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Separata de Derechos Reales, El Patrimonio
Separata de Derechos Reales, El Patrimonio
EL CONCEPTO
Los romanos además de denominarlo patrimonium (que quiere decir bienes que el hijo tiene
heredados de su padre o abuelo o bienes de familia que se obtienen por herencia), utilizaron las
palabras: bona, res, substantia, facultates y pecunia.
Los romanos no estudiaron el patrimonio como una institución, sino que se preocuparon de su
destino cuando muere su titular. Tampoco fue conocido como institución en el Derecho medieval o
en el Derecho moderno, el Código de Napoleón no se refiere a el.
Se señala a ZACHARIAE como el primero en dar algunas ideas fundamentales y a Ausbry y Rau como
los creadores de la teoría sobre el patrimonio.
Se discute si el patrimonio está formado por bienes o por derechos. El objeto del derecho subjetivo
real (propiedad, posesión, Usufructo, etc.) es un bien. Así, por ejemplo, decimos que somos
propietarios de esta casa y usufractuarios de aquella finca. Los bienes son objeto de propiedad,
hipoteca, embargo, etc. Son los bienes los que pueden ser dañados y exigirse por ello una
indemnización. La suficiencia o insuficiencia del valor de los bienes que tiene una persona determina
su solvencia 0 insolvencia. En el inventario o balance patrimonial de una persona se consigna, una
casa en lugar de la propiedad de una casa o cien mil soles en lugar de un crédito de esa cuantía. El
bien y el derecho subjetivo constituido sobre él son dos aspectos de una misma realidad jurídica. No
puede, por ejemplo, existir derecho de propiedad sin bien, y, de otro lado, el bien jurídico patrimonial
solamente es tal si es objeto de un derecho subjetivo real. Por, tanto, no hay inconveniente en
afirmar que el patrimonio está integrado por bienes O por derechos o por unos y otros; la referencia
a uno de ellos implica la del otro.
Como el Derecho es esencialmente bilateral, es decir, frente a todo derecho "existe un deber
correlativo y viceversa, también es correcto definir al patrimonio como el conjunto de relaciones
jurídicas con contenido económico; corno tal, el patrimonio está compuestos de derechos y
obligaciones”.
Para FAEDDA y BENSA, el patrimonio es el complejo de las relaciones jurídicas de una persona, que
tienen valor económico, por cuanto “el derecho no puede apreciar los bienes sino desde el punto de
vista de las relaciones jurídicas existentes sobre ellos, así como el economista los considera desde el
punto de vista de la utilidad.
La esfera jurídica de un sujeto está integrada por todos sus deberes y derechos de cualquier tipo que
sean, públicos o privados, con o sin valor pecuniario. Al deber con contenido patrimonial se le
denomina obligación. Al conjunto de derechos y deberes pecuniarios se les denomina patrimonio, el
cual constituye una parte de la esfera jurídica del sujeto.
En concreto, el patrimonio general comprende todos los derechos y obligaciones del sujeto de
Derecho que no estén sometidos a un régimen jurídico especial.
Los patrimonios especiales son conjuntos de derechos y obligaciones separados e independientes del
patrimonio general, sometidos a un régimen jurídico especial. El patrimonio especial presupone la
existencia del patrimonio general.
Tanto los derechos reales como los hereditarios y los de crédito (personales obligacionales) son de
naturaleza patrimonial por tener un valor apreciable en dinero. Todos estos derechos y además las
obligaciones de una persona (natural o jurídica) constituyen su patrimonio.
Los derechos reales, los hereditarios y los de crédito están regulados por el ordenamiento jurídico
patrimonial. Éste es la rama del Derecho positivo que disciplina las actividades económicas de las
personas (naturales o jurídicas) y la estructura económica de la comunidad.
En otros términos, el Derecho patrimonial se subdivide en: Derechos reales, Derecho de sucesiones
y Derecho de obligaciones.
Los Derechos reales son la estática patrimonial, el statu quo de los bienes, regulan la atribución y
explotación de los bienes. El Derecho de obligaciones representa la dinámica patrimonial, el tráfico
económico, regula el cambio de bienes y la prestación de servicios. El Derecho de sucesiones regula
la transmisión de la herencia (así se llama al patrimonio del fallecido) a los herederos que, por
voluntad del causante o por disposición de la ley, son los llamados a recibirla.
El derecho real es esencialmente económico debido a que comprende bienes y derechos apreciables
en dinero. No forman parte del patrimonio los derechos personalísimos o de la personalidad (el
derecho a la vida, al honor, a la libertad, etc.) ni los derechos de potestad (la autoridad que el padre
ejerce sobre sus hijos), ni los derechos de estado (como el de hijo matrimonial, el de cónyuge, etc.),
ni los derechos de propiedad intelectual de orden moral (el derecho de paternidad de una obra
artística, etc.), En definitiva, el patrimonio está constituido sólo por los derechos de crédito u
obligacionales, los derechos hereditarios y los derechos reales.
Los bienes, con referencia al patrimonio, se distinguen en bienes que forman parte del patrimonio
de alguien (res in patrimonium) y aquellos que permanecen fuera del patrimonio (res extra
patrimonium). Esta distinción difiere de la otra que hace entre bienes que están dentro del comercio
(res in comercio) y bienes que están fuera del comercio (res extra commercium) para indicar a los
bienes que son, o no, susceptibles de relaciones jurídicas. Permanecen fuera del comercio las res
comunes ómnium, que son bienes existentes en cantidad superior a las necesidades de la sociedad,
de modo tal que su goce no es causa de conflictos de intereses, tales como el aire o el agua de mar
considerados en su compleja unidad como atmósfera O como mar, mientras que si se consideran en
su posible adquisición por partes, son bienes apropiables como los otros. También están fuera del
comercio los bienes que el Derecho prohíbe que puedan ser objeto de relaciones jurídicas priva-
das, como sucede con los bienes de uso público de! Estado. Todos los bienes extracommercium son
necesariamente extra patrimoniun, en cambio, no es cierta la proposición inversa. Son bienes que
están dentro del comercio, pero fuera del patrimonio, los bienes que no pertenecen a nadie (res
nullus), como las piedras y conchas que se hallan en los mares o en los ríos y los bienes abandonados
(res derelictae) con el ánimo de renuncia al derecho que se tiene sobre ellos (ánimo de relinquendi).
No están en cambio fuera del patrimonio los bienes perdidos, porque no hay la renuncia al derecho
que se tiene sobre ellos, puesto que si son encontrados, el titular puede reivindicar la propiedad"”.
El Derecho romano clásico circunscribe el patrimonio a las situaciones es jurídicas activas, las cuales
comprenden los derechos reales sobre bien propio, o sea la propiedad, y los derechos reales sobre
cosa ajena; los derechos hereditarios relativos a la sucesión en la posición patrimonial de otra
persona; y las relaciones obligatorias vistas desde la perspectiva de que el acreedor se procure la
prestación. Las deudas eran personalísimas, por lo que no formaban parte del patrimonio de una
persona; el deudor respondía con su persona y no con sus bienes (procedimiento de la manus
injectio), El deudor podía ser tomado prisionero por su acreedor, cargado de cadenas, y podía ser
dividido en partes entre sus acreedores (in partes secano, ordenaban las XII Tablas). Tras secular
evolución, la coacción personal se convirtió en coacción patrimonial (pignoris capio) de una cosa
singular, y posteriormente la missio in possessionem que conducía a la venta total del patrimonio del
deudor (bonorum venditio), Después vino la bonorum cessio, en que el mismo deudor cedía
su patrimonio para evitar la infamia, y la capitis diminutio que implicaba la bonorum venditio, hasta
que se llegó a la aprehensión de una cosa del patrimonio del deudor, para venderla: pignus in causa
judicati capitum, Así es como la ejecución personal se transforma en real: a la persona sucede'la
cosa!, Sólo a partir del Derecho justinianeo se llega a concebir el patrimonio como el conjunto de
situaciones jurídicas activas y pasivas atribuibles a un sujeto.
Aún existen autores y legislaciones modernas que consideran que el patrimonio está integrado
solamente por el activo de una persona. El Código civil argentino dispone que “el conjunto de los
bienes de una persona constituye su patrimonio (art. 2312). Borda dice que las cargas-no forman
parte del patrimonio.
ENNECCERUS-NIPPERDEY, comentando el Código civil alemán afirman que no se puede sostener que
las obligaciones deban considerarse parte del patrimonio, sino una carga de éste.
El activo (los bienes -cosas y derechos-) y el pasivo Clas cargas que pesan sobre los bienes) integran
el patrimonio de una persona. Si fuera cierto que las Cargas no forman parte del patrimonio de una
persona, sería posible trasmitir los bienes hipotecados, prendados, warranteados, como bienes
libres, lo que es imposible jurídicamente; a la muerte del titular se transmitiría como herencia
solamente el activo más no el pasivo, lo que tampoco es posible jurídicamente.
-Para la teoría clásica, el patrimonio es un atributo de la personalidad. No hay persona sin patrimonio
ni patrimonio sin persona. Para la objetiva, el patrimonio es independiente de la persona.
CARACTERES
a) La declaración de muerte presunta puede ser solicitada por el interesado (los herederos
presuntivos, el nudo propietario de bienes que el desaparecido usufructuaba mientras vivía) o por el
Ministerio Público (art. 790 del C.P.C). Cumplidos los trámites señalados en el art. 792 del C.P.C., el
juez dictará sentencia indicando la fecha probable de la muerte del desaparecido (art, 65 del C.C.), lo
que es lógico porque el juez, sólo después de acreditadas las circunstancias que llevan a presumir la
muerte, estará en condiciones de establecer la fecha en que ocurrió dicho evento. La pregunta es:
¿qué sucede con el patrimonio del desaparecido entre la fecha de su muerte presunta y la fecha de
la sentencia que declara la muerte presunta? Téngase presente que entre estas dos fechas, el
desaparecido ha sido declarado presuntamente muerto (art. 65). La respuesta es que en ese lapso
ha existido un patrimonio sin titular, puesto que la persona que figuraba como su titular, mediante
sentencia judicial, ha sido dada por muerta a partir de su probable muerte, conforme a cada uno de
los tres casos señalado en el art. 632.
b) Declarada judicialmente-Ja ausencia de una persona, el juez ordenará dar la posesión temporal
de sus bienes a quieres serían sus herederos forzosos (art. 50), quienes lo conservarán en beneficio
del ausente si retoma o designa apoderado (art. 59, inc. 1 y 2) o en su propio beneficio si se produce
el evento que determina la apertura de la sucesión-(art. 59, inc, 3 y 4). En ese lapso que transcurre
entre la declaración de ausencia y el retorno del ausente o la comprobación de su muerte, el
patrimonio carece de un titular definitivo, se encuentra en una situación interina o de pendencia. Se
mantiene su unidad para su gestión, administración y protección
de los intereses del titular definitivo,
c) Etart.77 del Código chileno dispone: Los derechos que se deferirían a la criatura que está en el
vientre materno, sí hubiese nacido y viviese, estarán suspensos hasta que el nacimiento se efectúe,
Y si el nacimiento constituye un principio de existencia, entrará el recién nacido en el goce de dichos
derechos, como si hubiese existido al tiempo en que se defirieron. En el caso del artículo 74, inc 2”,
pasarán estos derechos a otras personas, como si la criatura no hubiese jamás existido.
Conforme a esta norma, los derechos atribuidos a la criatura que está en el vientre materno están
sujetos a condición suspensiva, es decir, se trata de derechos eventuales del que está por nacer, los
mismos que se consolidarán en su patrimonio con retroactividad, desde que se les defirió, solamente
si es que nace vivo. En el período que corte desde el día en que el derecho Fue deferido al concebido
y hasta el día del nacimiento, existe un patrimonio sin titular, Como dice Figueroa : “desde el día en
que el derecho se defirió y hasta el día del nacimiento, esos derechos estuvieron “suspensos”, como
dice el art, 77, y no tuvieron una persona que fuera su titular.
Esto es así porque el niño pasará a ser “persona”, conforme al art. 74, tan sólo el día de su nacimiento.
Durante el período indicado, y en el supuesto que se defiera un patrimonio al hijo que está por nacer,
como acaecerá si llega a ser heredero de su padre (caso del hijo póstumo), ha existido un patrimonio
sin titular, aunque ello acontezca sólo por un tiempo breve, y en espera del nacimiento”.
d) En la sociedad sin personalidad jurídica (sociedad irregular, art. 423 de la Ley N” 26887), el
patrimonio común aportado por los socios carece actualmente de sujeto titular y es objeto de
responsabilidad por las operaciones realizadas en nombre de la sociedad (art. 428 de la Ley N 26887.
Los patrimonios que carecen transitoriamente de titular pueden, por disposición de la ley, ser parte
en procesos judiciales. Por ejemplo, la Ley de Enjuiciamiento Civil española dispone: art. 6. Capacidad
para ser parte. 1. Podrán ser parte en los procesos ante los tribunales civiles: ... 4”. Las masas
patrimoniales o los patrimonios separados que carezcan transitoriamente de titular o cuyo titular
haya sido privado de sus facultades de disposición y administración”.
4.- UNIDAD. El patrimonio constituye una unidad, una entidad abstracta, integrada por un activo
(bienes, créditos) y un pasivo (deudas), actuales o futuros, o sea una uniiversitas iuri , reducible a una
cantidad de dinero, por tanto, está excluido del patrimonio los derechos y los deberes de orden moral
o de otra índole no traducible a una suma de dinero”. Empero, la lesión a los derechos
extrapatrimoniales puede dar lugar a una indemnización patrimonial.
Por ser una entidad abstracta, el patrimonio no se identifica con la persona natural o jurídica, ni con
los elementos que los componen. Por ello se dice que el patrimonio es una entidad sustancial
cualesquiera que sean los bienes que en el se hallen en un momento determinado, lo que explica
que. el deudor responde frente a sus acreedores con sus bienes presentes y futuros. La unidad
abstracta fundamenta también la sustitución real, debido a que todos los bienes son fungibles dentro
de un mismo patrimonio.
Los MAZEAUD, expresan que existe un vínculo entre el activo y el pasivo; los elementos activos de un
patrimonio, por ejemplo, los derechos de propiedad y los créditos, están unidos a los elementos
pasivos, es decir a las deudas de la persona: el activo responde del pasivo. En consecuencia, los
acreedores de la persona pueden hacerse pago sobre el activo. Pero para que el activo responda del
pasivo, es necesario que los elementos activos y pasivos se encuentren en una misma universalidad
jurídica, Una simple universalidad de hecho, no acarrearía esa consecuencia, por ejemplo, el
comerciante que vende su fondo de comercio trasmite solamente los elementos activos del mismo;
el adquiriente no está obligado por las deudas, porque el fondo de comercio no constitaye una
universalidad jurídica.
6.- DIVISIBILIDAD. El patrimonio es divisible por cuanto puede ser separado en sectores, cada uno
de ellos sometidos a un régimen jurídico diferente, Es decir, dos o más patrimonios separados e
independientes entre sí, pueden pertenecer a un mismo titular. Ejemplos:
a) En cuanto al régimen económico dentro del matrimonio, si los futuros cónyuges o los cónyuges
han optado por el régimen de la sociedad de gananciales, el patrimonio social es un patrimonio
autónomo, distinto, del patrimonio propio de cada uno de los cónyuges (art. 295 y ss.)
c) Enel fideicomiso”, el patrimonio fideicometido es distinto del patrimonio del fiduciario, del
fideicomitente y del fideicomisario y en su caso, del destinatario de los bienes remanentes (2do.
párrafo del art. 241 de la Ley N* 26702).
d) El deudor responde frente a sus acreedores con todos sus bienes presentes y futuros, es decir, su
responsabilidad es ilimitada. Sin embargo, el ordenamiento jurídico le faculta para, antes de asumir
obligaciones o sin causar daño a sus acreedores, limitar su responsabilidad mediante aportes a una
sociedad anónima o a una sociedad de responsabilidad limitada, en las cuales la responsabilidad
personal de los socios queda limitada a sus aportes, con los cuales queda formado el patrimonio
de la sociedad (art. $1 y 283 de la Ley N” 26837, Ley General de Sociedades). Es una práctica diaria,el
que una persona que quiere realizar una actividad económica, para limitar su responsabilidad tan
sólo a algunos bienes determinados, los aporte a una sociedad para que sea ella la que realiza tal
actividad”.
Para limitar la responsabilidad a determinados bienes también se puede recurrir a la empresa
individual de responsabilidad limitada . De este modo, el empresario es titular de dos patrimonios, el
que está destinado a la empresa, y el suyo propio, con deudas, acreedores y activo distinto uno del
otro”
7.- Inalienebilidad. El patrimonio es inalienable porque no puede ser transmitido sino por causa
muerte, No hay sucesión universal inter vivos, ¿sino únicamente mortis causa? Solamente se puede
enajenar, gravar o expropiar bienes, o ceder créditos o deudas que integran el patrimonio, Pero en
vida de las personas no hay sucesión universal de su patrimonio. Por ejemplo, no es posible celebrar
un contrato de compraventa a título universal, en que se vendan todos los bienes presentes y futuros
de una persona, Pero si será válida una compraventa de todos los bienes singulares que lo Componen
en un momento determinado.
MESSINEO dice que “el patrimonio como tal no constituye materia de enajenación; se puede
enajenar aun todos los elementos que, en un acto, entran (en un determinado momento) en el
patrimonio; pero con ello no se ha enajenado en absoluto el patrimonio como tal, que, ex este
ulterior sentido, es la aptitud del sujeto para adquirir en el futuro otros elementos patrimoniales, o
sea, que es la capacidad (patrimonial) de hacer adquisiciones: capacidad que, como tal, es
inalienable”.
Si una persona dispone de su patrimonio futuro por acto inter vivos, existirá un pacto sobre sucesión
futura, el cual es nulo por objeto ilícito (art. 1406).
10.- GARARATÍA GENÉRICA. El patrimonio constituye “prenda general” (llamada también prenda
tácita o común) de todos los acreedores del titular, Por la prenda general, los acreedores no tienen
una garantía real específica, sino una garantía genérica y eventual, tienen derecho de pagarse con el
producto del remate de los bienes de su deudor, si existen y en cuanto existan: objeto de su acción
no es el patrimonio considerado en su universalidad, sino cada uno de los bienes que lo integran” .
El acreedor puede perseguir la ejecución de los bienes, sean presentes o futuros, con excepción de
los inembargables, o sea puede embargar y rematar judicialmente bienes que el deudor no tenía al
momento de contraer la obligación, sino que fueron adquiridos más tarde. La prenda general se
particulariza y efectiviza mediante el embargo y remate judicial de uno o más
bienes del deudor.
12.-Autonomía. Cada patrimonio es autónomo con relación a la responsabilidad por deudas. Cada
grapo de bienes (cada patrimonio) de un mismo sujeto es objeto de determinada responsabilidad
por deudas, de tal modo que el recupero de un crédito solamente se pueda hacer efectivo sobre unos
bienes y no sobre otros que responden por otras deudas. Por ejemplos, el heredero responde de las
deudas y cargas de la herencia sólo con los bienes de ésta y no con sus bienes particulares (art. 661).
Por excepción, hay casos en que las deudas de un patrimonio pueden hacerse efectivas sobre otro,
v. gr., las deudas de cada cónyuge anteriores a la vigencia del régimen de gananciales son pagadas
con sus bienes propios, a menos que hayan sido contraídas en beneficio del futuro hogar, en cuyo
caso se pagan con bienes sociales a falta de bienes propios del deudor (art. 307).
b) Hace comprensible el concepto jurídico de prenda general, entendida no como una garantía teal
específica, sino como el derecho que tiene el acreedor de perseguir la ejecución de parte O de todos
los bienes de su deudor, sean muebles o inmuebles, presentes o futuros (entendido estos últimos
como los existentes no en el momento de contraer o de exigibilidad de la obligación, sino en el acto
del embargo), exceptuándose solamente los bienes inembargables (art. 648 del CPC) . El sujeto
responde de sus deudas con todos sus bienes, O sea su responsabilidad es ilimitada. Al respecto, el
art. 2740 del Código civil italiano prescribe: : Responsabilidad patrimonial. El deudor responde del
cumplimiento de las obligaciones con todos sus bienes presente y futuros. Las limitaciones de la
responsabilidad no se admiten sino en los casos establecidos por ley”.
La prenda general no es un derecho real, no recae sobre bienes determinados, sino sobre todos los
bienes integrantes del patrimonio del deudor, pudiendo el acreedor embargar parte de esos bienes
o todos ellos, según como sea necesario para el recupero de su crédito.
c) Permite la subrogación real. La subrogación real es la sustitución de un bien cierto por otro. El
bien que abandona la masa patrimonial es reemplazado por el bien que ingresa en ella, El derecho
real pasa del bien subrogado (original) al bien que lo reemplaza. La subrogación permite mantener
íntegras las masas patrimoniales. Veamos algunos ejemplos:
1. En el régimen económico del matrimonio, “los bienes sustituidos o subrogados a otros se reputan
de la misma condición de los que sustituyeron o subrogaron (art. 311.2), de este modo se mantiene
íntegro el patrimonio propio del marido y de la mujer o el patrimonio ganancial de ambos, evitándose
el enriquecimiento de un cónyuge a costa del otro, v. gr., si un bien propio de la mujer es vendido, el
precio pagado es también bien propio de ella, y si con ese precio se compra otro bien, éste
sigue siendo bien propio de ella.
3. El administrador judicial debe restituir el patrimonio del ausente cuando éste regrese (art. 60).
Con situaciones como ésta se garantiza la conservación de una masa patrimonial que se debe
restituir. Como se aprecia, dentro del patrimonio todos los bienes son fungibles.
d) Permite justificar y delimitar los poderes de un sujeto sobre sus bienes o los bienes de otros. El
concepto de patrimonio permite una buena explicación de los poderes de gestión, administración,
gravamen y disposición atribuibles a un sujeto sobre sus propios bienes o sobre los bienes de otros
o de los bienes comunes. Por ejemplo, la administración del patrimonio del deudor declarado
insolvente o fallido (D. Leg. 845, Ley de Reestructuración Empresarial), es decir, de todos sus bienes,
con excepción de Los inembargables; la administración de los representantes legales en los casos de
patria potestad, tutela y curatela; la curatela de bienes del ausente y del desaparecido (art. 597);
cada cónyuge administra sus bienes propios y puede disponer de ellos o gravarlos (art. 303); la
administración, disposición y gravamen del patrimonio social corresponde a ambos cónyuges (art.
313 y 315).
e) Permite explicar qué personas pueden pagar una deuda. El acreedor actúa y hace efectiva su
facultad no sobre la persona de su deudor sino sobre el patrimonio de éste, razón por la que se acepta
que el pago pueda ser hecho por el deudor, por un tercero que tenga o no interés en el cumplimiento
de la obligación, sea con o sin el asentimiento del deudor, salvo cuando se trata de obligaciones
intuito personae, las mismas que son frecuentes en las obligaciones de hacer y necesarias cuando se
trata de abstenciones.
TEMA 2
COMPARACIÓN ENTRE DERECHOS REALES Y DERECHOS DE CRÉDITO
CONCEPTO DE DERECHO DE CRÉDITO
El vínculo entre acreedor y deudor se llama crédito, cuando se lo considera en referencia al sujeto
activo o acreedor, y deuda, cuando se lo relaciona con el sujeto pasivo o deudor.
El objeto del derecho de crédito u obligacional es la prestación que debe cumplir el deudor para
satisfacer el interés del acreedor. La prestación puede consistir en dar un bien (prestación de dar), o
en realizar un servicio (prestación de hacer), o en abstenerse de hacer algo (prestación de no hacer).
El derecho real es el poder jurídico, directo e inmediato, de un sujeto sobre un bien que le pertenece
en orden a la satisfacción de un interés económico, poder que se adhiere y sigue al bien, por lo que
puede oponerse frente a todos (erga omnes)
En otros términos, el derecho real es el que nos pertenece directamente sobre un bien en orden a la
satisfacción de un interés económico y es oponible frente a todos.
GATTI y ALTERINI sostienen que “el derecho real es un poder jurídico, de una persona, sobre una
cosa, reglado por la ley, en virtud del cual se puede obtener directamente de ella, todas, algunas, o
alguna de sus utilidades, con exclusión de injerencias extrañas, y que con suficiente publicidad, se
adhiere y sigue a la cosa, pudiendo oponerse a cualquier interesado”.
El derecho real responde al instinto natural del sujeto de tener el poder de utilizar un bien, sin
intermediarios y sin ser estorbado por nadie, con el fin de satisfacer intereses económicos.
El poder del titular del derecho real se ejerce dentro de los límites de la ley.
Esta reconoce a la propiedad como el poder más amplio, puesto que le otorga las facultades de usar,
disfrutar, disponer y reivindicar un bien (art. 923); y al derecho de habitación como el más limitado,
debido a que se concreta a la sola facultad de morar en una casa (art. 1027).
DÍEZ-PICAZO expresa: “denominamos derecho real a un determinado tipo de derecho subjetivo que
protege con carácter absoluto el interés de una persona sobre una cosa, otorgándosele un poder
directo e inmediato sobre ella y al mismo tiempo una eficacia general en relación con los terceros,
entendiendo por terceros a los posibles adquirentes de la cosa y a las demás personas que se
encuentren en relación con ella”.
El sujeto activo del derecho real es el titular (propietario, usufructuario, superficiario, eto.), el objeto
es un bien con valor económico y el sujeto pasivo son todos los no titulares, la sociedad. ALLENDE da
la siguiente definición: “el derecho real es un derecho absoluto, de contenido patrimonial, cuyas
normas sustancialmente de orden público establecen entre una persona (sujeto activo) y una cosa
determinada (objeto) una relación inmediata, que previa publicidad obliga a la sociedad (sujeto
pasivo) a abstenerse de realizar cualquier acto contrario al mismo (obligación negativa) naciendo
para el caso de violación una acción real otorga a sus titulares las ventajas inherentes al lus
persequendi y al ius praeferendi
Originariamente el derecho subjetivo fue poder, no existiendo otro poder el del pater familias
ejercido sobre todas las personas y cosas sometidas a su mancipium. Se señala como origen de la
distinción entre derecho personal y derecho real a la ley POETELIA PAPIRIA que abolió el nexum,
reemplazando la vinculación de la persona del deudor por la de sus bienes, es decir que pasó la
ejecución personal a la ejecución patrimonial.
Los romanos no clasificaron los derechos sino las acciones en actiones in re actiones in persona. Se
lee en el digesto: “Dos son las especies de acciones. La real, que se dice reivindicación y la personal,
que se llama condición. Acción real es aquella por la cual pedimos una cosa nuestra, que es poseída
por otro; y es siempre contra el que posee la cosa. Es acción personal aquella con la que litigamos
contra el que se nos obligó a hacer o a dar alguna cosa; y siempre tiene lugar contra el mismo.
Son los glosadores y postglosadores los que llegan a la conclusión de que los derechos protegido por
las actiones incre son los iures in re y los derechos protegidos por la actiones in personam son los
iures in personam.
Algunos autores definen aj derecho real como el derecho que crea entre la persona y la cosa una
relación directa e inmediata, de tal manera que en él no se encuentran sino dos elementos: la
persona titular del derecho y la cosa”,
Toda relación jurídica se establece entre personas (naturales O jurídicas), no hay relación jurídica
establecida entre un sujeto y un bien, por lo que es equivocado decir que el derecho real consiste en
establecer una relación directa entre me persona y un bien (o cosa). En un extremo de la relación
jurídica se encuentra e o activo o sujeto del derecho y en el otro extremo, el sujeto pasivo o sujeto
del deber.
El sujeto activo de la relación jurídica real es el titular del derecho real ( propietario,poseedor,
usufructuario, usuario, etc.) y el sujeto pasivo es toda la comunidad que está en el deber general de
no perturbar el derecho del titular, quien puedo excluir a todos los otros sujetos del goce del bien.
Como dice RADBRUNCH.- “los derechos reales se dirigen a todos y a cada uno todos, mientras nadie
los infringe; a cada uno que los infrinja, cuando la infracción se ha producido”. MESSINNEO” expresa
que el derecho real, llamado también derecho sobre las cosas (jura in re), dan lugar a una relación
entre el titular (sujeto activo) y Los otros sujetos (sujetos pasivos). O el poder que se ejerce sobre el
bien no implica necesariamente la utilización material de él, basta que procure al titular una ventaja
económica. Por ejemplo, en la hipoteca el acreedor hipotecario no tiene la utilización física del bien,
pero si su crédito no es satisfecho, puede hacerlo efectivo sobre el valor del bien hipotecado luego
de su venta en remate público o el titular del derecho real Gene un poder directo sobre el bien, sin
la mediación de nadie, es decir, sin necesidad que un sujeto determinado realice una actividad
para que el titular pueda acceder al bien. El derecho real no tiene una obligación correspondiente,
por ejemplo, el propietario de una casa, conforme a su sola voluntad, puede habitarla, venderla,
arrendarla, hipotecarla, poderes que los ejerce sin necedad de que alguien colabore haciendo o no
haciendo algo. En cambio, el derecho personal o de crédito si tiene una obligación correspondiente.
El acreedor para acceder al bien siempre necesita de la actividad (prestación) que debe desarrollar
el deudor (dar el automóvil, edificar la casa, confeccionar los muebles, etc.) El centro de gravedad
del derecho real es el bien y del derecho de crédito es la prestación.
Hay que distinguir entre Derecho real positivo, derecho real subjetivo y objeto del derecho real.
El Derecho real positivo es el sector del ordenamiento jurídico vigente (libro VI DEL CC y leyes
especiales) que regula las relaciones jurídicas reales, atribuyendo o asignando los bienes entre los
diversos miembros de la comunidad, estableciendo los límites de su dominación, utilización y
aprovechamiento, fijando las responsabilidades que se generen como consecuencia de la propiedad,
posesión, uso O disfrute, señalando los medios de protección de los titulares.
El derecho real subjetivo es el poder de obrar erga omnes que tiene el sujeto titular sobre un bien
que le pertenece en propiedad, uso, goce o posesión. Este poder le es reconocido al sujeto por el
Derecho real positivo.- El sujeto del derecho real es la persona natural o jurídica, excepto los derecho
de uso y habitación que no admiten como titulares a las personas jurídicas.
El objeto del derecho real es el bien. El derecho real, de propiedad, servidumbre, etc., se constituye
y ejerce sobre un bien corporal o incorporal. Una cosa es el bien y otra, el derecho real constituido
sobre él.
Como no hay derecho real sin bien ni bien (pecuniario) que no pueda ser objeto de un derecho real,
se puede considerar a los bienes o a los derechos reales como objetos del patrimonio. Por ejemplo,
en el inventario de un patrimonio se puede considerar a una casa o al derecho de propiedad de una
casa.
Dentro de los Límites de su poder de obrar, el sujeto titular del derecho real puede hacer del bien
que le pertenece cuanto quiera, sin ser perturbado por los otros sujetos. El mayor poder permitido
es el de propietario, el poder de los demás titulares de derechos reales (usufructuario, usuario, etc.)
es limitado.
La pertinencia del bien es encontrable en todo derecho real, desde la propiedad hasta la más exigua
de las servidumbres. El bien no pertenece solamente al propietario, sino también al superficiario, al
usufructuario, al titular de una servidumbre. La pertinencia es en medida diferente, graduada sobre
la extensión de poder que sobre el bien confiere al titular la propiedad, el derecho de superficie, el
usufructo, la servidumbre, etc.
a) La inherencia del poder del titular al bien que es objeto del mismo. Hay derecho real cuando el
poder del titular se incorpora O adhiere al bien pasando a formar parte de su naturaleza, pertenece
a él, lo persigue jurídicamente, aun cuando no exista contacto físico entre el titular y el bien, como
sucede, por ejemplo, con la hipoteca o la servidumbre negativa. De ahí que el derecho real afecta de
manera inherente y estable a un bien determinado. El poder del titular se proyecta de una
manera directa sobre el bien y no se aparta de éste aun cuando esté en posesión de un tercero, El
bien está sometido al poder en que consiste el derecho real.
Consecuencia de la inherencia o incorporación es que el titular del derecho real ejerce un poder
directo e inmediato sobre el bien, sin la necesidad de intermediarios. El propietario de un bien, por
su sola voluntad, sin que tenga que pedirle autorización a nadie, puede usar, vender, arrendar el
bien, en cambio, el arrendatario para poder subarrendar el bien que conduce tiene que pedir
autorización al propietario arrendador.
b) El objeto del derecho real es siempre un bien determinado. No puede constituir objeto del
derecho real una actividad ni el resultado de una actividad que no se concrete en un bien corporal o
incorporal. El poder del titular no se puede ejercitas sobre un bien de género, sino Únicarnente sobre
un bien concreto e individualizado,
En términos jurídicos, la actividad humana, física O intelectual, no es un bien sino un servicio, el cual
no es objeto de un derecho real. El servicio o trabajo, es la misma persona humana desplegando una
energía material o intelectual, razón por la que no puede ser objeto de derechos reales. Admitir que
el servicio es un bien, sería como convertir al ser humano en un objeto del cual se puede apropiar
otro ser humano. Esto solamente era posible cuando existía la esclavitud; el esclavo era una cosa
y como tal era objeto de derechos reales; así, la historia nos enseña que en la época de la colonia, los
señores pregonaban en la plaza de armas de Lima: se vende esta negra y sus crías”.
Como dice Diez-PICAzO, citando a FERRARA, “los servicios no son entidades aislables del hombre
que los presta, y no pueden caer bajo el señorío jurídico de otra persona. Son sólo objetos de
contratación, su valor económico queda contractualmente fijado y se puede ser acreedor de ellos
con las consecuencias propias de una obligación: constreñir al que les ha prometido para que los
preste, con la obligación de indemnizar en caso contrario, pero no hay un derecho sobre los
servicios o sobre los trabajos porque sería tanto como predicar un derecho sobre la persona”.
c) El contenido económico del derecho real. Los bienes objeto de los derechos reales forman parte
del patrimonio de su titular; tienen un valor económico directo e inmediato.
d) El derecho real confiere al titular un poder de inmediación, en virtud del cual no es necesaria la
cooperación de otro sujeto para que el titular ejercite tal poder, es decir, el poder es conferido al
titular para que pueda obrar sobre el bien sin Intermediarios. Dentro de los límites de su poder de
obrar, el sujeto titular puede, por hecho propio, hacer del bien que le pertenece cuanto quiera, con
tal que no perjudique a los demás.
"El poder de inmediación no requiere necesariamente estar asociado a la posesión, sino basta que el
poder del titular se realice sin requerirse de la colaboración de un sujeto pasivamente determinado.
Así, el acreedor hipotecario no tiene un contacto físico con el bien, pero por estar su derecho de
hipoteca incorporado al bien puede rematarlo judicialmente sin necesidad de contar con la
cooperación del hipotecante o del acral propietario o poseedor.
e) Al poder del titular corresponde el deber general negativo (llamado también deber general de
abstención) de todos los no titulares del derecho real de abstenerse de impedir al titular el ejercicio,
por hecho propio, de su poder de obrar sobre el bien que le pertenece. El deber general de
abstención está garantizado por las acciones reales con eficacia erga omnes persecutorias del bien,
otorgadas por el ordenamiento jurídico al titular del derecho.
f) El derecho real es un poder absoluto, por tanto, oponible y eficaz frente a todos (erga omnes),
sin que exista un sujeto determinado del deber, sino que todos están en el deber general de no
perturbar al titular en el ejercicio de su derecho.
g) Es un poder persecutorio (ius persequendi) del bien. Una vez constituido el derecho real, el titular
puede ejercerlo, sin Importar en posesión de quien se encuentre ni en donde se encuentre. Por
ejemplo, el propietario puede reinvidicar el bien de su propiedad sin importar en manos de quien se
encuentre el acreedor hipotecario puede ejecutar la garantía aun cuando el hipotecante haya
enajenado el bien a tercera persona.
h) La concurrencia de derechos reales diversos y la inconcurrencia de derechos reales
sobre un mismo bien.
Un mismo bien puede ser objeto de dos o más derechos reales diversos. Por ejemplo una misma
casa puede ser objeto de garantía del acreedor hipotecario, del derecho de uso y disfrute del
usufructuario
Es imposible que un mismo bien pueda ser objeto de dos o más derechos reales iguales. Por ejemplos
dos o mas derechos reales distintos de propiedad en exclusividad no pueden converger sobre un
mismo bien , en base al principio según el cual duorum vel plurium in solidum ese non potest. El
derecho real es un poder que excluye todo otro poder igual, excepto el caso de la comunidad , la
copropiedad, la coposesión, y el derecho de servidumbre . sobre un mismo bien no puede existir dos
o mas derechos de propiedad en exclusividad, dos o mas hipotecas del mismo rango, etc.
Con excepción de la propiedad y de la servidumbre todos los demás derechos reales, como el de
superficie, el usufructo, el uso, la hipoteca, los derechos del autor, las patentes, son sustancialmente
temporales, es decir, se extinguen por el transcurso del tiempo;
j) Lapreferencia (ius preferendi) o prelación del derecho real sobre el derecho personal o de crédito
concurrente. en otros términos, el titular del derecho real es preferido al titular del derecho de
crédito
k) La preferencia de determinado derecho real sobre otros derechos reales sobre inmuebles está
determinada, de ordinario, por la prioridad de la inscripción o de la adquisición (prior tempore,
potior iure) (arts. 1135, 201 6). En cambio, tratándose de bienes muebles la preferencia lo tiene el
adquirente a quien se ha entregado el bien (art. 1136).
l) En algunos casos, el derecho real atribuye a su titular la prelación real sobre otros sujetos, con
quienes está en conflicto, para la adquisición del bien que es materia de enajenación. Por ejemplo,
el copropietario tiene el derecho de tanteo o preferencia para evitar la subasta y adquirir la
propiedad del bien común no susceptible de división material, pagando el precio de la tasación en
las partes que correspondan a los demás copartícipes (art. 989). Si el copropietario enajena sn
cuota o parte de ella sin avisar a los otros copropietarios, éstos tienen el derecho de
retracto (art. 1599.23, La prelación es real por ser vinculatoria tanto para el enajenante como para el
tercero adquirente.
Distinta de la prelación real es la prelación personal pactada en un acto jurídico, cuya eficacia está
limitada sólo frente al acreedor. Por ejemplo, el caso de la cláusula de preferencia pactada en favor
del suministrante o del suministrado (arts. 1614 y 1615)
m) Los derechos reales constituyen un número cerrado (nurnerus clausus), es decir, los únicos
derechos reales existentes son los regulados por ley. El Código civil regula los derechos reales
siguientes: posesión, propiedad, usufructo, uso y habitación, superficie, servidumbre, prenda,
anticresis, hipoteca y derecho de retención.
En definitiva, dos son las cotrientes doctrinarias que explican la equiparación o las diferencias entre
los derechos reales y los derechos de crédito: las teorías dualistas que diferencian a los derechos
reales de los derechos de crédito, y las teorías monistas o unitarias que identifican a los derechos
reales con los derechos de crédito.
Institucionalista
Teorías Personalista
Monista Realist
Trialista
DOCTRINA CLÁSICA (DUALISTA)
El derecho real es esencialmente distinto del derecho personal. El derecho real es el poder jurídico
que ejerce directa e inmediatamente una persona sobre una cosa para su aprovechamiento total o
parcial, poder que es oponible erga omnes. Expresa una relación directa entre una persona y una
cosa. En la estructura del derecho real existen solamente dos elementos:
1. la persona, sujeto activo, y 2. Una cosa, objeto del mismo; en cambio, en el derecho de crédito
existen tres elementos: 1. una sujeto activo, el acreedor, 2. un sujeto pasivo, el deudor obligado
respecto del acreedor a cumplir una prestación, y 3, un objeto que puede ser una cosa, un servicio o
una abstención. Es así que en el derecho de crédito existe entre el acreedor y el objeto un
intermediario, el deudor que no existe en el derecho real. Para el nacimiento y subsistencia del
derecho real es necesaria la existencia actual de la cosa, requisito que no se exige en el derecho de
crédito. El derecho real se ejerce sobre la cosa y el derecho de crédito es ejercitable contra el deudor
o su representante.
El derecho real está protegido por un actio in rem, que se acuerda adversus omnes, esto es, contra
cualquiera que impida al titular el ejercicio de su derecho, en tanto que al sujeto activo de un derecho
personal solamente se le acuerda un actío in personam, contra una o varias personas determinadas,
especialmente obligadas para con él”.
Se objeta a esta teoría diciendo que el Derecho positivo es regulador de la vida de relación social de
los individuos, imponiéndoles deberes y las correspondientes facultades o poderes. Frente a un
sujeto titular de un derecho existe otro sujeto titular del deber correlativo y viceversa. Por tanto,
derecho solamente hay donde dos o más conductas se interfieren, surgiendo la posibilidad del
conflicto o incertidumbre que puede ser sometido a la decisión del juez, quien decidirá lo que es
derecho (iudex quien ius decit). Si al derecho no corresponde un correlativo deber no puede haber
conflicto. Sin conflicto no hay litis. Lo que no es posible de entrar en conflicto no puede llamarse
derecho, no necesita de
Tema 2
CAPÍTULO 1
NATURALEZA JURÍDICA DE LOS DERECHOS REALES: DISTINCIÓN ENTRE
LOS DERECHOS REALES Y PERSONALESO
ORIGEN DE LA DISTINCIÓN
La diferenciación entre derechos reales y obligacionales, opina Summer MAINE, “no tiene sentido en
la infancia del derecho”. CASTÁN estima que “en los pueblos primitivos solo debieron existir los
derechos reales, por ser los más simples y los más conformes con el materialismo propio de aquellas
edades”
Refuerza Kuntze esta doctrina diciendo que el derecho real es “el prototipo de la vida jurídica
naciente, La distribución solo surgió mucho después.
En Roma había un solo derecho subjetivo. Este poder unitario (manus) del pater, venía todas las
características de un puro derecho real, “sin mezcla de obligación jurídica, pues la idea de obligación
supone una relación libre, que no podía existir entre el jefe militar y los miembros cuya personalidad
era absorbida por aquel”.
En el momento en que las exigencias económicas impusieron la necesidad de relacionarse entre sí
los diversos jefes de familia, apareció la idea de obligación, empero la primigenia obligación romana
tenía la forma del mexum, una suerte de derecho teal sobre la persona del deudor que garantizaba
la promesa contraída.
Del periodo de cuatro siglos que va de las XII Tablas al final de la República, solo hay una treintena
de leyes con significado duradero para la hiscoria del Derecho privado, algunas de ellas introdujeron
grandes innovaciones, Destaca nítidamente la Lex Poeelia Papiria de nexis, ley comicial propuesta
por el cónsul el año 326 a.n.e., la cual vino a suprimir la esclavitud voluntaria por deudas.
Luego de la dación de esa ley, nace el concepto moderno de obligación, precisamente porque ella
abolió el nexum: la responsabilidad derivada de las deudas ya no recaía sobre la persona del deudor,
sino sobre sus bienes. De la ejecución personal se pasa a la ejecución patrimonial. Ahí surge la
distinción entre derechos reales y personales.
Pero esta distinción no era directa —esto es, sobre los derechos subjetivos sino a través de la vía
procesal. Los romanos disringuieron entre actio ía rem y actio in personam, “Tal diferencia se nota
ya en el llamado procedimiento de las acciones de la ley: la actio sacramentl que es la más antigua,
tenía dos modalidades: in re e in personam. Se mantiene, asimismo, en el periodo del procedimiento
formulario. Conviene agregar que tanto en las acciones de la ley como en el procedimiento
formulario, las acciones in rem, no solo protegían derechos reales, sino también de la personalidad y
los de familia, es decir, derechos absolutos.
Ahora bien: cierto es que la distinción se mantuvo en la legislación romana, pero no llegó a plasmarse
en el derecho sustantivo, Así en el Digesto y el Codex de Justiniano, la expresión iure in rem, se usa
indistintamente para referirse a los derechos reales y a los personales.
La idea de derecho real se deriva notoriamente de lo procesal. En el acto in rem, el pretensor o
demandante no determinaba en la intentio el nombre del demandado, lo cual supone que la dirigía
contra el bien, pero en la sentencia(codemnatio) el juez. sí especificaba el nombre del obligado a
restituir el bien o ha dejar de perturbar el ejercicio del derecho. De manera que aquí encontramos
palmariamente la vinculación, establecidas las cosas y a partir de ahí se derivaba la vinculación con
otro sujeto de derecho.
Postula una antinomia radical y separa los derechos reales de los obligacionales. De ahí su nombre
de dualista, tradicional o clásica porque es la más antigua, de la raíz romanista y, además, la de mayor
predicamento, la que más ha influido en la estructuración de los sistemas jurídicos modernos.
Su base de distinción parte de la gran división de los derechos patrimoniales en: reales y creditorios.
El bien está sometido parcial o totalmente a una persona a través de una relación directa e inmediata
(sin mediación ni cooperación de nadie), además le pertenece absolutamente. Este derecho es
oponible a todos (erga omnes). Entre tanto, el derecho de obligación establece una relación entre
personas; aquí solo se llega al bien (o prestación) a través del comportamiento del sujeto obligado
(pasivo). Elderecho únicamente es oponible al obligado.
Sin duda se trata de la elaboración teórica y lógica más clara, sencilla, contundenre y Convincente.
Resaltan entre sus defensores, pensadores del nivel de GROOCIO, HUBEROS,
DEXOOMBE, AUSEY Y RAO, BAUDRY-LACANTINERIE, MAYNZ, MACKELDEY, LAU-
SENT, DE RUCGGIERO, JOSSERAND, BONNECASE, CARBONMIER, JULICT DE LA MORAN-
DIERE, BEVILACOUA, MESSINEO, HIDEMANN, VON TEUK, LARUNZ, HUSER, PUIG BRU-
TAU, ROCA SASTRE, SALVAT, ALBALADEJO, FUEYO LANERI, ALLENDE, ÁLSINA ÁTIENZA,
BORPA, BUSSO, CORMO, DASEX, LABANE, MONNARO, LIAMELAS, SPOTA, NOVILLO
CORVARÁN, REZZÓNICO.
Bastan algunas definiciones, especialmente las más célebres, para advertir
los caracteres esenciales de esta teoría,
Esta costumbre clásica de oponer maniqueamente derechos reales y derechos creditorios estaba en
boga ya hace dos siglos. Así sucedió en los Manuales de Pandectas, desde Grocio (1739) y Henecio
(1808), y en la cátedra, SAvIGNY.
Precisamente entre las más antiguas definiciones está la de Hugo Grocio, quien entiende al derecho
real de este modo: “El derecho que tiene el hombre a una cosa sin consideración a determinada
persona”; oponiéndolo al derecho personal (el que tiene una persona para que ocra le dé o haga
alguna cosa.
Por la época en que se dio el anterior concepto, imperaban conceptos similares. El jurisconsulto
Huberos, del siglo xvii, siguiendo a GROCIO, tenía similar parecer: lus in re est facultas hominis in re
competens sine respecta ad certam persona (derecho real es el que incumbe al hombre sobre una
cosa, abstracción hecha de persona determinad)
Otro contemporáneo, HENECIO, sitúa el derecho de cosas de dos maneras: en la cosa (ius in re) y a
la cosa (ius ad rem). Se pregunta qué es un derecho in re y otro ad rem. -
La postura clásica erapero alcanza predicamento con DEMOLOMBE, ÁUBRY Y Rau. DEMOLOMBE
definía al derecho real como “el que crea entre la persona y la cosa una relación directa e inmediata,
de tal modo que no se encuentran más que dos elementos, a saber: la persona que es sujeto activo
del derecho y la cosa que es el objeto”,
Para los notables AUBRY Y RAU: “los derechos reales son aquellos que crean una relación inmediata
y directa entre una cosa y la persona al poder de la cual se encuentra sometida, de una. manera más
o menos completa, siendo, por eso mismo, susceptibles de ser ejercidos, no solamente contra tal
persona determinada, sino contra todos”
JOSÉ PUIG BRUTAU”" entiende que existe derecho real “cuando el ordenamiento jurídico protege el
interés de un sujeto de derecho sobre un objeto determinado con independencia de la actuación de
otro sujeto de derecho personalmente determinado. La determinación afecta al objeto y al sujeto
autorizado, pero no, en cambio, al sujeto obligado”. En este sentido se dice del derecho real
que ofrece la característica de recaer de manera directa e inmediata sobre un objeto. Mas, por otra
parte, impone a todos los no titulares el deber jurídico de respetar el ejercicio del derecho: puede
hacerse valer contra todos (erga omes).
MANUEL ALBALADEJO dice que “es un poder directo e inmediato sobre una cosa, que concede a su
titular un señorío, bien pleno (propiedad), o bien parcial sobre aquella, de forma que el ámbito de
poder concedido (que varía según el derecho real de que se Trate), tiene la cosa sometida a su
dominación”.
JULIEN BONNECASE sostiene sencillamenre: “es una relación de derecho en virtud de la cual una
cosa se encuentra, de una manera inmediata y exclusiva, en todo o en parte, sometida al poder de
apropiación de una persona”.
Se llega a decir que derechos reales y créditos equivalen a “pertenencia” y “correspondencia”,
respectivamente. BARBERO da este concepto: “El derecho real comporta un poder de obrar del
sujeto sobre el bien, y dentro de los límites de ese poder, la pertenencia del bien al sujeto; el crédito
no comporta más que la expectativa tutelada del bien por parte del deudor y, por consiguiente, no
la pertenencia, sino la sola “correspondencia” del bien mismo al acreedor: el bien no es
“suyo”, no le pertenece”; le es “debido”, le “corresponde”
El jurista francés Jean CARBONNIER conceptúa al derecho real como “el poder jurídico que asiste a
una persona para apropiarse, de manera directa, todo o parte de los rendimientos de una cosa”.
Admire que en la relación jurídico-real se da un contacto inmediato entre la persona y el bien, por el
cual este queda vinculado a aquella, si bien ella sería una construcción parabólica, No acepta un
sujeto pasivo, como es de verse.
Un gran romanista como RUDOLF SOHM sostenía que los derechos reales
son “aquellos derechos privados que atribuyen un poder de inmediata dominación sobre una cosa
frente a cualquiera”. Se notan aquí los elementos primarios de nuestra disciplina: el poder de
inmediato señorío y utilización del bien y la defensa de este señorío, que puede hacerse efectiva
frente a cualquiera.
En consecuencia, para los clásicos, la oposición entre derechos reales y personales es muy clara. Las
definiciones son interminables, y aquí nos hemos limitado a mencionar solo algunas,
La teoría clásica fue combatida por quienes propugnan un monismo obligacionista (todos los
derechos, incluidos los derechos reales, son personales) y el monismo realista (por contra, todos los
derechos son reales).
Y es que hoy se debate ampliamente acerca del cumplimiento puntual de estos caracteres en algunos
derechos reales de garantía, Vamos a referirnos a algunas de estas críticas.
1.- En primer lugar, por ejemplo —aducen sus detractores— no se observa inmediatividad y aun el
absolutismo en la hipoteca, puesto que la vinculación "se ejerce a través le un sujeto que actúa como
intermediario, que es el sujeto pasivo”, El interés del acreedor hipotecario solo se realiza exigiendo
al juez la venta (ejecución) del bien. Nosotros diríamos que ahí precisamente, en el ius abutendi,
radica su trascendencia. Se advierte lo mismo en una servidumbre negativa, pues su títular no tiene
un poder directo e inmediato sobre el bien, “sino a través del cumplimiento de un deber negativo de
su propiedad consistente en abstenerse de realizar conductas que a aquel perjudicarían (no edificar,
impedir la toma de luz o vistas por medio de su fundo”, En ninguno de estos derechos se percibe tal
poder directo e inmediato. Cabría decir en descargo que la crítica es demasiado materialista; el
derecho real es a veces un poder jurídico, no siempre físico. El titular de la hipoteca tiene un poder
jurídico sobre el bien O sobre el valor económico del mismo, y se orienta hacia la preservación de su
función de garantía de crédito y, dentro de ese alcance, se ejerce erga omnes (ÁLSINA ATIENZA).
Otras características que aparentemente niegan la validez del derecho real, son las siguientes,
aunque con carácter de excepción: la propiedad inmobiliaria no inscrita no puede oponerse al tercero
adquirente de buena fe; lo mismo se observa en la propiedad mobiliaria (art. 948
del CO) (GIORGANI) Por el contrario, ciertos derechos personales —Llamados en la doctrina,
derechos reales dudosos— presentan esa característica. Así, el arrendamiento, donde el locatario
posee y goza el bien ajeno; O el comodato, donde el comodatario “ejercita se poder sobre la
cosa que se le ha prestado usándola, sin necesidad de cooperación de otro para satisfacción de su
interés”, Su similitud con el usufructo y con el uso, es realmente indiscutible.
Sin embargo, el arrendamiento es derivado de un contrato (verbal o escrito). También se encuentran
en la misma situación los derechos obligacionales de arrendamiento y el contrato de opción inscritos
en el registro, de donde se colige que también los derechos creditorios son oponibles a terceros. De
los dos, es el arrendamiento registrado el que más analogía presenta con el derecho real, al conceder
un poder directo sobre el bien y ser oponible a terceros. Es posible que en el futuro la tipología lo
incluya como un derecho real más,
2.- Otro cuestionamiento que se formula a la teoría clásica es el de la inmediatez. Pérez Lasala lo
considera errado, pues se deriva de una mala interpretación que del derecho romano hicieron los
glosadores. En efecto, los romanos diferenciaban las acciones (vía procesal). El distingo, que se
basaba en la protección de los derechos patrimoniales (aspecto dinámico), pasó en la concepción
clásica a ser una distinción de los derechos desde el goce o disfrute (aspecto estático). De ahí que
cuando algunos derechos no otorgan ese goce, como en la hipoteca, verbigracia, tuvieron problemas
para demostrar su naturaleza real, Mirado desde el lado de su violación, como lo vieron los romanos,
no había dificultad para conferirle una acción real. Además, la teoría clásica olvidó que algunos
derechos personales también gozan de inmediatez, desde el punto de vista pasivo o del goce
(arrendamiento, comodtro). Al centrar la diferencia en la inmediatez, la función social de darle una
mayor protección quedó desnaturalizada.
En resumidas cuentas, y a pesar de las críticas recibidas, la teoría clásica consideramos que sigue
siendo válida. El que el sistema económico (feudal, capitalista) hiciera cobrar mayor relieve a los
derechos reales, especialmente la propiedad, no significa que ese sistema la fundamente.
Recuérdese que los derechos reales son anteriores. De otra parte, la propiedad —y ello es una
constatación objetiva, de ningún modo muestro deseo—, ha tenido siempre enorme trascendencia.
TEORÍAS PLURALISTAS
Muchas fueron las teorías intermedias o pluralistas cuestionadoras del dualismo clásico. En esencia
diríase que consideran no haber criterios únicos para diferenciar lo real de lo personal; o mejor,
habría relaciones que tienen elementos reales y personales a la vez. Eso explica que haya una gran
diversidad de criterios que originar: sendas relaciones dentro de una misma categoría.
Aquí algunas de ellas:
1. Tesis de las obligaciones propter rem. El sujeto pasivo del derecho realpuede estar obligado a una
prestación positiva (carga real como una servidumbre, por ejemplo, donde el dueño tiene la
obligación de hacer algo) (Diez-PiCAzo).
Uno a otro se suceden los juristas que encuentran caracteres reales a cierras obligaciones.
TOULLIER Y ZACHARIAE consideran obligaciones reales a las del tercer acreedor hipotecario, la de
las servidumbres, las emergentes cargas reales. Pero en realidad los atributos que les fijan para
estimarlas reales, son efectos de la fuerza expansiva de la oponibilidad de los derechos
reales,
AUBRY Y RAU tipifican de obligación real la que tiene el dueño de concurrir al deslinde, la de
conservación del muro y la del cercamiento forzoso.
MIÑÓN agrega la obligación del condómino de pagar la parte proporcional de los gastos del
condominio, la del propietario de un predio sirviente a pagar ciertos gastos de mantenimiento y
ciertas obligaciones surgidas del usufructo, como gastos de mantenimiento, impuestos, inventarios,
fianza.
Estima también BONNECASE la obligación de cortar las ramas que invaden o pasan el límite de un
predio vecino.
Otra obligación señalada por ALSINA ATIENZA es la de cuidar y conservar el bien prendado a cargo
del acreedor prendario; en los -títulos al portador, el derecho del tenedor a exigir al deudor el pago
de los mismos; la obligación del dueño del bien perdido a recompensar al hallador.
CAZEAUX Y TRIGO REPRESAS incluyen la obligación de contribuir al pago de gastos comunes
dispuestos por la ley de propiedad horizontal.
2.- Tesis del ius ad rem. Supone el derecho de alguien que adquiere un determinado bien, pero no
recibe la tradición del mismo; sin embargo de mala fe vende a otro que ya adquirió la propiedad por
tradición.
En suma, las tesis pluralistas relativizan la rígida concepción del dualismo clásico; consideran que este
no explica a plenitud todos los fenómenos de la realidad jurídica, Empero su defecto es ser
meramente descriptivas, no tienen finalidades prácticas ni funcionales importantes. En verdad
prácticamente no tienen vigencia alguna.
Estas doctrinas tienen varios matices pero, en sustancia, postulan que no hay diferencie entre las
relaciones jurídico-patrimontales. El planteamiento es para unos, que todas las relaciones son
obligacionales, y en otros, todas las relaciones son reales.
Fue Kant uno de los primeros en combatirla. En su obra Metafísica de las costumbres y "Ieoría del
Derecho (1797) advierte la impropiedad de concebir el derecho como recayendo directamente sobre
los bienes, porque la noción misma de derecho pide para integrarse, la idea de obligación que le sea
correlativa, En otras palabras, una relación jurídica solo puede establecerse entre personas, y “a todo
derecho corresponde un deber. Es, pues, absurdo suponer que la obligación de una persona respecto
de una cosa y, recíprocamente aunque sea muy admisible hacer sensible una relación jurídica
mediante esta imagen”. Estamos pues ante la quintaesencia del obligacionismo. Para Kant, preclaro
filósofo alemán, el derecho real tiene un contenido negativo; no es un conjunto de poderes sobre los
bienes (cosas), sino más bien una zona vedada a todo el mundo, menos al derecho habiente.
Cobra fuerza esta tesis durante el siglo XIX, logrando una gran difusión en Europa. La lista de sus
defensores es larga, destacando, además de KANT, JHERING, AHRENS, MerxeL, WINDSCHEID,
WAREONIG, FuscH, DERNBURG, OERIMANN, Ton, en Alemania; Michas, DEmMOGUE, ORTOLAN,
ROGUIN, MarcaDé, MacgeLoaY, en Francia; FÍRRARA, RoTONDI, entre los italianos; GINER,
ÁZCÁRATE, en España. Por supuesto que hay otros.
PLANIOL no corresponde a este grupo, Se le atribuye por muchos la paternidad, pero él no solo la
expone, sino la crítica agudamente. Como bien anota Jorge Horacio Alterini, la edición príncipe de su
Tratado dara de 1896, "cuando ya la doctrina ha recortido un largo camino”. Es en absoluto
desacertado afirmar que PLanioL sea el iniciador de la ceoríaóP. Para corroborarlo, recordaremos
que ya en 1797 Kant había sostenido la idea. Además —como señala ÁLTERINE- PLAmor ha sido
desvirtuado. Él reconoce que la obligación de no hacer derivada del derecho de crédito, difiere
“profundamente de la que constituye el derecho real”.
En la estimativa del obligacionismo, todo derecho solo puede concebirse como un enlace o
vinculación entre sujetos. No puede establecerse una relación entre una persona y un bien. El
derecho personal resulta, pues, igualado al real, pero con una diferencia: en este último, el sujeto
pasivo está constituido por todos los demás, quienes tienen la obligación general de abstenerse de
perturbar el bien perteneciente al sujeto activo,
Se sostiene que en principio “todo derecho es una relación entre personas”. Resulta inexacto decir
que el derecho real, sobre todo la propiedad, consiste en establecer una relación entre una persona
y un bien. “Esta relación no es más que un hecho, y tiene un nombre, es la posesión, es decir, la
posibilidad de tener la cosa y de servirse de ella como dueño. Una relación de orden jurídico no puede
existir entre una persona y una cosa. Ello sería un contrasentido
La tesis es reformada por WINDSCHEID —quien inicialmente difundió la postura clásica, para luego.
a partir de la sexta edición (1887) de las Pandectas, adherir a la obligacionista—-, al pronunciar la
célebre expresión de que “el derecho real solo contiene prohibiciones”. Agrega el jurista germano
que esa relación del hombre con el bien será una relación material, de hecho, muy estimable y muy
económica si se quiere, pero nunca una relación jurídica. Según él, habría que dotar a la definición
del derecho real de un contenido jurídico que carecía,
El codificador argentino también adhiere a esta teoría en la nota al artículo 497 cuando transcribe a
MarCDE- y en la del artículo 2.307 Jorge H. ÁLTERIND. La doctrina más actualizada de ese país, por
contraposición, se muestra decidida partidaria del pensamiento clásico. Además de AITERINI, para
VaLDÉz, no hay conforme al numeral 497 citado, “obligaciones que correspondan a derechos reales,
a pesar que estos derechos, por el solo hecho de serlo, presupongan el deber de respetarlos —
alterum non laedere— y que este deber recaiga indeterminadamente sobre todos los justiciables.
Este deber no es una obligación en el sentido que a esta palabra asigna” la legislación argentina”. Y
lo ejemplifica así: el que me vende una cosa está obligado a no molestarme, pero esa no es una
obligación de no hacer, pues no está privado de ningún derecho. Beatriz AREÁN considera por igual
que aparece nítida en el código argentino en el ya referido segundo
párrafo de la nota al artículo 2.507
I.- LA CONCEPCIÓN PERSONALISTA de gran tradición en el derecho anglosajón- tuvo algunos sutiles
matices. (Por eso se habla en este capítulo, de teorías obligacionistas). Una de ellas, la mayoritaria,
define al derecho real corno una obligación pasivamente universal. La relación jurídica —dicen— se
establece entre una persona (sujeto activo) y todos los demás (sujeto pasivo), quienes tienen una
obligación de abstención y respeto del derecho del titular. Tal relación es de orden obligatorio, “El
sujeto activo es simple y está representado por una sola persona, en tanto que el sujeto pasivo es
Ilimitado en su número y comprende todas las personas que entren en relación con el sujeto activo”.
Consideran que el error de los clásicos se debe a que el sujeto pasivo es borroso, no se nota —y
por ello la concepción vulgar cree que hay relación entre la persona y la cosa—; pero ese lazo que
obliga a todos se hace visible cuando es violado”,
II. La teoría obligacionista —y este es un segundo matiz” tuvo nuevas variaciones. La anterior es
transformada en la del sujeto pasivamente indeterminado. Plantea que la obligación pasiva no es en
realidad universal, puesto que no puede pesar sobre los hombres que no han de estar nunca en
relación con el beneficiario del derecho y quizás ni formen parte de la misma comunidad jurídica. En
realidad, lo que existiría sería una obligación de un sujeto pasivo indeterminado, que viene a
determinarse por sí mismo cuando se opone a la reivindicación del propietario. Agregan que esta
obligación existe pero no basta sobre el contenido del derecho real. “La teoría hace así abstracción
de su objeto.
No da idea de las prerrogativas, del poder jurídico que el derecho confiere a su titular”. “Lo que
siempre queda como verdadero es que, para determinar la extensión de la obligación pasiva
universal, es preciso tener en cuenta la porestad conferida al tivular del derecho para obtener
provecho de los bienes exteriores”
ROGUIN con posterioridad disgrama la teoría de los dos sujetos, ya presente en las anteriores. Toda
relación jurídica se forma entre personas, que son los sujeros del derecho. “El sujero activo siempre
está individualizado, mientras que el pasivo puede estarlo también o revestir tal carácter todas las
demás personas. En el primer caso, el derecho es relativo; en el segundo, absoluto, se advierte un
sujeto pasivo indeterminado -los integrantes de la comunidad- en actitud de respeto"”,
Más recientemente la teoría obligacionista se ha visto vivificada gracias a un jurista de la talla de Hans
Kelsen. Éste pensador nacido en Praga, pero con estudios en Viena-— expresa que la distinción de
las relaciones en reales opuestas a las creditorias tiene un contenido ideológico. “Se la manriene a
pesar de la objeción constantemente renovada de que el dominio jurídico de una persona sobre una
cosa consiste exclusivamente en una relación entre un sujeto y Otros sujetos, o más exactamente,
en una relación entre la conducta de un individuo y la de oro u otros individuos, a saber, en la
posibilidad jurídica para el propietario de impedir a todos los otros sujetos gozar de la cosa y en el
deber de estos de no coartar la facultad del propietario de disponer de ella”,
Esta postura fue recurrente en KeIsen.
El primer soporte de esta doctrina es el supuesto deber obligatorio de abstención de rodos los demás.
Pues bien, no queda duda que la acritud de respeto de la comunidad] no es una obligación en el
sentido estricto y propio de la palabra. La presunta obligación pasiva no es más que una imagen
expresiva de la vieja idea que explica que los derechos en sociedad necesitan de límites a la órbita
de actuación de Cada individuo. El no dañar a los demás, el neminen laedere de los romanos es
indispensable para que, en el vivir comunitario, reine el respeto de los
derechos de los semejantes (ÁLSINA ÁTIENZA)
SALVAT también la crítica. Identificar el derecho real con una obligación de no hacer es erróneo. En
el derecho obligacional de no hacer, el obligado (deudor) se abstiene de aquello a lo que tiene
derecho a hacer según el derecho común; en cambio la obligación (pasiva) de no hacer en el derecho
real supone un no hacer de acuerdo con el derecho común. En paridad, en el derecho real la
obligación de respeto (no hacer) que tiene la sociedad no es una limitación a expreso derecho, ni
tampoco pesa en el patrimonio del sujeto pasivo. Estimamos que cuando una persona (sujeto pasivo)
hace algo que colisiona con el poder o potestad de alguien, esta situación que se presenta no se debe
a un no hacer pasivo, sino a que existe un contenido pasivo de otro sujeto.
No hay pues tal obligación pasiva en los derechos reales; no hay ningún peso que presione el
patrimonio de los miembros de la comunidad: “Quien por obligación pasiva universal está obligado
a abstenerse, en realidad de nada se priva, solo le está prohibido entrar en órbitas jurídicas ajenas,
solo se debe respetar el deber de convivencia, solo debe sumar su aporte a la añorada paz social.
Quien por virtualidad de un derecho de crédito se compromete a no hacer con relación a cierto
acreedor, sí ataca su patrimonio, sí se priva de derechos que bien podría ejercitar, de no mediar el
vínculo obligacional"
Como bien dice VALDES, no hay obligaciones que correspondan a derechos reales, bien que estos
derechos, por el hecho de serlo, presupongan el deber de respetarlos alterum non laedere— y que
este deber recaiga indeterminadamente sobre todos los justiciables. Este deber no es una obligación
en el sentido que a esta palabra asigna la legislación. Demuestra su tesis con el siguiente ejemplo: el
que me vende una casa está obligado a no molestarme, pero esa no es una obligación de no hacer,
pues no está privado de ningún derecho.
Abundando en razones, es preciso agregar a GONZÁLEZ PALOMINO en este cuestionamiento a la
identificación entre derecho real y derecho creditorio. La noción “sujeto pasivo universal” es una
trampa, una bella ilusión, puesto que ella no constituye ningún elemento de caracterización del
derecho subjetivo, sino del concepto de imperatividad de la norma jurídica. Lo trascendente es el
poder que otorga la norma al derecho, lo positivo, y no aquello negativo que se deriva de la
naturaleza imperativa del derecho. Irónicamente GONZÁLEZ PALOMINO sintetiza así su postura: “Se
siente uno conmovido ante la idea de ser deudor del derecho de propiedad que un gaucho tenga
sobre su casita de bambú en Yokohama, o de una servidumbre que un gaucho tenga en La Pampa”.
La obligación entonces no basta, se exige además el poder del titular de apoderarse del bien.
PÉREZ LASALA estima que siendo importante el dualismo en la dogmática jurídica —pues contribuye
a la mejor elaboración técnica del derecho ya una mejor comprensión de su contenido— este es
desplazado al campo filosófico, donde todo derecho, como relación de alteridad, supone un derecho
activo y uno pasivo. Para él la distinción no debe centrarse en sujetos obligados (tanto en los
derechos reales como en los creditorios), pero de ocurrir así, encuentra algunas notables diferencias:
a) la obligación pasivamente universal, que se atribuye a los derechos creditorios y, supuestamente,
a los reales, no es una distinción de derecho civil, sino de derecho público; b) la distinción entre
ambos derechos pertenece al campo patrimonial (que siempre es pecuniario).
Por tanto la asociación es falsa, pues la obligación de abstención que tendrían los miembros de la
comunidad es de carácter extrapatrimonial (no es ninguna abstención en concreto);
c) en el derecho real se origina más bien una obligación de no perturbar los derechos ajenos, que es
muy distinta a la obligación de no hacer (derecho obligacional). Esta obligación universal de respetar
y no perturbar los derechos ajenos, no es una obligación de Derecho civil ni patrimonial, sino, como
se ha dicho, de derecho público. Por consecuencia no tiene utilidad para explicar instituciones
civiles.
Nosotros discrepamos del monismo obligacionista. No nos convence la noción del sujeto pasivo
universal, ni tampoco la de sujeto pasivo indeterminado.
Es cierto que sé genera una especie de obligación de respetar-y no perturbar los derechos (reales)
ajenos. Pero esa no es una obligatio en el sentido jurídico —menos romano—- del término. No lo es
porque no impone peso alguno sobre el patrimonio de los miembros de la colectividad.
Adicionalmente, decir que todos los demás (la sociedad) tienen una obligación de no hacer, de
abstención, es falsa—o por lo menos incompleta” desde que no se especifica un derecho concreto
de nadie. No tiene el mismo rango de la potestad que surge del contenido positivo del desecho real,
sobre todo de la propiedad. Como bien argumenta CASTÁN, cuando el debate se plantea en términos
únicamente negativos (abstención de no hacer), se olvida el objeto sobre el cual recae.
Se puede concluir este extremo de la crítica afirmando que las leyes caracterizan los derechos por las
facultades que conceden y no por las limitaciones que imponen a la generalidad (De Castro). Es
natural que dentro de todo derecho se encuentre implícita una suerte de deber de los demás de no
atacar un derecho –y por santo usa limitación, pero lo que lo caracteriza es el poder de ejercicio del
mismo; es una facultad positiva, no negativa.
Está claro que en todo derecho creditorio existe un deudor completamente identificado. Mas,
¿sucede esto también en los derechos reales? LEGÓN piensa que sí hay-sujeto pasivo, especialmente
en algunos derechos reales de garantía: “son sujetos pasivos bien determinados el deudor
hipotecario, el prendario, el anticresista, el titular del fundo sirviente, el mudo propietario en el
usufructo, uso y habitación”. En el dominio “el sujeto pasivo inmediato es el anterior titular de este
derecho real, y, en último caso (adquisición de res nullius), el Estado (considerado como persona
jurídica privada)”. “Como último apéndice perceptibie todavía, de esta situación, es la garantía de
evicción” (LEGÓN]?,
Como advierte JORGE H. ARTERINI, no es cierto que, en una servidumbre, los terceros ajenos a una
relación directa con el predio sirviente sean extraños al respeto del derecho real. “Asimismo, en la
obligación pasiva propia de las servidumbres prediales se verifica una suerte de despersonalización
del obligado pasivo, que lo será el propietario o poseedor actual del fundo en mención” (ÁLSINA
ATIENZA).
La supuesta obligación pasiva a cargo de deudor determinado en la adquisición derivada del dominio,
y que se explicitaría por la garantía de evicción, ÁLTERINI estima que es un error de Legón. “Esta solo
se da en las transmisiones a título oneroso y no pertenece al derecho real, sino al acto obligacional
traslativo Y solo se presenta cuando no se cumplen adecuadamente los requisitos de la convención
originaria; si ellos se dan, cualquier obligación posterior desaparece. En las enajenaciones a título
gratuito, donde no se aplica la evicción, no habrá ningún tipo de obligación, cualquiera sea el origen.
Tampoco se acepta que en las adquisiciones originarias, v. gr. de res nullius, el sujeto (pasivo) sea el
Estado.
Nosotros diremos, por nuestra parte, que en las garantías reales existe en efecto una persona
obligada en concreto, pero es consecuencia del mutuo. Sin embargo, el acreedor puede perseguir el
bien cuando este sea enajenado, independientemente que tal bien haya sido, por ejemplo, vendido.
Finalmente, pensamos que la polémica entre los dualistas clásicos y los unitarios obligacionistas ha
sido la más importante. Por la cantidad y calidad de los argumentos expuestos por los obligacionistas,
entre quienes se encuentran grandes jurisconsultos y filósofos del Derecho, ellos se han distinguido
por su espíritu crítico, más que constructivo. Cuestionan. de la teoría clásica la inmediatividad y
la relación persona-bien, pero admiten el carácter absoluto del derecho real,
Sólo para concluir, diremos que la distinción neta entre ambas corrientes, que los glosadores
sistematizaron del derecho romano, sigue teniendo vigencia.
Como que es inmensa la mayoría de tratadistas que definen al derecho real desde la perspectiva
clásica.
Fue SARSILLES quien estableció que la obligación se ha ido despersonalizando hasta convertirse en
una relación entre patrimonios. A partir de 1889 este brillante jurista francés, enseña que en la
obligación lo que tiene verdadera importancia es la prestación, por encima de las condiciones
personales de acreedor y deudor. De modo que se objetiviza la obligación (AITERINI)
Identifica ambos derechos en su aspecto real; este lo deduce de la facultad que tiene el acreedor de
afectar los bienes del deudor, lo cual se verifica a través de la realización del valor del bien (ejecución),
tal como si fuera un derecho real de garantía similar a la garantía mobiliaria (antes, prenda). La
corriente realista se basa en el principio de que el patrimonio del deudor es la prenda común de sus
acreedores, pero se trata de una simple expresión metafórica, puesto que la palabra “prenda” (ahora,
garantía mobiliaria) no tiene aquí su sentido técnico,
Según los unitarios realistas, ambos derechos —real y creditorio— presentan los dos elementos
típicos de toda institución jurídica: el poder y el deber jurídicos. La única diferencia sería la forma
como se combinan dichos elementos. En el obligacional hay un núcleo central: el deber jurídico,
inserto en este se encuentra el poder jurídico del acreedor (poder que no es otra cosa que el derecho
de garantía que tiene sobre el patrimonio del deudor, y que se manifiesta a través de la ejecución de
sus bienes). En la propiedad —derecho real— también hay un núcleo o elemento central: el poder
jurídico, en él se introduce un deber negativo de abstención (obligación de no hacer) de toda la
colectividad.
POLACO sostenía que más que dos voluntades vinculadas (personalidades abstractas), la relación
patrimonio-patrimonio crea un vínculo que afecta los bienes (patrimonio) del deudor, convirtiendo
a la obligación en derecho a los bienes que integran el patrimonio, confundiéndose de esta mánera
con el derecho real(se transforma en un ius in re).
GAUDEMET, en su Tesis sobre la Cesión de Deudas, reitera que los derechos personales son derechos
sobre los bienes y se diferencian de los reales en que su objeto es un patrimonio entero, mientras
que el de estos últimos es un bien determinado.
Todavía Alfredo Rocco era uno de los pocos que insistía en pensar que la obligación engendra un
verdadero derecho real. El acreedor tendría un derecho de prenda general sobre el patrimonio del
deudor. Este derecho real del acreedor consistiría en el poder satisfacer su crédito con el valor de la
venta de los bienes de aquel.
Es bien sabido que estas corrientes no contaron con la aceptación de los estudiosos. No han hecho
escuela.
1. La pretendida objetivación de la obligación solo ocurre en las obligaciones de dar, pues en las de
hacer y no hacer las condiciones del deudor pueden resultar fundamentales para el cumplimiento.
2. A la ejecución forzada (en caso de incumplimiento de la obligación) solo se llega a través del
embargo o secuestro, que sí constituye un derecho real (MoLiaro). Precisarnente Roca-SAsTRE
refuerza que la necesidad de recurrir al embargo demuestra la inexistencia anterior de un derecho
real. Nosotros estamos en desacuerdo con esto último,
4. La facultad de pedir la venta de los bienes del deudor no sirve por sí sola para tipificar el derecho
del acreedor pignoraticio. La generalidad del pretendido derecho de prenda (ahora, garantía
mobiliaria) y la ausencia de desposesión difícilmente ayudan a la concepción realista de
las obligaciones.
Nosotros, por nuestra parte, consideramos falsa a esta tesis realista. Tiene de común con el dualismo
clásico el reconocer el establecimiento de una relación real entre la persona y el bien (patrirnonio-
patrimonio), con lo cual acepta el carácter de inmediatividad, y negar asimismo la existencia de un
sujeto pasivo, pero tiene uh lado débil, puesto que el patrimonio es una abstracción integrada
por cosas y bienes que no son cosas (derechos y obligaciones; activo y pasivo), al paso que los
derechos reales recaen sobre bienes determinados, específicos.
DIFERENCIAS ENTRE LOS DERECHOS REALES Y PERSONALES
Ambos derechos guardan una sola relación de semejanza, pues, Como se ha dicho, reales y
obligacionales son derechos patrimoniales. En todo lo demás, siguiendo al dualismo, hay claras
diferencias.
Después de haber estudiado las dos teorías, es fácil establecer con nitidez, cuáles son esas
diferencias,
1. Por el número de elementos. El derecho real presenta solo dos elementos: sujeto (titular) y bien.
Por eso se afirma que es el poder directo e inmediato (sin mediación ni cooperación) que ejerce una
persona sobre un bien y que origina una relación igualmente directa con el mismo; el derecho
personal, en cambio, siempre se compone de tres elementos: sujetos activo y pasivo, y objeto
(prestación). Es así que establece una vinculación entre dos o más personas, estando el sujeto pasivo
obligado a cumplir una concreta prestación.
2.- Por la oponibilidad. El derecho real es absoluto, o sea oponible erga omnes. El derecho creditorio,
por el contrario, es relativo, solo se opone o exige al sujeto obligado.
3.- Por el modo de ejercicio. En el derecho personal, el objeto se logra por medio de otra persona (el
obligado a la prestación). En el derecho real, el objeto se goza directamente, sin intermediario. Esta
puede ser la única diferencia sustancial entre el arrendamiento y el usufructo.
4.- Por el número. Los derechos reales solamente pueden ser creados taxativamente por la ley
(Código Civil y leyes especiales) teniendo un número limitado (numerus clausus). Este es el sistema
escogido por el legislador peruano (arc. 881). En cambio los creditorios pueden crearse
iimitadamente (numerus apertus). De lo anterior se desprende que en los primeros se trata de
normas de orden público; en los segundos, prevalece el principio de la libre autonomía de la voluntad.
5.- En el derecho real el objeto de ordinario es un bien corporal (aunque nada impide que también
lo sea una res incorporalis); en el personal, por contra, es siempre un objeto inmaterial.
6.- El derecho real confiere el ius preferendi (derecho de preferencia) a su titular, frente al que tiene
un derecho creditorio, y además establece la primacía ante otro derecho similar, de acuerdo con su
antigüedad. Los derechos creditorios no gozan de esta nota tipificadora, rodos están en
igualdad de condiciones.
7.- El derecho real otorga el ius persequendi (derecho de persecución), por lo cual es oponible a
cualquier tercero que lo posea (tiene una excepción en los bienes muebles poseídos de buena fe que
son irreivindicables). Los derechos creditorios no tienen esta naturaleza reipersecutoria,
8.- Como secuela de lo anterior, los derechos reales dejan expedito a su titular para incoar una acción
real que le hará reivindicar el bien contra quien lo tenga en su poder; el creditorio, al contrario, solo
se corresponde con una acción personal ( actio in personam) que no puede dirigirse sino contra el
obligado, o en todo caso, el titular puede quedar pagado o satisfecho con la entrega de su
equivalente. “En el derecho obligacional le acción nace con el derecho mismo; en el real la acción
nace de la violación de él” (VALVERDE).
9.- En cuanto al origen, los derechos reales pueden nacer de un modo originario (además del
derivado); los creditorios resultan necesariamente de un negocio jurídico; son derivativos.
Tales son las diferencias. No obstante, anota VALVERDE, ellas no son fundamentales, más bien se
dan en la generalidad de las relaciones jurídicas, no en todas.
En puridad, solo se piensa que atañen a la esencia de las relaciones jurídicas las dos primeras, esto
es, la inmediatividad y el absolutismo, en tanto que las otras son mera derivación o expresión de
alguno de estos caracteres, o solo tienen un valor accidental.
LA TEORÍA ECLÉCTICA
TEORÍA ECLÉCTICA. DEFINICIÓN
Denominada también integral, el vocablo ecléctico nos da ya una idea de su carácter conciliador.
Pretende armonizar y compatibilizar las teorías dualista y unitaria obligacionista. Critica las
inconsecuencias de ambas por contemplar solo uno de los aspectos o poderes del derecho real: la
dualista sobre el lado interno (o sea, el poder directo e inmediato de la persona sobre el bien,
olvidando el externo); y la unitaria obligacionista, que únicamente ve el lado externo.
Cuestiona, por una parte, a los dualistas, en cuanto que destacan la relación persona-bien, quien es
una relación económica y no jurídica, y las relaciones jurídicas, dicen, no son posibles más que entre
hombres. Los clásicos concibieron el derecho personal como la vinculación entre el acreedor y el
deudor (relación jurídica), y el derecho real como la relación entre el titular y el bien (relación
económica). Por ello enfilan sus baterías contra la definición tradicional de DEMOLOMBE, a la que
consideran incorrecta, por hablar de dos elementos: sujeto activo (persona) y objeto (el bien), puesto
que si se habla de “sujeto activo”, necesariamente debe existir un sujeto pasivo. Por otra parte, los
unitario-personalistas solo consideran el aspecto interno, vale decir la relación fáctica de la persona
con el bien, en la que se encuentra el contenido económico del derecho.
Los eléctricos concluyen que en la relación jurídica patrimonial se dan los dos aspectos o poderes:
interno y externo.
Para algunos, su iniciador FUE LOUIS RIIGAUD. Sobresalen como conspicuos expositores de esta tesis,
PLANoz y RiperT en Francia; Von Thux, en Alemania; Roronpí, Missiseo, Barasst, en Icalia; entre los
españoles destacan nada menos que De Disco, Castán, Puic Bruzrau, Roca-Sastrz, De Cossío, y otros
que se inscriben en Ja moderna corriente del Derecho Civil Hipotecario, en Argentina, están MUSTO,
AJIENDE. En nuestro pais podríamos situaz aquí a Max ÁRIAs SCHREIBER.
Uno de los primeros en sostener orgánicamente este parecer fue Marcel PLANIOT, Cuando este
reformula su Tratado, ahora con la colaboración de Georges Reexr, enrumba hacia le teoría ecléctica.
PranioL y Ripert definen el derecho real como “el que impone a toda persona la obligación de
respetar el poder juríclico que la ley confiere a una persona determinada para retirar de los bienes
exteriores, todo o parte de las ventajas que confiere la posesión de ellos, o, si se prefiere, el que,
dando a una persona un poder jurídico directo e inmediato sobre una. cosa, es susceptible de ser
ejercitado, no solamente contra una persona determinada, sino contra todo el mundo”. En
realidad, PLANIOL y RrERT estiman que la obligación, sea de sujeto pasivo indeterminado, sea pasiva
universal, aun existiendo, no basta para tipificar el contenido del derecho real. Al hacer abstracción
de su objeto, no da idea de las prerrogativas del poder jurídico que el derecho confiere a su titular
(para obtener las utilidades del bien). Terminan por reconocer un aspecto Externo (obligación
general de respetar la situación del titular con relación al bien, obligación pasiva) y un aspecto interno
(el poder sobre el bien'ó2, Esta es la tesis a la que adhieren los destacados expositores franceses”,
ANDREAS VOX TUHR, partiendo de la definición legal de la propiedad que adopta el artículo 903 del
BGB, señala qque aparecen con particular evidencia dos aspectos de señorío sobre el bien: “el
aspecto interior, es decir, la relación del sujeto con la cosa: el propietario puede obrar sobre la cosa
su antojo; los demás titulares de derechos reales, en el límite” dé su derecho; el aspecto exterior,
es decir, la relación del sujeto del derecho frente a otras personas: el propietario puede excluir a los
demás de cualquier acción sobre la cosa; los otros titulares de derechos reales pueden exigir no ser
molestados en el ejercicio de su señorío por nadie, incluso el propietario, Está claro que el lado
interno determina el contenido económico de la relación jurídica, y el aspecto externo Es la garantía
jurídica del citado contenido.
En la doctrina italiana, uno de los más entusiastas en declararse ecléctico fue
BARASSI, seguido por ROTONDE, MESSIMEO, entre otros.
LODOVICO BARASSI enseña que en el derecho real el sujeto activo de la relación jurídica puede
pretender frente a cualquiera, el respeto al ejercicio de su poder sobre el bien, poder que es, en
consecuencia, inmediato y directo. Los terceros son sujetos pasivos de esta sujeción. Afirma que el
derecho real está compuesto por dos elementos: el poder del sujeto sobre el bien, es decir, el
contenido interno de cada derecho que permite al sujeto gozar por sí mismo de alguna de
las utilidades que puede proporcionar el bien. Este poder directo sobre el bien es el “peso” que grava
sobre los bienes. Y este “peso” es la expresión plástica del contenido económico del derecho real; y
la relación del sujeto con los terceros, es decir, el deber permanente (sea o no ejercitado el derecho
real) y negativo de todos los terceros, de abstenerse de cualquier acto que se oponga al señorío
del titular sobre el bien. Este es el elemento externo (a relación jurídica de seguridad) con que se
garantiza y protege aquel contenido económico, y del que proviene el señorío autónomo del
interesado,
Uno de los más grandes expositores italianos, Francesco Messe, sostiene que los derechos sobre los
bienes dan lugar a una relación entre el titular (sujeto activo) y los otros sujetos (sujetos pasivos). No
solo reconoce en ellos un poder de inmediación (aspecto interno) y un poder de exclusión y de
prohibición, sino que a tal poder corresponder un deber general negativo, o sea, el deber de la
generalidad de los terceros de abstenerse de impedir, de cualquier manera, el ejercicio de aquel
poder,
ROTONDI”” plantea que para definir al derecho real hay dos caminos, según "que se conceda
prevalencia a alguno: a) el carácter económico de su contenido (elemento estático o interno). Desde
este ámbito, “los derechos reales fueron en otro tiempo calificados como un señorío directo e
inmediaco sobre la cosa”: obtener directamente una utilidad. Rorownx considera que la doctrina
moderna atenúa justamente” la importancia de este concepto; b) el carácter absoluto (ele-
mento dinámico y externo). ROTONDI resalta este segundo aspecto, “el cual hace que se conciba el
derecho real como un derecho ponible erga omnes, o sea, Como un derecho que impone la
universalidad de los otros miembros de la comunidad, el deber de abstenerse de molestar o turbar
al titular en el ejercicio de su derecho.
Clemente De Diego: lo define así: “El derecho real atribuye a su titular un poder o señorío más e
menos intenso sobre una cosa de la naturaleza exterior frente a todos los demás hombres; implica,
pues, poder de obrar sobre una cosa (usándola o disfrutándola, rransformándola, disponiendo
respecto. de ella), y la pretensión frente a tados los demás de rechazar sus ataques, de excluir su
participación”. El conocido profesor español especifica que lo primero significa el lado
interno del derecho, y lo segundo, el lado externo.
José María Castan Tobeñas” reconoce también dos caracteres al derecho real: desde el punto de
vista interno y económico, la inmediatividad del poder ejercido sobre el bien, y desde el punto de
vista externo y propiamente jurídico, al derecho de persecución y exclusión del bien erga 0205.
También Federico Puig PEÑA adhiere a esta tesis, pues, al lado de reconocer la inmediatividad y la
absolutividad, considera la indeterminación del sujeto pasivo y a veces del activo, entre otros
Caracteres del derecho real.
En esa misma línea, Ramón Maña Roca Sastre” conceptúa el derecho real como “el derecho subjetivo
que atribuye a su titular un poder que entraña el señorío, completo o menos, sobre una cosa, de
carácter directo y excluyente, protegido frente a todos, sin necesidad de intermediario alguno
individualmente obligado, si bien, principalmente en los derechos reales limitados, impone al que
en cada momento sea dueño de la misma cosa, un pati o non facere, posiblemente conectado con
un farere”. En esca definición, que él llama “postura racional”, están palmariamente reconocidos los
aspectos interno (poder directo e inmediato) y externo (oponibilidad erga omnes para satisfacer su
interés).
También es ecléctico Alfonso De Cossío, quien estima que el derecho real constituye una relación
jurídica directa e inmediata de la persona con el bien, susceptible de hacerse valer contra todos, vale
decir, que es considerado como una obligación con sujeto pasivo universal; de esta noción se derivan
dos consecuencias: la prioridad y la reipersecutoriedad. Agrega DE COSSÍO que no pocas relaciones
jurídicas presentan un carácter mixto, en las que se combinan y mezclan elementos reales y de
obligaciones, así, las llamadas servidumbres iuris germanici y el ius decimandi del derecho canónico
e, incluso en el derecho romano, la servidumbre oneris ferendi. DE COSSIO, por último, sentencia que
son los derechos y no las relaciones jurídicas, los que pueden alcanzar la categoría de reales.
En Argentina, destácanse en la doctrina ecléctica MUSTO, ALLENDE, entre Otros.
NÉSTOR JORGE MUSTO.- pone de manifiesto igualmente ambos aspectos. El derecho real —dice—
se manifiesta como un poder que se ejerce sobre el bien y frente a las demás personas, de acuerdo
con la ley. Este poder de la persona sobre el bien se ha dado en designar como aspecto interno, no
porque no se exteriorice o manifieste por signos exteriores, sino porque con ello se denota el
conjunto o la gama de facultades que el titular del derecho ejerce en o sobre el bien, sin intervención
de otras personas. El aspecto externo se revela en el deber del resto de personas que integran la
comunidad, de no interferir en el ejercicio de estas facultades.
En esta vertiente ecléctica quizá también podemos situar a Guillermo ALLENDE, pare quien “el
derecho real es un derecho absoluto, de contenido patrimonial, cuyas normas sustancialmente de
orden público, establecen entre una persona (sujeto activo) y una cosa determinada (objeto) una
relación inmediata, que previa publicidad obliga a la sociedad (sujeto pasivo) a abstenerse de realizar
cualquier acto contrario al mismo (obligación pasiva), naciendo para el caso de violación una acción
real y que otorga a sus titulares las ventajas inherentes al ius persequendi y al ius preferendi ". Esta
definición adhiere claramente a la corriente ecléctica, aunque peca de detallista. En su descargo,
ALLENDE resalta la ventaja para el alumno en dar “una definición explicativa, o más claro, una
definición en la que aparezcan los caracteres de lo definido”.
En este grupo intermedio podríamos ubicar entre los nuestros al jurista Max Axtas Scuremer. La
teoría clásica —sostiene— parte de una premisa falsa, pues consagra x1ma relación imposible; una
relación jurídica entre una persona y un bien es impracticable; siempre intervienen dos o más sujetos.
Da la siguiente definición: los derechos reales no vienen a ser sino derechos subjetivos que,
incidiendo sobre los objetos exteriores a la persona, autorizan al sujeto para el ejercicio de un
determinado señorio”
En resumidas cuentas, lo que diferencia los eclécticos de los obligacionistas, es que aquellos no
aceptan que el derecho real pueda definirse por una simple abstención de los terceros (la
colectividad), sino que tiene nn contenido positivo (el poder directo e inmediato) y que ellos llaman
el elemento interno. A la obligación de abstención (elemento externo) le agregan el anterior
(elemento interno).
CRÍTICA AL ECLECTICISMO
Esta teoría, como no podía ser de otra manera, ha sido muy combatida. Diez-Picazo Y Ponce De León
y Guillón la consideran errada, pues si el titular necesitase de la realización de conductas negativas
por terceros, su poder sería igual al del acreedor en un derecho de crédizo, que no ve satisfecho su
interés más que cuando el deudor cumple con su prestación.
En rigor de verdades, estimamos falsa por contradictoria esta teoría. Si es cierto que se establece un
poder directo e inmediato del sujeto con el bien (aspecto interno), no vemos cómo pueda ser lógico
sostener el deber de abstención de los demás, puesto que 10 constituye un contenido específico y
concreto (aspecto externo). En este último elemento regresiona al monismo obligacionista,
Es imposible establecer una paridad O unidad entre la teoría dualista (relación persona-bien) y la
teoría monista obligacionista (relación persona-persona).
Todo ello porque, como bien sentencia TILOCCA, ambos aspectos —interno y externo— son,
simplemente, incompatibles entre sí. A nuestro parecer, esta teoría finalmente resulta inclinándose
más al obligacionismo.
OTRAS TEORÍAS
El profesor de la universidad de Bolonia, Michelle GIORGIANNI, tiene una posición singular, Critica a
la teoría dominante, que al derecho real lo caracteriza por el poder inmediato y absoluto, en tanto
que ve en el derecho creditorio un poder inmediato y relativo. Esta tesis se basa en la estructura del
poder concedido al titular en la búsqueda de satisfacer su interés. Confrontándola con las
obligaciones propter ren y las cargas reales, encuentra que estas y aquella tienen puntos
de contacto (una zona de confín entre ambas”).
I.- Cuestiona a la doctrina clásica, el carácter inmediato que otorga a los derechos reales de garantía.
En la hipoteca, por ejemplo, dice que no se da, pues el acreedor para ejercitarlo necesita la
cooperación del Estado.
En la prenda (ahora, garantía mobiliaria), tampoco advierte inmediatez, ya que el acreedor no tiene
la función de realizar su interés, sino solo en función de garantía y, sobre todo, de publicidad, similar
a la inscripción de la hipoteca en el registro inmobiliario. En la servidumbre negativa el interés del
sujeto no es tampoco el poder inmediato sobre el bien ajeno.
Contrariamente, afirma que hay otros casos fuera de los derechos reales en los que el instrumento a
través del que el titular obtiene la satisfacción de su interés, está constituido precisamente por un
poder inmediato sobre el bien (ajeno). Así, el arrendamiento, el comodato y la Anticresis.
II.- Critica el carácter absoluto en el derecho real, según el cual hay un deber negativo en la sociedad
(codos los asociados), pues es ilógico que los terceros puedan violar los derechos reales de garantía;
el tercero —añade que impone al sujeto el paso a través del fundo sirviente, no violaría la norma
que le impone el derecho de no turbar el ejercicio de la servidumbre, sino más bien las normas
establecidas para la protección de la libertad individual.
En sentido opuesto, GIORGIANNI sostiene que hay derechos reales que no son oponibles erga
omnes, y a la inversa. Pone por ejemplo la propiedad inmueble no inscrita, que no puede oponerse
al adquirente posterior de buena fe; asimismo, el arrendamiento inscrito, que puede anteponerse a
todo tercero. GIORGIANNI termina por considerar a las tesis dominantes, incapaces de resistir la
crítica.
Para este autor hay que evitar las visiones apriorísticas y el preconcepto —de la tesis mayoritaria—
de reducir los derechos patrimoniales a solo dos paradigmas o categorías: derechos reales y derechos
creditorios.
Plantea una nueva clasificación de los derechos patrimoniales (donde no figuran los derechos reales),
«desde una perspectiva que afecta la vinculación y la pertenencia del poder del titular, respecto a un
bien determinado (y ya no como la clásica que tiene en cuenta la estructura del poder). De acuerdo
con esto, habría: a) derechos de obligación; b) derechos de goce (sobre bien propio y sobre bien
ajeno); c) derechos de garantía (sobre bien ajeno); y d) derechos potestativos.
Estima que la no inclusión de los derechos reales se debe a que estos presentan situaciones jurídicas
que pueden encontrarse en las categorías resultantes de la nueva clasificación.
Aunque es posible, y esa es la base de su teoría, que, a pesar de los distintos criterios, haya
concordancias. Así sucede que el usufructo puede ser considerado indistintamente un derecho de
disfrute, por un lado, y un derecho real, cuando el título de constitución es inscrito, por otro.
Igualmente, la servidumbre negativa, es estimada una obligación, pero también un derecho real,
cuando el título de constitución es transcrito, lo cual permite aplicarle las reglas de los derechos
obligacionales o de los derechos reales, respectivamente”,
III.- Ahora bien, no estamos de acuerdo con la teoría de GIORGIANNI, bien que no le falta razón para
afirmar que es posible ensayar otros criterios para clasificar los derechos patrimoniales, entre ellos
los reales. Pero de ahí a identificar los derechos reales con las obligaciones propter rem y las
cargas reales, media una enorme distancia.
En realidad, en el fondo esta tesis no aporta nada nuevo. Diferenciar entre san poder inmediato y
poder adherente, constituye una sutileza, el que el poder del titular sea adherente y no inmediato
carece de trascendencia. Sabemos que el titular del derecho de garantía (hipoteca, gerencia
mobiliaria) no tiene un poder físico, material, sino jurídico. De ahí se deriva que pueda realizar el
valor del bien (denomínese inmediatez o adherencia). Pero eso es una consecuencia del poder de
disposición que tiene, típico de los derechos reales. El arrendatario, el comodatario, el depositario
(derechos creditorios), como tampoco ningún titular de un derecho real relativo, no pueden solicitar
la realización del valor del bien, para así poder hacerse pago. No basta, pues, la idea de goce o disfrute
de Giorciannl. La noción de “derecho real” no puede ser reemplazada por la de “derechos de goce”;
el titular de un derecho real tiene además, y sobre todo, la facultad de disposición, que lo caracteriza.
TEORÍA INSTITUCIONAL
TEORÍA PROCESAL
El argentino José Luis Pérez Lasara postula esta tesis de carácter claramente procesal. La clasificación
de los derechos se daría de acuerdo a la protección que se les concede,
Considera que la distinción no es de filosofía jurídica —ahí ontológicamente no hay diferencias--, sino
de dogmática jurídica, esto es, de derecho positivo.
Define el derecho real como “el poder que una persona tiene sobre un bien, protegido por una acción
real, oponible erga omnes y con facultad reipersecutoria”.
Al derecho obligacional lo conceptúa “el poder que riene una persona para exigir el cumplimiento de
una prestación o sobre un bien, tutelado por la acción personal, ejercible frente a un sujeto
personalmente obligado”.
Agrega que a diferencia de los derechos creditorios, el sujeto pasivo en los derechos reales sí existe;
no está obligado personalmente, sino propter rem, salvo la excepción de un arrendamiento.
La hipótesis es bastante simplista. El definir a los derechos reales y personales como los tutelados
por una acción real y personal, respectivamente, no dice nada. En última instancia, la distinción
radicaría en sus efectos (mayor o menor protección) y no en sus causas. Pero sucede que en el
sistema procesal contemporáneo, no hay diferencias entre los efectos reales o personales, como sí
aconteció en el Derecho romano*”.
Además, esta fallida teoría plantea que en aquellos derechos reales donde existe el sujeto pasivo,
estará obligado propter rem. Vuelve este jurista a identificar al menos en parte— los derechos reales
con el obligacionismo propter rez. Algo ya refutado.
TEMA 3
CAPÍTULO V
IMPORTANCIA Y CLASIFICACIÓN DE LOS DERECHOS REALES
IMPORTANCIA
Los seres humanos para satisfacer sus múltiples necesidades (de alimentos,vestido, vivienda, salud,
transporte, educación, etc.) se valen del uso y goce de los bienes. Esto evidencia la importancia de
los derechos reales expresados en la propiedad, posesión, uso, habitación, servidumbre, hipoteca,
etc. Mediante los derechos reales “se produce la circulación de la riqueza y el desarrollo económico,
así como se dan los beneficios del crédito, que crece en función de las garantías reales- consagradas
por la ley”
La propiedad privada es garantía de libertad, pues si los bienes de producción pertenecieran a una
sola mano, fuese ésta de la sociedad o de un dictador, quien ejerce el poder tendría un poder
absoluto sobre las personas. Como dice HAYEK, citando a LOCKE, “la vida, la libertad y la hacienda
de cada individuo, constituye la única fórmula hasta ahora descubierta por la humanidad en orden a
hacer compatibles entre sí las libertades individuales y, en consecuencia, la convivencia pacífica.
Las sociedades se transforman de acuerdo a las relaciones de utilización y aprovechamiento de los
bienes: la sociedad esclavista consideró al hombre como un objeto, la feudal se basó en la actividad
agraria, la burguesa se fundamenta en la mercancía y el cambio, La organización: política y económica
de un país está íntimamente unida a la regulación de los derechos reales. Así, la sociedad capitalista
se sustenta en la propiedad privada, en el capital como elemento de producción y creación de
riqueza, y la socialista opta por la abolición de la propiedad privada de los bienes de producción,
solamente admite la propiedad privada de los bienes de uso y consumo.
No puede existir doctrina social, política o económica y aun religiosa, que para el desarrollo de sus
principios no tenga la necesidad de establecer previamente una concepción de los derechos reales,
especialmente del derecho de propiedad muy ligado al desarrollo económico.
Son las concepciones políticas, económicas y culturales imperantes, las que establecen si los bienes
deben ser asignados a unos u otros sujetos, si a las personas consideradas individualmente o a las
agrupaciones de personas o a la sociedad en general; mediante qué figuras jurídicas debe hacerse la
asignación, qué bienes deben ser asignados a unos u otros sujetos, en qué cantidad y por qué
tiempo, a quién corresponde la propiedad de los recursos naturales (minas, hidrocarburos, bosques,
etc.) y a quiénes se puede conceder su explotación, qué limitaciones se puede imponer al derecho
de propiedad para evitar la contaminación de la atmósfera o de las aguas, qué bienes constituyen
patrimonio cultural de la nación y qué medidas se deben tomar para su protección y conservación;
cómo deben crecer las ciudades, si horizontal o verticalmente, qué zonas son residenciales,
industriales o recreacionales, qué áreas están destinadas para Veredas, parques; si en la-propiedad
agraria se deben permitir los latifundios y los minifundios o si deben ser evitados, etcétera. En fin,
los derechos reales constituyen el soporte jurídico de toda organización social, o por tales razones el
Estado se toma la atribución de la creación y adaptación de las figuras que integran los derechos
reales. “Todo ha hecho que los países, aun los organizados en forma democrática, hay an colocado a
los derechos reales dentro del orden institucional, reservándose celosamente la facultad de
reglamentarios, sobre todo en lo relativo a los inmuebles, haciendo primar la ley nacional sobre la
extranjera en todos los casos; circunstancia que se evidencia más aún en el orden interno
en las relaciones del Estado con los particulares.
El ejercicio de los derechos reales, especialmente el de propiedad, derecho real por excelencia, está
vinculado con problemas de organización social y política, hasta con cuestiones de soberanía y orden
público, razón por la que los particulares no pueden actuar arbitrariamente, porque ello afectaría el
interés social. Es por eso que la Constitución establece que el derecho de propiedad se ejerce en
armonía con el bien común y dentro de los límites de la ley (art. 70), pudiendo la ley, por razones
de seguridad nacional, establecer restricciones y prohibiciones para la adquisición, posesión,
explotación y transferencia de determinados bienes (art. 72), y prohíbe a los extranjeros que puedan
adquirir ni poseer dentro de los cincuenta kilómetros de la frontera, minas, tierras, bosques, aguas,
combustibles o fuentes de energía eléctrica (art. 71).
CLASIFICACIÓN
1. DERECHOS REALES DE GOCE Y DERECHOS REALES DE GARANTÍA
Los derechos reales de goce (propiedad, usufructo, servidumbre, etc.) permiten a su titular la
utilización, explotación y disfrute de los bienes.
Los derechos reales de garantía” (prenda, hipoteca, anticresis, warrant) aseguran el cumplimiento de
obligaciones contraídas en favor del acreedor titular del derecho real de garantía. El beneficio que
extrae el titular del derecho real de garantía está relacionado con la seguridad que brinda al
cumplimiento de la obligación principal y no con el uso y goce del bien, excepto la anticresis en la
que el titular tiene un derecho de goce del bien.
El art. 2088 establece: “La constitución, contenido y extinción de los derechos reales sobre bienes
corporales se rigen por la ley de su situación, al momento de constituirse el derecho real”. Con la lex
rei sitae (ley de lugar de situación del bien) se determina si un derecho es real o no, los derechos
reales que pueden coexistir el bien, qué bienes son inalienables, los plazos de prescripción
adquisitiva, qué bienes son susceptibles de prenda o hipoteca, qué bienes son divisibles o indivisibles,
registrables o no, muebles o inmuebles,
El régimen patrimonial del matrimonio y las relaciones de los cónyuges respecto a los bienes se rigen
por la ley del primer domicilio conyugal. El cambio de domicilio no altera la competencia para regir
las relaciones de los cónyuges en cuanto a los bienes adquiridos antes o después del cambio (art.
2078).
La sucesión se rige, cualquiera que sea el lugar de situación de los bienes, por la ley del último
domicilio del causante (art. 2100). La sucesión de bienes situados en el territorio peruano que deben
pasar a un Estado extranjero o a sus instituciones, se rige por la ley peruana (art, 2101).
Los derechos reales relativos a obras intelectuales, artísticas o industriales se rigen por los tratados
y leyes especiales; y si éstos no fueran aplicables, por la ley del lugar donde dichos -derechos se hayan
registrado. La ley local establece los requisitos para el reconocimiento y ejercicio de tales derechos
(art. 2093).
Los bienes corporales en tránsito se consideran situados en el lugar de su destino definitivo. Las
partes pueden someter la adquisición y la pérdida de los derechos reales sobre estos bienes a la ley
que regula el acto jurídico originario de la constitución o de la pérdida de dichos derechos (por
ejemplo, la ley del contrato), o a la ley del lugar de expedición de los bienes corporales, La elección
de las partes no es oponible a terceros (art. 2089).
Como con el cambio de situación. de los bienes puede perjudicarse derechos adquiridos al amparo
de la situación anterior, el art. 2090 dispone: “El desplazamiento de los bienes Corporales no influye
sobre los derechos que hayan sido válidamente constituidos bajo el imperio de la ley anterior. No
obstante, tales derechos sólo pueden ser opuestos a terceros después de cumplidos los requisitos
que establezca la ley de la nueva situación”.
La prescripción de acciones sobre bienes corporales que cambien de lugar durante el plazo de
prescripción, se rige por la ley del lugar en que se complete el tiempo necesario para prescribir,
conforme a la ley de dicho lugar (art. 2091).
Los derechos reales sobre medios de transporte sometidos a un régimen de matrícula, se regulan por
la ley del país donde ésta se haya efectuado (art. 2092).
Los tribunales peruanos son competentes para conocer juicios de contenido patrimonial, aun contra
personas domiciliadas en país extranjero, cuando se ventilen acciones relativas a derechos reales
sobre bienes situados en el Perú (art. 2058. DD.
7. OTRAS CLASIFICACIONES
Los derechos reales también se clasifican de acuerdo a la naturaleza de los bienes sobre los que
recaen. Por ejemplo, derechos reales inmobiliarios y mobiliarios; derechos reales sobre bienes
corporales (regulados en el Código civil y otras leyes especiales) y derechos reales sobre bienes
incorporales (regulados por leyes especiales, art. 884); derechos reales registrados y no registrados.
Derechos reales sobre derechos de crédito, por ejemplo, el derecho de usufructo de un crédito (art,
1019).
Derechos reales sobre la sustancia (conjunto de elementos constitutivos del bien), confieren el poder
de disposición del bien como el derecho de propiedad; derechos sobre la utilidad que proporciona el
bien, como los derechos de usufructo, uso habitación, servidumbre. El derecho de propiedad recae
sobre la utilidad y además confiere el poder de disposición; y derechos sobre el valor del bien como
la hipoteca, la prenda, la anticresis,
Derechos reales de adquisición como el derecho de tanteo-o preferencia del copropietario para
adquirir. el bien común, evitando la subasta (art. 989).
Derechos reales de disposición del bien que es su objeto: la propiedad. Derecho real de utilidad, por
ejemplo, el usufructo, el uso, la habitación. Derechos reales de valor, comprometen únicamente el
valor del bien, como la prenda, la hipoteca.
Derechos reales que son ejercidos por la posesión como la propiedad, el usufructo, etc. Derechos
reales que no son ejercidos por la posesión, como la hipoteca y las servidumbres activas.
CAPITULO VI
ALGUNAS BIPÓTESIS DE DERECHOS DUDOSOS
En algunos casos se controvierte si una institución pertenece a la categoría de los derechos reales o
a la de los personales o si constituye a una categoría intermedia. Examinemos algunos de estos casos.
DERECHOS REALES DE GARANTÍA
Algunos consideran que los derechos de garantía (prenda, hipoteca, anticresis) no son reales sino
derechos de crédito porque al ser accesorios de éstos, participan de su naturaleza.
La accesoriedad de los derechos de garantía hace que su destino esté supeditado al derecho de
crédito al cual acceden, lo que no cambia su naturaleza de derecho “real, tal como lo regula muestro
código.
Con referencia a la hipoteca se afirma que no es derecho real porque el acreedor hipotecario no tiene
la posesión del bien, por tanto, carece de inmediatez como característica fundamental del derecho
real. La posesión es la relación más común del titular del derecho real con el bien, pero no es la única,
pues hay otros medios de vincular al sujeto con el bien. En la hipoteca se evidencia con nitidez las
características de persecución y preferencia del derecho real, además de ius distrahendi, por el cual
el acreedor puede rematar judicialmente el bien y hacerse pago con el producto de la subasta,
En la doctrina, unos sostienen que el arrendatario no tiene acciones reales en caso de ser desalojado,
ni siguiera acciones posesorias!''!. Otros, como LACRUZ BERDEJO, admiten que el arrendatario tiene
un derecho real, protegido erga omnes, más este derecho no es de arrendamiento, sino el de
posesión; el producido por la tenencia de la cosa, que cabe defender mediante acciones
incontestablemente reales, pero que corresponden, no al arrendatario en cuanto tal, sino a todo
poseedor”.
Para el Derecho peruano, el arrendatario es un poseedor legítimo, puesto que cuenta con un contrato
de arrendamiento que justifica su derecho real de posesión. Además, una cosa es ser arrendatario.
del bien (relación jurídica personal y a la vez poseedor de ese mismo bien -relación de hecho-).
Nuestra ley concibe a la posesión como el ejercicio de hecho (art. 396), sin importar que el poseedor
tenga derecho a poseer (como arrendatario, usufructuario, etc.) o no lo tenga. Consiguientemente,
el arrendatario también tiene las acciones posesorias y los interdictos para defender su
posesión.
Si el arrendatario es perturbado en su posesión o despojado de ella, sea por su arrendador O por un
tercero, puede valerse de los interdictos con el fin de que cesen los actos perturbatorios o se le
reponga en su derecho de posesión. Al respecto el art. 598 del C.P.C. establece: Todo aquel que se
considere perturbado o despojado en su posesión puede utilizar los interdictos, incluso contra
quienes ostenten otros derechos reales de distinta naturaleza sobre el bien objeto de la perturbación.
En conclusión, el arrendatario, come poseedor, tiene a su disposición las acciones reales y, como
titular de la relación contractual de arrendamiento, puede valerse de las acciones personales para
exigir a su arrendador el complimiento o la resolución del contrato.
3. LOS PRIVILEGIOS
Todos los acreedores quirografarios o comunes (no cuentan con garantías específicas) se encuentran
en una situación de igualdad frente a su deudor común, cualquiera que sea la fecha de sus créditos,
sin embargo, en ocasiones el ordenamiento jurídico establece que determinados acreedores sean
pagados con preferencia a otros. Aquí estamos frente a un crédito privilegiado, pero no por eso se
puede sostener que el privilegio es un derecho real, puesto que no está incorporado al bien, razón
por la que el acreedor privilegiado no tiene el ius persequendi, sino sólo el derecho a que con el
producto del remate del bien se le cancele su crédito con prioridad a cualquier otra obligación del
deudor.
El privilegio no es un derecho de crédito, sino una calificación establecida por ley en favor de ciertos
créditos. Tampoco es un derecho real, no es inherente al bien, por lo que no tiene efecto
persecutorio. “Adquiere sentido cuando hay concurrencia de acreedores de un mismo deudor y su
importancia se advierte cuando hay una falencia patrimonial general, o relativa a determinados
bienes, afectados a responder frente a las deudas concurrentes”
4. DERECHO DE RETENCIÓN
Por el derecho real de retención un acreedor, cuando su crédito no está suficientemente
garantizado, conserva en su poder el bien de su deudor, hasta que se le pague lo que se le debe. El
derecho de retención procede en los casos que establece la ley o cuando haya conexión entre el
crédito y el bien que se retiene (art. 1123). La conexión puede ser material o jurídica; en el primer
caso el derecho de retención en favor del acreedor surge como consecuencia de la inversión material
sobre el bien, por ejemplo, el caso de las mejoras; en el segundo, el derecho del acreedor de con-
servar el bien nace como consecuencia de la conservación jurídica del valor del bien, cuando el
poseedor ha comprado una servidumbre, ha extinguido una prenda, una hipoteca.
El derecho de retención no impide el embargo y remate del bien, pero el adjudicatario no puede
retirarlo del poder del acreedor retenedor sino entregándole el precio de la subasta, en lo que baste
para cubrir su crédito, salvo la preferencia hipotecaria que pueda existir (art. 1129).
Se afirma que el derecho de retención es uno de crédito porque, si bien es cierto que es una facultad
tendiente a garantizar el pago, el acreedor carece del iues persequendi y del ius preferendi,
Doctrinariamente se controvierte la naturaleza de este derecho, pero en el plano legal no hay duda,
puesto que está regulado como un derecho real de garantía (art. 1123 y ss.).
- Enajenado el bien arrendado, cuyo arrendamiento está inscrito, el arrendamiento subsiste durante
el plazo convenido.
- La obligación del copropietario- de pagar la parte proporcional de los gastos del bien común.
- Ciertas obligaciones nacidas del usufructo: gastos de mantenimiento, impuestos, etc.
- La obligación del propietario de cortarlas ramas que pasan el límite de la propiedad.
- La obligación del propietario de concurrir al deslinde del predio.
- La obligación de conservación del muro medianero.
La existencia de las obligaciones propter rem es muy discutida. Algunos las niegan sosteniendo que
siendo absolutamente independientes la obligación y el derecho real, el deudor en la obligación
«viene fijado por el hecho de ser titular del derecho real. Otros, afirman que no es' posible cerrar los
ojos a la realidad y mantenerse en una posición negativa irrazonable, debiendo sí exigirse para la
existencia de la obligación real que la obligación: se transmita con el bien, con independencia
de la voluntad de las partes, quedando liberado-el transferente.
La obligación propter rem es inherente al derecho real, es decir, es connatural al bien. El titular del
derecho real es también el deudor. Si el bien cambia de titular, cambia también el deudor, Con la
transmisión del bien automáticamente la obligación pasa al adquirente, quien deviene en deudor.
Este puede liberarse de la obligación sin el asentimiento del acreedor abandonando el bien,
persistiendo la garantía del cumplimiento de la obligación propter rem, que puede hacerse efectiva,
erga omnes, sobre el bien.
CAPÍTULO XI.
PRINCIPIOS EN EL CÓDIGO CIVIL
DISPOSICIONES DEL CÓDIGO CIVIL
El Código Civil peruano se ocupa de los derechos reales en el Libro Y (arts. 881 a 1.054). La cantidad
que les dedica deja mucho que desear. Son derechos reales principales: la posesión, la propiedad, la
copropiedad, el usufructo, el uso, la habitación, el derecho de superficie y las servidumbres.
Los derechos reales de garantía están legislados por los artículos 1.055 a 1.131, y son: la anticresis,
la hipoteca, el derecho de retención y la garantía mobiliaria (regulada por ley especial, en reemplazo
de la prenda).
El código derogado regulaba la disciplina en 223 artículos (812 - 1.035).
En este primer tomo de nuestro Tratado, previsto en número de cuatro, nos referiremos a la Teoría
General de los Derechos Reales, a los Bienes y a la Posesión.
En la Sección: Primera del Libro Y, el codificador enumera dos principios que orientan la marcha de
los derechos reales, a saber: a) El principio de la legalidad (sistema del smerzs clausus); y b) El
principio de la libertad de enajenación. Contiene, además, una norma (ya derogada) atinente a los
derechos reales sobre predios místicos, y otra de simple remisión de los derechos incorporales a las
leyes especiales.
En realidad, para nosotros, los derechos reales, especialmente la propiedad, no pueden crearse tan
fácilmente por los individuos, no tanto porque, como piensan algunos, se puedan restaurar derechos
de corte feudal (hace tiempo que desapareció este sistema), sino porque el legislador busca proteger
y perennizar la propiedad y, en general, los derechos sobre los bienes. De manera que, esto atañe
al diseño general que busca el legislador. Sería impensable, verbigracia, que un sistema donde se
protege la propiedad privada, terminara convertido en colectivo por voluntad de las partes.
En la Edad Media, por el contrario, la libertad de creación de derechos (reales) (atipicidad) hizo
aparecer el complicado sistema de las vinculaciones, se extendió antieconómicamente la propiedad
gravada y dividida (dominio directo y dominio útil) y alcanzó auge la llamada propiedad de las manos
muertas (mayorazgos, capellanías). Ese fue el fundamento de las relaciones jurídicas.
Pero el siglo XVII, fundamentalmente a partir de la Revolución francesa, con la liquidación del antiguo
régimen que supuso, marcó una vacía a la propiedad desvinculada, libre o, como dice ÁLVAREZ CAPE-
ROCHIPL, al sistema de tipicidad de las cargas reales y una pretensión de liberación de la propiedad
dividida y de los gravámenes ocultos. El cambio fue paulatino. Primero hubo de darse la llamada
legislación “intermedia”. Se reconoció en principio la libertad para crear derechos reales sobre el
suelo, pero se puso celo en impedir la restauración del régimen feudal. Posteriormente algunos
juristas plantean algo inverso: no es cuestión de permitir la creación de cualquier derecho real, por
mucho que se excluyan los marizados de feudalidad, La cuestión debía de resolverse de otra forma:
mejor admitir unos y considerar Írritos los demás. El Code aceptó esto y no modificó ni aclaró nada.
¿No estaba a la visra el precedente de los romanos, que no admitían a la par de la propiedad, sino
unos pocos derechos reales? Pue DEMOLOMBE el gran impulsor de esta doctrina. Para El, a diferencia
de los personales, los derechos reales interesan al público, a los terceros, al interés colectivo,
y por eso tocan al orden público y se vuelven invulnerables frente a las convenciones de los
particulares.
Aquella tendencia a la desvinculación de la propiedad se acentuó en el siglo XIX, y en estos momento
sobre todo con la virtual desaparición de la propiedad colectiva- se halla muy fortificada. Según
ÁIVAREZ CAPEROCHIPI, “detrás de la tipicidad late la pretensión de la defensa de valores universales
y, muy especialmente, el principio supremo del liberalismo: la tutela del crédito”. Esta es el valor
superior del derecho civil, superior aun al de la autonomía de la voluntad.
ÁJVAREZ CAPEROCHIPI encuentra puntuales y específicas razones para justificar la tipicidad en las
distintas categorías de los derechos reales,
II.- En el derecho contemporáneo, las legislaciones se inclinan mayoritariamente por el sistema cares.
Es La pauta del Código Civil alemán", y que continúan los códigos de Arastria, Suiza, Países Bálticos,
Hungría, Suecia, Finlandia, Portugal, Holanda, Japón, Brasil, Chile 2. También se ubica entre estos al
de Argentina", pues el artículo 2.502 establece: “Los Derechos Reales solo pueden ser creados por la
ley”. PUIG PEÑA es el único que, erróneamente, incluye al código argentino en el
sistema apertus.
III.- Por igual el Código peruano adhiere indubitablemente al sistema clausus. El artículo 881 dispone
Son derechos reales los regulados en este Libro y otras leyes. La fórmula es, en nuestra opinión, muy
clara.
El hecho de que úna persona solo pueda crear los derechos reales que establecen el Código Civil y las
leyes especiales, vale decir los típicos o nominados, no es otra: cosa que reconocer el principio de
legalidad (numerus clausus), Principio que es de orden o naturaleza pública, que no admite
variabilidad por pacto de las partes. Esa ha sido, además, la tradición peruana.
Nadie podrá, v. gr., instituir la figura de la enfiteusis, reconocida en el Código de 1852, pero suprimida
ya desde 1911 por la Ley N” 1.446 de 7 de noviembre de ese año. Ni el código de 1936 ni el vigente
la aceptaron. De igual modo, no es factible establecer derechos de censo (en cualquiera de sus
modalidades), capellanías ni vinculaciones. Todas estas instituciones colisionaron con la moderna
concepción de la propiedad, orientada a la libertad de comercio.
El códligo derogado regulaba este principio en la primera parte del artículo 852 que, literalmente,
decía: “Por los actos jurídicos solo pueden establecerse los derechos reales reconocidos en este
código”. Sin embargo su redacción era saltantemente defectuosa, puesto que los derechos reales no
solo son los estipulados en el código, sino también en las leyes especiales. El código vigente ha
adicionado esto, agregando en el artículo 881 la palabra “leyes”. Para nosotros, carece de
importancia que el corpus actual no diga, como el abrogado, que por los actos jurídicos las partes no
podrán crear otros derechos que los señalados en el código y en las leyes. Al decir el codificador que
son esos y no otros derechos, es obvio que nadie podrá instituir otros derechos reales que
los tipificados.
Para los exágetas del código del 36, el sistema del numerus claxus era el adrmitido. Así se
pronunciaban CASTAÑEDA , LUCRECIA MAICH
CORVETO, entre otros. Resulta incomprensible que el destacado jurista argentino HÉCTOR LAFAILLE
sostuviera que nuestro código de 1936 omitía el tema y que por consiguiente adhería al sistema
apertus.
Ahora bien: ¿Qué significa no poder crear otros derechos reales? Supone que por acto jurídico se
podrán crear los derechos reales nominados (propiedad, posesión, copropiedad, usufructo,
servidumbre, habitación, uso, superficie, hipoteca, anticresis, derecho de retención); asimismo, otros
que se hallan fuera del código, desperdigados en las leyes especiales, como por ejemplo la garantía
mobiliaria, Se trata, pues, de un universo bastante amplio. Más allá de estos, la voluntad particular
no puede constituir otros. Comentando el código de 1936.
CASTAÑEDA creía: que aparentemente no podía establecerse por acto jurídico, determinadas figuras
como los censos consignativo, reservativo y enfitéutico, aunque nada impedía que la legislación
pudiera autorizarlos porque la Constitución no lo impedía9%. Para nosotros
esto no es posible. No podrá, por ejemplo, establecerse enfiteusis, ni ninguna modalidad de censo,
no tanto porque la ley no permita, sino porque el codificador escoge un concreto modelo de
sociedad, y por consiguiente las figuras jurídicas que no lo contradigan. Después de
todo, como el mismo CASTAÑEDA advertía, en el sistema clausus hay una acción tutelar del Estado.
El fundamento de la tipicidad y, por consiguiente, de la norma prohibitiva de creación de derechos
(reales) distintos de los regulados en el Código Civil y en las leyes especiales respectivas (numerus
claxus )excede, a muestro vez, la consideración de que pueda afectar la constitución social del país
(CORVETTO), o que se desnaturalicen las instituciones existentes 9%. En rigor de verdades, no se
trata de una cuestión de estética, pues la libre creación. de los derechos-creditorios no afecta
para nada el orden ni la estabilidad de un país. Lo que sucede, en todo caso, es que refiriéndose los
derechos reales a los bienes, especialmente a la propiedad de ellos, el legislador no quiere correr
ningún albur y, más bien, tutela la propiedad —y sus derivados— de cualquier ataque posible. El
derecho liberal se ha edificado sobre el respeto a la propiedad privada de los bienes. Esta es una
constatación objetiva. Su fundamento, pues, no es impedir la restauración de la propiedad feudal,
pues sus figuras resultan anacrónicas por antieconómicas. ¿Qué sentido tendría, por ejemplo,
instituir el censo, la enfiteusis o el mayorazgo, cuando el arrendamiento actual ofrece mayor
rentabilidad?
Es el sistema abierto o permisivo. La voluntad de las partes es libre de crear tantos derechos (reales)
por acto jurídico o convenio, como considere conveniente. El régimen se distingue porque hay un
acentuado acatamiento del codificador a la autonomía de la voluntad.
El antiguo Derecho germánico establecía el sistema apertus, al dar efecto real, mediante la gewere,
a cualquier obligación referida a una cosa determinada (Wolf) . Sin embargo, el BGB (1900) volvió a
adoptar el sistema romano del numerus claxus
En el derecho vigente, adhieren al sistema apertus, Italia y Francia,entre otros.
En efecto, en francia el silencio se interpretó como permisivo de la creación de nuevos derechos
reales, dando origen a una gran controversia jurídica.
Según PLANIOE, RIPERT, PICARD; en su país ningún precepto prohíbe formalmente la constitución
de, derechos reales nuevos, o la modificación de los derechos reales establecidos. Comxssideran al
artículo 543 del Code simplemente enunciativo y que además su enumeración es incompleta, “Es
preciso —agregan— por tanto respetar la libertad de contratación con tal que esta no vaya contra
una disposición de orden público, lo que sucedería, por ejemplo, si se quisieran resucitar los antiguos
derechos feudales o desconocer los artículos 530 y 686 del Código Civil”. Pero a continuación
reconocen que esta (libre) creación tropieza con problemas que la hacen muy rara en la práctica y
terminan por inclinarse a favor del sistema clausus.
FRANCISCO DE ASÍS SANCHO REBULIDA estima que esta polémica puede tener algún defecto
originario. Hay —díce—una diferencia. insuperable en la naturaleza entre el contrato y el derecho
real. En el coneraco, la atipicidad no tiene, en principio, más limitaciones que las de la imaginación
humana; luego vienen límites—leyes, moral, orden público- incluso los contratos inmorales son
posibles, aunque no sean legales ni lícitos. En cambio en los derechos reales, al margen de las
limitaciones legales o las del Derecho natural existe otro límite impuesto por su propia naturaleza:
las virtualidades de goce y aprovechamiento inmediato y directo que los bienes son susceptibles de
proporcionar 4 su titular, SANCHO REBUllida concluye que en cualquiera de los dos sistemas, lo que
sigue teniendo función, más o menos técnica o brillante pero práctica, es la tipicidad.
Ahora bien: es pertinente preguntarse, ¿esta prohibición afecta también la enajenación de las
llamadas desmembraciones de la propiedad? En realidad pareciera que solo se refiere a la propiedad.
Pero esto no es así. Cuando el artículo utiliza el verbo “gravar” es indudable que apunta a los
gravámenes y cargas reales.
No se puede establecer cláusulas de inalterabilidad que afecten la libre movilidad de la hipoteca, la
anticresis, la garantía mobiliaria, etc., por lo mismo que estos desgajamientos de la propiedad dan
vida y libre movimiento a esta.
Pero si esta es la norma, como en todo, hay también una excepción: la ley podrá, por superiores
razones de orden público o seguridad de Estado, permitir que se prohíba. la libre enajenación de los
bienes (art. 882, in fine). Ejemplo palpable de estas restricciones y limitaciones en puntuales figuras
que regulan el ordenamiento jurídico son las siguientes: desde la perspectiva del derecho
constitucional y público, el artículo 72 de la Constitución vigente establece restricciones y
prohibiciones por razón de seguridad nacional para la adquisición, posesión, explotación y
transferencia de determinados bienes. Tampoco está permitido a los extranjeros a pesar de tener la
misma condición de los peruanos— dentro de los cincuenta kilómetros de las fronteras, adquirir ni
poseer minas, tierras, bosques, aguas, combustibles ni fuentes de energía, directa ni indirectamente,
individualmente ni en sociedad, bajo pena de perder, en beneficio del Estado, el derecho, así
adquirido (art. 71, párr, 2 de la Const). Un tercer caso es el de la expropiación (art. 70 de la Const.)
que, al privar al propietario particular de su bien, lógicamente le excluye de este principio de libre
disposición. En todos estos casos, es obvio, los intereses de la Nación (seguridad, orden público) están
por encima de los intereses individuales. Finalmente, los bienes de dominio público del Estado
son inalienables e imprescriptibles (art. 73 de la Const.).
Desde el lado del derecho privado, también notamos algunas restricciones. Así la prohibición de
transferir el usufructo legal (art. 1.002), así como la de enajenar los derechos de uso y habitación
(arc. 1.029); en el retracto, donde el retrayente se subroga en el lugar del comprador (art. 1,592) a
condición de que lo ejercite en el plazo de treinta días (art 1 596/09, la retroventa, en que el vendedor
o enajenante tiene el derecho de resolver unilateralmente el contrato (art. 1.586), exigiéndose que
lo haga en el plazo de dos años en los inmuebles, y de un año en los muebles (art. 1.588); también
hay límite en el compromiso de contratar, por el que las partes se obligan a celebrar en el futuro un
contrato definitivo (art. 1.414), pues se dispone que el plazo no será mayor de un año y cualquier
exceso se reducirá a ese límite (art. 1.416); hay, en fin, límite a la libre enajenación en el contrato de
opción, por el que una de las partes queda obligada a celebrar en el futuro un contrato definitivo, y
la otra parte tiene el derecho exclusivo de celebrarlo o no (art. 1.419) dentro de un plazo máximo de
seis meses (art. 1.423) que podrá renovarse por el mismo plazo, sucesivamente (art. 1.424). Hay
por cierto, otros ejemplos vinculados al derecho de personas, de familia, etc., que exceden al tema.
Es bien claro que en estos Supuestos el principio de libre disposición o enajenación, se halla notoria
aunque momentáneamente coartado para su titular,en efecto, se necesita que transcurran los plazos
señalados —en el pacto de retroventa, en la opción, en el compromiso de contratar— para que el
titular recupere su poder de libre disposición. -
No obstante lo anterior, en los años más recientes la legislación tiende a eliminar todo tipo de
restricciones —trabas, se dice— que vulneran este principio.Sobre todo en la legislación publicística.
LOS BIENES
EL BIEN OBJETO DE DERECHOS REALES
El bien, como objeto de derecho real, es toda entidad corporal (material) o incorporal (inmaterial),
determinado, susceptible de valor económico, del cual se puede servir el ser humano para la
satisfacción de sus múltiples necesidades. Por ejemplo, las casas, los animales, los automóviles, los
metales, los libros, las energías térmicas, hidráulicas, sonoras, luminosas, fonéticas, ópticas
(generada por los proyectores), las patentes, las marcas. En fin, bien es todo lo que puede entrar y
salir del patrimonio de las personas, aumentándolo o disminuyéndolo.
En sentido genérico, bien es todo lo que produce bienestar y felicidad al ser humano. Puede ser de
naturaleza patrimonial, como un crédito, una casa, O extramatrimonial, cormo la vida, la integridad
física, la libertad de las personas (bienes personales). Este no es el significado de bien como objeto
de derechos reales.
En un sentido menos genérico, bien es toda entidad (objeto) que otorga al sujeto una utilidad, un
beneficio de carácter económico, tal como tener un crédito, una obligación (derecho de crédito), una
casa, una cantidad de dinero (derecho real).
En esta acepción el bien es objeto tanto de un derecho real como de un derecho de crédito.
En su sentido específico, como objeto de derechos reales, bien es todo objeto corporal o incorporal
(derechos), caracterizado por tener relevancia jurídica, valor económico, ser individualizable, útil a la
persona y susceptible de apropiación, goce y disposición.
El bien es el objeto y la persona, natural o jurídica, es el sujeto de las relaciones jurídicas. Cuando
existía la esclavitud, el esclavo no era sujeto sino objeto de relaciones jurídicas, Desaparecida la
esclavitud, todo ser humano es sujeto de derecho, no puede ser objeto,
El bien tiene relevancia jurídica, por la posibilidad de ser objeto de relaciones jurídicas. Conforme a
las exigencias de la realidad social, el ordenamiento jurídico es el que establece qué entidades
materiales o inmateriales pueden ser bienes objeto de derechos reales. Carece de importancia
jurídica, por ejemplo, regular la luz del sol, no obstante su utilidad para la vida del ser humano.
El bienes individualizable material o nominalmente (especie, cantidad, calidad) y perteneciente O
posible de pertenecer a un sujeto, como la res nullius (art. 920).
Solamente es bien un objeto susceptible de apropiación. Lo que no es Suceptible de apropiación,
como los cometas, las nubes, las estrellas, los idiomas, no son apropiables por el ser humano, por lo
que no son bienes objeto de derechos reales.
Los adelantos científicos, técnicos, hacen que lo que antes no era posible de apropiación ahora lo
sea, v. gr., la energía eléctrica, calorífica,
El bien puede existir actualmente o ser posible de existir (bien futuro), como una máquina qué se
proyecta fabricar, una cosecha futura, unos muebles que todavía no se han confeccionado, Una casa
que se edificará.
Es bien la entidad que proporciona o pueda proporcionar al sujeto una utilidad económica o moral,
es decir, debe ser apreciable socialmente. La utilidad que proporciona él bien no puede estar referida
al sujeto como entidad física o biológica, como el aire que es necesario para respirar. No son bienes
ciertas entidades que no obstante su utilidad vital, pero dado a su abundancia no son susceptibles
de apropiación, carecen de valor económico, como el aire, la luz solar, salvo cuando son captados en
recipientes y conductores, ingresando de este modo al patrimonio de una
persona, por lo que adquieren la calificación de bienes.
Solamente es bien el objeto aislable del resto de la compleja unidad del universo. Por ejemplo, la luz
solar no es bien por no ser aislable.
El bien tiene que tener valor económico. Una entidad no patrimonial, corporal o incorporal, que no
es susceptible de valoración económica no es bien como objeto de derecho real. Así, el derecho al
honor, a la libertad, a elegir y ser elegidos, a la vida, carecen de todo elemento patrimonial. Empero,
el daño producido a estos bienes es reparable en dinero.
Un sector de la doctrina considera a la comercialidad como una característica del bien”. Esta doctrina
no es seguida por el ordenamiento Jurídico peruano, pues la calificación delos objetos como bienes
es impuesta por la ley, la cual muchas veces considera como tales a objetos susceptibles de valoración
económica, pero los coloca fuera del comercio. Por ejemplo, el art. 73 de la Constitución dispone que
los bienes del Estado de uso público son inalienables e imprescriptibles, es decir, están fuera del
comercio. Estos bienes forman parte del patrimonio del Estado (llamados bienes demaniales) y
pueden ser comerciables si son desafectados.
Los bienes (cosas y derechos), conjuntamente con las deudas, forman el patrimonio del sujeto.
COSAS Y BIENES
Se denomina bien a los objetos corporales y a los incorporales y se llama cosa solamente a los objetos
corporales. Todas las cosas son bienes, pero no todos los “bienes son cosas, porque hay bienes
incorporales, como los derechos, que no son COSAS.
En sentido amplio, común, con la palabra cosa (del latín causa, motivo) se designa todo lo que existe,
o puede concebirse como existente, ya sea corporal o espiritual, natural o artificial, real o abstracto,
como entidad separada. Cosa inanimada (sin vida) por oposición a la animada-(el ser viviente). En
síntesis, cosa u objeto es el universo y todo lo que en el existe, excepto el ser humano que es sujeto.
En Roma, la palabra res (cosa) tuvo diversos significados, por ejemplo, una res es un rerum natura
para significar que la cosa existe; res in iudicium deducta, indica la pretensión jurídica; res iudicata
indica la eficacia de la sentencia; in rem, designa la acción que tutela las relaciones absolutas; y,
además, res puede significar un asunto, un negocio, un contrato. En su acepción específica res
significa una cosa material (res corporales): Inicialmente, los res corporales estaban vinculadas a la
propiedad, luego se extendió a todos los derechos reales.
ULPIANO dijo que los bienes son las cosas provechosas, es decir, las que hacen la felicidad del
hombre, En las partidas se lee: “Bienes son llamadas aquellas cosas de que los hombres se sirven o
se ayudan” (Part. 2, tit. 17).
Según el Diccionario de la lengua española, cosa, en Derecho, es el objeto material, en oposición a
los derechos creados sobre él y a las prestaciones personales. De acuerdo con esta concepción toda
cosa (del latín res) es un bien, pero no todo bien es una cosa. Cosas son solamente los objetos
materiales susceptibles de tener valor económico. En cambio, bienes son todos los objetos materiales
(los predios, los minerales, los animales) o inmateriales (los créditos, los derechos de autor)
susceptibles de tener valor económico, que sirven para satisfacer las necesidades humanas.
ENNECCERUS define a las cosas como partes de la naturaleza no libre y dominable que rodea al
hombre, que tienen sustantividad propia, una denominación especial y un valor en la vida del tráfico,
siendo en consecuencia reconocidas como objetos de derechos independientes*.
En sentido jurídico restringido, Se llama cosas a los objetos corporales (tierras, metales, animales,
etc.) que tienen un valor económico*, susceptibles de ser apropiados por las personas para la
satisfacción de sus necesidades. En cambio, los bienes comprenden a las entidades corporales (cosas)
e incorporales.
En el derecho actual, son bienes, objeto de derechos reales, todas las entidades corporales o
incorporales, susceptibles de tener valor económico, apropiables por las personas para la satisfacción
de sus necesidades.
En opinión de JOSSERAND, bienes, en su acepción jurídica, es decir, los valores económicos, son, o
los objetos materiales, que caen generalmente bajo los sentidos, un terreno, un vestido, o los
derechos establecidos sobre dichos objetos: “se distinguen así y se oponen a las cosas, soportes de
los derechos, y los derechos que descansan sobre ellas”.
El Código francés, el español”, el alemán*, el argentino”, entre otros, consideran cosas solamente a
los objetos corporales o materiales que tengan un valor económico.
El Código civil chileno considera como cosas tanto a los objetos corporales como a los incorporales.
El art. 565 dispone: Los bienes consisten en cosas corporales o incorporales. Corporales sontas que
tienen un real y pueden ser percibidas por los sentidos, como una casa, un libro. Incorporales las que
consisten en meros derechos, como los créditos y las servidumbres activas.
El Código italiano de 1942 establece que son bienes las cosas que pueden constituir objeto de
derecho (art. 810), considera bienes-muebles a las energías naturales que tienen valor económico
(art. 814), denomina derechos reales inmobiliarios a los constituidos sobre bienes inmuebles, así
como a las acciones inmobiliarias (art. 813) y derechos reales mobiliarios a los constituidos sobre
cosas muebles. Se amplió de este modo el concepto de bien para comprender a todos las entidades
corporales o incorporales que pueden ser objeto de derecho y formar parte del patrimonio de las
personas.
En países en los que sus códigos se refieren solamente a las cosas, se ha extendido el significado de
esta palabra para hacerla comprensiva de los objetos corporales e incorporales que tengan valor
económico. Esto se debe a que los conceptos jurídicos no son estables sinó mutables de acuerdo a
los progresos científicos, tecnológicos, y a las transformaciones sociales.
Como se aprecia, el significado que el Derecho atribuye a las palabras: cosa y bien no coincide con
su significado común. No todas las cosas corporales pueden asumir la calidad de objeto de los
derechos reales, porque algunas cosas, como las estrellas y el firmamento, están ciertamente
destituidas de valor jurídico, no son reguladas por el Derecho, por tanto, algunas cosas corpóreas,
que corresponden a una concepción natural y física de cosa, no coinciden con la configuración jurídica
de cosa operada por el Derecho. Para el Derecho son cosas solamente aquellas que son susceptibles
de apropiación particular por ser idóneas para satisfacer necesidades humanas, o sea aquellas cosas
que son también bienes. Las entidades beneficiosas para el ser humano, pero que por su abundancia
no son susceptibles de apropiación particular no tienen la calidad jurídica de bienes.
Con referencia a la energía eléctrica, FERRARA dijo: “El derecho es ordenamiento práctico de las
relaciones y se desenvuelve sobre la base de puntos de vista prácticos. Es innegable hoy que la
energía eléctrica es susceptible de utilización económica y perceptible a nuestro sentido, puede
aislarse y conservarse en acumuladores, puede ser mezclada, dividida, suministrada, y en todo esto
es más que suficiente según la concepción del comercio para reconocer a la electricidad como un
bien susceptible de propiedad”.
PUGLIATI expresa: la cosa “también es producida por la naturaleza, y está a disposición del hombre;
y en cuanto el hombre dispone, la emplea, obra y puede actuar por medio O a través de ella, se
humaniza, y viviendo el hombre en sociedad se socializa”, Agrega este autor, que no son bienes las
energías naturales tal como se encuentran en la naturaleza, sino “aquellas que son captadas por el
hombre, mediante su preparación por medios idóneos, de modo de poder ser empleados con
fines prácticos, distribuida, intercambiada, utilizada”.
Por su parte, BIODI” dice: “La fuerza de gravedad, la energía vital, el movimiento del mar, la
electricidad atmosférica, energía solar o térmica de la tierra y tantas otras energías que
espontáneamente ofrece la-naturaleza, no son bienes; son ante todo res comunes omnium, en
cuanto por su práctica limitación están a disposición de todos, lo mismo que el aire que se respira”.
Pero en cuanto y en tanto estas energías puedan ser captadas, individualizadas, controladas,
cuantificadas por el ser humano para ser utilizadas en la satisfacción de necesidades económicas, no
cabe duda que tienen la calidad de bienes como soporte de derechos reales.
En el lenguaje jurídico moderno, las palabras cosas y bienes se usan como sinónimas, si se entiende
como tales a las entidades materiales o inmateriales, con valor económico, apropiables por ser útiles
para la satisfacción de necesidades humanas.
EL SER HUMANO
El ser humano no es objeto (bien o cosa), está alejado de toda idea de valor económico; es sujeto,
por tanto, no puede ser objeto de un derecho real. La vida y la integridad física son derechos
inalienables del ser humano.
Esta situación puede cambiar si ciertas partes del ser humano son separadas de él sin contravenir
normas imperativas, el orden público o las buenas costumbres. De acuerdo al artículo 6 del Código
Civil, ciertas partes separadas del cuerpo que no disminuyan permanentemente la integridad física y
siempre que no se atente contra el orden público y las buenas costumbres sí son bienes, por ejemplo,
el cabello, la leche materna, la sangre.
Todo acto de disposición de órganos y tejidos humanos debe ser gratuito.
Con motivo de los trasplantes de Órganos, estos pueden ser objeto de derecho
real, en la medida que la ley permita su ablación y transplante entre personas vivas.
La Ley 28189, Ley General de Donación y Transplante de Órganos y/o Tejidos
Humanos, prescribe que la donación de tejidos regenerables de donantes vivos requiere:
1. Certificación médica de ausencia de riesgos para su vida, salud o posibilidades de desarrollo del
donante; 2. Los menores de edad o incapaces podrán ser donantes siempre que los padres o tutores,
con el juez competente, otorguen la autorización correspondiente (art. 9).
La donación de Órganos y tejidos no regenerables de donante vivo exige los requisitos y condiciones
siguientes:
1. Existir compatibilidad entre el donante y el receptor para garantizar la mayor probabilidad de éxito
del transplante.
2. Ser mayor de edad, gozar de plenas facultades mentales y de un estado de salud adecuado,
debidamente certificado por médicos especialistas distintos de los que vayan a efectuar la extracción
y el transplante, que les permita expresar su voluntad de manera indubitable. Los representantes de
los menores o incapaces no tienen facultad para brindar consentimiento para la extracción de
órganos y/o tejidos de sus representados.
3. Ser informado previamente de las consecuencias previsibles de su decisión,
4. Otorgar su consentimiento por escrito ante Notario Público, de manera libre,
consciente y desinteresada.
5. Se deberá garantizar que las funciones del órgano o tejido a extraer serán compensadas por el
organismo del donante de manera que no se afecte sustancialmente su vida o salud.
6. El donante tiene derecho a revocar su consentimiento en cualquier momento, lo que no da lugar
a ningún tipo de indemnización.
7. En ningún caso se procederá a la extracción cuando medie condicionamiento o coacción de
cualquier naturaleza, 8. Sin perjuicio de lo dispuesto en el art.6 deberá facilitarse al donante vivo La
asistencia médica necesaria para su restablecimiento (art, 10).
La extracción de órganos y/o tejidos procedentes de donantes vivos o cadavéricos solamente se
realizará con la finalidad de favorecer o mejorar sustancialmente la salud, expectativa o condiciones
de vida de la otra persona, con pleno respeto de los derechos humanos y los postulados éticos de la
investigación biomédica (art. 5)
No es bien el trabajo por estar indisolublemente unido a la persona que lo realiza. Pero si es bien el
producto del trabajo, v. gr., la propiedad intelectual. Las facultades del ser humano, su inteligencia,
su fuerza física, su obrar o sus abstenciones no forman parte de los bienes que generen, El poder
jurídico que tiene el acreedor sobre su deudor y los derechos que le origine no son bienes, aunque
den nacimiento a bienes. El acreedor no tiene derecho sobre la persona de su deudor sino sobre los
bienes de éste, El deudor que no ejecuta el trabajo material o intelectual a que se ha obligado no
responde con su persona sino con sus bienes.
La Ley 26842, art. 7, permite la procreación mediante el uso de técnicas de reproducción asistida,
siempre que la condición de madre genética recaiga sobre la misma persona y se prohíbe la
fecundación de óvulos humanos con fines distintos a la procreación, así como la clonación de seres
humanos; y la ley 27636 incorpora en el Código penal (art. 324) el delito de manipulación genética
con el fin de clonar seres humanos. La Ley 27282 promueve, protege e incentiva la donación de
órganos y tejidos con fines terapéuticos, pero prohíbe que puedan ser transferidos a título oneroso.
Lo que indica que los Órganos y tejidos del ser humano no son bienes por no ser evaluables
económicamente, salvo muy pocas excepciones.
Son contrarios a las buenas costumbres la manipulación de gametos o preembriones que atente
contra la dignidad del ser humano como la modificación, salvo por razones patológicas, del genoma
humano, los actos selectivos del sexo, el comercio de Órganos y tejidos, pero no se puede considerar
como contrario a las buenas costumbres la manipulación genética con el fin de aislar enfermedades
congénitas. Por tanto, asoma ya una cierta patrimonialidad de ciertas partes del cuerpo humano
separadas de él en cuanto al cadáver del ser humano, la Ley 28189 dispone que el diagnóstico y
certificación de la muerte de una persona se basa en el cese definitivo e irreversible delas funciones
encefálicas de acuerdo a los protocolos que establezca el reglamento y bajo responsabilidad del
médico que lo certifica” (art. 3). Al ocurrir la muerte, los restos mortales de la persona humana se
convierten en objeto de derecho, se conservan y respetan de acuerdo a ley. Pueden usarse en
defensa y cuidado de la salud de las otras personas, según lo establecido en la presente ley” (art. 4).
EL PATRIMONIO
El patrimonio de una persona representa una universalidad, o sea un conjunto de bienes que
constituyen un todo, una unidad, no puede ser objeto de derechos reales, porque estos siempre
recaen en bienes singulares determinados.
Doctrinariamente todavía se discute si los bienes incorporales pueden ser objeto de derechos reales.
Para los códigos del s, XIX y muchos del XX, solamente son objeto de los derechos reales las cosas
corporales, materiales.
Hay quienes hacen una clasifican tripartita de los derechos patrimoniales derechos de crédito,
derechos reales y derechos: intelectuales.
Se sostiene que las creaciones del autor o del inventor, en rigor constituyen una tercera categoría
independiente de derecho, en cuya naturaleza jurídica hay que distinguir dos aspectos: porun lado,
el derecho moral de autor, que se materializa en facultades que tiene el titular para que todos
reconozcan y respeten su paternidad espiritual con respecto al objeto creado y la incolumidad de
éste; y, por otro lado, el derecho a la explotación económica de la creación espiritual ... Sólo
con relación a este último podría hablarse de propiedad intelectual, pero tomado la palabra
propiedad no como sinónimo de dominio, sino con el alcance más amplio del derecho patrimonial,
Se afirma que los bienes incorporales no pueden ser aprehendidos físicamente, por lo que no pueden
ser poseídos ni adquiridos por prescripción. |
Esta discusión está superada por nuestro ordenamiento Jurídico civil que admite que los bienes
incorporales patrimoniales son objeto de derechos reales (art.834). La doctrina predominante
sostiene que son bienes los objetos corporales o incorporales susceptibles de evaluación económica.
Los derechos de autor, las patentes, los nombres comerciales, las denominaciones de origen, entre
otros bienes incorporales, en su aspecto económico, son derechos que pertenecen en propiedad a
su autor o inventor, quien puede gozarlos directamente excluyendo a todo otro no titular y
disponerlos libremente. A nadie se le ha ocurrido sostener que estos bienes, en su aspecto
patrimonial, no son negociables. La adquisición por prescripción de un objeto no es característica que
determine su calidad como bien objeto de derecho real, porque si así fuera, los bienes de dominio
público del Estado no serían tales por imprescriptibles. -
Son apropiables tanto los bienes corporales (casas, vehículos, animales, etc.) como los incorporales
(creaciones artísticas, literarias, las invenciones susceptibles de aplicación industrial, etc.).
En muestro ordenamiento jurídico regulador de los derechos reales encontramos tres clases de
bienes incorporales o inmateriales: las obras del ingenio humano, las invenciones industriales y los
derechos.
Los derechos de autor tienen un contenido moral y otro patrimonial. El derecho moral es perpetuo,
inalienable, inembargable, irrenunciable e imprescriptible, en cambio, el derecho patrimonial puede
ser explotado por su antor bajo cualquier forma o procedimiento. Luego, el derecho patrimonial de
autor tiene la categoría de derecho real.
El D. Leg. 822, Ley sobre el Derecho de Autor, regula los derechos de autor (obras literarias, musicales,
de arquitectura, audiovisuales, programas de ordenador). Los derechos: de autor son morales
(derecho de paternidad, integridad, variación, etc.) y patrimoniales (el derecho de realizar, autorizar
o prohibir la producción, comunicación, distribución de la obra al público; la traducción, arreglo, ex-
portación, etc.), Solamente son bienes los derechos patrimoniales.
La primera ley que reguló la propiedad incorporal fue la ley sobre propiedad literaria y artística creada
por la Convención francesa del 19 de julio de 1793,
El Derecho de Autor está regulado por la Decisión 351 de La Comisión del Acuerdo de Cartagena y
por el Decreto Legislativo 822, Ley sobre el Derecho de Autor, del 23.44.1996. La Oficina de Derechos
de Autor del INDECOPI es la autoridad responsable de cautelar y proteger administrativamente el
derecho de autor y los derechos conexos (art, 168 del 1), Leg. 822). El Tratado de la Organización
Mundial de la Propiedad Intelectual (O'MPD, ratificado mediante D.S. N* 017-2002.
RE, del 28.2.02, publicado el 2,3.02.
Los sujetos protegidos por el D. Leg. 822, Ley sobre el Derecho de Antor, son los autores de obras
literarias (novelas, cuentos, poemas, obras dramáticas), artísticas (dibujos, pinturas, grabados,
litografías, esculturas, obras arquitectónicas, etc.), musicales (canciones, coros, Óperas, revistas
musicales, operetas, sonatas, música de cámara, bandas, orquestas, etc), fotográficas (retratos,
paisajes, acontecimientos de actualidad, etc.), audiovisuales (películas, documentales, noticiarios,
video- casetes electrónicas, etc.), obras derivadas (traducciones, adaptaciones), colecciones
(compilaciones) y sus derechohabientes, así como los titulares de derechos conexos al derecho de
autor.
El autor es la persona natural que realiza la creación intelectual. Derechohabiente: es la persona
natural o jurídica a quien por cualquier título se transmiten derechos reconocidos en la Ley sobre
Derechos de Autor. Artista, intérprete o ejecutante es la persona que representa, canta, lee, recita,
interpreta o ejecuta en cualquier forma una obra literaria o artística o una expresión del folklore, así
como el artista de variedades y de circo.
Editor es la persona natural o jurídica que mediante contrato con el autor o su derechohabiente se
obliga a asegurar la publicación, y difusión de la obra por su propia cuenta. Productor es la persona
natural o jurídica que tiene la iniciativa, coordinación y responsabilidad en la producción de la obra.:
Es objeto del derecho de autor todas las obras del ingenio, en el ámbito literario o artístico: obras
literarias escritas (libros, revistas, folletos u otros escritos) o expresadas en forma oral (conferencias,
alocuciones; sermones, explicaciones didácticas); las composiciones musicales; obras dramáticas,
dramático-musicales, coreográficas, pantomímicas y escénicas en general; obras audiovisuales; obras
de artes plásticas, incluidos los bocetos, dibujos, pinturas, esculturas, grabados y litografías; obras de
arquitectura; obras Fotográficas y las expresadas por un procedimiento análogo a la fotografía;
ilustraciones, mapas, croquis, planos, bosquejos y obras plásticas relativas a la geografía, topografía,
arquitectura o las ciencias; lemas o frases que tengan una forma de expresión literaria o artística, con
características de originalidad; los programas de ordenador, las antologías o compilaciones de obras
diversas o de expresiones del folclore», y las bases de datos, siempre que dichas colecciones sean
originales en razón de la selección, coordinación o disposición de su contenido; los artículos
periodísticos; y toda otra producción del intelecto en el dominio literario o artístico, que tenga
características de originalidad y sea susceptible de ser divulgada o reproducida por cualquier método.
Son obras derivadas, siempre que revistan características de originalidad: las traducciones,
adaptaciones, revisiones, actualizaciones y anotaciones, resúmenes y extractos, ¡arreglos musicales
y demás transformaciones de obras literarias o artísticas o de expresión del folclore
Los derechos de autor son morales y patrimoniales. Son derechos morales: el derecho de divulgación,
paternidad, integridad, modificación o variación, retiro de a obra del comercio y el derecho de acceso
(art. 22). El Derecho patrimonial comprende el derecho exclusivo de realizar, autorizar o prohibir: la
reproducción de la obra; su comunicación y distribución al público; la traducción, adaptación, arreglo
u: otra transformación de la obra; la importación y cualquier otra forma de utilización de la obra (art.
31).
El derecho patrimonial dura toda la vida del autor y 70 años después de su fallecimiento. En las obras
en colaboración, el período de protección se contará desde la muerte del último coautor (art. 52). Al
vencimiento de este plazo la obra pasa al dominio público.
Como en la práctica es difícil que cada autor por sí solo defienda sus derechos, el Decreto legislativo
Nº 822, en su capítulo FX, regula la gestión colectiva de los derechos de autor. Las sociedades de
autores y derechos conexos, constituidas o por constituirse para defender los derechos patrimoniales
reconocidos en la ley, necesitan, para los fines de su funcionamiento como sociedades de gestión
colectiva, de una autorización de la Oficina de Derechos de Autor del Indecopi y están sujetas a
fiscalización, inspección y vigilancia en los términos que establezca la ley y su «reglamento. Dichas
entidades serán asociaciones civiles sin fines de lucro, tendrán personería jurídica y patrimonio
propio, y no podrán ejercer ninguna actividad de carácter político, religioso o ajena a su propia
función.
LA PROPIEDAD INDUSTRIAL
Las invenciones industriales son creaciones intelectuales vinculadas a la técnica como son las
patentes de invención, certificados de protección, así como las creaciones intelectuales que sirven
como signos distintivos para diferenciar a los empresarios y productos, por ejemplo, las marcas de
productos y servicios, nombres comerciales.
Las invenciones industriales y los signos distintivos están reguladas a través del derecho de
propiedad industrial en el D. Leg. 823, publicado el 24.4.96, que protege a las patentes de invención,
certificados de protección, modelos de utilidad, diseños industriales, secretos industriales, marcas de
productos y de servicios, marcas colectivas, marcas de certificación, nombres comerciales, lemas
comerciales y denominaciones de origen. El Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la
Protección de la Propiedad Intelectual (INDECOPD) conoce y resuelve lo relativo a la propiedad
industrial.
Patente de invención es el título por el cual el Estado concede el derecho exclusivo de explotación al
titular de una invención dentro del territorio nacional. Es otorgada para las invenciones de productos
o de procedimientos en todos los campos de la tecnología, siempre que sean nuevas, tengan nivel
inventivo y sean susceptibles de aplicación industrial (art. 22). El derecho a la patente pertenece al
inventor o a su causahabiente, Los titulares de la patente pueden ser personas naturales o jurídicas.
El certificado de protección es otorgado por el término de un año al inventor que tenga en estudio
un proyecto de invención y que necesite experimentar o construir algún mecanismo que le obligue a
hacer pública su idea. La posesión de este certificado da a su dueño el derecho preferente sobre
cualquier otra persona que durante el año de protección pretenda solicitar privilegios sobre la misma
materia (arts. 93 y 96),
Modelo de utilidad es toda nueva forma, configuración o disposición de elementos de algún
artefacto, herramienta, instrumento, mecanismo u otro objeto o de alguna parte del mismo, que
permita un mejor o diferente funcionamiento, utilización o fabricación del objeto que lo incorpora o
que le proporcione alguna utilidad, ventaja o efecto técnico que antes no tenía (art. 97). Se concede
patente de modelo de utilidad por el plazo de diez años, huego de los cuales, el modelo de utilidad
es de dominio público (art. 100).
Diseño industrial es cualquier reunión de líneas o combinación de colores o cualquier forma externa
bidimensional o tridimensional, que se incorpore a un producto industrial o de artesanía para darle
una apariencia especial, sin que cambie el destino o finalidad de dicho producto y sirva de tipo o
patrón para su fabricación (art. 102). Los nuevos diseños industriales son registrables por el plazo de
diez años, luego de los cuales son de dominio público (art.-109).
Secreto industrial es la información que tenga un valor comercial, efectivo o potencial, por ser
secreta en el sentido que como conjunto o en la configuración y composición precisas de sus
elementos, no sea conocida en general ni fácilmente accesible a las personas integrantes dle los
círculos que normalmente manejan el tipo de información de que se trate, y siempre que la persona
que legalmente la tenga bajo control haya adoptado medidas razonables para mantenerla secreta
(art. 116). Son susceptibles de protección como secreto industrial tanto el conocimiento tecnológico
integrado por procedimientos de fabricación y producción en general como el conocimiento relativo
al empleo y aplicación de técnicas industriales, resultantes del conocimiento, experiencia o habilidad
intelectual que guarde una persona con carácter confidencial y que le permita obtener y mantener
una ventaja competitiva o económica frente a terceros (art. 117). Su titular podrá transmitirlo o
autorizar su uso por un tercero.
Marca es todo signo que sirva para diferenciar en el mercado los productos y servicios de una persona
de los productos y servicios de otra persona. Son registrables como marcas los signos que sean
perceptibles, suficientemente distintivos y susceptibles de representación gráfica, como las palabras
reales o forjadas, las imágenes, figuras, símbolos, las formas tridimensionales, etc. (art. 128)
Lema comercial es la palabra, frase o leyenda utilizada como complemento de una marca. El registro
de un lema comercial se otorgará por el plazo de diez años renovables.
Nombre comercial es el signo que sirve para identificar a una persona natural jurídica en el ejercicio
de su actividad económica (art. 207). El derecho al uso exclusivo de un nombre comercial nace con
su primer uso en el comercio, y termina con el cierre definitivo del establecimiento o con el cese de
la actividad que lo distingue. El nombre comercial únicamente puede ser transferido con la totalidad
«de la empresa o el establecimiento que venía utilizándolo. En la trasferencia de una empresa o
establecimiento se comprende el derecho al uso exclusivo del nombre «comercial, salvo pacto en
contrario (art, 210). El registro del nombre comercial se concede por un período de diez años
renovables.
Se entiende por denominación de origen, aquella que utilice el nombre de una región o un lugar
geográfico del país qué sirva para designar un producto originario del mismo y cuya. calidad o
características se deben exclusiva o esencialmente a los factores naturales y humanos del lugar (art.
219). La declaración de protección de una denominación de origen se hará de oficio o a petición de
quienes demuestren tener legítimo interés, entendiéndose por tales, las personas físicas o morales
que directamente se dediquen a la extracción, producción o elaboración del producto o los productos
que se pretendan amparar con la: denominación de origen (art. 223).
El Código penal, título 1 denominado “Delitos contra los derechos intelectuales”, Capítulo l, arts. 216
al 221, regula los “Delitos contra los Derechos de Autor y conexos”. Los delitos contra la propiedad
industrial están tipificados en los arts. 222 al 225 del Código Penal.
4) La garantía mobiliaria se puede constituir sobre los créditos (derechos) presentes o futuros del
deudor o del constituyente de la garantía mobiliaria. El acreedor garantizado podrá solicitar al
constituyente de la garantía mobiliaria información relativa al proceso de. cobro de los créditos dados
en garantía mobiliaria (art. 16* de la Ley 28677, Ley de la Garantía Mobiliaria).
EL BIEN OBJETO DE DERECHO REAL Y BIEN JURÍDICAMENTE PROTEGIDO POR EL DERECHO PENAL
No hay que confundir el bien como objeto de los derechos patrimoniales, cuyo concepto hemos dado
antes, con el bien jurídico protegido por el Derecho penal. En el campo del Derecho penal, el
concepto de bien jurídico reemplaza al concepto de derecho subjetivo y se define como el interés
jurídicamente protegido mediante la amenaza y la ejecución de una pena. Por ejemplo, la vida, el
cuerpo y la salud están tutelados por las normas penales que regulan los delitos de homicidio, aborto,
lesiones, exposición a peligro o abandono de personas en peligro, genocidio; el honor de las personas
está protegido por las normas penales que disciplinan los delitos de injuria, calumnia, difamación; el
patrimonio de las personas está tutelado penalmente por las normas que tipifican delitos como el
hurto, robo, abigeato, apropiación ilícita, estafa, usurpación.
La hegemonía de la tierra como eje de la organización social es el rango más saltante de la Edad
Media. Por eso el valor más grande y decisivo lo adquirió esta clasificación a influjo del Derecho
medieval y, sobre todo, del feudal, que atribuía importancia preponderante a la propiedad
inmobiliaria (léase, la tierra). Los antiguos derechos, francés y español, entre otros, así lo hicieron.
En el antiguo derecho consuetudinario francés, la tierra era el elemento esencial del patrimonio y,
aun, de riqueza. Este hecho de priorizar la tierra sobre los demás bienes, originaba ciertas
consecuencias explicables; de una parte, la propiedad inmobiliaria gozaba de todo tipo de protección
y garantías (aunque también de trabas). Resulta sintomático que los inmuebles en caso de
matrimonio de su propietario, no entraban en la comunidad.
Además del elemento de la movilidad, el antiguo derecho francés admitía otro principio de
clasificación, que tenía en cuenta ante todo la duración y la utilidad del bien como productivo de
ingresos. Hacia los siglos XI y XIV, la distinción radica en oponer los béritages (heredades, inmuebles),
o sea los bienes que producían tentas para su dueño y que al mismo tiempo eran sólidos y durables,
y los muebles. Pero había una categoría intermedia entre ambos: los chatels o cateaux (ciertos
inmuebles de menor importancia como los edificios rurales, las granjas, los establos y los árboles
frutales y oquedades). Aunque se afirma que fue un fenómeno de supervivencia parcial. En suma,
eran inmuebles los bienes que revestían tal carácter, y muebles todos los demás, aunque estuvieran
fijos en el suelo.
La propiedad inmobiliaria era considerada fuente de fortuna, de honor, de dignidades, consideración
y nobleza, en una palabra, de saetas social. Estaba vista con favor insigne. Viceversa, la fortuna
mobiliaria, que no se exhibe a toda luz, que no ennoblece a su poseedor, es tratada con absoluto
desdén. Circulaba por aquella época el adagio: ves mobilís, ves vilis, o también: vilis mobilium
possessio. Semejante visión, obviamente, solo podía existir en un régimen como el feudal, donde la
tierra era el eje de cola la organización social. La industria era incipiente, el comercio tenía escasa
actividad, estaba prohibido el préstamo con interés; los metales preciosos, abundantes bajo el
imperio romano, escaseaban. Se consideró como inmuebles ficticios a los bienes incorporales
susceptibles de producir beneficios periódicos, por ejemplo, los créditos que afectan la forma de
rentas, los derechos señoriales y los oficios, ese elemento tan importante de las fortunas burguesas
durante los últimos siglos del antiguo régimen.
ENUMERACIÓN
De manera grave y escandalosa, el código nacional no contiene la clasificación de los bienes. Por
ejemplo, no los divide en fungibles e infungibles o divisibles e indivisibles. Sin embargo, en el Libro
de Obligaciones se habla de las obligaciones de dar bien cierto e incierto, u obligaciones divisibles e
indivisibles, respectivamente, por citar solo dos casos. indudablemente que la noción de bien
es previa a la de obligación.
Ya se ha establecido que la clasificación de los bienes en muebles e inmuebles es la principal en el
ordenamiento nacional. Al punto que todas las demás cumplen un papel secundario. Queda por
estudiar a cada uno de los bienes.
El Código Civil-enumera taxativamente cuáles son los inmuebles, en el artículo 885:
CRITERIOS DE CLASIFICACIÓN
Los bienes inmuebles son clasificados de acuerdo a los siguientes criterios:
1) Inmuebles por naturaleza; 2) inmuebles por el objeto sobre el que recaen (derechos inmobiliarios);
3) inmuebles por afectación (calificación) legal; 4) inmuebles por integración.
En rigor, no existe un solo temperamento para clasificar a los bienes tanto inmuebles como muebles.
La división que aquí se ensaya responde a nuestra exposición.
EL MAR, LOS LAGOS, LOS RÍOS, LOS MANANTIALES DE AGUA Y LAS AGUAS VIVAS O ESTANCIALES
(Art. 885, 29)
El numeral contiene la clasificación —aunque no bien redactada técnicamente— de las aguas, que
no traía el código derogado.
Todas las aguas y corrientes de agua, en general, participan de la naturaleza inmobiliaria del suelo,
de quien dependen sus cursos o cauces. De otra parte, son bienes que pueden ser utilizados por el
hombre, aunque de ser sacadas o retiradas de dicho cauce, corriente o fuente original, se
transformarían en muebles.
El mar. Es la porción líquida de la corteza terrestre. Debe anotarse que el planeta Tierra es
mayoritariamente agua, en una cantidad de dos tercios aproximadamente. Las aguas marinas son
saladas, en contraste con las de los ríos, consideradas dulces.
En realidad no es rigurosamente cierro que las aguas marinas sean inamovibles; sí se mueven; basta
comprobar el oleaje, lo que sucede es que su naturaleza inmobiliaria se deriva de la inamovilidad del
cauce, lecho o cuenca terrestre donde están contenidas. Téngase claro entonces que
la noción no solo comprende la porción acuosa (agua salada) del mar, sino también el suelo y el
subsuelo marinos.
El concepto “mar territorial” comprende varios elementos materiales, a saber: el mar, el lecho
(cauce), el subsuelo marino y el espacio aéreo que lo cubre, que viene a ser una unidad integrada. El
tema roza con la definición de dorninio marítimo, y su tratamiento nos conduce al Derecho público
(administrativo e internacional).
El artículo 97 de la Constitución establece la inviolabilidad del territorio del Estado, el mismo que
comprende el suelo, el subsuelo, el dominio marítimo y el espacio aéreo que los cubre. El territorio
de un Estado abarca, por tanto, la tierra, las aguas y los aires (estos últimos recubren a ambos).
Sin embargo, existe un problema aparte, relacionado con el dominio marítimo estatal. La polémica
gira en torno a la anchura o extensión de ese mar territorial. El tratamiento se hará en el lugar
indicado (infra,N? 218 y ss).
En el Derecho patrio se reconoció la tesis del mar territorial hasta las 200 millas marinas. Fue recogida
a partir de 1947, Resulta la más idónea. El territorio de un país, en rigor de verdades, es una unidad.
Comprende la tierra, el mar y el aire. El mar territorial no viene a ser sino la prolongación del territorio
hasta las 200 millas (más allá son aguas de nadie), comprendiendo el suelo marítimo, su zócalo
continental, su subsuelo y las aguas que están encima de dicha porción de 200 millas. De acuerdo
con esta tesis, la soberanía del Estado se extiende y prolonga al territorio que está bajo las aguas
marinas y por eso mismo a estas últimas. Lo mismo puede aplicarse a la soberanía del aire,
comprensiva tanto del territorio como de las 200 millas marinas.
También son inmuebles por naturaleza los lagos. El lago viene a ser una masa o acumulación natural
de agua permanente en la superficie, ubicada generalmente en una hondonada. Puede comunicarse
con el mar o no. Siendo los lagos recursos naturales, ellos integran el patrimonio nacional y, por ende,
del Estacio (art. 66 dela Consti.).
La Ley de Recursos Hídricos (Ley N* 29.338), que ha venido a sustituir a la anterior Ley General de
Aguas, no enumera expresamente a las aguas de los lagos, ni habla de las “aguas estanciales”, pero
quizá podría considerárselas incluidas en el concepto del agua “acumulada en forma
natural o artificial” (art, 5, 100.39).
Dentro del concepto “lagos” hay que entender también a las lagunas y otras formas pequeñas de
acumulación natural de aguas (¿infra, N* 187).
Los ríos, riachuelos y otras corrientes de agua menores. El río es una porción o cantidad de agua
situada entre dos orillas o riberas, que corre permanente desde tiempo inmemorial y que tiene un
punto de origen ESCRICHE, La Ley de Recursos Hídricos N* 29.338 comprende a las aguas de “los ríos
y sus afluentes, desde su origen natural” (art. 5, 19),
Los ríos desembocan o bien en otro río, en el mar o en un lago. El río que desemboca en otro río se
llama afluente de aquel, y emisario si sirve de desagüe a un lago. Los ríos son florables (tienen una
profundidad media superior a medio metro) y navegables (cuándo sus aguas exceden de un metro
en los lugares de menor profundidad)
IV.- Los manantiales. Manantial es la fuente u origen de donde mana o surge el agua. Por ello mismo,
a diferencia del lago, se encuentra en el subsuelo. La Ley de Recursos Hídricos comprende a las aguas
que se encuentran en los manantiales (art. 5, 6%, Su importancia crece cuando se trata. de aguas
minero-medicinales (art, 5, 10%), sobre todo porque estas atraen el turismo.
La Ley de Recursos Hídricos garantiza el dominio y uso públicos sobre el agua, Artículo 2: "El agua
constituye patrimonio de la Nación. El dominio sobre ella es inalienable e imprescriptible. Es un bien
de uso público y su administración solo puede ser otorgada y ejercida en armonía con el bien común,
la protección ambiental y el interés de la Nación. No hay propiedad privada sobre el agua”.
V. En suma, las aguas corrientes (rios), estanciales lagos) y vivas (manantiales) son bienes inmuebles.
¿Y las aguas pluviales? También, sin duda La consideración de inmuebles requiere que estén unidas
a sus cauces O álveos, O, en todo caso, depositadas en represas, estanques, acueductos, reservorios,
canales y, en general, cualquier receptáculo que contenga aguas estancadas o canalizadas por el
hombre. El Código considera bienes inmuebles solo a las aguas terrestres en estado líquido, no se
refiere a las aguas sólidas o gaseosas.
Finalmente, cabe advertir que la redacción del numeral 2 del artículo 885 no es la más adecuada.
Más idóneo hubiese sido referirse a: las aguas corrientes, estanciales, vivas y pluviales, con*lo cual
se entendería que corresponde a todas las estudiadas.
El término mina tiene varias acepciones o conceptos. Tres son los más importantes: a) el yacimiento
mineral, también llamado veta o filón, es concepto amplio que alude al filón o criadero natural de
mineral, por lo general todavía no apropiado; b) la mina, propiamente dicha, que es el mismo
yacimiento, pero ya incorporado a la vida económica; c) el socavón, que viene a ser el pozo o
profundidad donde se desarrollan las labores mineras.
En este rubro, importan sobre todo las dos primeras acepciones. Existe una institución adicional que
cae en el Derecho «le Minería: la concesión minera (categoría jurídica), que es la autorización
administrativa del Estado a un particular, para la explotación de la riqueza rminéra, Pero esta
acepción no está comprendida en este artículo, la veremos más adelante como inmueble incorporal
Estamos en condiciones de afirmar que mejor hubiera sido que el codificador redactara este artículo
con la siguiente denominación: yacimientos minerales y de hidrocarburos, habida cuenta que,
técnicamente, las minas y las canteras son yacimientos minerales, solo que las últimas contienen'
minerales no metálicos,
El carácter inmobiliario de estos bienes se deriva de su pertenencia O arraigoa la tierra,
independientemente que se trate de minas (sustancias minerales metálicas) o de canteras
(sustancias no metálicas). Si son extraídos, pierden su carácter inmobiliario y se transforman en
bienes muebles.
Tanto las minas, como las canteras y los hidrocarburos son recursos naturales que pertenecen a la
Nación (art. 66 de la Const.).
I.- La mina. La mina es un criadero de metales que se encuentra, de ordinario, en las profundidades
de la corteza terrestre y, de acuerdo, con el régimen legal vigente, pertenecen al Estado. Es
consecuencia de adherir al sistema de la accesión.
Sus elementos, por consiguiente, son: a) siendo un criadero, una porción de tierra, es un bien
inmueble material (la concesión minera en cambio es un bien inmueble inmaterial); b) se encuentra
generalmente en el subsuelo (aunque a veces a flor de tierra); por eso la propiedad minera está
separada del suelo o superficie; y, c) especialmente cuando tales minerales o metales ya han sido
incorporados a la actividad económica
II. Las canteras. Sitios o yacimientos minerales naturales que, al contrario de las minas, se encuentran
generalmente en la superficie de la tierra, y de donde se extraen roca, piedra, hormigón, granito,
arena, cal, yeso, canto rodado, greda, pizarra, polvo y otras sustancias no metálicas análogas. Como
bien sabernos, se trata de materiales que luego son utilizados en la construcción y edificación de
obras, el adorno, el empedramiento, la vialidad, etc. Por cierto que las canteras serán inmuebles, en
tanto en cuanto no hayan sido extraídos dichos materiales; luego conviértanse en muebles. "
III.- Los depósitos de hidrocarburos. Yacimientos naturales de sustancias fósiles líquidas, sólidas o
gaseosas, que se encuentran en el subsuelo terrestre. Son hidrocarburos el petróleo, la gasolina, el
kerosene (líquidos), el gas, etc. Se estiman inmuebles antes de su extracción.
En buena cuenta, que sean derechos recayentes sobre inmuebles e inscribibles en el registro de la
propiedad inmueble, son requisitos indispensables. ¿Qué sucederá con los derechos inmobiliarios no
inscribibles? La caracterización de derechos y acciones “antes descritos como inmobiliarios, no es
una Consecuencia del registro, lo es por el objeto sobre que recaen, o sea bienes inmuebles. De no
ser este el espíritu del precepto, quedarían marginados muchos derechos, pues no todos son,
inscribibles. Ya CAsTaÑEDA, comentando el numeral anterior que ha servido de precedente,
estimaba que, puesto que el retracto no es inscribible, dejaría de ser inmueble, lo cual es absurdo.
Además, de acuerdo con el código vigente, el retracto puede ser registrado (art. 2.019, incs.
1, 7 y 8). En consecuencia, creemos que la norma se refiere a todos los derechos reales y
obligacionales, sin distingo. La referencia a los derechos inscribibles hay que entenderla como
sinónima de los inmuebles.
Por contra, serán muebles los derechos reales y credituales que decaigan sobre bienes muebles (arc.
836, 10º. Este es también, por lo demás, el sentido de la doctrina y legislación comparadas
Un segundo grupo de estos derechos está constituido por las acciones inmobiliarias. Estas son de dos
tipos:
a) las acciones que van unidas a derechos reales sobre inmuebles: la acción reivindicatoria de un
inmueble es la acción típica. Por extensión, la acción confesoria del usufructo de inmueble, acción
confesoria de servidumbre, la acción del acreedor hipotecario. Estas acciones se dividen en dos
grupos: petitorias y posesorias;
b) las acciones que tienen por objeto hacer entrar un inmueble en el patrimonio del demandante.
Aquí estarían: la acción resolutoria, rescisoria, de nulidad y todas las acciones en virtud de las que un
enajenante pretende anular o resolver la enajenación; la acción de revocación o de
reducción de donación o de un legado de inmuebles, etc.
ENUMERACIÓN
"Los bienes muebles se rigen por el sistema del numerus apertus. Su enumeración está contenida en
ºel artículo 886.
Son muebles:
1. Los vehículos terrestres de cualquier clase.
2. Las fuerzas naturales susceptibles de apropiación. .
3. Las construcciones en terreno ajeno, hechas para un fin temporal,
4. Los materiales de construcción o procedentes de una demolición sí no están unidos al suelo.
5. Los títulos valores de cualquier clase o los instrumentos donde conste la adquisición de créditos o
derechos personales.
6. Los derechos patrimoniales de autor, de inventor, de patentes, nombres, marcas y otros similares.
7. Las rentas o pensiones de cualquier clase.
8. Las acciones o participaciones que cada socio tenga en sociedades o asociaciones, aunque a estas
pertenezcan bienes inmuebles,
9. Los demás bienes que puedan llevarse de un lugar a otro.
10. Los demás bienes no comprendidos en el artículo 885.
Creemos que el artículo 885 ha sido derogado tácitamente por el artículo 4 de la Ley de la Garantía
Mobiliaria, al menos en parte, ya que eses último artículo amplía extensamente la enumeración.
Surge además del artículo 1 del Título Preliminar del Código Civil. Para aclarar mejor: los incisos 7, 9
y 10 del artículo 886 estarían vigentes, en la medida que contienen reglas básicas. En cambio, los
demás incisos son los mismos del artículo 4 de la Ley de la Garantía Mobiliaria, pero la lista se amplía.
He aquí el texto completo de la norma.
CRITERIOS DE CLASIFICACIÓN
Los bienes muebles, igual que los inmuebles, no son clasificados necesariamente según el criterio
físico de la movilidad o inmovilidad, come pudiera creerse prima facie, sino de acuerdo con su
importancia social. En última instancia, la ley establece en qué casos serán inmuebles y en qué otros,
muebles. “La inclusión en una y otra categoría dice BIONDI— no es obra de interpretación, sino de
voluntad legislativa: el jurista no puede más que interpretar las singulares disposiciones legislativas,
a diferencia de las otras clasificaciones que la ciencia jurídica recaba de la estructura de las singulares
relaciones”. Muchísimo menos, puede la voluntad de los hombres modificar escas clasificaciones,
únicamente debe acatarlas. Donde sí entra cierta libertad de exégesis del jurista es al establecer los
modos de ser de cada uno de los bienes inmuebles o muebles.
Se puede establecer la siguiente clasificación:
1. Muebles por naturaleza.
2. Muebles por determinación de la ley.
3. Muebles por el objeto a que se aplican (derechos mobiliarios).
4. Muebles por no ser inmuebles
Desde siempre se ha entendido que cuando un bien puede ser transportado, trasladado o llevado de
un lugar a otro, sin deterioro (menoscabo, detrimento) de su integridad, esencia o caracteres
principales, o, como sostiene ÁLESSANDRI, “sin que pierdan su individualidad, sin que dejen de ser lo
que son”, entonces estamos ante los bienes muebles por naturaleza. Comprende por igual al que se
mueve por fuerza propia” (BIONDD, por sí mismo (los animales) o por fuerza externa, por hecho del
hombre” (objetos inanimados). Entre los primeros citemos libremente a los animales (perros,
caballos, peces, etc.), las plantas en todos sus matices; el listado de los segundos, es inmenso:
automóviles, vestidos, electrodomésticos, teléfono, el menaje de una casa, etc.
Este criterio clasificatorio lo observamos, medianamente, ya en el Código Civil de 1852 en su artículo
455 e inmediatamente, en el artículo 819 del Código de 1936. :
Contribuye a aclarar el rema lo siguiente: aquel mueble que se convierte en parte integrante de ua
inmueble (bien inmueble por destino, en la antigua clasificación), pierde su naturaleza mobiliaria, a
menos que recupere su autonomía. Pero el bien así separado, debe conservar su carácter de bien
mueble con valor. Por ejemplo, si determinados ladrillos de una pared demolida o los frutos
recogidos de un predio rústico pueden cobrar vida individual sin deteriorarse, nada impide entonces
que puedan ser considerados muebles por naturaleza.
El incesante desarrollo a partir de la revolución tecno-científica con la creación de nuevos bienes
(robots, vídeos, computadoras, Softwares, etC.), no ha hecho variar un ápice esta clasificación, por la
sencilla razón que-estos bienes se caracterizan por tener gran valor económico, pero siempre caerán
entre los objetos movilizables a iniciativa del hombre; son bienes inanimados, sin vida propia.
Se puede arribar a determinadas notas características de estos bienes a saber:
1) transportabilidad. Es decir, ese ostensible atributo de poder llevar un bien de un lado a otro, sea
por voluntad propia, sea por voluntad ajena;
2) inalterabilidad. El bien no debe deteriorarse, ni perder sus rasgos que tipifican su individualidad.
El incumplimiento de cualquiera de estas dos exigencias, hará automáticamente perder su valor
económico al bien.
Pero la ley de la garantía mobiliaria, más allá de considerar a los bienes que pueden trasladarse de
un lugar a otro, incide en su inscripción registral. Son bienes muebles tanto los registrados como los
no registrados.
Se trata de instrumentos utilizados en el comercio internacional, a los que ya la ley anterior les daba
mérito ejecutivo, y que ahora podrán ser utilizados para obtener crédito de cualquier tipo de
acreedor (bancario o no bancario), para así poder ensanchar sus actividades comerciales,
El importador, mientras espera el arribo de su mercadería, puede usar así su título (conocimiento de
embarque) para obtener créditos o préstamos. El título es representativo de la propiedad.
II.- El legislador se refiere: además a los instrumentos donde conste la adquisición de créditos o
derechos personales” (art. 886, 5in ine). Si en la primera hipótesis da la impresión que comprende a
los derechos creditorios, acá está claro que el legislador engloba al documento o instrumento que
contiene los créditos o los derechos personales; en esta hipótesis el documento es la representación
cartular de un derecho. La fórmula hay que entenderla como comprensiva de cualquier otro
documento que no sea título valor, o, incluso, aquellos títulos emitidos sin las formalidades mínimas
exigidas para la validez de un título valor.
¿Cuáles son esos instrumentos donde conste la adquisición de derechos creditorios? Consideramos
que aquí —excluidos los títulos valorados” están comprendidos todos los documentos que no
aparejan ejecución, pero que se utilizan en la contratación y en la vida civil. Así, “los bole-
tos, contraseñas, fichas u otros no destinados a la circulación mercantil y que sirven exclusivamente
para identificar a quien tiene el derecho de exigir la prestación respectiva” . Cualquier documento
donde conste una prestación o la deuda-de una suma de dinero, será un bien mueble.
III. Finalmente, están los instrumentos que acrediten un derecho personal. Entendemos que
cualquier documento —es decir, cualquier papel que corrobore un derecho personal, será mueble.
Por ejemplo, quien firma un papel reconociendo el pago de una suma por arrendamiento,
IV .No obstante que los cheques son: bienes muebles, la ley de la garantía mobiliaria exceptúa los
cheques puesto que, por su propia naturaleza, son órdenes de pago que se extinguirán en 30 o 60
días, y que, por tanto, no podrán servir de garantía permanente de una obligación.
En buena cuenta, todos los documentos e instrumentos relativos a derechos patrimoniales o no
patrimoniales, muebles o inmuebles, tienen carácter mobiliario.
El leasing o arrendamiento financiero es hoy un instrumento muy usado para comprar un bien a
plazos, en este Caso, por ejemplo, un vehículo, Pues bien, a pesar de que el arrendatario todavía no
es dueño, puede darlo en garantía de la misma deuda, de suerte que, en caso de incumplimiento, el
acreedor podría solicitar su ejecución (venta directa, adjudicación-ejecución judicial, etc.). Igual-
mente el acreedor (vendedor) podría hacer otro tanto. También se podrá ofrecer en garantía
mobiliaria un vehículo arrendado, vale decir, usado; el acreedor (arrendador) así podrá obtener más
préstamos.
III.- Los edificios flotantes. Edificio viene del latín edificium. Son todas las construcciones u obras
sostenidas por flotadores que se encuentran inmovilizadas en el agua, más o menos
permanentemente, cumpliendo una función complementaria en todas las actividades portuarias.
Puesto que el legislador no lo dice, y al no existir tampoco Exposición de Motivos oficial, podemos
pensar que se refiere a los que se encuentran en el mar, así como en los lagos y ríos navegables. :
LAS CONSTRUCCIONES EN TERRENO AJENO, HECHAS PARA UN FIN “TEMPORAL (Art. 886, 3)
Su fuente es el artículo 819, 3% del código abrogado, tomado a su vez del artículo 2.319 del código
argentino.
Toda construcción o edificación por estar adherida al suelo es, por su propia naturaleza, un bien
inmueble. Es una regla básica. No obstante el legislador, en figura excepcional, la coloca entre los
muebles.
Pero no es cualquier construcción, se trata de una edificación en suelo ajeno. El otro requisito es que
la edificación sea temporal. El codificador considera que tode construcción provisional o provisoria
"hecha en suelo ajeno, se reputa como bien mueble, ¿Cuál es la ratio legís de esta norma? El asunto
es algo complejo. Tal vez ha pesado el criterio de que los inmuebles “verdaderos” son
perpetuos y no temporales, ¿Y los inmuebles recién construidos por su dueño, que perecen a
consecuencia de un terremoto? Sin duda siempre serán inmuebles,
No obstante, es cierto que muchas de estas construcciones temporales, son fácilmente desarmables,
son portátiles, como por ejemplo, los campamentos de trabajo, las casetas de los guardianes, las
carpas de los circos, los “stands” de- las ferias y todo tipo de cobertizos que se levantan para
congresos, manifestaciones políticas, reuniones religiosas, hospitales de campaña, etc., o inclusive
ciertos bienes más o menos estables pero inciertos, como los kioscos de venta ambulatoria,
Sin embargo, hay construcciones en terreno ajeno que, como el derecho de superficie, suelen tener
una duración permanente y prolongada de hasta 99 años (art. 1.030 del CC). Y siempre será inmueble,
no mueble. igual situación se presenta en cualquier edificación en terreno ajeno de mala fe, esto es,
sin autorización del dueño del suelo, que constituye accesión industrial inmobiliaria (arts.
941-944 del CC), también aquí siempre tendrá carácter inmobiliario. Pero estas son construcciones
permanentes.
El problema se resuelve -según los exégetas del texto legal— en el sentido de que sí se construye en
terreno propio, aunque fuere momentáneamente (por ejemplo, la carpa o cobertizo para
matrimonios levantada en una casa amplia) siempre será inmueble, en virtud del principio de
accesoriedad (lo edificado está adherido al suelo). ¿Y no lo está acaso en la construcción posesoria?
La fórmula del código es desacertada, El que el suelo sea propio o-ajeno, no agrega ni quita nada. La
propuesta más racional fue la del Anteproyecto del Código derogado, que consideró muebles a “las
construcciones sobre el suelo destinadas a un fin temporal"
De suerte pues que, para encuadrarlas en este numeral, debe tratarse de construcciones efectuadas
en terreno ajeno pero temporales, de ninguna manera permanentes, resultando irrelevante que sean
de material noble (cemento y ladrillos) o de madera, lona, etc. Cumplido su cometido, desaparecen.
LAS CONCESIONES PRIVADAS QUE SEAN MUEBLES Y QUE NO TENGAN CARÁCTER PERSONALÍSIMO
Las concesiones no son ni muebles ni inmuebles, pero aquí se les hace muebles porque recaen sobre
bienes de este tipo, siempre que no sean concesiones personalísimas, es decir intuitu personae
Están en el inciso 18 del artículo 4 de la ley de la garantía mobiliaria.
Contribuyendo al enriquecimiento del debate sobre cuál sería el mejor sistema de clasificación
juridica de los bienes que debemos adoptar, a propósito de los actuales trabajas de
reforma del código civil, el autor defiende el criterio económico moderno y propio de una sociedad
de mercado, de clasificar a los bienes en registrables y no registrables.
Después de más de 10 años de vigencia del código civil de 1984, se vuelve una vez más a discutir
acerca de si resulta conveniente modificar la actual clasificación de los bienes. Como es por todos
conocido, el Dr. "Jorge Avendaño V., encargado del Libro de los Derechos Reales en la Comisión
Revisora del Código Civil de 1936, planteó una clasificación alternativa de los bienes en registrables
y no registrables; la misma que, luego de un furibundo ataque por parte de varios juristas nacionales,
fue desechada por dicha Comisión, manteniéndose de esa manera en el código civil de 1984 la
distinción tradicional de muebles e inmuebles existente en la anterior codificación civil.
En aquella época (1982-1984) se esgrimieron “mil razones” para mantener la distinción tradicional
de los bienes en muebles e inmuebles, las cuales pueden sintetizarse en la siguiente cita del brillante
jurista nacional Fernando de Trazegnies!: “sucede que algunos paladines «del pensamiento
“tradiciorial han llamado en ayuda para defender su posición a dos ilustres figuras: la naturaleza y los
romanos; y han jugado con uno y otro dé tal manera: que parece que se reforzaran mutuamente,
adquiriendo recíprocamente un valor exponencial”.
Es decir, la propuesta del Dr. Avendaño fue fundamentalmente desechada en base a criterios tan
simplistas como la naturaleza física de los bienes y la consabida y mal recurrida apelación a la
“tradición jurídica, como. si la clasificación legal de los. bienes fuera un hecho de la naturaleza,
inmutable y ajena a la organización económica y social; cuando en la realidad del derecho no es más
que una invención arbitraria del hombre, creada para regular los comportamientos sociales dentro
de un marco económico determinado.
Es básicamente dentro de este último criterio (el económico), que el presente trabajo pretende
analizar si resulta conveniente modificar la actual clasificación de los bienes, apelando para el efecto
a la propuesta del Dr. Jorge Avendaño, Ojalá estas líneas sirvan para que el debate se centre en
cuestiones trascendentales y no en meras especulaciones jurídicas carentes de contenido e
importancia,
“la importancia de los inmuebles, de la tierra sobre todo, “era considerable en el terreno político
puesto que la jerarquía de las personas “estaba unida, en gran medida, a la jerarquía de =
tierras; en el terreno económico, la tierra representa en sociedad cerrada de la alta Edad Media la
única riqueza, a única fuente de ingresos. Era pues natural construir un régimen particular para el
inmueble (...) Esas reglas protectoras no se aplicaban a los muebles que, en la época donde aquellas
se esbozaron, no tenían en general mas que un valor infimo: res mivilis, res vilis
Pero, observemos un dato importante: el sistema construido alrededor de los inmuebles (predios)
en la época feudal fue uno pensando no para su fluido intercambio, sino para mantener los predios
en manos de las mismas familias”, ya que antes que el valor comercial interesaba el valor político-
económico-social que se creaba entre el señor feudal y sus vasallos.
Hemos apreciado a lo largo del punto 3 de este trabajo cómo la posesión y el registro cumplen una
función fundamental en una sociedad que pretende desarrollar el libre y masivo intercambio de
bienes en el mercado. Sin la existencia de estos dos mecanismos de publicidad, las
transacciones serían tan onerosas que éstas no se llevarían a cabo o en el mejor de los casos se
celebrarían en condiciones ineficientes.
Pero, ¿por qué existen dos mecanismos de publicidad? ¿porqué simplemente no se apela a la
posesión y se desecha el registro?; ya que mientras registrar un derecho cuesta formalidades de los
documentos y tasas), la entrega de la posesión es menos costosa.
La respuesta es que si bien la posesión es un mecanismo de publicidad de las transacciones que
genera menos costos directos que el registro, la posesión acarrea significativos costos indirectos, los
cuales han determinado su progresiva sustitución por el registro. Estos costos son:
a.- la posesión impide la constitución de varias titularidades concurrentes sobre el bien: el ejemplo
clásico es el referido a la constitución de derechos de prenda, en el que sólo el primer acreedor podrá
acceder a la posesión física del bien, mientras que el segundo y sub-siguientes acreedores no lo
harán. En estos casos sólo la primera acreencia será pública, mientras que las demás serán
absolutamente clandestinas, razón por la cual no “podrán gozar de la. calidad de
derechos oponibles erga omnes al no generar información a los terceros.
B. La posesión genera altos costos ante la necesidad de tener que entregar el bien: así, imaginemos
aun empresario que necesita de un crédito para comprar insumos para su producción. El únicamente
tiene la maquinaria para darla en garantía, pero si la prenda, tendrá que entregarla físicamente al
acreedor, don lo que no podrá explotar el bien para cancelar el préstamo. Obviamente este hecho
hace que la posesión, si bien es un mecanismo idóneo para generar información, acarree costos
indirectos”,
c.-“La posesión no siempre demuestra propiedad”: el hecho de que una persona tenga en su
posesión un bien, no siempre quiere decir que sea el propietario, toda vez que puede ser un servidor
de la posesión, un simple poseedor, un usufructuario o un acreedor prendario; razón por la cual el
acreedor no siempre puede estar seguro de que está contratando con el legítimo propietario de los
bienes.
Es ante todos estos costos indirectos generados por la posesión , que los estados preocupados en
incentivar un eficiente sistema de intercambio de bienes y servicios , apelan al registro, ya que a la par
que cumplen la misma función de información , elimina los costos indirectos generados por la posesión
toda vez que permite la constitución de varios derechos compatibles , todos ellos publicitados por su
inscripción no es necesario que el deudor se desprenda físicamente de los bienes, con los que pueda
explotarlos para cancelar sus acreencias y genera información preciso respecto de la verdadera situación
legal de los bienes.
De esta manera el registro se ha convertido modernamente en el mecanismo de reducción de costos
de transacción , fundamental para el desarrollo de una economía basada esencialmente en la
propiedad privada y en el libre intercambio de los bienes.
Como hemos indicado en el punto 1 de este trabajo, la clasificación de los bienes en muebles e
inmuebles fue racional en un sistema como el feudal, en el que sólo la propiedad inmobiliaria
(exclusivamente predios) tuvo importancia (aunque no comercial como es ahora). Esta clasificación
sin embargo ha perdido toda razón de ser en una sociedad. como la nuestra. " :
Aun así, esta clasificación entre bienes muebles y bienes inmuebles tiene actualmente en nuestro
país una importancia gravitante, ya que en la generalidad de los casos los bienes considerados
“inmuebles” gozan de mayor protección que los “muebles” (como si la máxima feudal res movilis,
res vilis tuviera aún vigencia); y, además, los primeros son fijos candidatos al registro, mientras que
sólo algunos bienes “muebles” gozan de dicho beneficio.
Recordemos que el registro reducirá dramáticamente los costos de transacción (información) acerca
de la titularidad de los bienes, posibilitando de esa manera un fluido tráfico de bienes en el mercado
y, con la publicidad que genera, permitirá la constitución de titularidades erga omnes.
Adicionalmente, un bien registrado evitará todos los costos indirectos generados por la posesión,
incentivará la constitución de varias titularidades concurrentes, posibilitará que el titular no tenga
que desprenderse físicamente de los bienes y, además, generará información precisa respecto de la
titularidad y demás derechos constituidos sobre dichos bienes. -
Dentro de este contexto, lo lógico sería asumir que el derecho incentivará que la mayoría de los
bienes se encuentren registrados ya que, de esa manera, la constitución de derechos oponibles erga
omnes, como el tráfico jurídico de bienes, se desarrollarán de manera eficiente.
Sin embargo, como veremos más adelante, no todos los bienes pueden ser registrados, simplemente
porque la inscripción en el registro es más onerosa que la simple entrega de posesión, por lo que
para determinar qué bienes deben registrarse y cuáles no interesara aplicar criterios económicos de
costos antes que simplemente verificar si el bien se mueve (mueble) o no se mueve (inmueble). - .
De esta manera, la clasificación de los bienes debe estar referida a su registrabilidad y no al carácter
de movilidad o inamovilidad. Por ello la propuesta del Dr. Jorge Avendaño V. de clasificar a los bienes
en registrables y no registrables resulta siendo racional y absolutamente pertinente, razón por la cual
nosotros postulamos su incorporación”,
Ahora bien, para de determinar cuándo un bien debe ser registrable y cuándo no, habrá que estar al
caso en concreto, para verificar si resulta más económico que un bien se publicite vía registro o si
bastará la simple posesión. Sobre este tema, Baird y Jackson, consideran que para establecer qué
bienes deben acceder al registro , será necesario tomar en consideración uno de los siguientes
criterios:
A) Que los bienes sean valuable
B) Que no se transfieran de forma frecuentes
C) Que interese que se constituyan varios derechos simultáneos sobre los mismos.
D) Que sean derechos abstractos (léase derechos intelectuales), respectó de los cuales
obviamente no puede entregarse posesión.
Entre los bienes que cumplen con uno o más de los criterios indicados anteriormente y que por tanto
deben ser registrados, tenemos a los predios. Pero también existen bienes “muebles” que cumplen
con dichos requisitos, como son los vehículos, aviones, barcos, trenes, acciones, cierto tipo de joyas
y pinturas, etc.
Finalmente, existirán algunos bienes que si bien cumplen con el criterio de ser valuables, por la
función que desarrollan deberán mantenerse como no registrables, Entre estos bienes tendremos al
dinero y a los títulos negociables". Asimismo, habrán casos en que por razones del giro de un negocio
determinado, no será necesario pensar en registrar a los bienes, al ser conocido por todos a quién
pertenecen éstos,
Es pues mediante la clasificación de los bienes en registrables y no registrables, basada en
consideraciones económicas, que el derecho podrá responder de manera acertada a las demandas
actuales de nuestra sociedad.
Adicionalmente, esta nueva clasificación de los bienes permitirá revertir el funesto efecto que ha
causado en nuestro país la tradicional clasificación de bienes en muebles e inmuebles en el desarrollo
de los registros públicos ante el lamentable desconocimiento respecto al rol que juega el registro en
una sociedad moderna, lo cual ha llevado a que el registro sea considerado por el derecho peruano
como “la última rueda del coche”. Esta afirmación se encuentra amparada en lo siguiente:
a. En la existencia de un número apreciable de registros; los cuales generan que los “costos “de
transacción” (acceso a la información) se eleven absurdamente en vez de reducirse, ya que muchas
veces habrá que revisar varios de estos tipos de registros para asegurar un derecho preferencial. A
ello hay que agregar que aun cuando se verifique el contenido de los diferentes registros, sucede
muchas. veces que las diferentes leyes que los han creado en el tiempo son contradictorias
generando de esa manera graves conflictos. Adicionalmente hay sumar la existencia de una frondosa
y dispersa legislación referente a derechos de preferencia, todo lo cual nos lleva a afirmar sin temor
a equivocarnos que el sistema de titularidades en el Perú es un verdadero caos.
b) en el acceso privilegiado al registro lo que ha significado que en el Perú menos del 50% de los
predios se encuentren registrados. Además, el registro de los bienes tradicionalmente conocidos
como “muebles” no se ha desarrollado de la manera que una sociedad de mercado demanda. Todo
esto se ha debido a la inexistencia de políticas que alienten el desarrollo nacional basado en la
propiedad privada en igualdad de condiciones, haciendo muy costoso el acceso al registro a las
grandes mayorías del país impidiendo de esa manera que las personas puedan utilizar sus bienes
como garantía para la generación de mayor riqueza.
c.-El falso y equivocó mensaje de nuestra legislación, en el sentido de que la propiedad ergo omnes
sobre bienes inmuebles se constituye por el solo consenso, es decir, sin necesidad de que se tenga
que acceder al registro.
Hemos verificado a lo largo del presente artículo cómo es imposible dentro de una sociedad que
busque generar el intercambio privado, que la propiedad erga omnes se constituya por el solo
acuerdo entre las partes. Es más, nos hemos detenido a demostrar cómo el registro es el vehículo
idóneo para, per un lado, generar titularidades erga omnes, y. por otro lado, incentivar el libre
intercambio de bienes.
Sin embargo, es el propio sistema jurídico el que erradamente vende el producto de la supuesta
constitución de titularidades erga omnes sobre bienes inmuebles por el simple contrato, con lo que
a la larga le está indicando al usuario que-la inscripción en el registro es un trámite innecesario, el
cual además es costoso.
Este equivoco mensaje del derecho explica en gran medida por qué sólo un pequeño porcentaje de
los inmuebles se encuentran registrados en nuestro país. Adicionalmente a ello, la división entre
bienes muebles e inmuebles ha significado que sólo un reducido número de bienes muebles puedan
acceder a los beneficios del registro, bajo la equivocada creencia que en Principio sólo los bienes
inmuebles deben gozar de tal prerrogativa, ya que los bienes muebles se transfieren por la posesión.
Esto ha hecho que queden fuera del comercio un grupo importante de bienes muebles y que,
los que sí han accedido al registro, lo hayan hecho ante registros poco desarrollados y en muchos
casos caóticos,
Con la nueva clasificación de los bienes en registrables y no registrables, se espera una repotenciación
de los registros públicos, eliminándose de esta manera todos los errores cometidos .en el pasado.
CRITICA DE LA CLASIFICACIÓN
Con el correr del tiempo y aun desde su inicio, la división entre cosas muebles y cosas inmuebles, ha
ido mostrando sus amplias deficiencias a medida que las instituciones jurídicas iban enfrentando los
requerimientos de las relaciones económicas. En la doctrina, a pesar de los devotos de la antigüedad
y la tradición, ha quedado planteada la interrogante respecto de la validez de esta clasificación, El
tratadista francés Louis Josserand expone de manera exacta el conflicto al afirmar que ““con la
Revolución (francesa) estas ideas de otra edad tuvieron que ser barridas por la gran corriente
individualista que inspiró la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano; sin embargo
nada de eso ocurrió pues la distinción entre bienes muebles e inmuebles ha conservado en nuestro
Código Civil, casi toda su antigua importancia; es éste uno de los puntos más débiles de la obra
del Primer Cónsul, una de sus facetas más discutidas. Cada vez mas se marca el anacronismo...” y
añade “El derecho de los bienes establecido por el Código Napoleón está caducado (. . .) en pleno
siglo XX vivimos todavía bajo el signo del viejo derecho quiritario”.
Sin embargo, pese a críticas tan vigorosas, diversas legislaciones, cobijadas a la-sombra del Código
Civil francés, han venido usando la clasificación mencionada. Con todo ni su antigüedad ni su uso
repetido, le han convalidado los defectos de que padece, y que pasamos analizar.
En Roma la distinción radicaba en un criterio de movilidad correspondiente a la característica física
de las cosas; la Edad Media mantiene esencialmente esa distinción; luego en el antiguo derecho
francés se usa un raciocinio vinculado, en el contenido económico de los bienes para luego retornar,
ya en el siglo XIX, a la idea romana con el añadido de *convertir” en mueble o inmueble a los
derechos.
En suma, a lo largo de miles de años no ha existido una coherencia y una racionalidad propia de esta
clasificación. El nombre es apenas una etiqueta que no corresponde al contenido, y sin embargo
mezclando criterios y de acuerdo a las conveniencias o requerimientos de cada época sigue siendo
incluida en los ordenamientos legales. (.... ).
Basada en razones políticas y económicas que hacían que el patrimonio de las personas se sustentar
en la propiedad inmobiliaria, la clasificación trajo consigo una marcada protección legal a los
inmuebles desamparando' a la fortuna mobiliaria, Esas razones tuvieron validez en una época
determinada en la que pocos hombres concentraban para sí grandes extensiones territoriales y se
batían en guerras eternas protegiendo la vastedad de sus feudos y sus ideas contrarias al devenir y
progreso de la humanidad.
Con imperdonable omisión no se han percatado de un aspecto sustancial sobre el que llama la
atención Planiol: “La riqueza mueble se cuenta actualmente por millones y probablemente es
superior a la riqueza inmueble. Los papeles han cambiado. El axioma “res movilis, res vilis” ha dejado
de ser verdadero. ¿Qué es la riqueza inmueble de un señor feudal que percibía rentas sobre algunas
parroquias, ante los capitales acumulados en nuestras casas de banca, y en nuestras grandes
sociedades de industria o de comercio?,
De ahí que este autor considere que los cuerpos legales que conservan sus antiguas tendencias, se
encuentran en desacuerdo con los hechos (...) y cosa curiosa donde el Legislador más moderno sufre
a su vez la influencia de la vieja tradición consuetudinaria”, (10), que desampara a la propiedad
mueble sin razón alguna.
La seguridad de las adquisiciones, es diferente en uno y otro caso...El propietario de un inmueble
tiene. siempre el derecho de reivindicarlo del adquiriente, cuando la enajenación se ha efectuado sin
su consentimiento. Para evitar la inseguridad de todo adquiriente ante la posibilidad mencionada, la
ley ha creado la publicidad tanto para las enajenaciones de inmuebles como para la constitución de
derechos reales sobre los mismos; al fin de que el que adquiere un inmueble pueda informarse del
origen y extensión del derecho del enajenante,
en lo que atañe a los muebles, la reivindicación es harto limitada. Quien adquiere, de buena fe un
bien mueble, aun cuando el enajenante carezca de derecho para hacerlo, no está expuesto a la acción
de reivindicación del verdadero propietario, Su buena fe lo protege, sin necesidad de que exista de
por medio la publicidad (Art. 890 C.C. peruano, art. 2.279,
La posesión de los inmuebles está respaldada por las acciones posesorias y los interdictos que se
conceden al poseedor sea éste o no propietario, Por el contrario, el poseedor de un bien mueble no
tiene acceso a tales acciones, se entiende que su buena fe lo convierte en propietario. Nótese que el
verdadero propietario de un bien mueble, que es desposeído injustamente, no puede recurrir a un
interdicto para salvaguardar de inmediato su posesión que ha sido vulnerada. Tendrá que recurrir a
una acción reivindicatoria que como vimos es limitadísima.
La usucapión o prescripción adquisitiva distingue. para los inmuebles dos canales: con buena [e y
justo título bastan 30 años de posesión; la mala fe por falta de justo título obliga a una posesión de
30_años. En materia de bienes muebles la usucapión sólo interesa, en rigor cuando existe la mala fe
puesto que, como ya dimos el poseedor de buena fe de un bien mueble es automáticamente
propietario, En este último “caso se le da un rol determinante a un elemento tan subjetivo con la
buena fe. De otro lado, el Código Civil peruano incurre en una contradicción mayúscula entre lo
dispuesto en el art. 890 y lo reglamentado en el art, 893 (b), al disponer un plazo, prescriptorio para
los bienes muebles cuando existe buena fe.
Sólo pueden ser hipotecados los inmuebles no existiendo la hipoteca para los muebles que
Únicamente pueden ser objeto de prenda. Las naves y aeronaves si pueden hipotecarse, pero no en
su condición de muebles, sino a mérito de la calidad inmobiliaria ficticia que la ley les otorga. ( ...) : -
La clasificación de las cosas en muebles e inmuebles es insuficiente porque no abarca a todos los
bienes. En efecto, los derechos, esto es, los llamados bienes incorpóreos no pueden estar incluidos
en la clasificación porque “la distinción de los bienes en muebles e inmuebles sólo se aplica a los
materiales, Únicamente tratándose de las Cosas materiales se puede hacer la pregunta de si son o
no susceptibles de desplazamiento” (11).
Es un despropósito hablar de un derecho mueble o un derecho inmueble . Los derechos del autor,
del artista o del inventor sobre la obra intelectual que han creado o sobre el invento que han hecho,
son derechos que se comercian y que constituyen elaboraciones mentales, abstracciones que,
evidentemente, nada tienen que hacer con un criterio referido a lo mueble o inmueble, o Sin
embargo, la doctrina más generalizada y que mayor audiencia ha tenido, al incluir a los bienes
incorporales “ha deformado el sentido de la distinción. Se puede decir que en adelante hay cuatro
clases de bienes: lo. los inmuebles propiamente dichos; los inmuebles incorporales; 3o. los muebles
propiamente dichos; y 4o. los muebles incorporales: siendo esta última clase de una importancia
considerable, pues comprende todos los derechos de crédito, y, por consiguiente toda la clase hoy
de un valor económicos incomparable, de títulos de Bolsa, fondos del estado, acciones y obligaciones
de sociedades.
Para darle cierta coherencia a este absurdo la doctrina o el uso han determinado que esta “división
ordinariamente se hace atendiendo a la naturaleza de la cosa que constituye el objeto del derecho,
y algunas veces también, sólo por una elección arbitraria del Legislador”
Así acontece cuando se insiste en viejos conceptos para hechos nuevos; por eso, riesgo de ser
reiterativos insistimos en afirmar que la clasificación que se adopta en un tiempo refleja la
racionalidad propia de una época y responde, a Jos requerimientos de ese Momento y no de
después. Al respecto, reparemos en este magnífico párrafo de VALLET DE GOYTIZOLO que con gran
acierto dilucida el asunto. “Cada pueblo en cada época refleja en una antítesis fundamental dos
categorías de bienes a los que las respectivas condiciones sociales y económicas otorgan un rango de
valoración distinto, Se refleja en su regulación jurídica que sujeta unos 2 la absorbente influencia de
principios-sociales y deja a los otros a las libres determinaciones individuales, En regímenes
individualistas, la antítesis se refleja en mas celosa vigilancia y tutela de los actos de enajenación,
gravamen, cargas fiscales, etc., y mayor rigor en las formalidades de las negocios jurídicos que
tengan por objeto una de las dos categorías. Tal significación primordial presenta la clasificación de
bienes visibles e invisibles con el antiguo pueblo griego; la casa, campo y huerto, en oposición a los
otros bienes, en el Código de Hammurabi; los bienes reales y personales en el Derecho anglosajón;
los bienes muebles e inmuebles en la fase heleno-oriental del Derecho romano. Ultima clasificación
que-dio nombre a la similar distinción del Derecho germánico y pasó luego a los derechos modernos
de la Europa continental.
Ya no están justificadas las diferentes medidas de protección exigidas en la enajenación de inmuebles
con respecto a ciertos bienes muebles, pertenecientes a los débiles jurídicos. Tampoco aquel
dualismo justifica hoy el encuadramiento de ciertos bienes muebles en el régimen traslativo
genéricamente aplicado a éstos, ni aquella clásica diferenciación de los sistemas respectivos en
cuanto a les formas transmisivas y de publicidad.
El legislador no puede olvidar que actualmente esos dos viejos. moldes han sido desbordados por la
cambiante realidad. Sin duda merecen todo el respete a que son acreedores por la utilidad que han
prestado al Derecho durante muchos siglos. Pero ya no bastan para satisfacer las necesidades de la
vida jurídica contemporánea”.
INTRODUCCIÓN
La tercera y última clasificación —aunque no la de menor relevancia divide a los bienes teniendo en
cuenta el titular del derecho, sea el Estado, sea un particular, En buena cuenta, se trata de una
clasificación que nos viene desde el Derecho Romano; únicamente se observa que según el momento
político que se vive, unos toman más importancia que los otros; esto último, claro está, referido
a los bienes públicos y privados.
En el Derecho Romano las cosas “o se hallan en nuestro patrimonio o fuera de nuestro patrimonio,
Mas algunas por derecho natural son comunes a todos, otras son públicas, otras de universidad o
corporación cualquiera, otras de nadie, y la parte de particulares, y estas últimas pueden adquirirse
por cada cual por varias maneras, como aparecerá en adelante*9%,
ENUMERACIÓN
En este extremo, donde se toma en cuenta al titular del bien (vale decir, según su pertenencia), desde
antiguo se encuentran los siguientes bienes del Estado: a) cosas in patrimonio y cosas extra
patrimonium, b) cosas in comercio y COSAS extra comercio, c) bienes del Estado y bienes de los
particulares.
Para culminar este tema se incluyen los bienes de la Iglesia (culto religioso); los bienes del patrimonio
cultural de la Nación; por fin, dos temas de palpitante actualidad: los recursos naturales y el dominio
marítimo.
I.- Res sacrae (cosas sagradas). Entre los romanos, los bienes consagrados al Culto de los dioses
superiores —quae díis superis consecretae sunt, por un acto de la colectividad; por ejemplo, los
templos, mejor: el área o lugar de los templos (aunque esté destruido el edificio), los bosques
sagrados, los donativos hechos a la divinidad9S. Estos lugares podían hallarse así en la ciudad como
en el campo. En un solo caso, O sea cuando se trata de reunir fondos para el rescate de los
prisioneros, JUSTINIANO permitió enajenar o someter 2 prenda cosas sagradas” (BONFANTE). Por
acto solemne cese tembién el carácter sacro de la cosa (profanatio).
Obviamente los romanos diferenciaron entre cosa sagrada y sagrario; la primera es un lugar
consagrado y el segundo es un lugar en el que se guardan las cosas sagradas, el cual también puede
estar en un edificio
2. Res religiosae (Cosas religiosas). Destinadas a los dioses Manes (diss manibus relictae) o sea a las
almas de los difuntos.
Para darle el carácter religioso a un bien, bastaba entre los romanos tener esa voluntad, lo que se
verifica enterrando a un muerto en aquel lugar (sepultura)
Serán cosas religiosas los sepulcros (y los objetos enterrados en ellos), que no son susceptibles de
dominio. “El suelo provincial pertenece al Estado romano, y los sepulcros en él existentes son res
religiosae, peso se consideran pro religiosis” . “El sepulcro, el monumentum propiamente dicho, es
decir, el terreno destinado a sepultura, con el pequeño edificio sobremontante, es COSA extra
Commerciin (IGLESIAS) y, como tal, queda fuera del tráfico jurídico.
3. Res sanctae (Cosas santas), Los bienes puestos O colocados bajo la protección de los dioses y
divinidades; así, los muros y las puertas de la ciudades de Roma, las murallas%%; antiguamente, quizá
también, según BoNFANTE, Los límites de los campos.
Son cosas santas porque en efecto se ponían a buen recaudo de la injuria de los hombres.
En síntesis, son santas las cosas que no son sagradas ni profanas, pero que conllevan una sanción.
Al igual que las res extra commercióm divini iuris, no pertenecen a nadie: nullius in bonis.
Se subdividen, a su vez, en las fuentes en res comunes, publicae,universitates
2. Res publicae (Cosas públicas), Las cosas pertenecientes al popeles romano, o sea a la comunidad
organizada en Estado: publica sunt, quae populi, Romani suni, Son cosas que el derecho positivo, por
razones de utilidad pública, reserva para uso general de los ciudadanos; así, los ríos públicos.
Pero como estas cosas son susceptibles de apropiación y de gestión económica, algunos (Iglesias,
entre ellos), las subdividen en dos clases:
a) Las cosas públicas Usui destinatae, que están fuera del comercio, son: los ríos públicos, que son
para el Derecho Romano todos los ríos perennes (flumina perennía), las orillas de los ríós, los puertos
asimismo son res publicas los ríos públicos (vias publicae), los puentes, foros, plazas, teatros,
tribunales, termas. Se sustraen al comercio porque sirven al uso directo e inmediato de los
particulares, del populus. Ello no obstante, podía el Estado entregarlas en uso especial a través de
concesiones o particulares; probablemente allí tuvieron su origen la superficie y la enfiteusis*%0,
b) Las res in pecunia populi o in patrimonio populi, por estar dentro del comercio, son apropiables
por los particulares, siempre que las adquieran, previo oportuno negocio, del Estado (IGLESIAS).
Estos bienes no son extra comerciar, al contrario, pueden ser negociados y apropiados; no son pues
res publicar.
3.) Las res universitatis. También se encuentran en esta categoría las cosas de una corporación, que
están afectadas al uso público de los habitantes de una comunidad, vale decir que son de una
corporación y no de particulares; así por ejemplo, los teatros, circos, estadios, edificios públicos, las
calles de la ciudad, entre otros.
En realidad es correcta esta última categoría, en cuanto que estos bienes sirven generalmente a un
grupo o sector social, mas no necesariamente a todo el populus. La noción signe siendo válida hoy
en día.
En los periodos previos a la Revolución francesa, en el Derecho de ese país se afirma el principio,
“como instancia política, de que los bienes de uso público, como por ejemplo, los ríos, pertenecen al
público, o sea al pueblo como tal; sobre ellos el soberano tiene un simple poder de administración y
de policía”.
La Revolución francesa elimina la idea de que los bienes pertenecen en su totalidad al soberano;
ahora los bienes del dominio eminente del soberano pasan a la Nación. Esta teoría del demanio
público entendido como derecho eminente de la Nación sobre todo el territorio, es respetada e
incluida además en el Code en su artículo 538, aunque, como afirma BIONDI, sin especificar qué se
entiende por demanio público.
En el decurso del siglo XX, concretamente durante la vigencia de los regímenes socialistas y bajo la
advocación de Karl Marx, el Estado asumió prácticamente la titularidad de todos los bienes, con el
consiguiente incremento de la noción de bienes de dominio público. Aunque la idea era de que los
bienes pertenecían al pueblo, lo cierto es que eran del Estado, entendido este como una cúpula
burocratizada. De la tesis de los bienes de la Nación (Revolución francesa) se pasa así a la de los
bienes del Estado (Revolución bolchevique).
Hoy estamos de vuelta, donde se nota un panorama exactamente opuesto: los bienes del Estado se
reducen a su mínima expresión; este se deshace de los mismos, transfiriéndolos a los particulares.
La historia del demanio (entendido como dominio público) demuestra cómo su noción parte del
concepto de pertenencia: “primeramente al populus, después al soberano, sucesivamente a la
Nación, después al Estado”.
“Pasada la titularidad del príncipe al Estado, sobrevive, pero atenuada en parte, la antigua.
concepción según la cual los bienes demaniales, si bien con el Estado como titular, están constituidos
en patrimonio colectivo por el hecho mismo de que están por su esencia destinados a un uso público.
En los últimos tiempos, la noción de uso público se había extendido a la de interés público como
fundamento de la demanialidad, mas, con el auge de los esquemas liberales, esto se ha atenuado
nuevamente.
INEMBARGABILIDAD
Se dijo ya que los lienes del dominio público del Estado no pueden embargarse. Es una consecuencia
de la inalienabilidad de los bienes de dominio público (art. 73 de la Const.); según algunos, el embargo
conduce a la enajenación
El fundamento para otorgarle la inembargabilidad a este tipo de bienes reside en que, si bien en
principio el embargo no requiere de desapropio ni enajenación, por responder a una simple medida
cautelar (de seguridad), empero supone también una eventual o posible enajenación, pues llegado
el caso, como medida cautelar, en último término tiende 2 asegurar la ejecución forzada del Bien.
Después de todo, el embargo como medida cautelar para una futura ejecución forzada, consiste en
la afectación jurídica de un bien o derecho del pre-
asunto obligado (are. 642 del CPC).
1.- Acorde con esto, un primer criterio para dividir los bienes según la manera (forma) de su
incorporación, sería hablar de: 1) un dominio público natural u originario: constituido por aquellos
que por su propia e intrínseca naturaleza no pueden ser sino del dominio público; en modo alguno
serán objeto de propiedad privada. Desde tiempos antiguos e inmemoriales pertenecen al demanio.
Según BIONDI, mejor sería llamarlos tradicionales. Es el caso, por ejemplo, del mar, de los ríos, etc.
En rigor no necesitan que la Administración dicte una ley o un acto administrativo afectándolos al
uso público; la propia naturaleza y función lo demuestra; 2) dominio público artificial o legal: estos si
requieren para ser afectados al uso público, o sea para engrosar el dominio público, que una ley o un
acto administrativo lo establezca. Y por eso, al menos teórica y abstractamente, “sería posible una
propiedad privada” (Bioy 2. Por ejemplo, las calles, los caminos y, en general, los bienes afectados a
un servicio público,
II. Para evitar la equivoca contraposición entre ley y naturaleza, se suele clasificarlo en: dominio
público necesario: este no es impuesto por la Administración pública, sino que resulta de la
naturaleza misma del bien. La inscripción de estos bienes es simplemente recognoscitiva de la
naturaleza de dominio público. Y dominio público accidental o eventual, cuando la norma o el acto
público así lo determinan (BIONDI)
III.- Una tercera postura los distingue en bienes del Estado Nacional, de los Municipios y de las
Regiones los que a su vez serían de dominio público y de dominio privado. Aquí habría que agregar
también los bienes de las Universidades públicas, Beneficencias y, en general, rodas
las corporaciones y entidades públicas.
IV.- Otra clasificación, en fin, que tiene €n cuenta la naturaleza y situación de las dependencias
(entidades) de los bienes, los divide así: dominio terrestre, marítimo, fluvial, aéreo, etc. No obstante,
hay quienes, Como BIONDI, en cierto modo la hacen derivar de la primera: natural (dominio fluvial,
marítimo) y artificial, donde interviene la obra del hombre (dominio terrestre, milita)
Según el último criterio —preferido por los administrativistas— serían de dominio público, los
siguientes bienes:
1. Dominio terrestre, 2. Dominio marítimo, 3. Dominio hidráulico, que puede ser: fluvial, lacustre, de
las aguas: 4, Dominio aéreo; 5. Dominio minero; 6. Dominio ferroviario; 7. Universalidades jurídicas.
Se hará una exposición muy breve de cada uno.
DOMINIO TERRESTRE
I.-Comprende, en primer lugar, y por eso se le llama a veces, demanio de carreteras, las carreteras y
caminos, etc. Algunos denominan a este dominio público urbano, para oponerlo al dominio público
rural, comprensivo de los caminos rurales (BIELSA), El Código Civil peruano no los regula; el derogado
tampoco lo hacía expresamente, aunque era obvio que estaban en el artículo 822, 1%, por ser bienes
de uso público. Con mucho esfuerzo hay que ubicarlos en el artículo 73-de la Constitución Política en
vigor.
Lógicamente estos caminos públicos pueden ser nacionales, regionales o locales, dependiendo de la
jurisdicción en que se hallen. Pero se estima que además de estos entes públicos menores, pueden
pertenecer a particulares, lo cual no sería extraño, según se desprende del mismo artículo 73, 7n fine,
al ser concedidos a particulares. En verdad esto contraviene el principio de inalienabilidad de los
bienes del demanio que el mismo artículo constitucional garantiza.
Este tipo de dominio fue el tema único de los primeros estudios, sobre todo los caminos públicos. No
obstante luego se amplió, comprendiendo otras variedades como las plazas, avenidas, calles,
mercados, cementerios, fortalezas, parques, puentes, paseos, etcétera,
II.- Estos caminos o vías públicas son bienes que tienen más conexión con la administración pública
local o regional, como acontece con la alineación, la apertura, el ensanche, el cambio de nivel, la
clausura, la reparación de edificios, la demolición
Las áreas naturales protegidos destinadas a Parques y Reservas Naturales integran el dominio
público. Están reguladas por la Ley de Áreas Naturales Protegidas, N* 26.834 (El Peruano, 4 de julio
de 1997), y su Reglamento, aprobado mediante Decreto Supremo N* 038-2001-AG
(El Peruano, 26 de junio de 2001). Para la norma: “Las Áreas Naturales Protegidas son los espacios
continentales y/o marinos del territorio nacional, expresamente reconocidos y declarados como
tales, incluyendo sus categorías y zonificaciones, para conservar la diversidad biológica y demás
valores asociados de interés cultural, paisajístico y científico, así como por su contribución al
desarrollo sostenible del país.
Las Áreas Naturales Protegidas constituyen patrimonio de la Nación, Su condición natural debe ser
mantenida a perpetuidad pudiendo permitirse el uso regulado del área y el aprovechamiento de
recursos, o determinarse la restricción de los usos directos” (Ley N* 26.834, art. 1D).
Es el caso de las Reservas Naturales de Pampa Galeras (que protege auquénidos), Aguada Blanca,
Paracas (que tutela especímenes en vías de extinción), lo mismo que el Parque Nacional del Manu
(igualmente con abundante flora y fauna por extinguirse), por citar algunos ejemplos.
Actualmente son 77 Áreas Naturales Protegidas, que están reconocidas por la legislación.
III.- Los cementerios y las sepulturas, Se considera que los cementerios son bienes de dominio
público, puesto que en ellos predomina el interés público, sea por los caracteres sagrados o morales
del difunto (culto a los muertos), ya por las razones de política mortuoria, sea ella referida a la higiene
como a la seguridad y a la moralidad. De su naturaleza de extra conemercium casi nunca se había
dudado.
No obstante parece ser que esto está en plena revisión, por lo menos en debate. La Ley de
Cementerios y Servicios Funerarios N* 26.298, publicada el 23 de marzo de 1994, establece que los
cementerios pueden ser públicos o privados; no obstante la doctrina considera que son de dominio
público por el interés al que están destinados y la misma Ley Orgánica de Municipalidades lo
confirmaría (Ley N* 23.853, art. 11, 5). En realidad el régimen -público o privado— se refiere a la
construcción, habilitación, conservación y administración, pero siempre tendrán una finalidad
pública. Eu suma, además de públicos pueden ser privados, en cuanto a los caracteres referidos.
Las sepulturas sí pertenecen al régimen del derecho privado.
IV.- Los edificios públicos, o sea los bienes inmuebles afectados a fines públicos. Según Fiore, los
edificios públicos: son bienes públicos por razones superiores a los otros daros establecidos en el
Código CivIL. Ejemplo: Los edificios donde se realizan las actividades de los representantes u órganos
de los tres Poderes (el Parlamento).
Mas el problema es cuándo presentan atributos de los bienes públicos; y es que hay también los que
pertenecen al dominio privado del Estado.
DOMINIO MARÍTIMO
El código derogado tipificaba como público al mar territorial y sus playas y la zona anexa que señala
la ley de la materia (art. 822, ). El código vigente nada dice.
La Constitución establece que el dominio marítimo del Estado comprende el mar adyacente a sus
costas, así cono su lecho y subsuelo, hasta la distancia de doscientas millas marinas medidas «desde
las líneas de base que establece la ley en este dominio marítimo el Estado ejerce soberanía y
jurisdicción (art, 54 de la Const.).
Sobre el tema véase más adelante (infrez, N* 217 y ss.), las nociones de mar territorial, mar adyacente
y mar jurisdiccional. Por ahora nos limitaremos a dar algunas ideas relativas al terna,
1. Mar libre. Al término de la zona contigua al mar jurisdiccional comienza el mar libre, que también
se denomina alta mas. Se trata de una res comunis, pero no res mullius, porque si lo fuera seria
susceptible de adquirirse, en una extensión limitada, por apropiación. Es una res extra patrimonium.
El mas libre pertenece, indiviso e indivisible, a la comunidad internacional.
2. La costa del mar. Es aquella parte de terreno, que por una parte está en contacto con el agua y
por otra se extiende hasta donde alcanza la marea mas alta, sin llegar no obstante a aquel máximo
alcanzado por el mar en tempestad.
Existe una diferencia entre costa, orilla y playa. La playa es la extensión de tierra que las olas bañan
y desocupan durante las altas mareas normes olas crecidas medias ordinarias. Es evidente que ellas
forman parte inseparable del lecho del mismo. Por ello la playa sigue la condición jurídica asignada
al mar, y como el mar territorial pertenece al dominio público, también pertenece a este la playa 60,
En la doctrina italiana, la playa (CARAVITA, LUCIFREDI, GAETA) comienza donde termina la orilla y se
extiende hacia tierra sin confines fijos y preestablecidos. Mientras que la orilla tiene una delimitación
precisa y predeterminada, la playa tiene hacia tierra, confines variables. Para PLANIOL-RIBERT-
Picazo, las orillas (riberas) del mar sí son de dominio público.
3. Puerros y Radas. Son “aquellas ensenadas del mar que pueden ofrecer abrigo o asilo a naves o
barcos, o bien que hacen posible o facilitan el arribo, En el código derogado estaban incluidos entre
los bienes de uso público (art. 822, 19).
DOMINIO HIDRÁULICO
Se parte de la idea que el agua tiene un interés social para las actividades especialmente agrícolas e
industriales que justifican su carácter de dominio público. Es el derecho moderno.
“Los romanos no conocían como públicas más que las aguas de los ríos perennes. Toda otra agua,
superficial o subterránea, era privada y pertenecía al propietario del suelo como parte de él.
En el demanio hidráulico hay que distinguir: a) el núcleo más antiguo de aguas posible, constituido
por ríos, torrentes y lagos; b) el más reciente: constituido por las aguas consideradas públicas por las
leyes especiales, aunque no se excluye el carácter privado de algunas aguas (BIONDI).
I.- Dominio fluvial. En el código derogado estaban normados los ríos y demás aguas corrientes (art,
822, 4)El río es un curso de agua natural de cierta magnitud, lo que lo hace inconfundible con el
arroyo, y tiene la perennidad del caudal, que es la diferencia típicamente específica que lo separa del
torrente. El arroyo, entonces, tiene menos caudal que el río, y este caudal es perenne, mientras que
el torrente se caracteriza por la discontinuidad o intermitencia del caudal, pudiendo estar el cauce,
en muchas oportunidades, sin agua (ríos, arroyos y torrentes son bienes de dominio público del
Estado), ya que la ley argentina como la peruana— alude a que son tales todas las aguas que corren
por cauces naturales y, por supuesto, que excedan los límites de un fundo,
Para BIONDI los ríos son sin más de dominio público, no importando que sean navegables o no
Según PLANIOL, RIPERT Y PICARD, una corriente de agua es navegable cuando es capaz de servir
para una navegación continua. Es flotable cuando puede conducir almadías o rastros de madera”,
El dominio público sobre los tíos distingue la masa de agua corriente de cursos naturales o artificiales.
El dominio fluvial está constituido por dos elementos con caracteres jurídicos: el cauce y el agua. El
agua es la masa líquida que se desliza dentro del cauce que es su continente y así, al expresarse río
en genérica expresión, se comprenden estos dos elementos que lo integran como unidad.
En suma, el dominio territorial sobre los cauces de los ríos es similar al régimen que se aplica para los
mares territoriales (FIORINI).
La Ley de Recursos Hídricos establece que el agua de “los ríos y sus afluentes” (art. 5) y los bienes
naturales asociados a ella (cauces O álveos, lechos y riberas) señalados en el numeral 1 del artículo
6, “constituyen bienes de dominio público” (art. 7).
II.- Dominio público lacustre. El Código Civil derogado establecía que los lagos, así como sus
respectivos cauces y álveos, eran bienes del Estado (art 822, 4%. La derogada Ley dle Aguas (DL. N*
17.752) reiteraba que eran propiedad del Estado y, por consecuencia, su dominio era inalienable e
imprescriptible sobre las aguas de los lagos, lagunas y embalses de formación natural o artificial (art.
4. g).
La vigente Ley de Recursos Hídricos N* 29.338, no contiene una norma contundente como las
anteriores; hay que deducir que se refiere a los lagos cuando, al definir al agua, comprende a “la
acumulada en forma natural o artificial” (art. 5, 3%, para luego agregar que también los cauces o
álveos, lechos y riberas de los cuerpos de agua (art. 6, b), así como las islas existentes y las que se
formen en los lagos, lagunas o esteros (art. 6, f), constituyen bienes de dominio público hidráulico
Por oposición a las aguas corrientes, estas se refieren a las masas de aguas estancadas, inmóviles y
sin curso, comprendiendo los lagos y lagunas Como manifestaciones de la naturaleza, y las represas
y estanques provenientes de cauces artificiales .
1. “Los lagos constituyen aguas dormidas, vale decir, acumulaciones de agua que no tienen curso o
por lo menos no lo tienen en forma aparente”. Se llaman aguas dormidas o durmientes porque su
circulación es imperceptible. No obstante, estas aguas dormidas tienen cierto movimiento, originado,
sea por las corrientes exteriores o subterráneas que las alimentan, sea por las vías exteriores o
subterráneas de salida o descarga. Pero se trata de un movimiento paulatino y lento, que por regla
general resulta imperceptible, máxime comparado con los cursos de agua propiamente dichos
(MARIENHOEPR).
Las aguas durmientes se clasifican en: naturales, están constituidas por lagos y lagunas, o sea son
obra de la naturaleza; y artificiales, son las represas y estanques, que obedecen a la obra del hombre.
La ley establece que son de dominio público las aguas acumuladas “en forma natural o artificial” (Ley
N* 29.338, att. 5, 3
Entre el lago y la laguna existe la misma relación que hay entre el rio y el. arroyo. En cuanto a las
represas y estanques, se distinguen también por su magnitud. Los estanques son obra de menor
importancia técnica que las represas (MARIENHOEF, VILLEGAS BasavinBaso)
En otras legislaciones, la división tiene importancia en cuanto a la desafectación (régimen legal), ya
que los lagos (aguas durmientes naturales), son de dominio público, en cambio las aguas durmientes
artificiales (estanques), no; entre nosotros no, porque todas las aguas, sin distingo alguno, son de
dominio público, ¿Serán todos los lagos? Para Díez, el código argentino solo se refiere a los lagos
navegables y no a los lagos no navegables; en estos el uso y goce
pertenece a propietarios ribereños. Pero se refiere al uso y goce doméstico de los lagos no
navegables.
2. Las islas. Las existentes y las que se formen “en los mares, lagos, lagunas o esteros o en los ríos,
siempre que no procedan de una bifurcación del curso del agua al cruzar las tierras de particulares”
(art. 6, f), son bienes naturales y, por ende, constituyen bienes de dominio público hidráulico (art. 7).
3. Los puertos (dominio público portuario). Son lugares de las costas en aguas corrientes dormidas,
protegidos de los vientos y del movimiento acuático, lo cual los habilita para operaciones (trabajos)
de embarque y de desembarque (de personas, y de carga y de descarga de bienes).
Los puertos, por su creación, se clasifican en: naturales, cuando son productos de la naturaleza, y
artificiales, si son creación de la actividad humana. Desde otro punto de vista, son comerciales y
Militares.
IlI. Dominio de las aguas públicas. Hasta este momento pertenecen al dominio público. Todas las
aguas, sin excepción alguna, son de propiedad del Estado y su dominio es inalienable e
imprescriptible. Prescribe la Ley de Recursos Hídricos: “El agua constituye patrimonio de la Nación.
El dominio sobre ella es inalienable e imprescriptible. Es un bien de uso público y su administración
solo puede ser otorgada en armonía con el bien común, la protección ambiental y el interés de la
Nación. No hay propiedad privada sobre el agua”.
No obstante, ello no impide que pueda concederse el uso del agua, que se encuentra condicionado
a su disponibilidad (art. 34).
Las clases de uso de agua son: 1) uso primario; 2) uso poblacional; 3) uso productivo (art. 35). Para
usar el recurso agua, salvo el uso primario, se requiere contar con un derecho de uso otorgado por
la Autoridad Administrativa del agua (art. 44). Las clases de derecho de uso son: 1) licencia de uso; 2)
permiso de uso; y, 3) autorización de uso de agua (art. 45).
Tocante a las aguas subterráneas, hasta que son descubiertas, son jurídicamente inexistentes, lo
mismo que el tesoro. Pero después de descubiertas ¿a quién pertenecen? Para cierto sector de la
doctrina, como existe a favor del propietario del suelo una propiedad latente, entonces el agua será
privada (B10ND1). La ley peruana niega esto ya que considera que las aguas subterráneas (art. 5,9)
están comprendidas en el concepto “agua” y, por ende, constituyen bienes de dominio hidráulico
(art. 7).
De otra parce, hay una diferencia con la derogada Ley de Aguas, ya que según esta, todas las
servidumbres eran forzosas, en tanto que para la vigente Ley de Recursos Hídricos, las servidumbres
de aguas pueden ser: 1) naturales, b) voluntarias y forzosas. (art. 65). Están exceptuadas de la Ley de
Recursos Hídricos, las servidumbres de agua con fines energéticos y de saneamiento, que se regulan
por sus leyes especiales (art. 69).
DOMINIO MINERO
El código derogado decía que eran del Estado las minas y yacimientos minerales (art. 822, 49). La ley
especial vigente también lo dice.
El desarrollo del tema se encuentra más adelante (infra N* 215).
DOMINIO FERROVIARIO
El carácter de dominio público de las vías férreas “se extiende a todo aquello que forma parte
integrante de ellas o constituye asimismo accesorio indispensable para las mismas; puentes,
estaciones y explanadas correspondientes, locales de depósito, etc“,
Sin embargo, no todas las vías férreas son de dominio público; solo las del Estado (BIONDD. .
En el Perú, las vías férreas son bienes inmuebles (art. 885, 9% del CC) y las pocas que existen
actualmente, como el ferrocarril central, pertenecen al Estado.
UNIVERSALIDADES JURÍDICAS
Es el conjunto de bienes que pertenecen a un mismo sujeto y resulta destinado a un fin único.
Ejemplos de universalidades públicas: bibliotecas, museos y archivos; también son públicas cada una
de las piezas que lo integran, individualmente: libros, cuadros y documentos. $e entiende que estuna
biblioteca abierta al público. Los museos del Estado también, si el público tiene acceso directo, Los
documentos de los archivos también, pero solo sí están librados al uso público
El concepto de universalidad, que es de contenido lógico, se aplica al derecho público con mayor
contenido funcional que al derecho privado, pues ya no se destaca la voluntad de los particulares en
su creación y adquisición de derechos, sino la impone el cumplimiento amplio del fin público; en el
derecho público resalta la función continua, finalista y coordinada de bienes, derechos y prestaciones
NOCIÓN PREVIA
Carece el código civil peruano de un artículo que esboce siquiera una idea de lo que se enciende,
clásicamente, por dominio privado del Estado, aunque con las reservas que tal denominación nos
merece. Máxime si consideramos que existen muchos precedentes en el derecho comparado, así, el
código argentino, el español, italiano, etc,
El dominio privado del Estado comprende bienes inmuebles, pero también muebles; objetos
corporales como incorporales, o sea derechos. Luego de definirlo, haremos su enumeración.
DOMINIO PRIVADO DEL ESTADO. DEFINICIÓN Y DENOMINACIONIES
En principio diremos que estos bienes de dominio privado del Estado son también llamados
patrimoniales o fiscales.
Se trata de bienes que, sin ser de uso público o colectivo, están afectados a un servicio público —
edificios públicos y dependencias administrativas (escuelas, cuarteles, comisarías, ministerios,
universidades, mataderos), o que están destinados a la defensa del territorio y por consiguiente con
fin público o general, murallas, fortalezas o fortificaciones, muros, fosos, cañones, navíos de guerra
o, incluso, de bienes destinados al fomento de la riqueza nacional (esta es una innovación de la
legislación española).
El espectro nos muestra una amplia gama de: bienes, sobre todo inmuebles, que, ubicados en el
patrimonio del Estado, no obstante no son aprovechados directamente por el pueblo, se les da otra
orientación indirectamente pública ,
Y que por eso tal vez la doctrina y legislación italianas dicen que son susceptibles de gestión
económica»,
En realidad falta acuerdo sobre el tema, inclusive resulta más complejo que el relativo a los bienes
de dominio público. Ni siquiera es segura la delimitación entre los bienes de dominio público (o
demaniales) que serán los afectados al uso público y los bienes de dominio privado destinados al
servicio público,
De acuerdo con el Reglamento de la Ley N* 29.151, los bienes de dominio privado del Estado son
aquellos bienes estatales que siendo de propiedad del Estado o de alguna entidad, no están
destinados al uso público ni afectados a algún servicio público, y respecto de los cuales sus titulares
ejercen el derecho de propiedad con todos sus atributos” (Reg., art. 2.2.b).
Esto muestra —al igual que el Reglamento anterior en su artículo iii del Título Preliminar— una
tendencia teórica, para la cual los bienes de dominio privado no solo son los que no están destinados
al uso público, sino tampoco afectados a algún servicio público.
Inclusive, los bienes de dominio público del Estado, “podrán ser otorgados en concesión a favor de
particulares conforme a la normatividad sobre la materia”
Los actos de disposición inmobiliaria requieren que, previamente, “se haya culminado con la
inscripción del derecho de propiedad a favor del Estado o de la entidad correspondiente”, Inclusive,
el hecho de que existan cargas, gravámenes y procesos judiciales que afecten dichos bienes estatales
siempre que no se cuestione el derecho de propiedad— “no limita su libre disposición”, aunque
deben ser puestas en conocimiento del eventual adquirente del bien o derecho (art. 48 del Reg.).
¿Cuáles son esas modalidades de transferencia? La transferencia de propiedad de bienes del
dominio privado del Estado puede ser a través de diversas modalidades; así, por medio de
compraventa “solo bajo la modalidad de subasta pública y, excepcionalmente, por compraventa
directa” (art. 74 del Reg.mediante derecho de superficie de predios del Estado, “por convocatoria
pública o de manera directa” (arc. 84 del Reg.); usufructo, “por convocatoria pública o de manera
directa” Care. 89 del Reg.); arrendamiento de predios estatales “mediante convocatoria pública y,
excepcionalmente, de manera directa” (art, 92 del Reg.).
Igualmente, hay concesiones de carácter gratuito; así, por la afectación en eso “solo se otorga el
derecho de usar a título gratuito un predio a una entidad para que lo destine al. uso o servicio público
y excepcionalmente para fines de interés y desarrollo social” (art. 97 del Reg.); por la cesión en uso
“solo se otorga el derecho, excepcional, de usar temporalmente a título gratuito un predio estatal a
un particular, a efectos de que lo destine a la ejecución de un proyecto de interés y/o desarrollo
social, sin fines de lucro” (art. 107 del Reg.), el comodato (art. 111 del Reg.), entre otras modalidades
No dudan ruchos en considerarlos bienes de dominio privado del Estado (PranioL, Ripert y PicarD?;
De Ruggiero, Barasi; Biondy PO, Se estima que son bienes de condiciones semejantes —no iguales—
a las de los particulares.
Pues los actos de la persona moral pública escapan parcialmente a las reglas del Derecho Civil. Por
ello dice Fraga: “Es por esa razón que la legislación aplicable al patrimonio privado del Estado es una
parte de la legislación civil singular del derecho privado especial””, Sobre el particular debe
recordarse la renuencia del codificador peruano del 36 a llamarlos así. Por eso mismo son muchos
los que, en la otra orilla, los consideran bienes de dominio público (Romero), especialmente los
administrativistas (ÁLVAREZ GENDINS, Fiorini); para este último, el capítulo del patrimonio estatal es
un tema que debe estas separado del Código Civil. Considera que “la afirmación de un patrimonio
estatal distingue ab initio, la existencia de bienes que deben ser distintos a los que son propiedad de
los particulares, correspondiendo también un régimen jurídico de contenido diferente. Y esto nos
lleva a otro tema igualmente cardinal y delicado: él de la naturaleza jurídica del instituto.
NATURALEZA JURÍDICA
En la determinación del tema han participado civilistas y administrativistas, pero la discrepancia no
es solo entre ambos bandos, sino que, a su vez, no todos los expositores del Derecho Civil están de
acuerdo, como tampoco los publicistas tienen un planteamiento homogéneo.
Los clásicos han sentado opinión que sobre los bienes de dominio público, el Estado no tendría un
verdadero derecho de propiedad; solo le admiten un superior poder de policía, administración,
guardia, vigilancia, etc. Nosotros discrepamos de esta corriente, que solo observa La cuestión con
visión privatista, Que los bienes de uso público no tengan las características del derecho subjetivo de
propiedad privada, no quiere decir que no sea una propiedad, Del mismo modo, sobre los bienes
patrimoniales, que también se denominan bienes del Estado o simplemente, dominio del Estado, sí
tendría este un verdadero derecho subjetivo de propiedad, diferenciando según la clase de bienes y
el servicio público a que se afecten.
Queda claro que los bienes patrimoniales constituyen un auténtico derecho de propiedad. Esclarecer
el tema, o sea, que se establezca que los bienes son de propiedad del Estado no es algo bizantino,
tiene importancia para determinar si tales bienes se someten a las reglas del derecho civil como
cualquier persona.
En principio, diremos que estos bienes son hipotecables, embargables, arrendables, y usucapibles
por quien los posee. Es una consecuencia lógica del régimen jurídico al que adhieren. Resulta que
estos bienes, y ello fluye de la definición que se ha dado (impre, N* 193), son de dos clases o
categorías: aquellos que están afectados al servicio público (o utilidad pública) y los que podrían
llamarse bienes privados del Estado no destinados a servicios públicos.
I.- Bienes patrimoniales destinados a un servicio público. Resulta evidente que no son enajenables
(mientras dure su afectación), por lo cual se los confunde a veces con los bienes de dominio público,
así por ejemplo, el local o edificio destinado a cuartel militar.
II.- Bienes patrimoniales que no están destinados a un servicio público. Brindan algún tipo de
utilidad pública, como todo bien estatal, pero no de manera inmediata, sino más bien mediara. Se
considera que estos son absolutamente enajenables o disponibles.
Quizá por eso los italianos prefieren hablar de bienes patrimoniales indisponibles y disponibles,
nomenclatura que cuadraría con lo enunciado.
CARACTERES DEL DOMINIO PRIVADO DEL ESTADO
Establecido como un derecho de propiedad, en el fondo no se diferencia del de un particular.
Fluctúan en el derecho comparado. En términos generales se pueden señalar las siguientes notas
características.
I.- Son enajenables, si bien con las limitaciones anotadas y siempre que se cumplan los requisitos
exigidos por las leyes administrativas.
II.- Pueden ser embargados. Consecuencia de la anterior es que si son enajenables, también son
embargables. La doctrina se muestra dividida en el tema. Para algunos (Coty y CaApITaNT; De BUEN)
son inembargables. Esta era la línea del código procesal derogado en su artículo 617,12.
En segundo lugar, SALVAT se cuenta entre quienes consideran que la embargabilidad es la regla, y la
inembargabilidad, la excepción a la misma; por último, hay aquellos que piensan en sentido contrario
al anterior, es decir, la inembargabilidad es la regla y la embargabilidad la excepción.
El Código Procesal Civil vigente nada dice al respecto, por lo que cabe deducir que son embargables.
IlI.- Son Usucapibles. Todo bien que puede set poseído, por regla general es un bien de comercio y,
por consecuencia, adquirible por el transcurso del tiempo. Naturalmente pueden perder este
carácter por ley expresa.
Es lo que ha ocurrido en nuestro país, a partir de la Ley N* 29.618 (El Peruano, 24 de noviembre de
2010), que expresamente dispuso que los bienes inmuebles de dominio privado estatal son
imprescriptibles.
Podríamos concluir afirmando que en Perú, estos bienes inmuebles de dominio privado del Estado
son imprescriptibles, mientras que los bienes muebles de dominio privado estatal sí son usucapibles.
El señalamiento de estos caracteres es solo a título de ejemplo; por supuesto que hay otros más.
Como que cabe respecto a ellos, los interdictos y acciones posesorias, la reivindicación, etc.
Generalmente la venta de esta clase de bienes del Estado se hace en pública subasta (licitación
pública); también se adjudican a través de remate (igualmente establecía el código anterior en su art.
1.444), se pueden vender en rueda de Bolsa, etc., y a través de todos los medios que establezcan las
leyes especiales correspondientes. Asimismo las leyes de presupuesto aprobadas cada año
establecen la forma de adquirir o vender bienes públicos.
ENUMERACIÓN
El codificador ha omitido enumerar los bienes del dominio público por considerarlos en el ámbito
público. Los bienes del patrimonio del Estado en cambio los iguala con los de los particulares; a pesar
de la solidez de tal argumento, tampoco se legista esta clase de bienes. Después de todo, hubiera
sido preferible mantener la tradición jurídica del código anterior que, en su artículo 822, 3983, se
refería a ellos. Agréguese a ello que la dispersión de leyes tocantes a los bienes estatales complica el
panorama. De todos modos, he aquí una enumeración aproximativa.
I.-Los bienes abandonados (res derelíctae). Todos aquellos bienes abandonados por sus dueños
durante veinte (20) años pasan al dominio del Estado (art. 968, 4% del CO). La norma se refiere a
predios, con lo cual denota que se trata de los inmuebles urbanos.
¿Quién es el titular de los predios no inscritos? Los predios que no se encuentren inscritos en el
Registro de Predios y que no constituyan propiedad de particulares, ni de Las Comunidades
Campesinas y Nativas, son de dominio del Estado obviamente del dominio privado del Estado), cuya
inmatriculación compete a la Superintendencia Nacional de Bienes Estatales (Ley N* 29,15 1, arc. 23).
La noción se completa con lo estipulado para el ámbito agrario. Las tierras abandonadas pasan al
dominio del Estado para su adjudicación en venta (art. 88, párr. 2? de la Const.).
Dos son los requisitos exigidos: pérdida material del bien y animas derelinquendi (intención de
desprenderse del mismo).
Esto con referencia a los bienes abandonados. En el derecho peruano no existen bienes inmuebles
nullius; en tal situación el Estado es el dueño originario.
II.- Los bienes vacantes. Son las llamadas herencias vacantes. Se trata de los bienes de aquellas
personas que mueren sin dejar herederos (sucesores) testamentarios o legales, sean predios rústicos
(y en general, urbanos), Ganado, maquinaria e instalaciones que los integren. Estos pasan al Estado,
y los demás bienes a la Beneficencia del lugar (art. 830 del CO).
Lo más saltante de la norma es que comprende como bienes vacantes no exclusivamente a los
inmuebles como suele hacerse en el derecho comparado, también los bienes muebles,
En doctrina solía distinguirse entre bienes: a) mostrencos, los muebles o semovientes que se
encuentran perdidos o abandonados sin saberse (conocerse) su dueño; b) vacantes, los inmuebles o
raíces que Carecían de dueño conocido; c) ab intestato, los pertenecientes a personas que fallecían
sin otorgar testamento y carecían de herederos legítimos. Pero en la práctica, la palabra “mostrenco”
comprendía a todos ellos, tal como lo reconoce Joaquín Escribe en su Diccionario”,
El derecho moderno prefiere la expresión “bienes vacantes”, aunque muchas veces se habla también
de mostrencos. Lo que sí debe descartarse tajantemente es su confusión con los bienes heredados
ab intestato, que son estudiados por el Derecho sucesorio.
Es común ver en la práctica cómo el Estado se desentiende de estas herencias vacantes, siendo más
bien las Beneficencias las entidades que se apersonan a los procesos de sucesión intestada.
III.- Bienes provenientes de donaciones y legados. El Estado engrosa su patrimonio con todos
aquellos bienes donados por particulares. Tal como puede serlo por igual la Iglesia.
Las tierras eriazas.
IV.- Tierras eriazas son las no cultivadas por no estar dotadas de suficiente agua para ser productivas
y aprovechables. Pertenecen al Estado (D. Leg. N* 653, art, 23), el cual las transfiere (vende) a los
particulares en subasta pública.
VI.-Bienes permutados. No es usual la figura, pero el Estado, actuando como cualquier entidad
privada, puede permutar o cambiar determinados bienes que no integren el dominio público.
VII.-Bienes adquiridos por usucapión. Muchas veces el Estado posee bienes a título de dueño (sin
serlo) durante decenas de años. Es regla en el Derecho Civil que todo bien que puede poseerse,
resulta pasible de usucapión. Sólo los bienes de dominio público no lo son.
VII.- Las rentas nacionales. Todos aquellos ingresos propios por concepto de impuestos, tasas,
contribuciones, etcétera.
VIII.- Locales y oficinas administrativas. Todos aquellos bienes —especialmente inmuebles— que no
son de uso público, que cumplen una función pública, o más específicamente, servicios públicos, tales
como aquellos locales y edificios que el Estado destina a escuelas, comisarías,
ministerios, dependencias y oficinas administrativas.
Son oficinas y locales públicos no usados por todos, sino por círculos burocráticos reducidos, aunque
pertenecientes al Estado.
Son del Estado, por último, todos aquellos bienes que le pertenecen por título legal, como prescribía
el artículo 822, 3" del código de 1936.
La ley creó el Sistema Nacional de Bienes Estatales “como el conjunto de organismos, garantías y
normas que regulan, de manera integral y coherente, los bienes estatales, en sus niveles de Gobierno
Nacional, Regional y Local, a fin de lograr una administración ordenada, simplificada y eficiente,
teniendo a la Superintendencia Nacional de Bienes Estatales -SBN-— como ente rector” (Ley N*
29,151, arc. 1). Esta Superintendencia es el “ente rector responsable tanto de normar los aceros de
adquisición, disposición, administración y supervisión de los bienes estatales, como de ejecutar
dichos actos respecto de los bienes cuya administración está a su cargo” (art. 13). Entre las funciones
y atribuciones que le confiere la ley poder señalar: Procurar una. eficiente gestión: del portafolio
mobiliario e Inmobiliario de los bienes estatales, optimizando su uso y valor (Ley 29.151 art. 14.1, )
identificar los bienes estatales de carácter y alcance nacional y disponer su reserva (art. 14.1, “f”);
emitir opinión técnica en los acros de disposición de predios de propiedad del Estado, excepto de los
bienes que sean materia de procesos de formalización o estén en procesos de privatización o
concesión
ENUMERACIÓN
En la vieja concepción centralista, solo se hablaba del Estado central o de los Estados, tratándose de
naciones de raíz federal.
Desde hace mucho tiempo, el Gobierno se divide en Nacional, Municipal y Regional De modo que los
bienes pertenecientes a los municipios y a las
regiones, son también bienes del Estado, que pueden a su vez ser de dominio
público y de dominio privado.
El código anterior establecía en la parte final del artículo 822 los bienes de las instituciones o
corporaciones oficiales, vale decir de las universidades públicas, beneficencias, colegios nacionales,
etc. Nosotros consideramos que también estas instituciones tienen un dominio dual: público —cuyos
bienes por estar destinados a un fin de utilidad general, son inalienables, inembargables e
imprescriptibles y privado.
1. Bienes de dominio público. Los bienes de dominio público de las municipalidades son inalienables
e imprescriptibles (art. 55 de la LOM), por ejemplo, las vías y áreas públicas, con subsuelo y aÍres son
bienes de dominio y uso público (art. 56 de la LOM ¿a fine).
Asimismo, las playas, ríos, manantiales, corrientes de agua, así como los lagos, son bienes de uso
público. Estos últimos, solamente por razones de seguridad nacional pueden ser objeto de concesión
para otros usos (art. 62).
2.- Bienes de propiedad privada municipal. Son bienes privados, equivalen a lo que se llama
“dominio privado” del Estado; son los no afectados al uso público vecinal.
Algunos están enumerados en el artículo 56:
a) Los edificios municipales y sus instalaciones y, en general, todos los bienes adquiridos, construidos
y/o sostenidos por la municipalidad.
b) Las acciones y participaciones de las empresas municipales,
c) Los caudales, acciones, bonos, participaciones sociales, derechos o cualquier otro bien que
represente valores cuantificables económicamente.
d) Los terrenos eriazos, abandonados y ribereños que le transfiera el Gobierno Nacional.
e) Los aportes provenientes dé Habilitaciones urbanas.
f) Los legados o donaciones que se instituyan en su favor.
Lógicamente también hay que considerar otro tipo de bienes que adquieran los municipios, como
son vehículos, mobiliario, etc. Igualmente las rentas municipales, a Las que se refiere el artículo 69
de la ley.
Estos bienes pueden ser transferidos, concesionados en uso a explotación, arrendados o modificado
su estado de posesión o propiedad mediante cualquier otra modalidad, por acuerdo del concejo
municipal.
Cualquiera de estos actos se hará mediante subasta pública (art. 59).como tales, son enajenables,
embargables y usucapibles.
Cada municipalidad tiene la obligación de abrir y mantener actualizado el Margesí de Bienes
Municipales (art. 57). > —
Los bienes inmuebles de las municipalidades deben ser inscritos en los Registros Públicos (art. 58).
I.- Si rastreamos en nuestra legislación, notaremos que la preocupación de legislar sobre la materia
no es muy antigua, aparece con fuerza en el siglo XX. Antes no hubo prácticamente textos de
importancia.
Tempranamente el Decreto Supremo de 24 -de enero de 1912 declaró de utilidad pública la
formación del Parque Nacional de Sacsaihuamány dispuso su expropiación.
Hubo de dictarse más adelante uma norma de capital trascendencia, que solo vino a ser derogada
recién por la ley vigente. Nos referimos a la Ley N? 6.634, de 13 de junio de 1929. Con tono
nacionalista proclamó la inalienabilidad e imprescriptibilidad del patrimonio arqueológico del país
anterior al virreinato (art. 1); los bienes arqueológicos de propiedad privada solo podían serlo por
excepción, siempre y cuando hubieran sido adquiridos antes de La promulgación de la ley (art. 4), o
también si eran duplicados (art, 20), El contenido de la ley era vasto, incluyendo además de los bienes
comunes, los restos humanos, tejidos, amuletos, artefactos de madera, cobre, plata, oro, y cualquier
otro objeto mueble que se hallare en los monumentos arqueológicos, aun cuando fueran
descubiertos o extraídos de terrenos de propiedad particular. Sin duda un rexto legal que otorgaba
los bienes al Estado, y por eso, distinto a la ley vigente.
La Constitución de 1933 precisaba en su artículo 82 que estos bienes, es decir, los tesoros
arqueológicos, artísticos e históricos se encontraban bajo la salvaguarda del Estado, Como puede
verse, no establecía el dominio público estatal, y, por otra parte, utilizaba la expresión tesoros
arqueológicos, de mucha importancia, y de la cual tratamos más adelante.
Fue la primera Constitución que legisló acerca de los bienes culturales.
Siguió el turno al Código Civil de 1936. Ya se ha dicho repetidamente que, aunque defectuosa y
fragmentariamente, enumeraba los bienes del Estado en el numeral 822, incluyendo entre tales a los
monumentos históricos y los objetos arqueológicos, remitiéndolos en lo demás a la ley especial (art.
822, 5%. Parece ser que con los primeros se refería a los bienes inmuebles, y con los segundos, a los
muebles.
Otro de los hitos en esta brevísima evolución histórica, lo constituye la Ley N? 8,853, de 9 de marzo
de 1939, de carácter restrictivo. Limitaba la enajenación, declarando la inalienabilidad de bienes
muebles e inmuebles de valor histórico o artístico, “salvo a favor del Estado” (art.8). El ius abutendí
del propietario estaba grandemente limitado, llegándose a decir que era un mero depositario. Por
ocra parte, siguiendo la orientación de la anterior, la ley dispuso la organización de exhibiciones
extraordinarias de los bienes culturales de propiedad privada, en los lugares que determinará el
Consejo Nacional de Conservación y Restauración de lugares históricos, entidad creada por dicha ley
(att. 6). Es obvio que los bienes de los coleccionistas particulares deben estar al servicio de la Nación.
También exhibiciones ordinarias anuales.
El Reglamento de esta les, aprobado por Decreto Supremo de 13 de octubre de 1942, vino a estipular
que así los bienes muebles como los inmuebles de la época colonial, podían ser declarados
monumentos.
V.- La abrogada Constitución de 1979 disponía en su numeral 36 que “los yacimientos y restos
arqueológicos, construcciones, monumentos, objetos artísticos y testimonios de valor histórico,
declarados patrimonio cultural de la Nación, están bajo el amparo del Estado”. Resalta ya la tendencia
a considerarlos de la Nación, remitiéndolos en lo demás a la ley especial,
I.- De acuerdo con el artículo 1 del Convenio Unesco (1972), son considerados patrimonio cultural
Los monumentos: obras arquitectónicas, de escultura o de pinturas monumentales, elementos o
estructuras de carácter arqueológico, inscripciones, cavernas y grupos de elementos, que tengan un
valor universal excepcional desde el punto de vista de la historia, del arte o de la ciencia.
Los conjuntos: grupos de construcciones, aisladas O reunidas, cuya arquitectura, unidad o integración
en el paisaje les da un. valor excepcional, desde el punto de vista de la historia, del arte o de la ciencia.
Los lugares: obras del horambre u obras conjuntas del hombre y la naturaleza, así como las zonas,
incluidos los lugares arqueológicos que tengan un valor universal excepcional desde el punto de vista
histórico, estético, etnológico o antropológico”.
No cualquier bien puede reputarse dentro del patrimonio cultural, solo los bienes (monumentos,
conjuntos y hogares) que tengan un valor universal excepcional desde el punto de vista histórico,
artístico, estético, científico, etnológico o antropológico,
II. La Convención de San Salvador (1976) establece en su artículo 2 que los bienes culturales son
“aquellos que se incluyen en las siguientes categorías:
“a) Monumentos, objetos, fragmentos de edificios desmembrados y material arqueológico
pertenecientes a las culturas americanas anteriores a los contactos con la cultura europea, así como
los restos humanos, de la flora y fauna, relacionados con las mismas.
b) Monumentos, edificios, objetos artísticos, utilitarios, etnológicos, íntegros o desmembrados de la
época colonial hasta el fin del siglo XIX.
c) Bibliotecas y archivos incunables y manuscritos: libros y otras publicaciones iconográficas, mapas
y documentos editados hasta el año 1850.
d) Todos aquellos bienes de origen posterior a 1850 que los Estados Partes tengan registrados como
bienes culturales, siempre que hayan notificado tal registro a las demás partes del Tratado.
e) Todos aquellos bienes culturales que cualesquiera de los Estados Partes declaren o manifiesten
expresamente incluir dentro de los alcances de esta Convención”,
Esta clasificación tiene en cuenta la historia, Serán bienes culturales: 1 Los monumentos y objetos
anteriores a los contactos con la cultura europea (vale decir, autóctonos, precolombinos); 2.
Monumentos y objetos «le la época colonial hasta fines del siglo XIX; 3. Libros, archivos y otros
documentos impresos hasta el año 1850; todos aquellos posteriores a 1850 que los Estados hayan
declarado como tales.
Salta a La vista que la enumeración de estas dos convenciones es exagerada y vasta, especialmente
en cuanto a que son bienes culturales los restos humanos, así como los de la flora y la fauna
relacionados con las culturas anteriores a la hispánica, o incluso edificios de la época colonial hasta
fines del siglo XIX. Esto es peligroso, ya sabemos que pretender cubrir todo equivale a no proteger
nada. En nuestro país son conocidos los monumentos arqueológicos e históricos (verbigracia: Machu
Picchu, —Sacsaihuaman, Koricancha, Kuélap, Ollantaytambo, Chan Chan, las Líneas de Nazca, etc.),
o también innumerables objetos muebles (ceramios, tejidos, tumbas o chullpas, etc.), cuyo
descubrimiento más reciente lo constituye el Señor de Sipán, vestigio de la Cultura Mochica, cuyos
restos datan de unos 200 años de nuestra era.
Todos ellos son, sin duda alguna, bienes culturales. Pero no cualquier bien inmueble o mueble
antiguo tiene garantizado ese carácter
Si se toma en consideración el objeto sobre el que recaen, los bienes son materiales e inmateriales,
Esta clasificación es tan absurda, que considera como bienes materiales por ejemplo a los libros y a
las composiciones musicales, ya que lo importante en ellos son los derechos de autor,
de naturaleza indiscutiblemente inmaterial.
Por otro lado, la ley considera a los bienes muebles e inmuebles como una subclasificación de los
bienes materiales. Veamos.
1. BIENES MATERIALES
a) Bienes Inmuebles
De manera enunciativa, la ley considera aquí a los edificios, obras de infraestructura, ambientes y
conjuntos monumentales, centros históricos y demás construcciones, así como las evidencias
resultantes de la vida y actividad humana urbanas y/o rurales, que tengan valor arqueológico,
arquitectónico, histórico, religioso, etnológico, artístico, antropológico, paleontológico, tradicional,
científico o tecnológico, su entorno paisajístico y los surgidos en espacios acuáticos.
Dicha protección comprende el suelo, subsuelo (en el que se encuentran o asientan), los aires y el
marco circundante (art. 1,1% de la LGPCN).
b)Bienes muebles
Comprende:
Los bienes de interés artístico como cuadros, lienzos, pinturas, esculturas y dibujos, composiciones
musicales y poéticas, etc.
Libros, incunables, manuscritos raros, documentos, foros, negativos (de fotos), daguerrotipos y
publicaciones antiguas.
Documentos manuscritos, fonográficos, cinematográficos, videográficos, digitales, planotecas,
Hemerotecas y otros.
Los bienes relacionados con la historia, en el ámbito científico, técnico, militar, social y biográfico.
Colecciones y ejemplares singulares de zoología, botánica, mineralogía y los especímenes de interés
paleontológico.
Objetos y ornamentos de uso litúrgico, tales como cálices, copones, candelabros, estandartes,
incensarios, vestuarios y otros, etc. (art. 1, 29).
2.-BIENES INMATERIALES
La ley ubica aquí a las creaciones de una comunidad cultural fundadas en las tradiciones, individuales
o grupales, y que responden a las expectativas de la comunidad, “como expresión de la identidad
cultural y social, además de los valores transmitidos oralmente, tales como los idiomas, lenguas y
dialectos autónomos, el saber y conocimiento tradicional, ya sean artísticos, gastronómicos,
medicinales, tecnológicos, folclóricos o religiosos”, que en conjunto conforman nuestra diversidad
cultural (art. 1, 29).
Sobre estos bienes inmateriales, “ninguna persona natural o jurídica puede arrogarse la propiedad
de algún bien cultural inmaterial, siendo aula toda declaración en tal sentido (...)” (LGPCN, artículo
2).
El Ministerio de Cultura expidió una Directiva sobre la Declaratoria de las manifestaciones del
Patrimonio Cultural Inmaterial como Patrimonio Cultural de la Nación, aprobada mediante
Resolución Ministerial N* 080-2011-MC (El Peruano, 4 de marzo de 2011).
En los tiempos más recientes, en el orden interno se han dictado varias normes protegiendo estas
manifestaciones culturales, sean de tipo gastronómico (el cebiche, como plato bandera; el pollo a
“la brasa), ambos en 2004; de instrumentos musicales (el clarín), en 2008; folclórico-danzístico (Los
Negritos de Huayán), en 2009; obras musicales (Vírgenes del Sol), en 2009, y también El cóndor
pasa, de Daniel Alomía Robles, en 2004. Se declaró al Señor de los Milagros como patrono del Perú,
mediante la Ley N* 29.602 (El Peruano, 19 de octubre de 201.0); inclusive a nivel mundial, ha
sido reconocido el Khapak ñan, como Patrimonio Cultural de la Humanidad.
2. Transferencia a título oneroso. “El propietario sea público o privado, que pretenda transferir
onerosamente la propiedad de un bien cultural deberá notificarlo al organismo competente,
declarando el precio y las condiciones de la transferencia, Dicha declaración constituirá una oferta
de venta irrevocable”. El organismo competente (el Ministerio de Cultura, creado por la Ley IN?
29,565, que absolvió al Instituto Nacional de Cultura, al Archivo General dle la Nación y a la Biblioteca
Nacional del Perú) cuenta con un plazo de 30 días útiles, desde la declaración, para aceptar la oferta
de venta. Vencido tal plazo caduca su derecho de preferencia, pudiendo el propietario transferir
dichos bienes culturales (Beg., art. 12). Estos organismos han sido subsumidos por el Ministerio
de Cultura.
Lógicamente, el carácter peligroso de estos preceptos (desde la ley anterior) se ha demostrado ya.
En efecto, en una oportunidad se realizó la insólita venta de una faja de tierra de Machu Picchu*””,
Claro que esa venta no podía prosperar. Prima face, sería factible la venta (el artículo 14 de la ley
derogada lo permitía), pero hay una norma que lo prohíbe. Es el artículo 6, 1 de la ley especial,
el cual establece que todo bien inmueble integrante del Patrimonio Cultural de la Nación de carácter
prehispánico es de propiedad del Estado, “independientemente de que se encuentre ubicado en
predio de propiedad pública o privada”, pues tiene “la condición de intangible, inalienable e
imprescriptible, siendo administrado únicamente por el Estado” (art. 6, 19 de la LGPCN). Esta norma
viene a colación del asunto de Machu Picchu. La venta es nula, carece de efectos, pero además existe
responsabilidad penal por parte de los funcionarios involucrados (Código Penal, artículo 229).
Por otra parte, la ley en vigor ha corregido un error de la anterior, ya que establece como regla la
prohibición de la salida del país de todo bien mueble integrante del Patrimonio Cultural de la Nación
(art. 33). Sólo por excepción, mediante resolución suprema, se permite la salida de los bienes
muebles integrantes del Patrimonio Cultural de la Nación, en los siguientes casos:
I.- A partir de la creación del Ministerio de Cultura, el Instituto Nacional de Cultura, la Biblioteca
Nacional del Perú y el Archivo General de la Nación, entre otros, pasaron a ser organismos públicos
adscritos a dicho ministerio (Ley IN? 29.565, art. 11), organismos que, de acuerdo con la Ley General
del Patrimonio Cultural de la Nación, estaban encargados de la identificación, inventario, inscripción,
registro, investigación, protección, conservación, difusión y promoción de los bienes integrantes del
Patrimonio Cultural de la Nación de su comparecencia (art. 19 de la LGPCN).
De acuerdo con el Reglamento de la ley, el organismo responsable del control de los bienes culturales
inmuebles era el instituto Nacional de Cultura (Reg. de la LGPCN, art. 26), ahora absorbido por el
Ministerio de Cultura. La competencia sobre bienes culturales muebles, recaía en el INC, el AGN y la
BNP (art. 44 del Reg.), organismos todos ellos adscritos al Ministerio de Cultura. :
II.-La protección de otras entidades estatales
En principio, todas estas funciones hay que entenderlas en su condición de competencias y funciones
exclusivas y compartidas con las del Ministerio de Cultura (Ley N* 29.565, arts. 5, 6, 7 y 8).
La propia Ley N? 29.565 dispuso que el Ministerio de Cultura, a través del “Viceministerio de
Patrimonio Cultural e Industrias Culturales, presentara “la propuesta de modificación o adecuación
de la Ley NO 28296, Ley General del Patrimonio Cultural de la Nación, y del Decreto Supremo N* 011-
2006-ED, que aprobó su Reglamento” (Ley 29.565, Disposición Complementaria Final Cuarta).
1. Los Gobiernos Regionales, de acuerdo con su ley orgánica, “prestarán asistencia y cooperación a
los organismos pertinentes para la ejecución de proyectos de investigación, restauración,
conservación y difusión de los bienes integrantes del Patrimonio Cultural de la Nación ubicados en
su jurisdicción” (art. 28 de la LGPCON).
El Poder Ejecutivo recibió el encargo de transferir “las unidades departamentales del Instituto
Nacional de Cultura (INC) a los correspondientes gobiernos regionales en un plazo no mayor de ciento
veinte (120) días” (Ley N* 29.565, Disposición Complementaria Final Novena).
En tanto se aprobara el reglamento de organización y funciones del Ministerio de Cultura, “las
funciones ejecutivas en materia de cultura continúan a cargo del Instituto Nacional de Cultura (NC)
hasta la designación del Ministerio de Cultura” (Ley IN? 29.565,Disposición Complementaria Final
Undécima).
Nos preguntamos, ¿qué hubiera pasado si los halladores del tesoro adujeran la propiedad del mismo,
basándose en las normas del Código Civil?
Sencillamente no sería procedente, no solo por ser bienes culturales encontrados en el fondo del
mar, sino porque están dentro del dominio marítimo del Estado peruano. No debe olvidarse que tal
dominio se prolonga hasta las 200 millas marinas. :
ASPECTO PRELIMINAR
De acuerdo con las conexiones que se establecen entre los bienes, estos pueden ser, además de los
anteriores (simples y compuestos), partes integrantes y accesorios (en la nomenclatura tradicional
se les llamaba a los primeros, bienes principales); finalmente, están los frutos y los productos.
El tema de las partes integrantes y accesorios (pertenencias) solo se presenta en los bienes
compuestos, de ningún modo en los bienes simples. Se podría decir que un bien o parte integrante
no puede distinguirse del bien principal, de tal modo que este último puede pasar por un bien simple
(supra, N" 137).
RÉGIMEN LEGAL
El artículo 887 del código nacional establece:
Es parte integrante lo que no puede ser separado sin destruir, deteriorar o alterar el bien.
Las partes integrantes no pueden ser objeto de derechos singulares.
Su fuente de inspiración a largo plazo, ya se ha dicho, está en el derecho germánico, su precedente
inmediato es el artículo 813 del derogado, reproducido en la primera parte del 887.
Todo bien que se une o adhiere físicamente a otro resulta siendo una parte integrante. Lo cual lo
torna en un bien complejo o compuesto. Los ladrillos, tejas, ventanas, puertas, vigas, columnas y, en
general, todos los materiales de una casa, así como también los árboles, plantas y semillas con
respecto al suelo, son muebles que se convierten en partes integrantes de un inmueble (el predio).
El motor de un automóvil es también parte integrante de este.
Como puede verse, las partes integrantes pueden ser indistintamente de muebles entre muebles, de
muebles a inmuebles, pero no es práctico que la unión se produzca de un inmueble a un mueble.
Todo esto carecería de sentido si no fuera porque en la unión de bienes (fuera de las que se dan entre
el propietario y sus bienes, obviamente) se generen conflictos que el Derecho debe resolver. “Y
generalmente en los bienes muebles unidos a los inmuebles, estos priman sobre aquellos, pero no
es práctico ni común que los inmuebles se unan a los muebles. Habría, en todo caso, que recurrir a
las reglas de la accesión (atts. 938-945).
En suma, para nosotros, parte integrante es aquella que al incorporarse fisicamente a otro bien,
conforma un bien compuesto, de modo tal que no puede ser separada sin destruir, deteriorar o
alterar dicho bien.
De ordinario en un bien compuesto, se observa nítidamente la función de cada uno. Así, en un
automóvil las ruedas o el motor se convierten en parte integrante (no esencial) del mismo, las gavetas
le un escritorio, los cajones de una mesa, el pedestal de una estatua, etc.
En otros casos, en cambio, los bienes se adhieren o incorporan al otro, como los ladrillos en una pared
(parte integrante esencial), de tal modo que es difícil separarlos sin destruir al otro, y también
distinguir cuál de ellos es el bien principal. Quizá esto se resuelva, en nuestra opinión, dejando de
lado la noción “bien principal”, pues en todo bien compuesto, carece de efectos prácticos la
distinción.
Simplemente se trata de un nuevo bien.
La unión es de tal naturaleza que no puede separarse, a socapa de destruirlo, deteriorarlo o alterarlo.
CARACTERES
De la definición expuesta antes, se deducen ciertas exigencias indispensables, a saber:
I.- La unión física o corporal del bierr (simple) ar otro (compuesto). Este hecho, asevera VALENCIA
Zea, se decide conforme a los usos comerciales.
La unión física debe ser permanente, no pasajera, por ello los materiales separados de una
edificación, en tanto se efectúen reparaciones, no pierden su calidad de partes integrantes939, El
código no lo dice.
II. la inseparabilidad del bien, puesto que de producirse ella, se originará el menoscabo, destrucción
o alteración del bien.
III. Las partes integrantes no pueden ser objeto de derechos particulares o singulares (art. 887, párt,
2%. En el código derogado no figuraba una norma similar a esta. Es una lógica consecuencia del
carácter anterior —la inseparabilidad—; lo contrario sería admitir la destrucción o deterioro del bien.
La fórmula varía en el derecho comparado. El derecho alemán distingue dos clases de partes
integrantes: esenciales y no esenciales. El artículo 93 del BGB prohíbe que puedan existir derechos
singulares solo sobre las partes integrantes esenciales. Parece ser más práctica y real la solución del
código suizo, donde el numeral 642 se limita a decir que el propietario del bien lo es de sus partes
integrantes (WiLannb).
El código peruano no hace distingo alguno, a pesar de que hay gran analogía entre las nociones de
partes integrantes y accesorios con las de partes integrantes esenciales y no esenciales de su homó-
logo alemán, respectivamente.
En rigor, h0 puede confundirse lo integrante con lo accesorio. Lo primero supone inseparabilidad y
adherencia; si se produjera la separación, entonces el bien se destruirá. Se trata de una parte esencial
o estructural, Por ejemplo, en los televisores que funcionan exclusivamente a control remoro, este
viene a ser parte integrante (de otro modo no podría funcionar). En cambio, las piezas no esencia-
les que podemos cambiar cada cierto tiempo (el CD o el USB, y. gr.) a un ordenador, so son partes
integrantes, sino accesorios. Su fin es solo económico.
RÉGIMEN LEGAL
El artículo 888 los define así:
Son accesorios los Bienes que, sin perder su individualidad, están permanentemente afectados a un
fin económico u ornamental con respecto a otro bien.
La afectación solo puede realizada el propietario del bien principal o quien tenga derecho a disponer
de él, respetándose los derechos adquiridos por terceros.
Los accesorios pueden ser materia de derechos singulares.
El aprovechamiento pasajero de un bien para la finalidad económica de otro no le otorga la calidad
de accesorio.
La separación provisional del accesorio para servir a la finalidad económica de otro bien, no le
suprime su calidad.
El tratamiento que el codificador da al ema es mejor que el de su similar de 1936 en sus artículos 815
y 816
i. En puridad, para hablar de bienes accesorios tenemos que estar —como en las partes integrantes
frente a un bien compuesto (principal). Sin este no se comprendería la noción de accesoriedad.
"También entonces hay aquí una unión de un bien (simple) a otro bien que resulta siendo el principal.
Sólo que-esa conexión puede tener término, por lo mismo que son bienes que no pierden su
individualidad y autonomía.
II.- Los accesorios También llamados pertenencias— son siempre bienes muebles que, sin perder su
individualidad y autonomía, están destinados en forma duradera, permanente al servicio o fin
económico (o a la separarse de él sin detrimento de ninguna clase. Ej: el arado, Es, en síntesis, una
cosa mueble accesoria que, mediante una ficción, se inmoviliza actuación de su gestión económica)
u ornamentación del bien principal, por eso se dice que el bien está en relación de subordinación y
dependencia respecto a otro bien, para servir al mejor uso, al adorno y al complemento de este?, Sin
embargo, el bien no pasa a ser parte integrante de él. Es obvio que en cualquier momento puede ser
separado. En suma, existen, como sostiene BarassI, una “cosa accesoria” y una “cosa principal”; la
primera es pertenencia de la segunda. Y tal es, pensamos nosotros, el origen de que se prefiera esta
voz a la de accesorios. Esta es, en rasgos generales, la opinión de la doctrina.
III. El bien principal o compuesto puede ser inmueble (un predio) o mueble (una. computadora). En
cuanto al primero, son pertenencias de un predio agrícola, por ejemplo, los arados, tractores,
molinos, Inclusive se llega a decir que son bienes accesorios aquellos que, sin la accesión, “muchas
veces no podrían existir”, tal como sucede con los árboles, por ejemplo, No siempre, pues, son bienes
secundarios. Lo que los caracteriza, a fin de cuentas, es que pueden separarse del bien principal sin
alterar la estructura y función de él.
IV. Ep la relación de pertenencia, el bien accesorio mantiene una fisonomía mitómana y propia,
pudiendo ser objeto de acros o relaciones jurídicas independientes. El artículo 888, párrafo 3%, así lo
confirma.
LAS PERTENENCIAS
Un bien, sin ser parte integrante de Otro —y por lo tanto, sin formar con él un bien unitario—, puede
estar destinado a servir de modo permanente a la finalidad económica de otro bien, y por ello, puede
tener en relación con él la función económica de medio auxiliar (LaRENZ)..
La pertenencia no debe ser parte integrante —esencial o no esencial del bien principal, pero ha de
estar destinada, dle modo meramente transitorio, al servicio de la finalidad económica de esta y ha
de hallarse en una adecuada “relación espacial” con la misma; únicamente una cierta proximidad
espacial, no una conexión material.
La unión de una pertenencia al bien principal ocurre cuando aquella —el bien accesorio— fuere
destinada con carácter duradero al servicio (a la actuación de su gestión económica) u
ornamentación: (art. 817 del CC italiano ) del bien principal, pero sin pasar a formár parte de él.
Existen, pues, un “bien accesorio” y un “bien principal”; el primero es pertenencia: del segundo.
Pertenencias son lo que clásicamente se ha llamado bienes accesorios, o simplemente los
“accesorios”.
El bien principal puede ser un inmueble (una casa) o un mueble (un auto-móvil). Son pertenencias de
una casa o predio, el menaje, el mobiliario de sala, comedor y dormitorio, los electrodomésticos, etc.;
son pertenencias de un barco, los botes, aparejos, escalera, cámaras salvaviclas, etc. Está claro que
las pertenencias serán siempre bienes muebles.
En la relación de pertenencia, el bien accesorio conserva su fisonomía propia, pudiendo ser objeto
de relaciones jurídicas independientes (art. 888, párr: 3 del CO). .
Las pertenencias siguen la suerte del bien principal, salvo cuando existan sobre las mismas, derechos
anteriores de terceros (v. gr., si no fuesen propiedad del dueño del bien principal,
I.-En principio, las pertenencias sor siempre bienes muebles (o eran también, por lo demás, en la
teoría pasada, que ficticiamente los llamaba “inmuebles por destino”).
Por contra, el bien principal puede ser mueble o inmueble (srpra, N* 141).
II.. Estos bienes, precisamente por ser muebles, conservan su individualidad y autonomía material.
III. Son pasibles de que se establezca sobre ellas, relaciones jurídicas independientes (art. 888, ap. 39
del CC).
LOS ACCESORIOS Y LAS PARTES INTEGRANTES SIGUEN LA SUERTE DEL BIEN PRINCIPAL
Prescribe el artículo 889:
Las partes integrantes de un bien y sus accesorios siguen la condición de este, salvo que la ley o el
contrato permitan su diferenciación o separación.
1.-Es principio admitido desde el Derecho Romano, que lo accesorio sigue la suerte o condición del
bien principal: accesorium sequitur principale.
2. Las partes integrantes de igual forma se fusionan al bien principal, hasta el punto de que es muy
difícil separarlas.
Pero en ambos casos puede establecerse la diferenciación o separación, siempre y cuando la ley o el
pacto (contrato) lo permitan (art. 889). Se diría que es una figura de excepción, que no llama la
atención en los accesorios, mas sí en las partes integrantes.
FRUTOS Y PRODUCTOS
1.Teniendo en cuenta el estado en que se encuentren, los frutos pueden ser en Roma: pendientes,
es decir los unidos o adheridos al bien productivo; y separados, los arrancarlos por cualquier causa,
“aunque fuese por el propio peso, por el vierto o por el granizo”; percibidos, es decir recogidos, y
debidos percibir, que se debieron coger o producir, implican “algo que se ha dejado de hacer”;
existentes (extantes), que permanecen todavía en el patrimonio del poseedor o usuario del bien, y
consumidos (constumpi), cuando el poseedor los ha consumido, transformado o enajenado
FRUTOS NATURALES
En sentido estricto son frutos naturales los que proceden directamente del bien, sin que concurra el
obrar o trabajo humano. En la terminología del código, son “los que provienen del bien, sin
intervención humana” (art. 891). Son los verdaderos frutos.
Comprende pues a todos aquellos que se renuevan periódicamente, con el cambio de la producción,
sin detrimento, disminución ni alteración de la sustancia del bien que es su fuente, Corresponde al
concepto económico de crédito ordinario
Todo aquel rendimiento-o producto que procede de manera directa u orgánica o desarrollado del
bien madre, es un fruto natural. A título de ejemplo, indicaremos los productos agrícolas (granos,
uvas, leche, heno, lana de ovejas, etc.), las crías de animales hembras, etcétera.
FRUTOS INDUSTRIALES
Queda claro —por derivación de lo anterior— que frutos industriales son los rendimientos que un
bien no da directamente, sino donde concurre la ayuda del obrar (trabajo) humano. Para el código
son “los que produce el bien, por la intervención humana” (art. 891).
Se siente obligado uno a preguntarse: ¿en qué bienes no interviene el obrar humano? La sociedad
informática es, con mayor razón, un resultado del trabajo sofisticado del hombre. Inclusive la tierra
misma, para que dé frutos, muchas veces necesita el riego, el abono, los pesticidas, etc.
Sin duda alguna son fruros industriales los bienes y servicios manufacturados. La industria
(automotriz, textil, siderúrgica, etc.) utiliza materias primas y luego las convierte en productos
acabados, con valor agregado.
FRUTOS CIVILES
En el Derecho Romano el término fruto civil se emplea para significar las rentas en dinero que da el
empleo de un capital, alquiler, flete, interés, etc.BONFANTE
Esta noción se sigue manteniendo en el Derecho más actualizado. Son frutos civiles los que
indirectamente produce un bien como resultado de su disfrute por una persona distinta al
propietario, o sea, por un tercero. Como bien prescribe el código, son los derivados de una relación
jurídica (art. 891).
En esa línea, Trapuccur3osfiene que frutos civiles “son aquellos que proceden dela cosaen
correspondencia al goce que otra persona distinta a su propietario tiene sobre ella”, LARENZ los llama
frutos mediatos de una cosa —por oposición a los frutos inmediatos o naturales— y los define como
las “utilidades que una cosa produce en virtud de una relación jurídica”
Nómbrase como frutos civiles, los intereses de un préstamo de capital, por ejemplo; el precio
(merced conductiva) del arrendamiento, las rentas, los productos derivados del trabajo de un animal;
el canon anual en la enfiteusis (en aquellos sistemas que aceptan todavía este derecho).
Consideramos que también están en esta categoría el sueldo del trabajador y las ganancias obtenidas
por el empresario, sobre todo si tenemos en cuenta que los frutos civiles pertenecen al
titular del derecho (art. 892 del CC), llámense en este caso, el trabajador o el
empresario.
Artículo 893:
“Para el cómputo de los frutos industriales o civiles, se rebajarán los gastos y desembolsos realizados
para obtenerlos”.