiencia, las herramientas y habilidades necesarias para ejercer su ministerio, Sin embargo, el
interior del corazón del líder es lo más importante, el liderazgo se edifica sobre la persona.
Moisés preparó a Josué, Elí a Samuel, Elías a Eliseo, Jesús a sus discípulos, Pablo a Tito y Timoteo.
En todos los casos, los prepararon para su ausencia, el líder debe pensar no solo en su tiempo de
trabajo sino en el tiempo en que ya no esté presente. Liderazgo es la transmisión de
responsabilidades y conocimientos a otros que puedan hacer la tarea que tenemos que Dios
encomienda.
No hay nada mejor que trasladar nuestro conocimiento en otros, así reducimos su curva de
aprendizaje y creceremos más rápido.
Las herramientas y habilidades aprendidas sobre las que puedes capacitarte son importantes, pero
no son determinantes. En la Biblia vemos a quienes Dios eligió que eran o muy jóvenes o muy viejos,
de familias humildes, sin experiencia, o de condición precaria, eran temas importantes, pero nunca
determinantes, lo determinante se encuentra en tu interior. Por eso quiero referirme este día no a las
herramientas y habilidades sino al corazón del líder.
Debemos edificar al menos tres áreas para que el corazón del líder esté listo.
1. Ser ejemplo para todos. Los ojos de las personas se volcarán sobre el líder, será juzgado y
evaluado, el líder está en este nivel de escrutinio y esto en vez de ser negativo, ayuda a
demostrar que te has liderado a ti mismo. El carácter es el fundamento sobre el cual el líder se
construye.
El carácter comunica credibilidad ante los demás, implica respeto, esto significa integridad. Algunos
esperan respeto solo por lo que dice su título o por lo que dice un reglamento, “aquí dice que me
debes respetar”. Si tienes que demandar respeto estás en un foco rojo porque no lo has ganado.
El carácter crea consistencia, necesitamos líderes que sigan un camino, que no sean fluctuantes día
con día, que tenga convicciones, que den estabilidad a sus pensamientos y acciones. Las
habilidades no crean respeto ni confianza, es el tipo de vida que los demás ven lo que te dará
respeto.
Los líderes deben crear una disciplina personal, la disciplina supera a la motivación, no siempre
estarás motivado para hacer algo, habrá días en que no estarás con ganas de hacer las tareas y
obligaciones, pero si has desarrollado disciplina lo harás porque sabes que de ello depende que se
realicen los compromisos que están en tus manos.
Entre mayor sea el nivel de responsabilidad en una empresa, país, o en la iglesia, los ojos de la
mayoría estarán analizando lo que sucede contigo. Recientemente falleció Isabel II, la reina de
Inglaterra, terminando el reinado más longevo. La familia de Windsor ha sido una familia expuesta,
como si estuvieran en una vitrina donde sus problemas y contradicciones familiares han sido
públicos.
Los líderes deben desarrollar convicciones personales y someterse a ellas, debe tener una moral. La
moral es el conjunto de valores y actitudes que tiene un grupo de personas, una comunidad o un
país, sea buena o mala.
La ética es el estudio de la moral, sobre todo la ética estudia si la moral de un grupo es buena para
los propósitos de la vida. La identidad personal del líder se construye con base en su ética y su
moral. La segunda área para que el corazón del líder esté listo es:
2. Servicio en acción. El liderazgo no se trata de reconocimiento sino de servició, si tu liderazgo
tiene otra motivación y propósito entonces no es liderazgo. No es lo mismo ser líder que ser jefe,
cuando un líder se convierte en jefe, se terminó la filosofía de equipo.
Liderazgo es influencia para que los demás crezcan contigo o a través de tu trabajo, por medio de un
ganar-ganar. En una junta de trabajo el líder principal había estado cambiando su forma de trabajar
con los empleados, gritaba furioso porque no habían llegado a la meta pensando que no habían
seguido sus órdenes, —Soy su amigo, pero recuerden que también soy el jefe—
Uno de los empleados que tenían en alta estima, se levantó en la junta y comentó. Tiene razón
señor, usted es el jefe, lo ha dicho sin dudarlo, por eso me gustaría darle mi carta de renuncia. Inició
siendo líder, pero ahora solo es el jefe. Un jefe dice yo, los líderes dicen nosotros, los jefes mandan y
señalan con el dedo, los líderes te extienden la mano, los jefes te humillan, los líderes te levantan.
Los jefes no dan nada, utilizan a las personas, los líderes preparan a las personas buscando lo que
hay dentro de cada uno, los líderes han dominado el arte de la inspiración mientras que los jefes
dominan el arte de la manipulación.
Si mi liderazgo no le hace bien a nadie debo dudar de serlo, el líder que cuida su corazón escoge
servir, tal vez estoy buscando beneficio personal; esto hará perder la credibilidad tarde o temprano.
La tercera área para desarrollar el carácter del líder es:
3. Desarrolla las fortalezas de los otros. Cuando preparas tu corazón para servir, tu influencia la
utilizas para potenciar a los demás, porque les muestras la ruta del éxito que has seguido,
conoces el camino para que los demás crezcan. No quiere decir que los demás hagan o se
dediquen a lo que tú haces, sea trabajo directivo, ejecutivo o trabajo operativo, pero el
crecimiento implica lo mismo para cualquier don o talento.
Sin importar en qué misión Dios te haya colocado, el camino de la excelencia en el servicio es el
mismo. Uno de los elementos que roban tiempo para iniciar a trabajar, es cuando no reconocemos
para qué soy bueno, ponga atención a lo que acabo decir, para qué soy bueno.
Las personas se dedican mucho tiempo en lo que son malos, en sus debilidades, dedicamos
demasiado tiempo para dejar de errar en lo que no fuimos equipados, y entonces hacemos a un lado
el perfeccionarnos en las habilidades nativas que Dios nos regaló.
El líder identifica fortalezas naturales en los otros, ayuda desarrollar esa fortaleza para
perfeccionarlo, después lo inserta con esa fortaleza en un lugar de servicio, con esa capacidad
mejorada le provee una plataforma de influencia donde trabajar para que florezca esa fortaleza.
¿Cómo escoge el Señor a sus líderes? Seguramente cada uno tenemos una experiencia particular,
pero el Señor no te eligió por el momento en que estabas frente a un público numeroso. El te escogió
por los momentos de la vida que resolviste o actuaste cuando nadie te veía.
David fue elegido cuando no tenía nada, pero contaba con un corazón enorme para defender a sus
rebaños. Si así defiende a sus ovejas, cómo defenderá mi pueblo. Y con esto quiero decirte una
palabra que recibí hace muchos años y que ha sido uno de los pilares que sostienen mi ministerio,
cada vez que estoy a punto de caer lo recuerdo y no me dejo derrotar:
“Las victorias privadas abren paso a las victorias públicas”. Quiero repetirlo porque me parece
importante: “Las victorias que tengas en lo privado te permitirán alcanzar las victorias delante
de los demás”. Ya estás tomando decisiones que mira el Señor, en la soledad de tu familia, en tus
luchas de fe, cuando permaneciste firme ante las adversidades, es un liderazgo no público, no para
los demás, quizá esas decisiones solo han impactado en ti y tu familia, pero desde la plataforma
íntima Dios ya desarrollaba en ti el carácter para el liderazgo.
El desarrollo más profundo de un líder o dirigente no se da en los congresos, sino en la intimidad,
cuando estas cerca de Dios y nadie te ve, cuando vences actitudes equivocadas, conquistando tus
propias tentaciones en el interior de tu corazón. Y entonces el Señor te llama para que tus victorias
privadas sean la base para tus victorias públicas.
Significa que el corazón de un líder tiene más que ver con lo que haces con tu tiempo libre, que con
lo que haces delante de los demás. El líder debe ejercitarse en la piedad, sostenerse ante las
pruebas y vencer las tentaciones.
¿Sabe usted cuál es la diferencia entre pruebas y tentaciones? Las pruebas las da Dios y sirven para
hacerte más fuerte; las tentaciones provienen del enemigo, usando de nuestras concupiscencias
para hacernos caer. Cuando el enemigo tienta no es para hacernos fuertes sino para destruirnos.
El líder debe vivir en integridad resistiendo ante las pruebas y tentaciones de su vida privada. Ese
lugar, donde no das cuentas a nadie, Dios lo observa y se da cuenta de qué tan resistente podrías
ser delante de los demás.
Si Dios te elige es porque te tiene confianza, él confía en ti. Liderazgo es influencia, y la influencia no
es una capacidad, la capacidad tiene que ver con cualidades o aptitudes para desempeñar una
función, pero la influencia no es tu poder, la influencia es más bien, el poder que te dan las personas
para cambiar o intervenir en su forma de pensar o de actuar.
Un líder es un entrenador, alguien de influencia al que los demás ceden cierto nivel de control para
que los potencie y que logren los resultados deseados. Por eso el líder debe generar suficiente
disciplina para desarrollar aptitudes que son necesarias si quiere ejercer bien su liderazgo.
Hay acciones que no están relacionadas directamente con lo que hacemos al momento de liderar.
Primero le doy un ejemplo en el deporte: Un futbolista, antes de ir al terreno de juego pasa la
semana entrenando no solo las técnicas para dominar el balón y moverse por la cancha, sino
ejercitando su cuerpo haciendo por ejemplo cientos de abdominales.
¿Ahora bien, el futbol se trata de hacer abdominales? Claro que no, pero si no ejercita su cuerpo con
las abdominales, su organismo no adquirirá la suficiente fortaleza para resistir en condiciones
óptimas los 90 minutos que dura un partido.
Predicar la palabra, cantar y tocar un instrumento, evangelizar, enseñar como maestro de escuela
sabática, no consiste en estar leyendo capítulos de la biblia, ni estar orando el tiempo en que estás
participando del culto, pero si no lees las escrituras y no oras a Dios, no adquirirás la sabiduría que
se requiere para hacer un buen sermón y para transmitir la alabanza a la iglesia.
Estoy tratando de abarcar algunos tópicos que son necesarios para nuestros hermanos que habrán
de recibir alguna ordenación y que van a ser consagrados. A veces el líder se preocupa más por su
imagen. La historia de la iglesia está llena de personas que han pasado por aquí con buena imagen
y mucho carisma, pero ya no están con nosotros, porque descuidaron su interior.
Una personalidad carismática siempre será atrayente, pero solo un carácter forjado en su interior
retiene a las personas cerca del líder. Si quieres ser líder en la Iglesia o en cualquier otra parte
debes saber que hay un precio que pagar. El precio de ser líder es vivir con estándares, valores y
disciplina más altos que los de tus seguidores.
Si eres el líder debes mirar y apuntar más arriba que los demás en servicio, amor y entrega. Jesús
dijo: quien quiera ser el mayor debe servir como el menor. Tal vez esa ha sido la razón por la que, en
algunas crisis en la historia de la humanidad, ningún líder se ha levantado.
Pocos asumen un liderazgo porque saben lo que implica y no han estado dispuestos a un estándar
de vida más alto que el del resto.
¿Sabía usted que el método del liderazgo más grande que ha existido ha sido el de Jesús? Su
proyecto sigue hasta el día de hoy, cuenta con miles de millones de seguidores por todo el mundo,
ha transformado las culturas, ha promovido los derechos humanos.
Compare cómo se vive entre países no cristianos y países cristianos. Qué tantas libertades y justicia
alcanzan las personas, cuántas leyes protegen a los niños a las mujeres y a los ancianos, al
trabajador. Tampoco es que en los países cristianos no haya injusticia o cosas de las que nos
avergoncemos, pero muchos de los países no cristianos han estado sometidos a la tiranía del líder.
¿Por qué la gente sigue el modelo de Jesús? Los conceptos de liderazgo más antiguos provienen de
la Biblia y muchos de ellos están en los evangelios. Si sometemos el liderazgo de Jesús a una
prueba objetiva, lo tendríamos que analizar de manera imparcial.
Una teoría o una escuela de pensamiento debe validarse por los resultados que produce. Así es
como el mundo científico analiza las causas y los efectos, en cambio el campo especulativo no se
basa en la ciencia.
Ante esta base empírica o de la experiencia ¿cuál ha sido el resultado del modelo de liderazgo de
Jesucristo? Estuvo tres años y medio entrenando a sus discípulos y después de la resurrección les
dejó la gran comisión de evangelizar al mundo. ¿Cuántos conflictos enfrentó el proyecto de Jesús?
Primero, los emperadores romanos utilizaron todo el poder militar para arrasar el cristianismo, los
echaron a los leones, los quemaron, destruyeron sus libros, fueron perseguidos por el mundo entero.
Pues a casi dos mil años de que Jesús regresó al Padre, además de influenciar sobre las leyes y la
justicia que ya mencioné, la misma cultura fue influenciada.
Algunos de los que estamos aquí, antes de que nuestra familia fuera creyente, nuestros padres nos
pusieron el nombre de alguno de los apóstoles o de los personajes bíblicos, Pedro, Andrés, Tomás,
Dina, Rebeca, Noemí, etc. El modelo de liderazgo de Cristo es el más efectivo que jamás ha existido.
Ningún otro ha probado ser tan extenso, tan exitoso, tan efectivo y más duradero que el modelo de
Jesús.
¿Cuál es el modelo de liderazgo de Jesucristo? Es un proceso de transformación, no es aprender
técnicas para manejar gente, ni un curso para saber hablar en público, sino un proceso de
transformación que cuenta con cuatro etapas.
1. Liderazgo particular. Liderazgo sobre mí mismo, es imposible ser líder de otra persona si
primero no puedes liderarte a ti mismo; si yo pretendo que me sigas, tengo que ir hacia donde te
digo que vayamos. Jesús no dice vayan que desde aquí los observo, fueron juntos siempre.
Incluso dice al final del evangelio de Mateo, estaré con ustedes hasta el fin del mundo, porque el
líder no va atrás de la gente ni está en otro camino.
¿Qué áreas implica liderarme a mí mismo? El líder tiene que iniciar sabiendo responderse ¿A quién
le pertenezco? Es decir, de quién soy. Y la segunda pregunta que debe responder es, ¿A quién voy
a servir?
Si como líder te levantas pensando, yo no rindo cuentas a nadie, soy el dueño de mi vida y de mi
destino, yo hago lo que yo creo, entonces eres presa de ti mismo. Cuando tu brújula no descansa en
Dios, te vas a dejar engañar por los objetivos que el mundo dice que valen la pena.
En el bautismo de Jesús que aparece Mateo 3:15 acude ante Juan para ser bautizado y el bautista le
dice: ¿no es mejor que tú me bautices a mí? Jesús responde, nos conviene hacer lo que es justo, no
vine a hacer mi voluntad sino la del Padre.
En Mateo 4:10 le dice a Satanás en la tentación, adora a Dios y sírvele solamente a él. Satanás
estaba fuera de la obediencia a Dios y deseaba que Jesús abandonara el plan por el que había
venido a la tierra. Si eres líder debes saber quién eres y a quién sirves.
Si lo tienes claro y dices, soy de Dios, le sirvo y le pertenezco, estás en el camino correcto porque si
te sirves a ti mismo, vas a amar a las cosas y a utilizar a la gente, pero si le sirves a Dios vas a amar
a la gente y a usar las cosas. La segunda etapa en el proceso de transformación del líder es:
2. Liderazgo uno a uno. No se es líder sin establecer relaciones profundas con la gente a las que
pretender liderar. Jesucristo pasó tres años y medio con sus discípulos y la enseñanza más alta
que les dio fue “ámense unos a otros”.
El verdadero líder ama a la gente a la que pretende liderar y vive para servirles. En el mundo sucede
al revés, la gente busca una posición de liderazgo para que los demás le sirvan a él. El liderazgo se
sustenta en la confianza, si la gente no confía en ti no te va a seguir.
Pero no se consigue la confianza desde el púlpito, sino uno a uno, tienes que estar ahí, en los
momentos importantes que pasan las familias, pero también en los momentos individuales de cada
persona. La tercera etapa en el proceso de transformación del líder es:
3. Liderazgo de equipo. Para que haya armonía en el equipo debe existir una persona en posición
de autoridad, y esta debe establecer una forma de vida en equipo. Jesús envió a sus discípulos
de dos en dos a hacer el trabajo que él inició.
Pero antes de enviarlos pasó tiempo entrenándolos en conjunto, a veces a los doce, en ocasiones
solo con tres. Fue el efecto unitivo de Jesús el que permitió que luego que ya no estaba el grupo no
se desintegró.
Solo después de enseñarles a vivir como una familia, les pasa la estafeta para que realicen el
trabajo. Y la cuarta etapa en el proceso de transformación del líder es:
4. Liderazgo organizacional. Quien es parte del liderazgo organizacional ya no es el líder de un
grupo de personas, sino el líder de un grupo de grupos, a esto le llamamos una organización.
Algunos tienen problemas con la parte institucional de la iglesia, porque creen que cuando se
instituyen reglas, estatutos y niveles de autoridad se está eliminando la libertad del Espíritu.
Es cierto que Jesús no hizo un trabajo organizacional, pero envía a sus discípulos para algo que
terminó siéndolo, lo vemos en la gran comisión, un trabajo a nivel mundial. Mateo 28:18-20.
Esta parte es importante porque debemos estar de acuerdo en que el trabajo de predicar por todo el
mundo no se puede realizar desde tu grupo o iglesia, menos desde tu familia, debemos estar unidos
y aportar organizacionalmente a toda la iglesia.
Quienes se desprenden de la iglesia en ocasiones terminan dispersos o incluso desaparecidos, y los
que más sufren son los que regresan al mundo. ¿Cuál es el resultado del liderazgo organizacional?
La efectividad, la unidad, la multiplicación, la concentración de fuerza para hacer planes de mayor
impacto.
Estamos aquí porque ha habido líderes que nos han formado, porque hemos sido objeto del amor de
Dios a través del trabajo de sus pastores y líderes, porque la iglesia se ha mantenido unida, porque
tenemos una institución que pueda dar respuestas más sólidas que si fuéramos un grupo pequeño.
Dios nos ha dado la oportunidad de crecer y habrá de sostenernos hasta el final de los tiempos.
Como Iglesia tenemos poco más de cien años en el país, tomado de las promesas de Dios
podremos llegar más allá de nuestras fuerzas. Hermanos que serán consagrados para el servicio al
Señor, Dios tiene planes específicamente detallados para tu vida, sabe incluso los detalles más finos
para hacerte crecer.
Tu trabajo es ser un líder, y ser líder significa ser luz para otras personas. Ningún líder llamado por
Dios cortará las alas de quienes le están siguiendo, antes les ayudará a ser mejores, no apagará con
su luz la de los demás, sino que les permite brillar con luz propia.
El mundo cree que lo más importante para el líder es el reconocimiento, pero el liderazgo se asemeja
más a las raíces del árbol robusto, que son fuertes y grandes, pero están escondidas debajo de la
tierra. Esas raíces escondidas es el tiempo que pasas con Dios, y son las que te sostendrán en el
momento de angustia, cuando parezca que todo está en tu contra, recuerda que Dios confía en ti.
Las mejores herramientas del líder son como esas raíces, nunca son visibles, tus mejores
habilidades no son la que vas a adquirir, sino aquello que ya está integrado en tu interior y que no
cambiarán, esas herramientas que fueron el motivo por el que Dios te eligió y que ahora es lo más
importante que debes de cuidar.
Termino diciéndote que el antídoto en contra de un mal liderazgo, de perder tu corazón en los afanes
del mundo, y de no rendirte al Señor es reconocer a Dios como la única audiencia. No hay más
audiencia que Dios.
Piensa de la vida como si fuera una gran puesta en escena donde apareces para responder a la
vida. Allí está tu familia, el mundo en el que te ha puesto, y la misión a la que tenemos que
responder. El Señor calificará tu personaje, tu guion y el libreto de acuerdo a cómo actuaste en la
vida.
Los demás que están al rededor no tienen ni voz ni voto, pero cómo los trates, cómo los potencies y
cómo los ames, debe estar perfectamente alineado a lo que espera Dios de ti. Cuando aceptes esto
entonces vas a cambiar la forma de vivir.
Dice Proverbios 3:6 Reconócelo en todos tus caminos y él enderezará tus veredas. Qué el Señor
quien ahora pondrá su unción sobre tu vida te permita al final entregar buenas cuentas, que crezcas
y hagas crecer a los que te rodean. Dios les bendiga y paz a vosotros.

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