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Un CRM es una solución de gestión de las relaciones con clientes, orientada normalmente a
gestionar tres áreas básicas: la gestión comercial, el marketing y el servicio postventa o de
atención al cliente.
El uso de un CRM forma parte de una estrategia orientada al cliente en la cual todas las
acciones tienen el objetivo final de mejorar la atención y las relaciones con clientes y
potenciales. La herramienta CRM y la orientación al cliente proporcionan resultados
demostrables, tanto por disponer de una gestión comercial estructurada y que potencia la
productividad en las ventas como por ofrecer un conocimiento profundo del cliente que
permite plantear campañas de marketing más efectivas.
Las funciones de atención al cliente de una herramienta CRM potencian además la fidelización
y satisfacción de los clientes, lo que tiene un impacto muy positivo en términos de ventas
recurrentes y cruzadas.
DEFINICION DE UN CRM
Una solución CRM permite dirigir y gestionar de forma más sencilla las campañas de captación
de clientes y de fidelización. Gracias al CRM se puede controlar el conjunto de acciones
realizadas sobre los clientes o clientes potenciales, y gestionar las acciones comerciales a partir
de un cuadro de mandos detallado.
Las empresas que utilizan soluciones CRM generan más oportunidades de venta, agilizando la
gestión, con presupuestos actualizados en tiempo real y procesos de ventas optimizados. Del
mismo modo las empresas que utilizan CRM pueden hacer mejores segmentaciones, y
disponen de la información para un servicio de atención al cliente y postventa de nivel
superior.
¿QUE TIPOS DE CRM HAY?
CRM Operacional.
CRM Analítico.
CRM Colaborativo.
CRM Operativo
En el cualquier CRM podemos diferenciar dos partes:
La parte denominada «Front Office» dedicada a la gestión comercial, el marketing y las ventas.
Los CRM operativos suelen prestar más atención a la parte de Front Office, y por eso son
especialmente útiles para:
En resumen, el CRM Analítico, trata de explotar y analizar toda la información que contienen
las bases de datos sobre los clientes, para conocer a estos y ofrecer soluciones comerciales
adecuadas a sus necesidades.
CRM Colaborativo
El CRM Colaborativo se caracteriza porque es el encargado de la interacción, a través de
diferentes canales de comunicación, entre la empresa y el cliente.
De esta manera, la empresa puede establecer un vínculo con sus clientes, ofreciéndoles los
servicios o productos que se adecuan a sus necesidades aprovechando la multitud de canales
que ofrece un CRM gracias a las nuevas tecnologías.
Algunos de estos canales son el e-mail, chat, teléfono, etc., a los cuales, hoy en día, se puede
acudir desde cualquier dispositivo y lugar.
De esta manera, la empresa es capaz de centralizar y organizar toda la información y los datos
que el cliente proporciona a través del CRM.
Establecer una comunicación multicanal entre todos los departamentos de la empresa, así
como interactuar con los clientes.
Aumento del índice de fidelización de los clientes. Fidelizar un cliente cuesta 5 veces menos a
la empresa que la obtención de un nuevo cliente.
Capacidad de respuesta. Los datos recogidos por el software CRM permiten analizar los
problemas comunes y facilitan una visión global de las incidencias, permitiendo también
evaluar mejor las necesidades de los clientes y hacer un seguimiento de los procesos y del
rendimiento.
Un proyecto de implementación de CRM se divide en varias fases. Cada una de estas fases se
refiere a competencias específicas:
Preparación:
Esta fase consiste en involucrar a los diferentes participantes del proyecto ofreciendo el
impulso y las orientaciones estratégicas precisas para su puesta en marcha.
Análisis:
El análisis consiste en evaluar las necesidades de los diversos usuarios directos (comerciales,
marketing, soporte al cliente) e indirectos. La identificación previa de las necesidades en
cuanto a creación de informes por parte de cada equipo permite configurar mejor la
herramienta.
Implementación:
Esta fase implica la configuración de la aplicación y del planteamiento. La intervención técnica
y funcional permite garantizar el éxito del proyecto.
Puesta en marcha:
La puesta en marcha requiere la formación inicial de los usuarios y la validación por parte de
cada uno de ellos en su propio entorno. En esta última etapa de la implementación todavía se
pueden efectuar ciertos ajustes.
Gestión de la transición:
Una vez efectuada la implementación, debe realizarse un seguimiento de la adopción de la
herramienta, dar soporte a los usuarios y gestionar el mantenimiento de forma correctiva y
evolutiva de la aplicación.