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Las fobias sociales se caracterizan por el miedo y la vergüenza al tratar con otras personas. Con
frecuencia, el mayor temor del individuo es que las personas con quienes tiene contacto detecten
las señales de ansiedad, como sonrojarse, el temblor de las manos y la voz entrecortada. El miedo a
hablar y comer en público son características frecuentes en los individuos que padecen fobia social.
Estos problemas muchas veces comienzan en los últimos años de la niñez y los primeros de la
adolescencia y muchos se cristalizan en una fobia al final de la adolescencia.
A menudo, la timidez es confundida con una fobia social. Sin embargo, las personas tímidas no
experimentan el terror que los que padecen una fobia social cuando se encuentran en situaciones
donde pueden ser expuestos a las críticas de otros. Las vidas personales de los que tienen una fobia
social son, típicamente, sombrías. Por ejemplo, muchas veces carecen de amigos. El hecho de
notener a nadie con quien compartir sus experiencias aumenta el riesgo de padecer trastornos
relacionados con el estrés
➤ Conocer a alguien
Situaciones de desempeño
➤ Hablar en público
➤ Escribir en público
otros
otros
notar
visual.
creencias.
se había acordado.
comparta su emoción
Agorafobia
La agorafobia es miedo al miedo
es un trastorno mental y del comportamiento,2 específicamente un trastorno de ansiedad
caracterizado por la presencia de ansiedad en lugares o situaciones de los que es difícil
escapar o en los que si aparece una crisis de angustia o síntomas, puede no disponerse de
ayuda. Presenta conductas de evitación al igual que en otras fobias. Pueden aparecer en
espacios abiertos o cerrados, como transportes públicos. 1Como tal, está estrechamente
relacionada con el trastorno de pánico, y no es raro que ambos trastornos se manifiesten al
mismo tiempo potenciándose entre sí (es decir que sean comórbidos).
Entre los miedos que experimenta quien sufre de este trastorno se pueden mencionar:
desmayarse, sufrir un infarto o perder el control en un espacio público.
las personas que experimentan crisis de pánico tienden a desarrollar agorafobia a menos
que reciban un tratamiento oportuno con ciertos fármacos. Una teoría sobre la relación
entre las crisis de pánico y la agorafobia es que algunos individuos nacen con una
vulnerabilidad biológica a las crisis de pánico.
. Para el observador, una persona con agorafobia no se ve distinta de una con fobia social.
Ambas se quedan en casa en lugar de ir a una fiesta. Pero sus razones para hacerlo son
diferentes. Mientras que la persona que padece una fobia social tiene miedo al escrutinio de
otras personas, el individuo que padece agorafobia tiene miedo a sus propias señales
internas. Los agorafóbicos tienen pavor de la espantosa ansiedad de una crisis de pánico y
de perder el control en medio de gran cantidad de personas.
Las sensaciones físicas sin importancia quizá se interpreten como el preludio de alguna
amenaza catastrófica a su vida.
Con frecuencia, los individuos agorafóbicos son dependientes aferrados a alguien. Los
estudios de historias de personas agorafóbicas severamente afectadas han mostrado que
muchas de ellas muestran ansiedad por separación en la niñez, mucho antes de que
apareciera la agorafobia (Gittelman y Klein, 1984). La relación entre la ansiedad por
separación en la niñez y la agorafobia es mucho más fuerte en mujeres que en hombres. Tal
vez, en algún sentido, la agorafobia es un brote retrasado de la ansiedad por separación de
la niñez.