Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Luego se muestra que le dice a Patricio que su mujer está pariendo y se muere,
Patricio le quería llamar Constantino, pero su mujer llamada Mónica le llamó Agustín
como el primer emperador.
15 años más tarde
Agustín a sus 15 años se dio cuenta que su padre engañaba a su madre, cometió un
robo solo para disfrutar del pecado en su misma esencia, no porque realmente le
hiciera falta.
Agustín les comenta a sus padres que quería estudiar en Cartago con Macrobio,
quería ser abogado por escucharlo a él, pero sus padres no podían pagar sus estudios.
Su madre de igual forma buscó la manera y logró enviarlo. A la hora d irse su madre
lo aconsejó, pero este decía que los consejos de su madre le parecían de mujeres y le
daba vergüenza seguirlo, peor realmente eran del señor y él no lo sabía.
371 a. C Cartago
Al llegar se encontró con quien sería su compañero, Valerio Prisco
Agustín se encuentra con Macrobio y le dice que quería aprender de él, Macrobio le
dice que solo lo aceptará si puede persuadirlo para poder aceptarlo como su
estudiante. Agustín no logró pronunciar ninguna palabra y Macrobio se fue
diciéndole que era por su bien.
Agustín fue nuevamente donde Macrobio y esta vez logró persuadirlo, Macrobio le
dijo que podía convertirlo en un buen abogado, pero si quería ser un buen orador iba
a depender de él.
Macrobio le dijo que la diferencia entre un buen orador y un mediocre era el valor.
Así empezó su aprendizaje, Macrobio empezó a darle comida, porque debía estar en
forma, lo puso a hablar con una piedra en la boca, empezó a ejercitarse ya que un
orador necesita saber como hablar por horas de pie.
Agustín empezó a asistir a los tribunales de justicia, ese día hablaba de un hombre
llamado Getulio que estaba siendo acusado de intentar matar a su esposa. Agustín
logró persuadir a la audiencia y jueces, aun sabiendo que si era culpable logró que
quedara libre Getulio. Luego llegó el hijo de Getulio, Camilo. Para reclamarle a
Agustín que, por dejar a su padre libre, ahora su madre estaba muerta.
Macrobio le recuerda nuevamente la frase que le dijo, que la diferencia entre un buen
orador y un mediocre era el valor, explicándole que era el valor de vivir sin la verdad
y él tenía ese valor.
Su sirvienta, Khalida le informa que su padre está muriendo, por lo que regresa con
ella para poder verlo.
Agustín se encuentra con Romaniano y le pregunta si puede quedarse en su casa, ya
que ha discutido con su madre.
Luego de que su padre murió, Agustín decide no volver a trabajar con Macrobio sino
contra la gente como él.
Su madre se encuentra arrepentida por enviarlo a Cartago por la vida que tiene
ahora.
Agustín se encuentra a su madre para poder reconciliarse con ella, esta le cuenta un
sueño que tuvo donde se muestra que Agustín se unirá a su fe. Su madre le dice que
está desperdiciando el talento que Dios le dio, a lo que Agustín le responde que Dios
no tiene nada que ver y que el lo obtuvo por su esfuerzo. Agustín enojado empieza a
decir que los curas te hacen creer que necesitas a Dios, pero realmente no pueden
verle ni oírle.
Agustín tenía que estar en celibato para poder defender públicamente la religión de
Mani, así que tenía que separarse de Khalida. Cuando Agustín va a comentarle esta
decisión, ella le dice que están esperando un hijo, no se lo cuenta y rechaza la oferta
que le han hecho.
Llega un viejo amigo (Valerio) de Agustín y le dice que en Milán buscan un nuevo
orador, pero Agustín dice que su familia se encuentra aquí. Pero de igual forma se fue
mintiéndole a su madre diciéndole que se iba a Cartago.
Luego se va a Milán, donde va a dar un discurso en contra de Ambrosio.
25 años antes
Se realizó un debate en Cartago, en donde Agustín no participaría ya que nadie podía
ganarle.
Primerio habló el obispo Sidonio, quien habló de Agustín, o mejor dicho del pasado
que tenía. Dijo que era el hombre más pecador del imperio, y que se haya convertido
en sacerdote era la prueba de que no se podía confiar en los católicos.
Agustín habló dándole la razón de todo lo que dijo, pero que Dios le dio una madre
que le enseñó que amar significaba renunciar a uno mismo.
El debate lo ganaron los católicos, y por haber tomado esta decisión hirieron el juez
Hilario.