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Facultad de Derecho y Ciencias Políticas.

TEMA: Colusión y Daño a los Consumidores.

CURSO: Derecho del Consumidor y Competencia Desleal.

DOCENTE: Rojas Alvarado, Alberto.

CICLO: “ XI ”

ALUMNOS:

Nuñez Gomero, Alfredo Hugo.

Solórzano Zorrilla, Elvis Pool.

1. COLUSIÓN Y DAÑO A LOS CONSUMIDORES


RESUMEN:
Abordaremos uno de los problemas centrales de la responsabilidad civil por los perjuicios
colectivos o difusos provocados por la colusión a los consumidores. Específicamente, la
legitimación de los consumidores con respecto a la exigencia de “vínculo contractual” e
incidencia de la sentencia de libre competencia, la culpabilidad y el daño que surge a
consecuencia del delito de colusión, también analizaremos el de protección y defensa al
consumidor N° 29571, y ver como de cierta forma busca combatir todo daño en contra de
los consumidores en general.

INTRODUCCION
En estos últimos años es ya conocido que nuestro país sufre grandes crisis a raíz de la
corrupción, presentes en varios ámbitos de nuestra sociedad. Dentro de ese campo, uno de
los problemas más significativos es la corrupción en la contratación pública y privada, por
medio del cual este proceso es alterado para beneficiar al propio funcionario público o un
tercero, ocasionándose un grave perjuicio para el patrimonio del Estado. Es frente a esta
actividad criminal que se presenta el delito de colusión, figura delictiva que sanciona todo
acto de concertación entre funcionario público y particular que busque afectar o afecte el
patrimonio público. Aquí presentamos algunas características sustantivas y procesales de su
configuración normativa, complementándola con algunas sentencias que permiten ver un
mayor panorama.
A través de una sentencia, el Tribunal Constitucional estableció que infringir los derechos
de los consumidores puede, en ocasiones, configurar delitos. Por ello, las denuncias penales
contra proveedores que cometan estos actos deben ser atendidas por el Ministerio Público
aun cuando Indecopi ya los haya sancionado administrativamente.

ANTECEDENTES
Según la Defensoría del Pueblo, hasta finales del 2016, el segundo delito de corrupción más
frecuente (por cantidad de procesos en curso) fue la colusión con 4493 procesos.
Asimismo, hasta octubre de 2017, la colusión fue el tercer delito de corrupción que tiene
mayor número de internos en establecimientos penitenciarios a nivel nacional (83 internos
en total).
Un ejemplo del nivel de afectación grave al Estado es el caso Convial, donde el Estado se
perjudicó por más de US$32 millones de dólares. Con respecto a este caso, Alex Kouri,
quien fuera alcalde de la Municipalidad del Callao al momento de la firma de contrato con
Convial, se encuentra preso tras haber sido hallado culpable por este delito.
Frente a este delito tenemos que mencionar que el sujeto activo se le considerado al
funcionario público con capacidad de incidir en el proceso de contratación, no es necesario
que tenga facultades para suscribir el contrato o pertenezca al comité de selección. La
concertación es el acuerdo ilícito entre el funcionario y el particular interesado (dolosa).
Contexto de contratación estatal: la contratación pública se realiza en el marco de
cualquier tipo de operación, contrato administrativo o civil que tenga naturaleza económica
con participación estatal.
Con respecto a las modalidades tenemos dos según el artículo 384° del código penal:
Colusión simple: exige que el comportamiento delictivo sea idóneo para perjudicar
patrimonialmente al Estado. Se analiza el propósito de causar un perjuicio real o potencial
al erario público. La sanción penal oscila entre 3 a 6 años de prisión.
Colusión agravada: se produce cuando hay una defraudación patrimonial al Estado. Esta
afectación no se reduce al desembolso de dinero o pérdida de bienes del Estado, sino el no
ingreso de patrimonio proyectado, el otorgamiento ilícito de una buena pro o la firma
indebida del contrato. La sanción penal oscila entre 6 a 15 años.
Prueba de la colusión
En la mayoría de casos, es difícil encontrar una prueba directa de la concertación ilícita, por
lo que la imputación se construye a partir de una pluralidad de indicios que cuando son
concomitantes, interrelacionados y probados puedan acreditar el delito. Un ejemplo de
estos indicios, según la Sala Penal de Apelaciones –Exp. N° 185-2011, del 11 de abril del
2013- son los precios sobrevaluados o subvaluados, la admisión de calidades y cantidades
de bienes, obras o servicios inferiores o superiores respectivamente a los requeridos, la
inexperiencia comercial de los postores, la falta de documentación del postor o si la misma
es fraudulenta, entre otros. Cabe resaltar que estas no son taxativas, ya que pueden
presentarse más situaciones que permitan configurar el delito de colusión. En el caso de
Alex Kouri se valoraron informes de la Contraloría General de la República, documentos
que daban cuenta de irregularidades en el otorgamiento de la buena pro a favor de Convial
Callao S.A., la falta de documentación requerida, las declaraciones testimoniales de
funcionarios públicos de la municipalidad, de representantes de la empresa, entre otros. La
valoración conjunta de estos sirvió para determinar la culpabilidad de Alex Kouri.
DAÑO AL CONSUMIDOR
la responsabilidad por daños sufridos por el consumidor y/o el usuario, de la siguiente
manera “Si el daño al consumidor resulta del vicio o riesgo de la cosa o de la prestación
del servicio, responderán el productor, el fabricante, el importador, el distribuidor, el
proveedor, el vendedor y quien haya puesto su marca en la cosa o servicio. El transportista
responderá por los daños ocasionados a la cosa con motivo o en ocasión del servicio. La
responsabilidad es solidaria, sin perjuicio de las acciones de repetición que correspondan.
Sólo se liberará total o parcialmente quien demuestre que la causa del daño le ha sido
ajena.”
    Es decir, cuando el consumidor o usuario sufre daños por vicios, mal estado o defectos
de la cosa o del servicio, da lugar a lo que se establece en el nuevo artículo. Sin embargo
ello no alcanza a los hipotéticos daños y perjuicios originados por el incumplimiento o
demora en el plazo del contrato de consumo.
    Debemos advertir, en primer lugar, que el dispositivo solo prevé la protección del
consumidor y no a terceros. Por ejemplo, si un consumidor compró un televisor y éste
explota en su casa produciendo daños a un invitado, éste no está amparado.
    Y en segundo lugar, que la solidaridad es relativa, al disponer que “Sólo se liberará total
o parcialmente quien demuestre que la causa del daño le ha sido ajena”; solo que hace 
suponer una responsabilidad solidaria condicionada a la prueba en contrario.
    En síntesis, la novedad más importante de este régimen de responsabilidad por daños es,
por ejemplo, que en los casos de lesión o muerte del consumidor a causa del vicio en la
fabricación de electrodomésticos, automóviles, etc; lesión o muerte por recalentamiento de
artefactos; alimentos o bebidas envasados en mal estado que producen intoxicaciones;
inclusive por mala información al consumidor o por publicidad engañosa sobre los
productos; o por la prestación del servicio que produzca daño, el consumidor puede
accionar contra todos los que intervienen en la cadena de producción, circulación,
distribución y comercialización de bienes y servicios.

PROPUESTA
Desde mi punto de vista es crucial tener un sistema predecible, con sanciones que posean
una alta probabilidad de ser impuestas y que sean anticipables. Es esencial, el tipo de multa
a imponer debiera estar claro y basado en la gravedad del delito. Además, la ventaja de
tener un sistema que prevenga estos tipos de delitos da las ventas de detectar fácilmente
calculables (por ejemplo, con los registros tributarios o con respecto al consumidor) y, por
lo tanto, una proporción de las influencias es un cálculo simple de hacer para los agentes,
llevando a que la multa sea muy fácil de predecir.
Y de tal forma evitar todo daño que pudiera darse en contra del consumidor ya sea en un
servicio o una publicación engañosa, en tal sentido el ente encargado tiene que provenir
dichos acontecimientos, con educación al consumidor para de tal forma enseñarles e
incentivarles a denunciar todos estos actos irregulares.

CONCLUSIONES
La colusión es una de las acciones más reprochables contra la libre competencia. Los casos
de colusión recién descubiertos en contra del consumidor, han mostrado el daño que se
comete de forma desproporcionada están causando en el mercado peruano. La colusión
afecta no solo a los consumidores directamente, sino también a la innovación, el
crecimiento económico y la competitividad del país.
La responsabilidad por productos consiste en la obligación de reparar los daños y perjuicios
que se causen a una persona por un producto defectuoso. En cuanto en las relaciones de
consumo y consumidor generalmente es la parte débil, y por ende, es esta parte quien
necesita ser protegida.

2. DERECHO DEL CONSUMO


 Resumen
El objetivo de este artículo es contribuir a confirmar que los derechos de los llamados
usuarios y consumidores en la relación de consumo, así como el derecho de acceso al
consumo mismo, forman parte de ese logro de la civilización que consiste en el amplio
espectro que conforman los llamados “derechos humanos”, gracias a su desarrollo original
en el derecho internacional público, su impregnación en las normas internas de los Estados
y la progresividad del reconocimiento y protección de los mismos. Se describe y analiza el
hecho de que la relación de consumo, entendida como el vínculo jurídico entre el proveedor
y el consumidor o usuario, se encuentra transversalmente atravesada por bienes jurídicos o
valores que su normativa tutela, y que contemplan el derecho a la vida y a la dignidad y el
derecho a la salud y la seguridad, a la libertad de elección, a la protección de los intereses
económicos y al trato equitativo y digno. Todos esos valores están presentes en el
fenómeno del consumo y su derecho regulador, nacido para encauzar la relación de
consumo en el respeto a los imperativos que emanan de la dignidad humana.

A. INTRODUCCIÓN.
El derecho del consumo comprende un aspecto fundamental de nuestras vidas. Al consumir
(en cualquiera de sus niveles) procuramos satisfacer al menos, e insoslayablemente,
nuestras necesidades elementales y alcanzar una adecuada calidad de vida. Ello nos lleva a
procurar en el ámbito llamado mercado (como espacio de intercambio), los bienes y
servicios que necesitamos. Somos, como consumidores, destinatarios finales de todos los
bienes y del producto de la actividad comercial.
Esa ineludible y constante excursión al mercado hace del derecho de consumidores y
usuarios el más cotidiano de los derechos, y conforma una disciplina jurídica cuyo objeto
de estudio se verifica diariamente con el desenvolvimiento de nuestras actividades.
Nuestra situación se agrava aún más si caemos en la cuenta que realizamos como
consumidores un acto de confianza máxima, al adquirir bienes o contratar y utilizar
servicios: ignoramos calidades, formas de producción, composición de materiales, modos
de uso, cuidados, efectos, vidas útiles, cómo manipular, cómo mantener; en suma: nada
sabemos respecto de la aptitud del producto o servicio o de su carácter presuntamente
inocuo para nuestra salud o seguridad. Frente a nosotros, tenemos a un experto profesional
en la materia: el proveedor.
Tal es la situación del consumidor, individual y grupal. No debe confundirse la noción de
débil jurídico con la de un interdicto o sujeto que necesita solo protección o
asistencialismo, ni con la de ciudadano como la categoría de mero centro de imputación de
normas, titular de derechos abstractos que se concretan en contadas ocasiones. Hoy, la
concepción de consumidor es más englobante que la de trabajador o de ciudadano. La
propuesta o lo que quizás sea lo mismo, el desafío es una noción de consumidor que se
proyecte hacia el futuro con una matriz superadora, que se construye sobre la base de una
normativa que apunte a un consumidor protegido, pero además informado, activo,
participante de los procesos e instituciones de decisión acerca de su problemática, y
fundamentalmente, dotado de acceso irrestricto a la justicia.

B. MARCO TEORICO

Por Derecho del Consumo se entiende el conjunto normativo que protege a las personas
físicas y jurídicas que adquieren, utilizan o disfrutan bienes y servicios como destinatario
final, es decir, como consumidores o usuarios. Su ámbito de aplicación, por tanto, son las
relaciones entre consumidores y usuarios y las empresas que ofrecen los bienes o servicios
que se adquieran o contraten.

El objetivo de este conjunto normativo es evitar prácticas lesivas por parte de los
empresarios que supongan engaño, costes adicionales o, incluso, daños personales, a los
consumidores. Es decir, al comprar un bien o contratar un servicio se genera un vínculo
legal entre el comprador y el vendedor, con lo que este último debe garantizar una serie de
derechos e incurriría en responsabilidad si vulnerase los intereses legítimos del consumidor
o le causase algún perjuicio. El Estado, por su parte, debe garantizar la defensa de estos
derechos y promover la información y educación de los consumidores para que no estén
en situación vulnerable frente a las empresas que ofrecen bienes y servicios.

Se consideran Consumidores, según lo establecido en el Código de Protección y Defensa


del Consumidor (Ley 29571), todas las personas naturales o jurídicas que adquieren,
utilizan o disfrutan como destinatarios finales productos o servicios materiales e
inmateriales, en beneficio propio o de su grupo familiar o social, actuando así en un ámbito
ajeno a una actividad empresarial o profesional. No se considera consumidor para efectos
de este Código a quien adquiere, utiliza o disfruta de un producto o servicio normalmente
destinado para los fines de su actividad como proveedor.

 Tipos de Consumidores
Existen diferentes modelos de consumidores los cuales han sido establecidos por los
propios consumidores a través de asociaciones, como es el caso de la Asociación Peruana
de Consumidores y Usuarios (ASPEC), la cual, como representante de la propia comunidad
organizada en torno a la problemática de consumo, ha realizado un estudio con los
consumidores del mercado peruano y ha llegado a establecer diferencias entre ellos, así
podemos encontrar:
 Consumista
Es aquel consumidor compulsivo que no suele planificar sus compras, que casi nunca se
informa antes de comprar. Que no compara precios ni calidad, le encantan las promociones
y casi nunca reclama.
 Consumidor Medio
Es aquel consumidor que sólo a veces planifica sus compras, pero le gustan las ofertas.
Sólo se informa del producto cuando algo le preocupa. No es muy acucioso ni cuidadoso en
sus compras, no se fija mucho en los detalles y sólo reclama cuando la cosa es grave´.
 Consumidor Razonable
Es aquel que lee las etiquetas especialmente las fechas de vencimiento. Compara
precios y calidades antes de comprar y lee con cuidado los contratos antes de
firmarlos.

 Consumerista
Es el consumidor que compra responsablemente, pensando no sólo en su interés sino en su
impacto en su familia, la comunidad y su medio ambiente. Este es el consumidor ejemplar,
podría decirse que es el ideal del consumidor, aunque es escaso en una sociedad como la
nuestra que por razones económicas generalmente se orienta a comprar lo más barato. Este
tipo de consumidor no se logra de la noche a la mañana, sino que es producto de la
evolución del propio mercado en la búsqueda constante por integrar las relaciones de
negocio que se establecen entre compradores y vendedores todos los días.

C. MARCO LEGAL.

La Constitución Política de Perú de 1979 adoptó la institución de una economía social de


mercado, donde el Estado se compromete a promover la competencia, la libre iniciativa y la
tutela del consumidor (art. 110). La Constitución Política de 1993, actualmente vigente (art.
65), ratifica estos principios como derechos fundamentales de las personas, tanto individual
como colectivamente.

En este contexto, la primera ley de protección al consumidor se aprobó en 1991 Antes de


dicha ley las disputas entre proveedores y consumidores se ventilaban esporádicamente de
acuerdo con el Código Civil y las leyes mercantiles y de comercio que administraba el
Poder Judicial. En 1992, se entrega la administración de la nueva ley al Indecopi,
institución recién creada para resolver los problemas de competencia, propiedad intelectual
y consumidor.

Si bien la ley de creación del Indecopi establece que la Comisión de Protección al


Consumidor (en primera instancia) y el Tribunal (en segunda y última instancia) sean los
únicos órganos administrativos competentes para conocer las infracciones a la ley, imponer
sanciones y ordenar medidas correctivas, las modificaciones a la ley en 1994 dejaron
abierta la posibilidad de otorgar competencias de consumidor a otras instituciones
específicas, siempre que se haga a través de leyes promulgadas por el Congreso de la
República.

El Código de Protección y Defensa del Consumidor (Ley Nº 29571) implica un cambio


de visión, en beneficio de una mayor protección de tus derechos, a través de una actuación
preventiva y proactiva, y coordinada con diversas instituciones del Estado, ciudadanos y
empresariado; bajo la rectoría de la Autoridad Nacional. 
Este Código es una norma integradora de lectura obligatoria, porque es un punto de partida
para el conocimiento de tus derechos y cómo ejercerlos; además de informarte sobre un
conjunto de disposiciones referidas a tu protección y tu relación con los proveedores en
todo el país.  

 Ley contra Productos Dañinos y Peligrosos

La protección a la salud y seguridad del consumidor se materializa a través de las normas


de información y las que sancionan la colocación de productos dañinos, peligrosos o que
conllevan un riesgo injustificado o no advertido. En relación con la información, se
establece la obligatoriedad de. informar de los riesgos de los productos o servicios y el
modo correcto de su uso, y colocar rótulos o etiquetas con información relevante acerca de
la naturaleza, características, contenido neto, componentes, condiciones de uso y
referencias del proveedor. En el caso de alimentos y bebidas existen disposiciones
especiales, que señalan que el rotulado debe contener, además, la declaración de los
ingredientes, los aditivos, el número de registro sanitario, la fecha de vencimiento, el
código o clave de lote y, si el producto lo requiere, las condiciones especiales de
conservación.

Al respecto, en la última modificación de la Ley de Protección al Consumidor, DL 1045 de


2008, se establece la obligación de informar sobre los valores nutricionales de acuerdo con
el Codex Alimentarius, en caso de que el alimento lo requiera.

Respecto a los productos dañinos o peligrosos, el proveedor está obligado a adoptar las
medidas necesarias para eliminar o reducir el riesgo o peligro, a través de medidas, tales
como notificar a las autoridades competentes, retirar los productos o servicios, disponer su
sustitución o reparación, e informar a los consumidores oportunamente con las advertencias
del caso.

 Ley de Protección al Consumidor


La Ley de Protección al Consumidor DL 716, publicada en 1991 ha sufrido varias
modificaciones, siendo la última la promulgación del DL 1045 antes mencionado. Una de
las reformas más importantes fue sin embargo la Ley 27311 de 2000 que reguló, entre otros
aspectos, los métodos comerciales coercitivos, reforzó los mecanismos alternativos de
solución de conflictos y otorgó la facultad de imponer medidas correctivas al Indecopi.

 Objetivos de la Ley

Garantizar el respeto y el ejercicio de los derechos del consumidor. Su aplicación cubre


apersonas naturales o jurídicas, de derecho público o privado, dedicadas a la producción o
comercialización de bienes o servicios en el territorio nacional.

 Derechos.

• Derecho a la protección de la salud y la seguridad física.

• Derecho a la información relevante para adquirir y efectuar un uso adecuado.

• Derecho a elegir o acceder a la variedad de productos y servicios.

• Derecho a la protección de sus intereses económicos, mediante el trato equitativo y justo


en toda transacción comercial, y protección contra métodos comerciales coercitivos o que
impliquen información equivocada.

• Derecho a no ser discriminados en locales abiertos al público.

• Derecho a la reparación de daños y perjuicios en la adquisición de bienes.

• Derecho a ser escuchado en defensa del derecho como consumidor.

• Derecho a efectuar pagos anticipados en toda operación de crédito con la consiguiente


liquidación de intereses al día de pago.

A su vez, señala de manera enunciativa, no limitativa, el derecho a la protección


prohibiendo lo siguiente: 

a) el condicionamiento de la venta de un bien o la prestación de un servicio a la


adquisición de otro, salvo limitadas excepciones;
b) obligar al consumidor a asumir prestaciones que no haya pactado o a efectuar pagos
por bienes o servicios que no hayan sido requeridos previamente.

c) modificar, sin el consentimiento expreso de los consumidores, las condiciones y


términos en los que adquirió un producto o contrató un servicio. 

d) completar los títulos valores emitidos incompletos por el consumidor, de manera


distinta a la que fuera expresamente acordada al momento de su suscripción; 

e) establecer limitaciones injustificadas o no razonables al derecho de poner fin a un


contrato.

f) ofrecer bienes o servicios a través de visitas, llamadas telefónicas o métodos


análogos de manera impertinente.

D. CONCLUSIONES

La protección al consumidor en Perú se desarrolla dentro de un marco legal que ha


evolucionado y se ha ido fortaleciendo desde 1991, cuando se promulga la primera Ley de
Protección al Consumidor, y 1992, cuando se crea el Indecopi. Esto le permite actualmente
ofrecer un sistema legal de protección efectiva a través de la imposición de sanciones a
conductas que infrinjan los derechos del consumidor y administrar los procesos de
conciliación entre cliente y proveedor. Normativamente el mayor logro ha sido recibir en
2000 la facultad para ordenar medidas correctivas a favor del consumidor, evitando que
este tenga que recurrir al Poder Judicial para exigir la devolución del dinero, el cambio o la
reparación del producto; aspecto crucial, sobre todo en las causas de menor cuantía, en
donde los costos de un proceso judicial representan una barrera difícil de superar.

En Perú la protección de los derechos de los consumidores se ejerce bajo un esquema de


justicia (árbitros) altamente centralizado, lo que por un lado complica la gestión y, por otro,
deja una gran parte de la población en las diversas provincias y regiones del país sin
protección. Si bien existen en la ley algunos criterios para descentralizar, no se evidencia
una política institucional en el Indecopi que promueva su aplicación. Esto está agotando las
capacidades de resolución de los conflictos en las instancias centralizadas, lo que origina un
embalse creciente de denuncias, con el consiguiente retraso en su admisión a trámite y la
pérdida de credibilidad y confianza en el sistema.

En Perú, además del Indecopi y de los Tribunales de los Organismos Reguladores (Osiptel,
Osinerg, Ositran y Sunass) son los ministerios de Transporte, Salud, Educación, etc., los
que establecen reglas y normas sectoriales que requieren a las empresas acerca de la
seguridad y eficacia de los productos y servicios en cada sector. Sin embargo, la actuación
de estos organismos es muy débil y limitada. Además, no existe ninguna institución rectora
que se encargue de planificar, elaborar y coordinar una política nacional de protección al
consumidor en la que participen las principales instituciones estatales (a nivel central,
regional y local), así como las asociaciones de consumidores, el sector privado, el mundo
académico y la sociedad civil. Se necesita un sistema nacional de protección al consumidor
con objetivos estratégicos claros que formen una visión de conjunto capaz de promover una
cultura de consumo responsable tanto de los consumidores como de los proveedores y que
pueda hacer un trabajo coherente y consistente con todos los actores e instituciones en pro
de la defensa de los consumidores, el mercado y la inversión.

El marco legal no favorece la asociatividad y sostenibilidad de las asociaciones de


consumidores, en tanto no establece mecanismos que les permitan contar con recursos que
ayuden a su funcionamiento, y está pendiente una reforma normativa que permita que la
sociedad civil se involucre en el ejercicio de sus derechos como consumidor.

E. JURISPRUDENCIA

I NDECOPI SANCIONÓ A LAIVE Y BRAEDT POR NO INCLUIR INGREDIENTE

EN EMPAQUE DE «JAMONADA DE POLLO»

La Comisión de Protección al Consumidor N.º 2 del Indecopi multó a las


empresas Laive y Braedt con 5,21 UIT (S/ 22 403) y 45,51 UIT (S/ 195 693),
respectivamente, por etiquetar sus productos con una denominación que no refleja su
verdadera naturaleza, generando confusión o engaño a los consumidores, ello en atención a
la denuncia presentada por la Asociación de Consumidores y Usuarios de la Región Áncash
(Acurea).

En el caso de Laive, esta decisión fue adoptada debido a que en la cara principal de los
empaques de los productos ‘Hot Dog de Pollo’ presentación de 200 gr y ‘Jamonada de
Pollo’ presentación de 200 gr no se refleja de manera completa su naturaleza, ello al estar
elaborados también con carne de cerdo sin que este ingrediente haya sido consignado en su
denominación.
En ese sentido, Laive infringió el artículo 32 del Código de Protección y Defensa del
Consumidor, que establece el deber de los proveedores de cumplir con las normas de
etiquetado, en ese sentido, se le impuso una multa de 5,21 UIT (S/ 22 403).

Asimismo, como medida correctiva, se le ordenó incluir en la etiqueta del producto ‘Hot
Dog de Pollo’ la denominación ‘Hot Dog a base de carne de pollo y cerdo’ y en la etiqueta
del producto ‘Jamonada de Pollo’ la denominación ‘Jamonada a base de carne de pollo y
cerdo’.

Además, la empresa deberá implementar políticas o protocolos comerciales con su red de


distribuidores, canales de ventas, principales clientes u otra área encargada, a fin de que
acrediten que se ha adecuado o modificado el nombre en el etiquetado de aquellas unidades
que aún se encuentran en stock.

De igual manera, en el caso de Braedt, la Comisión determinó que la naturaleza del


producto ‘Jamón y queso: Jamón Pizzero + Queso Edam – Pack’, no reflejaba la
información de manera completa en la cara principal de su empaque, ya que este producto
está elaborado con carne de cerdo y pavo, lo que no fue incluida en su denominación.

Asimismo, en los productos ‘Hot Dog de Pollo’ y ‘Jamonada de Pollo y Queso – Pack’,
tampoco se precisaba en su denominación que también contenía carne de cerdo.

Cabe señalar que, tras ser notificada, la empresa Braedt modificó la denominación y
composición de sus productos conforme el siguiente detalle:
En ese sentido, tras acreditar la modificación de la denominación del producto ‘Jamón y
queso: Jamón Pizzero + Queso Edam – Pack’ (presentación de 400 gr) y al modificar los
ingredientes de los productos ‘Hot Dog de Pollo’ (presentación de 500 gr) y ‘Jamonada de
Pollo y Queso – Pack’ (presentación de 180 gr) la Comisión decidió no ordenar medida
correctiva de cambio de denominación en sus etiquetas.

Braedt infringió lo dispuesto en el artículo 32 del Código que establece el deber de los
proveedores a cumplir con las normas de etiquetado, por lo que la Comisión impuso una
multa atenuada en 20% del total, ascendente a 45,51 UIT (S/ 195 693,00).

Asimismo, debido a que la Asociación de Consumidores y Usuarios de la Región Áncash


(Acurea) denunció ambos casos, la CC2 dispuso otorgarle el 22,50 % de la multa impuesta
a cada una de estas empresas, así como el pago de costas y costos. De igual modo ordenó a
Laive y Braedt su inscripción en el registro de infracciones.

Ambas empresas se encuentran dentro del plazo de apelación, de ser así los casos serán
vistos por la Sala Especializada en Protección al Consumidor del Indecopi (SPC).
Cabe destacar que de acuerdo con las normas sectoriales (CODEX ALIMENTARIUS), la
denominación del producto debe figurar en la cara principal del empaque y se debe de
etiquetar de tal manera que no se pueda inducir a error al consumidor respecto de la
naturaleza del producto.

El Indecopi reitera su compromiso de velar por el cumplimiento de los derechos de los


consumidores y exige a los proveedores de productos y servicios brindar información de
modo transparente y veraz.

La institución da a conocer esta decisión al amparo del artículo 123 del Código, el cual
precisa que “(…) Los procedimientos seguidos ante el Indecopi tienen carácter público. En
esa medida, el secretario técnico y la Comisión de Protección al Consumidor del Indecopi
se encuentran facultados para disponer la difusión de información vinculada a los mismos,
siempre que lo consideren pertinente”.

BIBLIOGRAFIA

 Instituto de Democracia y Derechos Humanos. (01/07/19) Diez Claves para Reconocer


el Delito de Colusión. https://idehpucp.pucp.edu.pe/notas-informativas/diez-claves-para-
reconocer-el-delito-de-colusion/
 Cáceres Julca Roberto (2008) Delito de Colusión ‘‘Aspectos Sustantivos y Probatorios’’
pag. 206.
 Indecopi (s/n) ¿Qué son prácticas Colusorias Horizontales?
https://www.indecopi.gob.pe/web/defensa-de-la-libre-competencia/inicio?
p_p_id=101&p_p_lifecycle=0&p_p_state=maximized&p_p_mode=view&_101_struts_a
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 La Ley (01/03/16) Vulnerar Derechos de los Consumidores puede Constituir Delito ‘‘
Exp. N° 05143-2011-PA/TC’’ fundamento 7 en adelante.
 Indecopi (04/21) Lineamientos Sobre Resarcimiento de Daños Causados a
Consumidores como Consecuencia de Conductas Anticompetitivas.

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