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La educacion en valores
Lourdes Ríos Urpay
ORIENTACIÓN EDUCAT IVA Y PROYECT OS DE VIDA: HACIA UNA FORMACIÓN PERSONALIZADA DEL PRO…
Carmen Ovies
Libro Pedagogía y Docencia Universit aria. Hacia una Didáct ica de la Educación Superior. Tomo 2
Alexander L Ort iz Ocaña
Pedagogía Universitaria 1999 Vol. 4 No. 3
arana@tesla.ispjae.edu.cu
José Martí
Aristóteles
Algunos afirman que vivimos en una sociedad sin valores; otros que han aparecido nuevos
valores asociados al nuevo paradigma socioeconómico y cultural; también hay quien dice
que el problema está en la existencia de multivariedad de valores, lo que produce
confusión y desorientación en la actuación y valoración de los seres humanos. Quizás esté
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ocurriendo todo ello, valdría la pena abordar el asunto teniendo en cuenta que en todas las
sociedades y en las diferentes épocas el hombre como guía ha tenido que enfrentar sus
propios retos de desarrollo, ¿por qué no podría hacerse ante el acelerado desarrollo
científico-tecnológico y la globalización del mundo actual?
Por otro lado a partir de los diferentes enfoques científicos existen disímiles concepciones,
que expresan la complejidad del fenómeno, su carácter multilateral, sistémico y
contradictorio, pero que de igual manera contribuyen a avanzar en el esclarecimiento de su
alcance.
La comprensión de ¿qué son los valores?, ha sido objeto de reflexión y polémica por los
más relevantes filósofos hasta la actualidad. El objetivismo y el subjetivismo como
corrientes axiológicas son expresión de ello manifiesto en “si el hombre crea el valor o lo
descubre” (Guervilla, 1994; 31). “El valor como el poliedro posee múltiples caras y puede
contemplarse desde variados ángulos y visiones, desde una posición metafísica, los valores
son objetivos: valen por sí mismos; desde una visión psicológica, los valores son
subjetivos: valen si el sujeto dice que valen; y desde el aspecto sociológico, los valores son
circunstanciales: valen según el momento histórico y la situación física en que surgen”
(Guervilla, 1994, 32). Por supuesto que con ello no se puede concordar, es necesario
integrar todas las posiciones científicas en una concepción única y coherente, puesto en
cada uno existe una verdad.
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Muchos de los intentos y experiencias por lograr una pedagogía que eduque en valores
(entendido el término como educar subrayando los valores, intencionandolos dentro de las
acciones formativas), pueden fracasar cuando no se tiene claridad de lo antes expuesto, ya
que podría desvirtuarse el objetivo de la propia educación, ejemplo de ello:
♦ Cuando se piensa que formar y desarrollar valores sigue las mismas reglas del
aprendizaje de conocimientos y habilidades.
Los valores no son pues el resultado de una comprensión y, mucho menos de una
información pasiva, ni tampoco de actitudes conducidas sin significación propia para el
sujeto. Es algo más complejo y multilateral pues se trata de la relación entre la realidad
objetiva y los componentes de la personalidad, lo que se expresa a través de conductas y
comportamientos, por lo tanto, sólo se puede educar en valores a través de conocimientos,
habilidades de valoración reflexión en la actividad práctica con un significado asumido. Se
trata de alcanzar comportamientos como resultado de aprendizajes conscientes y
significativos en lo racional y lo emocional.
¿Qué es valor?. Para entender este concepto se deben tener claro un conjunto de aspectos
que contribuyen a una definición en sentido amplio.
Los seres humanos establecen relaciones con el medio natural y social en que ellos se
desenvuelven.
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Los valores se identifican con cualquier objeto material o espiritual (o sea, productos
tangibles, cualidades de la personalidad, concepciones, sentimientos...) que al satisfacer
una necesidad humana, son interiorizados y aprehendidos a través de su propia
experiencia vital, esto da un sentido personal a las significaciones del mundo exterior a
él.
Cada ser humano interioriza aquello que satisface sus necesidades personales y, sobre
esta base posee intereses (los intereses son las necesidades hechas conciencia), forma
convicciones, precisa sus aspiraciones futuras y llega a analizar las posibilidades que
tiene de alcanzarlas: así se manifiestan los valores.
Dirigen y orientan las acciones humanas de forma consciente y a la vez, como proceso
individual, permite diferenciar a unos hombres de otros como entes únicos e
irrepetibles. Dos personas pueden realizar una misma actividad y estar impulsados por
valores diferentes. De ahí que se afirme que son significados subjetivos que poseen un
fuerte componente individual. Por ejemplo: dos estudiantes pueden realizar esfuerzos
similares por asimilar los contenidos necesarios para ser un buen profesional, pero uno
puede hacerlo porque se siente identificado con la profesión, aprecia su función social y
otro porque esa profesión puede darle beneficios económicos, prestigio social y otras
ventajas.
Son significaciones sociales que poseen las cosas, las personas, etc. Dicha significación
se refiere al grado en que se expresa el progreso y el redimensionamiento humano en
cada momento histórico o circunstancia particular.
No sólo son cualidades reales externas e internas que expresan las cosas, personas,
fenómenos, etc., sino que también componen la estructura de la personalidad, en tanto,
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que permiten captar esos significados reales a través de la capacidad de los sentidos en
su actividad de valoración o estimación, que permiten asumirlos o no, es decir
funcionan a su vez como filtros en el proceso de socialización, incidiendo así en la
función reguladora de la conducta y por tanto en las actitudes hacia el mundo
circundante, actitudes que están dirigidas e intencionadas por motivaciones e intereses,
y que expresa una correspondencia entre lo que se piensa, lo que se dice y lo que se
hace en el plano individual, y que posee una correspondencia con la sociedad.
“Son guías y principios de conducta que dan sentido a la vida hacia la autorealización,
el progreso y el redimensionamiento humano” (García, 1996).
Se manifiestan:
A través de la actividad humana, la que permite interiorizar de la realidad aquellas
cualidades que satisfacen necesidades e intereses individuales y sociales.
En guías y principios de conducta que dan sentido a la vida hacia la autorealización, el
progreso y el redimensionamiento humano.
Se estructuran:
Por las circunstancias cambiantes de la realidad, por lo que puede su contenido
expresarse de manera diferente en condiciones concretas.
Se jerarquizan en dependencia del desarrollo de la personalidad y del desarrollo social
del contexto.
Es impreciso y absurdo hablar de una Pedagogía de los valores como algo independiente,
dado que el valor es parte del contenido y éste es uno de los componentes de la didáctica,
pero si es necesario comprender las particularidades de la formación y el desarrollo de los
valores y sus relaciones en el proceso docente-educativo.
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La reflexión del profesor sobre el valor educativo de las acciones en el proceso, significa
de igual modo intencionar y valorar el método de aprendizaje no como simple
procedimiento sino pensar en la comunicación, las relaciones interpersonales, es analizar el
componente sociohumanista de la ciencia que se enseña y de cómo hacerlo, lo que
representa brindar un enfoque integral, holístico, complejo y dialéctico al aprendizaje, es
reconocer que no existen “dos culturas” separadas, sino reflexionar sobre la totalidad de
ésta, en su historia, en sus contradicciones, en su actualidad, en sus métodos, en sus
consecuencias e impactos y, por supuesto en su ética. Se trata de reflexionar en el valor de
la Educación.
Los caminos y las vías no pueden justificar los fines, es evidente que un buen uso del
diálogo, de los métodos participativos, del ejemplo del profesor, son condiciones
necesarias para una adecuada labor de formación, pero también son condiciones, la
precisión en el diseño curricular de las intenciones a través del análisis del contenido, los
objetivos propuestos, etc., es decir, tener claro los fines que se proyectan en lo educativo y
diseñar la realización del proceso de formación. La formación sociohumanista tiene su
propia significación y lógica y, de lo que se trata es de incorporarla como parte del sistema
educativo, no separarla de la realidad a que se enfrenta el estudiante como aprendizaje, y
en este sentido, el profesor debe prepararse y dirigir el proceso en esa dirección, intención
que no depende de la casualidad ni de los criterios particulares de éste, sino de todo el
proceso de formación, y de la necesidad que lleva implícita como exigencia de la sociedad.
Entre las razones para desarrollar una Pedagogía de la Educación en Valores están:
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Visto de otro modo, es la reflexión del profesor sobre el valor educativo de sus acciones en
el proceso, de sus intenciones, de lo valorativo en los contenidos, del valor del método, etc.
lo que implica establecer prioridades. “La justificación de los contenidos debe basarse, no
sólo en criterios disciplinares, derivados del lugar que esos contenidos ocupan en la
estructura de esa disciplina, sino también en las metas educativas fijadas para esa materia
en esa etapa (Pozo,1998: 46).
Los caminos y las vías no pueden justificar los fines, es evidente que un buen uso del
diálogo, de los métodos participativos, del ejemplo del profesor son condición necesaria
para una adecuada labor de formación, pero, es condición también necesaria su precisión
en el diseño curricular, en el análisis del contenido, en los objetivos propuestos, etc., es
decir, tener claro los fines que se esperan en lo educativo. La formación sociohumanista
tiene su propia significación y lógica y, de lo que se trata es de incorporarla como parte
del sistema educativo, no separarla de la realidad a que se enfrenta el estudiante como
aprendizaje, y en este sentido el profesor debe prepararse y dirigir el proceso en esa
dirección, intención que no depende de la casualidad ni de los criterios particulares de éste,
sino de todo el proceso de formación, y de la necesidad que lleva implícita por la sociedad.
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La educación debe y puede incidir en el GAP que existe entre lo que se quiere ser y se
quiere hacer y lo que se puede ser y se puede hacer en cada momento de la vida o al
menos es más factible, lo que al final es decisión del individuo. La posibilidad de ayudar a
adecuar estos dos aspectos, se halla en la comprensión de la relación entre lo individual y
lo social en la personalidad, siendo este uno de los objetivos fundamentales de la
educación en valores.
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Los valores no se enseñan y aprenden de igual modo que los conocimientos y las
habilidades, y la escuela no es la única institución que contribuye a la formación y
desarrollo de éstos. Otra peculiaridad de la educación en valores es su carácter intencional,
consciente y de voluntad, no sólo por parte del educador, sino también del educando, quien
debe asumir dicha influencia a partir de su cultura, y estar dispuesto al cambio. De ahí la
importancia y la necesidad de conocer no sólo el modelo ideal de educación, sino las
características del estudiante en cuanto a sus intereses, motivaciones, conocimientos, y
actitudes, las que no están aisladas de las influencias del entorno ambiental. Una
comprensión clara de los límites objetivos del entorno, del modelo a que aspira la sociedad
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y de la subjetividad del estudiante permite dirigir mejor las acciones educativas y dar un
correcto significado al contenido de los valores a desarrollar.
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Para los países en vías de desarrollo significa el alcance de una mentalidad diferente, que
sea capaz de enfrentar la transición hacia el paradigma tecnoeconómico actual con
optimismo, compromiso, creatividad, solidaridad, sentido práctico, desinterés y modestia,
que permita ver una oportunidad en dicha ruptura tecnológica para el futuro de estos
países.
La sociedad requiere algo más que personas adiestradas para la función específica del
mundo del trabajo. Necesita profesionales con motivaciones y capacidades para la
actividad creadora e independiente, tanto en el desempeño laboral como investigativo,
ante los desafíos del conocimiento e información científico-técnica y de la realización de
su ideal social y humano. El fortalecimiento de la formación integral de los futuros
profesionales es impostergable, porque la sociedad necesita de la ciencia y la tecnología
como factores estratégicos del desarrollo.
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Una tecnología es apropiada cuando responde como una alternativa a un fin, cuando
corresponde a un objetivo, y se acomoda a determinada solución, con eficiencia,
eficacia y pertinencia. Es aquella tecnología idónea, la que sus usos se adecuan a los
fines que valoren el contexto social y medio ambiental.
Las fuentes que posibilitan el desarrollo de tecnología apropiada están en todas las
tecnologías existentes, tanto en uso, como precedentes, independientemente del lugar de
donde provengan, y de su grado de desarrollo. Lo decisivo está en la capacidad tecnológica
existente que permita una gestión tecnológica adecuada a los procesos de innovación,
donde se identifiquen necesidades, oportunidades, y se planifiquen diseños, desarrollen e
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implanten soluciones técnicas. Pero no cualquier solución técnica, sino aquella que
responda a una pertinencia e idoneidad, por lo que es necesario incorporar una metodología
de solución de problemas tecnológicos diferente en todo el proceso de innovación, donde
el enfoque integral de todos los factores que intervienen en la solución al problema esté
evaluado sistemáticamente en todas las fases del proceso, es decir, lo técnico, organizativo,
económico, socioambiental y sociocultural.
Ambas fuentes van encaminadas a eliminar las llamadas dos culturas que en el desarrollo
de la humanidad se han enfrentado, la científico-técnica y la sociohumanista, ejemplo de
ello lo vemos en la propia evolución de la Universidad como institución social y el
desarrollo de sus modelos.
La idea central de estos programas está en que “todos pueden aprender cómo la ciencia, la
tecnología y la sociedad se relacionan e interactúan entre sí y podrán hacer uso de este
conocimiento en su toma de decisiones en una época en que nuestros asuntos están
dominados por la ciencia y la tecnología”. (Ursúa, 1993: 35). Sin embargo un obstáculo
para lograr dicho objetivo se halla en el vinculo que dichos estudios de CTS puedan
establecer con el modelo del profesional a alcanzar; ya sea para enriquecerlo en cuanto a la
cultura profesional o para concretar dichos conocimientos en una práctica específica.
Haciendo abstracción de los debates teóricos acerca del término tecnología apropiada
(TA) que hoy existen, en estos programas, el mismo significa:
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La idea que se destaca en su fin educativo es la de revitalizar los valores que debe poseer la
profesión de Ingeniería, hacia sus fundamentos básicos como profesión que tiene una
fuerte relación con la sociedad. (Ver Figura No.1).
"Si los ingenieros utilizan tecnologías que no son apropiadas, es que son negligentes; si no
saben lo que es apropiado es que son ignorantes; y si no se preocupan de lo que es
apropiado pierden todo derecho a la consideración profesional". (Brancher, 1983: 125)
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POLÍTICO-IDEOLÓGICA PATRIOTISMO
En cada una de estas dimensiones se forman valores estrechamente vinculados unos con
otros.
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Las dimensiones son los ejes del modelo de formación de valores y se nutren de un
conjunto de valores a desarrollar, según el espacio pedagógico de que se trate, y por sí
mismas cada una conforma un subsistema que se integra al sistema en su totalidad.
Por lo que identificar dicho sistema y sus contenidos son pasos esenciales para la
formación y el desarrollo de valores en la profesión, es decir, definir un modelo en
correspondencia con la sociedad. Así un modelo definido puede ser:
ÉTICA
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SOLIDARIDAD
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Una segunda acepción es la que identifica la personalidad con el sistema estable de rasgos
sociales significativos, importantes, que caracterizan al individuo como miembro de una
determinada sociedad o comunidad.
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El sujeto del aprendizaje coincide con el sujeto de la valoración, pues ambos procesos
coexisten en un proceso de reproducción ideal de la realidad. En el contenido
(conocimiento, habilidad y actitud) se expresa esa realidad, la que en sí misma posee un
significado social y humano y por supuesto el profesor debe conocer, planificar,
seleccionar y enseñar en el proceso, desarrollando la capacidad de valoración para que el
estudiante se apropie de lo mejor de su cultura. Es importante que el profesor haga
explícito en el proceso al estudiante el valor educativo de cada contenido.
Conocer las condiciones previas del alumno tanto desde el punto de vista cognitivo como
afectivo es de suma importancia para que el profesor pueda a partir de estas encaminar su
trabajo futuro en ese estudiante o grupo, y darle un nuevo sentido a sus relaciones,
teniendo siempre presente. “Que el conocimiento trata siempre de lo general y las
circunstancias son particulares y con frecuencia las conexiones entre ambos casos no son
evidentes, al menos para el alumno.” (Broudy. 1977; 194) De ahí la importancia del
diagnóstico participativo de manera permanente como parte del proceso.
Las normas se establecen socialmente con el objetivo de lograr una actuación determinada
en situaciones específicas, tienen un carácter obligatorio, pero este se pierde cuando se
actúa de forma consciente, cuando se asume el valor que los fundamenta.
En las actuaciones puede aparecer una contradicción, pues es muy difícil cuando estas se
realizan por factores internos, conscientes, produciendo cierta satisfacción o, cuando se
actúa bajo determinada presión externa por temor a ser castigado o para estar a tono en una
situación. Sin embargo, detrás de estos dos tipos de actuación hay una actitud positiva que
permite la socialización del individuo en determinada circunstancia, dicho de otra manera,
hay cierta dosis de respeto (por las normas, por uno mismo, por la sociedad). Cumplir las
normas es una premisa para la educación de valores, “en ambos casos está presente la
norma, en el primer caso como obligación y en el segundo como deber, aunque no existen
acciones que se basen puramente en uno de ellos”. (Galbán, 1988, 93)
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Según Swieringa el aprendizaje puede ser de tres tipos: informal, formal y consciente.
Los dos primeros son aquellos aprendizajes que ocurren por imitación, o por recompensas
y castigos, los que están menos asociados a las emociones y a los sentimientos y más a las
experiencias. El aprendizaje consciente, consiste en ocuparse de manera consciente en
aprender.
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dirige dicho contenido y realizar entonces una nueva relación y adecuación de estos a la
necesidad de su perfil profesional.
Toda profesión existe con el fin de resolver determinado problema o encargo social, que
debe ser respondido por un sujeto con capacidades y habilidades para darle solución. Es
precisamente a partir de los problemas profesionales que se determinan los propósitos y
aspiraciones a alcanzar en el estudiante, de estos se derivan el objeto de la profesión y el
objetivo de su formación, expresado en el modelo del profesional, como forma de
materializar la relación Sociedad- Universidad.
El proyecto educativo debe comprenderse como parte del diseño curricular y de los
objetivos estratégicos de la Universidad, todo ello como un sistema, que integre los
siguientes componentes: la misión de la Universidad, el objetivo estratégico de formación
profesional, el modelo de formación de valores del profesional, los modelos de formación
profesional, el diseño curricular de las disciplinas y asignaturas, los proyectos educativos
de los años, grupos e individuales de los estudiantes. Ello requiere y exige una alta
preparación de los profesores y de los trabajadores en general de la Universidad.
Su estructura debe estar conformada por dos aspectos: los componentes organizativos y el
contenido educativo a alcanzar. Los componentes educativos son: el curricular, la
extensión universitaria y la vida universitaria. El contenido educativo está compuesto por
las dimensiones del modelo de valores del profesional, estas son: ética, estética, cognitiva,
técnica, político-ideológica, las que expresan lo que se desea alcanzar en el educando.
Con el objetivo de mostrar algunas ideas que existen referentes a los valores en la
formación profesional a partir del modelo expuesto, es que se resume en la siguiente
metodología los resultados de aplicaciones en el diseño curricular de diferentes carreras de
Ingeniería y Arquitectura del Instituto Superior Politécnico José Antonio Echeverría de
Cuba.
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Cada carrera posee sus peculiaridades y rasgos específicos dado su objeto de actuación y
su encargo social, de ahí que su diseño curricular o su modelo del profesional presente
particularidades en los significados, sistemas y jerarquías de los valores profesionales. Por
lo que debe darse un nivel de concreción de los significados de estos sistemas de valores a
desarrollar.
• Verdad
• Receptividad
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• Honradez
• Sinceridad
• Autenticidad
• Valentía
• Confianza
• Fidelidad
• Responsabilidad
• Amistad
Principios:
• Establecer relaciones con honradez, fidelidad, sinceridad y verdad, así como el respeto
a las personas y al derecho intelectual y profesional de los demás.
• Poseer una actitud crítica y autocrítica en sus relaciones basando sus criterios en el
conocimiento científico-técnico.
• Ser sincero, no ocultar ni tergiversar la verdad, siendo veraz en los informes que
realice.
• Fomentar y ampliar la disciplina, el respeto y la fidelidad a su Patria, a través del
cumplimiento de lo establecido en leyes, normas y obligaciones.
• Ser participativo en la toma de decisiones, brindando todos sus conocimientos para
determinar problemas, esclarecer situaciones o resolverlas.
• Deber
• Organización
• Respeto
• Disciplina
• Sentido de pertenencia
• Crítica
• Colectivismo
• Optimismo
• Amor a la profesión
• Libertad
• Justicia
• Honradez
• Sinceridad
Principios:
• Ser exigente consigo mismo y con los demás, a través del ejemplo.
• Rechazar la pasividad, desarrollando la participación y el diálogo.
• Combatir lo mal hecho, el pesimismo y la indolencia, promoviendo el optimismo en las
soluciones.
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• Amor
• Responsabilidad
• Sentido de pertenencia
• Fidelidad
• Justicia
• Libertad
• Valentía
Principios:
3. Reelaborar los objetivos del plan de estudio de la carrera y de los años académicos,
precisando las intenciones educativas. Ejemplos:
Desarrollar una conciencia ecológica en la actuación profesional.
Desarrollar una actuación ética durante su formación profesional.
Profundizar en la historia de la profesión.
Comunicar sus ideas oral y escrita correctamente.
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1. Realizar el diagnóstico participativo a los grupos de estudiantes del año, definiendo las
potencialidades, las limitaciones, los problemas y sus causas, que permitan llegar a
conocer las características de los estudiantes, sus intereses, proyecto de vida y los
valores (como aspiración y como carencias), para poder determinar un conjunto de
influencias y acciones en el proceso de formación profesional. Ejemplos:
3. Adecuar los objetivos del año académico a las características de los estudiantes y a las
particularidades del proceso.
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que esta se imparte. Los valores de la asignatura también se concretan a partir del sistema
de valores definidos en el año.
Estas propuestas deben fluir e insertarse de los propios contenidos de las ciencias que se
explican, es claro, que ello requiere una preparación y cultura del educador que tribute a
eliminar la separación ficticia entre lo humanista y lo tecnológico, así como lo científico-
cultural y lo político-ideológico. Ello requiere de un cambio en la concepción en que
hemos estado viendo el trabajo educativo y significa una potenciación de éste desde la
propia actividad docente-educativa cotidiana.
Por consiguiente cada profesor desde la ciencia que imparte tiene la posibilidad de
desarrollar una concepción del mundo determinada, cuando aborda el condicionamiento
histórico-social, el aspecto ético, jurídico, estético, sociológico y político, con el fin de
formar profesionales con una cultura integral y revolucionaria.
Este aspecto se refiere a cómo llevar a cabo el aprendizaje a partir de un modelo que pone
énfasis en el proceso, en la relación, donde el estudiante es considerado una individualidad
a desarrollar en sus interrelaciones grupales y sociales
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Se trata de aplicar una didáctica que se dirija a preparar al hombre para la vida.
El modelo didáctico que se propone es basado en una Educación Integrada, que significa
la integración de todos los procesos universitarios hacia la formación y el desarrollo de los
valores: en lo académico, lo laboral y lo investigativo; también en el aspecto curricular, el
extracurricular y la vida universitaria en general; del mismo modo los procesos
instructivos y educativos, así como, de los componentes del proceso de enseñanza-
aprendizaje, todos con el objetivo de incidir en la personalidad del estudiante en la
formación profesional.
Hasta aquí sólo se han expresado algunas ideas que se vienen aplicando en la formación
profesional en algunas Facultades de Ingeniería y Arquitectura, como resultado de un
fuerte trabajo de investigación educativa y metodológico, que ha conducido a arduos
esfuerzos en la preparación de los profesores, e incluso a definir un modelo al cual se debe
aspirar. Es menester aclarar que todo este perfeccionamiento se enmarca en la Planeación
Estratégica para el nuevo milenio que tiene como uno de sus objetivos principales la
Formación de Profesionales Integrales capaces de dar respuesta a los nuevos retos que se
imponen.
“La vida debe ser diaria, móvil, útil y el primer deber de un hombre de estos días, es ser un
hombre de su tiempo. No aplicar teorías ajenas, sino descubrir las propias. No estorbar a
su país con abstracciones, sino inquirir la manera de hacer prácticas las útiles. Si de algo
serví antes de ahora, ya no me acuerdo: lo que yo quiero es servir más.”(José Martí)
BIBLIOGRAFÍA
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