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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO PARA LA EDUCACION UNIVERSITARIA

UNIVERSIDAD BICENTENARIA DE ARAGUA

ESCUELA DE DERECHO

SAN JOAQUÍN DE TURMERO- ESTADO DE ARAGUA

EL PATRIMONIO

AUTORES: BREIDYMAR RODRÍGUEZ

BETHERNE VARELA

TUTOR: JOSÉ GUEVARA

SAN JOAQUÍN DE TURMERO, OCTUBRE DE 2022


Introducción

En las relaciones Jurídicas existen derechos y obligaciones, en cuanto a las


relaciones de hecho que se producen entre las personas, por medio del cual un
sujeto le puede exigir a otro el cumplimiento de un determinado deber. Los
derechos y obligaciones que integran esa esfera jurídica o ese universo no son
estáticas, no existen para estar y contemplar, sino que es dinámica porque en
cada momento de la vida se están haciendo presente, multiplicándose
geométricamente conforme sea la velocidad de relaciones que tienen una
persona. En estas relaciones jurídicas va ha existir un común denominador que va
ha ser la persona, que va actuar o bien como parte activa o bien como parte
pasiva y de acuerdo a la posición que le toque asumir se creara derechos y
obligaciones que tienen carácter económico y son susceptibles de ser valorados
en dinero y aptos para la satisfacción de necesidades económicas. Una de las
tareas más difíciles es definir el Patrimonio. Esto se debe a que hablar de el
patrimonio involucra discutir sobre las diversas acepciones del concepto, que va
desde la concepción jurídica estricta pasando por el contable y económico hasta
llegar a conceptos calificados como patrimonio cultural, patrimonio de la
humanidad, patrimonio colectivo o corporativo. No es fácil desligarlo del tema
como capacidad patrimonial que es la legitima posibilidad que tiene el sujeto de
adquirir derechos y obligaciones de carácter patrimonial, y otra es el patrimonio
mismo, que es el conjunto de los derechos y obligaciones patrimoniales de los
cuales es titular una persona. Para poder estudiar el Patrimonio y establecer una
definición mas preciso, es necesario establecer las teorías que tratan acerca del
patrimonio, que son los patrimonios separados, la clasificación del patrimonio, el
patrimonio autónomo y que es la responsabilidad patrimonial en cuanto a los
diferentes mecanismo de acción que tiene.
Patrimonio

Se define habitualmente como un conjunto unificado de bienes, derechos, activos


y pasivos. Un patrimonio es un conjunto unificado de cosas valiosas. El carácter
unificado parece, pues, lo distintivo del patrimonio por lo que no extraña que las
doctrinas elaboradas para explicar sus rasgos y su régimen jurídico se funden en
lo que unifica a ese conjunto de bienes. Aquí encaja la doctrina personalista o
clásica del patrimonio que dice que lo que unifica un patrimonio es la voluntad
individual del hombre o mujer titular del patrimonio y a cuyos fines vitales sirve ese
patrimonio y la teoría finalista según la cual lo que unifica a esos bienes  o
propósito de un individuo o de un grupo de individuos a cuya consecución se
dedica dicho patrimonio. La doctrina personalista explica perfectamente los
patrimonios individuales, esto es, los de los seres humanos. El patrimonio
individual es el conjunto de medios económicos valiosos de los que dispone o
puede disponer un individuo para desarrollarse como persona.

Patrimonio y persona; de no ver el normal influjo de la condición de la persona


sobre la condición del patrimonio y viceversa; de haber desconocido que, incluso
los patrimonios individualizados y separados están mediatamente destinados a la
persona, a quedar en el ámbito de poder de su voluntad”. En fin, antes de
comenzar debe recordarse la estrechísima relación entre patrimonio y persona
jurídica. Pero no es de esa relación de la que quiero ocuparme ahora. Se trata de
una labor previa. Determinar qué entendemos por patrimonio y para qué sirve el
concepto a los juristas que han de aplicar las normas.

Patrimonio y propiedad

La alternativa a estas dos doctrinas es la que afirma que patrimonio no designa


nada distinto de “los bienes o de los derechos que forman su contenido… no es
otra cosa que un nombre para designar la suma de los bienes o derechos que
corresponden a una persona” porque, en la medida en que el titular no adopta
decisiones sobre su patrimonio, no tiene facultades ni ejercita derechos sobre la
totalidad de sus bienes y derechos, créditos y deudas sino que lo hace sobre los
bienes singulares que lo componen, el patrimonio no  es “apto para ser objeto de
un derecho subjetivo”. Los derechos subjetivos se ejercitan sobre los bienes
singulares. De ahí, por ejemplo, que la copropiedad recaiga sobre bienes
singulares y que no pueda recaer sobre un patrimonio. Y de ahí también que sean
“los bienes los que pueden ser dañados y exigirse por ello indemnización (el
derecho subjetivo del dueño subsiste y con la misma naturaleza, después de
incendiada la casa)» que los bienes constituyan «también materia de embargo y
ejecución y lo suficiente o insuficiente de su valor se refleja en la solvencia o
insolvencia patrimonial”.

Los bienes singulares pueden “pertenecer” a un patrimonio porque son valiosos


(sirven al titular del patrimonio) y en la medida en que sean apropiables. Se
explica muy bien con la imagen de la biblioteca: “No hay derecho de propiedad en
una biblioteca, sino en cada libro de la misma; la venta de la biblioteca tiene por
finalidad la puesta en poder y posesión (dominio) de cada libro de la biblioteca” y,
añadiría, los libros singulares «pertenecen» a la biblioteca. Pero los derechos, las
acciones y los remedios se ejercen en relación con cada uno de los bienes
individuales que forman el patrimonio. Cada uno de esos elementos pertenecen al
patrimonio, los bienes singulares que forman el patrimonio se mantienen unidos en
este por una relación de pertenencia. La relación de pertenencia es distinta de la
relación de propiedad que es la que existe entre los individuos y las cosas. Por
eso es que la relación de pertenencia “es una característica general de todos los
patrimonios”, la relación de propiedad “no debería aplicarse más que a los
patrimonios individuales… la propiedad es esencialmente individual porque es el
dominio de la voluntad individual” y es individual también en el sentido de que es
la relación entre cada uno de los bienes que componen el patrimonio y el
propietario.
Los patrimonios, como conjuntos unificados y estables de bienes y derechos, de
créditos y deudas, son idóneos para dividirse forrmando varios separados donde
sólo había uno y confundirse formando uno sólo donde antes había varios
modificar su composición enajenándose alguno de los bienes que lo componían
(que pertenecían a ese patrimonio) y adquiriendo otros (que pertenecían a otro
patrimonio), dando en préstamo o cediendo el uso de alguno de ellos (a otros
patrimonios) etc y descomponerse repartiéndolo entre otros patrimonios. Y esta
capacidad, unida a su carácter valioso que se deriva de que están compuestos por
“cosas valiosas” individualmente consideradas hace idóneos a los patrimonios
para ser parte de las relaciones jurídico-patrimoniales. No solo relaciones
contractuales, sino también extracontractuales (si el patrimonio se beneficia de
una actividad, el patrimonio debe responder de los daños causados en el ejercicio
de esa actividad), incluso para adquirir por herencia o donación. Al ser parte de
relaciones jurídico-patrimoniales con otros patrimonios, y como lo hace notar el
concepto deviene útil para explicar “ese especial valor jurídico que toma, pierde, o
conserva en parte, cada bien al entrar o al salir de esas masas de bienes llamadas
patrimonios. Aparte de la ya apuntada importancia que tiene dicho concepto para
observar mejor el juego de los derechos en la esfera económica (patrimonial) de
los titulares…”.

El concepto de patrimonio sirve para definir a las partes de una relación jurídico-
patrimonial: a través de una transacción articulada jurídicamente, un bien o un
derecho “pasa” de un patrimonio a otro. O se crea una deuda en un patrimonio y el
crédito correspondiente en otro patrimonio. De modo que bien puede decirse que
se aceptaría considerar que las partes de las relaciones jurídico-patrimoniales (los
“sujetos” de esas relaciones) son los patrimonios. La otra función del patrimonio es
fundar la responsabilidad del deudor. La responsabilidad es patrimonial, no
personal. El deudor responde con sus bienes, no con su persona. Responde con
su patrimonio, no con su alma ni con su vida o libertad.

De manera que la utilidad del concepto se concentra en permitir la mejor


consecución de fines generales (los del hombre o de la mujer titulares del
patrimonio) o particulares (los descritos en el momento en el que se forma o
constituye el patrimonio) y delimitar los bienes que podrán ser atacados por los
acreedores que se hayan relacionado con dicho patrimonio (responsabilidad
patrimonial). Para lograr tal utilidad, hay que aceptar que las partes de las
relaciones jurídicas patrimoniales son patrimonios.

Estructura de los patrimonios

Se describe la estructura de los patrimonios como formada por “dos esferas”. Una
externa: “cada patrimonio está separado de los demás patrimonios”, la frontera
entre ellos hace que “a este lado” esté “lo propio” y al otro lado “lo ajeno”. Y los
bienes singulares están dentro como derechos subjetivos (la propiedad de un
inmueble, por ejemplo. No se olvide nunca que solemos referirnos al derecho que
se ostenta sobre un bien refiriéndonos al bien mismo cuando el derecho es el de
propiedad) que, a su vez, están protegidos por las correspondientes acciones
remedios de tutela de los derechos subjetivos (acción reivindicatoria, en el caso
del derecho de propiedad, por ejemplo; acciones de enriquecimiento injusto en el
caso de los derechos de exclusiva…). De esta forma, cuando se crea un fondo
común con las aportaciones de los socios o cuando el fundador asigna a la
fundación un conjunto de bienes, se genera un patrimonio separado al que se le
pueden imputar créditos y deudas, al que pueden “pertenecer” nuevos bienes
adquiridos con ese fondo y que puede deshacerse de los bienes que lo forman a
cambio de otros y, por tanto, que puede ser demandado y demandar para ser
condenado a pagar o para ser reconocido su derecho a cobrar como si fuera el
patrimonio de un individuo.

En la esfera interna, la unificación como patrimonio de los bienes y derechos de un


individuo permite al titular “gozar o disfrutar de sus bienes” como un todo porque,
dentro del patrimonio, se produce la “neutralización”. Así se llama el hecho de que
“los bienes figuran como tales sin que jueguen como derechos subjetivos entre
ellos”. Así, por ejemplo, no hay derechos reales sobre cosa ajena entre dos bienes
que pertenecen al mismo patrimonio ni relaciones obligatorias “consigo mismo”
(extinción por confusión de las obligaciones y por consolidación de los
gravámenes) y “los cambios… realizados por el titular en sus bienes podrán tener
eficacia ad extra… pero no interna, pudiendo (el titular)… deshacer o cambiar lo
hecho” a su arbitrio.

El patrimonio cambia en su composición gracias a que es parte de relaciones


jurídicas con otros patrimonios pero permanece en su identidad y unidad (“La
fuerza unificadora del patrimonio hace natural que el vacío producido por la salida
de la cosa vendida se vea llenado por la entrada del precio por ella recibido… es
la figura de la subrogación real que los glosadores advirtieron en las universitates
iuris. Para que un patrimonio pueda participar en el tráfico jurídico es necesario
que la composición del patrimonio pueda variar pero que mantenga su unidad a
pesar de la variación de su composición. Esto explica que los patrimonios tengan
“atributos” que tradicionalmente se predican de los individuos pero cuya función es
sustancialmente diferente. Me refiero al nombre, el domicilio y la nacionalidad.

Se explica así también por qué las deudas forman parte del patrimonio.
Constituyen el elemento pasivo del patrimonio” y, como un todo junto con los
bienes y derechos, “establecen el estado del patrimonio (solvencia)”. Lo
interesante es que las deudas no están conectadas con un bien singular, salvo
que un bien esté afecto específicamente al pago de esa deuda. Las deudas «son»
del patrimonio. Es el patrimonio el que es “deudor”: “La liberación de una deuda
enriquece el patrimonio una visión realista del patrimonio impide separar
arbitrariamente las relaciones obligatorias, que consisten precisamente en mutuas
prestaciones y contraprestaciones”. Se está reconociendo que el acreedor y el
deudor es el patrimonio; que es el patrimonio el que es parte de las relaciones
jurídico-patrimoniales. Esto se refleja muy claramente cuando se discute la
diferencia entre deudas y cargas. Las deudas pertenecen al patrimonio pero las
cargas, no. La carga “no es algo debido, ni una obligación que vincula al
patrimonio… se refiere a un bien o derecho determinado”. De manera que su
existencia afecta al valor del bien sobre el que recae la carga hasta el punto de
que si deviene excesivamente gravosa, el titular del patrimonio puede librarse
abandonando la cosa sobre la que pesa el gravamen. Esta distinción ha de
recordarse cuando se examinan las “propiedades destinadas”, esto es, los
negocios jurídicos por los que se afecta un bien a un propósito u objetivo. Si lo que
se afecta es un bien, no puede hablarse de patrimonio.

El patrimonio es el acreedor. Pero los créditos y los bienes singulares “están” de


forma diferente en un patrimonio. Los bienes rectius, los derechos reales sobre
cosas aparecen como “estando” en el patrimonio “sea de manera completa
(dominical) o parcial (por ejemplo, usufructo); y ello aunque se encuentre en poder
de otra persona res ubicumque sit, pro domino suo clamat. Así, el titular del
patrimonio tiene facultades “inmediatas” sobre el objeto, en el sentido de que no
dependen de la conducta ajena; y, “en la esfera externa” que se explicaba antes,
el titular tiene “una compleja gama de acciones”.

Sin embargo, los créditos no “están” de la misma forma que los bienes en el
patrimonio porque los derechos de crédito son derechos a que el deudor
desarrolle una conducta (dar, hacer o no hacer). Simétricamente, tampoco “está”
en el patrimonio del acreedor la deuda que figura en el patrimonio del deudor. Con
ello no se hace sino describir, comparándolos, al propietario o titular de un
derecho real con el acreedor. No está distinguiendo al propietario del titular de un
patrimonio ni a éste del acreedor de un derecho de crédito. La distinción entre si el
objeto valioso “está” o “no está” en el patrimonio no traduce sino los mecanismos
de protección del derecho de alguien a dicho “valor”.
CONCLUSION

Ratificando el concepto de patrimonio como un conjunto de relaciones jurídicas


pertenecientes a una persona, que tiene una utilidad económica y que por ello son
susceptibles de estimación pecuniaria, y cuya relaciones jurídicas se encuentran
constituidas por deberes y derechos (activo y pasivo). concluyo que la mayor
importancia en el patrimonio se vincula, a través de las personas, es decir
derechos que responden de obligaciones. De ahí la importancia que tiene la
entrada y salida de bienes del patrimonio de una persona, y la posibilidad que
otorga el derecho a los acreedores ejercer acciones para la conservación del
activo del deudor y aún para dejar sin efecto operaciones realizadas en grave
perjuicio de ellos. El patrimonio si bien nace con la existencia de la persona, en
cualquier ámbito, no es, menos cierto, que no destruye por la extinción vital de la
persona, con su muerte, o de persona jurídica con la caducidad de su existencia o
su declive violento por quiebra u otro elemento. El patrimonio queda conformada
como una universalidad existencial transmisible a herederos o causahabientes en
el mundo de las personas naturales o en el mundo de las sociedades y entes
colectivos. Por último debemos entender que toda persona natural o jurídica
situado dentro de un contexto social está subordinado a las leyes que la sociedad
dicta en la cual, la persona es la medula primaria y trascendente de la sociedad,
es protagonista de esas leyes activa o pasivamente, porque tiene derechos y
obligaciones que se denominan derechos subjetivos, es decir un bien de la vida
social que transita toda la existencia de cada ser humano y que otorga título
suficiente de reconocimiento existencial y de respeto a esos derechos subjetivos,
así como de su entorno. Por tener derechos subjetivos surge la obligación de
respeto a dichos derechos con límites infranqueables, que de traspasarlos se
produce una lesión al derecho subjetivo. Por esta razón se ha hecho indispensable
en las sociedades humanas la existencia de leyes particulares preestablecidas,
emanadas de las autoridades, que garanticen con eficacia los derechos de cada
quien. El patrimonio es un atributo de la personalidad jurídica creado por el
derecho. Ya que la persona no nace con bienes ni obligaciones como nace con el
resto de sus órganos. Es un concepto que ha sido creado para dar base o
sustento a otras instituciones jurídicas: los derechos de crédito y los derechos
reales. El patrimonio, cuando la garantía no recae sobre un bien en particular,
garantiza el cumplimiento de las obligaciones del deudor. Según la legislación
guatemalteca: con los bienes que tenga (no posea) una persona al momento de la
ejecución de la obligación. ¿Por qué posesión no? Porque la posesión mientras no
esté inscrita en el Registro General de la Propiedad, no le confiere certeza ni
seguridad jurídica al acreedor. Más que concebir el patrimonio como un conjunto
de bienes y derechos, debe tomárselo como un conjunto de relaciones jurídicas
que dentro de la esfera jurídica de la persona, son valuables en dinero. La relación
que se da entre la persona con los bienes (derechos reales, propiedad,
servidumbre, usufructo); la relación entre el sujeto activo y el sujeto pasivo de una
obligación. Referida al titular del patrimonio, la obligación que para con él adquirió
el deudor es UN DERECHO, aunque la obligación sea de hacer o no hacer.
Analizar: ¿Cuál sería una obligación de no hacer valorable en dinero para el titular
del patrimonio? El derecho que tiene el acreedor contra el titular del patrimonio ES
UNA OBLIGACIÓN de éste. Es por ese tipo de relaciones que se afirma que el
patrimonio es una unidad compleja de relaciones jurídicas. Una institución jurídica
está regulada cuando el legislador le ha dado una caracterización o un régimen
especial para diferenciarla de las: elementos que deben entenderse incluidos en el
concepto, características, cómo deben transferirse los bienes o derechos que lo
integran, procedimiento de liquidación, quien se considera titular del patrimonio,
qué normas lo rigen. Etc. ¿qué persona es titular del patrimonio conyugal? ¿se
rige el patrimonio conyugal por las mismas normas de la copropiedad? En la
Constitución Política de la República están regulados otro tipo de patrimonios: el
cultural, el nacional, el intangible, el natural, los cuales están sujetos, por su
naturaleza, a un régimen especial y distinto al que debería estar sujeto el
patrimonio como institución del derecho civil.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Martín Bernal, J. M. (2005). Nuevas orientaciones y tipologías sobre el patrimonio.
Revista Actualidad Jurídica (681). Pamplona: Aranzadi.

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