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¿Y qué destino tiene ese dinero puesto en circulación?

Una parte quedará en poder de los


agentes del mercado (en casa o en caja), y otra parte se la llevarán las instituciones financieras
para dejarlo en depósitos, en cuentas de ahorro, en fondos…

La base monetaria (B) = Efectivo en manos del público (E) + Los activos de caja del sistema
bancario (AC),

B = E + AC.

Pero esa base monetaria es sólo una parte de la oferta total del dinero que, realmente se está
utilizando en la economía. Los intermediarios financieros bancarios, a través del denominado
proceso de expansión bancaria, crean dinero bancario y proporcionan así más flujo financieros
al sistema. Ejemplo, un adeudo en un cliente y abono en la cuenta de otro, o con la
compensación entre bancos en que un cliente A traspasa 100 millones de euros al cliente B
pero el cliente de B traspasan 95 millones al cliente A, por lo que bastar ajustar esos 5 millones
de euros de diferencia sin tocar el resto.

En prevención, lo bancos hacen reservas. Parte de los depósitos que reciben (su pasivo) la
guardan en dinero líquido. Esas reservas pueden ser legales (la autoridad monetaria obliga a
mantener un porcentaje determinado para garantizar la liquidez y como garantía de solvencia)
y voluntarias (los propios bancos deciden aumentar la liquidez).

¿Qué hace el banco con la parte de los depósitos que no necesita mantener en caja? Conceder
un préstamo a otro cliente, lo cual hace aumentar su activo (deudor por el importe del
préstamo) y se materializa en un depósito a nombre de ese cliente (con lo que aumenta su
pasivo en igual cuantía). De alguna forma, el banco privado ha monetizado también un activo a
través del nuevo depósito; y ha creado dinero, porque además, del dinero legal inicial el nuevo
cliente considera que dispone ahora de un dinero adicional.

Ejemplo, supongamos que un particular ha recibido un pago de 1.000 euros en dinero legal,
que equivale a la base monetaria.

Supongamos que todos los sujetos deciden mantener en efectivo un 5% y depositar el resto en
un banco comercial. En tal caso, se queda con 50 euros (efectivo en casa o en caja) y deposita
950 euros. De acuerdo con el proceso que hemos vista, el banco mantiene un porcentaje de
reservas (supongamos un 10%) y presta el resto, abriendo un nuevo depósito a favor del
solicitante del préstamo ¿Y qué ocurre con ese nuevo depósito? Siguiendo el comportamiento
general, un 5% (42,75 euros) se mantendrá en manos del público y el resto quedará como
depósito en ese o en otro banco. El proceso seguirá, más o menos, como se refleja en la Tabla
8.1.

Como vemos la oferta monetaria es bastante más elevada que la base monetaria inicial.
Denominamos multiplicador monetario a la relación entre la base monetaria (B) y la oferta
monetaria (M), de forma que la
M=B

por el efecto multiplicador monetario.

De la Tabla 8.1 se desprende que el valor multiplicador será tanto mayor cuanto menores
sean:

La propensión que los particulares desean mantener en efectivo. Si todo el dinero legal se
deposita en bancos, éstos podrían jugar con una mayor cantidad para sus operaciones de
crédito.

El coeficiente de reservas, cuanto menor sea la cantidad que se retire del proceso, más elevada
será la cuantía de cada paso y más durará el proceso.

Cuanto más desarrollado está un sistema financiero, menos valor tiende alcanzar ambas
variables porque la casi totalidad de las operaciones se realizan a diario sin dinero, lo que
permite muy bajas tendencias de efectivo y hace mínima la necesidad de reservas bancarias.
O, lo que es lo mismo, el valor multiplicador es cada vez más elevado, con una mayor
diferencia entre el dinero legal emitido y la oferta monetaria efectiva de la economía. Por lo
tanto, la oferta monetaria (M) depende de tres factores:

La base monetaria (B)

La propensión en la oferta monetaria (M) que los particulares deseen mantener como efectivo.

El coeficiente de reservas, ya sean legales o voluntarias.

El proceso de intermediación bancaria pone a disposición de los agentes más dinero,


contribuyendo, de este modo, a financiar la actividad económica. De ahí que la carencia de
intermediación bancarios o su insuficiente desarrollo puedan ser una de las causas del
estrangulamiento de una economía.

Los bancos centrales y la política monetaria


El papel de un Banco Central

Los Bancos Centrales nacen para regular la creación de dinero fiduciario y para supervisar el
sistema bancario.
La generalización del dinero fiduciario en las modernas economías ha hecho necesaria la
existencia de una institución encargada de su regulación. Son los llamados Bancos Centrales
los que en cada país vienen desempeñando esta función, unida a la supervisión del sistema
bancario. Es el caso del Banco de Inglaterra, del Banco de Japón… o del Banco de España. En
los países de la Unión Monetaria Europea, buena parte de las funciones de los Bancos
Centrales han sido asumidas por el Banco Central Europeo (BCE).

El Banco Central asume el monopolio de la emisión del dinero legal, que constituye la base
monetaria que puede encontrarse en manos del público o en los depósitos bancarios, y que
debe tener su contrapartida en las correspondientes rúbricas del activo en el Balance del
correspondiente Banco Central (Tabla 8.2).

Los Bancos Centrales nacionales y el Banco Central Europeo confluyen en el Sistema Europeo
de Bancos Centrales (SEBC), con el euro como moneda común, formado por el BCE y los
Bancos Centrales nacionales de los países miembros y que tiene las siguientes funciones:

Definir y ejecutar la política monetaria de la Comunidad.

Realizar las operaciones de cambio de divisas que sean coherentes con las disposiciones del
Tratado en esa materia.

Poseer y gestionar las reservas oficiales de divisas de los Estados miembros.

Promover el buen funcionamiento de los sistemas de pagos.

Una regla importante es que se debe garantizar la independencia de los Bancos Centrales
nacionales respecto a sus propios gobiernos, de modo que los Estados miembros no puedan
influir en las decisiones adoptadas por los órganos de gobierno del SEBC.

No todos los países de la Unión están integrados en el área euro, bien por no desearlo, bien
por no cumplir las condiciones exigidas de estabilidad. La asignación competencial en materia
monetaria en el seno de la Unión Europea entre los distintos niveles de administración varía
para los países que han asumido el euro y los que no, pero puede resumirse en los siguientes
aspectos:

Billetes. El Consejo de gobierno del BCE tiene el derecho exclusivo a autorizar la emisión de
billetes.

Monedas. El BCE el que aprueba el volumen de emisión de monedas, aunque los Estados
miembros puedan emitirlas.

Gestión de reservas oficiales de divisas. El BCE tiene la función de poseer y gestionar las
reservas oficiales de divisas de los Estados miembros. Además, los Bancos Centrales nacionales
deben dotar al BCE con una parte de sus fondos de reservas oficiales, en proporción al número
de acciones suscritas del capital del BCE.
Política de tipo de cambio. La responsabilidad de la política de tipo de cambio corresponde al
Consejo de la Unión, en estrecha colaboración con el BCE.

Política monetaria. Como objetivo principal el SEBC es mantener la estabilidad de precios, será
el encargado de ejercer las competencias monetarias, sin perjuicio de que también apoye las
políticas económicas generales con el fin de contribuir a la realización de los objetivos
comunitarios generales. Se reserva a los gobernadores de los Bancos Centrales nacionales un
papel importante en relación con la formulación de la política monetaria, y a los propios
Bancos Centrales nacionales en cuanto a la ejecución de las operaciones del SEBC.

En el Sistema Europeo de Bancos Centrales se consagra el principio de centralización de las


decisiones políticas, al mismo tiempo que la descentralización de su ejecución e
instrumentación con una única excepción: la reserva a favor del propio BCE para intervenir en
los mercados monetarios en circunstancias excepcionales, si lo juzga oportuno.

Funciones del BCE:

Autorización de la emisión de monedas y billetes.

Definición y ejecución de la política monetaria de la Unión.

Gestión de las reservas de divisas.

Promoción del buen funcionamiento del sistema de pagos.

Funciones consultiva al más alto nivel.

Recopilación y armonización de la información estadística.

Objetivos e instrumentos de la política monetaria

Se denomina política monetaria al conjunto de actuaciones de las autoridades monetarias,


orientadas a controlar los cambios en la cantidad o en el coste del dinero, con el propósito de
lograr ciertos objetivos macroeconómicos.

El BCE ha adoptado de una estrategia mixta en la que se combinan el control de las


disponibilidades líquidas (M3) y el seguimiento de la inflación, asignando a este último el
carácter de objetivo final y al primero el de objetivo monetario intermedio. Esta selección de
objetivos ha ido acompañada de la elección, como variable operativa, del tipo de interés a
corto plazo.

Para controlar esas variables y conseguir sus objetivos el BCE dispone de los siguientes
instrumentos:

Operaciones de mercado abierto. Consisten en la compra o venta de títulos.


Facilidades permanentes. Los Bancos Centrales actúan como prestamistas en última instancia
del sistema financiero. Estas operaciones se conceden a un tipo de interés penalizado. En
circunstancias normales, no existen límites a este crédito u otras restricciones de acceso.

Coeficiente de caja. El Banco Central tiene la capacidad de determinar el mantenimiento de un


montante de reservas obligatorias mínimas de los activos de caja de las entidades de crédito.
El sistema de coeficiente de caja del SEBC permite a las entidades hacer uso de mecanismos de
promediación, lo que supone que el cumplimiento de este coeficiente (2%) se determina sobre
la base de la media de los activos de caja registrados en las cuentas de las entidades al final del
día durante un período de mantenimiento de un mes.

El coeficiente de caja guarda una estrecha relación con la oferta monetaria, a través del
denominado “multiplicador bancario”. Una levísima elevación del coeficiente de caja
provocaría una muy fuerte reducción en la oferta monetaria.

Con los instrumentos citados, la autoridad monetaria puede controlar en buena medida la
cantidad de dinero, haciendo aumentar o disminuir la oferta monetaria e, indirectamente, los
tipos de interés. Pero, en cuanto que prestamistas en última instancia, puede actuar también
directamente sobre éstos. Cuando el BCE fija el tipo de interés que servirá de base para sus
operaciones está marcando indirectamente los tipos de interés que aplicarán los restantes
agentes del sistema financiero. De alguna forma, éstos son intermediarios que reciben el
dinero a un precio fijado por el BCE, le aplican un margen, y lo prestan al tipo de interés
incrementado.

De esta forma, cuando el Banco Central considera que existe peligro de inflación, restringe la
cantidad de dinero en la economía y provoca la elevación de los tipos de interés. Con ello,
dificulta el desarrollo de las presiones inflacionistas y restringe la demanda real, tanto de la
inversión como del consumo duradero.

Los intermediarios financieros


El sistema financiero

El sistema financiero es el conjunto de instituciones especializadas en la mediación entre los


prestamistas y los prestatarios últimos de la economía. Los intermediarios financieros
adquieren activos como forma de inversión y a partir de ellos crean activos nuevos que colocan
entre los ahorradores, obteniendo de éstos los fondos necesarios para la realización de sus
inversiones.

Los intermediarios financieros bancarios se caracterizan porque alguno de sus pasivos (billetes
o depósitos a la vista) son pasivos monetarios, ejemplos; Banco Central, bancos, cajas,
cooperativas de crédito, bancos públicos… En España la única institución de banco público
sería el Instituto de Crédito Oficial (ICO), encargado de financiar aquellos proyectos a largo
plazo que se consideren necesarios para el desarrollo de determinados sectores y/o regiones
que no sean satisfactoriamente cubiertos por el resto del sistema financiero.

Los establecimientos financieros de créditos tienen como objeto la financiación especializada.


Los más destacados son los siguientes:

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