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Técnicas TCC en relación con los grupos etarios

Presentado Por:
Karol A. Montes, Wendy M. Sierra y Marinela Valencia
Facultad de Psicología, Universidad Católica Luis Amigó
Técnicas de Intervención en Psicología Cognitiva II
Paul Javier Bedoya
24 de agosto de 2022
Técnicas TCC en relación con los grupos etarios 

La terapia cognitiva conductual es una metodología experimental que toma sus cimientos
desde diferentes movimientos psicoterapéuticos conductuales como el conductismo,
condicionamiento clásico, condicionamiento operante, aprendizaje social y aprendizaje
cognitivo; de esta manera, la TCC se fundamenta con bases esenciales para su crecimiento y
eficacia en tratamientos que buscan modificar o eliminar respuestas físicas, cognitivas,
emocionales y conductuales desadaptativas, de carácter aprendido. De manera que, la TCC
ofrece un conjunto de técnicas a los profesionales de la salud mental para la intervención
terapéutica de acuerdo a los grupos etarios, los cuales hacen referencia a las etapas del desarrollo
humano agrupándolas por edades para poder comprender mejor las características físicas,
cognitivas y psicosociales de los individuos, teniendo en cuenta que estas características pueden
variar de acuerdo al contexto cultural, educativo y biológico. A partir de esta identificación los
profesionales podrán aplicar técnicas precisas y adecuadas para los diferentes cuadros
psicopatológicos que se puedan presentar, (Ruiz, Díaz, & Villalobos, 2012).

 La niñez es una etapa marcada por una serie de hitos, los cuales son logrados en el
transcurso del desarrollo físico y mental.  Desde el enfoque psicométrico vygotskiano “los niños
aprenden mediante la internalización de los resultados de las interacciones con los adultos. Este
aprendizaje interactivo es más eficaz para ayudar a los niños ya que se utiliza la ayuda del adulto
para lograr dominar una tarea”, (Papalia & Martonell, 2017). Dentro del desarrollo psicosocial
durante la niñez, el autoconcepto comienza a establecerse, a medida que desarrollan la
conciencia de sí mismos, el sentido del yo también tiene un aspecto social: los niños incorporan
en su autoimagen la comprensión cada vez mayor de cómo lo ven los demás. Cerca de los 8 años
el niño desarrolla y le da sentido al concepto de autoestima, sin embargo, desde antes de esta
edad el niño puede entender perfectamente acerca de su autopercepción. Desde los 6 años los
niños pueden controlar mejor la manera en que muestran las emociones y ser sensibles a lo que
otros sienten, la autorregulación ayuda a los niños a guiar su conducta y contribuye a su
habilidad para llevarse bien con otros, (Denham & Lobeck, 2013).
En la niñez el sufrimiento es canalizado de forma diferente a como sucede en la adultez,
“comúnmente encontramos casos de niños con sintomatología muy variada, desde conductas
desafiantes, irritabilidad o retraimiento acusado, expresiones, que responden a un malestar
emocional”, (Manteiga Pousa, 2021). Por esto se convierte indispensable brindar una adecuada
atención a estos malestares ya que pueden perjudicar el desarrollo psicoemocional del niño y la
relación con su contexto inmediato como amigos y familia. Los síntomas y trastornos más
comunes desarrollados en esta etapa son: la ansiedad, depresión, trastornos de la conducta, fobia
social, trastorno por estrés post traumático, ansiedad de separación entre otros.

La terapia del juego cognitivo conductual emplea diferentes técnicas las cuales son
adaptadas a las necesidades del grupo etario a intervenir, en este caso en la niñez y la
adolescencia teniendo por componente crucial el modelamiento, al ser una manera eficiente y
eficaz para aprender, así como de adquirir, fortalecer o debilitar conductas (Bandura, 1977). las
técnicas más empleadas para el trabajo con niños son: Reforzamiento positivo: por medio de esta
técnica se pretende encontrar o identificar una conducta en específico y los reforzadores tanto
sociales como materiales que la generan, su objetivo entonces es lograr que una conducta
deseada sea frecuente y repetitiva por medio de recompensas o premios. Moldeamiento: El
moldeamiento como el reforzamiento positivo es una forma de ayudar a un niño a acercarse cada
vez más a una meta. Se ofrece reforzamiento positivo por aproximaciones o pasos cada vez más
cercanos a la respuesta deseada. Desensibilización sistemática: con esta herramienta se pretende
que el niño reduzca los sentimientos de ansiedad mediante la sustitución de una respuesta
inadaptada por otra adaptada. (King, 1998; Wolpe, 1958, 1982), esto finalmente es logrado por
medio del rompimiento de un estímulo en particular y la ansiedad o respuesta de temor que esta
le genera ansiedad. Para lograrlo suele enseñarse relajación muscular a fin de suscitar un estado
de tranquilidad que es incompatible con la ansiedad (Jacobson, 1938). Desvanecimiento del
estímulo: esta técnica es empleada en situaciones donde el niño muestra habilidades pero no en
todos los escenarios, por medio de la ayuda del terapeuta se trabajara en desvanecer la ansiedad,
transfiriendo de forma paulatina al niño a otros escenarios y personas. registros de pensamientos
disfuncionales: por medio de libretas de las emociones, dibujos o escritos, el niño plasmara sus
emociones llevando un control de estos e identificando las creencias disruptivas tanto su
periodicidad como sus antecedentes. Autoafirmaciones de afrontamiento: por medio del uso de
afirmaciones neutrales o positivas se busca sustituir los pensamientos negativos y mejorar la
prueba de realidad, (Schroeder y Gordon, 1991). La economía de fichas: es un sistema
motivacional que se aplica con el fin de modificar los comportamientos disruptivos que se
presenten ante el seguimiento de instrucciones con los Padres, cuidadores o superiores y generar
conciencia para su adaptación al medio ambiente, (Schaefer, 2012).

La adolescencia es una etapa de transición entre la niñez y la adultez que inicia alrededor
de los 12 años y termina entre los 17 a 19 años. Los cambios físicos como la madurez sexual, y
el cambio corporal trae consigo una preocupación por su imagen corporal, que puede volverse
excesiva ocasionando trastornos de alimentación, depresión y ansiedad, pues en esta etapa el
contexto social cobra mayor relevancia, el adolescente pasa más tiempo con sus iguales, y en
medio de la construcción de su identidad los jóvenes se exponen a situaciones que pueden
impactar de forma positiva o negativa en su formación. Estas situaciones pueden desencadenar
conductas antisociales, dificultades familiares, consumo de sustancias psicoactivas (SPA),
deserción escolar, dificultades en la adquisición de la identidad sexual, embarazos no planeados,
riesgo de contraer infecciones de transmisión sexual (ITS) e ideación y conductas suicidas,
(Papalia, Duskin Feldman, & Martorell, 2012). Durante esta etapa es muy importante el apoyo y
acompañamiento familiar, pues el adolescente necesita tener una red de apoyo que lo pueda
orientar en la toma de decisiones adecuadas para su propio bienestar.

La ansiedad es una respuesta normal y adaptativa ante las amenazas reales o imaginarias,
cuando esta emoción surge en situaciones donde no hay un peligro real o cuando se mantiene la
ansiedad, aunque la situación ya haya terminado, posiblemente podría tratarse de un posible
trastorno de ansiedad. En la adolescencia las relaciones interpersonales y la pérdida de
autoestima son factores que pueden aumentar las respuestas ansiosas de los jóvenes, la TCC
cuenta con varias técnicas para el tratamiento de estos, una de ellas es la Aserción
encubierta, esta técnica ayuda a reducir la ansiedad a través de la interrupción del pensamiento y
la sustitución de este por otro más adecuado. (Mesa Masa, 2018). La imaginación racional
emotiva, permite que el paciente al recordar pensamientos negativos, se relaje, imagine y pueda
buscar pensamientos alternativos a los pensamientos irracionales que ha tenido, (Mesa Masa,
2018). La relajación progresiva, permite que el joven a través de un entrenamiento previo, pueda
relajarse con más facilidad, identificando con la orientación del psicólogo que técnicas se
adaptan mejor a él, tensar los distintos músculos durante unos segundos para luego des tensarlos
y dejar el cuerpo en reposo por un tiempo, repitiendo esta acción 5 veces, puede ayudar a
disminuir la ansiedad y que el adolescente pueda apropiarse de técnicas que le ayuden a
autorregularse, (Mesa Masa, 2018).

Cuando hablamos de las técnicas empleadas en la etapa de la adolescencia encontramos


La terapia familiar racional emotiva (TFRE) aplicada en el campo infanto-juvenil la cual
permite explicar y tratar los problemas relacionados con el contexto de la familia, identificando
los supuestos o creencias irracionales que los jóvenes tienen sobre sí mismos, quienes los rodean
y las tareas o actividades que deben realizar. Los objetivos terapéuticos se enmarcan en, eliminar
el problema presentado, eliminar las soluciones fallidas mantenedoras, modificar las reglas o
creencias irracionales familiares que conectan el problema y las soluciones fallidas
mantenedoras, facilitar la cooperación de los padres en sus tareas de desarrollo y socialización
del niño- joven, y por último facilitar el desarrollo de habilidades de resolución de problemas por
los miembros de la familia, que sean funcionales, que se conecten a creencias racionales y que
persigan objetivos familiares adaptativos.
Las técnicas de intervención que se pueden aplicar en la TFRE, se seleccionan de acuerdo
a los objetivos, el contrato de contingencias es un acuerdo establecido entre el paciente y el
terapeuta, o entre el hijo y los padres, donde se establecen clara y concisamente la cantidad, tipo
y situación de realización de determinadas conductas por parte el y/o sus padres y el tipo de
refuerzo que obtendrá por dicha actividad ejecutada, (Ruiz Sánchez & Cano Sánchez, 2002).

La adultez se divide en tres estados, adultez emergente la cual inicia alrededor de los 18
años, es una etapa exploratoria en la que el individuo tiene la posibilidad de probar y conocer
diferentes formas de vida, es una etapa donde la salud no es un factor de preocupación, aunque sí
se puede ver afectada por los estilos de vida poco saludables y los excesos en el consumo de
alcohol, tabaco y sustancias psicoactivas. Esta etapa está marcada por la vida universitaria, el
ingreso al mundo del trabajo y la independencia, la presión social son factores de riesgo,
(Papalia, Duskin Feldman, & Martorell, 2012).
La adultez media inicia alrededor de los 40 años, durante esta etapa tienen lugar cambios
importantes en las estructuras del cerebro involucradas en las emociones, el juicio, la
organización de la conducta y el autocontrol, es un periodo donde se puede presentar la crisis de
la mitad de la vida, la cual se caracteriza por la revisión y revalorización de la vida personal,
(Papalia, Duskin Feldman, & Martorell, 2012).

En cuanto al desarrollo cognoscitivo, uno de los grandes cambios se presenta en el


pensamiento reflexivo, el cual es definido como “la consideración activa, persistente
y cuidadosa de la información o las creencias a la luz de la evidencia que las apoya y de
las conclusiones a las que dan lugar.” John Dewey (1910-1991). Por otro lado, también se genera
la denominada inteligencia emocional, término dado por Peter Salovey y John Mayer (1990) la
cual define la forma en la que se percibe, usa, entienden y manejan las emociones en pro al
cumplimiento de las metas, (Papalia & Martonell, 2017).

Al comienzo de la adultez media, las personas experimentan niveles de estrés más


frecuentes y agudos que otros grupos de edad. “Los adultos jóvenes sufren estrés por
comportamientos poco saludables como fumar, falta de sueño o saltarse comidas. Los adultos
mayores, manifiestan estrés por asuntos relacionados con la salud y el envejecimiento. Sin
embargo, los adultos de edad media dicen sufrir estrés debido a relaciones familiares, trabajo,
dinero y vivienda, (Papalia & Martonell, 2017). Durante la adultez es común que se presenten
conflictos entre ellos de pareja, existiendo dos modelos cognitivos que se aplican en dichas
situaciones, El modelo de Ellis (1987), el cual distingue entre insatisfacción de pareja (I.P) y
perturbación de pareja (P.P), a partir de los modelos familiares, sociales e historias de relaciones
anteriores que general en el individuo expectativas no realistas sobre cómo tienen que funcionar
una pareja (mitos). Dentro de las creencias irracionales implicadas, la Exigencia de trato justo y
catastrofismo producirán un estado de perturbación en la pareja, provocando ansiedad, temor,
agresión y aversión entre la pareja, (Ruiz Sánchez & Cano Sánchez, 2002).
El modelo de Beck (1988), identifica dos fases generales en las relaciones de pareja,
primero es el “enamoramiento”, etapa donde casi no se presentan problemas, y se activan una
serie de creencias y expectativas románticas (MITOS e idealización), y la segunda fase es la
“cotidianidad”, en esta etapa surge la frustración sobre las expectativas y las creencias
románticas,  donde están implicados otros factores como los hijos, las finanzas y la toma de
decisiones, activando esquemas cognitivos que giran en torno a los intereses afectivos, y la
valoración personal, los cuales se formaron de acuerdo a los modelos familiares, y relaciones
pasadas, activando distorsiones cognitivas que llevan a la pareja a caer en un círculo vicioso de
estilos personales de distorsiones cognitivas inflexibles, (Ruiz Sánchez & Cano Sánchez, 2002)
Teniendo en cuenta los dos modelos anteriores, el objetivo terapéutico se basa en
mantener una alianza de trabajo con la pareja, procurando la participación de las dos personas,
aumentar los niveles de satisfacción de la relación al modificar las conductas de comunicación,
expresión afectiva y resolución de problemas y por último que los miembros de la pareja tomen
conciencia sobre cómo se trastornan emocionalmente y perturban la relación al mantener una
serie de cogniciones disfuncionales; y trabajen en su modificación, (Ruiz Sánchez & Cano
Sánchez, 2002).
técnicas como la desensibilización sistemática, la extinción RDO, y el registro de
pensamientos disfuncionales permiten abordar la ansiedad, su sintomatología y trabajar con base
a ellos.

La etapa adulta mayor se da sobre los 60 años en adelante, este periodo se caracteriza
principalmente por ser un momento extremadamente difícil por los cambios significativos que se
genera a nivel físico, mental y emocional.  Según Zamora (2005), el adulto mayor comienza a
experimentar sentimientos negativos como soledad, inutilidad, falta de afecto, aislamiento social,
inactividad y temor a la muerte; en efecto, esto genera un estado de frustración y desesperación
ante la pérdida de las funciones vitales que se desarrollaron en las edades anteriores. De ahí, la
TCC propone diferentes técnicas para intervenir el adulto mayor con el objetivo de modificar la
percepción que tiene de sí mismo y de su entorno.
 
La depresión y la ansiedad en adultos mayores se presenta principalmente por la pérdida
continua de las capacidades, las funciones vitales y figuras importantes. De manera que en la
depresión el adulto mayo tienden a experimentar estados de ánimos donde predomina
notablemente la disminución de energía, la tristeza, la ira y la frustración; de manera similar, en
la ansiedad también se experimenta un estado intenso de miedo, temor e inquietud por las
situaciones o eventos diarios. La terapia cognitiva conductual interviene estos problemas de
manera eficaz dado que   modifica las cogniciones desadaptativas que afectan  el estado de
ánimo y el comportamiento, (Ruiz Sánchez & Cano Sánchez, 2002). De ahí, la técnica de
reestructuración cognitiva de Beck permitirá que el adulto mayor modifique las creencias
irracionales que tiene del envejecimiento, de sí mismo, de sus experiencias y de su futuro. En
otras palabras, el adulto mayor podrá modificar sus distorsiones cognitivas mediante un
procedimiento llamado cuestionario socrático que ayudará a darse cuenta de nuevas alternativas
más funcionales, (Badia, 2022). Asimismo, la técnica de relajación progresiva de Jacobson
también puede abordar el estrés del adulto mayor causado por la ansiedad; dado que esta técnica
busca beneficiar la salud y el equilibrio mental, con un estado de relajación profunda que
consiste en tensar y destensar los diferentes grupos musculares, (Ruiz Sánchez & Cano Sánchez,
2002). Por otro lado, el adulto mayor sufre un envejecimiento o deterioro de las funciones
cognitivas que interfieren en la realización de actividades complejas, tales como: memoria,
razonamiento abstracto, atención, concentración, orientación, juicios y praxias. Por lo anterior, se
hace importante aplicar las técnicas de estimulación cognitiva para fortalecer la autonomía y
calidad de vida del adulto mayor. La terapia de reminiscencias es una de las técnicas de
estimulación cognitiva que crea estrategias para potencializar la memoria mediante la
estimulación sensorial (olores, colores, ruidos) para reforzar la personalidad y dar la oportuna
expresión a las vivencias pasadas. De esta manera, se logra que las funciones cognitivas de los
adultos mayores disminuyan las deficiencias y aumenten las potencialidades en todos sus niveles
afectivos, conductuales, sociales, familiares y biológicos, (Jara Madrigal, 2011).
Referencias
Badia, A. (2022). Terapia Cognitivo-Conductual: Qué Es y Qué Técnicas Utiliza. Obtenido de
www.psicologia-online.com: https://www.psicologia-online.com/terapia-cognitivo-
conductual-que-es-y-que-tecnicas-utiliza-4395.html
Denham, K., & Lobeck, A. (2013). Linguistics for Everyone. An Introduction. Wadsworth.
Cengage.
Jara Madrigal, M. (2011). La Estimulación Cognitiva en Personas Adultas Mayores. Revista
Cúpula. Obtenido de https://www.binasss.sa.cr/bibliotecas/bhp/cupula/v22n2/art1.pdf
Manteiga Pousa, L. (2021). Trastornos Emocionales Más Comunes en la Infancia y
Adolescencia. Obtenido de www.psicohuma.com.
Mesa Masa, E. (2018). Terapia Cognitivo Conductual en Niños y Adolescentes con Ansiedad.
XIX Congreso Virtual Internacional de Psiquiatría. Interpsiquis.
Papalia, D. E., Duskin Feldman, R., & Martorell, G. (2012). Desarrollo Humano. Mc Graw Hill.
Papalia, E., & Martonell, G. (2017). Desarrollo Humano. Mc Graw Hill.
Ruiz Sánchez, J. J., & Cano Sánchez, J. J. (2002). Manual de Psicoterapia Cognitiva. R&C
Editores.
Ruiz, Á., Díaz, M. I., & Villalobos, A. (2012). Manual de Técnicas de Intervención Cognitivo
Conductuales. Desclée De Brouwer.
Schaefer, C. (2012). Fundamentos de terapia de Juego. Manual Moderno. Obtenido de
https://es.pdfdrive.com/fundamentos-de-terapia-de-juego-e167239514.html
Zamora, H., & Zoila, E. (2005). La Psicoterapia en la Vejez. Revista Intercontinental de
Psicología y Educación, 7(2), 79-100.

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