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Información

¿Qué es derecho de acceso a la información?

Definición general

El derecho de acceso a la información es un derecho fundamental reconocido

por la legislación colombiana, por la Comisión Interamericana de Derechos

Humanos y por varios países del mundo. Es un derecho que debe garantizarse

en países democráticos porque permite que los ciudadanos conozcan cómo se

manejan los recursos públicos, cómo se acceden a los servicios públicos, a qué

tienen derecho y ayuda a que puedan estar mejor informados para tomar

mejores decisiones. También es importante la garantía de este derecho para

fortalecer la sociedad civil y que esta pueda hacer control social y así combatir

de forma más eficaz la corrupción.

¿Quiénes pueden ejercer ese derecho?

Toda persona puede conocer sobre la existencia y acceder a la información

pública en posesión o bajo control de los sujetos obligados. Así la información

sea local o nacional, un ciudadano de otro país también puede solicitarla.

Los sujetos obligados son las personas naturales o jurídicas que cumplen

funciones públicas, como todas las instituciones del Estado, las empresas

prestadoras de servicios públicos y los partidos y movimientos políticos.

¿Cómo beneficia este derecho al ciudadano?

Todos los ciudadanos en Colombia podrán hacer solicitudes de información sin

necesidad de explicar las razones por las cuales se solicitan.


El derecho de acceso a la información se reafirma como derecho fundamental

con más campo de acción al no estar restringido solo a entidades públicas, sino

a organizaciones y personas que cumplan función pública.

LEY 1480

Esta ley tiene como objetivos proteger, promover y garantizar la

efectividad y el libre ejercicio de los derechos de los consumidores, así como

amparar el respeto a su dignidad y a sus intereses económicos, en especial, lo

referente a:

1. La protección de los consumidores frente a los riesgos para su salud y

seguridad.

2. El acceso de los consumidores a una información adecuada, de acuerdo con

los términos de esta ley, que les permita hacer elecciones bien fundadas.

3. La educación del consumidor.

4. La libertad de constituir organizaciones de consumidores y la oportunidad

para esas organizaciones de hacer oír sus opiniones en los procesos de

adopción de decisiones que las afecten.

5. La protección especial a los niños, niñas y adolescentes, en su calidad de

consumidores, de acuerdo con lo establecido en el Código de la Infancia y la

Adolescencia.
¿Cuál es el papel de la información?

El concepto de información se considera la piedra angular del Estatuto del

Consumidor colombiano. Esta ley señala el principio, la carga y la obligación,

para demostrar cómo un adecuado uso de este (el concepto de información) se

erige como una muy efectiva herramienta para restablecer el equilibrio jurídico

en las relaciones de consumo.

Sentencias sobre el derecho a la información

De conformidad con el artículo 23 del Estatuto del Consumidor, “los

proveedores y productores deberán suministrar a los consumidores

información, clara, veraz, suficiente, oportuna, verificable, comprensible,

precisa e idónea sobre los productos que ofrezcan”, o dicho de otra forma,

debe entregar al consumidor toda la información necesaria para que éste

pueda tomar una decisión objetiva sobre si adquiere o no ese producto y/o

servicio en particular, debiendo dicha información coincidir con la realidad del

producto o servicio ofrecido. Tal información comprende las instrucciones de

uso o consumo, conservación, cantidad, peso, volumen, fecha de caducidad,

especificaciones técnicas, garantías, precio incluyendo impuestos, esto es,

todo lo necesario para que el consumidor pueda tener claridad y certeza

respecto del producto y/o servicio que va a adquirir.

LEY 1328

También llamada Ley 1328 del 2009 Régimen de Protección al Consumidor

Financiero.

Tiene por objeto establecer los principios y reglas que rigen la protección de los

consumidores financieros en las relaciones entre estos y las entidades


vigiladas por la Superintendencia Financiera de Colombia, sin perjuicio de otras

disposiciones que contemplen medidas e instrumentos especiales de

protección. Se incluye dentro del concepto de consumidor financiero, toda

persona que sea consumidor en el sistema financiero, asegurador y del

mercado de valores.

Esta ley, regula el Sistema de Atención al Consumidor Financiero, y establece

unos principios que rigen las relaciones entre los Consumidores Financieros y

la entidad. Las entidades deberán:

- Atender eficiente y debidamente las quejas o reclamos e implementar

acciones de mejora oportunas y continuas. Se define como plazo de

respuesta 15 días hábiles contados a partir del día siguiente a la fecha

de recepción.

- Administrar los conflictos que surjan en desarrollo de su actividad entre

sus propios intereses y los de los Consumidores Financieros.

- Dar una adecuada educación a los Consumidores Financieros respecto

de los productos y servicios que ofrece.

-
Producto defectuoso

¿Qué es y cómo se detecta?

Según Villalba (2014):

La tesis de la responsabilidad por productos defectuosos se afianzó en el

contexto del derecho anglosajón, en el cual los jueces encontraron el desafío

de determinar en quién recaía la responsabilidad, pasando de la doctrina

contractualista tradicional denominada privity of contract –que se basa en el

derecho continental europeo en el principio caveat emptor y en la relatividad de

los actos jurídicos– a una especie de responsabilidad objetiva (strict liability).

(p.19)

Un producto defectuoso aquel que no ofrezca la seguridad que legítimamente

se debe dar al consumidor, teniendo en cuenta todas las circunstancias y,

especialmente, su presentación, el uso razonablemente previsible del mismo y

el momento de su puesta en circulación.

El mismo Villalba en una investigación del grupo Derecho Privado, línea de

investigación derecho económico y de los negocios. Se adelanta en el Centro

de Investigaciones Jurídicas, Políticas y Sociales de la Facultad de Derecho de

la Universidad Militar Nueva Granada, Bogotá, Colombia, señala que:

La responsabilidad por productos defectuosos tiene vocación de aplicarse

cuando a consecuencia de un error de fabricación, diseño o información, el

consumidor o usuario de un bien o servicio (producto) sufre un daño en su

integridad física o en sus bienes. Conforme a este concepto se necesita que se


esté frente a un verdadero daño que reciba el consumidor de un producto; es

decir, que el producto haya causado el perjuicio a la integridad física de quien

lo esté usando o a los bienes de este, como resultado de un defecto atribuible

al productor del bien. (p. 22)

Según la normativa de la UE, si has comprado un producto que está

defectuoso, no funciona o no corresponde a lo anunciado, el vendedor debe

repararlo, cambiarlo, hacerte un descuento o reembolsarte el importe abonado.

Si has adquirido un producto o un servicio por internet o fuera de un

establecimiento comercial (por teléfono, por correo o a un vendedor a

domicilio), también tienes derecho a anular y devolver el pedido en el plazo de

14 días, por cualquier motivo y sin justificación alguna.

El artículo 5 de la Ley 1480 de 2011 (Estatuto de Protección al

Consumidor) claramente establece que los productos defectuosos son aquellos

bienes muebles o inmuebles que en razón de un error de diseño, fabricación,

construcción, embalaje o información, no ofrecen la seguridad a la que tiene

derecho toda persona, es decir, que en situaciones normales de uso el

producto presenta riesgos irrazonables para la salud o integridad de los

consumidores.
Se detecta porque podría generar una situación catastrófica, al punto de afectar

la vida del consumidor (por ejemplo, las llantas que por un error en el diseño

hacen que el vehículo pierda fácilmente estabilidad).

Sentencias sobre el producto defectuoso

Por un lado, la ley 1480 de 2011 cobija expresamente como daños derivados

de esta clase de responsabilidad, “la muerte o lesiones corporales causados

por el producto defectuoso y los producidos a una cosa diferente al producto

defectuoso” (art. 20, núm. 1-2). De acuerdo con lo anterior, debe aclararse que

el evento en que un producto no funciona, o no lo hace en debida forma,

pertenece a otro ámbito de las obligaciones del productor, aquel de la garantía

de bienes y servicios por la calidad e idoneidad de los mismos, regulado por la

misma norma de manera independiente en sus artículos 7 al 17.

Dicho esto, “un producto puede ser de escasa calidad, pero no defectuoso y si

el bien no sirve para el fin destinado, el consumidor tendrá que ejercer las

acciones derivadas del contrato de consumo” (Larrosa, 2011, p. 215), es decir,

las relativas a la calidad e idoneidad. Esto no descarta que en algunas

circunstancias puedan coincidir las dos obligaciones, como en el suceso en que

a raíz de un defecto de fabricación el bien le ocasiona daño al consumidor,

verbigracia, una bolsa de aire de un vehículo que no funciona bien y origina

lesiones al conductor

El Decreto Reglamentario 679 del 2016, incorporado al Decreto Único

Reglamentario del Sector Comercio, Industria y Turismo (DUR 1074 del 2015)

envuelve también una serie de acciones enfocadas a desincentivar la


comercialización del producto defectuoso y a corregir el defecto de que se

trate.

La Corte Constitucional y la Corte Suprema de Justicia en sendas

sentencias, anteriores a la ley 1480 de 2011, acogieron la teoría europea al

admitir que para comprobar el defecto, el consumidor debe probar solamente

que el producto no brindaba la seguridad a que una persona tiene

legítimamente derecho (sentencia C-1141 de 2000 y sentencia del 30 de abril

de 2009, Exp. 25899 3193 992 1999 00629 01). Se evidencia entonces una

disyuntiva entre los alcances de la noción de producto defectuoso planteada

por las altas cortes y la que toma la ley 1480 de 2011, la cual probatoriamente

puede tener consecuencias indeseables en perjuicio del consumidor si se

emplea de manera errada, por lo que se reitera el reproche endilgado.

También, es importante señalar que la ley 1480 de 2011 señala qué

clases de “errores” (en realidad debería decir defectos) dan lugar a valorar un

producto como defectuoso (art. 5, núm. 17), en primer lugar defectos de diseño,

es decir, aquellos referentes a la concepción del bien, su estructura o inclusive

su estética. En el defecto de diseño todos los productos de la serie o modelo,

sin excepción alguna, han sido mal ideados o proyectados de tal suerte que

resultan peligrosos (Coderch et al., 2003, p. 15).

Además, la Corte Constitucional en su sentencia C-1141700, C-973/02,

de la Sala de Casación Civil de la Corte Suprema de Justicia (Exp. 25899 3193

992 1999 00629 01, abr. 30/09), hizo esta sentencia, previa a la promulgación

del E. C1.

1
Estatuto del consumidor
Referencias

Coderch, P., Piñero, J., & Rubí, A. (2003). Responsabilidad civil del fabricante y

teoría general de la aplicación del derecho. Lawenforcement, Working

paper, 164, 23-45.

Larrosa, M. (2011). Derecho de Consumo, protección legal al consumidor.

Madrid: El Derecho editores.

Villalba, J. (2014). La responsabilidad por producto defectuoso en el derecho

colombiano. Civilizar 14 (27), 17-40.

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