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Las ideologías políticas

El siglo XX fue sin duda el siglo de las ideologías, éstas


permitieron ordenar los distintos avatares políticos. No es posible
comprender el mundo político de entonces sin hacer alusión a ellas. Las
ideologías constituyen grandes cosmovisiones con capacidad para
proponer alternativas políticas globales. Conforman, interrelacionadas con
otros factores, las actitudes y los comportamientos políticos de los
ciudadanos en la sociedad. Ahora bien, es preciso recordar que el término
ideología ha provocado con frecuencia un gran rechazo y desconfianza 1.
El término ha perdido una parte importante de su contenido analítico y se
ha convertido en un apelativo que se aplica a todas aquellas doctrinas que
son rechazadas. Una parte importante de la ciudadanía reacciona
negativamente a los elementos que definen los contenidos principales de
las ideologías. La razón de ello deriva de la asociación que se ha
producido entre el término ideología y aquello que se opone a
conocimiento científico y, por lo tanto, a la premisa de la objetividad, el
rigor o la comprobación empírica. Por otra parte, los propios científicos e
intelectuales buscan apartarse de cualquier sospecha “ideológica” pues
éste conlleva siempre una connotación negativa 2.

1
La palabra ideología aparece por primera vez con la publicación de la obra de Destutt
de Tracy (1754-1836) Elementos de la ideología, París, 1801. El autor lleva a cabo un
tratado sobre la formación de los conceptos dentro de la corriente francesa del
materialismo sensorial y psicologista de la época. Defiende una concepción política
liberal de carácter moderada pero cr´tiica con el bonapartismo; será el propio Bonaparte
el que por vez primera emplee la expresión con un sentido negativo para burlarse de los
proyectos abstracts y literarios imaginados por los filósofos y propagandistas.
2
Marx y Engels fueron los primeros en ubicar el concepto de ideología en un espacio
político. Para estos autores, la ideología no se identifica con el conocimiento o con la
ciencia sino con el poder. Criticaron la filosofía alemana de su tiempo por ser expresión
de los intereses de la clase social dominante. La ideología dominante subraya una serie
de valores y principios que sirven para reforzar el dominio de las clases privilegiadas. En
este sentido, bajo el modelo marxista la ideología se define exclusivamente en la
perspectiva de la clase dominante. Así concebida, la ideología constituye una “falsa
conciencia” de la realidad, pues es una percepción distorsionada de la misma, cuyo único
fin es mantener el estatus favorable a la clase privilegiada: “La clase que tiene los medios
ELEMENTOS FUNDAMENTALES DE CIENCIA POLÍTICA

En efecto, a la ideología continúa atribuyéndosele un sentido


peyorativo 3. Es frecuente que el uso del término ideología sirva para
hablar de la de los adversarios – de la falsa ideología- , mientras que para
uno mismo se reservan las ideas –las verdaderas- Ahora bien, la historia
de las ideas políticas califica hoy como ideologías a concepciones sociales
tales como el liberalismo, el socialismo, el nacionalismo, el ecologismo, el
feminismo, etc.
En efecto, la política es un espacio que se encuentra
inevitablemente marcado por las ideologías, o en otras palabras, la política
es ideología. Como afirma Barbara Goodwin en su obra titulada El uso de
las ideas políticas, “todas las doctrinas políticas coherentes son
ideológicas, como lo es también nuestro empleo de las propias ideas
políticas. Aceptado esto, las connotaciones peyorativas del término deben
ser puestas a un lado”. Y es que al asumir que la política es la lucha por el
poder, conflicto y competición a la hora de organizar la comunidad
política de acuerdo con unos valores, no se puede dejar fuera la ideología.
Dándole una vuelta de tuerca más, incluso bajo el discurso del
denominado “fin de las ideologías” tras la segunda guerra mundial y que
hace alusión al proceso de convergencia ideológica y la tecnificación de la
política, implica un planteamiento ideológico, una asunción de valores y
modelos de comunidad política.

Definición de ideología

El término ideología se puede definir como un sistema de ideas,


juicios y creencias de carácter explícito y, por lo general, estructurado que
definen el modelo ideal de organización política. Las ideologías proponen

de producción material a su disposición, también tiene el control de los medios de


producción mental”.
3
“el pensamiento ideológico es una negación explícita y directa del pensamiento político.
(…) La política puede ser confusa, vulgar, carente de resultados definitivos y
enmarañada, y puede estar muy lejos de la pasión por la certeza y la fascinación por los
planes para cambiar el mundo que afectan al intelectual totalitario, pero por lo menos,
incluso en las peores circunstancias políticas, deja margen al individuo para que elija el
papel que ha de desempeñar, para que viva experiencias sociales diferentes y para que
reconozca su alma como propia.” Bernard Crick, En defensa de la política, Tusquets,
Barcelona, 2001, pp.37/60.
LAS IDEOLOGÍAS POLÍTICAS

una orientación precisa para la acción política de aquellos que se sienten


identificados con determinados valores. Asimismo, cada ideología reviste
una forma sistemática, organizada y con un grado importante de
coherencia interna que permite generar una alternativa política global y
completa. En la ideología cada ciudadano o grupo construye una
representación de sí mismo inspirándose en los valores con los que
procura establecer unos vínculos.
Entre las características comunes de las ideologías se pueden
subrayar las siguientes:
- Las ideologías permiten ordenar los conceptos y las normas que
afectan al conjunto de las relaciones sociales y políticas. Las
creencias que forman las ideologías son ideas tenidas por ciertas,
que se asumen y por lo tanto exentan de una gran profundización.
- Permiten a los ciudadanos que viven una situación dada definir
mejor esa circunstancia y darle una justificación.
- Aun siendo un sistema de ideas remite a unos intereses
individuales y colectivos inmediatos; bien si se dirige a aquellos
ciudadanos que desean proteger y conservar su posición como
aquellos que desean mejorar las suyas. Poseen un carácter
instrumental ya que definen objetivos, movilizan apoyos y
elaboran la lógica del amigo/adversario. La ideología pues
construye un nosotros que puede ser una clase social, un partido
político, la nación, un movimiento social, etc.
- Las ideologías permiten rebajar el nivel de complejidad del
universo político, destacando una serie de elementos favorables a
sus fines y desechando otros. Su función es la de economizar el
pensar.
- La mayoría de las ideologías suelen expresarse abiertamente y
poseen un carácter proselitista para conseguir su máxima difusión.
- Se apela a ellas para interactuar dentro de la escena política, bien
desde un proyecto de conservación o de cambio.

En consecuencia, las ideologías realizan una serie de funciones


que consisten en “explicar y evaluar las condiciones sociales, ayudar a las
personas a conocer su posición en la sociedad y proporcionar un
ELEMENTOS FUNDAMENTALES DE CIENCIA POLÍTICA

programa de acción social y política” (Bally Dagger, 1995:5). Elaboran


pautas para el comportamiento social movilizando a sus simpatizantes
para poner en marcha las acciones necesaria y alcanzar sus fines. Su
función es explicar la realidad política y social tal como consideran que
es al mismo tiempo que elaborar unas premisas normativas de cómo
tendría que ser la realidad política. Funcionan como recomendaciones
para proyectos de futuro exitosos y para la resolución de problemas;
constituyen orientaciones de valores para los ciudadanos, propuestas para
la organización política, estímulo para la implicación en la acción
colectiva dentro de la comunidad política.
El éxito de una ideología reside en el mayor número de seguidores
de ahí su carácter proselitista, hasta el punto de poder convertirse en un
lugar común para una gran parte de la comunidad política que la adopta
como esquema compartido de entender y practicar la política. Cuando una
ideología se expande y se lleva a ese extremo se convierte en
fundamental para legitimar los resultados del sistema político. El papel
jugado por las elites en este cometido resulta fundamental pues las
ideologías constituyen el instrumento crucial puesto a su disposición con
objeto de movilizar, orientar o manipular a las masas. Y es que las
ideologías son agentes que transforman constantemente la estructura
social, económica y política. En este sentido, las ideologías son activas,
transforman sociedades; son producto de la historia, de la economía, de la
estructura social, pero, al mismo tiempo, la forma de la sociedad es
producto de las ideologías.
La ideología obedece a una serie de principios ordenadores del
mundo que se pueden resumir en el siguiente cuadro:

1- Defensa de una determinada concepción de la naturaleza humana (diferencias


biológicas, cultura)
.
2- Definición de una visión particular acerca de las relaciones entre los ciudadanos
(igualdad, competencia, raza, género, estatus social-diferencias entre sujetos)
3- Propuesta de relaciones entre cada ciudadano y el colectivo (primacía del individuo o
primacía de la comunidad)
4- Mantenimiento de un determinado punto de vista sobre la capacidad de acción política
para influir en el desarrollo de la sociedad.
5- La ideología revela que el pasado es la historia de alguna clase de opresión. El presente
debe ser capaz de movilizar a los oprimidos con el objetivo de llevar a cabo un proceso
llamado liberación
LAS IDEOLOGÍAS POLÍTICAS

En cada una de las ideologías lo determinante será el centro de


referencia, esto es, aquellos elementos que informan sobre el ser humano,
la naturaleza y la sociedad, con sus correspondientes métodos filosóficos y
de conocimiento. Gracias a la combinación de estos diferentes principios
normativos se van configurando las ideologías, cada una de las cuales se
puede presentar en la práctica de forma distinta, bien con un carácter muy
estructurado bajo la dirección de intelectuales y teóricos , bien con un
carácter más superficial surgida al hilo de la experiencia política de un
líder o un partido político.
La ideología permite explicar por qué y por quién un individuo es
explotado, por qué se considera subordinado, excluido, por qué una raza
se considera superior a otra, por qué se precipitan determinadas crisis
económicas, por qué es importante la igualdad entre hombres y mujeres,
por qué se debe avanzar hacia una sociedad sostenible, por qué se debe
reducir el Estado a su mínima expresión, por qué la nación y la lengua
definen al ciudadano, etc. En definitiva, se puede afirmar pues que la
ideología, según los casos, esclarece o infunde seguridad, o ambas cosas a
la vez 4.
En todo caso, las ideologías se multiplican aumentando su
atractivo en el mundo moderno. Las nuevas ideologías han conseguido
elevar el nivel de las aspiraciones de los individuos y de las colectividades,
despertar ambiciones, esperanzas, sostener vastas empresas colectivas y
alterar radicalmente, en ciertos casos, el curso de los acontecimientos
políticos.

Evolución y formación de las ideologías.

4
Ahora bien, hay que distinguir entre el papel jugado por la religión frente a la
ideología pues, en relación a determinados aspectos, tienen elementos comunes. La
religión tiene como objetivo conectar al ser humano con un orden supranatural, sin
embargo, no por ello deja de constituir un fenómeno social importante. El orden religioso
se nutre de los elementos del contexto social, interpreta e interviene en las realidades
sociales y tiene un alcance y unas consecuencias, por tanto, sociales. La pertenencia
religiosa sirve para distinguir entre los fieles de los no fieles.
ELEMENTOS FUNDAMENTALES DE CIENCIA POLÍTICA

Una de las preguntas más importantes al interrogarse por el origen


de las ideologías es el punto de partida que lleva a la creación de una
ideología y a su cristalización. Resulta conveniente atender a los factores
que posibilitan la combinación de categorías, creencia y valores que
llegarán a conformar un sistema.
El punto de arranque de la formación de una ideología es la defensa
de intereses propios que se combina con los principios (Sartori, 1992:118).
Se comprenden varios niveles de interpretación de ideologías del más
negativo al positivo en relación a los medios para la consecución de esos
intereses: a) engaño deliberado en beneficio propio, b) racionalización de
intereses propios, de un grupo respecto de una visión determinada del
mundo. Ahora bien, se debe insistir en que las ideologías van asociadas –
como la política misma- al conflicto político. Los defensores de cada
ideología persuaden a los demás acerca de la validez de sus argumentos y
fines vinculados a ellos.
Por otra parte, de acuerdo con interpretaciones diferentes, el origen
de las ideologías tiene que ver con determinadas circunstancias históricas
que llevan a la ciudadanía a exponer las demandas de la mayoría de la
sociedad y éstas no son recogidas por el sistema político. En efecto, será la
situación histórica y política la que dará lugar a la creación de ideologías,
bien para buscar el cambio o defender la conservación. Es frecuente que
bajo condiciones de subordinación, desencanto algunos ciudadanos
desarrollen una ideología como sistema de creencias y valores que
refuerza sus aspiraciones de seguridad. Así, por ejemplo, la explotación
de la clase trabajadora en el marco del capitalismo industrial del siglo XIX
llevó indirectamente a la elaboración del socialismo; el gran choque entre
cosmovisiones antagónicas europeas, tras la crisis económica y nacional
en Alemania después de la I Guerra Mundial, desarrollará un gran clima
de tensión que desembocará en la II Guerra Mundial y la aparición de los
fascismos como alternativa a los angustiosos problemas de la modernidad.
Un proyecto que, en teoría, reconciliaba al individuo y a la comunidad
bajo una dirección supraclasista y suprapartidista 5 Desde esta
aproximación, la ideología tiene más que ver con un modelo social a
conseguir que el reflejo de unos intereses actuales.

5
Véase J. A. Mellón, Las ideas políticas en el siglo XX, Barcelona, Ariel, 2002, pp. 1-54.
LAS IDEOLOGÍAS POLÍTICAS

Las ideologías tienen un carácter dinámico, constantemente se


encuentran sujetas a cambios y a adaptaciones en función de las
circunstancias de tiempo y lugar. Además, la ideologías suponen un
instrumento de acción histórica y política, se elaboran y difunden con el
fin de influir en el curso político e histórico de la sociedad.

Principales ideologías contemporáneas


La aparición de las principales corrientes ideológicas se sitúa a finales
del siglo XVIII, desde entonces hasta hoy la clasificación de las grandes
ideologías no ofrece demasiadas dificultades pues conectan en gran
medida con las clásicas. En efecto, el liberalismo, el conservadurismo, el
socialismo, el anarquismo y el nacionalismo poseen un núcleo central que
permite identificarlas como tales pese a que no sean iguales las versiones
contemporáneas de las mismas.
Por otra parte, entre las ideologías del siglo XX se debe destacar el
fascismo, y más recientemente el feminismo, el ecologismo; queda por ver
si los principios y valores de los movimientos “altermundialistas”se
pueden incluir en una nueva ideología.

El Liberalismo:
El liberalismo constituye una de las ideologías fundadoras de la
Modernidad y es una de las ideologías políticas occidentales que mejor ha
evolucionado manteniéndose como un referente fundamental , no sólo
porque las ideologías conservadora, marxista y otras se encuentren
relativamente subordinadas, sino también, porque el liberalismo ha
adquirido una hegemonía filosófica sin precedentes (Parekh, 2001). En
gran medida, hoy en día esta tradición se convierte en el patrón mediante
el cual se evalúa moral y políticamente hasta el punto de realizarse la
distinción entre sociedades liberales y no liberales.
Es la primera ideología que se propone expresamente la construcción
de un nuevo orden político que supere el articulado por las monarquías
absolutas de la época. Nace a la par que la ilustración europea e inspira la
revolución americana y francesa de finales del XVIII. El liberalismo
permite comprender la democracia moderna, los Estados modernos así
como la construcción de la ciudadanía. No obstante, esta ideológica por
ELEMENTOS FUNDAMENTALES DE CIENCIA POLÍTICA

poseer una larga trayectoria historia, obliga a distinguir diferentes


liberalismos. En efecto, no hay un pensamiento único y homogéneo
liberal sino múltiples desarrollos 6; en este sentido, resulta desafortunada
la alusión reiterada que identifica el liberalismo con el “neoliberalismo”
en el sentido más peyorativo de todo aquello que no gusta.
Valores fundamentales: la prioridad de la libertad sobre la autoridad, la
secularización de la política y la promoción de constituciones y principios
de derecho que establezcan límites al gobierno y determinen derechos del
ciudadano frente a éste. A ello debe añadirse la convicción de que el
progreso técnico y moral de la humanidad se produce como consecuencia
de un constante debate de ideas e intereses en ocasiones contrapuestos.
El perfil del ciudadano liberal es el individuo autónomo,
autoperfeccionable, materialista y dotado de razón (racional y razonable).
Las asunciones básicas de esta ideología son la confianza en la razón
humana y en el hecho de que los individuos nacen libres e iguales porque
poseen unos derechos naturales, a saber, la propiedad, la libertad, la vida
que no le son otorgados por el Estado o la sociedad, sino que son
inherentes a los individuos. El valor liberal fundamental para la correcta
ordenación de la sociedad es la protección de la libertad individual. Los
seres humanos se consideran por encima de todo individuos libres, es
decir, que su libertad posee una dimensión básicamente individual 7

6
El liberalismo surgió a finales del XVII como enfrentamiento al absolutismo y a la
concepción de la legitimación divina de la monarquía. Se elaboró una teoría del contrato
social cuyo objetivo principal era la salvaguarda de los derechos individuales y la
limitación del Estado. A partir del siglo XVIII y comienzos del XIX se produce una
reorientación hacia la economía y la exaltación de las virtudes públicas derivadas del
libre intercambio entre los hombres. Así, derechos y mercado pasaron a convertirse en las
piezas claves del liberalismo clásico. Más tarde el liberalismo tuvo que enfrentarse a las
cuestiones sociales bajo la política de masas y la amenaza de la revolución social. Se
avanza en las preocupaciones por las condiciones del ejercicio de la libertad personal y
que concede un papel ampliado al Estado como responsable del “bienestar” de la
ciudadanía en cuanto garante de medidas redistributivas. Esta versión, con matices, es la
que se identifica con el liberalismo en EEUU. A partir de aquí continuaron un número
importante de versiones , sobre estas derivaciones y sobre el desarrollo contemporáneo
del liberalismo. Se introducen revisiones respecto a la confianza en la autorregulación del
mercado, la mejora de la igualdad bajo la de de la igualdad política, etc.Véase K.
Minogue (1999), The liberal Mind, Indianápolis, Liberty Fund; J. Gray (1993), Post-
Liberalism, Londres, Routledge,
7
Dentro del conjunto de las libertades de los ciudadanos la propiedad ha ocupado, para el
liberalismo, un lugar privilegiado. Mcpherson, por ejemplo, denominó al liberalismo
LAS IDEOLOGÍAS POLÍTICAS

(Mcpherson, 1962). La libertad se entiende como libertad negativa (Berlin,


2001), así llamada porque se refiere a la no interferencia, a la ausencia de
obstáculos sobre los individuos independientes. En efecto, la libertad
posee una dimensión básicamente individual, libertad de la unidad más
básica de la sociedad. Esto no es absolutamente obvio pese a que pudiera
parecerlo o ser considerado un valor universalmente aceptado: aunque los
ciudadanos tienden a comprender su libertad en esos términos, otras
ideologías entienden al sujeto de la libertad en términos colectivos como
la comunidad política (la nación), el grupo étnico, la clase , hasta la
humanidad. En consecuencia, frente a otras ideologías, el objetivo clave
del liberalismo es el “asegurar las condiciones políticas necesarias para el
ejercicio de la libertad personal” ( Shklar, 1998)
De esta consideración se desprende que el Estado ha de desempeñar
una función específica vinculada directamente a esta valoración de la
libertad personal, esto es, es preciso imponer límites a la acción del
Estado. El Estado liberal cumple la función de un vigilante o de un guarda
jurado, no puede tener fines propios distintos a los asociados al conjunto
de las libertades personales de los individuos.
En el liberalismo del siglo XX, consolidado ya el sistema de
mercado como institución fundamental de intercambio, fue necesario la
introducción de algunos cambios en relación a la confianza en la
autorregulación del mercado y de la competición perfecta. El liberalismo
hubo de enfrentarse a los desafíos planteados por los problemas sociales
de las naciones ya liberales. Poco a poco se gesta una conciencia de que el
sistema capitalista de producción genera importantes desigualdades
sociales que cuestionaban la defensa de la libre iniciativa individual
propuesta por el propio liberalismo. Así, por ejemplo, se introduce la idea
de la igualdad de oportunidades, o de que es preciso facilitar las
condiciones de la competición para todas las personas. Asimismo, el
liberalismo desarrollará la idea de igualdad política mediante las
instituciones y los principios de la democracia como el sufragio universal.
De este modo el Estado pasó de ser un poder arbitral y vigilante en las
relaciones entre los individuos a encabezar la reforma a favor de la
igualdad y la prosperidad de todos. Este panorama dominó hasta

primigenio “la teoría del individualismo posesivo”. En efecto, la propiedad entendida


como propiedad esencial a la concepción misma de identidad personal, de la sociedad y
del Estado.
ELEMENTOS FUNDAMENTALES DE CIENCIA POLÍTICA

prácticamente la década de los ochenta del siglo XX en los grandes países


europeos. Luego el liberalismo hubo de responder a los desafíos que se
esconden tras el concepto de “justicia social”. Y el fruto de ese esfuerzo fue
el denominado liberalismo moderno que consiste en un liberalismo atento a
las garantías de la libertad liberal y al papel ampliado al Estado como
responsable del bienestar de los ciudadanos.
A finales de siglo se tendrían de forma muy general en el espacio
político al menos tres liberalismos: una interpretación contemporánea del
liberalismo moderno que ha sido denominado de diversas maneras
liberalismo socialista, “tercera vía” , (dependiendo de aquello que se desee
subrayar lo nuevo, lo socialista o lo liberal) y supone un acercamiento al
liberalismo desde el socialismo. En segundo lugar, se puede hablar del
liberalismo democrático que equivale a la forma contemporánea de la
tradición de los partidos liberales. Por último, se puede destacar el
neoliberalismo o nueva derecha que significa fundamentalmente un
suscripción del liberalismo económico bajo el conservadurismo 8.

El conservadurismo:

El conservadurismo es una corriente de pensamiento que promueve


una actitud prudencial frente a los asuntos sociales y políticos bajo una
orientación por la preservación de lo existente frente al cambio o a la
innovación. Los primeros estudios relevantes sobre el tema fueron
realizados por Mannheim en El pensamiento conservador (1926) que parte
de la distinción entre “tradicionalismo” y “conservadurismo”. El
tradicionalismo constituye un concepto sociológico general que alude a un
fenómeno tan antiguo como la humanidad y que está presente de una
forma u otra en cada ser humano y en cualquier momento de la historia.
El conservadurismo, por el contrario, es un concepto político que alude a
una realidad específicamente moderna. Este término se empleó por vez
primera con la publicación de un periódico francés en 1817 con el

8
“ se ha producido recientemente una aproximación desde la derecha al liberalismo.
Como se sabe, los partidos conservadores nacieron en buena medida como una reacción
ante el liberalismo, que entendían como una doctrina que socavaba, por su
individualismo, los cimientos del orden social. (...)una mezcla explosiva de centralismo
político, autoritarismo moral y laissez-faire económico.” (Rivero, 2002:110).
LAS IDEOLOGÍAS POLÍTICAS

objetivo de promover las ideas de restauración política y religiosa en


Francia. En Alemania el término se generalizó a partir de los años treinta.
En Inglaterra comenzó a utilizarse en 1835. Y en España Jaime Balmes lo
dio a conocer en los años cuarenta con la revista El conservador.
El origen del conservadurismo está conectado con la época de las
revoluciones liberales y en especial, con la Revolución Francesa. En ella
hunde sus raíces esta ideología política. Surge como reacción social,
política e intelectual y moral ante las rupturas revolucionarias. El
conservadurismo ha reaccionado siempre ante el desarrollo del
nacionalismo y el proceso de secularización en sus diversas formas. No ha
tenido un programa político permanente sino que ha ido cambiando a lo
largo de la historia.
El conservadurismo, pese a surgir como reacción al liberalismo, es
una ideología que mantiene algunos puntos de conexión con éste como la
defensa de la propiedad privada y el Estado constitucional basado en el
consentimiento. No obstante, se aleja del anterior en cuanto a la defensa de
las tradiciones y a la puesta en primer plano de la moralidad y la religión.
Los conservadores no confían en la capacidad emancipatoria de la razón
humana y consideran necesaria la autoridad para preservar el orden social.
El conservadurismo interpreta las sociedades a modo de comunidades,
es decir, como grupos de seres humanos unidos por lazos culturales,
costumbres, lenguas, tradiciones y valores que las hacen ser distintas con
identidades propias. En general, descree de todos los valores liberales
acerca del individuo y su libertad; en cierto sentido adquieren una deuda
con la sociedad que los ha engendrado: “la persona humana nace ya
gravada por obligaciones legadas por sus antecesores. Tiene una
obligación ineludible hacia una historia y una cultura que no ha elegido”
(Scruton,1991). El comienzo del conservadurismo es la sociedad y
después se atiende a los individuos y a los derechos de la propiedad en
ella. La sociedad constituye un bien supremo, supone una entidad más
importante que la suma de sus partes individuales.
Asimismo, al Estado le corresponde el mantenimiento del orden,
controlando los posibles excesos de libertad. La autoridad política se funda
en un principio de jerarquía y debe garantizar el respeto por las
tradiciones. El conservadurismo manifiesta poca o nula confianza en el
progreso. En este sentido, los conservadores son profundamente
ELEMENTOS FUNDAMENTALES DE CIENCIA POLÍTICA

contrarrevolucionarios 9, la preocupación principal de la autoridad ha de


consistir en evitar los males que acompañan a la innovación política o
social “conservando” unos valores, unos valores y orden social anterior a
la revolución.
Progresivamente esta corriente ideológica irá aceptando el liberalismo
en alguna dimensión. Muy pronto, primero en Gran Bretaña y luego en los
países de la Europa continental, los partidos políticos conservadores
acabaron por aceptar las instituciones liberales. El viejo conservadurismo,
de acuerdo con Giddens (Giddens, 1998:31-58), representa la “jerarquía, la
aristocracia, la prioridad de lo colectivo, lo sagrado, (...) está muerto”. Hoy
el conservadurismo intenta combinar su antiliberalismo moral tradicional
con un liberalismo radical en lo económico . Es una mezcla, bajo la
envoltura de la nueva derecha, de centralismo político, autoritarismo
moral y laissez-faire económico. Se rechaza la intervención del Estado en
la planificación de la economía, pero se aplaude y se incentiva la
intervención del Estado en el mantenimiento de la ley y el orden, en el
fomento de la identidad nacional y en el fortalecimiento de la defensa
nacional.
El conservadurismo rechaza fundamentalmente el concepto de
igualdad. Para los conservadores los ciudadanos son, en lo más esencial,
desiguales: “Nada puede contradecir más el concepto de libertad que el
concepto de igualdad” (Adam Müller) , el autor más relevante del
romanticismo político. Los conservadores se decantan por una sociedad
clasista y jerárquica, desigual y defienden las ventajas derivadas de ello: la
desigualdad es natural, útil y necesaria.

El socialismo

BIBLIOGRAFÍA:
Ball, T. Y Dagger (1995)Political Ideologies and the Democratic Ideal,
Haarper Collins, Nueva York.

9
Edmund Burke es un ejemplo claro. Sus Reflexiones sobre la Revolución en Francia de
1790 suponen una crítica radical a la política utópica revolucionaria y una defensa
profunda de las tradiciones, de la experiencia institucional así como de las reformas
graduales en campo social y político.
LAS IDEOLOGÍAS POLÍTICAS

Scruton, R. (ed.) (1991), Conservative Texts, McMillan, Londres.


Giddens,A. (1998), Más allá de la izquierda y la derecha, Madrid,
Cátedra.
Gray, J. (1993), Post-liberalism, Studies in Political Thought, Routledge,
Londres.
Nisbet, R. (1995), Conservadurismo, Alianza, Madrid.
Minogue, K. (1999), The liberal Mind, Indianápolis, Liberty Fund.

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