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INSTITUTO DE ESTUDIOS

UNIVERSITARIOS
Lola es una mujer de 25 años de edad, reside en Madrid, hija menor, tiene pareja, es
abogada, sin trabajo, socialmente activa, sana, nunca requirió de alguna intervención
quirúrgica o médica. Su objetivo principal era poderse realizar un chequeo rutinario en el
que incluyera análisis de sangre.

Motivo de consulta: superar su miedo a las inyecciones

El origen de las fobias

En estas, el estado del que la padece es de un estado emocional de angustia, en el que


su temor no pueden justificarlo, por lo que los altera y le dan a su fobia una interpretación
simbólica. Esto llevó a Freud a colocar a las fobias en su primera clasificación de las
neurosis en “histeria de conversión” (trastorno mental sin daño físico) aparte de las
neurosis obsesivas.

Freud definió dos fases en el proceso neurótico: la primera, que es la represión de la
libido, transformándose en angustia; y la segunda, cuando desarrolla los medios de
defensa frente a la posibilidad de exposición ante el objeto de dicha angustia, el cual
exterioriza.

Causas de una fobia

Las causas son diversas y variadas, dependiendo del tipo y de la etapa de la vida del
individuo en la que fue desarrollada. Las más importantes se pueden clasificar en las
siguientes:

 Experiencias traumáticas

 Principio genético

 Comportamiento aprendido
 Comportamiento instintivo

Síntomas de una fobia

Es tan fuerte la presencia de este trastorno, que el individuo lo somatiza en su cuerpo y


tiene efectos de carácter psicológico, los cuales se manifiestan en su comportamiento.

Síntomas físicos

 Taquicardia o el corazón muy acelerado.


 Falta de aire o respiración anormal.
 Temblores incontrolables en alguna extremidad o en todo el cuerpo.
 Sudoración excesiva.
 Escalofríos.
 La persona se ruboriza o, por el contrario, palidece.
 Náuseas y malestar estomacal, que puede convertirse en diarrea.
 Boca reseca.
 Mareos, incluso, puede llegar al desmayo.
 Dolor de cabeza.
 Opresión en el pecho.
 Falta de apetito.
 Tensión muscular.

Síntomas psicológicos

 La mente se pone en blanco.


 Ansiedad, pánico y miedo solamente de pensar en lo que produce el temor, o al
sentirse aproximado a ello.
 Deseos de huir del lugar o situación.
 Distorsión y desproporción en los pensamientos ante el objeto de pánico.
 Sensación de impotencia ante no poder controlar la situación.
 Angustia por posiblemente quedar en vergüenza.
 Temor a que los demás noten la ansiedad y le juzguen.
 Auto desvalorización.
 Depresión.

Síntomas conductuales

 Evitación o escape de la situación.


 Voz temblorosa.
 Muecas faciales.
 Rigidez.
 Dificultad en el desempeño normal de las actividades.
 En algunos casos, llanto desencadenado por estrés o por el mismo miedo
terrorífico.
 En los niños se pueden presentar berrinches.
 Pueden intentar aferrarse a algo que les otorgue seguridad.
 Cesar de realizar alguna actividad o dejar de hablar con alguna persona por temor
a enfrentar el miedo.
 Evitar llamar la atención en algún ambiente con varias personas.
 Episodios de ansiedad antes de enfrentar la situación que les provoca el miedo.
 Retraimiento.
 Obsesiones y compulsiones.

Clasificación de las fobias

De acuerdo al detonante o al objeto del miedo irracional, existen distintos tipos de fobias.
Pero antes de clasificar las principales, es vital mencionar a las comunes, que son las
que podrían causar miedo a cualquier sujeto sin representar un caso patológico, como el
caso de la tanatofobia (miedo a la muerte), la patofobia (miedo a las enfermedades),
algofobia (miedo al dolor) o cocorafobia (miedo al fracaso).También existen aquellas que
son relativas al espacio físico, como la agorafobia.

Fobias específicas

Son aquellas en las que la persona puede experimentar una ansiedad extrema a algo que
representa un peligro mínimo o ningún peligro en lo absoluto. Dicho miedo está enfocado
hacia un objeto, un animal o un sitio determinado. Se distingue de una ansiedad que se
siente antes de presentar un examen o hablar en público (social), ya que este tipo es
duradera, sus reacciones son más intensas y sus efectos pueden paralizar al individuo en
su desempeño.

Como ejemplo de ellas, tenemos las que el objeto de miedo son los seres vivos, como
la musofobia (fobia a los ratones o ratas), la blatofobia (fobia a las cucarachas) o la
coulrofobia (fobia a los payasos); miedos relativos a espacios físicos como la acrofobia
(fobia a las alturas); miedo de determinados objetos como la tripofobia (fobia a los hoyos
en la piel u otros objetos, fobia a los agujeros o fobia a los puntos o cualquier otra figura
geométrica consecutiva y en patrones), la hemofobia (fobia a la sangre), o
la hipopotomonstrosesquipedaliofobia (término que irónicamente significa fobia a las
palabras largas o a tener que pronunciarlas).

Fobias sociales

Estas se refieren a aquellas que se presentan al sentir un miedo fuera de serie ante una
posible evaluación negativa que otros tengan hacia el individuo que las padece. Es un
temor a ser juzgado mientras se realiza alguna actividad que involucre a otros, o donde se
esté expuesto ante alguna cantidad de personas.

Es natural sentir ansiedad ante cierta situación social, por ejemplo, dar un discurso o salir
en una cita, pero cuando la ansiedad se presenta ante cualquier situación social cotidiana,
en la que el individuo siente temor a ser juzgado por los demás, entonces puede decirse
que padece de fobia social. El temor va encauzado a hacer el ridículo o no saber cómo
reaccionar ante alguna situación social. Ello puede desencadenar que la persona evada
dichas situaciones, afectando su vida en ámbitos familiares, laborales, o de otro tipo.

Puede presentar temor ante alguna situación común, como por ejemplo, alguna
conversación, interactuar con algún extraño, ir a la escuela o trabajo, mantener contacto
visual, asistir a reuniones sociales, comer frente a otros, entrar a algún sitio donde ya
todos estén ubicados, realizar algún reclamo, entre otras.(Rodríguez, 2021)
Evaluación

Para la evaluación del caso se usaron los siguientes instrumentos:

Ø Entrevista semiestructurada.

Ø Historia Biográfica del Centro de Psicología Avance, informe rellenado por Lola, en el
que se recoge información tanto de la problemática, origen y mantenimiento, como de
otros aspectos socioeconómicos, así como información sobre la motivación, interés y
expectativa de la terapia.

Ø Cuestionario de Estilo Cognitivo (Mansilla-Cabanillas, 2003), evalúa el grado de


acuerdo con creencias disfuncionales descritas por Ellis, mediante una escala de 5
puntos, en la cual 1 es “completamente en desacuerdo” y 5 “completamente de acuerdo”.

Ø Cuestionario de Temores (FSS-III) (Wolpe J. y Lang P.J., 1964. Adaptación Española:


J.A. Carrobles, 1986), evalúa la intensidad del miedo irracional ante distintos estímulos.
Siendo las seis dimensiones medidas: Evaluación social negativa, fobia a los animales,
aprensión al sufrimiento, tendencia obsesiva, claustrofobia, sensibilidad ante la violencia e
interacción social. “La consistencia interna es de KR-20=0.98, y el coeficiente de fiabilidad
de 0.97” (Ficha técnica, Universidad Complutense de Madrid).

Ø El Inventario de Situaciones y Respuestas de Ansiedad (ISRA) (Cano-Vindel, A. y


Miguel-Tobal, J.J., 1999), evalúa el nivel general de ansiedad, los tres sistemas de
respuesta por separado (cognitivo, fisiológico y motor) así como cuatro áreas
situacionales de la ansiedad (ansiedad a la evaluación, situaciones fóbicas, situaciones de
la vida diaria y relación interpersonal). La correlación test-retest es de 0.81 y la
consistencia interna oscila entre 0.92 y 0.99.

En su familia solo su madre le tenía cierto miedo a las inyecciones pero eso no evitaba
que ella se realizara estudios cuando así se lo requeria el médico. Sin embargo ella
siempre externo ese miedo y Lola lo escuchaba.
“Lola no parecía comprender la causa de su miedo. Sin embargo, reconoce que en su
infancia se lo pusieron muy fácil siempre para no pasarlo mal. Su pediatra pensaba que
no era necesario exponer a Lola a algo que no le gustaba por lo que nunca requirió que la
niña se hiciese un análisis de sangre. Sin embargo, su cartilla de vacunación está
completa. No recordaba ninguna situación concreta en la que se hubiera sometido a una
inyección, pero si la sensación de desagrado y malestar que generaba cuando acudía al
centro de salud a vacunarse. Recordaba el miedo de su madre “aunque no es tan
acusado como el mío, también le produce desagrado y yo lo he visto siempre”..

El origen de la fobia de Lola podemos explicarlo por condicionamiento clásico y por


aprendizaje observacional, o modelado.

Por un lado, la madre de Lola, había mostrado durante toda su vida su desagrado a los
análisis de sangre y a las inyecciones. Lola desde pequeña observó el miedo de su madre
ante estas situaciones, y aprendió, por modelado, la forma de comportarse ante ellas. Por
lo tanto, Lola establecía una reacción condicionada ante las inyecciones (Estímulo
Condicionado, EC), respondiendo con pensamientos sobre la peligrosidad de las mismas
(Respuesta Condicionada, RC), lo que resultaba en ansiedad y malestar.

Es decir, Lola ante la anticipación de esta situación, aparentemente inocua, generaba una
serie de pensamientos de que algo malo iba a ocurrir, y estos pensamientos
desembocaban en la sensación física de ansiedad (sudoración, taquicardia…), que a su
vez generaba pensamientos aún más catastrofistas como: “si estoy tan nerviosa será que
es algo malo” o “no me voy a poder controlar”, que al mismo tiempo aumentaban la
aparición de pensamientos de amenaza y peligro. Se entraba así en una escalada de
pensamientos negativos y sensaciones físicas desagradables. El malestar generado por
ello puede llegar a ser incapacitante y muy molesto. Esta escalada se generaba de
manera automática ante situaciones similares (ir al médico, agujas de coser, etc.), o ante
la anticipación de las mismas.

¿Y por qué esta asociación se seguía repitiendo? Porque Lola había generado conductas
que favorecían el mantenimiento del círculo. Cuando Lola se enfrentaba a estas
situaciones (o su anticipación) automáticamente generaba la sensación de malestar y
Lola, para huir de esa sensación desagradable, ponía en marcha conductas de evitación o
escape, que le permitían alejarse del peligro percibido, por ejemplo, huir de la farmacia,
negarse a ponerse una vacuna, no acudir a los análisis, no ir al médico, etc. Estas
conductas le permitían sentirse más aliviada, por lo que se mantenían por un proceso de
reforzamiento negativo. Además, aunque ella no lo hiciera con este propósito, Lola
ganaba también atención social, factor que también fomenta el mantenimiento del
problema

El origen de la fobia fue por aprendizaje vicario y Condicionamiento Clásico, y el


mantenimiento por Condicionamiento Operante. Este proceso de adquisición y sostén de
la fobia es respaldado por varias teorías, entre ellas la primera planteada fue la teoría
bifactorial de Mowrer (1947), que explicó la conducta de evitación mediante un doble
proceso de condicionamiento clásico y operante.

Tratamiento y Objetivos

De acuerdo con las entrevistas realizadas con Lola y a la formulación clínica del caso, se
constató que los objetivos de tratamiento deberían ir enfocados a tres puntos:

(1) En primer lugar, controlar la ansiedad generada por Lola ante la presencia o
anticipación de los estímulos temidos. Para este objetivo se utilizó la técnica de la
respiración diafragmática o profunda, debido a su sencillez, a la rapidez de
aprendizaje y a la facilidad de aplicación en cualquier situación.
(2) En segundo lugar, conseguir que Lola eliminara la ansiedad generada ante las
inyecciones, y por consiguiente, pudiera ir al médico cuando precisara, y pudiera
hacerse un análisis de sangre. Para ello, se eligió la técnica más potente, la
exposición gradual con prevención de respuesta, acompañada del uso de
autoinstrucciones y la descripción objetiva.
(3) Por último, eliminar ideas irracionales sobre las consecuencias de las inyecciones
y modificar las anticipaciones catastrofistas por pensamientos racionales y
adaptativos mediante reestructuración cognitiva.

Se enseñó a Lola, mediante instrucciones y modelado, la respiración diafragmática, el


funcionamiento de la misma y su funcionalidad en la terapia. Además, para el
afrontamiento de la exposición se le explicó la descripción objetiva, estrategia de
ayuda útil para parar aquellos pensamientos perturbadores que tengan lugar durante
la exposición ya que estaría más centrada en describir lo que ve que en sentir la
ansiedad. Y por último, se instó a que durante todo el proceso, tanto durante la
exposición, como durante los días entre sesiones, se creara y se dedicara mensajes
que reforzaran y reconocieran el trabajo que estaba haciendo “lo estoy haciendo muy
bien”, “podré hacerlo”, “¡qué valiente soy!”, etc. Esta técnica es conocida como
autoinstrucciones (Meicenbaum, 1977), es una técnica cognitivo-conductual, cuyo
objetivo es provocar cambios en la conducta manifiesta de la persona, mediante la
modificación o sustitución de autoverbalizaciones internas (pensamientos), por otros
más adaptativos.

Se comenzó en esta misma sesión el proceso de exposición, durante el que se usó


una escala para determinar el grado de ansiedad de la paciente del 0 al 10, siendo 0
nada de ansiedad y 10 máximo nivel de ansiedad. En todas las sesiones, se siguió el
siguiente esquema: (1) Valoración de la ansiedad pre-exposición, (2) Exposición a los
distintos estímulos fóbicos (con variaciones según los distintos parámetros) hasta el
descenso de ansiedad del 20-25% de la ansiedad inicial, (3) Reforzamiento del
terapeuta de lo logrado en sesión y (4) Pautar repetir ejercicio de exposición en el
periodo inter-sesiones con los mismos estímulos. Durante todo el proceso se usaron el
resto de técnicas y estrategias aprendidas (respiración diafragmática,
autoinstrucciones y descripción objetiva) para facilitar la habituación. Las
autoinstrucciones se usaron antes, durante y después de la exposición, mientras que
la respiración se utilizó durante la exposición para disminuir la ansiedad de forma más
rápida. (Luque, 2017)
Conclusión

La Teoría del Asociacionismo es la base del conductismo, ya que todo aprendizaje se


basa en la capacidad de asociación, desde pequeños reaccionamos a estímulos que
con el tiempo le vamos creando asociación, de acuerdo al estudio del caso analizado,
se reflexiona que la influencia de los impulsos afecta la conducta de una forma más
drástica hasta convertirla en un fobia a alguna situación que cause adversidad, si esta
comienza a más temprana edad, en decir, estos impulsos que recibimos deben estar
asociados directamente a la frecuencia y el tiempo durante el que los recibimos.

Para el caso concreto del estudio analizado, Lola recibía estos estímulos o impulsos
de su madre desde muy temprana edad sin conocer el resultado real, pero creándole
asociación adversa por los sentimientos de su madre.

Se demostró que al ponerla en contacto directo o enfrentarla con el resultado a


exponerse a la picadura de una aguja y quedar demostrado que era tolerable para ella
o no tan malo dándose cuenta que era capaz de resistirlo y su fobia desapareció.

Desde mi punto de vista las fobias no deberían de existir de no asociarse acciones a


efectos adversos mediante expresiones en presencia de menores de edad.
Bibliografía

Rodríguez Dangeolo. (2021). Fobia. 2021, de ConceptoDefinicion Sitio web:


https://conceptodefinicion.de/fobia/

Luque González Alba. (2017). Tratamiento de un caso de fobia a las inyecciones sin
respuesta bifásica. Revista de Casos Clínicos en Salud Mental, 1, 24.

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